viernes, 29 de septiembre de 2017


 

OPINION



“DESDE EL 
KURDISTÁN HASTA LA PATAGONIA”

El fenómeno del separatismo que parece asolar los cuatro rincones del planeta no es tan espontaneo como se lo quiere presentar. Hoy los kurdos iraquíes han proclamado su separación de Iraq y ello gracias a décadas de infiltración y sabotajes planificadas desde Tel Aviv y Londres. Ahora la Patagonia se ve revolucionada por una serie de hechos que han salido a la luz por la desaparición del joven Santiago Maldonado ¿Se trata de la misma dinámica?




Por Javier B. Dal

Se suele decir que las comparaciones son odiosas, pero esa regla no se aplica cuando se dan en situaciones y sujetos que tienen un conjunto de características que los asemejan. Para quienes han venido estudiando conflictos regionales y en especial, los separatismos que se volvieron un fenómeno endémico desde la caída de la Unión soviética en 1991, el descalabro de naciones que hoy ya no existen, tuvieron como foco de inicio, las reivindicaciones de grupos étnicos que por su historia, no reconocían la pertenencia a una nación en común.

Pero no todos los casos respondieron ni responden a la misma casuística. Cuando nos referimos a la desintegración de la URSS, el fenómeno más bien respondió a un anhelo de muchos países que durante setenta años habían sido absorbidos por la fuerza del entonces poder soviético con su centro de poder político y burocrático en Moscú. El caso de los checos, los búlgaros, los moldavos e incluso los mismos ucranianos es un ejemplo de aquello.

Otros casos fueron instigados. Chechenia fue el ejemplo más cabal del ensayo para elaborar e impulsar fuerzas centrifugas (generadas desde fuera) que desafiaran a un estado ruso endeble y mal conducido.

Chechenia, una nación musulmana ubicada en las montañas del Cáucaso que mantiene una larga historia conflictiva con la Rusia desde épocas medievales, no dudó en reclamar su independencia ni bien colapso la Unión de repúblicas en 1991 sabiendo que Moscú no aceptaría semejante pretensión.  El problema es que esa pequeña república tiene bajo su suelo riquísimos yacimientos petroleros y de gas, que representan para el estado ruso, uno de los capitales activos más importantes para sus negocios geoestratégicos con la Unión Europea. Permitir que ese pequeño territorio rico fuese independiente y administrado por una población tribal islámica, era perder un capital invaluable en recursos energéticos  que Rusia no iba a permitir.

Igualmente el entonces ex general de la Fuerza Aérea soviética Dzhojar Dudayev, en 1994 fue proclamado presidente de la república Islámica de Chechenia desatando la primera guerra con Rusia. Tras ésta lucha, los servicios británicos del MI-6 proporcionaron apoyo en armas y equipos que se iría incrementando con el paso de los años.  El objetivo era que lograran separarse y de lograrlo, Londres lo reconocería como un estado independiente.

La ex Yugoslavia fue otro teatro para el ensayo. A la muerte del mariscal “Tito” las tres comunidades que antes fueron unidas terminaron en una guerra que no estuvo exenta de las injerencias del MI-6, interesados en alejar la influencia de Rusia y ampliar la jurisdicción de la OTAN. De esa manera, los británicos estaban al mismo tiempo asesorando a grupos armados en Zagrev y Sarajevo, mientras espiaba al gobierno serbio en Belgrado.

El Medio Oriente, es otro laboratorio de experimentos de de las agencias de inteligencia occidentales que cuentan con un valioso y estratégico colaborador como es Israel. Precisamente, Tel Aviv fue el primero en poner su vista en las minorías dentro de sus vecinos árabes y explotar sus ansiedades a favor de sus intereses. Uno de sus mejores logros fue sin dudas los kurdos iraquíes, a quienes desde los años cincuentas comenzaron acercamientos encubiertos mediante agentes del Mossad para luego recibir incluso, la visita de militares israelíes de alto rango como fue Moshe Dayan.

Los kurdos eran perfectos para Tel Aviv. Una minoría sin país pero con una cultura y etnia propias dentro de los países árabes islámicos, fue el material necesario para ahondar más esas diferencias y consolidar la desconfianza mutua. A base de negocios como el tráfico de armas, drogas y mercancías en negro, el Mossad y el clan Barzani retroalimentaron sus ambiciones y establecieron una amistad que se volvió una sociedad política. Con ello, Tel Aviv persigue extender sus ambiciones mesiánicas haciéndose con territorios árabes del norte lo que a la palestra representaran magníficos negocios inmobiliarios.

Entre 1974 y 1975 EEUU se acercó a los kurdos iraquíes  con claras intensiones de establecer una base en esa estratégica región. Cuando el presidente iraquí Hassan Al Bakr comenzó a reprimirlos Washington opto por volcarse a favor de éste último, abandonando a los kurdos. Ese apoyo a Bagdad continuaría durante toda la guerra contra Irán, sin que ello ruborizara al Departamento de Estado.

En 1990 en medio de la crisis del Golfo, mientras las fuerzas de la Coalición se agrupaban en Arabia Saudita, la CIA y el MI-6 británico trabajaban encubiertamente con la Peshmerga del clan kurdo de Barzani con la intensión de dar un golpe interno contra Bagdad. Apenas dos años antes, el ejército iraquí había lanzado armas químicas en Halabja que fueron provistas por EEUU y sus aliados europeos. Eso no le intereso a Barzani y su gente que buscaba la independencia, sin interesarle si ello era a cualquier costa, pactando incluso con el mismo diablo.

Mientras esto se urdía en las sombras, la propaganda mediática de la CNN y la BBC vendía la historia del “pueblo perseguido por Saddam” por ser una minoría indeseable y dejaba muy lejos de sus comentarios, los entretelones de quienes fueron los que le proporcionaron las armas y la venia política para combatir las reivindicaciones kurdas. Aquellas mismas agencias que trabajaron codo a codo con la inteligencia iraquí hasta 1990, eran ahora las que proporcionaron a los kurdos una ayuda ingente para subvertir el orden legal en Iraq.

Al mismo tiempo y algo similar se hizo con los chiitas iraquíes, a quienes esta misma corporación mediática, presentaba como un sector oprimido por  Saddam y su régimen. Igual que con los kurdos, la CIA y el MI-6 establecieron contactos con la oposición política chiita iraquí que curiosamente, mantenía sus bases operativas en Londres y Teherán. Pero a pesar de los esfuerzos por tratar de unir a los kurdos en el mismo plan (derrocar a Saddam Hussein), no todos los chiitas iraquíes estaban de acuerdo con esos planes y mucho menos, confiaban en los kurdos (por su conocida sociedad con Israel). Como siempre, pequeñas facciones extremistas como el partido “Dawa” y algunas falanges armadas leales al clérigo Mohammd Baqir Al Sadr se prestaron a la intentona, tratando de reclutar disidentes dentro de las fuerzas armadas, pero fracasaron.
Fue imposible manipular a ambas partes para que trabajasen coordinadamente y ello se reflejaría en el fallido alzamiento contra Bagdad en abril de 1991.

En ese entonces, Washington y Londres no buscaban desmembrar Iraq y ante la necesidad de mantener buenas relaciones con su aliado estratégico Turquía que mantiene un histórico conflicto político-territorial con los kurdos y ante el fracaso del intento de derrocamiento que habían instigado, la CIA y sus aliados –entre ellos Israel- salieron de escena, abandonando el grueso de las ayudas que habían estado proveyendo a los grupos kurdos. Una vez más, de la noche a la mañana “los pobres kurdos” pasaron al ostracismo forzado y sus reivindicaciones cayeron en la nada; habían sido vilmente usados y arrojados al bote de la basura. Pero no sería por mucho tiempo. Cuando EEUU impuso una zona de exclusión aérea sobre el norte, no fue para proteger a los kurdos de ataques aéreos del “régimen de Saddam”, sino para posibilitar el ingreso de vuelos desde Turquía con cargamentos de armas, equipos y mercancías que proporcionarían más poder al clan de Massud Barzani.

A partir de allí hasta la implementación del plan “Daesh” en junio de 2014 –de cual participaron los servicios de EEUU, Reino Unido, Turquía, Arabia Saudita e Israel- y que fue filtrado por el diario turco “Ozgur Gundem” y que sería ratificado por el mismo secretario de estado John Kerry en una conversación con la oposición siria en septiembre de 2016, los kurdos coordinados con el “Daesh” y grupos de la resistencia iraquí (Ejército Nakshaiabandi) tomaron el control de Kirkuk y Mosul al mismo tiempo. Gracias a esta maniobra, el Clan Barzani extendió en un 40 % el territorio kurdo y ello fue gracias al apoyo del “Daesh”. Es evidente que el llamado “Estado Islámico” fue una farsa destinada (además de destituir a Nouri Al Maliki y consecutivamente a Bashar Al Assad) a cumplir con el plan de desmembrar tanto a  Siria como a Iraq trazado por la administración de Barak Obama (Red Voltaire. Org. “El regreso del plan yanqui de rediseño del Medio Oriente ampliado”. http://www.voltairenet.org/article185356.html#nb1 ) que como una consecuencia colateral les daría a los kurdos su propio dominio territorial que hace unos días, los kurdos iraquíes ratificaron con un  referéndum que solo apoyo Tel Aviv.

En todo esto, el MI-6 (junto a sus socios franceses, turcos e israelíes) ha sido prolífico en dar apoyo a los grupos anti-gubernamentales de Iraq y Siria y las historias de que no calcularon bien la amenaza terrorista, es un gran embuste. 

Por el contrario en Siria el plan de realizar la misma maniobra en clara violación al proyecto de la Conferencia de Sevres de 1920 y de los acuerdos entre Hafez Al Assad y el PKK en décadas pasadas y tras  haberse vendido sus líderes –principalmente Saleh Muslim- a los intereses mencionados, la realidad en el terreno parece demostrar un fracaso y es por ello que los norteamericanos están dejando a los YPG y SDF por su cuenta.


Con todo esto, si vemos lo que se viene fomentando con los “Mapuches” en la Patagonia y las vinculaciones de elementos británicos en la organización de la facción R.A.M. (Mapuche-Nation.org. http://www.mapuche-nation.org/english/html/news/pr-118.html), llama a que el gobierno argentino no tropiece con la misma piedra, máxime cuando hay razones –cuestión Malvinas- para ello. Aunque el grado de virulencia hasta el momento es menor, la táctica es la misma: Fomentar las ideas de “minorías oprimidas” y el separatismo. Similar a lo que se trabajo en el Kurdistán, británicos e israelíes incursionando bajo apariencias de benéficas ONGs y haciendo en el terreno un persistente trabajo “hormiga” (que se combina con maniobras políticas y mediáticas desde altas esferas),  parecen haber unido esfuerzos por buscar la empatía entre los pobladores de la región para crear nexos con sus gobiernos, usando el tema de las reivindicaciones aborígenes como una fachada para sus reales propósitos enfocados en el control y acceso a los vastos territorios patagónicos,  contrariando así los intereses soberanos de la nación argentina.

lunes, 25 de septiembre de 2017


EN DEBATE



“DESPUÉS DE OCTUBRE, QUÈ?”

Las últimas evidencias sobre el posicionamiento geopolítico del gobierno argentino parece que llevara al país a una cooptación político-militar que, además de entregarle el control a potencias extranjeras, busca involucrar al país en peligrosas aventuras bélicas ¿Ese es el precio para que lleguen las tan ansiadas inversiones?




Por Charles H. Slim
Argentina ha venido a lo largo de 34 años en una caída zigzagueante tanto en lo interno como en el espectro internacional. A pesar de que el gobierno de Macri es una garantía para la implementación de las políticas globalistas de los centros de poder mundiales, que ven en la región un punto estratégico invalorable para el desarrollo de su geopolítica, hay mucha incertidumbre por los posibles caminos que puede llegar a tomar el país después de las elecciones del mes de octubre.  De consolidarse el actual modelo neoliberal que no tiene una mácula de nacionalidad hasta  el posible resurgir del Kirchnerismo setentista, no cambiaría nada para los intereses foráneos que vinieron por el control total del Cono sur pero ponen en un escenario de incertidumbre para el futuro del país.

Tras la asunción del gobierno de Mauricio Macri, las fuerzas de una que se podrían encasillar como de centro derecha, el país paso del extremo de un populismo izquierdista con olor a rancio a una derecha que se halla enmarcada no en un nacionalismo nativo sino, en aquel que se vincula con peligrosas doctrinas causticas y ligadas con minorías foráneas como son el sionismo israelí y el neoconservadurismo estadounidense.

Esta tendencia que se ha venido perfilando en la región y en especial en países como Brasil y Perú, puede llegar a ser tóxica para las relaciones internacionales de Buenos Aires con el resto del mundo, reeditando las jornadas de las relaciones carnales de la década de los noventa. A colación de ello, no se puede pasar por alto la visita de Benjamín Netanyahu y su verdadero propósito en la entrevista sostenida con Mauricio Macri. Teniendo como principales argumentos los dos atentados ocurridos contra la embaja de Israel y la AMIA en la década de los noventa y la cercana muerte del fiscal Nisman, Netanyahu brego para que Argentina se comprometa en una lucha frontal contra el terrorismo “islamista” y el cual –desde la retórica de Tel Aviv- es único responsable Irán.  Con ello podemos ver que la postura del mandatario israelí no solo es sesgada y con un gran recorte en el relato de la realidad histórica sino que también es tan falaz como tendenciosa.

Más allá del discurso y de las costosas campañas mediáticas para lavarle la cara a un gobierno impresentable como el de Netanyahu, los hechos de su gobierno y del estado de Israel a lo largo de su historia como fuerza de ocupación contra la población palestina, lejos han estado del respeto a los derechos humanos y de la paz. Incluso cuando expresa su preocupación por el problema del terrorismo, ello es ciertamente no creíble.

Muy por el contrario, las acciones de Tel Aviv –tanto las públicas como las secretas- no han estado ajenas a la violencia de las bandas armadas que se arremolinaron sobre Siria y que con el “Daesh” a la cabeza, han sido los artífices de la muerte de miles de ciudadanos, el desplazamiento intensionado de millones de musulmanes y cristianos a Europa y del apoyo para crear regiones separatistas en el norte sirio atentando contra el derecho internacional y la soberanía de Siria.

Pero en las actuales circunstancias y tras los éxitos de las fuerzas armadas sirias que apoyadas entre otros por Irán, han hecho retroceder a los mercenarios de la CIA y a los milicianos kurdos del “FDS” en la región de Deir Ezzor, ha complicado sensiblemente los planes de Tel Aviv y hoy más que nunca necesita imperiosamente poner un freno a dicho éxito en el cual Teherán como actor político y militar tiene mucho que ver.

La búsqueda de concretar un casus belli que le de argumentos a Tel Aviv para una escalada bélica contra Irán, es el objetivo principal en esta visita no oficial del mandatario israelí. Mantenida bajo el mayor silencio mediático posible –por su impresentable personalidad-   la entrevista de  Benjamín Netanyahu  con el presidente Mauiricio Macri tuvo como tema central el acercamiento del país a las políticas de inteligencia y contraterrorismo algo para lo cual la ministra de seguridad Patricia Bullrich es un elemento central para que ello pueda concretarse en el tiempo.

Bullrich es un elemento clave en el gobierno para dirigir las fuerzas de “seguridad” que se están remodelando en la Argentina. No está en ese puesto por su capacidad, idoneidad técnica o alguna experticia en dicha área. Su sitial esta dado por su acercamiento a ideológico a EEUU y Tel Aviv que ha sido materialmente palpable en el pasado.

Y es que como lo señalo en un artículo del diario  “Página 12” Horacio Verbitzky, Bullrich está casada con el empresario judío Guillermo Yanco quien administra el medio digital “Vis A Vis” (http://visavis.com.ar/  ) que se relaciona con el diario “Hayom” de mayor circulación en Israel. Si a eso le agregamos que el principal accionista de dicha agencia de noticias es nada menos que el financista y mafioso judío Sheldon Adelson quien a su vez es un donante de dinero al partido Likud israelí y al partido republicano estadounidense, todo está dicho.

Para cerrar el dedal, la Agencia Federal de Informaciones (AFI), una supuesta mejora de la ex SIDE, no lograr cerrar sus capítulos negros que la vinculan a sujetos oscuros vinculados con el hampa y purgas por asuntos de dinero sucio como pareciera ser el ahorcamiento del ex agente Jorge Enrique Silva, revelando una situación operativa descontrolada. 

En este marco, Netanyahu y sus asesores, vinieron a asegurar que dicho engranaje se mantenga en funcionamiento y para ello, el gobierno argentino debe seguir repitiendo hasta el cansancio la propaganda mediática del “eje del mal” que vincula a Venezuela, Irán y Hesbolla en todo lo que tiene que ver con el terrorismo y su presumible intensión de actuar en la región.   Bajo esta pantalla y argumentos baladí, el gobierno israelí se ha alzado sin la menor oposición del congreso argentino con un sinnúmero de archivos clasificados y secretos del gobierno argentino que, con una AFI omnipotente –que niega cualquier control externo-,  le permitirá interferir, controlar y vigilar los movimientos de cuentas bancarias, procesos judiciales, actividades de inteligencia civil y militar y por supuesto, ejercer una vigilancia de la toda la red de comunicaciones telefónicas, radiofónicas e internet bajo el rótulo de programas de ciberseguridad y ciberdefensa con lo cual, queda claro que todo el espectro poblacional (incluyendo al propio gobierno y las instituciones) del país estará bajo la lupa prejuiciosa de escarnio ideológico de un servicio de inteligencia extranjero.

La influencia de esta visita pudo verse casi de inmediato, cuando las pericias de la Gendarmería nacional arrojaron que el fiscal Alberto Natalio Nisman había sido presumiblemente asesinado por “dos sujetos”, algo que en realidad todos sospechaban pero que callaron no por temor al gobierno de Cristina Fernández o a su “Campora” o la disparatada tesis del “comando venezolano-iraní” que los sionistas argentinos como la diputada Elisa Carrio, los periodistas Eduardo Feiman, Eduardo Van Der Kooy y más timoratamente Mauro Viale plantean  recurrentemente como el autor material de ese hecho.

Son muy pocos quienes han señalado una implicancia israelí y de la CIA en el asunto; y ese tabú que parece haber en este sordo silencio en Establishment político y mediático puede ser mucho más esclarecedor de lo que Tel Aviv y sus grupos sionistas locales pueden soportar.


Con este panorama se puede concluir que si triunfan los candidatos del gobierno, esta política de cooptación y asimilación política a las directivas de Washington y Tel Aviv se afincaran y con seguridad, pudiendo ver en un corto plazo al país involucrarse en peligrosas y devastadoras aventuras bélicas como sucedió en 1991 con la guerra del golfo; pero también hay que señalar, que si resurgiera un personaje político como Cristina Fernández que no tiene ningún proyecto geoestratégico novedoso, la incertidumbre geopolítica del país sería tan nefasta como aquellas otras relaciones y sin dudas convertiría al país en un caótico campo de batalla clandestino que buscara dirimir quien realmente controlara los destinos del país. 

jueves, 21 de septiembre de 2017

EN LA MIRA



 “GUERRAS AJENAS”


Dos visitas a la Argentina que podrían adelantar un giro brusco de la política exterior que pondría al país en el tablero de la guerra internacional





Por Charles H. Slim
Tras las visitas del vicepresidente norteamericano Mike Pence y casi inmediatamente la llegada del premier israelí Benjamín Netanyahu, han quedado en el aire muchas suspicacias sobre qué fue lo que realmente buscaron ambos representantes con estas visitas. Tomando en cuenta varios aspectos que nunca serían revelados y muchos menos comentados por los medios locales, veremos lo que realmente vinieron a buscar aquellos funcionarios.

Si primero analizamos la visita del vice norteamericano Mike Pence podremos advertir que el momento y las circunstancias que la rodearon, no estuvo planificada al azar. En la Casa Blanca se ha venido viendo como un gran problema la presencia de una base china en la Patagonia  y la posibilidad de cambiar esa situación con el gobierno de Mauricio Macri. Obviamente el gobierno argentino no puede  lanzar a los chinos de su territorio como si se tratara de un simple desalojo, ya que el estado argentino firmo un acuerdo que está vigente entre ambas naciones, pero si, puede permitir a los estadounidenses que maniobren discretamente dentro del territorio para observar sus actividades.

China es un actor gravitante de la geopolítica internacional y un protagonista vital en la actual crisis en la península coreana y Washington tiene motivos para creer que desde esas instalaciones en la “Bajada del Agrio” en Neuquén, se llevan adelante actividades de inteligencia electrónica que comprometería a la seguridad nacional. Para ello, el gobierno argentino puede –o más bien debe- prestar la cooperación necesaria para que EEUU pueda estar sobre aviso en lo referente a las verdaderas implicancias de las actividades chinas en la región.

En el actual contexto Buenos Aires poco o nada puede condicionar las intensiones de Washington por lo cual, guste o no, deberán tolerar la injerencia dentro de su territorio. Pence visito al gobierno argentino tratando de dar la imagen de ser el representante de un país cuyo modelo de democracia liberal, es la guía para la salvación de la humanidad contra una supuesta amenaza islamista –la que supuestamente realizo el 11/S-, olvidando la  prolífica historia negra de aberraciones a los derechos humanos  y violaciones a las soberanías de otros países.

En este sentido ya es una realidad en los papeles, el ingreso al país de tropas de combate estadounidenses a bases militares argentinas, con puntos de establecimiento estratégico ubicados en la Patagonia. Por supuesto y lo sepan o no los funcionarios argentinos, la CIA también se ha instalado a gusto y placer  para establecer bases de operaciones que se proyecten desde el sur hasta el norte. Con esto, el compromiso del gobierno de Macri es peligrosamente riesgoso ante las circunstancias actuales  y antecedentes de la potencia norteamericana que sabe explotar las debilidades de sociedades conflictuadas y que en el caso argentino puede verse en la llamada “grieta”.

Para muestra de ello, no debiera perderse de vista las crasas incongruencias que se han venido exponiendo a lo largo de los últimos 16 años, en referencia a la llamada “lucha contra el terrorismo” que a las mentiras que movilizaron las invasiones contra Afganistán e Iraq, revelaron  en Siria las imperdonables conexiones de la CIA con entes como “Al Qaeda” y el mismo “ISIS”, supuestos enemigos de EEUU que en realidad, fueron creaciones propias a cargo de otroras administraciones. Igualmente, Pence extendió sus ofrecimientos a un estrechamiento en la operatividad interagencias (CIA – AFI) para colaborar en temas de terrorismo internacional, algo que pareciera se hizo oficial al entregársele una serie de documentos de la inteligencia argentina sobre los temas de la “embajada” y “AMIA”.

Para compensar esta cooperación en materia de inteligencia, Pence le ha ofrecido al gobierno argentino la provisión de equipos militares de segunda mano que como lo hemos dicho anteriormente, son completamente ineficaces para contrabalancear las desigualdades con sus vecinos –en especial Chile- y mucho menos en un conflicto contemporáneo. Menos aún, significan una amenaza para Gran Bretaña que sigue siendo, el socio de EEUU para sus aventuras sucias. Por lo pronto, servirá para aliviar las terribles carencias operativas de unas FFAA desguazadas por el anterior gobierno.

Por último no hay que olvidar que Pence es un sionista militante y claramente además de todos estos temas que hemos mencionado,  trajo consigo las sugerencias para el gobierno de Macri de que se alinee por la derecha con la causa pro-israelí receptando sin miramientos, las políticas exteriores de Tel Aviv algo que podría traerle a la Argentina, grandes beneficios económicos por la llegada de negocios que se vinculan con Israel.

En lo que respecta a la visita de Netanyahu, las cuestiones son más complejas y hasta podríamos decir, tenebrosas. La fecha elegida para caer de visita es muy sugestiva (11 de septiembre), ya que cuando sucedió los de las Torres y el Pentágono, el mismo “Bibi” salto de algarabía porque con ello, EEUU entraría definitivamente en el Medio Oriente.  Pero más allá de esto, a las directivas que vino a imponerle al gobierno sobre cómo y hacia dónde deberá enfocarse las pesquisas para inculpar sobre los atentados y la muerte del fiscal Alberto Nisman -a la república Islámica de Irán obviamente-, Netanyahu le ofreció como contraprestación por esta genuflexión política, estrechar aún más los lazos con sus fuerzas de defensa y organismos de inteligencia a los efectos de proveer al país, “especialistas” y sus “asesoramientos” para combatir el crimen.

Sin lugar a dudas que las fuerzas policiales israelíes, se han especializado a costa de la carne palestina, “objetos” de prueba de cada uno de sus programas represivos. Han hecho de sus tácticas y estrategias, un gran negocio para la seguridad en otros países, incluso en los EEUU donde varias policías metropolitanas como la de New York y la distrito de Columbia en Washington DC, son becadas  por organizaciones sionistas como la AIPAC, para concurrir a seminarios en Israel donde reciben el entrenamiento y asesoramiento en materia de contraterrorismo para ser aplicado en la vía pública de una ciudad. 
Y ello ya ha venido mostrando las cruentas consecuencias para los mismos habitantes norteamericanos quienes en vez de ver a fuerzas policiales como una garantía para imponer la seguridad y el orden, comprueban demasiado tarde que más bien están delante de brutales “fuerzas de ocupación”.

El contacto de policías ordinarios con asesores del “Shin Bet”, un organismo que utiliza la tortura, el chantaje y la brutalidad como tácticas para imponer la seguridad no puede traer buenos frutos. 

Ello ha llevado a la militarización policial con las consecuencias que día con día soportan los incautos ciudadanos norteamericanos, lo que ha despertado voces de preocupación entre varios funcionarios gubernamentales por estas inapropiadas tácticas represivas (The Intercept. “Las Fuerzas de seguridad de Israel están entrenando a policías estadounidenses a pesar de la historia de abusos contra los derechos”.  https://theintercept.com/2017/09/15/police-israel-cops-training-adl-human-rights-abuses-dc-washington/)

De este modo podemos advertir que, pese a la poderosa e histórica  influencia del lobbie sionista en el seno del gobierno estadounidense, hay lugar para la disensión en sitiales de la misma administración de justicia que ven con seria preocupación la actividad de estos equipos policiales.

Si el gobierno argentino se deja influir por estas mismas sugerencias, llegará a tener muy pronto mayores casos de arbitrariedad policial de los que se han registrado hasta el momento. El problema es que no hay visos para que los funcionarios argentinos consideren estas cuestiones bajo un criterio propio ya que, se hayan claramente influidos por su ideología pro-israelí y contraria a reconocer los derechos de la población palestina a la cual –y en coincidencia con los funcionarios israelíes- suelen criminalizar públicamente para restarle entidad al problema de fondo de sus reclamos.

Igualmente no había que esperar  a que Netanyahu y sus asesores de inteligencia visitaran al actual gobierno para que éstos programas se hagan aplicables ya que los contactos con Tel Aviv son bastante antiguos. Desde hace tiempo que asesores israelíes preparan a fuerzas policiales argentinas y muchos otros se hayan involucrados en entrenamientos de empresas de seguridad privada, lo que resulta aún mucho más peligroso para la integridad de los ciudadanos argentinos.    

No hay que olvidar cuando Macri siendo el jefe de gobierno de la ciudad capital, dejo estupefactos a los televidentes de su país cuando en vivo en un programa político reconoció que había seleccionado a su jefe de policía por la sugerencia de los jefes de inteligencia en las embajadas de EEUU e Israel.


Tan peligroso como esto, es el hecho de la definitiva cooptación de la inteligencia nacional argentina por el “Mossad” y el “Shin bet”, lo que consolidara no solo las tesis discursivas de Tel Aviv para casos como los atentados y la muerte del fiscal federal, sino también una posición internacional arbitraria y con muy peligrosas chances de verse involucrado en conflictos que están sacudiendo el Medio Oriente.

lunes, 18 de septiembre de 2017

VETERANOS DE AYER



“CHEMICAL WARFARE”

Una de la facetas de la guerra del Golfo Pérsico que EEUU quiere enterrar. Pese al paso de más de 26 años de aquella confrontación las pruebas y los elementos que siguen surgiendo de lo que afecto a las tropas estadounidenses conocido como el “Síndrome del Golfo” puede haber afectado al resto de los contingentes aliados en la región.





Por Dany Smith
Hace ya más de veinte años que los combatientes norteamericanos de la Tormenta del Desierto, a poco que llegaron a sus hogares  comenzaron a denunciar todo tipo de afecciones a su salud y en muchos casos, sus familiares vieron morir de aparentes causas naturales a hombres que hasta su arribo, habían sido vitales y en excelente forma física. A partir de entonces las preguntas de muchos veteranos comenzaron a golpear a las administraciones en Washington, pero ellos no serían los únicos afectados.

Su colegas británicos también han sido protagonistas trágicos del llamado “Síndrome del Golfo”, que encubre una intoxicación venenosa masiva producto de agentes químicos de armamentos empleados durante la guerra, polución de los pozos petroleros en llamas volados en parte por la coalición y la inoculación de medicamentos que supuestamente les debería haber protegido de agentes corrosivos como el “Tabún”, “Sarín” y otros elementos de carácter biológico como muy posiblemente el “Antrax”.

Por impulso de los mismos veteranos quienes se fueron agrupando para constituir sociedades y asociaciones que defendieran sus derechos reconocidos por ley, tal como lo instituyó Abraham Lincoln en 1865 (http://www.bartleby.com/124/pres32.html ), fueron abriéndose paso por una administración gubernamental hostil que poco o nada quería reconocerles las afecciones que venían sufriendo desde aquella guerra.

Todos los que volvieron lo hicieron cambiados y no nos referimos  en sus aspectos exteriores. Habían cambiado en sus comportamientos habituales, demostrando en la mayoría de los casos que ya no eran los mismos confiados y decididos tipos que habían partido con una sonrisa en sus caras.  Habían cambiado o mejor dicho, sus estructuras moleculares fueron alteradas y degeneradas por aquel campo de batalla pestilente y venenoso que sofocaba, aún con las máscaras de gas puestas.

Además del estrés que sin lugar a dudas fue lo primero que te coge en una guerra como la del golfo, hubieron otros factores exógenos que supuestamente no existían según los políticos y los militares en Washington, factores que además de letales para salud eran invisibles.

La descripción de casos de tipos que salieron ilesos de aquel conflicto pero que en pocos meses o años estando en sus trabajos, con sus familias o amigos se descompensaron hasta la muerte, son incontables. De ese modo de casos de tipos que sin antecedentes previos de anomalías psicológicas se volvieron psicópatas que terminaron asesinando a toda su familia hasta sujetos que aunque mentalmente lúcidos, habían desarrollado los más extraños casos de cáncer y leucemias que los postraba hasta una muerte segura.

Algunos más místicos o si se quiere, más supersticiosos apodaron todo esto como “la maldición del golfo”, un argumento que a los políticos norteamericanos les hubiera gustado más que las costosas investigaciones científicas que los veteranos fueron impulsando.

Para 1994 el término era “Síndrome del Golfo” y abarcaba una pléyade de síntomas, dolores y afecciones que sufrían desde efectivos  del ejército, marines hasta algunos pilotos de la Armada.  Cánceres, esclerosis, neumonías atípicas hasta la malformación de los hijos de muchos de los veteranos que lejos de ser relacionados con el llamado “Estrés postraumático”, revelaba que se habían visto expuestos a un ambiente de una verdadera guerra “NBC” que en inglés sirve para denominar “Nuclear, Biological Chemical” es decir, Nuclear, Biológica y Química”.

Más allá de que los informes estadounidenses aseguran de que Iraq no se suicidaría políticamente ante la comunidad internacional usando éste tipo de armas, lo cierto es que miles de efectivos estadounidenses, británicos y quien sabe cuántos otros más que estuvieron en el área de operaciones, presentaron casos relacionados con el síndrome (FAS.org. “Amenazas nucleares en la guerra del golfo”.  https://fas.org/irp/eprint/ds-threats.htm )

El problema de los afectados por el síndrome es tan grande, que el mismo gobierno por intermedio del Comité Asesor de Investigación sobre Enfermedades de los Veteranos del Golfo Pérsico creado en 1998 no pudo ocultar que según las investigaciones encargadas a la Corporación RAND, determinó por el 2002 que el número de afectados por estas patologías alcanzaba unos 250.000 de sus efectivos lo que revela una situación ampliamente peligrosa.

Incluso eso ha llevado a ver, si en realidad los iraquíes no usaron tácticamente ojivas cargadas con elementos químicos ¿De dónde provienen estas afecciones? ¿Acaso fueron originadas por elementos arrojados por las propias fuerzas de la Coalición?  Es allí donde las respuestas se vuelven más molestas y fastidiosas para Washington que no podría explicar el variado arsenal puesto en uso en aquel momento que involucro desde las variadas armas químicas lanzables (con fosforo, Napalm, Uranio empobrecido) pasando por varias fallas en sus equipos de protección personal de trajes hasta errores de detección en las unidades alquiladas a países de la extinguida URSS.

En estas investigaciones, solo contaron como objeto de estudio a los afectados norteamericanos. Los británicos debieron luchar por sus propias investigaciones sin obviamente, la menor colaboración de su gobierno o la del gobierno estadounidense.

El efecto dispersivo de ésta nube tóxica que se diseminó por toda la región, producto de los vientos del noroeste conocidos como “Shamal” y de las lluvias torrenciales que supieron ocurrir en los días que se desarrollaba el conflicto, sin dudas afectaron a los elementos embarcados en las aguas próximas del Golfo sin distinguir entre norteamericanos o de cualquiera de los países que participaron en las operaciones de la Tormenta del Desierto.

Según algunas fuentes que refieren a informes desclasificados de la inteligencia del Mukhabarat de las épocas de Saddam, sus expertos produjeron una serie de documentos en los cuales se graficaron el cálculo y el impacto de los vientos ante la posibilidad de usar armamento químico estratégico.  Los hechos en el conflicto no dejan lugar a dudas de que los iraquíes tenían la capacidad de lanzar un vector como el remodelado “SCUD-B” o el denominado “AL HUSSEIN” a blancos de más de 1.000 kilómetros de distancia.

Ahora la cuestión es ¿Los gobiernos de los grupos de combate aliados involucrados en el área conocida como el TKO, supieron sobre  esto? Y si lo supieron ¿Qué han hecho por controlar y resguardar la salud de sus efectivos? 
Sin lugar a dudas que la respuesta es negativa.

viernes, 15 de septiembre de 2017

EN LA MIRA



“DE BUENOS AIRES A PYONGYANG”

Cuál es la postura de Argentina en la actual crisis en la península coreana ¿Tiene el gobierno actual una visión estratégica sobre ello?



Por Charles H. Slim
La crisis en la península coreana parece algo lejana para el común de los habitantes de éste lado del globo y en especial para los habitantes de Argentina, quienes de continuo se ven sumergidos en compulsas internas de bajo nivel que muy poco pueden ayudar al común de su gente. Pero quienes están mucho más –imperdonablemente- desconectados de la realidad internacional en la que la Argentina se mueve, es su clase gobernante que a su notable falta de vocación, se debe agregar su absoluta dependencia de lo que señalan desde el norte anglosajón.

Los únicos coreanos que los ciudadanos porteños actuales conocen (ya que desde allí se manejan los asuntos del país) son los de las tiendas de ropa para mujeres que se caracterizan por sus inagotables jornadas de trabajo y precios tan llamativos. Sobre qué diferencia hay entre Corea del sur y la Corea del norte, nada de nada.

Pero ello no fue siempre así. Aunque muchos desmemoriados no lo recuerden –o quieran barrerlo bajo la alfombra-, la Argentina de los setentas tuvo un activo papel de contacto diplomático con la entonces China Popular y Corea del norte en momentos que el país formaba parte del grupo de los “países no alineados”. Fue así que el 1º de junio de 1973 Argentina y Corea del Norte (RPDC) establecieron relaciones diplomáticas bilaterales comprometiéndose entre otros temas,  a bregar por la liberación de los pueblos del tercer mundo. 
Para cuando llegó el golpe de 1976, la misión diplomática norcoreana se fugo súbitamente del país y ese particular lazo diplomático se corto.

En épocas que el general Douglas Mc Artur, bajo la engañosa bandera de la ONU dirigió la ofensiva contra los coreanos comunistas que habían proclamado la liberación de la península, el gobierno argentino –como era de esperar- se puso del lado de lo que a Washington le agradaba y así continuó hasta ese breve impasse con  el gobierno peronista de Campora entre 1973 a 1977.

Cuando Néstor Kirchner llega a la presidencia, continuó con aquella política conservadora y previa, establecida por Fondizi  en 1962 en la cual Buenos Aires solo mantendría relaciones bilaterales con una sola Corea, la del sur. 
Curiosamente, cuando la presidente Cristina Fernández llega al poder y pese a su pretendido ideario “revolucionario” que reivindicaba la lucha setentista de signo marxista, nunca llevo adelante ninguna gestión por restablecer aquellas relaciones con Pyongyang, otro dato que revela las falacia de sus discursos.

En las actuales circunstancias políticas y sus complejidades, son demasiado afiebradoras para una clase política más cercana a la distendida vida de la farándula mediática que a los sensibles temas de estado.

Desde hace décadas, la clase política argentina se ha ido perfeccionando en su papel de mero observador, una obsecuente repetidora de lo que Washington o la Unión Europea deciden sobre temas que hacen a la seguridad internacional sin atreverse a tomar una posición auténticamente propia que agregue elementos políticos de discusión ante los foros internacionales.  Sin dudas, el síndrome de aquellas “relaciones carnales” prostibularias permanece en el torrente de ésta clase.

Aquellas jornadas en las que el neoliberalismo tomaba por asalto el poder mundial en 1990 y la refrendaba con el uso descarnado de la fuerza contra Iraq se han ido. En esos momentos, EEUU bajo la administración de George H. Bush las políticas eran previsibles y la agenda era clara; como en la mafia, todos se encolumnaban detrás del “padrino” Bush y nadie discutía nada.

De ese modo se ha venido manejando desde la Casa Blanca la agenda internacional, con matices más o menos oscuros, la política de intervención no ha variado en ningún momento. Para los gobiernos argentinos contemporáneos, las pautas estaban más o menos claras.

Pero actualmente hay un serio problema; Donald Trump. Y no es culpa de éste particular mandatario ya que él es el producto de una nación en crisis que se haya en una lucha intestina en lo más profundo de su estado. La sintomatología de una potencia bélica en decadencia en manos de un sujeto tan impredecible como su peinado, no deja lugar a que las cosas puedan ser tomadas a la ligera. Incluso no olvidemos que antes de que Trump fuera ungido como presidente y cuando todo indicaba que Hillary Clinton sería la sucesora en la Casa Blanca, todo el arco mediático nacional y dirigentes políticos como el actual presidente argentino, sonreían jocosamente ante planteo de que llegara a ser el presidente de EEUU.

Cuando Trump ganó, las muecas de sus caras cambiaron y los comedidos medios de información quedaron absortos ante la realidad.

No solo los políticos son responsables de esta parálisis; la clase del llamado “cuarto poder”, hacen mucho más para distraer al vulgo con noticias intoxicadas o el deliberado ocultamiento de lo que realmente ocurre. Ello se debe a que deben sus salarios a empresas que a su vez pertenecen a empresas que forman parte de conglomerados mediáticos que tienen sus oficinas en EEUU o la UE. Casi en una emulación los periodistas “top” de la pantalla nacional, hacen gala de improperios baratos y descalificaciones para explicar la situación de Corea del norte y su gobierno. Su papel es  tan lastimero y rastrero, que de solo verlos sus emulados colegas anglosajones–de la CNN, NBC, FOX- se sonrojarían de vergüenza ajena.

Para empezar, estos sectores poco o nada saben del origen del conflicto y otros no saben ni siquiera dónde está Pyongyang. Hay en el discurso mediático una clara paráfrasis retorcida de la postura estadounidense que del vamos, quita seriedad al abordaje del tema.

El estado argentino no puede hacerse el desentendido y menos aún alegar que como lo exclamaría sus presidente “no tenemos nada que ver”, ya que dentro de su territorio alberga una base de comunicaciones de la República Popular China, la potencia asiática que tiene una influencia innegable en el actual conflicto.

Como se ha estado viendo, las tensiones siguen escalando tras la impulsión de más sanciones comerciales, que tras algunas reformas a su texto, fueron definitivamente aprobadas por Naciones Unidas este último 12 de septiembre.

Por lo pronto Kim Jon Un ha optado por continuar con sus desarrollos misilisticos como una forma de autopreservación ante la amenaza estadounidense que merodea frente a sus costas y del otro lado del territorio en Corea del sur. Las alegaciones de la representante estadounidense ante la ONU Nikki Hallei son tan estrambóticas como falaces ya que en el pasado, el mundo ha sido testigo de las mentiras de sus predecesores que culminaron con situaciones que actualmente deben seguirse lamentando. Por ello, habría que ver si el actual gobierno argentino sabe de que se trata todo esto o simplemente firmará donde el “Tío Sam” le indique.