martes, 26 de diciembre de 2017


VETERANOS  DE AYER




“NO ENCUENTREN AL ARA SAN JUAN”

Reveladoras implicancias en la búsqueda del submarino argentino apuntarían a un encubrimiento de lo que pudo haber sido un ataque británico




Por Dany Smith
Mientras el drama de la desaparición el submarino “ARA San Juan” entra en sus cuarenta días” sin novedades, hay varios hechos que están dándole muchos argumentos a las sospechas de varios sectores del país que señalan como los responsables de ese hecho a un ataque por parte de Gran Bretaña con la complicidad de la marina chilena. Para los cándidos que se han visto engañados por la aparente “solidaridad” de la Marina Real y de la 4º Flota de los EEUU, deben entender que esto es una cuestión geopolítica y nada más. No es ni la primera ni será la última vez que los implicados en la concreción de un delito, se alleguen a ofrecer su ayuda simulando solidaridad. Como dice una máxima en la criminología “el delincuente suele volver a la escena” y en éste caso, la necesidad de ello se vuelve vital para saber si los restos y las evidencias que pudieron haber quedado ponen en riesgo de que sean descubiertos en un plazo inmediato y si ello puede esclarecer lo que sucedió.

Esto a colación de la aparente y desinteresada ayuda brindada por los equipos británicos y norteamericanos que llegaron prestos para participar en la búsqueda y rescate. A pesar de la magnitud de la búsqueda y del equipamiento utilizado los resultados fueron negativos lo que sin lugar a dudas hizo perder mucho tiempo para que se pudieran hallar señales y rastros en las aguas que indicaran que había habido un siniestro. Ahora bien ¿Por qué no se halló nada del submarino si habían tantos recursos navales en la búsqueda? Al parecer, las operaciones de búsqueda fueron realizadas en el sector equivocado del mar, entonces ¿Acaso se trato de un error operacional involuntario o una maniobra de encubrimiento?

Para poder razonar la respuesta que a continuación ofreceremos, hay que desgajarse de preconceptos y juicios morales ya que, más allá de los cuarenta y cuatro seres humanos que han sido sacrificados por una combinación de negligencias políticas internas, indefensión estructural del país y el ineludible papel de las fuerzas ocupantes del sur argentino, solo es una cuestión de interés geopolítico y nada más.

A las primeras pistas aportadas por los artefactos de escucha oceánica que son monitoreados desde Austria y que señalaron sin otras interferencias, tres detonaciones a las cuales se las describió como, “explosiones no nucleares de gran intensidad” (anomalías hidroacusticas) que además, eran inusuales para el espectro de los sonidos que dichas estaciones captan en los océanos del mundo (PEyP. “La hora de las respuestas”. https://pensamientoestraegico.blogspot.com.ar/ ). En ese momento la Armada Argentina no supo cómo explicar esto y al verse presionado por la opinión pública y las frenéticas preguntas de los familiares, no les quedo otra cosa que dar algún tipo de explicación que desviara a toda costa la posibilidad de confirmar el ataque de dos torpedos. Fue allí que dejaron entrever el posible colapso de la nave por una supuesta explosión de las baterías, un argumento que a muchos expertos no convence.

Con el paso de los días y las semanas, la falta de resultados puso en evidencia que algo no estaba andando bien. Por más que la tesis del colapso interno que el gobierno argentino pretendía instalar en la opinión pública era factible, no aparecía un solo rastro de ese evento y por más que se hable de una supuesta implosión que habría comprimido la estructura del submarino enviándolo al fondo como si fuera un yunque, ello no habría evitado que muchos de sus elementos internos flotantes, incluyendo a los tripulantes o sus uniformes, aparecieran flotando en la superficie.

Pero eso no sería todo. En las últimas semanas, la hermana de uno de los miembros de la tripulación dio a conocer una serie de mensajes de “WhatsApp” de unos días antes de que se produjera la desaparición en donde aquel marino brevemente le comenta que había mucha actividad en la zona y que un helicóptero inglés y luego un buque chileno los estaban buscando. Sobre esto, el gobierno argentino no hizo ningún tipo de comentario y menos aún la Armada, salvo por las explicaciones del entonces vocero Capitán Balbi, quien normalizó dichos movimientos alegando que ese tipo de tráfico, era común.

Pero si estos elementos no alcanzaban para desarrollar la tesis de un ataque, otros hechos muy curiosos que están aconteciendo en estos mismos momentos, cierran el dedal de esas sospechas y no dejan lugar a dudas de que Londres y en especial la guarnición militar de “Mount Pleasant” (OTAN) en Malvinas,  tratan de encubrir algo. Hace algunas horas, el equipo de búsqueda ruso del buque “Yantar” que tras analizar las posibles zonas donde pudo haberse hundido el submarino, parece haber encontrado la explicación a la infructuosa búsqueda y ella sería de que se ha estado buscando donde no debían. Ante esto podríamos preguntarnos ¿Quiénes dirigieron esa búsqueda; los norteamericanos, los ingleses o la Armada Argentina?

Las capacidades técnicas del buque ruso dan chances ciertas de encontrar al submarino y de colectar en el fondo del océano, muestras, fotografías de alta resolución, filmaciones y escaneos de estructuras que podrían identificar marcas que explicaran el supuesto colapso estructural del casco o impactos de objetos externos como pudo ser un torpedo, una mina o un misil aire-superficie.

Tras sacar conclusiones, los expertos rusos han determinado que se les ha hecho buscar demasiado al norte y para ellos el lugar de probable hundimiento estaría a 2000 kilómetros al suroeste para lo cual y ante la necesidad de reaprovisionamiento, llegaron a Puerto Nuevo y para su sorpresa tras comunicar al gobierno la posible localización del siniestro, el gobierno argentino ha bloqueado la salida y búsqueda del “Yantar”, lo que además del malestar a la tripulación rusa, despierta muchas sospechas en quienes creen que con todo este ir y venir en círculos, ha estado dirigido a encubrir el hallazgo del submarino. Esto coincide con las conclusiones de un perito y consultor, el ingeniero en electrónica Ariel Garbarz quien aseguró que la “Armada sabía el lugar exacto” donde se encontraba el submarino acusando de “escandaloso” el extenso radio de búsqueda sugerido (Pájaro rojo. “ARA San Juan. Experto en Telecomunicaciones insiste en la hipótesis del torpedeamiento”. http://pajarorojo.com.ar/?p=37625 )

Esto se viene a sumar a las negativas del gobierno a la iniciativa planteada por uno de los familiares de los tripulantes, que solicito la colaboración de buques particulares como pesqueros y buques comerciales, para que realicen una búsqueda por sus propios medios. Muy raro ¿no?

Por lo pronto, son los familiares quienes tienen el deber de exigir explicaciones de lo que está ocurriendo ya que, no tienen más aliados que ellos mismos.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

EN LA MIRA



“LA ERA DE LA NO INTIMIDAD”

La vida actual se ve completamente invadida por extrañas agencias de inteligencia que constantemente tratan de sondear y averiguar qué es lo que tú haces y lo que piensas ¿Dónde están los límites?




Por Charles H. Slim
Hasta dónde puede llegar el control gubernamental sobre la opinión y las formas de comportamiento de la población, parece no tener techo. Las empresas de seguridad privada, compuesta por ex miembros de fuerzas armadas y de agencias de inteligencia son los nuevos actores dentro de éste mundo “inseguro” que tantos réditos les da éstos ex funcionarios públicos avenidos en empresarios privados.

Tras los estruendosos escándalos en los que las agencias de inteligencia se vieron involucrados en años pasados, ha llevado a que los países comprometidos en actividades netamente criminales, pasaran a una contraofensiva  informativa para detener  la ola de descredito y repulsas que se masificaron alrededor del mundo.

Para marcar el inicio de esta debacle del secretismo de las agencias de inteligencia y sus fechorías tercerizadas por matones a sueldo, no podríamos dejar de mencionar las irreverencias advertidas por miles de ciudadanos estadounidenses y muchos otros miles alrededor del mundo tras aquellos atentados del 11 de septiembre de 2001 en los cuales a las incongruencias captadas en vivo y en directo, se agregarían una cadena de incontables incongruencias que perdurarían tras aquellos eventos y que a su vez crearían otros hechos tan o más siniestros que aquel ejecutado en aquella mañana.

Fueron momentos en lo que “pensar se volvió muy peligroso” y fue por ello que la administración de George W. Bush y Dick Cheney establecieron un Status Quo “Ad Hoc” que terminaría por rematar a la bastardeada libertad que venía arrastrando los Estados Unidos de Norteamérica.  A partir de la instauración de una batería legislativa como fue la “Patriotic Act” que supuestamente apuntaba a la seguridad y la lucha contra el terrorismo, fue el frontón legalista para, además de suspender las garantías constitucionales,  amparar la construcción de un gigantesco aparato represivo de la inteligencia y la contrainteligencia que sirviera para acallar a cualquiera que se atreviera a criticar o a poner en dudas las versiones oficiales de la Casa Blanca.

Los medios o mejor dicho el Conglomerado de Medios privados que controlan el espectro informativo occidental, necesario para imponer una visión ajustada a las necesidades políticas de Washington en los momentos que requiera de una cobertura favorable, jugaron y siguen jugando un papel central en tratar de instalar en colectivo, la idea de una agresión terrorista de origen árabe-islámico. Pero mientras estos esfuerzos se llevaban sin pausa, muchos ciudadanos estadounidenses que fueron de algún modo protagonistas de esa terrible mañana, no compartían esas visiones mediáticas  e incluso algunos de ellos, hicieron frente a estas versiones que no eran más que la amplificación de lo que provenía del gobierno federal.

No olvidemos hasta donde llegaría el brazo silenciador del establishment estadounidense. Esto a cuento de las investigaciones realizadas por el periodista y geopolitólogo francés Therry Meyssan quien tras advertir grandes agujeros en las versiones oficiales del gobierno estadounidense y analizando con detenimiento el episodio del Pentágono en aquel 11 de septiembre, escribió el libro “La Gran impostura” que desató la ira de Washington y que tras una persecución realizada por la CIA y la DGSE francesa, ante la real amenaza a su vida debió refugiarse en Siria, donde vive actualmente.  En ese mismo sentido, el periodista afirma que el Departamento de Estado norteamericano ha contratado a nada menos que quinientas mil personas para ejercer una vigilancia masiva y puntual sobre la sociedad estadounidense.
La política implementada por aquella secta puritana que pretendía reinstaurar la puridad anglosajona en el estado federal, no dudaría en extender su guerra antiterrorista bajo los principios que el sionista Paul Wolfwitz señalo que debería ser, “infinita y sin fronteras”.

Tras las filtraciones de las aberraciones cometidas por las tropas estadounidenses y sus agencias de inteligencia en el campo de concentración de Abu Graib, Iraq, en Guantánamo Cuba y las cometidas en Afganistán, puso en guardia a las agencias de inteligencia que se vieron expuestas como jamás les había pasado a lo largo de su historia y que tras las ventiladas por el oficial militar Bradley Manning, llevaron el escándalo al paroxismo que dejó a los EEUU, mucho más cuestionado ante los ojos del público mundial.

Desde que Wikileaks causó sensación con las filtraciones en 2007 de las terribles y sádicas imágenes de los helicópteros norteamericanos ametrallando con saña a los ciudadanos iraquíes en un barrio de Bagdad mientras los pilotos se congraciaban de sus actos, la vigilancia interna dentro de las Fuerzas Armadas se volvió estrecha y asfixiante; igualmente no pudieron detener el goteo constante de aberraciones y brutales crímenes que estaban a la altura de psicópatas mal nacidos que de soldados profesionales. Se crearon departamentos especiales para tapar cualquier hueco por donde se pudieran filtrar éstas barbaridades y lejos se estuvo de tratar de impedir que aquellas ocurrieran. En la mentalidad estadounidense, la apariencia cuenta –y mucho- al momento de sus cartas de presentación, por ello, si “hemos matado a unos cuantos, que no se note”.

Bajo esta oscura trama, la intrusión del gobierno con escuchas y grabaciones de todas las comunicaciones particulares y hasta la persecución por razones de credo y opinión, han hecho de la vida de los ciudadanos estadounidenses y británicos, una parte inescindible de sus vidas sin que haya posibilidades de que la justicia les garantice su seguridad tanto “jurídica” como “física”.


El último puntapié a esa postura hipócrita y cínica fue sin dudas, la fuga promovida por el agente de la NSA Eduard Snowden que, tras revelar varios métodos de obtención de información recopilada clandestina y secretamente de entre la población estadounidense, para muchos, no causó ningún daño severo a la estructura de la Comunidad de inteligencia estadounidense. Igualmente no hay que olvidar que Washington hizo todo lo posible por echarle el guante a Snowden negociando con todos los posibles estados que podían concederle un refugio, que no lo hicieran; algo que no pudieron hacer con Rusia que finalmente termino dándole el asilo político para garantizar su integridad física. Pero lo peor de todo esto, es que toda esta estructura no distingue de administraciones en la Casa Blanca.

sábado, 16 de diciembre de 2017

EN DEBATE



“HURRA, HURRA!!”

Los gritos del triunfo de las tropas rusas al salir de Siria han llegado hasta los pasillos del Pentágono y la Casa Blanca desatando la amargura y la consternación entre el Establishment de la guerra ¿Qué tendrán planeado ante esto?



Por Dany Smith
Estos eran los gritos de los soldados rusos al despedir a sus camaradas que se regresaban a la madre patria luego de cumplir con su deber en Siria, país al que salvaron de una de las conspiraciones político criminales más abominables de lo que va del siglo XXI. Tras la orden del presidente Vladimir Putin de que vuelvan parte de las tropas que han cumplido con su misión, los escuadrones de bombarderos estratégicos TU-22M3 y los SU-24 de operaciones tácticas, han regresado a sus bases en la Federación rusa.

Para los observadores occidentales, la movida ha sido sorpresiva e inesperada aunque como era de esperar, no ausente de críticas. A contrario de lo que EEUU ha hecho a lo largo de éstos últimos 16 años, no ha sacado un solo pie de los países a los que ha ocupado, siendo claramente muy discutible el reproche moral que pueda llegar a provenir de Washington. Para los estadounidenses la retirada de Rusia debería ser total, algo que debería comprender el abandonar la base naval de Tartus en la provincia de Latakia y por supuesto, no inmiscuirse más en la región. Pero como ha quedado más que claro, Rusia  (y solo Rusia) ha logrado conjurar el peligro de la fragmentación territorial de Siria en un montón de pedazos que hubiera mantenido en un eterno caos a la región que, vale la pena volver a recordar, fue puesto a rodar por la administración Obama, algo que sería funcional a los planes geoestratégicos de EEUU y de Israel.

Tras años de intentar derribar a la república árabe de Siria con operaciones sucias y embustes,  como sin dudas la mayor de todas ha sido el “ISIS”, hoy Washington se ve más embrollada dentro de su propia casa que en los calientes escenarios del Medio Oriente donde hoy se puede asegurar, tiene un pie afuera y el otro preparado para salir cuanto antes. Y es que todos estos años de muertes gratuitas contra los ciudadanos de la región, indistintamente de su confesión religiosa, que fueron orquestadas con miles de asesinos contratados por las agencias de inteligencia occidentales para formar estos cuadros de criminales que, armados con los mejores arsenales gestionados por las operaciones de triangulación de la CIA y flamantes vehículos que se les podía aprovisionar, trasladados con total descaro por barcos que los desembarcaban en los puertos turcos y sirios, estos últimos controlados por los “rebeldes”  y que impostaban ser “yihadistas”, no debiera quedar en el olvido y seria una muy buena medida que el gobierno sirio tome la bandera para una nueva batalla que es la de investigar y llevar a ante la justicia internacional, las injerencias de las potencias extranjeras en las masacres que se perpetraron contra su pueblo. En ese sentido también hay que señalar que de emprenderse esa tarea, la misma será ardua y muy peligrosa ya que no caben dudas que hay elementos enemigos infiltrados dentro del mismo estado sirio que seguirán trabajando desde las sombras y a las órdenes de Washington y Tel Aviv. En Iraq ya se está viendo ese sacudón de justicia reclamado por el pueblo, con la creciente demanda de amplios sectores políticos y militares de la sociedad que, conscientes de que fueron los creadores e impulsores del “Daesh”  ya no quieren ni un minuto más a los estadounidenses en su suelo.

El lunes 11 el gigantesco avión presidencial ruso llego al aeródromo sirio de Jmeimim, donde se estableció la fuerza Aeroespacial rusa para el apoyo en la lucha contra las bandas armadas. Fue el punto de entrada de las primeras tropas rusas que llegaron en 2015 para comenzar a colaborar con los verdaderos esfuerzos por derrotar al mal llamado “Estado Islámico” y sus aliados.  De ese modo, enterado de la llegada, el presidente sirio Bachar Al Assad se dirigió a su encuentro bajo una severa custodia armada y tras encontrarse con los jefes militares rusos a cargo de la base, esperaron la llegada del mandatario ruso.  A su llegada, el gigantesco “Iluyin II-96 300PU” decolo sobre la pista y tras su carreteo de acomodamiento en la rampa para la bajada, tras detener su marcha y unos breves minutos de espera, se abre la puertilla e inmediatamente baja con paso seguro y rosto adusto, el presidente Vladimir Putin quien inmediatamente fue recibido por el jefe de tropa de la guarnición rusa propinándole un exultante saludo que inmediatamente respondió Putin con un apretón de manos. Tan rápido avanzo llego al encuentro de su par sirio a quien tendió su mano y ambos se confundieron en un abrazo que tras un breve y cordial dialogo intermediado por el traductor militar ruso, se retiraron para conversar en un lugar cerrado.

Putin ha logrado llevar a la práctica una política propia en la cual no se puede dejar de lado a la defensa como un factor preponderante para no caer bajo enjuagues como los que han sufrido Iraq, Somalia, Libia y el frustrado intento sobre Siria. Ha sido el paciente arquitecto del multilateralismo que se opuso con éxito al unilateralismo estadounidense que manejo durante más de dos décadas un amplio sector de las políticas en el mundo y en particular, los destinos del Medio Oriente.

Por lo pronto y mientras los funcionarios en la Casa Blanca y el Pentágono se siguen preguntando qué significa la maniobra de Rusia, Vladimir Putin disfruta de una creciente popularidad y agradecimiento que traspasa las fronteras de Siria y lleva aires de victoria en momentos muy oportunos en vista de las elecciones del año entrante.

Igualmente y más allá de que una gran parte de la guarnición rusa y sus aviones de combate han vuelto a casa, el peligro para Siria no ha cesado ya que los cerebros de la CIA y sus colegas israelíes harán todo lo posible por continuar con sus maniobras clandestinas por desestabilizar la región. No olvidemos que mientras las fuerzas árabes sirias y las fuerzas populares iraquíes empujaban al “ISIS” y le fueron ganando terreno, los estadounidenses se tomaron la molestia de rescatar con helicópteros a muchos de los cabecillas de la organización y preservarlos para nuevas operaciones muy seguramente en otros países. Es por ello y más allá de que ISIS ha sido derrotado militarmente, su alma operacional ha sido mantenida casi intacta y eso, lo sabe muy bien Rusia. Precisamente, hace tan solo unos días la inteligencia y las fuerzas del Ministerio del Interior desbarataron a una célula de “ISIS” que preparaba para el año 2018 atentados con explosivos contra los juegos olímpicos y contra el desarrollo electoral que vivirá Rusia.

Los estadounidenses hundidos en sus conspiraciones informativas sobre el “Russia-Gate” y toda esa parodia mediática que trata de explicar sus propios fracasos tratando de achacarlos a un personaje foráneo al cual se le centralizan todos los males que les aquejan, demuestran que han perdido el horizonte geopolítico y vagan ciegos pisoteando a cualquiera sin saber a quienes pisan.  
Ahora se sabe que prepararan una embestida contra Irán y ya están dándolo los últimos retoques a su nueva  coalición que tratará de hacer el trabajo sucio como lo hicieron en Iraq. Ahora bien ¿Cuánto tiempo más la comunidad internacional debe tolerar estas situaciones mafiosas?

viernes, 8 de diciembre de 2017

EN LA MIRA




“SEMBRANDO EL ODIO”

LA DECLARACION DE TRUMP DE RECONOCER A JERUSALÉN COMO LA CAPITAL DE ISRAEL SOLO BUSCA ENCENDER UN CONFLICTO QUE NO SE SABE A DONDE TERMINARA



Por Charles H. Slim
Ha pasado un siglo pareciera, de aquellas jornadas en las cuales y tras los acuerdos de Oslo que negociaron con la intermediación de EEUU en forma secreta y pacientemente los representantes israelíes y palestinos llegaron al principio de la esperanza por una paz con justicia. Fue allá en 1993 en medio de un mundo que cambiaba en forma brutal, el entonces primer ministro israelí Yitzak Rabin y el líder palestino Yasser Arafat se daban la mano en los jardines de la Casa Blanca ante la sonriente mirada de un Bill Clinton que sería felicitado por los sectores moderados de ambas partes y por los verdaderos demócratas de su partido.

Pero ello no significaba que los chacales y las serpientes que se retorcieron desde las sombras ante ese acto que podía cambiar el rumbo de la región y que afectaba los intereses del ideario sionista, se quedaran pasivamente esperando que esos planes de paz cuajaran con el tiempo. Algo había que hacer y lo hicieron.  Los atentados y los asesinatos cundieron a ambos lados y cuando ello no basto, se pudo ver como sorpresivamente como estallaba por los aires la sede mutual AMIA en pleno Buenos Aires, lo que había concitado varias especulaciones de los sectores ligados al estado de Israel especialmente direccionadas por aquel entonces a tratar de enculpar a la OLP y cuando no era creíble dicha tesis apuntaron contra la Jihad Islámica y cuando aquello se comprobó como imposible y la ocasión lo meritó, se lo quisieron cargar a los sirios y cuando esto fue imposible de encajarlo, buscaron convenientemente pegárselo al rival geopolítico del momento, Irán. Actualmente en el país, las fuerzas de seguridad están siendo dirigidas por los servicios de inteligencia israelíes con lo cual, no asombra. No es de extrañar que hoy por hoy los medios argentinos estén hablando con tanta seguridad (y sin pruebas verificables) de la autoría de Irán en dichos atentados lo que a todas luces además de irresponsable es muy sospechoso.  

Pero volviendo puntualmente a lo que ocurre hoy en Palestina, la decisión de Donald Trump de declarar a Jerusalén como la capital de Israel no solo apunta a consagrar el despojo que ha venido sufriendo la población palestina a manos del gobierno de Tel Aviv sino también, es un aval a las constantes presiones y a las poderosas influencias de los lobbies pro-israelíes que históricamente se encaraman en el Congreso estadounidense y en el conglomerado de medios sustentado por la banca de Wall Street y obviamente la que opera desde Londres.  

Casualmente –una nueva casualidad que nada tiene de casual- en Buenos Aires son detenidos varios ex funcionarios del gobierno de Cristina Fernández bajo los cargos de traición a la patria y encubrimiento de los atentados a la embajada de Israel y a la AMIA en 1992 y 1994 respectivamente, cargos que surgieron de aquella denuncia realizada por el asesinado fiscal Alberto Nisman y que los actuales investigadores consideran como innegables. El despliegue policial y judicial, además de servir para tapar la aberración de Trump que escandaliza al mundo entero,  ha caído con mucho agrado al sector de la comunidad judía argentina que constantemente ha sido acusada por otro sector de la misma, de servir a los intereses del estado de Israel que, por intermedio de su embajada en Buenos Aires poner a rodar en la región.

Se trata sin dudas de una provocación deliberada y que está orientada a desatar nuevas matanzas en la región y Donald Trump es el personaje perfecto para llevar adelante esta nueva estrategia del caos que sin dudas ha sido urdida con paciencia y mucha inversión económica por parte de la elite sionista que controla al gobierno estadounidense. Y no es solo por la personalidad estridente y hasta delirante del presidente norteamericano  que  cabe perfecto para estos planes sino también, porque se dan las circunstancias perfectas para que Tel Aviv utilice esto como una cortina de humo para cubrir el despliegue masivo de sus fuerzas con intensiones de ampliar su mapa territorial a costa de Siria.

Es un momento importante para la unidad palestina, que desde hace un mes viene celebrando acercamientos entre Hamas y Fatah, acercamientos que han molestado a Tel Aviv para lo cual, sus agencias de inteligencia y sus brutales fuerzas militares vienen intentando crear situaciones que lleve a un enfrentamiento generalizado entre ambas partes.


Desde hace décadas que Israel y en particular sus extremos sionistas tratan de apoderarse de la ciudad para, entre otras cosas, remover la Mezquita de Al Aqsa y –según ellos- reconstruir el Templo de Salomón. Todo tipo de argucias y fraudes orquestados por los colonos como son la confección de escrituras falsas han puesto a rodar para arrebatar las casas de los pobladores palestinos de la ciudad de Jerusalén sin dejar nunca claro, el uso de la violencia y el crimen como herramienta más acostumbrada.  Es por ello que la última medida de Trump es otra afrenta contra la soberanía palestina y contra la fe de musulmanes y cristianos. 

sábado, 2 de diciembre de 2017

EN DEBATE



LA HORA DE LAS RESPUESTAS

Tras el fracaso inexplicable por hallar al submarino ARA San Juan, muchos sospechan de las reales causas de ello y de que el mismo gobierno encubre la situación





Por Charles H. Slim

La tragedia del submarino argentino ya entra en horas decisivas y ello ha desatado varios interrogantes. Algunos de ellos los expondremos a continuación. Ante todo hay que señalar que el 15 de septiembre el Congreso argentino autorizo la entrada de tropas extranjeras al país, compuestas por unidades militares estadounidenses que venían a llevar adelante maniobras militares que se denominaron “Cormorán” que llevaron adelante maniobras combinadas en territorio patagónico. Igualmente Argentina no aprobó la participación de sus fuerzas en esta operación por lo cual las mismas se desarrollaron sin su presencia.

Más allá de las posturas en pro y en contra de estos ejercicios lo cierto fue que desde el mes de septiembre había una notable presencia naval de las fuerzas estadounidenses, más de lo que acostumbradamente puede verse con la 4º Flota que desde hace décadas se pasea por las aguas territoriales argentinas. No es una casualidad que la Armada estadounidense se halle operando en el Atlántico sur. La presencia de la base británica en Port Stanley que forma parte de la cadena de bases estratégicas de la OTAN en la región, es la razón sin la cual no habría el movimiento que existe dentro del mar argentino.

Por principio de cuentas, la desaparición del submarino argentino no puede normalizarse con versiones que aún no han sido comprobadas. Si bien es cierto de que existen varios factores (tanto internos como externos)  que pudieron concurrir  a este hecho, hay una conclusión que no puede ser negada y ella es que se trata de “un mensaje”.

El hecho es parte de años de abandono por parte del estado argentino de sus deberes soberanos en lo que hace a la custodia de sus derechos e intereses sobre los espacios acuáticos, mares adyacentes y su zona económica exclusiva donde gracias al sistemático desmantelamiento de la Armada, flotas de otros países –entre ellas la británica- pasan y operan sin problemas, al amparo del completo desconocimiento de Buenos Aires.

Los desastres por esta falta de presupuesto se extienden en una larga lista negra que solo para citar algunos números, en lo que hace a la Fuerza Aérea Argentina durante los diez años de gobierno del FPV cien aviones de la Fuerza Aérea se perdieron por la falta de repuestos, combustible y vetustez. Como siempre, estos hechos han sido arrojados  al cajón más oscuro de los archivos del estado con la intensión de que alguna vez, eso sea olvidado.

Ha sido por ello que el país ha caído a un estado de completa inoperatividad de las FFAA, que ha redundado entre otras cosas, en la imposibilidad de montar una búsqueda medianamente eficaz. Con este dato duro de la realidad, queda claro que sin lograr concretar este tipo de actividades, el cumplimiento de tareas de mayor riesgo y en las cuales hubieran posibilidades de un enfrentamiento abierto con unidades navales de otra potencia, sería algo ilusorio.

Con este luctuoso hecho que si bien aún no se conocen las causas puntuales que han propiciado y desencadenado esta desaparición, revela la sensible vulnerabilidad a la que se halla la república Argentina cuando no puede garantizar la seguridad de sus propios servidores públicos. Sin dudas que el factor de la corrupción político estructural es central en el hecho y que sumado al continuo plan de desarme de las Fuerzas Armadas, hoy llegamos a la situación en la que Buenos Aires deberá decidir si manejara sus asuntos de la Defensa atendiendo a cuestionamientos ideológicos-partidarios o lo asume de una buena vez como parte de una política de alto nivel con objetivos a la altura de los actuales desafíos. 

Nuevamente la administración de justicia pasa a jugar un rol central en garantizar a los familiares y a la opinión pública de esta res publika saber qué ha sido lo que realmente ha ocurrido con el submarino “ARA San Juan” y sea cual fuere las injerencias propias y/o externas, hacerlas públicas para dar un nuevo comienzo en la catastrófica situación de indefensión que padece la república.   

La publicación de las anomalías hidroacusticas que explicaron desde el gobierno, parecieran ser pistas trascendentes para poder explicar que es lo que pudo ocurrirle al submarino argentino. Para la Armada si bien las anomalías revelan “una explosión”, se ha encargado de desvirtuar que las mismas hayan provenido de un posible ataque externo. Según el informe de esta pista tecnológica que recogió una estación de escucha submarina H10S1 en el hemisferio sur, reveló dos señales que se produjeron en una secuencia temporal bastante llamativa.  La primera de estas anomalías se produjo a las 14:55 llego a los 100 decibeles  seguida por otra de unos 60 decibeles y una tercera abarcando hasta las 15:07 del 15 de noviembre que revelarían dos explosiones que revelarían algo más que incidentes surgidos dentro de la nave.

Según esta tesis, las dos señales detectadas por el centro de escucha en Viena, Austria, habrían sido nada menos que dos torpedos disparados por un submarino clase “Astute” con base en Malvinas que tras haber detectado la presencia del “ARA San Juan” dentro de las aguas de la zona de exclusión, al no tener respuestas del submarino argentino recibieron la orden de abrir fuego hundiéndolo sin más.

Según el análisis de esta información y considerando que la misma se compone de tres elementos como son dos explosiones y una tercera que se describe como sub explosiones, parecieran indicar la secuencia de un ataque con dos vectores que hicieron blanco y ya el submarino totalmente fuera de servicio, colapso completamente, explotando sus diversos compartimientos que no habían sido afectados por el torpedo principal. Esta hipótesis habría sido informada por la inteligencia rusa a Buenos Aires mucho antes de que Londres ofreciera su desinteresada ayuda.

Reconstruir la historia y retrotraernos hasta el momento de la zarpada desde Ushuaia, es imprescindible para determinar cuáles fueron los factores contemporáneos y presentes en ese lugar que pudieron desencadenar esta misteriosa desaparición. Los medios existen y las pistas pueden ser complementadas con información proveída por  agencias de inteligencia que manejan información satelital y de empresas privadas que monitorean constantemente el tráfico marítimo (https://www.marinetraffic.com/es/p/ais-historical-data )

Desde lo político esta horrorosa situación se asemeja más a un mensaje mafioso a Buenos Aires, que al producto de un infortunio por la enorme cadena de irregularidades que rodeaban a su mantenimiento técnico y presupuestario (Geopolítica.ru. “El hundimiento del submarino ARA San Juan y la decapitación del poder militar argentino”. https://www.geopolitica.ru/es/article/el-hundimiento-del-submarino-ara-san-juan-y-la-decapitacion-del-poder-militar-argentino ). Incluso y viendo el estado de degradación existente dentro del país, pudo haberse tratado de un sabotaje muy bien elaborado.

De ser veraz esta posición y de ratificarse el origen de las fuentes, el submarino no aparecerá jamás ya que ello significaría incriminar a los autores del hundimiento.

Las investigaciones ni siquiera han comenzado por el simple motivo de que no se han hallado los restos del navío ni se han recuperado los cuerpos de sus tripulantes. Las conclusiones aún son debidas y no podrán haber tales hasta tanto se haga lo primero.