LA LEY DE LA
ILEGALIDAD
La ilegal
interceptación y abordaje de varios de los buques de la flotilla humanitaria
rumbo a Gaza termina por definir la naturaleza nihilista del estado de Israel
Por Javier B. Dal
Ante la falta de compromiso de los gobiernos y de las organizaciones internacionales, en especial de Naciones Unidas, fueron las voluntades de individuos de todas las nacionalidades, condiciones sociales y credos quienes se unieron con el propósito humanitario de llevar ayuda a la población palestina que está siendo exterminada por las fuerzas israelíes. Así de simple y directo, tras rentar unos 50 barcos de toda clase y preparar las rutas para la travesía, la empresa altruista se puso en marcha sin dejar de lado que estaría plagada de peligros y un desenlace esperado.
El evento que tuvo
amplia promoción y difusión en Europa y parte del mundo árabe, estuvo bien
tapado en los medios y la intelectualidad argentina que volvemos a decirlo, hoy
tiene un gobierno pro-sionista que apoya las atrocidades y las arbitrariedades
que esta llevando a cabo el estado de Israel.
La misión persigue
romper el bloqueo naval israelí (apoyado por EEUU y Gran Bretaña) que impide la
llegada de ayuda humanitaria para paliar la hambruna, la falta de medicinas e
inplementos que o son bloqueados por las tropas israelíes o simplemente son
destruidos por sus bandas de colonos que interceptan los camiones por el paso
de Rafah. En este contexto no olvidemos que Israel con el apoyo de la
administración estadounidense desplazaron los centros de ayuda de la ONU para
reemplazarla la Fundación Humanitaria de Gaza (FHG) que es administrada por las
FDI es una tapadera cruel que ha sido utilizada para atraer multitudes de
palestinos que terminaron asesinados por el fuego israelí.
Desde el inicio se
sabía que la tarea no sería fácil y que los israelíes usarían todos sus
recursos para sabotear estos esfuerzos. En Túnez la flotilla que se hallaba
anclada recibió ataques con drones explosivos que estaban más destinados a
intimidar que a matar pero, sirvieron para saber que los gatilleros del Mossad
estaban en las inmediaciones. Hay una
ventaja que Israel desde su creación explota sin tapujos y que sin dudas
causará el descalabro del sistema legal internacional y eso es, que le importa
nada el derecho internacional. Es una cuestión histórica que esta muy bien
documentada. Israel se vale de cualquier táctica para prevalecer y este caso no
iba a ser la excepción. Aquí el truco pasaba por estar cerca y dentro de la
misma misión. Desde que comenzó todo esto, el Mossad y sus células de “Sayan” y
alcahuetes -muchos de ellos reclutados bajo extorsión, amenazas o
simplemente por dinero-, comenzaron a movilizarse para espiar, seguir y de
ser posible sabotear las manifestaciones pro-palestinas que se presentaran.
Actualmente montar
una bandera falsa o incluso llevar adelante una ejecución en suelo occidental es
un riesgo que los israelíes no quieren correr, aun cuando cuenten con la
complicidad de los gobiernos y de las fuerzas policiales locales para
encubrirlos. En el caso de la flotilla bastaría con tener pormenorizada
información de todo el trayecto y tratar de crear algún nexo con Hamas.
La expedición de
más de 40 buques estuvo infiltrada por estos elementos quienes eran los ojos y
los oídos en tiempo real de la inteligencia electrónica israelí. Los alcahuetes
sionistas no solo operaron en esta travesía. Desde los levantamientos
universitarios en EEUU y Europa los “sayan” se volvieron más activos y parte de
su trabajo ha sido señalar (obviamente desde las sombras) a los manifestantes
pro-palestinos para que los gobiernos cursen órdenes de arresto o acciones
intimidatorias, tal como lo vemos en EEUU con los elementos de la HSD y el FBI.
En tanto, la
situación sobre todo el terreno de la franja de Gaza sigue siendo
escandalosamente critica ratificando la verdadera intensión genocida de Israel.
La inseguridad es total y no precisamente por la operatividad de la resistencia
palestina. El fuego indiscriminado y varias veces deliberado de las FDI contra
objetivos protegidos por el derecho humanitario hacen que no haya garantías
para quienes tratan de asistir a la población civil. El 2 de octubre pasado en
un nuevo ataque israelí contra el hospital de campaña de “Deir Al Balah” se
mato y causó heridas entre el personal de la fundación “Médicos Sin Fronteras”
elevando la cifra de personal sanitario asesinado -entre los que se cuentan
médicos y enfermeras- en estos dos últimos años a más de 1500 de sus miembros.
Sobre lo mismo no
debemos dejar pasar a los médicos y enfermeras que fueron secuestrados por las
FDI (casos de Dr. Husam Abu Safiya y el Dr. Mohamed Obeid) que se ha comprobado
que han sido sometidos a torturas y vejaciones.
El gran problema
para una paz real es la voracidad de un estado ocupante (conducido por los
extremistas del sionismo revisionista) y su revelada intención no solo de
exterminar las reclamaciones nacionales palestinas sino a la misma población,
hace que sea muy difícil que un acuerdo como que propone Trump tenga aceptación
y ello por un simple motivo ¿Qué garantías de credibilidad hay en el mismo
Trump de que sus amigos israelíes lo cumplan?
Para los israelíes
en general y para los sionistas en particular (judíos y no judíos alrededor del
mundo) la campaña de la Flotilla humanitaria Sumud es una afrenta y es por ello
que (sin fundamentos) califican a sus miembros como “miembros de Hamas” con la
velada intención de justificar el uso de la fuerza e incluso, la eliminación
física de ellos.
Como Israel, a la
luz del genocidio que se comete, necesita justificar sus acciones complementándolas
con la difusión de información falsa o adulterada que busque desacreditar toda
la campaña. Al mismo tiempo y como de costumbre, junto a EEUU han formulado su
propio plan para un alto al fuego en Gaza que aún no convence ya que (y esta
muy bien documentado) no se puede confiar en Israel.

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