viernes, 25 de octubre de 2019



“PROXIMA GEOESTRATEGIA”
Cómo evolucionara la situación geoestratégica del Cono sur y en particular de la Argentina ante los cambios que se podrían dar en su política interior y exterior. Seguirá alineada a los planes de EEUU y la OTAN o habrá un giro inesperado hacia Rusia?

Por Charles H. Slim
El Cono sur está pasando por una metamorfosis política que a su vez modificara sensiblemente los intereses geoestratégicos y políticos de los países más importantes del “triángulo del sur”. A no confundirse, estos cambios no son en virtud de los intereses de cada uno de ellos y mucho menos, están impulsados por algunos de los mismos. Los cambios políticos internos que se vienen viendo en Chile, Argentina, Uruguay y Brasil obligan a que las potencias mundiales maniobren en la región para reposicionarse y establecer nuevas hojas de ruta de cara a una profundización de la crisis que afecta a todos estos países.

El caso argentino es emblemático sobre ésta incertidumbre. El país se halla sumido en una crisis social que tiene especial trasfondo de orden económico producto de una aguda estanflación que ya se vaticina como de larga duración y de difícil salida. Igualmente EEUU, Rusia y China tienen grandes intereses aquí y no están dispuestos a perder su influencia. Las elecciones presidenciales que se desarrollaran el domingo 27 de octubre darán como resultado la continuidad de un gobierno abiertamente pro-anglosajón que mantendrá la agenda del Departamento de Estado o, el regreso de una variante populista que tímidamente coquetea con establecer lazos con Rusia y China. Sea como fuere ninguno tiene el liderazgo político que pueda conmover a cambios profundos en la nación.

Pero si damos una chance a una reedición populista de la mano de los “Fernández”  ¿Qué podría ofrecer un posible gobierno argentino con ínfulas soberanista y multilateralista a Rusia? La posibilidad de que la Federación rusa pueda establecer un puerto militar en la Patagonia es una de las alternativas que además de posible, tendría un invalorable valor estratégico para la defensa de los intereses de Rusia, pero también lo sería para la Argentina que podría obtener de ello una muy buena oportunidad de emprender una nueva geopolítica de cara a su patética situación en el Atlántico sur.  Pero para que ello fuera viable, debe haber un gobierno argentino independiente en sus decisiones y políticamente decidido a tomar los riesgos que la empresa conlleva, algo que no se ve desde hace muchas décadas por aquí.

El gobierno de Mauricio Macri, se ha caracterizado por un sincretismo político que aglutina lo más extremo de la ideología neoliberal, neoconservadora y sionista que representada en el partido PRO luego paso a entremezclarse con la formula política de nivel nacional llamada “CAMBIEMOS”. Su alineamiento a Washington fue mucho más allá de lo que Menem concreto en la década de los noventas. Ello fue trasladado a la política exterior y más extensamente a su política de defensa y seguridad la cual y a instancias de muy discutida –por su sigzagueante trayectoria política- la ministra Patricia Bullrich se haya empapada por la participación de EEUU e Israel.

Por otra parte, las expectativas que despierta un gobierno “populista” de “Fernández &Fernández” son inciertas y ello reabre un abanico de posibilidades que aún no quedan muy claras a la luz de las visiones contradictorias que existen entre los “peronistas moderados” los “kirchneristas”.  A pesar de las arengas de apoyo al gobierno de Venezuela y a las revueltas en Chile que provienen de estos últimos, los analistas externos no ven mayores riesgos. “Perro que ladra no muerde”, dice el dicho que se acomoda muy bien a los políticos y militantes argentinos.

No se puede augurar que un gobierno semejante deshaga todos aquellos lazos estratégicos con Washington y muchos menos, cuando no tienen un plan claro y decidido para reemplazarlos. Los peronistas (si en realidad lo fueran) no son bolcheviques ni mucho menos Talibanes que puedan amenazar el Status Quo.  Carecen de iniciativa y de compromiso para semejantes metas. Igualmente hay una realidad imperante que hace que Argentina aunque quisiera tomar su propio camino, se halla en un estado de retraso y carencia material que le imposibilitaría llevarlo a cabo. Si Alberto Fernández resultara electo no le quedará otra opción que la de aceptar las circunstancias imperantes y sonreír e inclinarse ante la Casa Blanca y el Establishment político y financiero de Wall Street, tal como lo hizo en su momento Cristina Fernández durante su gobierno ¿Por qué no lo haría éste ex burócrata avenido en arrepentido?

Pero tanto uno como otro sector, han demostrado escasa vocación política por cambiar el sistema y menos aún voluntad por estructurar una política exterior acorde a sus intereses geoestratégicos de cara a controlar de una buena vez, la actividad económica, de tránsito y explotación de su extenso litoral marítimo en el Atlántico que sigue siendo usufructuado por Gran Bretaña desde las islas ocupadas en el extremos sur.

En este sentido el gobierno de Macri lejos de abordar una política de progreso para el desarrollo de su potencialidad o algo semejante opto por plegarse a todas las directivas y sugerencias del Pentágono que entre otras cuestiones, llevaría al encubrimiento de la tragedia del submarino “ARA San Juan” que dicho sea de paso, mantiene al día de hoy como desaparecidos a sus 44 tripulantes. Al mismo tiempo, la seguridad interior de sus espacios bajo la jurisdicción federal (ríos, puertos y aguas adyacentes del Río de la Plata) fue entregada a unidades y elementos israelíes lo que no es poco para los funestos antecedentes que estos tienen y de los intereses que aquí persiguen. Lo mismo con la inteligencia de la AFI que casi descaradamente ha pasado a ser más una casa de paso y descanso para la CIA, el Mossad, MI-6 que una agencia de inteligencia de un estado independiente que guarde los intereses de la república Argentina.

Igualmente sea cual sea el resultado electoral el gobierno que tome el control de un país embargado y con una severa crisis de representación como la Argentina, deberá negociar una posición mediocre entre aquellos gigantes de la geopolítica teniendo cuidado de no ser pisoteado en la tarea.

En este sentido los gobernantes argentinos no pueden seguir esquivando la realidad internacional o al menos no estudiar un desarrollo geoestratégico propio. La importancia de ello es vital atento a los ingentes cambios y continuos avances en el campo geopolítico que se da en el marco de la pugna entre la OTAN, Rusia y China.

Ello a su vez ha incrementado la carrera armamentística pero en otro nivel al conocido en épocas de la Guerra fría y que se caracteriza por la modernidad y sofisticación de los sistemas y equipamientos bélicos. 
Veamos sino que, mientras la Argentina carece peligrosamente de una Armada para responder a las amenazas que puedan penetrar por el Atlántico, EEUU y Rusia ya poseen novedosos sistemas navales que no requieren de movilizar como antaño, a grupos de tareas numerosos y logísticamente costosos. 

Es más. Últimamente ha sido Rusia quien ha tomado la delantera en este campo demostrando la eficacia y competitividad de sus sistemas de armas navales de largo alcance que han dejado a los portaaviones estadounidenses e incluso a sus costosos submarinos, en un limbo tecnológico del cual aún no logran salir. Esto se puede ver en la realidad en los escenarios del Medio Oriente y en el Caribe con la crisis en rededor de Venezuela donde pese a las injerencias de los estadounidenses y sus socios de la OTAN, no han podido completar sus operaciones –en especial de sabotaje electrónico- gracias a la intervención de la tecnología rusa.

Ello obviamente ha desatado una frenética campaña mediática anti rusa que se asemeja a la propaganda occidental y demonizadora que caracterizo la Guerra Fría.

Sabemos que la OTAN ya está en el continente, teniendo como base de operaciones territorial a Colombia lo que (como se ha visto con los intentos de desestabilizar Venezuela)  ha causado grandes alteraciones en la geopolítica regional con especial interés en beneficiar las políticas de estado de EEUU y sus operaciones militares de cara a contener los procesos y avances políticos de países como Venezuela, Nicaragua y Bolivia. A tono de esto, gobiernos como el brasilero de Jair Bolsonaro, el argentino de Mauricio Macri y el chileno  de Sebastián Piñera han sido serviles a colaborar desde las tribunas políticas como la OEA y el “Grupo de Lima” con los esfuerzos para concretar aquellos objetivos.  Es por ello que un cambio de gobierno en Buenos Aires no traerá muchos cambios para su situación geoestratégica.

sábado, 19 de octubre de 2019



“DISCORDIA EN LA CASA BLANCA”
Fuertes discusiones y gritos en la Gran casa de la democracia occidental. El duro cruce entre presidenta de la Cámara de representantes Nancy Pelosi y el presidente Donald Trump hizo recordar aquella película de los ochentas “La guerra de los Roses” ¿Cuáles serán las consecuencias de este divorcio político?


Por Charles H. Slim

Que los problemas domésticos en cualquier parte del mundo es una cosa común y hasta cotidiana de los matrimonios, no es algo que asombre, salvo que ellos se den entre ciertas parejas y en ciertos lugares en particular. Y podemos agregar que es mucho más escandaloso cuando ello se produce en forma terminante y agresiva en nada menos que en la misma Casa Blanca. 

Así se pudo ver y percibir en la reunión que mantuvieron el miércoles 16 de octubre pasado los principales representantes de la oposición demócrata encabezados por la presidente de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi y  el senador neoyorkino de la minoría demócrata y entusiasta sionista Chuck Schumer  con el gabinete de Donald Trump.

El encuentro de trabajo para abordar varios temas de la agenda política interna y externa termino en medio de una escandalosa discusión marcada por una atmosfera pesada, insultos, amagos de algún que otro manotazo y acusaciones cruzadas en temas sensibles como es el “combate al terrorismo”, la ofensiva de Turquía sobre el norte sirio y la presencia –nunca autorizada e ilegal- estadounidense en Siria.

Fue en este último tema que Nancy Pelosi estalló contra el mandatario al proferirle acusaciones tal como la de achacarle responsabilidad de lo que actualmente sucede con los kurdos en medio de una ofensiva turca y su falta de tacto con el mandatario turco Recept Tiyip Erdogan a quien le envió una carta que además de nada diplomática es un rosario de irrespetuosidades que los demócratas no acostumbran cometer. Sobre el punto de vista de Erdogan hay que resaltar que tras la oposición de los países occidentales  miembros de la OTAN a su ofensiva contra los kurdos, el premier turco se hizo la pregunta ¿Acaso el YPG ha pasado a  ser miembro de la OTAN? En alusión al armamento y equipamiento que recibe de los EEUU y otros países de la alianza.

La aversión que existe entre Pelosi y Trump supera todas las vallas políticas y claramente ha llegado a ser personal. No hay que olvidar que la funcionaria demócrata ha instado con un notable éxito el proceso político de “Impeachment” para la destitución contra Donald Trump quien ha tomado de muy mal agrado esta iniciativa.

Según algunas fuentes en esa reunión dijeron que Schumer oficio como mediador e incluso como moderador entre ambos. Pero lo cierto es que éste conspicuo sionista fue más un intérprete parcial de todo aquello. Schumer al salir de la Casa Blanca habría dicho que “Trump comenzó a insultar a Pelosi cuando estaba exponiendo su posición” al calificarla como una “política de tercera categoría” para señalarle la responsabilidad de la administración Obama por la actual situación en Siria.
Oficial estadounidense con un jefe del YPG kurdo

A pesar de los esfuerzos de Schumer por victimizar a su colega ante los micrófonos de los medios, lo cierto es que todos en el ámbito de los círculos políticos en Washington saben que Pelosi es una damisela de cuero duro con muchos años en esto como para sentirse intimidada y no surge creíble para quienes la conocen que se haya sentido cohibida y mucho menos amedrentada por la verborragia de Donald Trump ¡Cuidado con Pelosi!

Estaba claro que tanto Pelosi como Schumer trataban de desacreditar la decisión ejecutiva de Trump por retirar las tropas de la república árabe, algo que molesto al Establishment y que las quejas de éstos demócratas materializan públicamente escondiendo con ello, otros objetivos nada claros y que lejos están del interés de la Unión.

Pero las preocupaciones de Pelosi y Schumer no son sinceras. Sus inquietudes no son por la integridad física de los kurdos o por sus comunidades, o por sus derechos políticos a consolidar su autonomía a costa del territorio de la república árabe siria o incluso, por la tan proclamada “seguridad de los ciudadanos estadounidenses”. No nada de eso. Ambos volaban de furia por lo que significa para la geoestrategia de Washington –y de Tel Aviv- perder el control de un enclave estratégico como sería la “Rojava” controlada y tutelada por ellos. Con una situación semejante, EEUU podría seguir manteniendo sus bases de adiestramiento de grupos armados para agredir a Damasco y así, mantener bajo control a los incomodos prisioneros del “ISIS” en un limbo legal que les permitiría mantenerles lejos de las inconvenientes indagaciones de cortes de justicia tanto de EEUU como la EU y mucho menos de Iraq y Siria.

También quedo claro que a Pelosi y Schumer les fastidia el hecho de que tan rápido como se han replegado sus tropas (destruyendo todo lo que no pudieran llevarse), las fuerzas del ejército árabe sirio y los rusos ya han tomado el control de toda la zona llevándose a cabo en estos momentos el patrullaje de localidades como Manjib y otras aldeas que habían estado hace poco  bajo el control de las agrupaciones kurdas de las Fuerzas Democráticas Sirias “FDS” y de los norteamericanos.

También reprocharon que no se hubiera opuesto a la ofensiva de Ankara que según aquellos, pone en peligro a los aliados kurdos tratando de victimizarlos.  

En ese sentido Trump le recordó a la presidenta de la Cámara de Representantes que los “kurdos no son unos santos” refiriéndose a las atrocidades que –al amparo de la presencia estadounidense ordenada por Obama- han estado cometiendo contra las poblaciones árabes a las que (con la excusa del “ISIS”) han desplazado a punta de fusil.  En ese sentido, la frase esgrimida por los demócratas de “contener al ISIS” nos recuerda que fue durante la Administración de Barack Obama y con Hillary Clinton como la Secretaria de Estado cuando –en medio de la farsa de la Primavera Árabe que destruyó Libia- se puso en movimiento este gran embuste seudo-yihadista que tiene como uno de sus objetivos, la instauración del caos regional para la desestabilización de los países árabes islámicos.

Con ello Trump vuelve a poner en el tapete y para desagrado de los sionistas como Schumer, la complicidad de la administración Obama en la creación, implantación y propagación del programa “ISIS” para concretar fines geopolíticos en el Medio Oriente. Aunque los medios corporativos angloestadounidenses en la línea oficial del Establishment político y financiero de Washington tratan de desacreditar esto hablando de “teorías conspirativas” e incluso de “problemas mentales del mandatario”, las pruebas que se han estado recopilando desde que ese embuste penetro en Iraq y Siria son abrumadoras.

La orden ejecutiva de Trump que hizo retirar a las tropas especiales que se acantonaban en “Hasaka” y sus alrededores, rompen con estas expectativas que apuntaban a extender el mismo diseño político territorial del Kurdistán iraquí controlado por una mafia criminal que tras participar en el embuste del “Estado Islámico” puesto a rodar en 2014 logro, tras desbaratar aún más el débil control de Bagdad, arrebatar el control de más territorios a la republica de Iraq y con ellos los principales enclaves petrolíferos de Kirkuk.

En las últimas horas del jueves se informó que Turquía había aceptado un cese al fuego y que Trump habría ordenado la aplicación de sanciones contra Ankara, pero los demócratas con Pelosi y Schumer a la cabeza denunciaron que eso es falso agregando que Erdogan ha recibido el apoyo tácito de la Casa Blanca para arrollar a los kurdos, situación que agregaron, “beneficia a los adversarios de Washington.

En las actuales circunstancias la consternación y la preocupación de los demócratas pasa por no perder la alianza con los kurdos sirios y no perder el control de los campos petrolíferos sirios de Deir Ezzor. No sería de extrañar que a partir de esta retirada se reactiven las actividades del “ISIS” cumpliendo con la opinión del general James Mattis quien en una entrevista vaticinó que la retirada haría resurgir al “ISIS”; muy conveniente ¿No lo cree usted?

lunes, 14 de octubre de 2019



PEON CAIDO”
Tras el inicio de la ofensiva turca sobre el norte de Siria Washington ha ordenado la retirada de sus tropas, entonces ¿Han dejado de ser útiles los kurdos?

Por Charles H. Slim
Si ha habido un enconado colaborador con los complots sionistas dentro el mundo árabe islámico ese sin dudas es el pueblo kurdo. Pero debemos ser justos y no extender esta oprobiosa situación a todo un pueblo o etnia como si lo hacen los gobiernos y medios occidentales con los musulmanes. 

Repartidos dentro de cuatro estados, insistentemente han sido tentados por aquellos actores para fabricar estructuras nacionales tendientes a crear disrupciones en los estados que albergan. No todos han flaqueado a estas tentaciones y su mayoría los kurdos conviven pacíficamente con los habitantes de países como Irán y hasta antes de 2012 en Siria. Han sido y siguen siendo sus dirigentes políticos quienes llevan adelante acuerdos oscuros con Washington y Tel Aviv que ante todo, les dan ganancias a ellos mismos y a sus clanes para recién después argumentar o permear algún beneficio para sus poblaciones.

Occidente (EEUU, Francia y Gran Bretaña) y en particular Israel han sabido explotar las costumbres, las necesidades y las arbitrariedades a las que históricamente los kurdos se han visto expuestos.  Un pueblo nómada y disperso en esta región estratégica de Asia Occidental se volvió de interés para quienes buscaban penetrar en la Mesopotamia. Las continuas luchas con los árabes y en particular con los iraquíes y los sirios, los hicieron de interés para concretar los objetivos estratégicos de Tel Aviv aplicándose a esta situación el dicho de los sionistas que reza “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”. Fue así como el “Mossad” israelí comenzó por mediados de los años cincuenta a establecer contactos con el Clan Barzani con quienes concretaron todo tipo de negocios y contrabandos para comprarse su lealtad y de ese modo usarlos como elementos clave para desestabilizar Iraq.

Por otra parte, la relación de las potencias coloniales occidentales con los kurdos comenzó a comienzos del siglo XX cuando británicos y franceses llegaron a la región para repartirse el Medio Oriente con la finalidad de acaparar los recursos petrolíferos.

Precisamente en los territorios donde se asentaban las aldeas kurdas había grandes yacimientos de petróleo y gas de los cuales obviamente no tendrían derecho a obtener las ganancias de su explotación. Igualmente quienes si obtenían ganancias por su colaboración eran los jefes del Clan quienes garantizaban la sumisión y el orden de sus pobladores a las empresas extranjeras.

Con el pasar de las décadas la importancia de los kurdos fue en altibajos. Cuando EEUU ingreso a la región en 1991, necesito de ellos para crear caos dentro del norte de Iraq pero abandonándoles al poco tiempo por el fracaso en la insurrección contra el gobierno de Saddam Hussein. Y aunque la CIA  alentaba y apoyaba las actividades subversivas contra Bagdad aquellos las hacían extensivas contra Ankara, algo que complicaba las relaciones con Washington.

Desde entonces los kurdos han sido un elemento estratégico en el desarrollo de los planes norteamericanos para reorganizar el Medio Oriente lo que sin lugar a dudas es aprovechado por Israel.

Los principales involucrados en estos planes son los partidos kurdos iraquíes que se aglutinan en torno a clanes, un factor organizacional que ha sido un freno para el desarrollo de revoluciones internas lo que a su vez propició el encumbramiento (incluso mediante la fuerza) de unos por sobre los otros. El caso del Clan Barzani es puntual aquí ya que, con asiento en el norte de Iraq, éste grupo creo una estructura feudal sostenida por un linaje e influencia de la familia Barzani que proviene del primer líder independentista el General Mustafa Barzani quien en 1946 trato de repeler a los iraníes en sus intentos de expulsarlos de su territorio.

Los principales enemigos del nacionalismo árabe y más tarde de la revolución islámica de Irán (1979) vieron en los kurdos el elemento fundamental para penetrar en la región y horadar desde dentro a las sociedades de los países señalados como objetivo. Pero había un gran obstáculo en medio y ese era Turquía. Allí los kurdos como etnia, era y sigue siendo una entidad oprimida a tal modo que se persigue su “turquización” tratando de anular sus costumbres, idioma y por supuesto, sus ideales políticos de independencia. Hoy la pelea continúa y se agrava por estas horas.
kurdos flamenando bandera israelí el Kurdistán

Pero los eventos de 2012 trajeron a la luz la cara más torva de los kurdos demostrando que estaban dispuestos a traicionar a quienes, al contrario de los turcos, les habían concedido beneficios políticos por una bolsa más grande de dinero. Cuando el plan occidental para derrocar a la república árabe siria se puso en marcha (con el embuste de “ISIS” incluido), las agencias de inteligencia (entre ellas el Mossad) comenzaron a gestionar la ayuda y cooperación de los grupos de autodefensa “YPG” kurdos para alinearse a la farsa de la “revolución” que se había montado. Ineludible sería la gestión de agentes iraquíes del “PDK” que responde al Clan Barzani buscando convencerles (con transacciones monetarias y promesas territoriales) de aprovechar el momento para levantarse contra Damasco, tal como lo habían hecho ellos contra Bagdad tras la invasión de 2003.

En junio de 2014 representantes del Clan Barzani participaron en una reunión secreta llevada a cabo en una locación de Aman, Jordania, donde junto a representantes de la CIA –con la participación de algún agente del Mossad-, del MIT (Milli Isthibarat Teskilati) turco y delegados de grupos de la resistencia iraquí (en especial el Ejército Nakshaibandi) acordaron el ingreso y despliegue del “Estado Islámico” en Iraq, un embuste que tendría como único objetivo montar una base territorial de apoyo para las operaciones contra Siria.  

La situación de Kobani en 2015 fue aprovechada por los medios occidentales para elaborar una “novela épica” destinada a convencer a la opinión pública sobre la necesidad de intervenir en favor de los kurdos y al mismo tiempo y bajo cuerda, convencer a los partidos kurdos sirios para darle la espalda a Damasco y aprovechar la situación existente para crear la “Rojava” (Federación de Norte de Siria).  La oferta era tentadora y para respaldarla se ofrecía el aval del apoyo estadounidense quienes inmediatamente crearon y financiaron las “FDS”, otro embuste operacional con fines propagandísticos. Pero esto solo podía darse con el acuerdo tácito de Turquía algo que los kurdos más escépticos (incluyendo a los del “PKK”) se dieron cuenta de inmediato no aceptando este acuerdo. La promesa de “democracia y la libertad” fueron el anzuelo para tentar a los kurdos sirios de traicionar a la república Siria, pero también el poder gozar de los beneficios de los campos petrolíferos de Deir Ezzor, apropiados por los estadounidenses con su complicidad.

Pero las agrupaciones del “YPG” se convirtieron en los peones de los “FDS” quienes a su vez hasta hace una semana servían con entusiasmo (y la cobertura aérea estadounidense) a las estrategias de Washington, creyendo que ello les proporcionaría un estado a costa del territorio sirio que los protegería de Ankara. Para conseguir esto, se les convenció que ayudando a destruir a la nación siria podrían erigir su “Rojava”.

Pero esto ha cambiado radicalmente hace tan solo una semana cuando Trump, sabiendo de la ofensiva turca, ordeno la retirada de las fuerzas especiales de la zona. Tras el inicio de los bombardeos turcos, algunas posiciones estadounidenses fueron alcanzadas y sin ordenes de  repeler la agresión, sin oponer resistencia abrieron paso a los blindados turcos que cruzaban la frontera. Ahora los kurdos de las “FDS” y sus serviles de la “YPG” están solos y saben que ha llegado la hora de ajustar cuentas por su traición. La farsa del “ISIS” (respaldada en su momento por Tiyip Erdogan y su gobierno) fue prácticamente desactivada por el ejército sirio y las tropas rusas quienes realmente combatieron y desmantelaron a las bandas armadas.  Ahora ante la desgracia, varios de los jefes de las “YPG” que bajo las promesas de los “FDS” se habían plegado a los estadounidenses e incluso causaron la muerte de muchos árabes sirios ruegan por un acuerdo con Damasco pero, como suceden en el ajedrez “la reina no negocia con un peón”.

jueves, 10 de octubre de 2019



LA GUERRA PROXY”
Cómo ha evolucionado el uso de mercenarios y grupos irregulares en los conflictos actuales y en particular en Siria

Por Charles H. Slim
El uso de tropas mercenarias es algo tan antiguo como la guerra misma pero ello se ha ido complejizando con el paso de las décadas al punto de transformarse en un activo empresarial que cotiza en bolsa. Tropas mercenarias estuvieron en ambos bandos de la acción en la guerra de las Malvinas de 1982, como un antecedente curioso en el Cono sur. Sus servicios pueden ser contratados por gobiernos o particulares pero en los últimos 35 años a esta parte se ha venido viendo un crecimiento en su organización y participación en los conflictos regionales más variados. Sus miembros no tienen más moral que la que se pueda pagar y actualmente tienen como principales escenarios, las guerras de conquista enmarcadas en planes geoestratégicos. Hacer una revisión de la historia de esta táctica militar sería una tarea interminable para un solo artículo, pero no podemos dejar de al menos mencionar cual ha sido la evolución de los últimos treinta años hasta esta parte y su incidencia en la actual y convulsionada realidad internacional.

Sin dudas que en los últimos años el uso de estos recursos humanos ha ido creciendo en forma alarmante llegando a confundirse su desarrollo y operatividad con las simples agencias de vigilancia de supermercados compuestas por ex miembros de fuerzas policiales y militares.

Pero en el negocio de la “seguridad” en el verdadero sentido, no hay lugar para sujetos que no tengan cualidades operativas natas y mucho menos para holgazanes que solo aspiren a ganar una mensualidad metidos en una caseta de vigilancia. La profesión (si así podemos llamarle) del mercenario requiere de importantes cualidades tanto físicas como mentales para darle al servicio que prestan, una cuota de calidad y eficacia. Los aspirantes de las empresas más importantes suelen ser ex miembros de fuerzas armadas y grupos especiales de las principales potencias quienes trasladan sus talentos por un sueldo o porcentajes de acuerdo a las operaciones en las que participen.

Uno de los proveedores más importantes de estos servicios son ex militares israelíes quienes montan empresas privadas (como son la International Security Academy -ISA- y la GPE.S.A. entre muchas otras) para luego instalarse en otros países donde además de proveer de servicios a particulares, adoctrinan a las fuerzas militares y policiales.

En la década de los noventas hubo mercenarios en la guerra del Golfo Pérsico en 1991, en los Balcanes, en las guerras de África, en los conflictos centro asiáticos como lo fue el de Nagorno Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán; en las invasiones de Afganistán en 2001 y de Iraq en 2003 se utilizaron como nunca estos servicios privados  -conocidos como Contratistas- , y así llegamos a nuestros días en lugares como Siria, Libia y por supuesto operando con bases en países de la región, están estos grupos pertenecientes a empresas privadas que pese a predominar las de origen estadounidenses, no son las únicas en el negocio.  Solo para ilustrar esta variedad, hay que recordar que en Iraq para el 2007 habían “contratistas” de nacionalidad tan variada que iban desde estadounidenses, italianos, franceses y pakistaníes para solo citar algunos.


Muchas de las empresas norteamericanas que participaron en las campañas intervencionistas de la Casa Blanca, siguen operando bajo otros nombres, especialmente para tratar de escapar a cuestionamientos legales y jurídicos por varios hechos criminales en las que se han vuelto involucradas. El caso de la empresa norteamericana “BlackWater” es el caso emblemático, la cual tras haber participado en todo tipo de crímenes de guerra contra los civiles iraquíes y afganos (incluyendo operaciones encubiertas),  tras varios intentos por pasar desapercibida transformando sus denominaciones, decidió en última instancia cambiar el nombre de su emprendimiento a “ACADEMI” la cual tuvo una participación en un intento fallido de golpe (con magnicidio incluido) contra el presidente venezolano Nicolás Maduro en febrero de 2015.

Estas empresas se han convertido en actores preponderantes en las llamadas “guerras proxy” o también “subsidiarias” en las cuales las potencias usan escenarios ajenos y a terceros para enfrentarse. Se puede asegurar que esta táctica se ha ido degenerando a tal punto, que han servido para crear grupos símiles pero para realizar tareas más complejas, específicas y sucias (Caso del “Daesh”; “Jabbat Al Nusra” entre otros).

Actualmente estos grupos se entremezclan con los grupos especiales, los grupos irregulares de agencias de inteligencia (falsos yihadistas) y milicianos apoyados por cada uno de los gobiernos participes en las contiendas (los kurdos del PKK alineados a EEUU e Israel).  Algunas de estas empresas tienen componentes de varias nacionalidades lo que le da una mayor versatilidad en los escenarios donde presta sus servicios. A su vez, han progresado otros emprendimientos extranjeros. En Siria se ha estado viendo como este fenómeno se ha diversificado en forma extraordinaria dejando entrever la participación de otras empresas extranjeras que compiten con las acostumbradas anglosajonas al servicio del gobierno federal estadounidense.

El caso de las empresas rusas “Wagner” y “Slavonic Corps” son ejemplos puntuales de su accionar en Siria causando rispideces con Washington y sus aliados en el terreno. En ambos casos los estadounidenses acusan a Rusia de que estas empresas privadas son en realidad máscaras de su inteligencia militar a cargo del GRU e incluso del servicio exterior  FSB que ejecutan operaciones para el gobierno. Ciertamente los norteamericanos no pueden señalar errores o realizar críticas a nadie ya que ellos han sido pioneros en colocar grupos privados en escenarios como Afganistán, Iraq y Libia que estaban (y continúan) vinculados por suculentos contratos al gobierno federal.

A comienzos de año más precisamente en febrero, se produjo un enfrentamiento en la provincia de Eir Zzor en el norte sirio entre un equipo ruso de “Wagner” con los milicianos kurdos apoyados por los estadounidenses, causando una escaramuza sangrienta de la cual los rusos habrían sacado la peor parte. Este resultado se dio por la asistencia aérea estadounidense con la que cuentan los kurdos.  El incidente habría causado rispideces diplomáticas entre Washington y Moscú revelando la funcionalidad de los grupos kurdos a los planes estadounidenses en la región.

Aunque algunos especulan que este incidente puede (por presiones del Kremlin) haber causado la desarticulación de la empresa “Wagner”, ello no significa que otras empresas rusas tomen sus lugares.

Si los mercenarios rusos trabajan por dinero o para el GRU puede ser discutible e incluso posible, lo que no quedan dudas es que los mercenarios estadounidenses y sus grupos kurdos que desde el 2012 trabajan (atacando al gobierno sirio, desplazando poblaciones árabes  y liberando zonas para los grupos yihadistas del “ISIS”) para desestabilizar al gobierno sirio, claramente están al servicio de los planes geopolíticos de Washington.