jueves, 9 de mayo de 2019




AMENAZAS Y 
SANCIONES CONTRA VENEZUELA”

Cuál es el verdadero origen de la situación económico social de Venezuela

Por Javier B. Dal
Uno de los argumentos que utilizan los partidarios de Juan Guaidó para demonizar al legitimo gobierno de Maduro y que es deliberadamente amplificado por los medios de comunicación de la región es la situación de crisis social de la población venezolana, propiciada por falta de alimentos, medicinas e insumos varios necesarios para la vida de los habitantes, que han sumido al país al borde del caos. Obviamente no aclaran y no les interesa hacerlo, sobre cuáles son las causas reales que vienen propiciando el corte del flujo de estos elementos vitales para la vida humana.

Las cadenas informativas norteamericanas afines a al Establishment político y financiero que maneja el poder en Washington y los medios convencionales de todo el Cono sur, no hacen más que radiar una versión intoxicada y mendaz de lo que ocurre en el país caribeño. Es cierto que hay una crisis social acuciante por desabastecimiento y falta de productos básicos para vida diaria de una familia venezolana pero, ello no es producto de la ineptitud, la especulación o de la corrupción que dichos medios acusan sobre el gobierno caraqueño.

Venezuela tiene un talón de Aquiles que Washington explota y éste es la dependencia de las importaciones. Es por esto que el Departamento de Estado y del Tesoro norteamericano por canales diplomáticos y la CIA por su lado mediante acciones clandestinas ejecutadas junto a colaboradores de la región, pueden estrangular con eficacia la economía de pequeño país como Venezuela. Sin eufemismos, se trata de operaciones destinadas a subvertir el orden interno de un estado soberano. Parte de estas actividades subversivas son los sabotajes a la infraestructura de servicios públicos y de instalaciones gubernamentales que en gran parte, son realizada mediante ciberataques lanzados por la NSA. A la muerte de Chávez en marzo de 2013, el boicot se fue reforzando paulatinamente hasta llegar al corte del crédito y el bloqueo financiero (con la complacencia de Wall Street y City de Londres) para buscar la desestabilización social.

Simplemente, los productos no llegan al país o mejor dicho, no se les deja llegar mediante diversas tácticas. Y es que los medios no dirán que Washington viene impulsando desde hace varios años sanciones comerciales que además del alimento, inhibe la entrada de productos e implementos de imperiosa necesidad para la atención médica. Desde hace tiempo que Caracas denuncia actos de sabotaje sobre convoyes de camiones que tratan de ingresar mercaderías desde Colombia los cuales son asaltados, desviados y hasta destruidos por “desconocidos”. Tal vez usted se asombre por ello o no pueda creerlo, pero esto no nada nuevo en las tácticas de presión que implementa EEUU y sus aliados occidentales. Cortar los suministros de agua, comida y electricidad de ciudades enteras, ha sido una táctica sucia muy bien planificada y ensayada durante las últimas décadas en las intervenciones llevadas adelante contra otras naciones. Esto es una fase de las políticas de ablande y persuasión que desde hace mucho tiempo, ejercitan sobre poblaciones enteras.

No hay nada de democrático ni menos aún de piadoso detrás de estas tácticas de guerra sucia económica. Son en otro nivel, similares a las técnicas de tortura y abusos físico y psicológico que se ejercitaban sobre los prisioneros que la CIA y los militares estadounidenses, junto a sus colegas británicos ensayaron con descarnada continuidad en Iraq y Afganistán.

La ilegalidad y la brutalidad que estas medidas representan ante la vigencia de una legalidad internacional cada vez proclive a proteger los derechos universales como son la integridad física, la libertad y la vida, una abominación que no debiera permitirse. Son a simple vista condenables por los países que aun tengan algún viso de independencia política y económica, pero la realidad de cómo se canalizan las inquietudes y las posiciones dentro de Naciones Unidas dejan mucho que desear para hallar un equilibrio ante la costumbrista influencia y arbitrariedad de Washington.  

El 25 de abril último el canciller venezolano tras denunciar el sufrimiento causado al pueblo venezolano por las sanciones y restricciones que Washington imprime desde hace varios años a las necesidades de los venezolanos (sin distinciones), debió tolerar que un día después la representación de EEUU ante el foro influenciara al secretariado general de la organización para que lo sancione por decir la verdad. Pero ¿Qué diablos ocurre? Bueno, ninguna novedad hay en todo esto ya que la influencia de los EEUU dentro de la ONU ha venido siendo notoriamente escandalosa y reprochable la cual ha venido siendo denunciada por algunos mandatarios.

La actitud y estas posturas aborrecibles de Washington ya han cansado incluso  a muchos sectores políticos dentro de los EEUU que abiertamente y sin eufemismos expresan públicamente su desacuerdo con aquellas políticas calificándolas como ilegales, despiadadas  y fallidas, tal como lo declaro el profesor Jeffry Sachs.

La presentación del canciller venezolano Jorge Arreaza del 25 de abril último, detallando el sufrimiento que causan las medidas contra el comercio y las finanzas de su país, dejo en evidencia ante los miembros del foro cuales son las verdaderas finalidades de aquellas. Una de las medidas es el “congelamiento de cuentas bancarias” que sin base legal ni arbitrio judicial alguno, Washington se arroga el derecho de intervenir y desviar fondos de un país soberano por cuestiones políticas que solo implican intereses propios.

Tal como lo denunciara el mismo Hugo Chávez, como lo ha hecho el actual mandatario Nicolás Maduro y varios analistas internacionales, lo que persigue Washington con estas maniobras, además de derrocar a un gobierno legítimo que no le permite expandirse en la región, es apoderarse de la empresa petrolera PDVSA.

Y mientras esto se llevaba a cabo en Washington ya se preparaban nuevas medidas para apretar aún más las tuercas del país caribeño. Como Caracas ha logrado soportar las presiones que se suscitaron por los fallidos intentos de golpe de estado, en las últimas horas el vicepresidente Mike Pence fue más allá y lanzó amenazas a la administración de justicia de Venezuela si no se ajustaba a sus lineamientos políticos. Esto demuestra una situación de inaudita  arbitrariedad que desnuda ante la opinión pública regional e internacional la real naturaleza de la política exterior de Washington.