viernes, 29 de mayo de 2020


“A VIEW OF MACRI”
El actual gobierno de Alberto Fernández parece estar buscando todo tipo elementos para desacreditar a la oposición y parece haberlos hallado ¿Será el fin de la carrera política de Macri?

Por Dany Smith
El martes por a mañana se conoció la noticia sobre la presentación electrónica de una denuncia por espionaje realizado por la administración de Mauricio Macri sobre unas cien personas vinculadas a la dirigencia política (opositora y propia), el sindicalismo, periodismo, dirigentes sociales y policías de alto rango. Lo peculiar de esto no era en sí esta práctica tan acostumbrada en la vida política del país, sino que esta habría sido encargada por el entonces presidente Mauricio Macri al jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Gustavo Arribas.

Esto ha dado lugar a un gran escándalo que tiene profundas consecuencias legales dado que esta red de espionaje electrónico que consistía en la intrusión de mails y comunicaciones telefónicas privadas no estaba autorizada por un juez federal. Pese a que muchos creyeron que no pasaría nada, en las últimas horas se ha sabido que el fiscal federal Jorge Di Lello decidió impulsar una investigación penal al ex presidente Mauricio Macri, a Gustavo Arribas y a la señora Silvia Cristina Majdalani[1] como directores de la AFI. Pero tal vez, lo más importante sean sus consecuencias políticas a mediano plazo y con ello, el aprovechamiento que hará el gobierno de Alberto Fernández para desquitarse y deshacerse de sus opositores.

Algunas señales de que el gobierno macrista estaba usando inteligencia ilegal se advirtieron en 2019. Pero ¿Acaso esto era algo inusitado dentro de la vida política de éste país? Para nada. Desde que se tiene noción de la vida política en el Río de La Plata, el alcahuete y el buchón han sido una de las condiciones sine quanon para ascender dentro de la sacrificada militancia partidaria.

Asimismo tampoco debería despertar ninguna sorpresa esta noticia, dado que Macri durante su administración como jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma, fue quien –pasando por encima de la legislatura porteña, el mismo Congreso y de las leyes de la nación- formó una red paraestatal de espionaje telefónico que estuvo dirigida por un ex policía federal y abogado de nombre Ciro James, un personaje del mundo del espionaje y la intriga local, para lo cual requirió la colaboración de nada menos que “expertos” de  la CIA y el Mossad israelí siendo ello un escándalo mudo en los medios.

Incluso la proyección, creación y preparación de la actual policía metropolitana de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) fue estructurada bajo parámetros y el asesoramiento de especialistas  estadounidenses e israelíes, lo que ya marca de por sí, la falta de independencia y la debilidad del estado en el campo de la seguridad interior.

Al frente de esta nueva y sofisticada fuerza policial fue puesto Jorge “El Fino” Palacios, un comisario jefe de la División Delitos Complejos de la Federal quien fue recomendado por la embajada de los EEUU en Buenos Aires y sospechado de haber estado involucrado en la oscura trama que rodeo las complicadas y entorpecidas investigaciones del atentado de la AMIA de 1994 durante la década menemista, una época en la que las empresas privadas de seguridad ligadas a ex agentes de la CIA como “EXXEL Group” y “HOLDER ASSOCIATES” –dirigida por Frank Holder con vínculos en la Justicia Federal -, cayeron en el país para abrir sus propios emprendimientos. Un dato a tener en cuenta, es que esta  última empresa fue la que muy convenientemente –y tras el asesinato del periodista Cabezas- se quedo con las empresas de AlfredoYabran.

Majdalani y Arribas
En realidad este episodio de la historia argentina no hace más que recordar cual fue el grado de penetración y control que ejercen las agencias de inteligencia anglo estadounidenses (MI-6, CIA) y sus colegas israelíes (Mossad) sobre las fuerzas de seguridad argentinas y también dentro de los círculos de la justicia federal (Como se pudo ver con el fiscal Alberto Nisman).  Si bien la infiltración de agencias británicas como el MI-6 databa de otras épocas –Según la lista publicada por el ex agente Richard Tomlinson[2]-, con la presidencia de Carlos Menem  (desde 1989 a 1999) se abrieron las puertas de par en par a sus socios estadounidenses e israelíes quienes, además de sus objetivos trazados por la Casa Blanca, trajeron consigo sus metodologías y asuntos sucios. Desde entonces la seguridad y la inteligencia argentina demostraron estar altamente comprometidas y al servicio de otros intereses.

Obviamente nada de esto fue publicado o incluso sutilmente sugerido por los sagaces periodistas de los medios argentinos quienes desde entonces, prefieren mantener silencio.

Cuando Macri y su gente ganaron las elecciones en 2015 muchos auguraron con acierto que ello propiciaría la ampliación de aquellas incumbencias con la cooptación total de las fuerzas de seguridad, de inteligencia y de las FFAA. Esto fue lo que sucedió con el jefe de la Policía de la provincia de Buenos Aires, Pablo Bressi quien –en plena era Kirchnerista- fue “elegido” en 2009 por sugerencia de la embajada de los Estados Unidos. Sin dudas esto fue una prueba más de la profundización de la injerencia externa en los asuntos internos del país.

Con un sector claramente sionista y pro-estadounidense dentro de CAMBIEMOS (destacado por Ronald Lauder)[3] y muy decidido a estrechar estos lazos más allá de lo meramente cultural, se pudo saber que tanto en la provincia de Buenos Aires y a nivel nación la intervención de las embajadas de sendos países tuvieron un papel central para elegir a funcionarios, oficiales y jefes de las policías locales.

En igual forma, era de esperar que tanto la CIA como el Mossad se avocaran a formatear a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) a gusto y de acuerdo a sus propios intereses. El momento no podía ser más propicio. La principal excusa para que estas agencias puedan operar con tal desparpajo son las tan mediatizadas amenazas del terrorismo “islámico”  que argumentan por los ataques de 1992 y 1994 responsabilizando sin pruebas concretas a Irán y a “Hesbolá”.

Con una infraestructura derruida (que imposibilita de recopilar y procesar información) y sin objetivos estratégicos ciertos esta área sensible de cualquier estado soberano, en Argentina la estructura de inteligencia solo era y sigue siendo un pozo sin fondo para los recursos reservados que –a medias con el poder político- terminan alimentando a una mafia que sirve al mejor postor.

Richard Tomlinson ex MI-6
Las consecuencias de esto pudieron advertirse rápidamente con la asunción de Macri. A la inmediata subordinación a los intereses geopolíticos de Tel Aviv y Washington, se dieron pasos en concreto en ese sentido. El bochornoso incidente con “Marcelo D´Alessio” un agente inorgánico tanto de Tel Aviv como de Washington vinculado a la ministra de seguridad Patricia Bulrich (y algunos periodistas), fue una prueba de que había una estructura de inteligencia paralela que no respondía al estado. Pero claro, este fue otro episodio que  fue guardado bajo el cajón de los medios.

Al mismo tiempo, la Casa Rosada auspiciaba el ingreso de equipos y personal militar y de inteligencia de ambos países, permitiendo la instalación de nuevos y sofisticados sistemas de intervención de las comunicaciones electrónicas con softwares como “Pegasus” (provisto por NSO Group)[4]  por medio del cual las agencias de inteligencia de Israel espía ilegalmente y sin control alguno las actividades de periodistas, políticos y gobiernos de todo Latino América.

A esta empresa y otras del mismo rubro se las involucra con la provisión de estos sistemas a gobiernos con historiales aberrantes sobre la violación a los derechos humanos algo que a los israelíes poco les importa cuando se trata de negocios. Gracias a este sistema, las agencias de inteligencia pueden seguir, conocer dónde y con quién esta una persona que en varios casos son marcados para ser eliminados demostrando lo democrático de sus métodos.
Bajo la excusa de la seguridad,  el combate al narcotráfico y el terrorismo, el ministerio de seguridad bajo la dirección de Patricia Bulrich Pueyrredon (ex montonera)[5] permitió este tipo de injerencias vulnerando de forma inconsulta e ilegal la intimidad y las libertades de todos los habitantes del país.

La instalación de este Sofware presupone que el país se halla dentro del circuito de vigilancia de los cuarteles de Ciberguerra israelíes (en Israel) desde los cuales, mediante operadores en salas además de “escuchar y grabar” las conversaciones de las redes,  se llevan adelante todo tipo de acciones intrusivas sobre telefonía celular, correos electrónicos, cuentas de redes sociales y redes de los habitantes de un país objetivo.

Macri y su gobierno entregaron lo poco que le quedaba de secreto a su estructura de inteligencia y la volvió definitivamente en una subsidiria regional de aquellas agencias foráneas. Así como la anterior SIDE era un “colador” con insondables fondos reservados que se avocaba al espionaje con finalidades extorsivas por encargo político de turno, la actual AFI al parecer sigue cumpliendo las mismas funciones con el agregado de que se extienden más allá de las fronteras del país. 

Como quedo claro, Macri no venía a dar aires de renovación a la “vieja política” ya que al parecer usó los mismos trucos sucios y prácticas que ya se venían utilizando desde antaño tanto él mismo como la vieja estructura política, incluyendo al gobierno Kirchnerista.

Cuando a finales de 2019 asumió el actual gobierno de Alberto Fernández, puso a cargo de la inteligencia a la diputada Graciela Camaño como interventora de la AFI quien al poco tiempo de estar en funciones, habría descubierto por casualidad, material que evidenciaba la ejecución de una operación de escuchas e intervenciones en las comunicaciones de una larga lista de personas llevadas adelante por la agencia en el periodo anterior.

Lo curioso de esto es la forma en que aparentemente se habría descubierto este espionaje. Aparentemente alguien “encontró” en un disco duro (Western Digital) de una de las computadoras de la AFI, toda la operación con los datos previamente borrados ¿Casualidad? En realidad nadie puede creerse eso. Alguien que estuvo involucrado en esa operación simplemente soplo el dato y fueron a recuperar ese disco. Si fue así, habría que ver que otras incidencias podrían salir a la luz y habrá que preguntarse  ¿Por qué creen que lo habrá hecho


[1] Conocida como “la Turca” tuvo participación en el gobierno menemista de la década de los noventas y estuvo involucrada en causas de corrupción, ´Se acerco al PRO en 2005 y allí opero pese a su largo historial de denuncias por delitos varios.
[2] Richard Tomlinson fue un agente del MI-6 reclutado en 1990 y tras ser despedido en 1995, publico en la revista Executive Intelligence Review fundada por Lyndon La Rouche, una lista con 117 nombres de agentes de la agencia repartidos alrededor del mundo, incluidos los que operaban en Argentina.
[3] En una Conferencia realizada en Buenos Aires en 2016, el presidente del Congreso Mundial Judio (WJC en sus siglas en inglés) destacó la importancia del presidente Macri y su gobierno con la causa sionista.
[4] Empresa de tecnología israelí que entre otros clientes tiene a Arabia Saudita quien habría usado este sistema para espiar y rastrear al periodista Jamal Khashoggi quien en octubre de 2018 fue capturado, torturado y descuartizado dentro del Consulado en Turquía por un equipo de la inteligencia saudita (socia de la CIA).
[5] Su participación en la agrupación armada Montoneros durante la década de los setentas, no fue para nada superficial. Su alias en aquella época era “La Piba”. http://revistaanfibia.com/cronica/la-conversion-de-la-piba/ 

lunes, 25 de mayo de 2020


“LA PUERTA DE ORIENTE”
En la actual confrontación entre China y los EEUU los países cuando regresen a la normalidad deberán maniobrar para estar de un lado o del otro ¿De qué lado se posicionara Argentina?

Por Javier B. Dal 
Mientras el mundo se reorganiza tras el confinamiento por el COVID-19, en Argentina al parecer la medida de encierro que limita los derechos de sus ciudadanos y ha destruido su precario sistema económico pareciera estar siendo aprovechada por su gobierno para la concreción de objetivos políticos internos.

Lo hemos dicho muchas veces, Argentina es un país sin argentinos al menos, así podemos decirlo de quienes en una amplia mayoría habitan la Capital federal o la Ciudad Autónoma. Su élite económica y financiera tiene mucha más relación y empatía con el exterior –en especial con EEUU y la UE- que con la realidad del interior de su propio país y en esta posición además de los  medios capitalinos, claramente están sus políticos. 

Esta desconexión se revela una vez más en la actual situación y habla de un país derrotado. Con esto a la vista muchos podrían preguntarse ¿Qué clase de futuro puede tener un país así? Claramente ninguno que se halle ligado a un desarrollo propio y con una libertad política para salir al mundo. Es por ello, que no le queda otra opción que colarse de la ola que pase en su primera oportunidad pero ¿Cuáles pueden ser estas?

El camino estadounidense es uno de estas opciones más conocidas. Pero, con la magra experiencia que ha dejado esta relación,  actualmente de la mano de una administración esquizofrénica y caprichosa como la de Trump (que deshace tratados, apuesta por los doble raseros y las amenazas veladas), Argentina solo tendría migajas a cambio de una absoluta lealtad. Otro camino sería, reconstruir la sociedad político-comercial con Brasil para recrear el Mercosur algo claramente improbable. Y por último, podría optar por un alineamiento a la geopolítica de China que viene creciendo en su influencia comercial y tecnológica (especialmente en Europa) algo que da lugar a que se esté hablando de un “siglo asiático”.

Vemos como el mundo, lejos del aletargador terror informativo que sigue difundiéndose por los medios argentinos, demuestra que las consecuencias del “Coronavirus” no fueron lo que muchos estaban describiendo. Hay incluso informes de médicos italianos (centro de impacto de esta pandemia) que han denunciado la inflación de las cifras de muertos por el virus utilizando los decesos producidos por otras afecciones. Como ello comenzó a despertarse un posible escándalo en puerta para los gobiernos y sus ministerios de salud, quienes ante la advertible ola de pedidos de autopsias para peritar dichos muertos, se ordeno convenientemente la incineración de los cuerpos. Muy conveniente ¿No lo cree usted?

Pero en Argentina, aún con un gobierno que se dice “populista” y supuestamente confrontado con los manejos del Establishment Global, parecen acatar muy religiosamente la versión de “virus mortal” que obliga al aislamiento de toda la población sin distinguir entre sanos y potenciales enfermos, olvidando que esta medida sugerida por el controvertido infectologo Neil Ferguson y el virólogo Richard Hatched se trata de una estratagema política y no sanitaria.

Nada nuevo bajo el sol en estas tierras australes. Una vez más, el país se ve agobiado por una catastrófica situación económico-financiera que se revela con la entrada en un Default técnico que ya preanuncia una recesión con la disparada del precio del Dólar estadounidense y una inevitale devaluación de la moneda nacional que ya se evidencia con una caída estrepitosa de su PBI y la próxima emisión de un billete de 5000 pesos.
Así podría ser un salario mensual en Argentina

Sin posibilidad de inversiones externas ni auxilios crediticios (gracias al endeudamiento crónico), al gobierno de Alberto Fernández para controlar a su población y en especial a los millones de parados por la cuarentena, no le queda otra vía que la de explotar al máximo el camino de una reestatización que –entre otras cuestiones- busque la uniformidad y control social a costa de sacrificar derechos y garantías constitucionalmente reconocidas pero que, con la excusa del estado de excepción que le ha proporcionado la pandemia, podría conseguirlo con la voluntad incluso de sus propios ciudadanos (subvenciones mediante IFE).

Evidentemente que estos planes demandan financiamiento, que claramente provendrá de su propia población, ahorcándola aún más. Sin dudas que esto dará lugar al aumento de la desigualdad y el descontento que llevara al mismo tiempo a crear un mercado negro para evitar el control represivo de un estado que pretende financiarse a costa de más y mayores impuestos sin considerar  la imposibilidad de pagarlos.

Hasta el momento, el gobierno de Alberto Fernández trata de contener el desempleo y el freno a la producción con la millonaria emisión de pesos que a la luz del sistema financiero internacional, solo son “papeles pintados”.  Y para implementar estas medidas y poder contener a una población comprimida por un interminable aislamiento  -el más extenso del mundo- parece haber encontrado en esta medida, la herramienta perfecta para volverla parte de su política de gobierno.  En una breve definición se puede asegurar que Fernández y su gente pretenden con este confinamiento forzado, establecer un feudalismo disfrazado de preocupación por la salud pública reduciendo a las relaciones sociales entre señores feudales y meros vasallos.

Asimismo el país no puede vivir desconectado de la realidad externa y ello vinculado con lo beneficioso y lo no beneficioso de esa relación. La errada política de desarme y desarrollo de una defensa moderna e inteligente deja al país inerme y a disposición de los vaivenes externos. Aún contando con grandes riquezas naturales propias, sus limitaciones para explotarlas y protegerlas demuestra esta histórica ineptitud de sus dirigencias que han invertido en sus propios intereses abandonando los del estado. En este siglo no hay lugar para el autismo que tanto lo caracterizo y que se vio sacudido por las consecuencias de la Realpolitik de los años noventas vividas con la administración de Menem y Cia, insertando al país – a ese idílico primer mundo- por el camino equivocado del intervencionismo a los temas internacionales.

Hoy por hoy, el gobierno argentino se ve en medio del torbellino por la lucha por el control del comercio internacional (y la división del mundo) entre EEUU y China sin haberse dado cuenta que su territorio, es parte de esta pugna. Y bien digo, su territorio y no ellos como entidad política que ciertamente,  carecen de entidad alguna. Ello obviamente no les librara de tener que posicionarse en algún momento de uno o de otro lado. Ahora bien ¿De qué lado se colocara La Casa Rosada? A estos niveles, jugar al gato y al ratón no es una buena fórmula para tratar de escapar a los compromisos y las implicancias que este escenario presenta. Claramente, no será el gobierno argentino el que elija el bando al que pertenecer ya que, como estado débil y sin un peso político propio –tanto a nivel regional como global-, solo debe dejarse arrastrar por la fuerza de la potencia que más ejerza poder de influencia.

En aquel sentido, por si alguien lo olvida, en Argentina y más precisamente en la Patagonia, hay una base de comunicaciones del gobierno chino (única en el continente) que no es poca cosa. Al mismo tiempo, la presencia angloestadounidense en su territorio se vio potenciada tras la última gestión del presidente Mauricio Macri que llego a límites y consecuencias impensadas. Agregado a ello, con una base de la OTAN en el Atlántico sur que entre otras funciones sirve de centro de interceptación y recopilación de información del continente por los “Cinco Ojos”, no deja mucho más lugar que la de jugar de simples espectadores.

Durante el gobierno “seudo-revolucionario” de CFK, la situación no era muy distinta y los británicos nunca se vieron preocupados por sus ademanes populistas. Incluso cuando tuvo la oportunidad de profundizar sus relaciones con China tras permitir la inserción de la base en el Neuquen y establecer una relación más fluida con Rusia, fue muy cauta para no causar los enojos de quienes la sostenían en Washington. En conclusión, una estafa ideológica más en historia política nacional.

La situación actual no diverge de aquella ya que Alberto Fernández y la mayoría de sus funcionarios tienen importantes intereses que proteger. Jugar a los revolucionarios pro-castristas o chavistas, es una pose pasada de moda y nada conveniente para sus intereses. Buscar un camino intermedio con una pátina de nacionalismo tampoco serviría para darle algo de sustancia a su gobierno.

Pero a pesar de ello, el gobierno tendría una posibilidad histórica de maniobra si tuviera una dirigencia disciplinada con visión estratégica a largo plazo. La actual pugna entre EEUU y China podría ser capitalizada por Buenos Aires pero no como un protagonista sino como un mero colaborador. Para algunos, el gobierno de Fernández ya estaría cooperando con Pekin permitiendo el transito y la depredación del Atlántico sur por las flotas pesqueras. De ser así ¿Significa esto un posicionamiento a favor de China?  Creemos que no. Pekín necesita señales más claras gestos más comprometidos para tomar en serio a La Casa Rosada. Acaso ¿Usted esperaría que Buenos Aires firmase un convenio de cooperación estratégica que incluyera una ampliación de las incumbencias chinas en el Cono sur gracias a la Argentina?

Lamentablemente esto no es viable con la actual clase dirigente, ampliamente vinculada al pasado y a las prácticas políticas del prevendismo y la corrupción que han propiciado la anomia social que aflíje a su país. Si no hay seriedad, a los chinos ciertamente no les sirven como socios pero no diremos que si les servirían para que les abran la puerta para nuevas rutas insulares a través del continente.

Además, los chinos ya tienen con quien tratar para moverse en el Atlántico sur y no necesitan de ningún permiso de Argentina para ello.  

Si en algún momento surgiera un movimiento o fuerza política renovadora y realmente comprometida con una nueva visión para su nación que recompusiera una ambición geopolítica sobre la base de hechos, podría explotar la polaridad geopolítica actual, sacando ventajas de la disputa entre Washington y Pekin por controlar nuevas rutas de la seda, pudiendo posibilitar a la Argentina obrar como un acceso y paso estratégico para una ruta de la seda proveniente de Asia entrando desde el sur hasta el norte del continente. El día que ello suceda, Argentina tendrá una nueva posición y será tomada en serio.