EN LA MIRA
“REESTRUCTURACIÓN ETERNA”
Excusas y dilaciones que mantienen a la Argentina postrada ¿Cuánto puede durar esta situación?
Por Dany Smith
La semana pasada
un viejo amigo que suele andar de visita por Rusia, estuvo de paso y más
precisamente por San Petersburgo, desde donde tomo un tren “Sapsan” a Moscú
para ir a ver los últimos adelantos de la industria militar rusa que
actualmente están siendo ensayados con gran éxito en los campos de batalla de
Siria y otros escenarios menos publicitados.
En ese momento cuando llego al centro y miro las noticias por su tablet
vio en uno de los portales de noticias, que al señor embajador argentino en
Rusia le habían hecho una entrevista. No paso mucho para ver que, el interés de
la misma estaba centrado en la posición de Buenos Aires en torno a la
aplicación de nuevas sanciones por parte de Washington a Rusia.
Apenas leyó las primeras líneas que refieren a lo que dijo el
embajador ante la pregunta si “Argentina estaba siendo presionada para
suspender sus contratos y operaciones comerciales con Moscú”[1], lanzó una potente carcajada ante los serios y
adustos rostros de los transeúntes moscovitas, quienes lo miraron como si de un
loco se tratara. Cuando leyó que el señor Ricardo Lagorio dijo que “Argentina
no se deja presionar por nadie”, solo pudo decir entre dientes, “esto solamente
se lo cree él” –refiriéndose al embajador- ya que, en Argentina sabemos
que además de estar bajo un gobierno pro-estadounidense, estamos por los suelos
en todos los aspectos de la vida política, económico y militar.
En lo que hace precisamente al aspecto militar, Argentina está peor
cada día.
Tras la inaudita desaparición del submarino “ARA San Juan” y la aún
más inexplicable posición del gobierno de Mauricio Macri por no permitir la
libre búsqueda del equipo del buque ruso “Yantar”, dejó en claro que el país no
es tan libre de las presiones externas como este canciller pretende impostar
con tanta altanería ante la representación rusa. A tono con esto, usted estimado lector
podría preguntarse ¿Qué propósitos podrían haber perseguido las obstrucciones
del gobierno de Macri a la libre búsqueda del buque ruso? O incluso también, antes
las pruebas que fueron exhibidas al gobierno, le cabe muy bien aquel refrán que
dice “no hay peor ciego que el que no quiere ver”.
Precisamente sobre la aún no explicada desgracia del submarino, por
estas horas el ministro de defensa argentino y su equipo se hallaban siendo
interpelado por los familiares de la tripulación en la Cámara de Diputados para
que brinden explicaciones del caso, de las cuales obviamente son muy difíciles
de dar. El papel de los diputados es francamente lamentable. Su inoperancia
para interpelar a los responsables del área se asemeja a la ineptitud de éstos
últimos y no deja lugar a dudas de que mientras más callan, más en evidencia
quedan.
Si aquel submarino se hundió por defectos de mantenimiento o por la
acción de unidades británicas y chilenas, será motivo de pesquisa cuando hallen
el cuerpo del delito, por lo pronto todo es conjetura. Igualmente, fuere por
una o por otra de estas causas el motivo de su desaparición, ello señala una
pésima situación operativa de la Armada Argentina que no podría sostener un
solo día de operaciones en una guerra convencional para la cual incluso, en las
actuales condiciones no tiene capacidad de enfrentar.
Ante esto, muchas veces se oyó al gobierno sobre planes para
reestructurar las Fuerzas Armadas que tras los últimos doce años de un gobierno
absolutamente inepto y sin la menor visión geoestratégica[2],
quedaron prácticamente inoperantes por carencia de material y doctrina. Varias fueron las propuestas y los análisis
para mejorar superlativamente el área, considerando la posición del país en un
triángulo geoestratégico importante sumado, a la disputa existente con Gran
Bretaña por las islas Malvinas y todo el archipiélago circundante.
Ante esto
último y por las simpatías ideológicas del presidente argentino y su entorno
hacía Londres, se ha visto muy maleable a la hora de considerar la adquisición
de material bélico de importancia, especialmente el proveniente de Rusia.
En ese sentido, es claro que para el gobierno de Macri, adoptar
decisiones tan importantes que hacen a
la capacidad real de sus defensas, no son del agrado y conveniencia del Foreign
Office ni de Downing Street 10, no pareciendo haber entendido que las
relaciones internacionales se basan en intereses comunes y que en las actuales
circunstancias Buenos Aires puede sacar muy buen provecho del conflicto
diplomático entre Londres y Moscú por el caso Skripal.
Muchas veces hemos concluido en lo positivo que sería para un país
con las dimensiones geográficas de Argentina y ante los desafíos que –alguna
generación argentina- deberá enfrentar, que adopte en sus líneas defensivas
el material de las industrias armamentísticas rusas, que ofrece una variedad de
sistemas que, además de haber probado sus notables capacidades, podrían ser muy útiles para la defensa[3].
Tal vez sea el tiempo de terminar con las dilaciones
administrativas que esconden temores políticos y/o intereses contra natura para
la Argentina, ya que no hay posibilidad de un mínimo poder de negociación con
otro estado y menos aún con bloques regionales con reestructuraciones in
eternum en el sector de defensa.
[1]SPUTNIK. “Embajador: Argentina no tolera
presiones en el pulso entre EEUU y Rusia”. https://mundo.sputniknews.com/politica/201804171077956986-politica-relaciones-buenos-aires-moscu-washington-tensiones/
[2]Pensamiento Estratégico y Político. “El
rol geoestratégico argentino”. https://pensamientoestraegico.blogspot.com.ar/2016/05/nacional-el-rol-geoestrategico.html
[3] Pensamiento
Estratégico y Politico. “Kalbir: Una opción accesible y eficaz”. https://pensamientoestraegico.blogspot.com.ar/2016/11/veteranosde-ayer-kalibr-una-opcion.html