sábado, 18 de noviembre de 2023

 

AL MOQAWAMA

¿Cuál es fundamento para que exista la resistencia árabe-islámica?

Por Ali Al Najafi

 

Una de las estrategias más utilizadas por los medios occidentales ha sido la demonización mediática de cada uno de los referentes árabes-islámicos que durante las últimas tres décadas se levantaron contra las políticas estadounidenses y las acciones inhumanas del estado de Israel contra la población palestina.

Tratar de desacreditar a la resistencia árabe-islámica sin más argumentos que histéricos planteos de victimismo solo buscan tapar las causas de su origen. Sin acción no hay reacción, tan simple como eso. Sin ocupación no veríamos lo que desde hace mucho tiempo se viene viendo.

Manipular el desconocimiento de la cultura, la lengua y las costumbres de pueblos milenarios como los que componen el mundo árabe-islámico, ha sido una constante para hacer de ellos algo extraño, alienado y peligroso con el velado objetivo de restarle valor humano tal como lo vemos hoy con el descarado e injustificado genocidio que ya lleva más de 11.000 civiles palestinos entre los cuales la mitad solo eran niños.

Esa infravaloración para con los palestinos forma parte de un razonamiento siniestro que persigue sin más rodeos no solo el exterminio físico (iniciado antes de 1948 con la organización Haganá) sino también la aniquilación de una identidad.

El derecho a la resistencia, es una manda universal y no un aporte de la legislación occidental que surgió de los libretos de las películas hollywoodenses donde la “resistencia” francesa y los partisanos comunistas fueron una creación por la inspiración de algún burócrata que fumaba puros en Londres.

Para occidente y en concordancia con sus socios israelíes, los palestinos no tienen derecho a ejercer ningún derecho y menos aún el de resistirse. El único derecho (si así le podemos decir) que los ocupantes le reconocen a quienes desde hace décadas en la jerga israelí llaman “ratas”, es el derecho a morir.

La denominada “Moqawama” es la palabra árabe que se traduciría como “resistencia permanente” y es quizá el fundamento político más fuerte que los pueblos árabes-islámicos han cultivado a lo largo de estas décadas y que como los argelinos contra la ocupación colonial francesa (entre 1956-1957), los afganos contra los imperialismos que trataron de subyugarles (incluido el estadounidense) y más cerca en el tiempo los iraquíes, los sirios y yemenitas contra la agresión angloestadounidense y en particular, la de su socio Israel.

El derecho a la resistencia que traduce la “Moqawama”, es un derecho universal y es reconocido a todos los pueblos del mundo. Pretender que los ocupados y oprimidos como los iraquíes se quedaran de brazos cruzados cuando en las mazmorras de la CIA, el MI6 y sus socios israelíes hacían bacanales de torturas y muerte en sitios como “Abu-Graib”, es de una total irrazonabilidad.

Lo mismo con la población palestina, ocupada desde 1948 por un estado que (desde 1967) ha ido apropiándose paulatinamente de sus tierras y matando a familias enteras para reemplazarlas por asentamientos para colonias judías. La realidad de los palestinos es algo que durante 70 años ha sido constantemente desinformado tratando de hacerle creer al mundo que, nadie les agrede y menos el estado de Israel. Eso duro hasta que los medios occidentales perdieron el monopolio de las coberturas y la internet hizo su estrepitosa aparición dejando en evidencia hechos y situaciones que hasta unos años antes el cinismo de los gobiernos y sus medios amplificadores se atrevía a negar con mentiras o el ya conocido…No coment.

Los continuados intentos de desvalorizar este concepto a lo largo de los años han venido viéndose con la maliciosa asociación de la palabra “terrorismo” con el derecho que los pueblos tienen a armarse y expulsar a un enemigo que ha invadido y oprime a su población. De esa manera se trata de criminalizar una acción legítima llegando incluso a crear eventos que suponen el ejercicio de ese derecho solo que terminan creando situaciones cruentas y desproporcionadas.

Esta tergiversación es similar a la de aquellos que en occidente presentan al Mossad o a la CIA como organismos al servicio de la justicia o algo similar.

Al mismo tiempo los ingenieros linguistas de la inteligencia y la contrapropaganda, vienen haciendo grandes esfuerzos para desacreditar las instituciones árabes-islámicas, entre ellas a la Moqawama asociando las fonéticas árabes y su escritura como un rasgo de terrorismo. Manipular estos elementos para asociarlos al “mal” es una ardua tarea de la guerra psicológica bien aprendida de las SS nazi y de los medios “liberales” que trabajan en esa línea.

Así nació la islamofobia (el odio al Islam), como una reacción adversa y rabiosa que curiosamente es muy militada por simpatizantes pro-israelies europeos.

Esta forma de pensamiento está muy presente en los característicos racistas y supremacistas, para quienes el prejuicio es un valor intrínseco en su manera de pensar. Cuando los combatientes de la resistencia palestina se infiltraron en las granjas cercanas a la Franja de Gaza, muchos de los colonos y residentes judíos al advertir que esos hombres armados que venían caminando por sus calles hablaban árabe, simplemente entraron en pánico y huyeron a los refugios. Obviamente tenían muchos motivos para esa reacción. Estaban en kibutz que fueron levantados sobre terrenos robados a los palestinos. Pero los especialistas israelíes se han roto el cerebro con esta cuestión ¿Cómo trasladar esa aversión a los árabes-palestinos al occidente?

Una de esas formas es deformar la imagen de lo que sucede con los palestinos y en particular, su derecho a resistir. Si rechazan un ataque, ellos son mostrados como agresores.

La Moqawama es un concepto a-estatal. No forma parte de una doctrina nacional ni de una estrategia militar para unir fuerzas contra los agresores y los invasores. Se podría conceptualizar como una forma de voluntad, individual y consciente de propender a estar preparado a una lucha intermitente y sin más horizonte que la de llegar a la victoria final. Podríamos decir algo así como un espíritu de cooperación comunitaria y de solidaridad dentro de la UMMA que no tiene Cuartel general ni mando y control.

Esta concepción que los angloestadounidenses aborrecen pero que en el pasado usaron para sus propósitos (con los Muyahidines de Osama Bin Ladem, los Hermanos Musulmanes y el Talibán), ha sido una materia de estudio y disección de la inteligencia israelí en busca de hallar debilidades y hasta en alguna manera, copiar su dinámica para generar una versión aberrante del concepto y funcional a sus propósitos. El intento de AMAN (inteligencia militar) de crear células del “ISIS” (una creación de la CIA y la inteligencia militar estadounidense), como rival de “Hamas” en Gaza fue parte de esa dinámica.

Sus intentos por demonizar el significado de la Moqawama han sido extensos y las operaciones de banderas falsas son la táctica sucia más usada para esos propósitos.

Igualmente y a estas alturas, pese a los costosos esfuerzos por controlar el tráfico informativo, existen fuentes de información de las cuales los ciudadanos de este globo pueden abrevar para no dejarse engañar y comenzar a discernir sobre lo que realmente ocurre en la Palestina ocupada.

 

 

miércoles, 15 de noviembre de 2023

 

LA LENTA MUERTE DE LA PAZ

Sin el respeto a las leyes internacionales y en especial al derecho internacional humanitario no hay esperanzas de estabilidad geopolítica ¿Cómo resolver este dilema?


Por Charles H. Slim

La situación humanitaria en Gaza es simplemente insoportable. Las cruentas arremetidas de las FDI sobre el hospital “Al Shifa”, agravando la situación de los heridos, los neonatos y las mujeres en estado de parir, no ha sido suficiente sufrimiento para la venganza israelí. Y aunque se halla a la vista de los organismos internacionales, todos han demostrado su debilidad, su complicidad y sus cabezas inclinadas a complacer al carnicero que está haciendo un horroroso festín.

Es seguro que “Bibi” Netanyahu, Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich y toda esta piara de criminales que niegan la humanidad a los palestinos estén muy seguros de salirse con la suya en la creencia que nadie les pedirá cuentas por todos estos crímenes no ya de guerra sino de genocidio y lesa humanidad.

Las últimas revelaciones que refieren a un conocimiento que tenían  varios periodistas de agencias internacionales sobre el ataque que la resistencia estaba por lanzar el 7 de octubre ha puesto en muy mala posición a Washington y claro, también a Tel Aviv que no cabe dudas con esta revelación, no puede argumentar que ellos no lo sabían.

Más allá del cuestionamiento parcial y decididamente dirigido a castigarlos por haber mostrado situaciones que Israel nunca habría mostrado y a las cuales somete a su bien conocida “censura militar” , esto plantea una pregunta mucho más importante y trascedente que a ciertos sectores de la misma sociedad israelí como “Honest Reporting” poco le interesa hacer y es ¿Y qué sabía de esto el Shin Bet, el Mossad o el AMAN?

“Honest Reporting” imposta una aparente exaltación por la violación de la ética y la moral de estos periodistas extranjeros, pero no ha dicho una sola palabra o una muestra de consternación por la treintena de periodistas palestinos y libaneses asesinados por Israel y, ni hablemos de los ya más de 10.000 civiles palestinos (un bebe palestino muerto cada 10 minutos) que hasta ahora se han contabilizado ¿Qué sucede con esa “honestidad” de su cartel?

Como dicen esas sabias palabras “por los frutos los conocereís”.

Pero las consecuencias de lo que ocurre y de cómo termine la población en Gaza después de esta campaña de exterminio sin dudas tendrán alcance internacional. Ahí veremos cómo quedan las relaciones de todos los estados y especialmente los árabes-islámicos con Tel Aviv.

La cifra de muertos y heridos ya es un escándalo humanitario que Israel pretenderá relativizar con los manejos aviesos del relato de los hechos. Pero a pesar de contar con el apoyo de EEUU y la UE para esa tarea psicológica, el tamaño y dimensión de sus crímenes es muy difícil de esconder.

Lo único que a Israel le da impunidad para haberse mantenido al margen de la ley internacional es la protección del decadente imperio occidental ya que ha quedado claro que de haber tenido que hacer frente solo a una fuerza irregular como son las organizaciones de la resistencia palestina hoy estaríamos viendo un gobierno de Netanyahu en problemas muy serios y hasta sucesos bizarros como sería la masiva fuga en pánico de miles de ciudadanos israelíes a sus países de origen.

La intervención estadounidense ha servido para sostener al régimen que además del genocidio de Gaza, está llevando adelante una furiosa campaña de represión y arrestos sobre toda la población palestina en Cizjordania y Jerusalen como una medida de castigo colectivo y terror por el apoyo que ha manifestado a la resistencia de sus hermanos en Gaza.

Probablemente Israel se apropie de toda la Franja, radique asentamientos para otra oleada de colonos importados y establezca las plataformas para la explotación de las reservas gasíferas que se hallan frente a sus costas. Para eso hacía falta el evento suficientemente grave que justificara lo que hoy estamos viendo. No era necesario esperar que ocurriera lo del 7 de octubre para saber que Israel necesitaba su “Pearl Harbor” o “11/S” para victimizarse y justificar una arremetida como vemos con estupor sobre la población de Gaza.

Los intentos de causar ese “shock” colectivo sobre la psicología de su población y ante los ojos del mundo tienen una larga historia. Desde 2006 los israelíes han venido causando horribles situaciones humanitarias con ataques indiscriminados y un sitio que sumió a los palestinos a una vida de miseria indecible. Pero si bien hay lamentables exponentes de estas políticas criminales como fue Ariel Sharon, el artífice por 2001 de la llamada doctrina de la “venganza justificada”, toda esta maquinación sanguinaria es más antigua. Hay que remontarse hasta las tratativas secretas en Oslo por mediados de 1992 para comenzar a rastrear los primeros sabotajes a una solución consensuada de dos estados.

Tal como sucede en todos los estados, las cloacas del sistema identificadas con sus agencias de inteligencia no están sometidas a un control real sobre sus actividades y no es ninguna novedad que muchos de sus componentes organizan y ponen a rodar sus propias agendas conforme a sus intereses. Como toda organización de personas, estas “agencias” se hallan permeadas por sujetos con simpatías ideológicas, odios y revanchismos que están más allá de los objetivos políticos del gobernante de turno.

El Shin Bet, el Mossad ni sus colegas militares de AMAN escapan a esta siniestra dinámica inhumana.

A pesar de la histórica posibilidad de terminar con el conflicto, la extrema derecha israelí no estaba -y aún persisten en no estarlo- dispuestos a aceptarlo. Los asesinatos, los atentados e incluso el magnicidio de Yitzak Rabin en noviembre 1995 son prueba de ello. Para imponer esa voluntad contaron con el apoyo de sectores de la inteligencia, sea de manera oficial, o tercerizando sus tareas o valiéndose de facciones ligadas a la extrema derecha para poner en práctica la llamada doctrina de la “venganza justificada” mediante el impulso, financiamiento y respaldo de acciones terroristas que asesinaran ciudadanos israelíes y con ello, tras culpar a los palestinos trabar cualquier negociación.

Pese a las posturas públicas de los exponentes de Tel Aviv, el dinero que llegaba como ayuda para los palestinos debía ir a manos de “Hamas” ya que es el actor necesario y el argumento central para justificar en su retórica las cruentas políticas de esa “venganza justificada” que busca exterminar a todo un pueblo.

El diseño y desarrollo de las “banderas falsas” ha sido la punta de lanza de esta planificación, tal como lo expuso en una de sus obras la hoy fallecida linguísta profesora Tanya Reinhart. Orquestar ataques suicidas contra civiles serviría para ir modelando un relato victimista ante la opinión pública. Todos los recursos del Shin Bet y de sus colegas militares eran de fácil reclutamiento en los territorios ocupados donde los aspirantes para este juego sucio sobraban por la pobreza, el uso de la tortura (que incluye técnicas médicas y psiquiátricas muy siniestras)  y el chantaje. Todo eso sirvió y mucho para crear a esos atacantes con cinturones explosivos que tras Oslo pondrían en marcha esa dinámica diseñada de ante mano por la inteligencia israelí.

Si tomamos en consideración estos antecedentes de la resistencia palestina y su hoy expuesta relación simbiótica con la inteligencia israelí, queda muy claro que la paz está muy lejos salvo que haya nuevos lineamientos de justicia y nuevos actores que busquen implementarla dentro de la llamada Comunidad internacional.

 

 

 

martes, 14 de noviembre de 2023

 

EL VIVO, EL TONTO Y EL PERDEDOR

¿Será el resultado del debate entre Massa y Milei un preludio del resultado electoral? La hora de elegir entre lo malo y lo pésimo

 

Por Javier B. Dal

Es muy posible que haya mal gastado mi tiempo y el valor de un café para ver lo que se presentaba como un “debate” entre los candidatos presidenciales. Como venía el domingo me decidí a quedarme en un bar de retiro para ver este debate que se presentaba como un “gran espectáculo” entre Massa y Milei.

Creo que apenas vi las caras de ambos en esa pantalla partida, me di cuenta que había un serio problema en uno de ellos y no era de maquillaje.

La cara de Javier Milei ya se veía desencajada, forzadamente calmada y totalmente desorientado, una impresión que contrastaba de forma bizarra con la cara inexpresiva y fría de Sergio Massa que parecía un adoquín. Se que sonará petulante y hasta poco creíble pero, desde el primer momento que Milei abrió la boca me di cuenta que ya había perdido.

Massa no habría tenido mejor oponente que Milei. Y no por sus capacidades intelectivas o de liderazgo político. Nadie le habría regalado tantos huecos en esta charla como lo hizo el economista neurótico quien parecía no dominar sus diálogos internos y que cada vez que pretendía dar una respuesta sagaz al incisivo adversario, se trababa o articulaba de forma lastimera y sin sentido las oraciones.

Si el público se vale de estas percepciones no hay dudas de cuáles serán los resultados el domingo venidero. En realidad, no hay que ser un genio para advertir cuál es el humor de los argentinos y en valor de qué toman sus decisiones. Como pueblo tienen el don del oportunismo y siempre están del lado de lo seguro; y en este esquema para las próximas elecciones es muy posible que ante la torpeza de Milei y la verba del charlatán Massa una buena parte de los argentinos diga “más vale malo conocido que bueno por conocer”…si es que el candidato libertario puede considerase como tal.

Algunos han especulado en decir que Milei obró con la impronta honesta ante un adversario prepotentes y altivo, como si ello ayudara tratar de enmendar tanta torpeza y candidez. En la política no hay lugar para ese tipo de dispensas. No hay explicación que valga si un candidato a presidente de un país alega como excusa de que “la tos de algunos de los presentes lo perturbaba”. Aquí sin dudas hay algo que definitivamente no está bien con el carácter de este hombre ya que, si se le encarga la administración general de la nación a un sujeto con estas debilidades sensitivas ¿Cómo hará para tomar decisiones en medio de una crisis en la que además de los gritos y el nerviosismo seguramente deberá enfrentar acciones violentas de la oposición?

La tontería seguiría sin pausa y un capitulo central de ello fue cuando Massa astutamente le recordó a Milei su devoción por la primer ministra británica Margaret Thatcher, algo que muchos en la clase política y los medios comparten por su más que reconocida anglofilia. Pero el marco para esto no era el propicio y sabiendo que la causa Malvinas es una piedra angular que no ha logrado partidizarse, Massa aprovecho para exponerlo en su contradicción ante un electorado que este particular tema tiene un sentimiento inalterable y de no negociación sobre la soberanía de las islas.

Si revisamos cada hora que duró este espectáculo, no hubo una sola respuesta inteligente y mucho menos un contrainterrogatorio de Milei que al menos, pusiera a dudar por un minuto a un gélido Massa.

No se entendió por qué Milei que es economista y esa es su materia fuerte, no cuestionó la calamitosa política económica que lleva adelante Massa, la existencia de una veintena de dólares y que al momento que se llevaba adelante este debate, el índice de inflación de los precios en las góndolas y negocios superaba con creces el 12% ¿Por qué no sacó ese tema a la palestra?

Tan solo esto muestra una falla sistémica en su inteligencia salvo, que haya estado decidido de antemano y de forma acordada a allanarle el camino a su adversario ya que podría haber caído en cuentas que los problemas del país son demasiado para sus capacidades.

Esto último no sería una tontería. Solo hay que ver cómo ha ido bajándole intensidad a sus discursos de recortar ministerios y sacando de sus mitines, la famosa motosierra y esa furiosa alegoría a destruir el Banco Central ¿Habrá recapacitado o los dueños que manejan a la Argentina le hicieron llegar el mensaje que no tolerarían sus locuras? 

Como sea que fuere, ambos son parte del sistema el cual es un negocio y como tal hay que protegerlo. Massa es un camaleón que seguramente no cree nada de lo que dijo y mucho menos cumplirá con lo que ha prometido. Su historia en política es la muestra del arribismo y el oportunismo político que aunque no guste, refleja una gran parte del carácter y la maleable idiosincrasia argentina. Milei no es un producto antisistema o un elemento revolucionario, por el contrario, es tan sistémico y corrompible como todo lo que Massa representa ya que él también recibe los apoyos de los más revulsivos y recalcitrantes sectores de la banca financiera, corporativa y política de EEUU, la UE y del expansionista estado de Israel.

Como ya se sabe y se habla desde hace décadas en Washington, “la Argentina no existe y los argentinos ya fueron vendidos” con lo cual todo lo que hoy los medios y el establecimiento rodean de supuesta importancia solo es una gran sombra chinesca sobre la pared.

Con esto a la vista queda claro que Milei es el tonto, Massa el vivo y la Argentina la gran perdedora.