“ARGENTINA
Y SU GUERRA…CONTRA SI MISMA”
¿Por
qué Alberto Fernández ha perdido la guerra antes de comenzarla?
Por Pepe Beru
Los
preparativos ya estaban prestos y los puestos clave para iniciar las
operaciones ya reportaban estar en condiciones de recibir las órdenes del
Comandante supremo. El enemigo no ha podido ser derrotado y hace ya más de diez
años que viene ganando terreno en Argentina. Los gobiernos que han precedido al
presidente Alberto Fernández han sido derrotados por su letalidad e
invencibilidad pero al parecer, éste mandatario se pondría al frente de las
operaciones para librar la más cruenta guerra…contra la inflación.
La situación económico-financiera del país viene de un
largo arrastre que antecede a la Pandemia de Covid y que sin dudas ha
potenciado la crisis, pero ello no excusas de aquellas responsabilidades.
Incluso, será tras esta situación de alcance global que la inflación comenzaría
a golpear a toda la economía de todos los países, en particular a los
occidentales.
En lo que hace a la particular situación socio-económico-financiera
del país, la misma es crítica y requerirá de más que simples declaraciones
efectistas, de políticas de shock o recambios de funcionarios. Ha llegado el
momento de las acciones…aunque ello parece difícil de esperar.
La crisis de Argentina va mucho más allá que una
cuestión meramente económica. Desde hace décadas que el país ha venido
descendiendo en cuanto a valores, lo que se ha proyectado sobre su calidad
institucional y de representación que bajo el maquillaje de la “democracia” y
las “libertades” se han olvidado del otro costado de la realidad en una
relación jurídica en una sociedad civil. Así en este país hace mucho que las
palabras “obligación” y “deber” se las han convertido cuando menos en algo
blasfemo, mal visto y hasta con un cierto cariz autoritario llevando a que al
día presente prácticamente no existan valoraciones sobre las responsabilidades personales
y mucho menos, aquellas que se desarrollan en el área de la función pública.
Así hoy podemos ver una superposición y sobredimensión
de estructuras estatales (nación, provincias y municipios) que tras convertirse
en cajas de empleo público para amigos, amantes y cuentapropistas de toda índole
se le aduna la existencia de mega
estructuras sindicales como la de camioneros que tienen más poder que las
fuerzas de seguridad, pueden bloquear una fábrica que se niegue a aceptar sus
pautas; o la de los maestros, que pese a representar en cantidad casi a un
ejército, el nivel de educación es tan paupérrimo y preocupante que a la
deserción preexistente se le agrega la baja calidad de aprendizaje de los niños
quienes llegan pesimamente preparados para los niveles superiores (si es que
llegan).
Para explicar todo esto se ha creado un imaginario
torcido y descontextualizado, de una anomia que pretende justificarse con la
“última dictadura militar” (1976/1983) como si ello fuera la causa y origen de
un trauma colectivo que ha condicionado a los argentinos. Hace más de 40 años
de aquello y seguir usándolo como excusa para tanta desidia ya resulta
increíble. Consecuencia de ello se estructuro el negocio de las indemnizaciones
y el goteo de dinero para organizaciones “sociales” que usan a los derechos
humanos -según su discrecional entender- aval para su cobro. Por
supuesto y al frente de esta política lacrimógena y de ablande psicológico han
estado todos los medios y sus periodistas quienes hoy, al borde del abismo, se
rasgan la camisa criticando la actual crisis, una que ellos mismos impulsaron
tratando de borrarse.
Desde 1983 la Argentina comenzó a devorarse a sí misma
y con este proceso, la consolidación de un “no estado” y con ello la
instauración de un estado sin propósito ni objetivos estratégicos más que,
otorgar “cajas de pan”, subvenciones y ayudas sociales sin término.
Si lo vemos desde ese ángulo y es el “dolor” lo que
trauma a los argentinos pregúntense ¿Qué es lo que habría pasado con los
alemanes quienes estuvieron bajo el Tercer Reich y luego sobrevivieron a las
atrocidades de la ocupación aliada y a la venganza impiadosa de la Unión
Soviética?, ¿Acaso se quedaron en el mar de las lágrimas y el constante
reproche?
O que decir de los mismos rusos, checoslovacos, ucranianos,
búlgaros, húngaros y otra docena de pueblos que estuvieron bajo un sistema
comunista tan cerrado como impiadoso, que cercenó sus derechos con mano de hierro
¿Acaso se quedaron en las lágrimas y en la victimización constante? O, que podrían decir los vietnamitas, los
chinos o para no irnos tan lejos, los nicaragüenses, salvadoreños o los mismos
chilenos, quienes en algunos casos debieron que padecer las intervenciones militares
directas de EEUU.
En Argentina, se ha tomado a la ligera la tragedia y
se la ha potenciado a niveles que no condicen con la verdad histórica ya que,
ni la dictadura militar fue el Tercer Reich (como muchos tratan de argumentar) ni
mucho menos el sistema soviético. Con esto queda claro que los argentinos no
son los únicos que ha padecido procesos brutales y arbitrarios.
Para la partidocracia argenta que se arroga el
monopolio de la palabra “democracia”, los ciudadanos de a pie deben contentarse
con ir a votar y punto. En cierta medida y durante años así se contentaron no
se atreviéndose a cuestionar los quehaceres y las aberraciones de sus
representantes y es que para escudarse estos sacaban la consabida frase
“estamos en democracia” ¿Y ello qué significa? ¿Es qué acaso, no puedo observar
las inconsecuencias de sus funciones?
Hoy Alberto Fernández está a la cabeza de este sistema
vetusto y corrupto con el cual -y según él- hace menos de un mes ha
declarado la guerra a la inflación y ya se puede decir que la ha perdido antes
de comenzar. Y la ha perdido por el simple hecho de que no ha dirigido sus
fuerzas a tomar los objetivos estratégicos para ganarla. Si en realidad
quisiera ganar esta guerra debería comenzar por limpiar de enemigos sus filas y
reducir los gastos que insume la partidocracia y un estado plagado de área
inútiles y sin propósito.
Pero los argentinos se engañan si creen que la
solución está en la llamada oposición ya que, en su mayor parte (en particular
los liberales) son parte de ese sistema corrupto y clientelar con el aditivo de
tener mejores conexiones con el poder anglosajón y sionista.
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¿POR
QUÉ?
Cuando
un gobierno no piensa lo que hace, es un deber de cada ciudadano pensar por sí
mismo. El asunto de la pandemia interminable y la neurótica persistencia por
vacunarnos lleva a que debamos preguntar de forma insistente
Por Pepe Beru
Como dijo alguien “los medios han
duplicado la pandemia” refiriéndose a los efectos que han causado con el
sensacionalismo y su impronta alarmista con la que durante todo el 2020 y el
2021 saturaron la psiquis de cada uno de los habitantes de este planeta.
Pero nosotros que
vivimos en la Argentina, un país que va a la saga de lo que se dice afuera y no
le interesa mucho pensar aunque sea un poco si realmente eso que le venden es
lo que pasa, sus habitantes sufren de la misma sintomatología producida por esta
duplicación que se grafica por una “pandemia que afecta la salud física” y otra
que afecta “la salud mental”.
Como esta situación se
estaba volviendo insostenible, los infectologos y virólogos (empleados “ad hoc”
de los gobiernos) y en particular los europeos, salieron a revivir el pánico
anunciando nuevas variantes. Y así por mediados del 2021 vino una supuesta
denominada DELTA que según estos especialistas del terror si no estabaís vacunado
“mataría a miles” y cuando ello no sucedió, apareció otra que denominaron
OMICRON que, sin que se halla aún comprobado a ciencia cierta su existencia y
mucho menos su trazabilidad, acusan su origen en Sudáfrica.
Ya se está viendo que
ante la falta de temor a esta última variante (con playas y centros turísticos repletos
de gente), los “expertos” en atemorizar y especialmente aquellos que tienen su base
en Europa (en particular el Reino Unido) están vaticinando por estas horas que
hay otra “sub variante”.
Y así, quienes son más
propensos a creer a raja tabla lo que se informa desde los medios y claramente
con ese síndrome de quienes sufren de hipocondría, se volvió a restaurar ese
aire de psicosis general en el que histéricos y neuróticos se cruzan a la
vereda de enfrente cuando ven venir a otra persona o gritan desaforados a
quienes se les acercan de forma accidental que mantengan la distancia.
Obviamente que los
infectologos, virólogos y toda esa especie de charlatanes (avenidos en descarados
publicistas de las farmacéuticas) convertidos en estrellas de TV son quienes
instruyen a los políticos, quienes a su vez sufren de una gran ignorancia e
ineptitud. Pero son los medios y los
informadores quienes han multiplicado el efecto de todo esto; quiénes han
evadido y siguen evadiendo las preguntas y los debates serios sobre el origen
de este “Sars-Cov2” y quienes cambian de opinión, según la ocasión.
Primero jugaron de
comisarios políticos para que la gente se quedara encerrada y para ello
fomentaban el miedo y también alentaron a delatar a quienes no cumplían con
ello. “El gobierno nos cuida” decían algunos. Apoyaron ese encierro que
destruyo el comercio, el magro empleo existente y la estabilidad de millones de
argentinos.
Cuando vieron que había una vacuna pero su
origen no era del agrado de las esferas políticas a las que sirven, no tuvieron
empacho en denostarla e incluso denominarla como veneno. Cuando la gente
comenzó demostrar su hastío a tanta presión, estos medios se movieron en esa
corriente y poco a poco cambiaron sus líneas editoriales.
Pasaron de ser los
encerradores seriales a los vacunadores masivos siempre y cuando las vacunas
sean de origen anglosajón. De este modo, se convirtieron en un órgano más de la
propaganda global en búsqueda de imponer una vacunación.
Desde los primeros días
de enero, impusieron desde los medios que había que testearse ya que, según la
OMS (un órgano que no acertó en nada) habría sugerido esta estrategia para
contener al OMICRON. Como no podía ser de otra manera, los argentinos como
ovejas y sin ningún cuestionamiento marcharon a realizar largas colas bajo el
ardiente sol para que les hicieran los famosos PCR sin saber que en EEUU, ese
sistema esta siendo abandonado por no servir a los propósitos de detectar el Sars-CoV2
¿Entonces?
Hoy las contradicciones
discursivas para presionar a la población a vacunarse son tantas que no pueden
explicarlas. La primera que surge a primera vista es la cancina afirmación de
que quienes no se vacunan terminan en las terapias o mueren irremisiblemente.
Pese a la seguridad con la que lo difunden no hay pruebas de ello y claramente
se trata de una maniobra psicológica para “persuadir” a los renuentes. De este
modo, tratan de espantar a quienes se resisten pero al poco tiempo quienes ya se
habían vacunado siguieron contagiándose ¿Cuál fue la excusa para explicar esto?
Rápidamente salieron a tratar de explicar que al menos tendrá menos chances de
morir. Igualmente, así como se copian los ejemplos externos los medios tapan lo
que no conviene mostrar. Israel que tanto se mostró como “ejemplo de vacunación
masiva” (no de curación), sigue habiendo personas con tres dosis que terminan
internados en estado de gravedad ¿Entonces qué sucede aquí?
Mucho menos van meterse
en las indagaciones que se están realizando en el Congreso estadounidense -en
especial por los republicanos- sobre el origen artificial de este “virus” y
las implicancias del Dr. Anthony Fauci en su posible participación en el encubrimiento
quien además de ostentar el pomposo cargo de director del Instituto Nacional de
Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE. UU. (NIAID) fue uno de los tantos virólogos
que en las décadas de los ochentas y noventas trabajaron en los programas de
armas biológicas del Pentágono.
Tampoco les despierta
la curiosidad del por qué se han borrado o retirado del internet, los estudios disruptivos
de destacados científicos de la Escuela Kusuma de Ciencias Biológicas del
Instituto Indio de Tecnología de Delhi (IIT Delhi). Si solo son tonterías o mera
conspiranoía ¿Por qué borrarlos?
O incluso no se
explica, por qué no se le ha dado lugar a que las investigaciones de otros científicos
como las del Dr. Ariel Fernández del CONICET, no haya sido debatida públicamente
para contrastar la avalancha de supuestos y sofismas que (difundidas
ardorosamente por ciertos medios) solo tienen el aval de “provenir de Europa” o
de EEUU.
El escándalo del
GRAFENO descubierto en la provincia del Neuquén en las famosas vacunas de
Pfizer y Moderna, quedó silenciado por unas semanas en los medios capitalinos
hasta que era imposible taparlo y de forma marginal y sin más apenas unos
minutos de difusión desde el ANMAT se explico -de forma parca y presurosa- que
se había tratado de un “error de tipeo” en el informe que ellos mismos habían confeccionado
y que en vez de decir que había rastros de este nano elemento debió decir “no
hay rastros de Grafeno”. Queda claro que eso no explico nada.
Por estas últimas
horas, el gobierno de la provincia de Buenos Aires pretendería imponer la
obligatoriedad de la vacunación con lo cual (y emulando a los peores ejemplos
europeos) buscara inocular a toda su población. A la vista de las
inconsecuencias y los silencios que hemos citado cabría preguntarse ¿Por qué?
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“COMISMO ARG”
¿Es
posible recrear un hombre mejorado y nuevo en un país como la Argentina?
Por
Charles H. Slim
¿Como podría evolucionar el hombre argentino del
futuro? De donde venimos, lo que somos y a donde vamos es una síntesis de la
existencialidad de un pueblo. En el territorio de lo que hoy conocemos como
Argentina se echaron las semillas europeas en un ecosistema que ya tenía sus
propias semillas nativas y que en algunos casos han dado productos novedosos
devenidos de esa mezcla que en ciertos casos fue pacifica pero en muchas otras,
surgieron por la imposición y la fuerza.
Leyendo un interesante artículo de un sitio ruso de
geopolítica (https://www.geopolitica.ru/es/article/cosmismo-bolchevique-y-cosmismo-de-occidente)
descubrí
un nuevo término que antes no había conocido, el “Cosmismo”. Se trata de una
elaboración filosófica del “santón” ruso Nikolai Fiodorov (1823-1903) que se
fue desarrollando en la Rusia convulsa de finales del siglo XIX y comienzos del
siglo XX en la cual se trato de recrear “el Reino de Dios en la tierra” basada
en la voluntad del hombre quien valiéndose de sus desarrollos científicos y
tecnológicos como proyección del poder divino liberaría al hombre del mal y la
degradación. La historia demostró que este concepto fue en algún modo
secuestrado y barrido por el influjo revolucionario bolchevique que impidió en
cierta medida, su desarrollo fiel. En su lugar, la era soviética lo alteró en
una idea de mejoramiento del hombre en su evolución y labor creadora solo que
sin Dios.
Nunca había escuchado de él y mucho menos lo
enseñaron (que yo sepa) en las cátedras de filosofía y humanidades de las
universidades argentinas. Lo cierto es que el mismo plantea una visión interesante
que podría cambiar la realidad en una sociedad que como la argentina, carece de
identidad y cohesión para orientarse a un futuro común.
El Cosmismo vendría a ser el camino de la evolución
del hombre de la mano del desarrollo del intelecto y por consecuencia del
producto de ese conocimiento materializado en avances científicos y
tecnológicos que mejorarían su vida en armonía con la existencia de la
naturaleza como una creación divina. Incluso, se volvería un cocreador con la
divinidad superior extendiendo la tarea de esa creación hacia el cosmos
llevando al hombre a una inmortalidad.
En el otro extremo hoy se habla del Transhumanismo
que (tomando como referente al Cosmismo ruso) se refiere también al
mejoramiento de la humanidad mediante el avance científico y tecnológico pero
que a diferencia del Cosmismo de Fiodorov no respeta la tradición y mucho menos
los parámetros de la espiritualidad en el sentido de la unicidad monoteísta del
judaísmo, el cristianismo y el islamismo. Mientras el Cosmismo persigue el
desarrollo del hombre con un avance científico y tecnológico consciente de su
humanidad en comunión con un creador superior, los transhumanistas buscan estar
por encima de aquel alterando la integridad del ser humano insertando esos
ingenios tecnológicos dentro de la vida y el organismo del hombre aspirando
como fin último volverlo inmortal algo que claramente es anti natural. En el
Transhumanismo Dios es reemplazado por la "IA" o Inteligencia Artificial que hoy
día se despliega por el avance cibernético global. Para los partidarios del
Transhumanismo el mejoramiento del hombre es inevitable y solo vendrá del y
solo por el avance científico y tecnológico.
En este sentido nos preguntamos ¿Hay un Cosmismo
Argentino o existe la posibilidad de recrear uno semejnate? Si traspolamos el
concepto a la realidad del país la respuesta surge casi de forma instantánea y
ella es negativa. Entonces tal vez la pregunta debiera de ser ¿Podría recrearse
un Cosmismo argentino en las actuales circunstancias? Para responder a esta última cuestión debemos
ver que implica el Cosmismo y repasar la actual realidad socio-política del país
sudamericano para intuir si ello sería posible.
Cuando el presidente Alberto Fernandez en el marco
de su encuentro con su homologo español Pedro Sanchez en una maniobra discursiva
meramente demagógica quizo quedar bien con su colega dijo (citando erróneamente
a Octavio Paz) que “los brasileños vienen de la selva, los mexicanos de los
indios y nosotros los argentinos descendemos de los barcos” para rematar con
enjundia “soy un europeísta” dejó claro que, no hay nada claro en la identidad
de su país. Si el mismo mandatario de un país no puede precisar cuales son sus
orígenes y comete semejantes dislates intelectuales ¿Qué se puede esperar para
el futuro de este país? Esto es un gran agujero en el esquema para recrear un
cosmismo ya que sin una tradición, una raíz nativa común a la que
referenciarse, ¿Cuál sería el modelo a desarrollar en el futuro?
El comentario de Fernández podría haber sido
aceptable si hubiera sido proferido por un mandatario euroasiático en donde los
lazos con Europa son extensos y profundos, aunque también ello sería aceptable
hasta cierto punto. Decir que “es europeísta” no significa para nada tener
lazos enraizados con Europa. Es cierto que la inmigración europea de comienzos
del siglo XX fue parte del aporte al desarrollo de un país extenso con una dispersa
población nativa con bases españolas mezcladas con las tríbus originarias que
pario a los mestizos y zambos. Si buscamos una cultura y una raíz eminentemente
argenta ella se verá reflejada en estas mezclas étnicas y no en europeos
bajados de los barcos.
La inmigración ha sido una acostumbrada excusa para
esquivar los compromisos y las responsabilidades en temas estratégicos
inherentes al estado, como diciendo que el argentino no es puramente argentino
por haber sido hijos y nietos de inmigrantes y es por ello, que no siente a su
tierra con la fuerza y el compromiso que otros pueblos la viven. En cierto
sentido puede tener visos de verdad pero, en un amplio sentido ello es una
falacia. Muchos ejemplos del colonialismo apuntan en este sentido y sino vean
el caso de Australia, una gigantesca isla usada por los británicos como prisión,
sus descendientes de aquellos convictos con el paso de los años terminaron construyendo
un estado que actualmente se ve entre los más organizados del planeta.
Pero no solo el origen meramente étnico hace a la
identidad de un pueblo. Debe haber pilares, preceptos de trascendentalidad para
superar las adversidades del diario vivir. Esto implica la religiosidad o más
bien la espiritualidad que da contenido a la vida de los individuos en
comunidad. El Cosmismo como concepto busca cohesionar esta parte de la vida
humana con el avance científico que podríamos sintetizar en conseguir el
desarrollo humano mediante una “ciencia con alma”.
El problema en Argentina es que no hay desarrollo
científico superlativo y el campo espiritual es diverso y más allá de que la
Iglesia Católica sea constitucionalmente la única fe reconocida por el estado, (también
existe una influencia judía e islámica) hay en su vivencia cotidiana una
diversidad de creencias religiosas, corrientes y sectas cristianas, agnósticas,
chamánicas que lleva a un sincretismo que casi no puede identificarse una de la
otra. Pero aquí hay dos grandes contrastes y estos son las realidades de una
sociedad capitalina abyecta de la realidad del resto del país, sin sentido de
pertenencia y que vive mirando al mundo anglo europeo como la única meta de su
desarrollo y una realidad interior del país que mantiene las tradiciones
culturales religiosas de las épocas fundacionales influenciadas por el
catolicismo de origen español.
Igualmente, el modesto desarrollo técnico-cientifico
que actualmente acusa el país lo hace poco permeable a poder elaborar un
paradigma propio semejante, pero ello no le evitara que termine siendo
absorbido por el paradigma de otras potencias y en este sentido, sin dudas
terminara siendo el componente de disputa entre el transhumanismo occidental (que
implica el uso de nanotecnologías, implantes de chips inteligentes, la conexión
al internet mediante dispositivos implantados en el cerebro, el fomento de
sexualidad alternativa y quien sabe cuantas otras mezclas cibernéticas más) que
Joe Biden y su gente apoyan o el Cosmismo ruso que hoy por hoy Vladimir Putin
trata de establecer como ideario refundador de una Rusia pos soviética.
Si lo vemos así y si se dieran las condiciones de un
desarrollo técnico-científico autónomo, vemos que el Cosmismo podría tener
raigambre dentro del interior argentino mientras que en la capital, con una
sociedad altamente influenciada por las ideas anglosajonas y con sus lealtades político-culturales
claramente diversificadas, el transhumanismo tendría mucha más chance para su
desarrollo en breve.
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“EL
MUSLIMISMO”
¿Cómo el Islam puede evolucionar soltándose de las
manipulaciones occidentales? El valor del individuo hacia la comunidad
Por Ali Al Najafi
Alguien inmediatamente al leer el título de este artículo dirá que hay un error, pero no es así. Si usted cree que que debería titularse “El Islamismo” solo espere a leer los argumentos que aquí presento para que pueda entender el significado de lo que quiero explicar.
Para comenzar debo aclarar las diferencias entre
“Islamismo” y los “musulmanes” que aunque tengan una relación simbiótica, no
son lo mismo. La primera de ellas es el conjunto de dogmas refrentes a la
creencia en el Dios único, una religión establecida tras la llegada de “Mahoma”
(BP), considerado como el “Mensajero”, el último de los profetas enviados por
Díos y a quien por intermedio del Arcángel Gabriel le recito “Al Quoran” (La
recitación Sagrada) para guiar a las tribus semitas e idolatras de la Península
arábiga.
El concepto del Islam abarca los campos de la moral,
la ética, la política, la familia y la vida social en armonía con el dogma
monoteísta que reconoce a los pueblos creyentes del libro (judíos y cristianos),
unidos por un mismo tronco referenciado en Abraham. En este sentido ellos
también son obedientes a la voluntad de Dios y por ello, deben ser respetados. De
esta manera, El Islamismo surge en medio de una época convulsa en la que la
corrupción y el crimen dominaban a los hombres y fue por ello que vino a ser la
última expresión divina en la tierra como un modelo de vida que abarca todos
los aspectos de la existencia humana y como tal, la religión Islam pasó a ser
fundamento del estado político.
Durante gran parte del siglo XX se considero de
forma errónea y miope que el Islam era un elemento distintivo de los pueblos
árabes algo que (más allá de los estereotipos Hollywodenses) fue utilizado por
occidente de forma maniquea y maliciosa en los conflictos que más tarde -y
por la instauración del estado de Israel- tuvieron lugar en Oriente Medio y
el centro de Asia. Desde esta perspectiva, el Islam fue manipulado y deformado (en
particular a cada una de sus corrientes mayoritarias) a conveniencia y
oportunidad por los poderes occidentales de su momento en especial por los gobiernos
y organizaciones anglo estadounidenses. Así los británicos mediante el “Foreign
Office” y la “Chatham House.org”, los estadounidenses de la “National Endowment
for Democracy” (NED) y sus bulos pantallas de la CIA (especialmente desde la
era Bush), y los franceses con sus políticas colonialistas, fomentaron y hasta
financiaron agrupaciones de carácter extremista cuando sus intereses estaban en
juego.
Sobre las últimas políticas de Francia para tratar
de controlar el activismo militante islámico no podemos decir otra cosa que una
mala idea. El proyecto de Macron por crear un “Islam Ilustrado” (algo así como
el Islam politicamente correcto) para combatir el extremismo, es orientar la
mira del problema a otra parte y no aceptar que el estado francés con sus
políticas externas de intervencionismo y las internas de desigualdad,
marginación y racismo ayuda a crear ese extremismo. Y lo peor de todo es que
parece – y a los ojos de muchos- más bien una intensión por crear un
“Islam obediente al estado francés” que otras cosa.
Desde hace tiempo que manos extrañas al Islam han estado
interfiriendo en la UMMA creando divisiones y contrariedades. En especial desde
2001 con la siniestra estigmatización contra los musulmanes que encabezó la
administración de George W. Bush (y muy entusiastamente apoyo Tel Aviv), a
quienes hizo responsables del “11/S” catalogando al Islam como “el fascismo del
siglo XXI”, una infamia que pronto quedaría al descubierto con las mentiras que
usaron para invadir a Iraq en 2003. A partir de allí, la ira cosechó militantes
y esto a su vez fue utilizado por los cerebros de la inteligencia occidental para
fabricar sus propios grupos militantes para operar como “contrainsurgencia”
creando un circulo vicioso en el cual ya no se sabe quien es quien.
Lo cierto es que si una agrupación que se dice que islámica
pero tiene predilección en causar la muerte de musulmanes, se hace poco creíble.
Tal como cualquier creación que se vuelve
incontrolable, los responsables acusan a las consecuencias y no se hacen cargo
de las causas. La creación y financiación de grupos de Islam político tiene su
más antiguo exponente en la llamada “Hermandad Musulmana”, una cofradía secreta
creada en Egipto allá por 1928 que en un primer momento apuntaba a servir los
intereses británicos en el cercano oriente y que con el paso del tiempo llego a
ser una de las herramientas subversivas de la OTAN durante la guerra fría que más
tarde operó (con la asistencia de Arabia Saudita y Gran Bretaña) en la guerra
de los Balcanes (1991) y el Caucaso (1992) que siguió evolucionando hasta
nuestros días.
La funcionalidad de este “Islam político” de
manufactura anglosajona tuvo especial y masivo protagonismo en la llamada
“Primavera árabe” de 2010 por medio de la cual (y con un importante componente
mediático) a la par de la intervención de la OTAN, se cambio el mapa
geopolítico del norte de África. Parte de esa creación fue la torcida teología
del “Estado Islámico”, una organización oscura con clara orientación Salafista
pro-saudita que entre otras finalidades, trató de concentrar a todos los
extremistas del globo en el noroeste de Iraq.
Al mismo tiempo que se desplegaba este “Islam de
laboratorio”, otra realidad creció a la par. Las conversiones fueron en aumento
y con ellas, más musulmanes occidentales y la aparición de nuevas concepciones
del Islam. Una concepción política artificial de un Islam militante ha ido
desarrollándose en occidente, en especial en Europa, por fuera de aquellas
estructuras anglófilas, como una consecuencia de la crisis inmigratoria que se
ha retroalimentado mediante una extraña fusión con la ideología de
izquierda. Las causas de ello las
encontramos en la marginalidad social, la discriminación y la creciente estigmatización
-potenciada por la islamofobia- que sufren los refugiados musulmanes quienes
actualmente llegan a ser una masa crítica con poder de influenciar en las
decisiones políticas de municipios, alcaldias y gobiernos de los europeos países
donde se hallan.
El desarrollo en Francia de lo que se denomina
“Islamo-izquierdismo”, ha puesto sobre la mesa una serie de preguntas sobre el
origen y la factibilidad para esta pretendida unión entre creencia religiosa y
una fracasada ideología europea. Partamos de que esta denominación surguió de
un bulo ingenierizado por los servicios de inteligencia anglo estadounidenses allá
por comienzos de la década de los noventas y que el autor y miembro del Partido
Socialista de los Trabajadores troskista británico Chris Harman, teorizó
mediante un articulo titulado “The prophet and the proletariat” en el que
muestra a los musulmanes como el nuevo proletariado del siglo XXI.
Sin dudas es una teoría absurda que solo pretende
mover a estas masas desesperadas a las filas de una ideología occidental decadente
que tras experiencias de gobierno ha demostrado ser tan falsa y pragmática como
los otros “ismos” -liberalismo, socialismo, comunismo, etc- nacidos de
la filosofía política de autores europeos de comienzos del siglo XX. Tal vez lo
único que puede advertirse como simil entre las enseñanzas islámicas y “El
Capital” de Carl Marx sea la confrontación a la práctica de la usura financiera
que ha venido siendo hasta el presente uno de los pilares del capitalismo
occidental. Sin lugar a dudas y más allá de esta coincidencia, no se puede
mezclar el agua y el aceite.
Tal vez un factor político contemporáneo que haya
disparado las simpatías y las conversiones de occidentales al Islam haya sido
la crisis y posterior guerra del Golfo de 1991 que para muchos (en medio de la caída
de la URSS), representó un capitulo de la lucha frontal anti imperialista -que
la Unión Soviética nunca dio- que recrudecería en 2003 con la decidida resistencia
de los iraquíes contra la ocupación. Fue así que muchos intelectuales de
izquierda quedaron maravillados por esa confrontación que se materializó en la
lucha de los “muyahedin” y los “sayed” iraquíes quienes organizados e inspirados
en la fe, hicieron frente a una maquinaria invasora que además de sofisticada y
letal, era impiadosa e indiscriminada con los civiles. Fue así como muchos
vieron una fuerza inspiradora en el Islam que no tenía la ideología anti
imperialista basada en el comunismo perimido y venido abajo, o el socialismo
diluido europeo devenido a socialdemocracias Atlantistas o a ese troskismo
ocultista y cerrado de los anglosajones.
La única forma de que el Islam o más bien los
musulmanes no caigan en nuevos engaños y manipulaciones para satisfacer
oportunismos políticos ajenos a sus dogmas, deben ser los musulmanes, cada uno
de ellos desde su más íntima convicción y desde donde se encuentren, quienes
actúen para sentar posiciones en circunstancias tan adversas y desventajosas
que la cultura europea les presenta. El término “musulmán” viene del árabe Muslim
que significa “obediente a la voluntad de Dios” sin que ello signifique la
ciega obediencia a un dogma o libro escrito por algún erudito o líder que ha
interpretado a su propia visión esa voluntad divina. Pero la historia ha
demostrado que esto último es lo que ha prevalecido.
Una nueva concepción para escapar a estas
manipulaciones eminentemente políticas y al mismo tiempo para hacer palpable una
leal vida islámica sería un muslimismo, es decir, un activismo personal y
comprometido de cada musulmán en la vida cotidiana, basado en la interpretación
íntima, auténtica y personalista que haga de la voluntad de Dios teniendo como
guía a los preceptos que hacen los fundamentos sustanciales del Islam pero
atendiendo más al sentir que a la obligación. Como primera consecuencia de esto
será romper con los inútiles formalismos y dogmatismos que separan a los
hombres en rotulaciones que son convenientemente aprovechadas por los gobiernos
y manipuladores occidentales. Así, la fe no sale del Ayatolá o del Imán en un púlpito
de una Mezquita sino, de la practica consciente de cada musulmán, consciente de
su ser, quien no solo se protegerá de los enjuagues colectivistas de los
manipuladores occidentales sino (y lo más importante) de los inescrupulosos y
los corruptos que ocupan los altos cargos en la religión y los gobiernos.
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“MENEM NO LO HIZO”
Sin penas ni gloria se fue uno de los mandatarios
argentinos contemporáneos más controvertidos
Por
Javier B. Dal
En
un país como la Argentina suele llamarse sincretismo a cualquier mezcla de
cosas y situaciones que en realidad nada tienen que ver con este termino. Pero
como suena interesante, muchos la usan a menudo. Con ello se ha pretendido
justificar lo injustificable y de esa manera muchas de las acciones y obras de
personajes de la historia contemporánea a su muerte, pasan a ser venerados como
pro-hombres de una república que ya no existe cuando estos ayudaron a que deje
de existir.
El
14 de febrero último murió uno de estos personajes insignes de la vida política
contemporaea argentina, un icono y quizá el representante político por
excelencia de los noventas y responsable
en la actual situación geopolítica del país. Carlos Saúl Menem fue sin dudas
uno de ellos y así como muchos aún lo respaldan en sus exequias muchos otros lo
recuerdan como una pésima nota para las páginas de historia política del país.
Para muchos un ejemplo del animal político, pragmático y sagaz, para otros el
ejemplo de un inescrupuloso y un demagogo con aires de grandezas develadas en
una década de excesos y ampulosidades obscenas en las que se mezclaron el
brillo de las apariencias, las amistades peligrosas y el dinero de negocios tan
sucios como peligrosos que terminaría con cruentas situaciones disfrazadas de
cuestiones políticas.
Su
versatilidad en las alianzas previas a ser elegido presidente sin dudas le
trajeron consecuencias a él y al país. En momentos que la Constitución preveía
que el cargo a presidente debía ser ocupado por un ciudadano argentino de
confesión católica no dudo en abandonar su fe islámica para convertirse por mera conveniencia. También y
buscando la plataforma de apoyo nacionalista en un país que se estaba yendo por
la pendiente, había entablado una estrecha relación con el Coronel Mohamed Ali
Seineldin y su gente prometiéndole que de llegar al gobierno tendría un lugar
en la reestructuración de las Fuerzas Armadas y una nueva industria armamentística
nacional. Apenas asumió, les dio la espalda en sintonía con Washington que le
sugería alejarse de ellos, abandonar el desarrollo de su industria militar y por supuesto, entregar sus avanzados proyectos
militares de Falda del Carmén, Cordoba.
Un
astuto político que intuyendo el humor de sus conciudadanos, supo tocar los
resortes emotivos correctos para manipular a las masas y así llegar a la
presidencia en 1989 en medio de un país que se hundía en el caos político y
económico. Disfrazado de caudillo norteño con un pasado comprometido con
Montoneros refrendado por haber estado en la cárcel y con supuestos posicionamientos
nacionalistas, Menem demostró ser un hábil camaleón que terminó demostrando que
cualquier traje le quedaba si eso le daba el acceso al poder.
Sumergió
a la política de estado en el vedetismo y la superficialidad de la farandula y
el espectáculo que arrastro a una corrupción galopante que vino a hundir aún
más las instituciones, derruidas durante la calamitosa era (1983 a 1989) del social
demócrata de Raúl Alfonsin y la “Coordinadora”. A la par de esto y lejos de las
afirmaciones que en algún momento realizó su Jefe del Estado Mayor el General
Martín Balza, debilitó a las Fuerzas Armadas y prueba de ello fueron los
incidentes referentes a las escandalosas triangulaciones de armas del ejército
argentino sacadas de varios regimientos del país para ser embaladas y
embarcadas a Ecuador y Croacia. Tampoco
ha de olvidarse la nefasta consecuencia de estas maniobras de macro corrupción como
fue la voladura de “Río Tercero”, un incidente que sin medias tintas fue otro
atentado realizado para cubrir este negociado.
En
lo estrictamente político, su obra dejó muchas aristas sin limar, especialmente
en la política exterior. Suele escucharse a sus acólitos que gracias a su
decisión de alinearse con EEUU en particular en lo referente al apoyo a las
operaciones “Escudo y Tormenta del Desierto” en el Golfo Pérscio, el país se
abrió al mundo y por ello recibió la ayuda económico financiera que se
reflejaría en la paridad de su moneda con el dólar llamada “uno a uno” pero que
como se vió solo unos tres años después tras la crisis internacional en 1994,
esa supuesta paridad solo era un espejismo en el desierto.
Precisamente
y hablando de desierto, su postura obsecuente y arribista llevó a traicionar a
su propia raíz árabe de nacionalidad sirio-libanesa, dando un apoyo
esmeradamente servil para que mediante la máscara de Naciones Unidas, desatar
una de las guerras más calamitosas y destructivas de finales del siglo XX como
sin dudas fue aquella “guerra del Golfo”
en la cual murieron miles de civiles iraquíes y que fue el punto de
inicio para la desestabilización perpétua que vino a posterior y que aún
perdura en la región.
En
lo que hace a la geopolítica de su
propio país, Menem fue el autor de una página harto discutible en el
posicionamiento del mismo. Con el restablecimiento de relaciones con el Reino
Unido se comprometió a abandonar todo esfuerzo por recuperar un poder militar
que pudiera amenazar a las instalaciones militares británicas en el Atlántico
sur y terminar con las reivindicaciones nacionales sobre la causa Malvinas e
islas del Atlántico sur mediante el inicio de gestiones secretas con los
británicos que tras conversaciones oficiales encabezadas por el entonces
embajador Lucio García del Solar y su par británico Sir Crispin Tickell en España, más tarde se plasmarían en
acuerdos definitivos firmados uno en febrero de 1989 y el segundo en 1990 conocidos
como los “Tratados de Madrid” en los que sin eufemismos y lejos del
conocimiento público, entre otras cuestiones, la Argentina entregaba el control
total de sus actividades económicas, financieras, geopolíticas y militares a la Corona británica.
Muchos de los actuales funcionarios del gobierno de Alberto Fernández fueron parte o tuvieron sus inicios con Menem. El mismo Fernández le debe su carrera al menemismo aún si este se hace el desentendido ante este señalamiento. Igualmente, ha quedado en claro algo y esto es que el difunto presidente no solo no puso al país en ese “primer mundo” de ficción que los liberales discursan sino que literalmente entrego la suerte geopolítica y el futuro de la Argentina a Londres y Washington.
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“INTENSIONES VELADAS”
Qué puede significar las amenazas de un general israelí
contra Irán ¿Exabrupto o una revelación involuntaria?
Por
Yossi Tevi
La disruptiva salida de Donald Trump de la Casa Blanca sin dudas ha causado muchos cambios en la política internacional de los EEUU y uno de los más preocupados por ello es Israel. Aquel evento puso en pánico a los sionistas más recalcitrantes de Tel Aviv quienes dieron por terminada una de las etapas más prolíficas y ventajosas para los intereses del estado. Ello sin lugar a dudas les ha llevado a preguntarse ¿Acaso Biden y su gente apoyaran a Israel con la misma magnitud y compromiso que lo hizo Trump?, y si no lo hiciera ¿Qué deberíamos hacer?
Igualmente
y pese a que el Secretario de Estado norteamericano Anthony Blinken ha
descartado públicamente volver a este acuerdo, eso no tranquiliza a Tel Aviv.
Esa
desesperación se extiende a toda militancia sionista global que, judíos o no
judíos (dado que el sionismo es una ideología), ven peligrar los logros concedidos
por Donald Trump entre ellos, el retiro de los EEUU del Acuerdo de no proliferación
nuclear firmado con Irán el 14 de julio de 2015. Muchos ven en Biden el regreso
a esos planes y ello es algo que la élite de Israel y las organizaciones
sionistas que operan con sus Lobies dentro del Congreso nunca permitirán.
Pero
del dicho al hecho hay un largo trecho dice el refrán y los mismos jerarcas de
Tel Aviv lo saben muy bien. De hacer algo lo harán silenciosa y sigilosamente
pero con el tiempo suficiente para que se produzca en un momento de determinada
conveniencia y los aleje de toda sospecha. Pero no todos los sionistas tienen
la sangre fría y la paciencia para esperar y dar el golpe con la acostumbrada
perfidia y bestialidad. Hace unos días uno de los generales de las FDI lanzó en
público una catarata de amenazas contra Irán dejando en claro que si EEUU no
acompañaba la aventura, romperían relaciones. Para Netanyahu y su élite esto
fue muy inconveniente ya que pone a Israel en la mira de una cuestionadora
mirada mundial. Fue por ello que no sorprende que la reproducción de esta
amenaza pública haya sido rápidamente apartada de las primeras líneas
editoriales de los medios angloestadounidenses y casi borrada del buscador en el internet. La bravata del Teniente general de división Aviv Kochavi pudo bien
ser eso o también, la expresión inconsciente de posibles planes que Tel Aviv ya
tiene elaborados desde hace una década pero lo cierto es que causó un alboroto
en los círculos sionistas a nivel mundial.
Evidencia
de ello son los últimos movimientos militares israelíes en el Golfo Pérsico aprovechando
su acercamiento a Emiratos Árabes Unidos y la ejecución de sus ataques en Siria
e Irán. Los sabotajes contra el tanquero japones “Shinzo Abe” y el noruego “Andrea Victory” en junio de 2019
fue parte de estos intentos por escenificar “actos terroristas islamistas” para
endilgarselos públicamente a Irán.
Desde
al menos doce años hasta el presente Tel Aviv ha buscado (mediante atentados y
asesinatos) de forma frenética y con el apoyo de los EEUU degradar la situación
interna de Irán para lanzar un ataque y dejarlo en la ruina como a su vecino
Iraq. El asesinato de Qassem Soleimani en enero y del científico nuclear Fajrizadeh
en noviembre del 2020 sin dudas, son parte de esas desesperadas intensiones. Y
aunque las organizaciones internacionales como la ONU y su Consejo de Seguridad
de constante hacen la vista gorda a estas nefastas gestiones, queda muy claro
que para ello se requiere de la inestimable anuencia y estratégica ayuda de Washington.
La
explosión en el puerto de Beirut, el cierre de las oficinas de la causa palestina en EEUU y
el aumento de las usurpaciones de propiedades y territorios palestinos son
claros ejemplos de la prepotencia del estado sionista y todo esto no podría
haberse logrado sin temores a represalias sin la mano protectora de la Casa
Blanca.
Donald
Trump fue sin lugar a dudas una marioneta histórica de Israel y pese a que se
suele decir que fue el primer presidente norteamericano que no inicio una
guerra en treinta años, actos como los concedidos (y muchos otros permitidos) en
favor de dicha entidad han abonado el terreno para las próximas guerras por
venir. El juicio político programado en su contra pareciera una ironía ante
tanta lealtad.
Desde
2011 que EEUU y sus aliados regionales –incluyendo
a Israel- han venido apoyando de forma obscena a los grupos terroristas que
han asesinado de manera impune a miles de ciudadanos sirios montando también charadas siniestras (ataque
químico de “Al Gouta” en 2013) tratando de culpar al gobierno sirio. Si
Washington y Tel Aviv no lograron generar una intervención bajo la pantalla
legal de Naciones Unidas fue por el simple motivo de que mucha gente se dio
cuenta del engaño. Al mismo tiempo hay que considerar que si la situación en
Siria no ha colapsado, ello se debe en gran parte a la presencia de Rusia, no
solo como un actor militar de peso en el terreno sino y quizá lo más
importante, por su ineludible influencia geopolítica que ha logrado consolidar
en el Oriente Medio. Los procesos de negociación de Astana y Ginebra son prueba
de ello.
Como
respuesta a estos esfuerzos vimos como tras abandonar a los kurdos, los
norteamericanos se afianzaron en el este y noreste de Siria donde –convenientemente- se hallan los
principales yacimientos petroleros y de gas.
Igualmente la presencia rusa irrita a los norteamericanos a tal punto
que se han visto roces peligrosos entre las patrullas.
Por
supuesto que ello ha propiciado que EEUU y la UE impulsaran más sanciones
comerciales contra individuos y empresas rusas pero sin el éxito esperado. Ante
ello y como lo hemos venido observando desde hace tiempo, los medios en
Occidente dedican sus editoriales a atacar a la figura del presidente Putin a
los fines de crear en la opinión pública global, un sentimiento negativo hacia
el mandatario que justifique este tipo de políticas extorsivas que, valga la
aclaración, no cuentan con ningún sustento en la ley internacional. Sobre todo
esto no debe quedar dudas que Tel Aviv se vería muy beneficiado con perjudicar
a Vladimir Putin ya que, como arquitecto y director de la nueva geopolítica
rusa, ha estorbado sus acciones contra Siria y mucho peor, ha interferido en los
planes para dañar las ambiciones de Irán para desarrollar sus reactores
nucleares.
Concluyendo,
se podría pensar que las expresiones de Kochavi fueron la demostración de una
debilidad intrínseca dentro de las estructuras de las FDI o la revelación de nerviosismo
dentro de los círculos políticos en Tel Aviv o, el exabrupto inconsciente de intensiones
belicistas ya planificadas. Habrá que estar atentos a los acontecimientos.
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“INSTIGANDO EN EL MAR MERIDIONAL”
Los últimos movimientos de la Armada de los EEUU en
el Mar Meridional de la China y el involucramiento de la India en este
escenario demuestran que la llegada de los demócratas a la Casa Blanca no
significará aplacar la agresividad en su política exterior
Por
Dany Smith
Hace
ya casi veinte años cuando un incidente entre un avión caza chino y un avión
espía “EP-3” de Armada de los Estados Unidos casí dio comienzo a un peligroso
incidente al sur del Mar Meridional de
la China. Justamente en esos momentos comenzaba a ponerse en marcha la
administración de George W. Bush y Dick Cheney que pasaría a la historia por lo
que estaría por ocurrír unos meses después.
Aquel
incidente se dio en el marco de operaciones de espionaje ilegal por parte de los
EEUU sobre el espacio aéreo y marítimo chino próximas a la isla de Hainan. En
ningún momento en aquel entonces, desde los medios anglosajones y mucho menos
desde La Casa Blanca y el Departamento de Estado se excusaron por lo ocurrido.
Por el contrario, los norteamericanos trataron de restarle dramatismo al suceso
ya que (y como lo veríamos luego) la administración republicana estaba más
avocado a centrarse en los asuntos que tenía planificados en el Oriente Medio (Iraq)
y el centro de Asia (Afganistán).
A
medida que han ido conquistando plazas en el Oriente Medio, los EEUU han estado
concentrando sus esfuerzos y recursos en los objetivos estratégicos del este de
Europa para medir a Rusia y del extremo Oriente para contener a China
continental.
Por
mediados de julio del 2020 Washington remitio al Mar Meridional dos
portaaviones para engrosar la fuerza de ataque que aún mantiene en la zona. Fue
así como el “USS Ronald Reagan” y el “USS Nimitz” se sumaron al grupo de tareas
para la ejecución de “ejercicios” navales en el sur del Mar de la China en
proximidades de las aguas en disputa. Para Beijing se trató de un claro acto de
provocación que no amilano a los chinos.
Actualmente,
las maniobras de la Flota estadounidense y de sus aliados en torno al Mar
Meridional siguen sin pausa aunque, con nuevos elementos y participantes
tácticos que permiten vislumbrar un escenario más peligroso en el cual, EEUU no
necesite de usar sus barcos para enfrentar a sus rivales chinos.
La
aparición de la India como un actor con intereses dentro de la navegación del
Mar Meridional ha despertado las alarmas en Beijing ya que, el gobierno de Xi JinPing
sospecha con acierto que se trata de una máscara detrás de la cual se oculta Washington. Y es que aún no
han terminado las disputas en el Himalaya entre ambos países y es algo que no
escapa al conocimiento de los analistas de la región, que EEUU y sus aliados
han estado gestionando con persistencia la colaboración de vecinos como Vietnam
e Indonesia.
La
inserción de la India en la pulseada por el control del corredor Indo-pacífico a
simple vista sería una clara movida táctica de Washington para reforzar su
Comando naval creado allá por 2018 pero no es así. La importancia de esta
participación india pasa más por lo geopolítico y estratégico que por el apoyo
naval en un intento por establecer paridad ante la creciente operatividad de la
Armada del Ejército Popular Chino. Para
ello, Washington cuenta con el “Quad” que es una organización militar regional (similar
a la OTAN) integrada por Japón, Australia y Corea del sur que es integrada y dirigida
por un comando naval estadounidense.
La
participación de la India se enmarca en la cooperación estratégica con la
inteligencia naval de los EEUU que recopila datos de la región mediante el uso
de inteligencia geoespacial algo para lo cual, la India adquirió en 2020 tres
unidades de “Drones MQ-1 Predator” y que claramente están siendo utilizados
para monitorear los movimientos navales chinos en el Indo-pacífico. Al mismo
tiempo la contra parte china mantiene una constante y sigilosa vigilancia de
los movimientos estadounidenses en el Mar Meridional que no deja lugar a
posibles sorpresas desagradables. Con tan minuciosa actividad intrusiva no
deberían surgir roces.
Igualmente
no hay que descartar la colaboración de Gran Bretaña quien, con influencia en
la Isla de Taiwan y una amplia red de inteligencia podría preparar –junto a sus colegas estadounidenses- una
treta como la orquestada en el Cáucaso que culminó con la última guerra entre
Armenia y Azerbaiyán.
La
prensa estadounidense y sus Think Tank hablan de incursiones ilegales chinas en
aguas de estos países rivereños pero en realidad ello no es tan así. Incluso
estos mismos países asiáticos no han asentido o denunciado en ningún momento estas
supuestas arbitrariedades de la Armada china que por el contrario, viene haciendo
una política de dialogo, acercamiento y propuestas de colaboración para la
seguridad regional. El Mar Meridional es una de las rutas comerciales marítimas
más congestionadas del Asia y es por ello que China tiene el legitimo interés en
controlar dicho espacio marítimo. Para ello los chinos han estado invirtiendo
en el desarrollo de una Armada con capacidad para enfrentar las amenazas navales
occidentales. Uno de los ejemplos de ésta política es la construcción del
mega-astillero en las orillas del Mar de Bohai que tiene la capacidad de
construir hasta cuatro submarinos nucleares al mismo tiempo. Sumado a esto,
China está en pleno desarrollo de un portaaviones ultra moderno que
incrementara su operatividad de vigilancia aérea y naval en los espacios marítimos
más desprotegidos.
De
no ser por la presencia china en las aguas del Mar Meridional, se producirían –como en otras partes del mundo- constantes
violaciones y abusos al derecho de paso inocente por sus aguas que, además de
la expoliación de sus recursos, pondría en peligro el tráfico de los
interminables convoyes de buques contenedores y transporte de crudo. De este
modo se garantiza a los miembros de los estados rivereños del ASEAN la
seguridad en el tránsito marítimo.
A
quien por el contrario le conviene el caos es a EEUU y es por ello que Beijing
tiene serias preocupaciones en que puedan estarse fraguando alguna operación
negra que trate de enturbiar las relaciones entre China y los miembros del
ASEAN.
De
este modo la presencia de la flota estadounidense maniobrando con las Armadas
de este bloque comercial y las veladas incumbencias de la India en esta zona,
llama a reflexionar cuales son sus verdaderas intensiones. Y es que a la vista
de como han procedido en el pasado y sus antecedentes de lo que han aportado
para la seguridad en otras regiones, nadie puede dar crédito que lo que estén
buscando sea precisamente la “seguridad y la paz”, sino todo lo contrario.
Además y considerando la posición política del ultranacionalista Narendra Modi,
está muy claro que jugara todas sus cartas con tal de fastidiar a Beijing y si
ello importa colaborar con los estadounidenses, bienvenida sea la oportunidad.
Además ha quedado muy claro cual es la diplomacia de Washington con aquellos
estados que muestren cierta remisión o desconfianza a sus propuestas. Para ellos, las presiones al
mejor estilo gansteril y las presiones diplomáticas llevara a que terminen por
aceptar las ayudas “desinteresadas”.
Por
lo pronto el gobierno chino no pierde el equilibrio y se mantiene firme en su
posición sobre el Mar Meridional y ha demostrado estar determinado a no
permitir provocaciones a su soberanía y a la seguridad de toda la región.
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“ESTRATEGIA DE LA APARIENCIA”
Cuando la política de estado pasa por aparentar lo
que no se tiene
Por
Javier B. Dal
Todo
emprendimiento público o privado estará determinado por un objetivo y para
ello, deberá preverse con minuciosa antelación los pasos e instancias para
logralo. En resumen, la planificación es ineludible para el éxito. Del mismo
modo debiera organizarse un estado y decimos “debiera” ya que en el caso de Argentina,
estas premisas parecen estar fuera de la organización del estado.
Desde
que asumió el Dr. Alberto Fernández las cosas para los argentinos han ido de
mal a peor y aunque ello suele acusarse a la herencia de Macri y al efecto de
la pandemia acaecida en los primeros tramos del año, cierto es también que no
es el único responsable de este descenso irrefrenable. Hay en torno al
presidente una estructura de funcionarios, de militantes y del sistema que los
sustenta, que forman parte de ese tóxico pasado que ha desvencijado la economía
del país. Como suele decir el vulgo
popular “nada nuevo bajo el sol”.
Muy
ciertamente que la pandemia dificultó aún más la de por sí calamitosa situación
socio-económica del país pero, su abordaje como estado ante semejante
emergencia extraordinaria volvió a poner en evidencia la ausencia de recursos
materiales y científicos disponibles para contrarestar o al menos contener el
avance de este virus COVID. Incluso mucho antes de que el primer caso se
registrara en el país, Alberto y su gobierno no sabía de qué se trataba.
El
impacto de esta pandemia fue catastrófico y ello sirvió para dejar en evidencia
las carencias estructurales, la improvisación y la corrupción estructural.
Y
es aquí donde se vieron las miserias injustificables de funcionarios y punteros
políticos usufructuando de los fondos destinados a contener la desocupación con
el IFE, fantochadas mediáticas como la “mesa del hambre” para supuestamente
combatir un flagelo en alza y las
posteriores maniobras para convertir al delito de usurpación de bienes
inmuebles en un presunto derecho social. Ciertamente, una delirancia de los
ideólogos oxidados del Kirchnerismo, sector (valga la aclaración) ocupa varios
puestos estratégicos de éste estado de cosas.
Asimismo,
Fernández hace escarnio de Mauricio Macri y su gente pero, al igual que éste
último ha sido parte en la destrucción de los objetivos estratégicos del estado
con sus pasadas acciones políticas que demolieron de forma controlada y
deliberada sectores del estado para dejarlos así, en una pila de escombros. Uno
de estos, sus Fuerzas Armadas. A estas alturas, alrededor del mundo no habrá un
solo gobierno o incluso, una sola facción política que pretenda acceder al
poder, que cometa la soberana idiotez de destruir sus potenciales estratégicos
como son las FFAA, la educación y el desarrollo de la industria, que serán
vitales para posicionarse en un mundo altamente competitivo y peligroso.
En
este sentido, el regreso de funcionarios como el Agustín Rossi y su planta de
asesores parecen demostrar continuar con este despropósito. Fue quien en la
gestión de CFK y ocupando el mismo sector (motivado por las rencillas
ideológicas) ayudo a desojar aún más la operatividad de las fuerzas llevándolas
a un estado de literal inoperancia con consecuencias fatales para cada arma
como para muchos de sus componentes humanos. Y en ese plan estaban destinados a seguir,
pero la aparición de esta pandemia dejo en evidencia el grado de debilidad y
falta de recursos para aunque más no fuera, el ejército auxiliara con la
provisión de cocinas de campaña, a la población del conourbano bonaerense.
He
allí la demostración de la estupidez y la inconsecuencia con sus supuestas
visiones revolucionarias que muchos ignorantes (o mal intensionados) tratan de
ligar a Venezuela. Hoy es el mismo Alberto Fernández una contradicción
personificada a tal grado, que nadie puede reconocerle un discurso coherente de
un día para el otro. El gobierno en sí, es una bola de contradicciones ya que,
su ideario es socialdemócrata disfrazado de peronista, su vice es la viuda de
un advenedizo gobernador que, disfrazado de progresista seudo revolucionario se
llevó muy bien con los gobiernos militares, con los radicales y por supuesto
con el Menemismo.
Del
mismo modo que sus predecesores, pero con mayor carga ideológica, dedico parte
de su gobierno a desmantelar las mermadas estructuras de defensa y seguridad,
especialmente las del Ejército, sin dejar de recordar también, que como Carlos Menem,
prosiguió con el doble jueguito de una retórica populista “revolucionaria” para
la tribuna y por debajo, un acatamiento
cerrado y discreto a lo que señalaban Washington y Londres. Fue así como se
llego a la actual realidad de indefensión. Denlo por sentado, que el ejército
chino y el ruso, prestaron un fabuloso servicio a sus países al prestar el
apoyo logístico, científico y médico a su población (en particular a la más
remota y aislada) por el simple hecho de que el estado (ese ente maligno para
los “liberales”), sus componentes políticos, trabajan en coordinación y
continuidad dirigidos por una idea, una agenda estratégica común que va más
allá de las rencillas sectoriales y partidocraticas que pudieran existir.
Por
el contrario, en Argentina, se debió tocar fondo con la llegada de éste virus para
poder entender la importancia del carácter estratégico de estas áreas. Macri y
su gobierno lo sintió de lleno con el hundimiento del submarino “ARA San Juan”
y pese a haberse enterado inmediatamente de esta luctuosa acción, lo escondieron de la opinión pública por dos
motivos políticos evidentes: Simpatía con Londres y la imposibilidad de aunque
más no fuese, elevar una queja diplomática atendible y seria sin un respaldo
militar respetable.
En
esas circunstancias y atendiendo a la situación de ocupación británica de facto
preexistente, quedó muy claro que la Armada no estaba (y sigue estando) en el
más mínimo de su operatividad para al menos custodiar sus aguas territoriales
ello tiene su mérito, en la última gestión del gobierno Kirchnerista que se
encargo de que su flota terminara pudriéndose en las dársenas.
Con
Macri, la última señal de total entrega y ausencia de seguridad estratégica se
comprobó con la organización de la seguridad del G-20 cuando por falta de
aviones de combate y confiables sistemas de defensa antiaérea, el gobierno debió
delegar la seguridad del evento y de cada uno de los mandatarios invitados permitiendo
el ingreso de tropas y equipamiento de los gobiernos involucrados desatando
tras bambalinas, las burlas más disonantes contra la figura del anfitrión y la endémica
situación de su país. Ciertamente que con este precedente, Patricia Bullrich
quien por entonces era ministra de seguridad conocida por su estrecha sintonía
con Israel y la CIA no puede dar catedra de nada.
Fernández
hoy por hoy tiene su propio “Waterloo” y su lugarteniente Rossi, ha demostrado no
estar a la altura de las circunstancias. Tras comprobar la inoperancia y la falta de
recursos materiales de las tres fuerzas –y
ante la pésima imagen que ello proyecta al exterior- no le ha quedado más
remedio que echar mano de soluciones simplistas y contingentes que no cubren en
lo más mínimo las necesidades reales de una operatividad militar mínima a la
altura de las amenazas reales que existen.
En
el caso de la Armada, los anuncios de una provisión de un avión “P-3 C, Orion”
y algunos patrulleros oceánicos “OPV”, parece una tomadura de pelo si no fuera
cierto. Estos elementos no cumplen con las exigencias para las necesidades que
representa un extenso litoral marítimo aunado a la presencia de una entidad
enemiga en el Atlántico sur. Con esto queda más que claro que éste gobierno
mantiene la continuidad con las políticas acordadas con Gran Bretaña en aquel
deleznable acuerdo de Madrid de 1990 y sus anexos con lo cual, poco puede
calificarse de nacional o interesado en defender la soberanía nacional.
Al
parecer la estrategia del actual Ministerio de Defensa para conjurar estas
deficiencias estructurales es la reconstrucción de material totalmente
desfasado, la compra de resagos y chatarra estadounidense, volviendo a
demostrar el círculo vicioso de la ineptitud y amateurismo en el área.
De
este modo vemos una continuidad en la improvisación y el abandono de los
objetivos estratégicos regionales y ni hablar de los que debiera tener el país
de cara a una conflictiva realidad internacional, lo que a su vez evidencia una
ambivalencia y ausencia de objetivos en sus relaciones estratégicas. Tal vez
una de las últimas inconsecuencias comunicadas por Fernández que revela esto, sea
la referente a una pronta disponibilidad de una vacuna para el Coronavirus,
tomando partido en primera instancia por la vacuna rusa “Sputnik V” para luego
volcarse a la primera que se halle disponible (como la china, la estadounidense
y la británica) sin parecer estar al tanto de las contradicciones y desacuerdos
que existen –por la posibles reacciones
adversas- entre algunos de los laboratorios occidentales involucrados (el
gigantesco farmacéutico “Pfizer” y la alemana “BioNTech”).
Sobre
esto último y que viene ligado al concepto de la defensa integral, desde hace
décadas que fue completamente abandonado por el estado.
En
la era del desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) y del conocimiento, que nace
en primera instancia en las experiencias
del desarrollo y experiencia militar, el gobierno de Alberto Fernández y Cia
ofrece como forma de acomodar este desface, viejos sistemas antiaéreos de tubo
y aviones inadecuados para la defensa aérea entre otras aberraciones. De este
modo, se advierte que solo tiene para mejorar esta área estratégica, la compra
de fierros viejos que en un pequeño incidente con alguna fuerza extraña
medianamente armada, quedarían reducidos a hierros retorcidos y la consecuente
muerte de sus tripulantes.
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“BIDEN
NO QUIERE una PALESTINA LIBRE”
Por qué no cambiara la política de Washington en el
tema de Palestina.
Por
Pepe Beru
Uuna
mujer palestina llora desesperada ante la impotencia de no poder frenar los
buldoser israelíes que demuelen impunemente su casa en Jerusalen este, mientras los encapuchados de las fuerzas
especiales ocupantes se llevan a su marido y a sus hijos por haber tratado de
resistirse ante semejante atropello. Posiblemente
ese terreno una vez aplanado, sea ocupado por judíos importados de EEUU o algún
otro país. Es una postal diaria de las vivencias de la población palestina y
que la Comunidad internacional (representada
por Naciones Unidas) no ha hecho nada sustancial por cambiarla. Las elecciones
en EEUU no han cambiado ni cambiaran
nada con Biden y Harris en la Casa Blanca.
Lo
hemos estado señalando de forma continua, creer que la solución para la
tragedia palestina pasará por la persona de un determinado presidente
norteamericano es un engaño abismal, tan grande como creer que Donald Trump ha
sido el único responsable de conceder todos los beneficios mal habidos e
injustos a Tel Aviv.
La
conclusión de que Joe Biden no hará nada para liberar a los palestinos, no pasa
solamente por un razonamiento basado en sus antecedentes y los poderosos
intereses que manejan la política exterior de la Unión sino también, por que el
mismo Biden es otro militante sionista que no sacrificara sus influyentes
amistades por un pueblo que en el fondo detesta.
Desde
los medios conservadores y sus Think Tanks ya han salido a fabricar argumentos
en busca de justificar el por qué Washington no podrá ayudar –una vez más- al gobierno de la ANP y
mucho menos a la martirizada población de la Franja de Gaza, sitiada de forma
inhumana (con cortes del suministro del agua potable e incluso envenenamiento
de varias fuentes) por las fuerzas gubernamentales
y por los colonos israelíes.
Hace
tiempo que Washington ha perdido la credibilidad en lo que concierne a mediar
en un plan de paz para el conflicto en Palestina. Y lo ha perdido por el simple
hecho de que no es imparcial ¿Cuál puede ser su imparcialidad cuando es quien sostiene
financiera y militarmente al estado de Israel? Desde siempre la supuesta
mediación bajo los auspicios de EEUU ha sido como la reunión en la cual el “Tío
Sam” tenía una pistola bajo la mesa apuntando al interlocutor árabe palestino.
Si
EEUU pretende recobrar el liderazgo global no lo hará precisamente para ayudar
a los palestinos en particular y mucho menos a los musulmanes en general.
Decimos esto último, con referencia a ciertos argumentos que los Think Tank
conservadores han desplegado en editoriales como Foreign Policy, planteando una superioridad moral para desplazar a
China en su impiadoso avance sobre los derecho humanos nombrando el caso de la
inhumana represión que despliega contra los musulmanes “uitgur”.
Ciertamente
que el argumento es poderoso y veraz hasta cierto punto pero, EEUU no tiene las
manos limpias con respecto a la violación de los derechos humanos alrededor del
mundo y en lo que hace a los de los musulmanes en particular, su complicidad ha
quedado más que refrendada. Las
atrocidades legalizadas por George W. Bush contra todo el mundo islámico
cubriéndolo de injustas sospechas de terrorismo, siguen vivas en el colectivo
de la UMMA (Comunidad Islámica), y pese a los engaños editoriales de los medios occidentales y de
algunos patéticos medios del Golfo, no se han ido. Aún siguen esperando
justicia millones de casos que todas las administraciones norteamericanas desde
el año 2000 han barrido bajo la alfombra.
No
hay que olvidar que Biden en 2009 fue el vice de una administración que lejos
de investigar las fechorías de sus predecesores, maquillo los secuestros y las
torturas, teatralizo el final de una
ocupación desastrosa en Iraq y continuó con la desastrosa guerra en Afganistán
sin detener por cierto las siniestras misiones de asesinato selectivo de la CIA
sobre Pakistán.
Dentro
de estos casos están la de los palestinos que aún permanecen detenidos (hombres,
mujeres y niños) sin orden de juez competente y cargos conocidos, de los
torturados y los violados en las mazmorras israelies, de los secuestrados y por
supuesto, de todos los asesinados silenciosamente y al amparo de la corrupta estructura
de complicidad de agencias internacionales que han vendido su compromiso con la
legalidad y el respeto irrestricto de los derechos humanos a cambio de un buen
sobre de dinero sucio.
La
elite de Washington quiere recuperar la “confianza” del mundo y cree que Biden
lo logrará. Pero como ya lo hemos visto antes, solo conseguirá la confianza de
los políticos y gobiernos que como hemos estado viendo, además de estar
avocados a sus propios intereses, no son reconocidos (o a lo menos respetados) como
los representantes de muchos pueblos. Curiosamente, son todos estos quienes
forman parte de esa gran peste de la corrupción política que han usado el sello
“democracia” como una visa o tarjeta de validación para vivir a expensas de los
contribuyentes y en pro de sus intereses. No ciertamente Biden no solo no
podría hacer nada para cambiar esta siniestra infraestructura sino que (y lo
peor) es que no quiere hacerlo. Y aunque si quisiera, EEUU no cuenta con la
confianza y mucho menos el consenso internacional para realizar metas
semejantes.
En
ese mismo sentido los palestinos muy bien se han dado cuenta que, si bien Trump
fue desagradablemente pro Israel y por ello han sacrificado sus derechos ¿Qué
cree usted que los mismos palestinos intuyen de la nueva administración? Hace
tiempo que los tentáculos financieros que sustentan las asociaciones y grupos
de presión pero-israelies en el Congreso son quienes digitan la agenda exterior
de Washington, en particular con lo vinculado a las políticas de Israel. Trump
ha sido reconocido por su amplia colaboración bautizando un asentamiento en los
“Altos de Golán” ocupados con su nombre. Podemos apostar que Biden redoblara
las señales de agrado para con la secula sionista en Tel Aviv y obviamente con
los influyentes grupos de presión judío estadounidenses, seguramente él también
quiere algún asentamiento con su nombre.
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“IMPERIAL DEMOCRACY”
The West and its
contradictory discourse will bring it to an end soon
By Dany Smith
For decades, the world has witnessed an inconsistency between the saying and doing of those who, by the sole exercise of force, believed they could destroy anyone who stood in their way. This came from Washington, which during the second half of the 20th century proclaimed itself the "leader of the free world", clearly incurring a descriptive exaggeration that presumed the existence of “two worlds” when in physical and political reality there is only one.
Nobody seemed to understand this cliché but today after
long decades of brutality and extortion policies, it is clear that that term
only meant that the world was either his or no one. It sounds nihilistic, but
American politicians are not stupid. Certainly, those who align themselves
behind the Jefferson doctrine, see as a moral obligation to go to any part of
the world to eradicate those who they consider as “undemocratic”; a certainly
irrational conception. Undoubtedly, they are the heirs of the British Empire,
although many believe that the United States is the tool of those interests
that are led from London.
Here we see the great first contradiction since, how
can such a thought be articulated with respect for freedoms, except of course,
that they are not within their sights, the consideration of others (individuals
from other peoples) with the right to exercise their freedom. And if not, why
did the United States believe it justified itself to remove governments or even
to invade countries for the sole reason that they displeased the elitist
bureaucrats in Washington?
In the cold war period, the excuse was the USSR, which
the Media Corporation - part of
Washington's propaganda - described the Russians as the “Empire of evil”
and other similar abject qualifications. But what happened when the USSR
collapsed? The business was simply over and the charade that supported a
billion dollar arms business and intelligence operations collapsed. Let us
remember that one of the areas most affected by this fall was that of
espionage, causing many Western agents to turn to provide their services to
private interests. The story of the fight for freedom and democracy no longer
paid. This is how the CIA had to reduce its staff due to budget cuts, and began
to work on industrial espionage on European countries.
Where was the democratic component in the development
and execution of those clearly criminal plans?
There is a manifest contradiction between what is said
and what is done. Claiming that you are the beacon of world democracy may sound
very striking for a book or for speeches at a university conference, but if it
does not materialize, it will only be mere hoaxes. And without a doubt that
forcing situations (and people through torture) to change at the convenience of
those who seek those changes cannot be anything other than mere imperialism.
The so-called “New World Order” (NWO) emerged as a
neoliberal framework to begin the deployment of a remodeled geopolitics
adjusted to the absence of a global counter-power (such as the USSR). Thus the
neocon and Zionist sectors gave birth in 1997 -after years of outlining the
ideas- the “Project for the New American Century” (PNAC) that was destined to
conquer by means of deception (among which the operations of False Flags are
counted) and the Military interventionism, vital spaces and their resources
from other regions. How could such mafia engineering be put in place without
Congress not warning about it? Undoubtedly, it was a leave of absence and his
mentors were imbued with the idea of ethnic superiority and contempt for the
peoples they would devastate. Only a relativism in the value of the life of
others could sustain such crimes. But look at what Israel has been doing
against the Palestinians for decades.
That conception marked by imperialist unilateralism,
masked with the poster of “democracy” is fortunately in a terminal crisis and
not precisely thanks to President Donald Trump. The decline of the West has
been brewing for a long time and the vision of this led some to seize the
moment to create a change. The enthusiastic push for multilateralism by the
then Venezuelan president Hugo César Chávez in early 2000 and that after a
rapprochement with Vladimir Putin was gradually adopted by the Russian
Federation and from there to the entire East as an alternative in international
relations, today seems to be the rule and the reality of a post-western world
that is thrown into chaos.
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“UN DEBATE ABSTRACTO”
Sin ideas novedosas o propuestas de una nueva
política exterior, el denominado debate presidencial entre Donald Trump y Joe
Biden solo mostró un espectáculo que demuestra que no hay opciones para mejor
Por
Javier B. Dal
El
debate presidencial del 29 de septiembre pasado ha dejado un sabor a nada entre
los electores norteamericanos, al menos eso es lo que han manifestado muchos de
ellos. Para los ciudadanos norteamericanos y todos aquellos que dependen de la
suerte económica de este país, no hay nada nuevo bajo el sol. Pero para otros
países que se hallan condicionados e incluso extorsionados por las presiones de
Washington ¿Qué podría significar una renovación en la Casa Blanca? Ante ello también
deberíamos preguntar ¿Biden sería una renovación?
Dos
candidatos con propuestas insípidas y sin nada original para atraer a sus
votantes, solo quedo como nota destacada, los insultos, los golpes bajos y las
chicanas de dos tipos nada limpios.
Algo
no ha quedado claro para quienes no viven en EEUU y ello es ¿Desde cuándo
Donald Trump es un candidato republicano?
Es cierto que Trump ha estado en sintonía con una parte de los
republicanos pero no con todos los sectores que componen este arco político. Se
trata de un personaje del mundo de los negocios y el entrenamiento mediatico
que llego a la vida publica por hacer de su estilo de vida un espectáculo
circense, algo que no agrada a los más conservadores de ese sector.
Al
igual que en todo el mundo, la crisis en la credibilidad de la clase política
ha sido en parte la causal del arribo de personajes ajenos al mundo de la
política profesional que como Trump, esperanzaban con alguna renovación. Fue
allí la cuestión de su triunfo y a partir de ahí, los alineamientos de
conveniencia con el nuevo mandatario ajeno a la familia política. Al comienzo, pese
al ideario de Trump más cercano a la línea dura y conservadora, las resistencias entre los republicanos eran
innegables.
El
paso del tiempo fue agrandando las resistencias y provocando dentro del sector
republicano, más disgregaciones que van más allá de la consabida división
entre “palomas” y “halcones”. Y es que Trump se ha ganado las devociones tanto
en unos como en otros causando dentro de cada uno de estos sectores,
discusiones y desacuerdos que han terminado por horizontalizar la conducción del partido hasta tal punto que
son muy pocos en su sociedad y en el exterior que saben quiénes son sus
dirigentes ¿Acaso alguien conoce al presidente del Comité Nacional del partido
republicano?
Trump
es una mezcla de bizarras contradicciones y a su vez, una muestra del carácter
ciclotímico del electorado norteamericano. Así como hay republicanos que lo
consideran su líder natural otros lo detestan a morir de forma similar como lo
hacen los demócratas que revisten en las filas del Clan Clinton. Muchos se
alinean detrás de Trump calificándolo como “el patriota” que se halla en la
mira de los globalistas financiado por un sector del sionismo en el que George
Soros es uno de sus más destacados miembros.
La
misma controversia crea dentro del influyente mundo de los Lobbies
judío-estadounidenses que ha llevado a fuertes entuertos internos por varias de
sus posturas y declaraciones. A pesar que el mismo manifestó su ardoroso apoyo
al estado de Israel en un discurso ante AIPAC en 2016 y su vice Mike Pence (un
confeso sionista) lo describió como el “presidente más pro-Israel de la
historia”, su incontinencia verbal, sus atropelladas medidas en política
exterior, en particular por aquellas destinadas para agradar a Netanyahu (como
fue sin dudas conceder la calidad de capital de Israel a Jerusalen) han causado
discusiones y varios corto circuitos entre varias organizaciones sionistas que
tratan de manipular a dos bandas a la opinión pública –entre muchas otras- con sus políticas de ayuda humanitaria a
refugiados musulmanes.
Otra
muy molesta y pública contradicción es la velada simpatía de Trump por lo
grupos supremacistas blancos y con mandatarios ultranacionalistas como el
húngaro Viktor Orban (agradable también para Benjamin Netanyahu y sus
partidarios), tan racistas como los sionistas más recalcitrantes que impulsan
las políticas expansionistas y colonialistas en Palestina.
Ciertamente,
el mandatario es un poderoso agente disgregador muy a tono con la época que
vive el mundo. Pese a ello, ha sido muy ventajoso para el régimen sionista.
Biden
no es algo muy diferente. Que haya sido el vice de Obama no lo distancia en
nada de Hillary Clinton ni le hace una opción diferente a los neoconservadores
que se alinean por la derecha con aquellos influyentes lobbies pro-israelies. En
este sentido y a la palestra de detestables realidades como son “Guantánamo”,
la impulsión de intervenciones en el exterior, el financiamiento y apoyo de
programas clandestinos como “Estado Islamico” y la comprobada actuación de la
CIA en asesinatos con consecuencias para civiles inocentes, la promesa de
“revitalizar el compromiso por los derechos humanos en el mundo” e “impulsar su respeto alrededor del mundo”
suena bastante hueca.
El
debate no agrego nada nuevo ni aporto una sola idea para mejorar la vida de los
norteamericanos. Mucho menos se abordo la situación de los palestinos y los
avances de Israel sobre sus territorios ¿Y del papel de AIPAC en la política
exterior norteamericana? Olvidenlo, Biden juega en el mismo equipo como todos
los políticos del Establishment norteamericano
salvo raros casos como el democrata Bernie Sanders que pareciera ser la voz
judía de una conciencia critica de las acostumbradas políticas de apoyo ciego e
irrestricto de la Casa Blanca a las políticas racistas de Tel Aviv.
Se
suele escuchar a los líderes del Lobbie judío hablar de aceptar la idea de dos
estados pero, siempre y cuando su diseño y condiciones sean puestos por Israel.
Desde el punto de vista de la lógica y la justicia, una completa falta de
equidad y el reiterado intento de colar un acuerdo absurdamente abusivo como el
que plantea Trump como “el Acuerdo del Siglo”. Cuando los palestinos vieron lo
que representaba para sus intereses este plan diseñado por el yerno de Trump,
simplemente se opusieron. Allí es donde radica la llamada “intransigencia”
palestina que no se dejaran extorsionar por las presiones que ser ejerce sobre
la población.
En
política migratoria, las organizaciones sionistas también se hallan divididas
ya que, los más extremistas apoyan sin reticencias la prohibición impuesta a
los musulmanes de entrar en EEUU. Esto también es parte de la política de
campaña de Biden quien ha dicho que levantara esta odiosa limitación, aunque
eso habría que verlo.
En
lo referente a la política exterior, Trump ha sido ambivalente. Pese a sus
adulaciones para sus colegas europeos como Boris Johnson, Angela Merkel e
incluso al francés Macron, en los hechos ha implementado políticas
proteccionistas comerciales que han dañado severamente las relaciones entre los
países. Al mismo tiempo y bajo las actuales circunstancias de la pandemia, ha
implementado medidas restrictivas que incluso han cortado los nexos entre EEUU
y la UE a tal punto que los europeos no
pueden viajar sin el permiso especial de la administración federal
norteamericana.
Esto
ha sido capitalizado por Joe Biden y su equipo de campaña quienes plantean como
parte de sus promesas para recuperar la Casa Blanca “Revitalizar su propia
democracia y fortalecer la coalición de democracias que nos respaldan” lo que
traducido a la realpolitik, retomaremos la iniciativa para volver y tomar los
lugares de donde Trump nos ha retirado.
Mucho
cariño hacia Israel y su amigo Netanyahu, pero una salida y redespliegue de tropas e instalaciones
militares de Oriente Medio hacia Eurasia y el Mar de la China no es algo conveniente para Tel Aviv.
Eso es algo que a Tel Aviv (capital de Israel) le molesta de sobremanera ya que
necesita de la presencia militar estadounidense en zonas estratégicas de la
región como Iraq, Yemen y Arabia Saudita. Y aunque Trump haya autorizado actos
como el asesinato del general iraní Soleimani y sus aliados iraquíes, colocando
en el gobierno de Bagdad a un colaborador de la CIA, a Israel no le alcanza.
¿Qué haría una administración de Joe Biden ante estos requerimientos de Israel? Sin dudas que la respuesta se deduce con facilidad ya que como ha sido costumbre desde 1948, la Casa Blanca pone los intereses israelíes por encima de los estadounidenses. Solo basta ver si los ciudadanos estadounidenses están dispuestos a seguir tolerando este juego.
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“ANTI-TERRORISM: DARK AFFAIR”
How the so-called Fight Against Terrorism can make a
difference in the candidacy of a president to the White House
By Yossi Tevi
In places like Argentina little or nothing is said, and even less is known, about the organizations that make up the branched and lush tree of American intelligence and this, due to the supine idiocy of its ruling class of believing it nothing interesting and conducive to the geopolitics of the United States country, although it is actually a precaution so as not to upset the embassy in Buenos Aires. Actually, nothing new that hasn't been said before.
But despite the
fact that this is the official position of a state in crisis and about to
implode, knowing how this branch has evolved from 2001 to the present will help
public opinion know that “intelligence” as an arm of the state has nothing to
do with legality.
For decades, the
subject has been marginalized at certain levels and only dealt with by a few
specialized researchers. The public could only have just a cursory idea of
what this shadowy area of the politics of a state with stereotypes taken to
the cinema represents, serving as one of the main means of propaganda in favor
of or against the actions of certain agencies.
In times of the
cold war “HollyWood” was the best vehicle to demonize the Russian agency KGB
and its partners in the eastern bloc and at the same time massively propagate a
positive and even mythological image of the CIA and its allies in the
"world free” (which includes the Mossad), although this and as it is clear
today was only a very distorted image.
When the events
of September 11, 2001 took place, among other measures, the neoconservative
administration of George W. Bush took the opportunity to broaden the spectrum
of federal intelligence agencies and thus expand the budget to create them.
That mixture of terror and collective anger sown in the American population
served to make this accepted without qualms.
It was thus that
and in record time –one day later- Washington identified the alleged
perpetrators of those attacks –among them the Saudi agent Osama Bin Ladem-, the
“Department of Homeland Security” (DHS) was created, which would join the efforts
to "fight terrorism" which, as it has been seen, is an unprecedented
criminal scam.
Just as the CIA
and its British colleagues fabricated false reports on the involvement of “Al
Qaeda” and “Iraq” in those attacks (covering up the real events), the agencies
created afterwards came to constitute a monstrous infrastructure destined to
security and intelligence against external and internal threats against the
"homeland". DHS enrolled in this plan, which officially employs more
than 230,000 people, obviously not counting many others who employ in other
continents and for which a billionaire budget is required.
Despite such a
network of spies mounted on the US to monitor its own citizens, with
ramifications throughout the world, DHS does not appear to have foreseen the “leak”,
much less the level of scope of COVID-19. Very incompetent, don't you think? At
first glance the American taxpayer might question where he is going for his tax
money.
Many in the US
question the functionality of this agency and even who it really serves. For
those who are observing from the outside, the DHS serves as its CIA colleagues
to the interests of the administration (regardless of Democrats, Republicans or
Outsiders) is incidentally in the White House. Just as the CIA crafted the lies
to serve as a justification for signing Bush's executive orders, the DHS became
a prying eye for the privacy of each of its citizens (especially Muslims).
Thereafter, DHS
went from being the “watchdog of the homeland” to the faithful servant of the
tenant of the White House. In that sense and as a way to survive their
positions, the main DHS officials who were passing such as the then Secretary
Kirstjen Nielsen -ideologist of the wall with Mexico and the separation of the
families of the migrants- and the current Undersecretary Ken Cuccinelli who
have manipulated (at the convenience of their respective moments) intelligence
information for political purposes. Is that something new in Washington? Of
course, not.
While George W.
Bush and his advisers made it their agenda to take over the “Middle East” and
take control of central Asia with the occupation of Afghanistan (failed by the
way), today the objectives have not changed.
For some time
now, unclear procedures and abuses have been reported in the DHS administration
that would be revealing that it works for a “Trump political project”. Among
the facts they have exposed are those denounced by Brian Murphy, a former
official of the agency who operated in disputed border surveillance operations
and in the Portland riots where he would have witnessed the adulteration of
reports to justify the existence of "terrorists" crossing the
southern borders and that the main responsible in the street riots by George
Floyd to sectors of the left and anarchists (ANTIFA), artificially relegating
the scene to white supremacist groups.
In that plan it
seems that the manipulations included the fabrication of violent events against
the police authorities (using racist groups) to make believe that it was the
anarchists and the leftists who were behind them. Once again, traces of “false
flags” appear, only at smaller scales with the clear intention of incriminating
certain actors who are annoying to the Trump administration.
This seems to be
a fact after Donald Trump met with Attorney General William Barr, DHS officials
Chad Wolf and Ken Cuccinelli, where they spoke of seeking that the reports
would point to the ANTIFA group as the main culprits of the violence as part of
a Conspiracy of the "CABAL" also known as "Qanon" that
would be composed of a dark nucleus of evil democrats and republicans with the
diabolical mission of dividing the Union.
The truth is
that, dear reader, do not be fooled. Both sectors (the followers of Trump and
the conspirators of "Qanon") are part of the problem and not of a
possible solution and both have used the same means to promote the imperialist
agenda in communion with their two-way allies of Zionism.
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“CORROMPE,
CONFUNDE Y DIVIDE”
¿Cómo y quiénes
aprovecharan la catástrofe causada en el Líbano?
Por Pepe Beru y Ali Al Najfi
A quince días de la explosión del puerto de Beirut,
mucha agua ha pasado bajo el puente y lejos de buscar la verdad de los hechos,
los principales interesados en tapar lo ocurrido y explotar la situación
causada, han salida rápidamente a excusar cualquier injerencia de Tel Aviv en
el asunto sin necesidad de aclarar, que pocas pruebas han arrimado para
convencer de ello a la opinión pública.
Uno de los principales argumentos que aquellos han
esgrimido para relegar a Israel de la escena, es la innegable corrupción y la
negligencia sistémica existente en el Libano que dicho sea de paso, no es el
único país de la región y del mundo que sufre de este mal. El mismo estado de
Israel se halla bajo el régimen gubernamental liderado –además de criminal de guerra y lesa humanidad- por un estafador
financiero.
Con respecto a otras latitudes y salvando las
distancias y las obvias diferencias culturales, la situación del país de los
cedros se asimila en mucho a la Argentina, donde la clase política es
prominentemente corrupta que además de ineficaz, vive fr expoliar los recursos
del estado y ha hundido a su economía doméstica producto de servirse del erario
público para sostener sus ambiciones personales, lo que ha generado una deuda
impagable que en el caso libanes alcanza el 160% del Producto Bruto Interno.
Agregado a ello y similar a la Argentina, el Líbano carece de una moneda soberana, de una profunda grieta
politica y un clientelismo pasmoso que sube el gasto público a las nubes.
Pero a diferencia de la realidad libanesa, Argentina
no tiene actores políticos comprometidos y mucho menos con la iniciativa para proponerse
entablar una lucha política contra los enemigos externos quienes además de
controlar y usufructuar parte de su territorio (Islas Malvinas y parte de la
Patagonia), buscan desde hace años y por
medio de sus partidarios internos, hacerse con el control del país.
Igualmente el escenario libanes es muy diferente y
allí sus enemigos no tienen límites ni escrupulos para desplegar sus tácticas y lo visto el 4
de agosto lo deja bien claro. Es la reacción de la frustración por no haber
podido quebrar a “Hezbola”, un sentimiento que reina en los cenáculos del sionismo.
Obviamente y para maquillar esto, los medios han jugado un papel preponderante
para confundir y ocultar lo que realmente ocurre, recurriendo al uso
artificioso de términos y conceptos que de algun modo, justifique la violencia
existente.
Estos sectores alineados a los intereses de Washington
y Tel Aviv han comenzado a usar la palabra “sectarismo” como termino clave para
explicar –a su interesado entender- la
actual situación del país árabe. No es casual que ello sea así. No hay que
olvidar que estos mismos cerebros y sus respectivos empleados dentro de los medios
corporativos occidentales fueron y siguen siendo los que alimentaron y
alimentan con sus editoriales a la opinión pública occidental que durante los
últimos veinte años hasta esta parte, ha estado siendo “informada” sobre la
idea de un supuesto “sectarismo” entre los árabes musulmanes que explicaba el
terrorismo internacional y la lucha entre chiitas y sunitas.
Cuando a Washington y a su bajo fondo (el poder real
que controla la política exterior) tilda a los actores internacionales que no
se congracian con sus acciones y sus disrupciones, con calificaciones
disonantes o como en este caso, de supuestas actitudes nocivas de un partido,
de un pueblo o de una nación entera, la paz y la libertad corren peligro. Lo
vimos muy claro en Iraq. Hasta que no llegaron los estadounidenses y sus
colegas británicos en 2003, el virus de “Al Qaeda” no existía y cuando los
mismos iraquíes descubrieron estas jugarretas sucias los responsables de
contrarestar a la resistencia solo cambiaron de denominación a sus tretas y así
por 2006 apareció el “ISI” (Islamic State of Iraq) con también conocido como el
“Daesh”.
Esto es un precedente peligroso dado que ya se ha
comprobado que ello fue y sigue siendo parte de un libreto diabólico, de propaganda
y manipulación psicológica empleado por las agencias de inteligencia
occidentales y de la región, con el cual pusieron en marcha el accionar de
falsos grupos “islamistas” como “Al
Qaeda”, “ISIS”, “Jabbat Al Nusra” y actualmente otros con nuevas denominaciones
pero con los mismos actores, para crear la discordia en el mundo islámico que
causo una calamidad humana en Iraq pero que hasta el momento ha fracasado en
Afganistán. Los intentos por recrear este enfrentamiento en el Líbano han sido
constantes y sino, recuerden los atentados y el alzamiento armado de grupos
extremistas sunitas como “Ansar Allah” fundado en 1995, los ataques del “Al Ahbach”
en 2010 y grupos “Salafistas” y “Takfir” aliados al “Daesh” que casualmente revivieron
en 2014, estos últimos apoyados y asistidos a cielo abierto por los israelíes,
comprobándose esto en las zonas de Quneitra en rededores de los ocupados “Altos
del Golan” y dentro de Siria.
¿Por qué los medios occidentales trataron tan superficialmente
esta contranatura relación y sus implicancias? Queda claro que no se hace
necesario tener que contestar esta cuestión. Cuando la violencia es conveniente
a los intereses de Washington y Tel Aviv no es terrorismo.
Siempre ha sido un contrasentido escuchar como
considerándose grandes democracias con gobiernos que respetaban los derechos
humanos y blablabla, Washington y Londres llevaban adelante tramas y acciones
inconfesadamente inhumanas como son los golpes de estado, revueltas y asesinatos
en contra de otros países. En los últimos días se ha conocido la ventilación de
documentación que evidencia la
participación del MI-6 en el secuestro y asesinato del jefe de la policía de
Teherán en 1953, como paso previo al derrocamiento del Primer ministro Mossadeg
orquestado por la CIA. Este acto significo la privación de la libertad y la eliminación de un ser humano. Salvo que
se tenga otro concepto de lo que es la humanidad o crean que la humanidad de
los iraníes, de chinos o de la de los árabes es otra cosa con lo cual, les
autoriza a no respetarles sus derechos, puede entenderse tanta inconsecuencia.
La explosión en Beirut que asesino en parpadeo de
ojos a más de 140 muertos y dejó más de 5000 heridos fue muy bien recibida por
el nucleo sionista tanto en Tel Aviv como el desperdigado por el mundo. En
muchos casos las muestras de satisfacción no se escondieron y ello no sorprende.
La miseria del pequeño vecino árabe puede llegar a ser la fortuna del estado
expansionista israelí que (pese a los anuncios de la Casa Blanca) viene
acelerando las usurpaciones territoriales y la construcción de asentamientos
ilegales en suelo palestino. Como podemos ver, esa lógica inhumana de
prevalecer sobre el otro a costa de la intriga y la brutalidad está llegando a
grados inaceptables, aún para quienes gozan de ese indebido y mal sano
privilegio llamado impunidad que mantiene al estado de Israel fuera del alcance
la ley internacional.
Al mismo tiempo el anuncio de que participaran en las
investigaciones agencias estadounidenses y francesas, hace muy poco promisorio
el arrivo a una verdad material imparcial de lo que ha ocurrido por el simple
motivo de que tienen una postura muy clara con respecto a Israel. Una vez más,
se puede comprobar una gran inconsecuencia del gobierno libanes con las
circunstancias geopolíticas que rodean el asunto.
Por lo pronto, Tel Aviv y ciertas ONG humanitarias con
base en otros países (especialmente en Gran Bretaña), que son pantallas de los planes
sionistas, intentaran prestar “desinteresada ayuda” para ganarse la mente de
los aturdidos libaneses y de ese modo hincar sus dientes con mayor
facilidad. Sin dudas es la oportunidad
para deshacerse de “Hezbolá” o al menos, de intentarlo.
“LA HORA DEL LOBO”
“THE FAKE NEWS WAR”
“ESPEJISMO EN LAS PAMPAS”
“MOVIMIENTOS GEOESTRATEGICOS”
“MASCARA RASGADA”
“METODO ISRAELÍ”
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