viernes, 6 de julio de 2018


EN LA MIRA



“GEOPOLITICA DE LA RENUNCIA”

Cómo se halla la Argentina frente a las políticas impulsadas por la Casa Rosada que compromete la integridad política y soberana del país



Por Charles H. Slim

La situación de la Argentina viene mostrando los síntomas de una anomia estructural que no tiene fin y de una falta de geopolítica que traerá consecuencias a mediano plazo. A la deteriorada situación económica financiera que la caracteriza y el estado de movilización de los sectores populares encuentra al país en un estado de completa renunciabilidad en lo que hace a el ejercicio de sus derechos soberanos por obra de ésta eterna crisis cíclica que fue creada por quienes hoy pretenden mostrarse como alternativas de cambio[1].

La mejor forma de describir el síntoma del país es hablar de “desbarajuste”, que señala con una muy genérica visión desde y hasta donde llega todo el desorden institucional que jalona al país de un lado a otro sin que haya un rumbo cierto de a dónde irá a parar. Por supuesto que la desestructuración no es cosa de este gobierno solamente sino que ya viene deteriorándose lentamente y sin pausa desde hace casi treinta años a la fecha. El uso de los recursos del estado como una caja para financiar intereses particulares, sectoriales y especialmente de partidos políticos ha terminado con la sustentabilidad que un estado como tal debe tener para funcionar con eficacia. Ejemplo trágico de esto se ve la el sector de la defensa que solo destina el 0.9 del PBI.

Con la desaparición de un submarino de la Armada (ARA San Juan) que más allá de la irreverente política de Macri para con la situación (que busca ocultar la autoría del hecho), la misma es un claro precedente de años de desmontaje y desinversión de la estructura de la defensa que se vio mucho más ensañada durante los años del gobierno del FPV[2].

La corrupción y la ineficacia han sido la madre de todo ello. En la década de los setentas cuando el peronismo no supo controlar los monstruos (la Triple A y Montoneros) que el mismo Juan Perón había creado y acuciado por el endeudamiento y los problemas que causaban las bandas armadas “revolucionarias” dieron paso (con el pedido del mismo sector político de aquel entonces) a la instauración de un gobierno militar llamado Proceso de Reorganización Nacional que estaba obligadamente a tono con los intereses políticos y militares de Washington. Fue en ese marco y bajo aquella égida que Buenos Aires siguió al pie de  la letra las recetas u las sugerencias estadounidenses en todas las áreas.

La derrota de la guerra de Malvinas en 1982 (propiciada por la traición de Washington) sirvió como condicionante de hecho para limitar las capacidades de crecimiento (tanto económicas como industriales) del país y mucho más en lo que hace al desarrollo de una geopolítica propia, situación que sería refrendada jurídicamente por Menem con los tratados de Madrid de 1990.

Cuando llego la democracia en 1983, solo cambiaron las formas ya que el fondo seguía siendo el mismo. Aunque Raúl Ricardo Alfonsín era un social demócrata distanciado de las ideas neoliberales que regían en Washington y Londres, ello no fue obstáculo para que éstos no dejaran de influir bajo cuerdas en la política doméstica y exterior del país. Muy por el contrario, fue durante este periodo que los británicos pudieron sacar mucho provecho de las divisiones internas y de los malestares castrenses que culminarían en los alzamientos de los sectores nacionalistas y el intento de manipular esta situación por sectores ultra izquierdistas en el fallido asalto al cuartel de  la Tablada en febrero de 1989.

La era Menemista retomo esos lazos engañosos con Washington y al final de cuentas la Argentina no consiguió nada de lo prometido y se hundió en los peligrosos asuntos ajenos a los intereses propios. Con la desestructuración de doce años de gobierno K y los pésimos acuerdos a los que llego el gobierno de Macri con los centros de poder, ha terminado por tumbar de bruces al país situándolo en una verdadera encrucijada política. Aunque los medios ponen de relieve la debacle económico financiera y a la inseguridad como puntos centrales del problema, la crisis del país es más grave en lo político. Incluso hay que remarcarlo: “El problema es político e ideológico”. Mientras éstos medios y periodistas desinformadores hacen blanco en pequeñas tragedias como la suba del valor del pan, los combustibles o incluso las nauseabundas pulseadas sectoriales por aumentos de sueldo que intentan pintar como luchas épicas, el país yace a merced y entregado a las potencias de la OTAN.

¿Qué puede significar el involucramiento de la Alianza Atlántica en Argentina? Para el país simplemente será la entrada y el establecimiento permanente de fuerzas militares y de inteligencia para desplegar sus operaciones estratégicas que se coordinaran con las tropas de la OTAN en Colombia con miras contrarestar la injerencia de China y Rusia en el hemisferio.  Pero lo peor de ello será que Argentina pasara a ser parte de los asuntos sucios que Washington y sus aliados despliegan desde hace tiempo y actualmente siguen haciéndolo tanto en el Medio Oriente como en Venezuela[3] y Nicaragua que entrelazan la actividad ilegal de la CIA con grupos irregulares en la puesta en marcha de operaciones de agitación que podrían desembocar en guerras sucias similares a las vistas en Iraq y Siria. Con esto, el dedal de la dominación imperial hemisférica se habrá cerrado; pero ¿Lo sabe el gobierno de Macri? O más bien ¿se halla consciente de lo que representará jugar con estos actores y todas sus intensiones? Por lo que se puede ver, no. Baste tan solo ver las fotografías de los agasajos del 4 de julio en la embajada de los EEUU en Buenos Aires para ver la algarabía de muchos representantes políticos argentinos por la independencia del país del norte.

Y si eso no fuera suficiente, la Argentina se halla cooptada por una potencia regional como Israel, la cual (pese a sus luctuosos y sangrientos antecedentes en lo referente a los derechos humanos) participa en forma estrecha y coordinada con los temas militares, policiales y de inteligencia de la república Argentina.

Toda esta circunstancia hace que además hoy por hoy el país se halle jalonado por las turbulentas aguas de la política internacional que se ven sacudidas por la guerra comercial declarada entre EEUU y China[4] que no tomará prisioneros.

Todo ello ha originado una revulsión interior específicamente en los sectores nacionalistas[5] del país que denuncian sin rodeos todas estas complicidades que, por el contrario, son tímidamente mencionadas o simplemente calladas por los sectores de la izquierda nacional. En este sentido se puede advertir que en la sociedad argentina hay mucho descontento por la incertidumbre económica y también por la ineptitud política, que sin dudas es capitalizada por referentes de una emergente oposición mucho más frontal, hasta desaforada  y decidida a comparación de la que se aglutina en esa oposición de los llamados “peronistas moderados” y los “kirchneristas” que son los mismos que desde hace décadas han venido ocupando sitiales en la vida estadual del país y que a la distancia, son muy difíciles de distinguir. 



[1] PERFIL. “Duhalde propuso a Lavagna: Me gustaría que sea el candidato del peronismo”. Publicado el 6 de junio de 2018. http://www.perfil.com/noticias/politica/duhalde-propuso-a-lavagna-me-gustaria-que-sea-el-candidato-del-peronismo.phtml
[2] MENDOZAPOST.com. “El ARA San Juan: entre el Cromañon militar y la desinversión en defensa”. Publicado el 21 de noviembre de 2017. http://www.mendozapost.com/nota/93818-como-estara-el-tiempo-el-fin-de-semana-en-mendoza/ 
[3] SPUTNIK. “¿Por qué EEUU no puede simplemente invadir Venezuela? America Latina. Publicado el 4 de julio de 2018. https://mundo.sputniknews.com/americalatina/201807041080147538-donald-trump-porque-no-invadir-venezuela-obsesion/ 
[4] EEUU en abierta violación a la OMC impuso aranceles del 25% a las importaciones de productos chinos por un valor de 34 mil millones dólares, tal como lo comunicó el Ministerio de Comercio chino: http://www.mofcom.gov.cn/article/ae/ag/201807/20180702763232.shtml
[5] REVOLUCIÓN POPULAR encabezado por el periodista Santiago Cúneo que tiene su programa “1+1=3” por la plataforma de medios en internet: https://www.youtube.com/watch?v=4nldn_gQJaE

martes, 3 de julio de 2018


EN DEBATE



“LOS MEDIOS EN LA ERA DE LA MULTIPOLARIDAD”

Cómo ha cambiado la perspectiva del mundo y las estrategias de dominación de Occidente gracias al quiebre en el monopolio informativo a cargo de las Corporaciones mediáticas.



Por Charles H. Slim
Si hay algo que occidente en general y EEUU en particular han perdido en sus ambiciones de manejo global, ha sido el control hegemónico y la dirección de las tendencias noticiosas. La era del unilateralismo autocrático de la Corporación de medios anglosajones actualmente se encuentran en su crepúsculo y es muy difícil que puedan revertir esa situación. Han pasado demasiadas cosas y muy graves para que la opinión pública mundial no las tenga en cuenta al momento de creer las noticias que se radian desde los “centros de poder”.

Y si nos preguntamos ¿Cómo se construyo esta estructura de medios? 
Veremos que no hay nada de democrático en su historia ni en su conformación, estando más bien ligada a una masa de intereses económicos financieros que entrelazados con la política de estado y poderosos grupos de presión (Lobbies), están netamente orientados a manipular las tendencias y los pensamientos de las sociedades en beneficio propio. Tal como la política exterior estadounidense de los últimos veintisiete años a la fecha, Washington ha disfrazado de multilateralismo a sus políticas unilaterales para conformar a un público doméstico exitista y tratar de afirmarlas con una pretendida legitimidad[1]. No hay que olvidar que tal como lo señala Frank Krauthammer “EEUU es una nación comercial y mar ítima, y necesita del entorno global para prosperar”[2], siendo este uno de los motivos centrales detrás de todas las campañas agresivas lanzadas en estas últimas décadas en el Medio Oriente y Asia. En este último sentido, las campañas sobre Afganistán e Iraq estuvieron animadas por el control de los recursos gasíferos y petrolíferos de los respectivos países.

Durante toda la década de los noventas el dominio comunicacional de los Medios corporativos anglosajones, agrupados en su mayoría por el conglomerado COMCAST[3] al cual se entrelazan por cadenas como la CNN, FOX, NBC, ABC, la BBC y la DW alemana para citar los más emblemáticos y que eran –y siguen siendo- religiosamente levantados por las repetidoras del Cono sur –en especial en Argentina en medios como Clarín, Infobae y La Nación-, llevo al paroxismo de la desinformación llegando a ser más bien las maquinarias de propaganda y justificación de políticas macroeconómicas de pillaje sobre países en vías de desarrollo y en especial de las campañas bélicas y de sanciones que se lanzaban desde Washington. Obviamente no son los culpables de todo ello, pero si fueron actores importantes para que otras herramientas (especialmente las más discutibles[4]) pudieran implementarse a la sombra de mucha desinformación.

Desaparecida la URSS, no había rivales para EEUU. Incluso cuando existía el bloque soviético, Moscú no tuvo una política mediática acertada para contrarestar la guerra psicológica que representaba ésta estructura de multimedios que recibían para solventar sus actividades, varios cientos de miles de dólares al año. Por el contrario, con su política de misterio y secretismo detrás de la cortina de hierro solo ayudo a alimentar las historias “rusofobas” que las redacciones occidentales elaboraban  para manipular al colectivo sobre la “amenaza comunista”. Incluso las propuestas de algunos de los más inteligentes oficiales de inteligencia de la KGB de aquel entonces fueron rechazadas por los conservadores y obtusos miembros del Politburo del partido que consideraban a la estrategia de información como una pérdida de tiempo.

De esa manera, para cuando la URSS se desmoronaba a pedazos dentro de sus fronteras las revueltas armadas y los conatos no tenían fin y todo ello, bajo la tendenciosa cobertura mediática de Occidente. De ese modo, lo que sucedía en los países Bálticos, Chechenia o en Moldavia, el público del hemisferio occidental tenía una sola versión y ella llegaba por satélite por los corresponsales de la CNN. Lo mismo cuando en Yugoslavia comenzaban las primeras reyertas callejeras y que inmediatamente fueron evolucionando a una guerra civil. En esos momentos ¿Quién se habría atrevido a sugerir que había elementos británicos y  de otros países aliados, trabajando para sacar ventajas de esta desintegración?  O también que el MI-6 británico colaboraba con los chechenos mediante el tráfico de armas y explosivos. Y de haberlo habido ¿Por cuál medio lo habrían podido ventilar?

Fue allí donde los pocos cerebros visionarios de ello, se dieron cuenta que no había posibilidades de una oposición cierta ante la fabricación de realidades políticas (ilusiones) a medida de los intereses en Washington. La crisis del Golfo Pérsico de 1990 dio muestra de ello. Los medios estadounidenses y en especial la CNN paso a ser un espectacular pasquín televisivo donde 24 horas al día se satanizaba con todo tipo de truculentas historias y anécdotas de inverificables testigos, las imágenes del presidente Saddam Hussein y de Iraq como país, siendo el prefacio para justificar las masacres que se ejecutarían sobre las poblaciones de ciudades como Bagdad; sin dejar de mencionar que fue sin lugar a dudas, el antecedente de la “arabofobia” y la “islamofobia”[5], dos variantes del racismo estigmatizante que se potenciarían desde el 2001 hasta nuestros días.

Pese que para ese entonces no se disponía del internet para una visión alternativa de lo que ocurría y no existía un solo medio en el globo que se opusiera a las maniqueas “verdades de occidente”, la opinión pública en un gran número fue escéptica ante los argumentos de la administración de George H. Bush y con el paso del tiempo ha ido creciendo a pasos agigantados desatando con ello, la preocupación en las elites de poder que a su vez han puesto en marcha una lucrativa carrera en el área de la inteligencia artificial (IA) que con proyectos ultrasecretos como “Maven”  (en el cual colaboran empresas como Google) tiene entre otras metas, anular a la oposición mediática.

Y nuevamente, cuando miramos hacia atrás, la situación yugoslava llevo a la fractura inter étnica entre serbios, croatas y bosnios musulmanes, vimos como desde occidente y en particular desde la Corporación de medios se maniobro para satanizar a unos y santificar a otros bajo argumentos que no tenían respaldo en la realidad. Fue en aquel marco que se desarrollaron embustes como el “renacimiento del un Califato” que sería impulsado por “Al Qaeda”, un hijo de los laboratorios de la inteligencia anglosajona. A Washington le interesaba extender su influencia hasta las fronteras de la ex Unión Soviética y el momento nunca pudo ser más propicio. Fue allí que echando mano al argumento de los “derechos humanos”, junto a sus socios comenzaron a centrar sus historias mediáticas negras contra Belgrado.  Esta maniobra fue central para justificar el bombardeo de la OTAN contra Serbia y que más tarde usaría hasta el hartazgo para argumentar sus demás intervenciones alrededor del globo.

Hoy eso ha cambiado. Podemos asegurar que el monopolio informativo ya no está en manos de EEUU y menos aún de la Corporación de medios anglosajona, aunque no ha perdido toda su influencia. La aparición en la escena mundial de medios rusos como RT y Sputnik ha quebrado aquel monopolio. Ello ha ayudado a diversificar las miradas del mundo y a poder contrastar la presentación de situaciones que para los intereses gubernamentales de algunos estados pueden llegar a ser legítimos, pero que desde otro enfoque lucen claramente mendaces y hasta criminales. Con este nuevo panorama el enfoque de las informaciones y el análisis político que se hacen de las mismas le ha dado al mundo una visión alternativa y refrescante que sin lugar a dudas ha conjurado varios episodios políticos cercanos en nuestra historia que buscaban beneficiar ilegalmente a los popes occidentales


[1] Como sucedió con la Guerra del Golfo de 1991, en la que bajo la máscara de la ONU  EEUU alineo a 34 países contra Iraq
[2] GEOPOLÍTICA.ru. “Momento Unipolar”. Por Leonid Savin. Publicado el 14 de junio de 2018. https://www.geopolitica.ru/article/mnogopolyarnyy-moment
[4] Las torturas y las continuas muertes de civiles por el llamado Daño colateral.
[5] NAPOLICITTÁSOLITALE.it. “Terrorismo e Islamofobia”. Por Alessandra De Giudice. Publicado el 24 de febrero de 2016. http://www.napolicittasolidale.it/portal/primo-piano/6284-terrorismo-e-islamofobia.html