miércoles, 22 de noviembre de 2017

NACIONAL




“SUBMARINO DESVANECIDO”

El miércoles 15 de noviembre último un aviso del submarino ARA San Juan donde alerto de problemas con las baterías paso desapercibido porque supuestamente unos minutos después reportaron que el problema había sido solucionado. Desde ese momento solo hubo silencio y hoy siguen las preguntas ¿Dónde está este submarino?





Por Javier B. Dal  
La extraña desaparición del submarino “ARA” San Juan en aguas del Golfo San Jorge, ha desatado además de la preocupación de los familiares y los mandos navales, una serie de especulaciones sobre lo que realmente ha ocurrido.  Lo cierto es que la posición en donde se perdió contacto con el submarino argentino, es una zona económica en la cual barcos de otras naciones, ingresan a depredar la fauna marina mediante actividades pesqueras sin control que  desde hace décadas había sido abandonada a su suerte.

Pero también hay que decir que a los buques de pesca furtivos y de todo tipo de tráfico ilegal (que suelen estar armados), hay una intensa actividad naval británica que podría estar implicada en la situación de incertidumbre que se ha desatado por el corte de contacto con el continente. El submarino argentino es una pieza bastante antigua para la guerra naval actual aunque sí es cierto, que su origen le da una mayor confiabilidad técnica. Según sus especificaciones técnicas, el “ARA San Juan” (S-42) fue construido en 1974 en los astilleros alemanes de “Emden”, entrando en servicio activo en 1985 para la Armada Argentina.

Como arma de ataque, el submarino clase TR-1700 se halla dotado de seis tubos lanzadores de torpedos “Telefunken SST-4”, puede  desarrollar una velocidad de 25 nudos en inmersión y unos 15 nudos en la superficie pudiendo desarrollar maniobras rápidas de evasión ante naves de mayor porte o incluso aviones con armas antisubmarinas que operan desde portaaviones o bases cercanas.  

Precisamente y en medio de la eterna crisis presupuestaria que acoge a la Armada, la reducida flota de submarinos compuesta por solo tres unidades, es lo único que supervive como arma defensiva optima para mantener a raya cualquier intrusión en los extensos mares argentinos aunque y como se ha podido ver, no son suficientes unidades y las existentes carecen del mantenimiento técnico que los haga plenamente operativos. Ello ya desato un acalorado debate entre militares y ciertos sectores políticos sobre la calamitosa situación de infraestructura de las Fuerzas Armadas. Solo como un marco referencial, recordemos que para momentos previos a la salida del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, el área que se hallaba a cargo del ministro de defensa Agustín Rossi reportaba una completa inactividad y solo había presupuesto para el pago de sueldos y retiros.

Y si bien es cierto que el “ARA San Juan” fue reparado para  2015, ello no lo salvo del recorte presupuestario que entre otras cosas, le privo del combustible, suplementos y lo peor de toso, objetivos estratégicos para operar. 

Con la llegada del gobierno de Macri se han tomado algunas medidas de reactivación que le han dado un empuje a las Fuerzas Armadas aunque es cierto, estamos muy lejos del nivel optimo de operatividad que requiere un país con el litoral marítimo tan extenso y rico como el argentino.
C-13O RAF ubicándose en la Base Espora

Sobre lo que pudo haber sucedido, solo podríamos hacer especulaciones y entre ellas entraría la de un posible incidente que no tenga nada de accidental.  
Como hemos dicho, el submarino argentino acusa una antigüedad que lo hace vulnerable a submarinos más modernos de otras potencias como los submarinos nucleares británicos y los estadounidenses que pululan por la zona económica exclusiva sin que la Armada Argentina pueda hacer nada al respecto. Como dice el dicho “lo cortés no quita lo valiente” y ello por la encomiable ayuda que por estas horas  EEUU y Gran Bretaña que viene desplegando, no los excluye de la posible participación de una nave de sus armadas en lo que ha ocurrido.

Algunas fuentes en la región informaron que entre la noche del lunes y la madrugada del martes 21 de noviembre llegaron a la Base Aeronaval Comandante espora en la ciudad de Bahía Blanca, un equipo de la Real Armada Británica embarcada en un C-130 proveniente de Malvinas que tras decolar, fue sellada el área al ingreso general. Otro de los aviones que los británicos remitieron a la zona es un “Airbus Voyayer 330” destinado para la búsqueda submarina,  que actualmente se encuentra operando con base en Comodoro Rivadavia.

Si hay involucrado un tercer navío en esta situación, es posible que haya sido captado por los satélites que continuamente barren la región.

Para nada ello quiere decir que los grupos de operaciones norteamericanos enviados para esta situación sepan lo que ha ocurrido ni mucho menos, aunque es posible que algunos de sus oficiales si se hallen al tanto de los pormenores de la real situación por una cuestión muy simple: Inteligencia satelital. Lo mismo y con mayores razones se puede sospechar de la Real Armada británica, la cual mantiene una base naval en Malvinas y es un hecho conocido su operatividad en la región.

Por lo pronto, los esfuerzos se centran en lograr encontrar al submarino o señales y/o rastros sobre el agua de algún posible incidente que haya afectado su integridad estructural. La misión sobre aquella zona a unos 300 kilómetros de las costas de Comodoro Rivadavia, es compleja y ha representado un desafío profesional para los involucrados. 
K-141 Kursk

En las últimas horas del 21 de noviembre hubieron contactos entre la embajada de la Federación Rusa y el gobierno argentino  que terminaron con una comunicación directa entre el presidente ruso Vladimir Putin y el presidente argentino Mauricio Macri en la cual, se acordó el envió inmediato de un buque oceanográfico de avanzada para cooperar con el operativo de búsqueda. 

La experiencia de Rusia con este tipo de tragedias es amplísima. Cuando en agosto del año 2000 se reporto como desaparecido el submarino nuclear  K-141”Kursk” que navegaba en el Mar de Barents con 118 tripulantes, Moscú movilizó su Armada para organizar la búsqueda y rescate y tras localizarlo a más de 108 metros de profundidad, sin los equipos que EEUU y los británicos ofrecieron para asistirlos,  no pudo hacer nada por rescatar a tiempo a sus tripulantes. Un año más tarde tras complejas maniobras de reflotamiento, los grupos de la armada levantaron al Kursk de su tumba oscura y fría y lo llevaron a dique seco al puerto de Roslyakovo.


Ahora tras esta tragedia se están viendo las consecuencias de políticas inconscientes e irresponsables de casi cuarenta años de desidia gubernamental y mediocridad política, de juegos sucios intestinos que han degradado la capacidad defensiva a niveles impensados. Más allá de las posibles causas que han llevado a este silencio de radio y a su pérdida de la vista de los sonares, hay una realidad imposible de eludir y ella es que, de no ser por la ayuda que se ha estado ofreciendo por las marinas de varios países, incluyendo a la norteamericana y británica, a las cuales en unas horas se estarían sumando la rusa, sería imposible y frustrante para la Armada Argentina organizar una búsqueda eficaz.