sábado, 21 de octubre de 2017

EN LA MIRA



“NO TAN FÁCIL”

Tras las amenazas de EEUU de destruir a Corea del norte, Pyongyang no solo ha puesto sobre la mesa sus cartas sino que ha ratificado que no abandonara su programa nuclear ya que con ello ha logrado balancear la situación poniendo a raya a las ambiciones norteamericanas ¿Cuál será la estrategia de la Casa Blanca de ahora en más?





Por Charles H. Slim

El público estadounidense y porque no, el mundial ha escuchado repetidamente las argumentaciones delirantes del presidente norteamericano Donald Trump cuando se ha referido a la cuestión Corea del Norte y las posibles soluciones para definir el problema.  Si esto no fuera tan serio el asunto, la situación gubernamental en la Casa Blanca y en los altos estamentos como son el Departamento de Estado y el Pentágono, la misma sería digna de una comedia de Mel Brooks. Muchos estadounidenses se preguntan seriamente ¿Qué diablos piensa este hombre cuando deja libre a su lengua?  Al mismo tiempo otros respiran aliviados cuando la representante de EEUU ante Naciones Unidas Nikki Haley interviene para explicar que “lo que dijo el presidente no es lo que precisamente quiso decir”, incurriendo en absurdidades que rayan lo cómico.

Pero esto no tiene nada de divertido y menos aún cuando en la memoria de los norcoreanos, todavía están vivas las imágenes de la desolación que en 1953 sembró EEUU sobre Pyongyang con sus indiscriminados bombardeos, muy bien apartados por cierto de las documentales hollywoodenses y de la historia oficial. Tal como lo reseñan artículos de investigadores como Felicity Arbuthnot en “Globalresearch”, la peligrosidad de Trump es advertida en sus círculos más cercanos los cuales dejan entrever que con sus bravuconadas referidas al potencial nuclear de EEUU, demuestra un estado mental cuando menos preocupante (Globalresearch.ca. “North Korea and Trumps…”https://www.globalresearch.ca/north-korea-and-trumps-reality-free-zone-tweeting-about-armageddon/5613268 )

Desde la perspectiva de Trump, con su arsenal nuclear podrían borrar a Corea del norte y punto. Pero la realidad de las cosas informa que aunque ello en principio sea cierto, de que tienen una capacidad bélica muy superior a Pyongyang, ellos –los norcoreanos- también tienen con qué responder y sin dudas que sería una respuesta muy dura e imposible de detener. Es por eso que cuando Trump hace declaraciones de semejante tenor o envía cataratas de Twits que no son más que provocaciones infantiles que no ayudan a distender la situación,  sus generales y en especial el jefe del Pentágono James Mattis tratan de matizar sus incómodos discursos con argumentos que traten de arreglar semejantes despropósitos.
Pyongyang tras los bombardeos de EEUU 1953

A la vista de una cada vez más suelta comunidad internacional, las amenazas de un mandatario como Trump sobre realizar un nuevo exterminio sobre una nación soberana, es algo que no puede, a la altura de las circunstancias y de los antecedentes que se conocen, ser tolerado al amparo de la letra de la ley internacional.

A su vez ello ha desatado todo tipo de especulaciones, una de ellas la que refiere al reinicio de la política de la “guerra preventiva” que tanto caos ha traído a la seguridad mundial y de la cual tanto Mattis como el secretario de estado Rex Tillerson aplauden en la intimidad del salón oval.  Pero a su vez, estos mismos funcionarios saben bien que esta política justificada como un asunto de “seguridad nacional” que sirvió para destruir a Iraq y a Libia, sería imposible de aplicar a Corea del norte por el simple hecho de que, los norcoreanos han desarrollado una poderosa capacidad defensiva y contraofensiva que puede hacerles pagar muy caro la estabilidad y la subsistencia de sus aliados en Asia. Precisamente fue del ejemplo de Iraq en 2003, que  Pyongyang tomo nota y aprendió la lección. Si se desarmaban como lo hizo Saddam Hussein y entregaba todo su desarrollo tecnológico Washington elaboraría un montaje que argumentara un casus belli  y una vez que Corea del norte no tuviera una capacidad para repeler un acción hostil, terminarían siendo sacrificados como le sucedió a Hussein, a su familia y al mismo Iraq. Fue sin dudas que por esta trágica lección de la historia que Kim Jon Un no está dispuesto a cometer el mismo error.
Es por ello que a pesar de las demostraciones de incontinencia verbal de Trump, Tillerson había tratado en vano de establecer canales dialogo con Pyongyang que se vieron truncados ni bien aquel abría la boca. Es más, la llamada “Comunidad estratégica” ya se ha resignado a no tener más opción que orientar sus esfuerzos a la contención de Corea del norte pero nada más.

A la vista de cerebros maquiabelicos como Kissinger o como lo fue Brzezinski, los movimientos erráticos de Trump son dignos de un imbécil y me los imagino de haber podido cada uno de ellos dar su punto de vista sobre cómo está manejando la situación de Corea, poniendo caras de incertidumbre y frunciendo los ceños como queriendo decir “mejor pasemos a otro tema”. La situación que se presenta en la actualidad reviste no solo una complejidad inextricable sino más bien, una peligrosidad tan real como letal.
Alcance de misiles coreanos

Y ello es muy cierto. Cuando Trump se burla de Kim Jon Un llamándolo “hombre cohete” o sus generales hablan con ligereza de los misiles ICBM norcoreanos presumiendo de sus dudosas capacidades para llegar al continente, no solo pecan de irresponsables sino también de ilusos ya que como lo aclaro el mismo presidente ruso Vladimir Putin en una rueda de prensa en esta semana, “los norcoreanos han aprendido de la historia y si deben comer pasto para garantizar su seguridad, lo harán” y continuo diciendo “además, es un hecho de que tienen armas nucleares y lo peor es que no hay sistema antimisiles en el mundo que pueda interceptarlos a todos” esto último en referencia a la capacidad de albergar en cada misil ICBM (Hwasong 12) a varias ojivas independientes.

Precisamente y otros datos a tener en cuenta sobre los aspectos técnicos de los últimos misiles intercontinentales ensayados por Pyongyang, el rango de alcance como su capacidad de transporte de ojivas nucleares de los misiles “Hwasong-14” y “Hwasong-13”, han dejado pasmados a los generales del Pentágono quienes a la vista de las evidencias han sugerido a su presidente, más moderación en sus ponencias (EL PAÍS. “Corea del Norte lanza un misil balístico que sobrevuela Japón”.  https://elpais.com/internacional/2017/08/28/actualidad/1503956158_131933.html )

Cuando vemos como desde la Casa Blanca se hacen arengas infantiles y provocaciones belicistas que algunos acusan al carácter “indómito” de Trump pero que muchos otros lo califican sin más vueltas que más bien son las de un “estúpido”, no puede esperarse que haya distensión en la región, mucho menos cuando EEUU continua provocando incidentes navales con China en el Mar Meridional ¿Es que acaso nadie se ha preguntado, qué diablos hace la marina estadounidense en el mar de la China? ¿Quién le ha dado a EEUU facultades para discernir quién pasa y quién no pasa por aquellas aguas?

Pero volviendo al punto, hay que remarcar que Trump solo es el parlante de un sector belicista dentro de su administración y uno de sus más conspicuos impulsores hasta no hace mucho era nada menos que el general James “Mad Dog” Mattis quien además de haber demostrado su notable desprecio por la vida de los civiles en Iraq (especialmente en Falluya en 2004), hasta hace poco no dudaba en prometer destruir a Corea del Norte (Globalresearch.ca. “El Secretario de defensa, James Mattis, cometió crímenes de guerra en Iraq?” Por Aaron Glantz. https://www.globalresearch.ca/did-defense-secretary-james-mattis-commit-war-crimes-in-iraq/5607347 ). Eso claro, hasta que lograron entender que realmente Pyongyang tenía sus misiles nucleares apuntando contra EEUU. Tal vez sea por eso que desde un tiempo hasta acá, Mattis cambio radicalmente su discurso chocando con las diatribas de su comandante en jefe. Como lo ha señalado algún artículo muy interesante, EEUU puede llegar a cometer un terrible error si no pondera con cuidado la situación y es que, Pyongyang ha demostrado que habla enserio  (Red Voltaire.org. “¿Apretará Estados Unidos el botón nuclear? Por Dimitri Konstantakopoulos. http://www.voltairenet.org/article198328.html )  

miércoles, 18 de octubre de 2017

EN DEBATE



“LAS DOS POTENCIAS”

Los últimos cinco años han cambiado bastante las cosas dentro de la geopolítica internacional y en especial la del Medio Oriente. Mientras China y Rusia consolidan posiciones en Asia y el Medio Oriente, EEUU ha perdido el sitial de preferencia y hoy se ve altamente cuestionado por su más que oscura injerencia de la región.



Por Charles H. Slim
Como lo señala un principio de la física, a toda acción deviene una reacción y esto siempre podemos verlo en la vida política de los países. No importa cuán cruenta sea la misma siempre tendrá una respuesta, es por ello y muy equivocadamente que en todas las épocas, de todos imperios que han existido en la historia del hombre sin distinciones de colores o etnias, el intento de erradicar a otro pueblo o a sus ideas fracasa tarde o temprano. Esto se puede ver más crudamente en las pasadas guerras, cuando el más poderoso en la contienda  trata de borrar a su enemigo con todo su poder de fuego y pese a ello, el mismo brota nuevamente de entre medio de las cenizas. 

Esto es lo que actualmente podemos ver con EEUU y sus aliados europeos, quienes desde hace veinticinco años hasta esta parte han venido tratando de controlar el mundo mediante una política de agresión, engaños y cinismo político que solo ha traído la multiplicación de sus problemas que prácticamente les lleva a ver que, tras un balance entre ganancias y pérdidas (tanto políticas como militares), solo han sido acreedores a éstas últimas sin que pareciera haber un final para esta situación.

Durante todo este tiempo se vio a EEUU obrar como un “Pac Man” devorando a países enteros, convirtiéndolos en campos de batalla  y sumiéndolos en el caos, buscando como siniestro propósito de dominar políticamente a las poblaciones bajo la argucia de la libertad y la democracia, algo que ha quedado muy claro para iraquíes, afganos y libios que ello fue un siniestro embuste. Y aunque Washington haya mejorado su estrategia “tercerizando” las labores sucias para eliminar a los opositores y sectores que resistían a sus acciones y entorpecían la difusión de esa propaganda oficial, siempre fue y será el responsable de todo lo causado. 

Queda claro que no es el pueblo estadounidense el responsable de todos estos crímenes y aberraciones que sus gobiernos han venido cometiendo a lo largo de éstas últimas tres décadas, pero no podemos dejar de mencionar que aunque ello sea así, no dejan de ser en cierta medida responsables por respaldar y mirar para otra parte cuando aceptan esos hechos como algo natural.

Pero detrás de todo ese plan expoliativo elaborado por el sector de la elite político-financiera de tinte neoconservador y sionista estadounidense, además de expoliar los recursos petrolíferos y gasíferos de los países árabes islámicos que garantizaría ese “siglo dorado”, perduran aún hoy objetivos mucho más ambiciosos y definitorios para el control de los mercados internacionales del comercio entre oriente y occidente; y ese es nada menos, que la llamada “ruta de la seda” que curiosamente pasa por la Mesopotamia del creciente fértil donde el “Daesh” en 2014 proclamo su Califato.

Como recordatorio no hay que olvidar que tras la ocupación de Iraq y la destrucción de sus instituciones nacionales, los estadounidenses dejaron intacta la región conocida como “Al Sham” donde tras convertirse en el santuario para los remanentes de la resistencia armada y todo tipo de bandas de traficantes, se volvió un lugar impenetrable para las fuerzas del gobierno colaboracionista y donde la ley solo era la del más fuerte. Pasar por ese lugar era tan inseguro como lo sería hoy en medio de los combates solo que en esos momentos, todo se hallaba  oculto.

Justamente y como un elemento muy conveniente, el “Daesh” y toda esa confederación de grupos armados que buscaron destruir a Siria, han dado la excusa perfecta a EEUU para tener presencia masiva en la región y de ese modo, mantener en forma permanente un estado caótico en donde solo pueda prevalecer el más fuerte y quién a su vez controle el paso del comercio terrestre y aéreo desde Asia a Europa, en especial desde China y Rusia.  

Tras la intervención rusa en 2015 los planes para derrocar a Siria fueron fracasando paulatinamente y ante el retroceso del llamado “Califato” los estadounidenses y sus aliados comenzaron a masificar su ayuda material y financiera a los kurdos sirios a quienes han ilusionado con una patria propia a costa del territorio del norte de Siria (Rojava) que se convertiría en el nuevo “estado tapón” para esta ruta comercial. Y aunque los medios anglosajones realizan ampulosas campañas mediáticas para promover una “mística” en la causa kurda y mediante la cual se trato de legitimar el referéndum separatista de Erbil, en la realidad hay un plan más amplio y peligroso que tiene como principal beneficiado a Israel, algo que ya ha generado los impensados  acercamientos entre Ankara, Teherán y Bagdad.

Pero a diferencia de lo ocurrido en las décadas pasadas, Rusia y China abandonaron su pasividad y pasaron a ser proactivos dentro de la política internacional algo que ha contrabalanceado notablemente la situación poniendo un límite claro a la unilateralidad y el intervencionismo estadounidense. Por un lado, China ha instalado su primera base militar fuera de sus fronteras en nada menos que en Yibuti, un punto estratégico vital para controlar el tráfico aéreo y marítimo en el Golfo de Adén. Al mismo tiempo Pekín ha comenzado a invertir en la reconstrucción de Siria aportando más de 2000 millones de dólares y gestionando el ingreso de más de 130 empresas para el desarrollo de varios sectores tecnológicos.

Rusia por su parte ha incrementado su presencia naval en el Mediterráneo con la ampliación de las instalaciones en el puerto sirio de Tartus y está llevando adelante tratativas con Egipto para volver a usar las instalaciones portuarias de Sidi Barrani que en épocas de la guerra fría fueron una parte estratégica de la flota soviética. Del mismo modo que China, Moscú también está colaborando con la reconstrucción del país árabe mientras teje nuevas relaciones comerciales con uno de los enemigos de Damasco, Arabia Saudita.

Por supuesto que detrás de este impulso ruso-chino existen fuertes intereses económico-comerciales potenciados por la ruina que las políticas occidentales estaban causando y hoy se han consolidado en toda la región. En ese sentido, han interferido molestamente con la dinámica financiera que las corporaciones y los sectores financieros alineados a Washington y Tel Aviv, suelen mover los negocios mundiales, que de consuno llevan adelante con aquel dicho que reza “arruínalos y cómpralos por unos centavos”.

Más allá del interés meramente político y que también se trasluce en la industria armamentística para el comercio de abastecimiento de los ejércitos en la región, hay un sincero interés en una mayor diversificación de los vínculos económicos que obviamente, los más importantes radican en la explotación, transporte y venta de recursos energéticos como es el gas y el petróleo, que tras la destrucción sufrida en las infraestructuras de Siria e Iraq auguran muy buenos contratos para las empresas chinas y rusas