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“LLEGANDO AL TEATRO”
Micelaneas y algunas anécdotas de como fue la
travesia del G.T.88 de la Armada Argentina en su camino al Golfo Pérsico en
1990
Por
Dany Smith
Son
muchos los aspectos que pueden describir la preparación de una fuerza de
hombres para dirigirse hacia una contienda bélica, pero pocas son las
oportunidades que aquellos (sus protagonistas) tienen para poder expresarlas
más, cuando poco o nada sabían hacia donde se dirigían y cuales serían las
consecuencias.
La
campaña naval argentina al Golfo Pérsico enviada el 25 de septiembre de 1990 es
una de esas ocasiones que ha quedado grabadas a fuego en la historia
contemporánea y también en la memoria de sus protagonistas. Fue la inserción
brutal de la Argentina y un modesto aporte al llamado “nuevo orden mundial”
que la administración republicana de George H. Bush inauguraría desde el final
de este conflicto. Quienes sino sus
protagonistas recuerdan como si fuera ayer los entretelones y los pormenores de
aquellas jornadas de nervios e incertidumbres en las calurosas y peligrosas
aguas orientales.
“A
pesar de que sabíamos lo que ocurría, nunca hubiera imaginado estar involucrado
en esta campaña”, comento uno de los suboficiales aeronáuticos que pronto sería
incluido en la “División Víctor” para formar parte de la misión.
El
grupo naval “G.T. 88.00” compuesto por
el destructor “ARA Almirante Brown” y la corbeta “ARA Spiro” que zarpo
de su base en Puerto Belgrano en la primavera de 1990, tuvieron una extensa
travesía para poder cumplir con las ordenes que se le impartieron en un primer
momento, “llegar a la zona de operaciones y ponerse a disposición del Comando a
cargo”. Ninguno de sus tripulantes abordo, incluyendo a la misma oficialidad
tenían certeza sobre cuál sería dicho comando y bajo que normativa se
desenvolverían.
En
rasgos generales lo único que sabían a ciencia cierta era lo que escuchaban por
los medios de aquel entonces (radio y televisión) y lo que les había comunicado
sus propios mandos, resumiéndose en que irían en una misión enmarcada en el
cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas en particular la n° 661 sin
por supuesto, explicarles sus alcances y naturaleza jurídica.
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Mecánicos "Aluette" a bordo del "ARA Ate Brown" 1990 |
Una
cosa si había quedado clara, no había señales de que personal de Naciones
Unidas (observadores o algún representante) estuviera al pendiente por reunirse con
ellos antes de su salida del país o que estuvieran esperándoles en aquellos
lugares. Ni antes de la zarpada ni en el embarque y mucho menos en la
navegación, se presento algún miembro de esa organización para dar una charla o
recibir instrucciones de despliegue en sus funciones de “mantenimiento de la
paz” como
se solía hacer cuando una unidad era puesta bajo la autoridad de uno de sus
comandantes (Cascos Azules).
Los
eventos por aquel entonces, se movieron a gran velocidad y cada uno de los
seleccionados para componer las dotaciones de cada buque, experimentaron en sus
propias personas, todo lo que implicaba la suerte de aquella designación. No
solo el estado material del buque debía estar preparado para sortear posibles
contingencias en una zona –que hasta esos
momentos pensaban- solo era de un potencial
conflicto, sino también su personal embarcado. El estado psico-fisico de cada
uno de los tripulantes era imprescindible para cubrir las tareas que estarían
por venir. Las características de la región a la que serían enviados requerían
protecciones “extra” para reforzarles sus sistemas inmunológicos. Las vacunas
que se les inyectaron a cada tripulante contra varias enfermedades tropicales y
exóticas como la Malaria, combinadas con otras –de las cuales nunca fueron informados- para prevenir la posible
acción de agentes tóxicos y/o biológicos (ej.: Botulismo; Antrax; Viruela etc) de armamento presente en la región, fue un
prologo inconsciente de qué se trataba aquel asunto y la magnitud en lo que se
iban a meter.
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A lo lejos el Portaaviones "USS-Midway" |
Así
como en la faz política y diplomática aún se mantienen muchos secretos detrás
de la crisis que se desató el 2 de agosto de 1990, en cuanto a la operación
naval argentina enviada a una región del planeta en la que jamás sus buques y
hombres habían operado, poco o nada se sabe. A medida que fueron acercándose a
su destino, ambas tripulaciones comenzaron a sentir el rigor del clima y de la
tensión que flotaba en la atmósfera. Como lo expreso uno de estos tripulantes,
el asombro ante parajes tan extraños y a la vez maravillosos, le daba otra
dimensión a las rutinarias tareas de la navegación.
Tras
cruzar el atlántico y llegar a las costas africanas, comenzaron a darse cuenta
que estaban muy lejos de casa y a medida que avanzaban por el Mediterráneo con
ese sentimiento a cuestas las preguntas afloraban en la mente de muchos de
ellos ¿Saddam Hussein arrugará y no sucederá nada?, ¿Quedará como una anécdota
como en la crisis de los misiles soviéticos a Cuba en la década de los
sesentas? O ¿Nos veremos en el medio de
una situación alejada a las tareas de bloqueo naval? Y es que a pesar de la
poca información a la que estaban expuestos, los supuestos y los rumores sobre
la inflexibilidad diplomática y la complejidad de la situación volaban con el
viento. Y es que las especulaciones que algunos de ellos realizaban no estaban
erradas ya que Iraq tras una larga guerra contra su vecino Irán –y con la ayuda de Occidente y EEUU a la
cabeza- había armado un gigantesco y capacitado ejército que lo posicionaba
en el 4° lugar de los más poderosos del mundo.
Ciertamente
que si estaban yendo a hostigar a una nación con una tamaña capacidad bélica y
extensa experiencia en combate –máxime
cuando no existía mandato de paz alguno-, las probabilidades de una
respuesta con consecuencias dañosas se magnificaban en grado sumo. Es más, los
preparativos que fueron realizando en navegación informaban de que debían estar
listos para posibles enfrentamientos armados. Los ejercicios de tiro, la
calibración de los cañones automáticos (OTO MELARA y BREDA BOFORS), la
calibración de la firma magnética de cada buque para evitar minas, el armado de
los helicópteros embarcados, y los
ensayos de abandono de la nave lo dejaban más que evidente.
En
aquellos momentos, las amenazas potenciales que existían en el Golfo eran variadas
y fatales. La guerra entre Irán e Iraq apenas había culminado dos años antes
(1988) y aún persistía la inestabilidad entre ambos países. Aquella guerra fue
uno de los campos de ensayo para los más variados sistemas de misiles tanto
tierra-tierra como los antibuque en sus más ingeniosas adaptaciones (MM-38 y SS-N2-Styx).
Para quienes estaban familiarizados con noticias de lo que ocurría unos años
antes en esa región, recordarían uno de los episodios que les costo muy caro a
los estadounidenses cuando navegaban confiadamente
por la misma ruta que más tarde transitarían ellos.
El
17 de mayo de 1987 la fragata de clase Oliver
Hazard Perry, el “USS Stark” (FFG-31) cuando patrullaba sin novedad las
aguas del norte del Golfo recibió sorpresivamente dos impactos de misiles “AM-39
EXOCET” lanzados desde un avión Mirage F1 iraquí que los operadores del puente
nunca vieron venir. Según las crónicas de aquel momento, el piloto iraquí
confundió a la fragata con un petrolero iraní, excusa que la Casa Blanca acepto
por conveniencias políticas del momento. A pesar de los sofisticados sistemas
de contramedidas electrónicas y defensa del buque (PHALANX), no pudieron siquiera
captar el lanzamiento de los misiles. Con semejante episodio como antecedente,
las preguntas afloraban por si mismas ¿Qué podrían hacer con sus modestos sistemas
de radar si algo similar los amenazara? El resultado de aquel ataque fue la
inutilización y la salida de servicio del buque, 28 marinos muertos y más de 10 heridos. El
incidente había sucedido apenas tres años antes y ello dejaba a la vista la posibilidad
de que ello se repitiera con el agravante de que habrían otros sistemas más
modernos a disposición de los iraquíes.
Pero
la rutina de la navegación ayudaba a matar esos pensamientos aunque había otras
amenazas más silenciosas y desconocidas que podían acecharles durante la
misión. Recuerdan algunos de ellos y a la distancia, que aquellas aburridas clases sobre guerra Química, Biológica y
Nuclear (N.B.Q.) tenían un propósito que a medida que se aproximaban al Teatro,
comenzaban a volverse más palpables con la realización de ejercicios que
precisamente simulaban la contaminación tras un ataque con estos elementos.
Cuando
estaban llegando al Mar Rojo sin saberlo, estaban ingresando a una parte del
Teatro de Operaciones de un conflicto que (sin que ellos lo supieran) ya se
estaba diagramando en las “mesas de planificación estratégica” y de ejercicios
simulados en computadora (INTERNAL LOOK 90) en
los cuarteles del CENTCOM y MARCENT en las ciudades sauditas de Riad y Darham y
que más tarde iba a estallar sin remedio bajo la denominación “Desert Storm”.
Fue en esas aguas que además de asombrarse por el incesante tráfico de esos
gigantescos buques mercantes atiborrados de conteiners y de buques de guerra de
varias nacionalidades, tuvieron aquel accidente de uno de sus helicópteros
embarcados “Aluette” (3H112) que
además de hacer traspirar a los capitanes del grupo, les quito el sueño a los
mecánicos aeronáuticos de abordo.
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cruzando al portaaviones USS-Midway 1990 |
De
ese evento los tripulantes sacaron el aspecto positivo y el ánimo no se vió
afectado. Además de no haber pérdidas humanas, la experiencia sirvió para
ensayar una situación que podría llegar a darse en medio de las operaciones
reales como es un amarizaje forzoso, rescate de la tripulación y el izado de la
nave, maniobras que podían complicarse en medio de una zona bajo situación de
guerra. Dos días después (el 3 de noviembre) tras cruzar el estrecho “Bab Al
Mandab” que por lo que pudieron ver, estaba controlado por los franceses, ingresarían
a las aguas del Golfo de Adén que baña las costas del Yemen (en esos momentos
un aliado político de Iraq) para dirigirse al Mar Arábigo.
El
5 de noviembre el grupo alcanzaba las 10.000 millas de navegación y ya en ruta
final tras llegar al Golfo de Omán se aprestaban para girar hacia el norte y
pasar por el estrecho de Ormuz y de ese modo ingresar en las aguas del Golfo
Pérsico que dicho sea de paso, no todos los navíos que compondrían la “fuerza
multinacional” se atreverían a incursionar.
Recién
para comienzos del mes de noviembre de 1990 llegaban al Golfo Pérsico,
epicentro de las operaciones navales que dirigían los norteamericanos desde
Riad y una vez allí, comenzarían a tomar dimensión y real conocimiento en la
que se estaban metiendo. Fue en esos momentos y tras pasar por las costas del
Sultanato de Omán y bordear las costas de los Emiratos Árabes Unidos comenzaron
a tomar contacto directo con quienes realmente estaban a cargo, los
estadounidenses. Fue así como los oficiales a cargo se reportaron a sus pares
norteamericanos del Comando Central Estadounidense (US CENTCOM) y a partir de
ahí, tras recibir instrucciones
iniciales de un oficial estadounidense, fueron asignados como unidad de
operaciones tácticas bajo la denominación “Alfil 1”, pasando a conformar la
estructura de la primera fase operativa denominada “Desert Shield” pero esa, es
otra historia.
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“TACTICAL ROLES”
What was the framework of action of the Argentine
group "ALFIL 1" in the complex logistics of the Gulf War
By Dany Smith
Almost thirty years after
Argentina's participation in the Persian Gulf War, silence and official
misinformation about the service provided by the units of the “ALFIL 1”
group to the campaign efforts that ended with the liberation of Kuwait still
persist. Likewise, their mission has been recognized as a “combat group” both
by the Kuwaiti authorities and by their comrades from the other participating
armies. The anecdotes that were accumulated by those long and exhausting
campaign days are so many and so juicy that not even the same Argentine sailors
who participated there know that they exist.
We cannot accuse
Argentinean sailors of being apathetic to their own experience. It would be
unfair if we carry on their shoulders the inconsistencies that they have had to
get used to over the years. They are the result of their own circumstances, of
the doctrine in which they were formed, of their own collective and clear
character, of the governments they have served.
In a new
analysis of the operations carried out at that time, the important, sensitive
and dangerous threats to which the groups that operated beyond the 25th
parallel north within the Theater of Operations (including the BNC
attack alerts).
Perhaps one
issue needs to be made clear. At that time the CINCCENT Joint Operations
Command led by General Norman Schwartzkopfs broke his head when he realized
that before taking direct action, there was a serious problem to solve and that
was the logistical one. This matter was far from resolved for the US Navy at
the time, despite the fact that NATO had the resources to support the company;
but they were not enough. Perhaps this lack was due to the doctrine of nuclear
deterrence stemming
from the “Cold War” that did not make foreseeable the massive deployment of
troops for a conventional war in a scenario as exotic as the Mesopotamian.
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Even the sources
consulted in the Pentagon, revealed that at that time CINCCENT did not yet have
an approved plan to face the needs of a massive deployment such as that
required for that situation. The antecedents of the last great world war
(1936-1945), demonstrated the urgent need for efficient logistics. Without
adequate logistics and well-protected routes, the failure of the mission was
assured. Such was the concern that existed at the time, that Marine Corps
General (USMC) Harry W. Jenkins commented at a meeting that logistics was the
number one problem during the first three months of the start of operations
that in a first moment they were called "Desert Shield".
"Strategy
and tactics provide the blueprint for conducting military, logistical, and
media operations therefore" -Lieutenant Colonel George
C. Thorpe, USMC, 1917
A complex new
military logistics plan was never required before seen after the end of World
War II. The challenge of confronting Iraq made it necessary. The complexity of
the region where the Theater of Operations would be established, the limitation
in the access of possible land and air routes to satisfy the accumulation of
supplies that had to be moved, required bold ideas that could be a great
success or lead to disaster. It was then that going to the logistics expert
Lieutenant General William “Gus” Pagonis and his work team, an operations plan
was designed to transfer the largest number of supplements, supplies and fuel
along a sea route for the maintenance of what August 1990 Schwartzkopfs and his
generals predicted a long fight.
Pagonis studied
the situation and made reports at the request of General John Yeosok, commander
of ARCENT, and it was there that he determined a logistical plan based on the
data collected by the intelligence collected up to that time, including, of
course, intelligence that existed from times when Washington was a
"friend" from Baghdad. One of the resources that was also used to
determine the supply route was satellite information and the first
reconnaissance “Pioneer” UAVs that carried out high-altitude spy flights.
Turkey showed strong reluctance to the operation, making evident the
impossibility of using its territory as an alternative route. Furthermore, the
supply they could obtain from Saudi Arabia was limited and did not resolve
sensitive issues such as refined fuel for vehicles, ammunition across the
spectrum of their calibers, and weaponry.
Exclusive
documents of the time reveal how and where the maritime supply route designed
by Pagonis was extended and which were the strategic points of landing of the
accoutrements (for example, Port Al Jubail), which in the face of the danger of
a surprise attack, they had to be quickly moved by a gigantic fleet of trucks
to desert collection bases that would be vital for the development of the
"Desert Storm" ground operations.
One of the
critical points that the supply lines had to cover was drinking water. The
transport of tons of bottled water packs for the consumption of ground troops
became necessary to meet the needs of men and women who, in addition to not
being adapted to withstand the high temperatures of the region, were sensitive
to water from the Saudi network that used to cause colic and in many cases
severe breakdowns.
This made it
more than clear that (beyond the United Nations resolutions) there would be
preparations for a war. The main excuse for mobilizing this logistical force
would be to "protect Saudi Arabia" from an alleged invasion by Saddam
Hussein, although this proved to be a ploy. It was so and under this argument,
the so-called “Operation Desert Shield” was rolled out with the presumed
mission of protecting the oil fields to the north.
Within the
development of this operation, the participation of the two Argentine ships
began, in which their crews convinced that they were acting within a framework
of international legality went from carrying out economic blockade tasks on
ships coming and going from Iraqi ports, to develop surveillance and protection
actions for Saudi and Emirates (UAE) waters against possible incursions by
Iraqi commandos on port facilities and oil terminals.
Like all the
naval forces that were part of the Coalition and that were under the command of
Admiral Stanley A. Arthur, the group “ALFIL 1” had an extremely important
tactical role both in the stage of the “Desert Shield” operation and within the
warlike stage called “Desert Storm” operation. The group consisting of the
destroyer “Admiral Brown” (MEKO 360 H ship Class) and
the missile corvette “Spiro” (MEKO 140A ship Class),
according to their operational capabilities and background, formed part of the
Maritime Interdiction Force (MIF) commanded from the ship “USS-La Salle” (AGF
3 Raleigh-class) that
depended on the CINCCENT orders which in turn were subordinated to the USNAVCENT
Command in Riyadh that attended to naval operations within the Gulf.
Once hostilities
began at 00:00 on January 16, 1991, the Argentine group began to develop more
active roles within naval operations that from that moment and under the name “Desert
Storm” were clearly supportive of combat.
For their
performance in the assigned tactical roles, the endowments were subordinated to
a series of operational directives that as they were known as “Rules of
engagement” (ROE) that empowered them, among other issues, to open fire in the
face of contingencies in the performance of their tasks.
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US Command looking a sea mine |
Within this context, in the interdiction
efforts, the group “ALFIL 1” provided coverage for the arrest and boarding of
ships suspected of violating the trade embargo against Iraq. Equipped with
onboard helicopters “ALOUETTE-III” (the same model used by the French Navy),
they carried out reconnaissance and surveillance missions against possible
threats to supply convoys, the most common being floating mines. Among these
actions was also to provide support to allow the performance of "Visit and
Search Pieces" which were groups of up to ten men who, after intercepting
and stopping a ship, had to board it to register their cargoes. There were also
special groups (MEU-SOC) of the US Navy that equipped with light weapons and
equipped with modern infrared viewers “NIGHTSCOPE”, could take by airborne
assault or from assigned ships, a boat that refused to be searched.
Like all ships
that entered the waters of the northern Gulf - up to 300 km from the Kuwaiti
coast - Argentine ships ran the certain risks of colliding with air-sea
missiles (magnetic, acoustic and pressure) " EXOCET”, the multiple coastal
defenses
with anti-ship missile installations “Skilworm” and “FROG-7” (of
Russian origin but Iraq improved its precision and range) that could sink a
corvette with a single hit.
Some curiosities
that the Argentines may have encountered in the varied and imaginative arsenal
of the Iraqi army was a civilian aircraft "Dassault Breguet Mystere Falcon
50" that had camouflaged in its belly a "Silkworm" missile with
the obvious mission for an attack kamikaze.
Although it did
not have its own logistical support, "ALFIL 1" demonstrated great
versatility and professionalism in carrying out the tasks assigned to each
other, maintaining the naval operations of the battle group led by the aircraft
carrier "USS-Midway" and its supply line so that ammunition and fuel
are available at all times, meeting the objective of sustainability under the
name "TACLOGS".
Despite all
this, the Argentine state has maintained a hazy curtain that has been covering
the service activities that this group carried out with careful recognition and
that led to the successful development of these tactical tasks.
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“¿REGRESO AL
GOLFO?”
Rumores y
especulaciones sobre la posible participación naval argentina en la actual
crisis con Irán ¿Delirancia o una posibilidad latente?
Por Charles H. Slim
Caminando por la dársena de la Base Naval de Mar del
Plata puedes darte cuenta que la Armada Argentina tiene una gran carencia
material que deja sentado a los ojos de cualquiera, que no podría operar ante
una situación de crisis bélica que demande una inmediata acción defensiva y
mucho menos para concretar un objetivo ofensivo. Fue de éste lugar donde zarpo
el siniestrado submarino “ARA San Juan” y de cuyas circunstancias aún se ignora
la verdad ¿Pero a cuento de qué viene este comentario? Si es lo que usted esta
pensando.
Los últimos acontecimientos en el Golfo Pérsico han
vuelto a poner en la mesa, la posibilidad de que La Casa Blanca requiera formar
una nueva Coalición naval en la que Argentina podría ser convocada para lanzar
una nueva campaña militar esta vez contra la república Islámica de Irán. Como dije la carencia material es inocultable
por lo cual usted se pregunta, ¿Cuál es el activo que entonces podría aportar?
Pues nada menos, que la experiencia de sus hombres adquirida durante la “Tormenta
Del desierto” que a juicio del Pentágono –y
pesar de las Armadas de Brasil y Chile- son los únicos en el Cono sur que estarían a
la altura de participar en una nueva operación de semejante envergadura.
La oportunidad esta tratando de ser aprovechada
desde varios frentes. Para la Armada sería otra magnifica oportunidad de
perfeccionarse y actualizarse en el conocimiento de su arma. Pero el momento
político es adverso aunque, el poder real (quienes realmente manejan el dinero
y las tierras) sigue en manos de quienes están interesados en ahondar la crisis
contra la república Islámica de Irán. Quienes sino, los sustentadores de las
políticas de Washington y en particular las de Israel, con gran interés por
dañar a Irán.
Para ello los sionistas argentinos, entre ellos los
que acostumbradamente desinforman desde los medios, han comenzado a operar con
persistencia en torno a divulgar versiones delirantes referidas a supuestas
injerencias del asesinado Qassem Soleimani en el atentado de la AMIA en 1994;
esta última, una afirmación que parte de una premisa falsa.
¿Cuál es la finalidad para tratar de vincular el
asesinato de Soleimani con el atentado de la AMIA? Sin más rodeos, es la de
construir un argumento político, una justificación de este asesinato y a la vez
que permita el involucramiento de Argentina y más precisamente al estado
argentino en una posible campaña militar contra la República Islámica.
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"USS-Tritón" cruzando el Canal de Panamá el 6 de enero 2020 |
Las probabilidades de que EEUU esté planificando una
acción bélica luego de la respuesta iraní, se hace muy factible. Mientras
Donald Trump lanza bravuconadas en público sobre la remisión de bombarderos
“B-52” y el refuerzo de sus tropas en Kuwait, algunas fuentes han revelado que
silenciosamente el Pentágono esta moviendo una sorpresa letal. El 6 de enero
fuentes confiables reportaron haber visto cruzar por el Canal de Panamá al
submarino nuclear “USS-Tritón”
(SSNR-586) con dirección al Oriente Medio lo que, además de confirmar
los rumores de estos planes, suscita una seria preocupación no solo para la
seguridad de Irán sino del mundo.
Las capacidades de éste aparato son contestes con
estas preocupaciones ya que porta a bordo 24 ojivas nucleares con las cuales
podría destruir por completo a Irán y complicar la estabilidad de Asia. Por
supuesto que ello no sería políticamente factible, pero si lo sería que usara
un par de ellas para enviar un mensaje de fuerza que obligue a Teherán a obedecer
las políticas que Washington pretende imponerle.
En medio de esta escalada no han faltado los
lobistas dentro del gobierno argentino para persuadirlo de “prenderse” en esta
aventura que además de ser abiertamente contraria a la ley internacional y contraria
a los preceptos de la Carta de Naciones Unidas podría terminar con pésimas
consecuencias para todo el mundo. Por fuera, los medios y algunos periodistas –en especial los que blanden la pura verdad-
juegan su parte mediante informes parciales y alejados de la realidad
tratando de conectar la actual crisis con los atentados en Buenos Aires e
incluso –para la delirancia total- con
la muerte del fiscal federal Alberto Nisman. Esto último no puede ser otra cosa
que una descarada operación en favor de los intereses geopolíticos de
Washington y Tel Aviv.
Pero dejando de lado lo meramente político, desde lo
geográfico y estratégico, una posible acción directa contra Irán no sería tan
fácil como la que EEUU junto a la Coalición en la que participo Argentina pudo
llevar adelante contra Iraq allá por comienzos de 1991, cuando las fuerzas de
Saddam Hussein se hallaban en su plenitud. En aquella campaña, la fuerza naval
combinada de treinta países sirvió para ocupar y asegurar las aguas del Golfo
Pérsico como ruta estratégica de apoyo y abastecimiento para las tropas de
tierra pero también, para mantener el control del paso por el estrecho de
Ormuz. En esos momentos EEUU tenía la secreta
preocupación que la extensión de la guerra pudiera comprometer el flujo de petróleo
que salía por el estrecho. De haber sido así, los mercados de Wall Street
habrían acabado con la carrera política de Bush.
Tras los embustes de los ataques a los petroleros en
los meses pasados en las aguas emiratíes, Washington argumento la formación de
una Coalición naval denominada “Sentinel” con base en Bahrein que dicho sea de
paso, fue resistida por muchos de sus aliados europeos ¿La razón? Porque sabían
que había sido una maniobra sucia orquestada con la ayuda de mano de obra de la
región. A pesar del intento, el truco no surtió efecto y La Casa Blanca –más allá de un video trucado presentado por
el Pentágono- nunca pudo probar la acusada autoría iraní en esos ataques.
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Defensa misilistica antibuque de Irán |
El actual escenario presenta a un Irán con un amplio
frente costero con muchas irregularidades topográficas que domina todo el
Golfo. Esto no fue un problema con Iraq en 1991 que apenas presentaba una estrecha
costa muy bien controlable en la provincia de Basora y un par de islas en
disputa con Kuwait. Iraq casí no tenía una armada mientras que Irán actualmente
tiene una flota respetable que cuenta con apoyo de sistemas de defensa costera
aún no conocidos.
En las actuales circunstancias, para la “Quinta” flota
estadounidense sería una tarea imposible de controlar, aún con las ventajas
tecnológicas propias y la que les ofrece su aliado Israel, toda la actividad
naval de la Guardia Revolucionaria que se lanzara contra sus buques. Es ahora y
con otros propósitos que EEUU necesitaría de una Coalición naval semejante a la
de 1990/1991. En honor a la síntesis, la finalidad de ella sería para que sirva
como cebo o escudo contra las retaliaciones provenientes de sus variados sistemas
antibuque costeros.
Las acciones navales más importantes y cruentas podrían
desarrollarse casualmente en torno a las aguas del Golfo de Oman y el Estrecho
Ormuz, posición martitma por la que regularmente operaron los buques argentinos
del “Operativo Alfil” durante las campañas “Escudo y Tormenta del Desierto” hace ya 30 años atrás.
Y volviendo por último al estado actual de la Armada
Argentina, puede concluirse que lejos esta en capacidad operativa para poder
prestarse a semejante situación (salvo que el gobierno busque sacrificar a sus
tripulaciones en aras de algún beneficio), máxime si vemos que en las últimas horas Teherán no ha dudado en
responder a la afrenta de EEUU poniendo en evidencia que tiene la determinación
y las armas para hacerlo.
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“ESCALADA
EN IRAQ”
¿Cuál es el
trasfondo político real de lo que sucede en Iraq?
Por Ali Al Najafi
La situación de EEUU dentro de Iraq no cambio nunca.
Sus tropas siempre fueron despreciadas salvo claro, por los políticos y sus
milicias colaboracionistas que aprovecharon la ocupación para zaquear las
riquezas del país para beneficio propio. Es por ello que lo ocurrido el 27 de
diciembre último sobre la base “K1” que protege los pozos petrolíferos de la
provincia del Kirkuk al norte de Iraq, no se trata de un hecho aislado o un
ataque terrorista como los medios occidentales han tratado de explicar. Incluso
no se ha comprobado fehacientemente que hayan sido las milicias chiitas que
EEUU acusa, quienes realizaron este ataque.
Desde el 1 de octubre de 2019 la situación del país
entro en una espiral de crisis aguda basamentada en el hartazgo de la población
más joven en soportar a un gobierno colaboracionista eminentemente corrúpto y
criminal que no ofrece oportunidades de mejora. A la par de las masivas protestas
en Bagdad, Mosul y Basora, se sucedieron varios ataques con cohetes contra
posiciones y bases estadounidenses, que –además
de no haber sido reivindicados- cabe señalar algunos de ellos lucieron sospechosamente
armados.
La situación de miseria estructural en la que la
invasión angloestadounidense de 2003 hundio a la mayoría de la población (indistintamente
de sunitas, chiitas y kurdos) nunca pudo superarse; por el contrario, se ha
agravado con el paso de los años y ninguna administración en Washington a
bregado por mejorar. A tal grado llega el nivel de corrupción y ausencia de las
garantías minimas de seguridad física y jurídica para los iraquíes, que son muy
conocidas las arbitrarias detenciones administrativas –similares a las que Israel
realiza contra los palestinos- y la práctica de todo tipo de torturas
contra quienes hayan protestado contra el régimen o se opongan al Status Quo
imperante.
No hay que olvidar que –como dije al principio- ello desato a comienzos de octubre del
2019 una serie de manifestaciones populares que fueron brutalmente reprimidas
por las fuerzas policiales iraquíes y grupos de choque de la Mutkhabarat
quienes al mismo tiempo, son la extensión local de los norteamericanos
dentro del gobierno.
No hay que olvidar que EEUU invadió y ocupo Iraq –entre otras cuestiones- para apropiarse
de sus recursos petrolfieros que actualmente explota mediante compañías
privadas y la colaboración de los kurdos del Clan Barzani que dicho sea de
paso, fue parte en el despliegue del “Estado Islámico” en 2014. En cuanto a lo
que hace el gobierno de Bagdad, poco se puede decir.
Previamente a este evento, los estadounidenses con
grupos especiales presuntamente de otros países –entre ellos Israel- habían estado tratando de degradar la capacidad
operativa de los grupos populares como las milicias chiitas “Al Shaabi” y las
brigadas “Kataib Hesbolla”, quienes además de haber sido parte de la
resistencia contra la ocupación, hoy blanden una fuerte presencia política en
el parlamento iraquí.
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Milicia chiita entrenada por EEUU |
Desde entonces Washington ha detestado el progreso
de estos grupos con gran apoyo y adhesión popular tildándoles de ser
“pro-iranies” o que directamente estaban siendo adiestrados y armados por la
Guardia de los Revolucionarios de Irán o que, tienen planes de expansión a
Siria, éste último argumento salido de los círculos políticos y militares de
Tel Aviv. Sobre esto no hay que olvidar, que cuando EEUU coloco al régimen
títere conducido por el chiita Nouri Al Maliki y el Partido “Dawa”, tolero e
incluso alentó que mantuviera – de forma
reservada- buenas relaciones con Teherán a los fines de que contrarestara
el problema de la resistencia nacional dirigida por el Partido “Baas” que tenía
entre sus filas un importante componente sunita y laico.
Dentro de aquel marco fue que se busco fracturar la
cohesión social haciendo incapie en las divisiones entre los sunitas y chiitas
acudiendo para ello a tácticas direccionadas a crear el odio y la desconfianza
reciproca. Sumado a ello, Washington impulso una limpieza ideológica
permitiendo que tipos como el Ministro del Interior Beyan Haber Sulak y Hadi Al
Ameri jefe de la temible Banda “Badr” y cuyos miembros pasarían a ocupar
puestos en el ejército y la policía, desplegaran fuerzas de tareas para llevar
adelante todo tipo de atrocidades contra sus propios conciudadanos. Ambos
respondiendo al gobierno títere dirigido por Nouri Al Maliki recibían
colaboración directa de Teherán algo que causó el rechazo y la oposición
frontal de los partidos sunitas y del chiismo iraquí en particular, del joven clérigo
Moqtadar Al Sadr quien no dudo en varias oportunidades de condenar públicamente
esta situación.
He allí la razón por la cual EEUU detesta a Moqtadar
Al Sadr y las milicias “Al Shaabi” y las “Kataib Hesbolla”.
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Kataib Hesbolla Logo |
Cuando se inserto al ISIS en 2014, estas milicias no
dudaron en salir a la batalla e incluso, expusieron con pruebas en las manos, a
quiénes realmente estaban sirviendo aquellos supuesto yihadistas sunitas de la
bandera negra. Incluso en varias ocasiones, los milicianos iraquíes comprobaron en el
campo de batalla como los grupos de “ISIS” (Daesh) que estaban sitiados sin
poder recibir abastecimiento, eran auxiliados desde el aire por helicópteros o aviones
de transporte sin matricula de origen británico y estadounidense. Ello les
valio que en varias oportunidades, aviones caza de ambos países atacaran a
grupos del “Kataib Hesbolla” y de las milicias “Al Shaabi” que combatían al
“Daesh justificándose bajo la nada creíble excusa de haberse tratado de un
error.
Todo aquello no hizo más que endurecer la posición
de estos grupos que entre otras cuestiones, no responden a las órdenes de las
débiles y corruptas fuerzas armadas iraquíes ni mucho menos de un gobierno sin
poder. En cuanto a los argumentos de Trump y de su Secretario de Estado Mike
Pompeo de que estos grupos chiitas responden a Irán son una falacia que
responde a la subalternidad de los intereses pro-israelies que ambos responden.
Si bien es cierto que durante la ocupación las
Brigadas del “Kataib Hesbolla” (Brigadas del Partido de Dios) y las “Asaib Alhe
Alq” (La Orden de los Hombres Rectos) tuvieron un respaldo de aprovisionamiento
y logística durante la ocupación, luego de la salida del grueso de las tropas invasoras
en 2011, el apoyo de Teherán fue mucho más moderado. Y es que precisamente estos grupos que se
habían escindido del “Jaysh Al Mahdi” liderado por Moqtadar Al Sadr, siempre
mantuvieron su lealtada a la integridad nacional y a contrario de las milicias
chiitas “Badr” y otras que servían al partido “Dawa”, no aceptaban la “iranización”
por así decirlo.
Incluso esto llevo a que ambos grupos de la
resistencia se enfrentaran con las milicias “Badr” y con las fuerzas policiales
del régimen colaboracionista, algo que terminó por desarmar el relato que
Washington y los medios como la CNN y la FOX NEWS argumentaban de una “guerra
sectaria” que tan funcional era por supuesto, para sus planes de mantener la
ocupación.
Es por ello que lo que hoy ocurre en Iraq, no es
algo nuevo. Mientras los medios occidentales hacen foco en el ataque a la
embajada de EEUU en Bagdad no discuten cual ha sido su causa o, que hicieron y continúan
haciendo las tropas estadounidenses y sus aliados israelíes. No solamente
atacaron bases militares de las milicias populares chiitas sino que, una vez
más, han causado daños y muertes de ciudadanos iraquíes amparándose en razones
que escapan a la lógica y al derecho internacional dado que, quienes están
ocupando suelo ajeno y apropiándose de bienes soberanos son ellos mismos.
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“EL VIRUS DE
BABILONIA”
Un misterio que
no lo era tanto. La historia de uno de los crímenes de guerra más graves de la época
que se quiso encubrir con cuentos y superstición
Por Dany Smith
“El calor era insoportable y el solo llevar el casco y
una remera camuflada se sentía una pesadilla”. Así lo vivió y comento uno de
los tantos marines que tras la invasión de 2003 fueron destinados al norte de
Bagdad. Había pasado un año y medio de la supuesta finalización de las
operaciones de combate pero los ataques contra las posiciones estadounidenses
se incrementaban día a dia. Sumado a esto,
la populación detestaba su presencia y ello quedo más que claro con el apoyo
que le proporcionaban a la resistencia que se movía sin problemas por las
diferentes localidades de Iraq.
Cuando la Fuerza Expedicionaria de la Infantería de
Marina de los EEUU se movilizó al sur más precisamente a la gobernación de “Babilonia”,
nuestro comentarista y sus colegas creían que estarían un poco más aliviados
del duro clima y la hostilidad de los habitantes de “Falluja” y “Tikrit” donde
habían estado desde el inicio de todo. Su capital “Hilla” mostraba el
sufrimiento de sus habitantes tras los bombardeos y al mismo tiempo su ira
contra su presencia. La ciudad antigua de “Babilonia” y sus monumentos acusaban
las marcas de las bombas de la Fuerza Aérea y la Naval que le daba otra excusa
a los iraquíes de ese lugar para odiarlos y desconfiar de ellos. Pero eso no
era el único motivo del encono. El robo y zaqueos de material arqueológico por
parte de efectivos norteamericanos y de algunos oficiales polacos, fue otra
gota de un vaso que ya había rebalsado muchos años antes.
La única preocupación y consternación que se oyeron
en aquellos momentos fue la de los arqueólogos y empresarios británicos del
tráfico de antigüedades, que como el londinense Tim Shadla Hall y John Curtis del
Museo Británico mostraban espanto por estos irreparables daños materiales pero un
total silencio por las brutalidades que aquellos mismos profanadores habían
causado sobre la humanidad de los
habitantes del lugar. Pero ¿Qué diablos estaba sucediendo?
Los invasores tan pronto se asentaron en la
ciudadela antigua, comenzaron a desembarcar,
trasladar y acopiar material bélico dentro de los templos y edificios
que nacieron junto a la humanidad. Pertrechos, armamento y municiones de alto
poder fueron depositados en varios de estos recintos. Sin el minimo cuidado y
hasta con un notable desprecio, demolieron muros y pasaron con sus vehículos blindados
por los pisos con más de 2600 años de historia, despedazando sus imágenes y
grabados. Sin dudas, una gran contribución de EEUU a la historia.
Aquello solo fue una anécdota con el zaqueo que los
altos mandos estaban llevándo en el Museo Nacional de Bagdad y sus
Universidades. La cancina excusa para esto fue que “sus tropas protegerían el lugar
de los saqueadores”, sin dudas, una ocurrencia que a los iraquíes poca gracia
les hizo.
Pero el daño a las piedras no se compararía con el
causado a los pobladores de la provincia. Igual que en Al Anbar y más
puntualmente en ciudades como “Falluja” y “Al Ramadi” (donde causaron masacres
inolvidables), el sufrimiento y la muerte por variados tipos de cáncer y los
nacimientos de niños con horribles deformaciones, era la marca y el legado que
habían dejado las bombas y misiles con cabeza de Uranio pobre que habían caído
tanto en 1991 como en las primeras etapas de la invasión de 2003.
“El miedo era la señora de todos”, nos recuerda este
comentarista. Sabían que no estaban seguros aún cuando disponían de más de 2000
hombres, bunkers donde cobijarse por las noches y de todo tipo de armas. El entorno del lugar
parecía acecharles. No faltaron los supersticiosos entre la tropa quienes
advertían de las malas vibraciones que les trasmitía el lugar. La antiquísima y
omnipresente estatua de “Pazuzu” –mujer demonio
con alas- parecía augurarles muchas desgracias por venir. Tal vez una
premonición, tal vez solo el efecto del miedo y el estrés al que se veían constantemente
sometidos por las sorpresivas incursiones de los que ellos denominaban
“insurgentes” pero que los pobladores llamaban en árabe “Moqawama”
(resistencia). Lo cierto fue que su estancia en Babilonia fue mucho más
aterradora que eso.
Había otro enemigo invisible que les acechaba y sin
que se dieran cuenta, les estaba matando lentamente. Era ni más ni menos que
una extraña enfermedad que hacía que cientos de marines fueran cayendo en la
enfermería mostrando síntomas variados e inexplicables, al menos para ellos. Incluso
la gravedad de algunos casos obligo a trasladarles a Alemania. Algunos
presentaban fiebre y cansancio, otros brotes psicóticos, síntomas de PTSD y neurosis atípicas; muchos otros una progresiva degradación de su
sistema inmunológico como si estuvieran afectados de neumonias. El cuerpo
médico mantenía un total hermetismo y fue entonces que a muchos se les paso por
la mente el “Sindrome del Golfo” y afecciones similares que el Pentágono y la
Casa Blanca encubrieron durante años.
La situación no podía ser más horrible. Nuestros
comandantes cerraban la boca y hacían como si no pasara nada; era algo irreal.
“Si no eran los morteros y las emboscadas de la insurgencia, era esta afección que
estaba matándonos”, recuerda nuestro comentarista. Como fuera había que salir
adelante y mejor no hacer cuestionamientos ya que los altos mandos estaban tan
irritados como sus subalternos y ello se volvía un círculo vicioso que afectaba
a la moral de toda la unidad.
“Mejor que las plegarias eran las drogas” nos
recuerda éste amigo, tratando de explicar que si alguien manejaba la situación
en la que su gobierno los había metido, no eran precisamente ellos. No había
otra forma de mantenerse en pie. Salir de la ciudadela y atravesar la provincia
por la carretera 8 era una ruleta; los vehículos Hummer y Humvis eran presa de
los llamados IED (Explosivos Improvisados) que colocaban los grupos de la
resistencia que les vigilaban día y noche.
Muchos de los que estuvieron destacados en
Babilonia, a su regreso, presentaron graves síntomas y muchos de ellos quedaron
incapacitados o terminaron muriendo de “enfermedades no identificadas”.
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Niños iraquies afectados por el Uranio pobre |
Lo que los jefes militares y el gobierno ocultaron a
sus hombres fue, que lo que desinformadores al servicio de Washington llamaron
como el “Sindrome de Babyl” era en realidad un envenenamiento ambiental
producto de los gases y residuos de Uranio (UE) y de otras sustancias químicas
que habían sido utilizadas por sus propios camaradas en sus bombardeos en la zona.
Algunos casos testigos salieron a la luz como el del ingeniero Josh Neusche que
pertenecía al 203° Batallón de Ingenieros de la Guardía Nacional de Misouri
quien a pesar de su excelente estado de salud antes de entrar en Iraq, moriría un
tiempo después por una “enfermedad desconocida” según los reportes sanitarios
del Ejército estadounidense.
Pero la lista de casos ha seguido en aumento. Otro caso
es el de la capitana Sheila Frankeifield y su esposo quienes tras haber estado
destacados en “Balad”, a su regreso presentaron síntomas de cáncer. Actualmente
ella presenta cáncer de mama y su marido cáncer de vejiga.
Las estadísticas de la primera guerra además de
terroríficas, las mismas escondían una verdad mucho más inquietante. De los
600.000 hombres desplegados en el Golfo Pérsico entre 1990 y 1991, se especulo
que solo estaban afectados por el envenenamiento unos 200.000 los cuales
estuvieron directamente implicados en las batallas terrestres pero, informes
posteriores revelaron que esa atmósfera viciada y tóxica habría afectado al 75%
de la totalidad de las tropas desplegadas sin discriminar entre efectivos de la
aviación y la Armada. Con lo cual, el Pentágono terminó envenenando y matando lentamente
tanto a civiles y militares iraquíes como a sus propios hombres.
Según las investigaciones, lo mismo sucedió en 2003
pero a una escala mucho peor. El territorio iraquí fue severamente radiado por
los residuos radiactivos del UE y de otras sustancias venenosas que componían
sus municiones de bombas y misiles crucero, haciendo que no solo enfermara a
los habitantes locales sino también a sus propias tropas que, como las
destacadas en Babilonia, respiraron y se expusieron a éste ambiente venenoso
que persistirá por los próximos mil años.
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“DOS AÑOS DE
SILENCIO”
En un nuevo
aniversario de la tragedia del submarino argentino “ARA San Juan” pocas
certezas y muchas dudas sobrevuelan sobre la mecánica de este evento
Por Javier B. Dal
La misteriosa desaparición del submarino argentino
“ARA San Juan” (Clase S-42) en la tarde del 15 de noviembre de 2017 dejo de ser
tal para dejar en evidencia que lo sucedido era algo mucho más simple pero a la
vez más complicado de procesar. Mientras la mayor parte de la población se
hallaba sumergida en la cotidianidad de sus vidas, ignoraba que uno de sus
pocos submarinos y vetustos navegaba por los mares del sur a la altura de las
costas de la provincia del Chubut. Al mismo tiempo el Comando de submarinos en
el puerto de Mar del Plata recibe por sus canales navales frenéticos llamados
de auxilio provenientes de esta unidad que volvía de las maniobras en el Canal
del Beagle. Precisamente los llamados eran del submarino “S-42” “ARA San Juan”
que provenían a varios kilómetros al oeste de mar adentro.
Fuentes confiables dieron cuenta que la primera
unidad naval que llego al sitio desde donde provinieron las llamadas, ya pudieron
ver sobre la superficie del agua algunos implementos del submarino, flotando a
la deriva como mudos testigos de lo ocurrido. A la vista de los marinos, algo
golpeo al submarino y lo envío a las profundidades. A partir de ese momento, el
obligado silencio a todos ellos fue impuesto a la sazón de ordenes provenientes
del Ministerio de Defensa.
Dentro de los muros de la Jefatura del Estado Mayor
de la Armada ya se tenía información previa y actual sobre la causa y tal vez
el autor del siniestro. Según un documento de carácter secreto, el submarino
argentino detecto e informo la presencia de navíos extraños opernado dentro de
las aguas territoriales y uno de ellos era el “HMS-Clyde” (Doc SECRETO. ARA. Sub. ARA San Juan identifi.
El 8 nov/17 al HMS-CLYDE 5204s 05809w y otros
operando en la zona)
Para el conocimiento público, jamás hubo llamado
alguno y simplemente el submarino corto el contacto sin más explicaciones. Mucho
menos existieron estos documentos e informes. Pero, fuentes internas y externas
aportaron otros elementos que vinieron a dar por tierra con estas aseveraciones
y pese a que las mismas llegaron a poner a la Armada y al gobierno argentino en
fuertes contradicciones, fueron rápidamente ocultadas por periodistas obsecuentes y los medios que por
muy buenas sumas de dinero sirven a la
desinformación oficial.
Ante esto y cuando se hizo imposible esconder el
hecho, se hablo de un “accidente” como una forma de darle a la opinión pública
y las familias de los 44 tripulantes una certeza que explicara que era lo que
en apariencias habría ocurrido. A la par de esto, se vio como los británicos y
los estadounidenses llegaron presurosos al país con la supuesta finalidad de
“ayuda en la búsqueda”, algo que no se lo creyeron muchos.
Ante este evento las limitaciones materiales de la
Armada Argentina quedaron patentes y las autoridades políticas nacionales
debieron quedar subordinadas a esta “desinteresada” ayuda de los anglosajones. Este
sería otro suceso que caería bajo el infame y costumbrista encubrimiento
destinado a cuidarle el culo a los poderes involucrados.
Como siempre el hilo se corta por lo más delgado y
quienes deberían pagar por este hecho, serían apartados de la vista y el
conocimiento de los estrados de la justicia. Esto en lo que respecta a los
responsables políticos de lo sucedido. Pero en lo referente a los verdaderos
causantes del hundimiento (porque queda claro que no fue un accidente como se
ha propugnado desde el gobierno y los medios) el cerrojo informativo ha sido
mucho más hermético.
Muchas cosas fueron pasadas deliberadamente por
arriba y muchos elementos indiciarios entregados por terceros desinteresados,
pasaron a ser guardados en un cajón oscuro del olvido. Incluso la inestimable
colaboración extendida por la Federación rusa al remitir a uno de sus mejores
buques oceanográficos, fue minimizada por los obsecuentes funcionarios del
gobierno argentino y por los medios noticiosos, claramente alineados a la
política de Londres.
El conveniente hallazgo del submarino el 17 de noviembre
de 2018 en momentos muy particulares del país, desato más suspicacias y
preguntas sobre este evento. Sumado a ello, el temprano y retaceado acceso a
las miles de fotografías que saco el robot del buque oceanográfico “Seabed
Constructor” echo mucha más sospechas de que había mucho para tapar.
Hoy por hoy se está tratando de cerrar el caso
alegando que el hecho se trato de un “accidente” por sus malas condiciones de
mantenimiento y de una supuesta impericia de la tripulación. Para sustentar
esta charada, la discutida jueza de Caleta Olivia, la Doctora Yanez impulso con
poco ánimo una investigación la cual esta pretendiendo cerrar con la indagación
de unos oficiales de grado intermedio sin dejar en claro bajo que cargos son
los imputados y por supuesto, sin tocar
a los máximos responsables políticos del gobierno.
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“GOLPE AL PRINCENTON”
Cuando la
sofisticación no puede con lo más barato. Minas explosivas de bajo coste que
dejaron fuera de combate al más sofisticado buque de contramedidas de la Armada
estadounidense
Por Dany Smith
Sigue siendo un sinsentido como la Argentina no
reconoce a sus dotaciones navales del grupo “Alfil” enviadas al Golfo Pérsico
en 1990, el mérito de haber servido en los esfuerzos de la Coalición contra
Iraq; aunque no hay que hacer mucho esfuerzo para desentrañar cuales son los
obstáculos que lo impiden.
Los altos mandos de la Armada Argentina pareciera
que se niegan con empeño a reconocer la situación a la que sus hombres
estuvieron expuestos en aquel Teatro operacional. Su empeño comenzó desde el
mismo día que regresaron al puerto Belgrano. Como dejar de lado sino, las
negativas de la Jefatura del Estado Mayor de la Armada de hasta hace 15 años
atrás sobre contar con algún antecedente en sus archivos referido a esta
campaña.
En el minuto después de las cero horas del 17 de
enero de 1990, las tareas de todos los grupos de tareas que operaban en el
marco del “Escudo del Desierto” incluyendo a los canadienses (UNREP Sierra) y
los argentinos (ALFIL 1) cambiaron automáticamente de vigilancia pasiva a
operaciones de apoyo logístico a las fuerzas de combate de la Coalición.
No es necesario señalar que había una fuerte presión
política (interna y externa) para que ello no tome fuerzas sin dejar de
mencionar la falta de impulso por parte de los mismos protagonistas. No hemos
visto una sola historia –salvo la de un
par de marinos aeronavales- que cuenten abiertamente sus experiencias
dentro de aquella guerra. Pero creo que se irán animando a medida que sepan la
entidad de la aventura en la que participaron.
Aquí hay una historia de la cual los marinos
argentinos (consciente o inconscientemente) tuvieron protagonismo e incluso,
estuvieron tan cerca de los hechos tanto que se podría decir que casi se
tocaban las mangas de los buques.
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El daño en el casco del USS-Trípoli |
Así comienza el relato de un veterano marino del “USS-Princeton”
que operaba entre el centro y el norte del golfo en aquel agitado mes de
febrero de 1991. Fue así que en la madrugada del 18 de febrero en pleno de las
operaciones de combate y cumpliendo con sus funciones de cobertura con misiles
crucero sobre blancos en Iraq y Kuwait, nuestro testigo tomaba la guardia del
puente. Navegando en la zona del grupo de tareas liderado por el portaaviones
“USS-Midway”, el buque que venía de un periplo entre el puerto de Vladivostok y
su base naval en Long Beach, transitaría bajo la custodia de unidades navales
canadienses y argentinas que operaban en la zona centro norte del golfo.
El “USS-Princeton” debía también garantizar la
seguridad del portaaviones “USS-Midway” pero ¿Quién garantizaría su propia
seguridad? Pese al sofisticado equipamiento de radares Aegis para contra restar ataques con misiles “tierra-aire” y anti
buque que protegía a la flota en el golfo, en tempranas horas de la mañana del
18 de febrero reciben el frenético informe de que el “USS-Trípoli” que operaba
a 10 millas más lejos de su posición, había recibido el “impacto” de algún arma
enemiga ¿Qué diablos había pasado? ¡Alerta de combate! Fue la orden insistente que
junto al timbre de las sirenas de ataque comenzó a sonar por los altoparlantes
del buque. Ahí (tarde) se dieron cuenta de que estaban rodeados por decenas de minas
baratas que en el mercado no costaban más de US$ 500 dólares.
Después de leer esta historia, usted verá que nuestro
amigo tuvo la distinción única de haber servido a bordo de uno de los dos
barcos que fueron golpeados por minas durante la Guerra del Golfo en 1991
mientras participaba en la Operación Tormenta del Desierto. Su barco era el “USS
Princeton” (CG-59) y el otro barco que chocó una hora antes con una mina fue el
porta helicópteros “USS Tripoli” (LPH-10). Esta historia le dará al lector la
perspectiva en primera persona de lo que fue operar un barco de manera
"perjudicial", que es para lo que la Marina de los EE. UU que en ese
entonces estaba y sigue estando diseñada para defender la seguridad nacional de
nuestro país.
La misión de la Marina de los Estados Unidos es
"... mantener, entrenar y equipar fuerzas navales preparadas para el
combate capaces de ganar guerras, disuadir la agresión y mantener la libertad
de los mares", comento entusiasmado. Una aplicación de esa misión tuvo lugar
durante la Guerra del Golfo en 1990- 1991 justamente en momentos que se
hallaban visitando el puerto ruso de Vladivostok. Nuestro barco era uno de los
últimos cruceros Aegis de la clase Ticonderoga en ese momento, y tan pronto se hizo presente en el Teatro
de Operaciones se le asignó el delicado papel de Comandante de la Guerra Aérea
en el norte del Golfo Pérsico en apoyo de la guerra terrestre pendiente con
Iraq.
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rajadura en el casco del USS-Princeton |
En particular, tanto el “USS-Princeton” como el “USS-Trípoli”
estaban dotados de lo mejor de los sistemas de guerra electrónica de la época y
fue por ello que debían situarse en proximidades de las costas kuwaitíes para
lanzar sus barridos de interferencia electrónica que deshabilitaría los
sistemas de defensa SAM y radares iraquíes.
Así este veterano continuo diciendo: “También
durante esta fase de la Guerra Aérea de las operaciones en el Golfo, nuestro
barco recibió la orden de lanzar tres misiles crucero “Tomahawk” sobre Iraq. Hubo informes de inteligencia que
indicaban que algunas baterías de misiles de superficie de fabricación china se
habían activado en las costas kuwaitíes y debíamos estar muy alerta. Eso nos
hizo ver que los iraquíes a pesar de los devastadores bombardeos seguían
manteniendo equipo en servicio. Estábamos expuestos a ser pasto de misiles
antibuque “C-601” chinos o los “MM-38, Exocet” franceses y eso era angustiante”.
“Esa mañana en particular, descubrí consternado que
el “USS Trípoli” (LPH-10) un portaaviones de clase “Iwo Jima” –Insignia de los barreminas-, golpeó una
mina a las 4:36 a.m. La explosión sacudió todo el buque de proa a popa que había
sido golpeado por una mina amarrada sumergida justo debajo de la línea de
flotación perforando un agujero en su casco que lo dejo a la deriva. Ello causo
el apagón de todo el sistema eléctrico y 30 heridos de baja consideración. El
oficial ejecutivo dijo que se creía que media docena de minas estaban en el
agua delante del barco minas sumergidas de fabricación italiana
"manta". Este tipo de mina no se dispara por contacto, sino por la
presión típica de una hélice de hundimiento u onda de proa causada por un barco
que se mueve a través del agua. Nuestro testigo confeso que “fue una situación
muy estresante al punto que sabíamos que éramos vulnerables”.
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Costura en el casco del USS-Princeton |
Tan pronto se pusieron en marcha para auxiliar a sus
colegas del “USS Trípoli” caen en cuentas de que están rodeados por minas y
serán dos de ellas las que detonaran causando serías averías en el casco. Tras
la violenta sacudida, el espeso humo grisáceo subió desde bajo cubierta dando
cuenta de que les habían pateado el culo. El reporte oficial consignaría “al amanecer
del lunes, una mina nos golpeó abriendo un agujero de 16 pies por 25 pies 10
pies debajo de la línea de flotación”. Horas después llegaría la ayuda del
buque de salvamento “USS-Beaufort” que con el apoyo del “USS Android” nos
remolcaría seguro hasta Bahrein. También fue valiosa la asistencia del buque
canadiense “Athabaskan” que estaba dotado de equipamiento de sonar para
detectar minas. “Antes de ello, los nervios carcomieron nuestra existencia –comento tenso- y lo único que teníamos
para defendernos de una posible incursión eran las ametralladoras manuales 12.70mm
y los fusiles automáticos de la bodega”.
La marcha fue lenta y llena de adrenalina. Pese a
que los altos mandos de USCENTCOM nunca lo quisieron reconocer, aquellas
unidades estuvieron en serio peligro de ser el blanco de un ataque furtivo de
algunas de las baterías iraquíes que seguían operativas en las costas
kuwaitíes.
Mientras helicópteros estadounidenses y británicos
sobrevolaban el área para marcar las minas, los remolcadores aseguraban los
enganches y sus capitanes discutían la ruta de salida. Parte del trayecto
fueron acompañados por aquellos helicópteros hasta que tras ser relevados por
los argentinos y los canadienses, pudieron pasar protegidos por el centro del
golfo ya con rumbo a la base naval norteamericana en Bahrein. “Afortunadamente, fuimos remolcados sin
peligro y finalmente tras hacer las reparaciones suficientes en Bahrein continuaron
su viaje más al sur primero a “Jebel Ali” para descargar nuestras armas y luego
a Dubai, Emiratos Árabes Unidos a un dique seco para reparaciones adicionales
durante 8 semanas adicionales”, comento nuestro testigo.
Era claro que para todos los riesgos eran altos, por
lo que solo nos movíamos a un mínimo de 3 nudos para evitar la deriva y al
mismo tiempo nos brindaba la máxima oportunidad de detectar otras minas debajo
de la superficie similares a las que golpearon al “USS Trípoli”. Aquello dejo
en claro que una operación de desembarco anfibio hubiera sido difícil de
concretar. Por lo pronto, aquel incidente fue el boleto de salida para las
dotaciones del Princeton y del Trípoli quienes serían recibidas como héroes y
condecorados con la “Cinta de Acción de Combate”.
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“JAQUE EN DOS
MOVIMIENTOS”
Cómo EEUU puede
cometer un grave error en el Golfo Pérsico
Por Dany Smith
Mientras los medios corporativos angloestadounidenses
mantienen un cerrado silencio sobre la crisis que existe entre Washington y
Teherán, la región del Golfo Pérsico manifiesta en la agitación existente sus
diversos estados y monarquías que lo bordean, intensos movimientos que revelan que las cosas están
peor de lo que La Casa Blanca está dispuesta a reconocer.
Los últimos acontecimientos en Washington han
influido negativamente en la estabilidad de la región. Pese a que Donald Trump
echo al asesor de seguridad nacional John Bolton, ello no significa que EEUU abandone
la pretensión de atacar a la república Islámica. Lo que sucedió entre Trump y
Bolton fue solo una cuestión de egos y caprichos pero nada más. Tel Aviv no ve
preocupación alguna en la salida de aquel fervoroso sionista de un sitial tan
estratégico como es la misma Casa Blanca ya que tienen en el bolsillo al mismo presidente
estadounidense. Con esto en
consideración, en Washington solo dicen ¿A quién le importa Bolton?
Con esto a la vista queda en claro también que quién
está y ha estado detrás de los esfuerzos por atacar a Irán es Israel. Una vez
más se comprueba cuál es el factor oculto, el agente disonante y el disparador
de las guerras en la región. Quien está particularmente interesado en esto es
el mismo Benjamín Netanyahu quien, junto a su coalición de partidos
ultraderechistas y las organizaciones sionistas a nivel internacional, aspira a conquistar otro periodo a costa de
espectacularidades como lo sería un fulminante ataque contra Irán.
Bibi y los sionistas no ven remordimiento alguno en
sacrificar a miles de seres humanos (mucho menos si son musulmanes) para concretar
sus planes mesiánicos y las pruebas de ello son evidentes.
Pero todo esto va más allá de las especulaciones. De
lo que va del año, los sabotajes por el mes de junio contra buques tanque, los
intentos mediáticos y gubernamentales por tratar de incriminar a Irán de estar supuestamente
detrás de estos eventos, fue revelando la planificación y ejecución de manos
expertas en “operaciones negras” que para lograr tanto sigilo, además de
poderse mover con libertad en el puerto de “Fujaira” (Emiratos Árabes Unidos) –donde estuvieron anclados los buques
siniestrados- debieron contar con
una sofisticada cobertura de inteligencia electrónica. Y solo hay dos
sospechosos con esa capacidad para ejecutar algo así en la región: el CENTCOM o
Israel ¿O tal vez ambos?
En ese sentido, los mismos esfuerzos del Pentágono
por tratar de convencer a la opinión pública mediante filmaciones y fotografías
mal interpretadas e informes de inteligencia nada fiables, demostraron la
patética –y repetida- táctica por
buscar complicar a Irán en algo que nunca habían hecho.
La estrategia buscada es clara: “Dividir y buscar
aliados”, tan antiguo como efectivo pero ¿Quiénes realmente están desplegando
estas maniobras?
Desde los kuwaitíes pasando por los qataries, los
emiratíes y ni que decir de los iraquíes, todos señalan a Israel como el
instigador y posiblemente el ejecutor material detrás de estos eventos. Arabia
Saudita mantiene un mutismo sospechoso que pone en evidencia su comprometida
posición en el marco de su tóxica y muy dañina relación secreta con Tel Aviv
por medio de la cual ha sido arrastrada a una guerra absurda con Yemen.
El último incidente ocurrido en las refinerías más
importantes del este de Arabia Saudita, con seguridad sería uno más de estos
actos de “Falsa Bandera” que buscaban culpar a los combatientes “Huties”
yemeníes y así responsabilizar a los iraníes. Malas noticias para los
planificadores de esto: Nadie se lo creyó y para peor, aparentemente la
monarquía en Riad tampoco quienes en estos momentos están estudiando una salida
negociada de las hostilidades en Yemen.
Sobre ello aún hay serios cuestionamientos si en
realidad fueron Drones o misiles de largo alcance provenientes de una zona
desértica en Iraq. Las posibilidades de que el ataque haya provenido desde una
zona al sur, arroja más sospechas sobre sus verdaderos autores recordando que
allí aún operan fuerzas y grupos de tareas estadounidenses.
Aunque muchos no puedan creer que Mohamed Ben Salman
escuche consejos o planteos que le hagan rever sus decisiones (sin que pierda
la cabeza en el intento), el ataque a las refinerías más importantes del reino
que han causado un gran impacto en el mercado mundial del petróleo, le habría
echo entrar en razón de que todo este tiempo, ha sido embaucado y usado como
una mera marioneta de los planes de Tel Aviv.
Por otra parte, coincidiendo con la salida de John
Bolton del Consejo de Seguridad Nacional, La Casa Blanca ha cambiado su
retórica en torno a Irán escuchándose de la misma boca de Donald Trump que “no
queremos una guerra con Irán” aunque vale aclararlo, a las palabras se las
lleva el viento.
Incluso el intempestivo
cambio discursivo en el Secretario de Estado Mike Pompeo quien aseveró “Nos
gustaría una resolución pacífica”, puede oler muy sospechoso para que sea
verdad; es muy posible que haya sido informado de las consecuencias de una
agresión directa o se trate de una estratagema.
Pero hay varias consideraciones en danza antes de
que EEUU o Israel (o ambos) se lancen a una aventura bélica contra la república
Islámica. Antes que nada, Washington no puede dejar de lado la pésima experiencia
en Iraq y la muy compleja situación en la que se hallan sus tropas en Afganistán,
éste último un punto estratégico para ejecutar un golpe como el planificado.
Un
mal cálculo significaría un desastre militar con consecuencias políticas y
comerciales no solo para Washington sino también para todo el mundo.
Otra es la situación geográfica de Irán. Una muy
extensa geografía costera protegida por lanchas rápidas y sistemas de misiles
anti buque de variada sofisticación puede hacer de las fuerzas de tareas de la
V Flota un pandemónium. A ello no hay que olvidar la adquisición de sistemas de
misiles antiaéreos rusos S-300 y la aún no confirmada posesión de los más
modernos S-400 que no haría nada fácil una incursión aérea. Y aunque los planes
solo involucren el ataque con misiles crucero y aviones furtivos, ello no
garantiza efectividad y peor aún, podría empujar a que Irán cierre indefinidamente
el estrecho de Ormuz causando una nueva crisis comercial que afectaría a todo
el mundo.
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“EL AMIGO DE MI
ENEMIGO”
Los múltiples
ataques de Israel sobre la soberanía de Iraq, Siria y el Líbano vuelven a poner
en evidencia el doble rasero de Washington ante sus supuestos esfuerzos diplomáticos
por buscar la paz en la región
Por Alí Al Najafi
El último ataque aéreo con Drones israelíes sobre la localidad
de Al Q´aim y que se suma a los realizados hace unas semanas en la provincia
iraquí de Salajedín, ha despertado el reclamo unánime de todos los partidos y parlamentarios
iraquíes quienes han acordado presionar para la salida inmediata de los
aproximadamente 5000 efectivos estadounidenses que tras reingresar en 2014, aún
permanecen en Iraq.
La acusación de la autoría de Israel en estos
ataques proviene del bloque parlamentario de la Coalición FATAH que además,
señala como cómplices en posibilitar estas acciones mortales a las tropas
estadounidenses acantonadas en el país.
Es una realidad que las Fuerzas Armadas iraquíes
actuales poco tienen para ser consideradas como tales. A su muy vigilada
conformación y limitado armamento sofisticado, desde que EEUU y sus socios
británicos ocuparon el país, la fuerza aérea y el manejo de los sistemas de
vigilancia y defensa aérea son inexistentes. Quienes controlan este sector
siguen siendo los estadounidenses. Y es que Iraq no ha dejado de estar bajo el
control estadounidense y quien crea lo contrario, está creyéndose los cuentos
de los medios occidentales.
En realidad esto no tiene nada de novedoso para los
iraquíes y para los árabes de toda la región.
Aún perduran las nefastas vivencias de plena ocupación
angloestadounidense cuando entre otras de muchas calamidades sufridas, estuvo
los raids de asesinatos a cargo de los “Escuadrones de la muerte” dirigidos por
la CIA y equipos israelíes operando paralela y promiscuamente con elementos
estadounidenses y su participación en incontables sesiones de tortura en los
campos de concentración de Abu-Graib, Bucca, Nama y muchos otros diseminados en
el país.
Es por eso que a nadie por estos lugares le quedan
dudas de quienes son esos Drones sin marcas que pueden volar libremente y
atacar cualquier objetivo sin poder ser
(aparentemente) detectados.
Desde el lado israelí los comentarios realizados el
23 de agosto por el mismo Benjamín Netanyahu confirman veladamente la autoría
de las FDI en todos estos ataques al alegar que “No solo actuamos si es
necesario, sino que actuamos en muchos teatros contra un estado que busca
aniquilarnos”.
A lo que continuó diciendo “Obviamente le he dado a las fuerzas
de seguridad la orden y la libertad operativa para hacer lo necesario para
interrumpir estos complots por parte de Irán".
Al parecer el premier israelí no parece haber caído
en cuentas de que sus acciones son abiertamente violatorias de la ley
internacional y causan la muerte de muchos inocentes.
|
Milicia chiita Al Shabi |
Pero la intervención israelí de estas
características tiene bastante historia. En pleno de la ocupación por el año
2005 se llegó a decir que la aviación israelí, posibilitada por los
estadounidenses, había montado una base aérea en Haditha en el noroeste de
Iraq, una versión que había sido difundida entre otros por los grupos de la
resistencia. Obviamente tanto Washington como Tel Aviv restaron importancia
tildando esas versiones como una ridiculez. Pero hechos posteriores
demostrarían que la aviación israelí necesitaba de puntos estratégicos en suelo
iraquí para poder lanzar operaciones fuera del rango de su capacidad aérea y
que sin estos sitios en la Mesopotamia, no habría logrado realizarlos.
El ataque realizado por aviones israelíes en 1981
para destruir el reactor iraquí de “Osirak” (Operación Opera), no pudo haberse
concretado sin un corredor aéreo libre sobre Arabia Saudita lo que en esos
momentos despertó sospechas en el mukhabarat
iraquí poniendo en tela de juicio el papel de la monarquía saudita en ese
evento.
Más cerca en el tiempo, los ataques aéreos israelíes
realizados sobre el Sudán en 2012 y 2015 hicieron evidente que Israel contaba
con una ayuda táctica y estratégica vital para poder concretarlos.
Sabido que es que Israel no tiene portaaviones (para
poder rodear el cuerno de África) aunque, ello no es obstáculo para atacar algún
país árabe o africano. Mucho menos para que EEUU le permita operar desde alguno
de los suyos que mantienen su presencia en aguas estratégicas como ser el Mar
Rojo, el Golfo Pérsico o la península arábiga. Los misterios con los que se han
tratado de rodear las actividades e incursiones israelíes en la región no son
más que un adorno dentro de la propaganda y folklore de una supuesta
invensibilidad que en realidad no posee.
Otro de los objetivos de la ofensiva israelí fueron
puntos edilicios en barrios libaneses donde el Partido de Dios “Hesbolla” tiene
sus oficinas administrativas y políticas. Claramente, Tel Aviv ha intentado
amedrentar a los chiitas libaneses para que abandonen sus relaciones con
Teherán, algo que además de ilusorio resulta notablemente irreverente. Esto fue
inmediatamente condenado por el presidente libanés Michel Aoun quien denuncio que
con estas agresiones se ha violado la resolución 1071 del Consejo de Seguridad
de Naciones Unidas.
Aquí también el papel de los EEUU ha sido vital para
hacer la vista gorda a las incursiones israelíes ya que, el comando de
operaciones estadounidenses en la región CENTCOM monitorea constantemente los
vuelos y los movimientos terrestres que considere sospechosos.
Los ataques realizados simultáneamente sobre Iraq, Siria y el Líbano
más allá de las excusas israelíes basadas en tratar de cortar la influencia
iraní en Siria, además de que se producen tres semanas antes de las elecciones
en Israel, pone en el tapete de la actualidad internacional, el constante papel
agresivo y amenazante del estado sionista con sus vecinos que demuestra una vez
más que ilegítimamente está por encima de la ley internacional y que muy poco
le importan las consecuencias de sus acciones.
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“BACK TO THE GULF”
How far geopolitical cooperation goes, or rather, the
subordination of Buenos Aires to Washington on issues such as the current
crisis in the Strait of Hormuz (Iran). The current internal political
circumstances in Argentina can break these commitments or reinforce them at
unreliable levels.
By Sir
Charlattam
Really !, I told one of my
informants in Buenos Aires who was telling me on the phone how things were at a
time when the Argentine government was receiving an electoral beating. But my
surprise was not because of the details about the social and economic disaster
that was beginning to shake the South American country. My surprise was the
possible mobilization of an Argentine naval contingent to join the new
international Coalition in the Persian Gulf.
It seems very
strange that right now there could be an Argentine participation in this
matter, but “Agus” (my contact in Buenos Aires) assured me that there were
advanced talks between the General Staff of the Argentine Navy (Ministry of
Defense) and the Ministry US Defense for support in patrol (OPV) and naval
intelligence. According to "Agus" despite the weakness that had been
accusing the Navy, since the rise of Macri several naval units have been
reinforced and repaired that should have long been in a cemetery.
Some details of
my contact suggest that the possibilities for a possible participation can be
sensed in the interest indicated in the MEKO 360 and MEKO 140 class ships which
are in an optimal state of conservation and in active service.
On the other
hand, he points out that this had been managed by local pro-Israeli pressure
groups close to the government and with direct interference with the Israeli
government. If true, it would be an affront to Tehran and a very good signal
for Washington and Tel Aviv, the latter as a confirmed participant in the
"sentinel" operations.
As I continued
to comment that Argentina was able to reactivate some of its old military
projects thanks to the collaboration and delivery of spare parts by the US,
Britain and Israel, which in the political language represents a very difficult
commitment to break. The case of the “Pampa III” aircraft is an example of this
and that is why the attempts to sell these devices to other countries in the
region failed at the behest of pro-Israeli pressure groups within Argentina. Tel
Aviv would not allow a plane with its technology to be acquired by governments
such as Evo Morales, which has strengthened institutional relations with Iran,
which is why they have blacklisted the "undesirable".
An Argentine
participation in the Strait of Hormuz would not only be a valuable military aid
to the US efforts on Iran but a pleasant geopolitical signal to Tel Aviv that
would in turn move its financial influences on Wall Street if necessary.
But the current
circumstances in Argentina would not seem to help her so that something like
that could come true. Just seeing what the BBC is saying about Macri's
electoral failure makes such cooperation impossible.
The budgetary disaster
that affected the Armed Forces and that had been moderated by the current
government of Buenos Aires has returned without remedy. The preparation of a
naval operation just considering the prices and costs of the naval fuel oil
makes it very unlikely that it will be the Argentines who can afford it (US $ 1
per liter- August 12 https://es.globalpetrolprices.com/diesel_prices/ ).
But at the
moment my contact told me, the participation of an Argentine mission in these
operations can give the White House at the request of political and financial
support to a government that is about to receive a toe in the butt. Donald
Trump has backed Macri before the IMF and it would be nothing wrong for the US
president to facilitate the assembly and cost of an Argentine naval mission to
provide operational support in areas where he operated 28 years ago.
|
1990 Belgrano Port |
Do you remember
1990? I wonder. Then I reminded him that at that time there was another
atmosphere and other geopolitical circumstances in dance. The government of
Carlos Menem was just beginning his term and there was still something left in
the Argentine arsenal. Washington had received almost total control of the
planet and there was no military opposition, much less in international
politics and diplomacy. The comparison was out of place and the arguments that
were then used to deploy the “Operation Desert Shield” had a monolithic
regional coverage, except for marginal cases.
Today Washington
does not have the possibility to influence the United Nations so strongly to
the point of obtaining resolutions tailored to the Security Council. Russia and
China were only mere spectators waiting patiently for their opportunity and now
they feel the weight of their seats on the Council. It was thanks to that
occasion that the US could infiltrate the oil countries of the Arabian
peninsula.
That operation
was the gateway of the US to the region of the Middle East from where it never
left and that through ambiguities was supported in moderation by the United
Nations. The passage of time gave reason to those who opposed this intervention
with cosmetic makeup of a non-mandatory resolutions of the United Nations. At
that time The White House dismissed public opinion for being with the courage
of a gang of thugs from thirty countries against one. That does not happen with
the current circumstances in the Strait of Hormuz where the naval activities of
the United States and of the British Royal Navy have been in fact and without
the least support of international law and even less of the United Nations
Charter. Then "Agus" replied "And what the hell does that matter
to the State Department of Mike Pompeo and his Pentagon colleagues."
"Remember," he said, "the CENTCOM did not ask either Qatar or
the Arab Emirates that it would deploy an operation called" Sentinel.
"
Don't forget, he
told me that this naval operation was announced after the embarrassing capture
of the British-flagged Steno Impera
oil tanker by the Iranian Revolutionary Guard patrol boats that humiliated
London. Even the conventional media did not detail the suspicious activity of
this oil tanker who´s deviated suspiciously from his route (to Saudi Arabia).
When the Israelis learned what happened they went directly to knock on the door
of Downing Street 10 to stir up ideas in the British government suggesting “You
have seen it was the Iranians. You must do something now! ”The legality of US
powers may not be of interest, but in Argentina, parliamentarians (beyond their
personal corruption) tend to be very strict with international law.
Since last July,
Mike Pompeo and his military advisors have been assembling the Coalition,
calling without much success to their European and Asian allies to participate
in efforts to give the intervention a mask of multinational support. Even this
invitation would have been extended to the Argentine government at the time
Pompeo visited Buenos Aires in July to attend the AMIA events for the 25th
anniversary of the terrorist attack on the Jewish mutual headquarters. The
framework was perfect to suggest that Argentina owed the Jews for what happened
and one way to collaborate to redeem oneself would be to actively cooperate
against Iran.
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“OPERACIONES
NAVALES EN EL GOLFO PERSICO”
La actual crisis
entre Washington y Teherán escala a nivel diplomático y ello está replanteando en
el Pentágono estrategias para afrontar una posible y sorpresiva campaña bélica
¿Servirá el modelo usado contra Iraq en 1991?
Por Dany Smith
Uno de los pilares para el éxito de la campaña
militar “Escudo y Tormenta del desierto” de 1990/1991 fue innegablemente el
despliegue de una compleja y sistemática operación naval que fue planificada y
puesta en marcha por el Comando Naval estadounidense secundada por una
coalición multinacional. Cualquier alusión a Naciones Unidas en esto, sería
solo una mera coincidencia.
Quienes estuvimos allí fuimos testigos de cómo mucho
antes de que comenzaran las hostilidades, los buques de la flota estadounidense
que aún permanecía de las épocas de la guerra entre Irán-Iraq, perseguían,
interceptaban y abordaban buques de bandera iraquí que transportara mercadería
todo tipo a los puertos de Umm Qssar, Basora y al mismo Kuwait.
Como la tarea se volvió titánica y controlar todo el
espacio acuático del golfo era imposible incluso para los norteamericanos y
nuestras fragatas que casualmente estaban ancladas en Dubai, se planifico
establecer cuanto antes un Comando naval aliado y mediante reuniones de
coordinación táctica poner en marcha una operación de apoyo logístico que
posibilitara a los norteamericanos concentrarse en el aspecto –hasta ese momento no revelado- ofensivo de sus planes.
Tal como lo preveíamos, la labor de los políticos en
Washington tuvo efecto y lograron en un momento especial de la historia (crisis
de la URSS) reclutar a una treintena de países para que, al amparo de las
resoluciones de Naciones Unidas, apoyaran los esfuerzos para que Sadam Hussein
se retirase de Kuwait. Ese fue el discurso para el público. Pero lo cierto fue que se fuera voluntariamente
o no, ya estaba decidido degradar la capacidad militar iraquí hasta un nivel
considerable para despojarle su poder influencia en la región, algo que
requeriría un ataque masivo, un
objetivo excesivo y fuera de las prerrogativas de la Carta de Naciones Unidas.
Como sea, eso formo parte de los entretelones
políticos a puertas cerradas. En lo que respecta a las actividades en el terreno,
quienes formamos parte de las operaciones solo debíamos escuchar y cumplir
órdenes. Corrían los agitados días de septiembre de 1990 y la actividad naval
de interdicción era interminable. Algunos buques rumbo a puertos iraquíes no se
detenían ante las órdenes de los buques que patrullaban la ruta a las costas de
Kuwait e Iraq y hubo que abrir fuego en varias oportunidades. Sin dudas, los
norteamericanos no podían solos y debían garantizar el estrangulamiento de la
economía iraquí para debilitar sus defensas y establecer una ruta segura para
abastecer a la fuerza multinacional que se estaba conformando.
Cada uno de los países que colaboraron en la
coalición aporto sus conocimientos y se sometieron al peligroso desafío de
operar sin planes o adiestramientos operativos previos y bajo estado de guerra.
Cada unidad naval que entraba al Golfo, estaba accediendo a una jurisdicción
especial que técnicamente se denomina Teatro de Operaciones en
donde además de perder la individualidad, pasaba a ser parte de uno de los
bandos enfrentados.
Para ello el Comando Naval estadounidense en
coordinación con el CENTCOM debieron establecer reuniones para tratar de establecer una doctrina Ad Hoc para conformar y coordinar grupos de tareas navales en el
Golfo que entre otras tareas, mantuvieran y protegieran la logística
que entraría por el estrecho de Ormuz. Tal como se ha documentado, el apoyo
naval (dirigidos desde el Centro de Coordinación y Comunicaciones) a los esfuerzos de las fuerzas terrestres fue
esencial para el éxito de la campaña “Tormenta del Desierto”.
Cada fuerza naval recibió tareas de intercepción
marítima, requisitos de informes, intercepción y VBSS [visita, embarque,
búsqueda y captura], áreas de patrulla, restricciones y ROE de su propia
autoridad de comando nacional. Incluso sin una estructura internacional formal
de comando y control, El FOMIN demostró una excelente cooperación
internacional, mejorada a través de conferencias mensuales del FOMIN. Las
conferencias facilitaron la
cooperación, aseguraron la protección mutua y redujeron la redundancia". -Vicealmirante S. A. Arthur, USN, Comandante
del Comando Central de las Fuerzas Navales de los EE. UU., Vista rápida -
Informe de primeras impresiones, 22 de marzo de 1991-
"El establecimiento y la implementación de las
relaciones de mando de la coalición fueron difíciles. Reaprendimos que el
orgullo nacional, la política y la percepción pública desempeñan un papel
importante en la determinación de las relaciones como requisitos militares.
Estos factores dieron lugar a estructuras de relación de mando formales que,
con todos sus problemas burocráticos, que más allá de las complicaciones,
simplificó la capacidad de los comandos para ejecutar la misión. En un mundo
perfecto, todas las operaciones militares tendrían unidad de comando. Sin
embargo, en la guerra de coalición donde varias naciones se unen temporalmente
contra un enemigo común, podemos vernos obligados a buscar una relación de
comando informal que Trabajar en la ejecución de operaciones de combate". -General H. Norman Schwarzkopf, EE. UU.,
Comandante en Jefe del Comando Central de los EE. UU., Informe preliminar sobre
las lecciones aprendidas, 5 de abril de 1991.
La actual crisis con Irán vuelve a replantear un
desafío táctico y estratégico para los estrategas norteamericanos solo que hoy
a diferencia de aquel entonces, cuenta con una posición más ventajosa sobre la
región. Las bases que existen hoy en Iraq, Jordania, toda la península arábiga
e Israel, no estaban en los comienzos de 1990 y ello debió ser sorteado con
aquella Coalición multinacional. Igualmente, la situación de Irán no es la
misma del Iraq de los noventas y sumado a las actuales capacidades defensivas
iraníes, hay en consideración la hostil topografía que no ofrece las ventajas
de un terreno mayormente plano y desertificado como el iraquí. Sobre esto, los
norteamericanos aún lamentan haberse metido en Afganistán.
Más allá de las ansias de los neoconservadores
estadounidenses y sus aliados sionistas en Tel Aviv, una campaña sobre Irán
presenta muchas más dificultades que las afrontadas en Iraq y es allí donde
radican las causales para frenar acciones de las cuales Washington pueda
arrepentirse. Sobre esto último, no hay que olvidar que se requirió de trece
años de hostigamiento de todo tipo, un brutal embargo para debilitar a las
fuerzas iraquíes y pese a ello, presentaron una feroz resistencia asimétrica
que el Pentágono no evaluó con seriedad.
Es por ello que es evidente que EEUU hoy por hoy (en
lo estrictamente militar) no requeriría de una coalición aliada como la usada en
1990/1991, no al menos para una campaña naval y ello sería por dos cuestiones
puntuales; la primera por ser casi imposible bloquear todo el litoral marítimo
iraní; segundo, sus bases militares en toda la costa arábiga y tercero, no debe
haber un solo país en el mundo que tenga un gobierno tan inconsciente que, ante
las desarrolladas defensas navales iraníes, quiera exponer a sus efectivos a
una muerte segura.
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“LAS CONFERENCIAS DE DHAHRAN”
Una prueba más
de que la Crisis de 1990 entre Iraq y Kuwait tenía un final previsto y bien
planificado del cual Buenos Aires no tenía la más mínima idea ¿Estuvieron
presentes representantes navales argentinos en aquellas conferencias?
Por Charles H. Slim
Cuando George Bush y Collin Powell fueron notificados
de lo que había ocurrido en Kuwait, ninguno expreso sorpresa por lo sucedido y
con una metódica parsimonia, cada uno por su parte, comenzaron a telefonear a
sus respectivos asesores. Como lo hemos dicho anteriormente, la crisis entre
Iraq y Kuwait de 1990 se había venido gestando silenciosamente con mucha
paciencia desde el final de la guerra contra Irán en 1988 y su desenlace
buscaba cortar definitivamente los lazos con Bagdad.
Eso en lo político, pero en el resto de las áreas
que más involucradas estuvieron en la preparación del desarrollo de la crisis,
tuvieron una intensa actividad hasta llegar a concretar lo que ya estaba
planificado desde hacía tiempo y ello era, entrar a la región. El inducido
fracaso de las conversaciones en “Jeddah” de julio de 1990 fue el detonador de
los eventos por venir. Que a nadie le queden dudas de que la crisis sirvió
magníficamente a dicho propósito y a la distancia queda también claro que
Arabia Saudita fue parte (al menos sus núcleos vinculados a la inteligencia) en
este plan. En realidad la familia real “Al Saud” siempre fue parte del
Establishment político de Washington y haría cualquier cosa que se ajustaran a los
intereses de la geopolítica del momento.
Cuando se comenzaron a esbozar las primeras
sugerencias de lo que Washington debería hacer para tratar de contrarestar una
potencial (o más bien imaginaria) expansión del ejército de Saddam Hussein
sobre los campos petroleros sauditas, muchos ingenuamente susurraron -incluyendo
por supuesto al estamento político argentino- “los árabes no toleraran que
los infieles cristianos, y mucho menos los demonios estadounidenses, pisen el
suelo donde se asientan las dos principales ciudades santuario del islam”.
Ciertamente que el mundo árabe islámico se sacudió con la masiva llegada de
tropas angloestadounidenses (y ello fue muy bien censurado por la prensa
occidental) pero, no en Arabia Saudita que curiosamente tiene la
responsabilidad de custodiar La Meca y Medina.
En aquellos momentos, el gobierno peronista de
Carlos Menem trataba de congraciarse con Washington y con esta crisis encontró
la oportunidad de oro. Con una gran ingenuidad, creían que con esto enmendarían
el vergonzoso papel adoptado antes de finalizar la Segunda guerra mundial y
pasarían sin pausa a ser parte de la OTAN. Desde la distancia, una muestra de
candidez política imperdonable que reflejo en parte, el grado de improvisación
de sus decisiones. Pero lejos de haberse asesorado con tiempo y compromiso y
mucho menos contemplar todas las instancias que un compromiso semejante podrían
producirse, los funcionarios (políticos y militares) argentinos se dejaron
guiar por las versiones oficiales de la Casa Blanca que los medios
norteamericanos difundían día y noche por satélite a todo el globo.
La campaña mediática de demonización del gobierno de
Saddam Hussein y de Iraq fue una canallada que Washington y sus aliados
reiterarían en otros complots por venir. Ciertamente que Iraq había ocupado
Kuwait pero las motivaciones que estuvieron detrás de ello y las propuestas
para la resolución pacífica de la cuestión fueron despreciadas por Washington y
deliberadamente ocultadas a la opinión pública en general (incluyendo claro, a
la Argentina). Lo imperdonable de esto no es solo la tendenciosa –pero entendible- propaganda televisiva
de la CNN o de los medios gráficos como “The Washington post” y “The New York
Times”; eso era esperable.
Lo que no puede esperarse y mucho menos explicarse es
que un gobierno (en este caso el argentino) se haya dejado llevar de las
narices por toda esta intoxicación informativa y por medio de ella haya metido
a su país en una guerra completamente ajena a sus intereses soberanos.
Detrás de todo el telón mediático de aquel entonces,
los estrategas y asesores de defensa del Pentágono trabajaron día y noche para
poner en movimiento una campaña que de no haber sido planificada décadas antes,
hubiera sido imposible de montar en unos meses como lo hicieron. En razón de
verdad la planificación para desplegar una monstruosa fuerza militar como la
vista en aquel entonces, había sido concebida para la hipótesis de
enfrentamiento con el Pacto de Varsovia en épocas de la Guerra Fría. Pero esta
planificación no servía en su concepción original y hubo que remozarlo a las
necesidades políticas y estratégicas de la ocasión y adaptarlo para hacer
frente a un enemigo mucho más geográficamente limitado y pequeño.
Las fuerzas estadounidenses por si solas no podían
afrontar el desafío de una operación militar tan compleja, incluso con el apoyo
de sus aliados británicos. Fue por el ello que a instancias del Comando en jefe
del Comando Central de los Estados Unidos USCINCCENT a la par de que desde La
Casa Blanca se distraía a la opinión pública con supuestas gestiones de paz y
esfuerzos de Naciones Unidas por distender la situación, los asesores y
generales del Pentágono que ya estaban en Arabia Saudita preparaban las
operaciones para el movimiento de un gigantesco ejército compuesto por los más
variados sistemas de armas de varios países. En dichas planificaciones no estuvieron
invitados los representantes de Naciones Unidas o alguna delegación de “Cascos
Azules” de la UNPROFOR o unidad similar por el simple motivo de que quienes
dirigirían las operaciones sería el USCENTCOM y respectivos comandos de
operaciones tácticas a determinar en dichas conferencias.
No solo había que justificar la conformación de una
Coalición internacional con una capacidad ostensiblemente ofensiva, algo para
lo cual Naciones Unidas colaboro escandalosamente sino que había que armarla,
coordinar sus operaciones y determinar objetivos dentro del TOK. Para ello y a
instancias de EEUU se llevaron adelante dos conferencias importantísimas para
establecer el grado de participación, capacidades, roles y objetivos a cumplir.
Dichas reuniones se efectuaron entre el mes de octubre y noviembre de 1990 bajo
un total hermetismo y lejos de la prensa en la ciudad saudita de Dhahran donde
acudieron los representantes de cada fuerza armada que se había plegado a la
iniciativa norteamericana ¿Acudieron representantes navales argentinos? No hay
ninguna referencia o documento que dé cuenta de esto, no al menos que se
conozca oficialmente.
Lo cierto que en la primera de estas reuniones,
realizada a mediados del mes de octubre se discutió cuál debía ser la entidad
de la fuerza para proteger a Arabia Saudita y al resto de los emiratos ante una
hipotética ofensiva iraquí. Aunque Saddam no tenía la mínima intención de hacer
algo así, el rumor servía a los propósitos de Washington. La primera conferencia
denominada MAPEX realizada el 4 de Octubre en la ciudad de Dhahran, se discutió
junto a los jefes de varias Armadas, como se desplegaría una defensa aérea,
terrestre y naval sobre la región. Allí
se determinó que dichas operaciones se denominaría “Escudo del Desierto”
dejando en claro que se requerían de más fuerzas para llevar adelante otra fase
que no era otra que la que luego se conocería como “Tormenta del Desierto”.
Haberlo dicho públicamente en ese momento habría sido contraproducente e
incluso podría haber espantado a varios de sus “espontáneos aliados” que como
Argentina solo buscaban una mera participación figurativa.
Recordemos que para esos momentos, las naves
argentinas que conformarían uno de los grupos de tareas de las operaciones, no
habían llegado al Golfo Pérsico y se desconoce si oficiales o agregados del
Estado Mayor de la Armada Argentina haya asistido las conferencias que aquí
estamos tratando y mucho menos que hayan producido documentos referentes a
dicho evento.
Para el 14 de noviembre se llevó a cabo la segunda
conferencia en la cual solo asistieron los comandantes de las armadas de los
países más relevantes (en la cual no estuvieron con seguridad los argentinos),
donde se les revelo los planes y objetivos para una operación ofensiva
posterior. Allí se definieron los grupos operativos (Task Forces) roles de
combate, orientación y resolución de asuntos que durante las operaciones
podrían sucederse y por supuesto, definir la protección, asistencia y apoyo de las
rutas y vías de abastecimiento para una de las fuerzas militares desplegadas
más grandes desde finales de la segunda guerra mundial. Recién para comienzos
del mes de diciembre, EEUU y el Reino Unido comienzan a informar a sus
principales aliados (en particular a Egipto) de cuáles serían los planes reales.
Sin dudas que esto demuestra que en Buenos Aires y
mucho menos en la Casa Rosada, estaban al tanto de lo que implicaba su
participación en aquella “fuerza multinacional. A la luz de esto, queda en
evidencia que nadie sabía que esto iba mucho más allá que una operación de
bloqueo naval a instancias de Naciones Unidas. Fue por ello que cuando vence el
ultimátum para que las tropas iraquíes se retiraran de Kuwait y ya sin poder un
paso atrás, la misión naval del grupo de operaciones T.88 quedo atrapada y
sometida a los lineamientos de estos planes operativos que habían sido
concertados en dichas conferencias.
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“LA TAPADERA SIN
TAPA”
Cómo el
Departamento de Estado norteamericano trata de seguir manipulando la
información sobre lo que está ocurriendo en Siria ¿Acaso hay alguien que a
estas alturas pueda creérselo?
Por Javier B. Dal
Hay muchas cosas que han cambiado de veinte años
hasta esta parte –en particular desde los
ataques del 11 de septiembre de 2001- y una de ellas es sin dudas, el
acceso del público a piezas de información que anteriormente hubieran supuesto
su inmediata ocultación gubernamental bajo los candados de la censura estatal.
Estos protocolos de encubrimiento por los cuales se mantienen por décadas
muchos secretos de estado en archivos clasificados, solo son obligatorios entre
los estados. Pero cuando los estados juegan con los derechos e incluso las
vidas de sus propios ciudadanos o de cualquier ser humano del plantea ¿Por qué
sus secretos deben ser ocultados a vista de la opinión pública? De esta
pregunta surgieron sujetos como Julian Assange, Eduard Snowden quienes solo
hicieron público lo que muchas fuentes anónimas les hacían llegar a sus manos.
Muchos son los temas que gobiernos como el
estadounidense y sus aliados tratan de esconder bajo la alfombra.
El tema del terrorismo islámico ha sido uno de ellos
y es sin dudas una de las creaciones más calamitosas y engañosas de los
ingenieros de la inteligencia occidental, como parte de un plan muy bien
diseñado por el Departamento de Estado norteamericano junto a sus aliados
israelíes, para fomentar la subversión religiosa y el enfrentamiento sectario
dentro del mundo árabe islámico. Para dichos propósitos contaron y siguen
contando con la colaboración de gobiernos árabes e islámicos como los de Arabia
Saudita y Pakistán, quienes han prestado importantes servicios proporcionando
los recursos humanos y de información referentes al Islam y las diversas
idiosincrasias que lo componen.
Aún repican las implicancias que tuvieron Arabia
Saudita y la administración republicana de George. W. Bush con los hechos del
11 de septiembre de 2001 que estuvieron por ser revisadas por la administración
de Barak Obama y que en algún momento hizo temblar a la Casa real saudita.
Desde la creación mediática de la “Primavera árabe”
en el norte de África de 2010 que desemboco en la brutal intervención militar
de la OTAN sobre Libia en apoyo de grupos de mercenarios árabes y no árabes que
terminaron derrocando al legitimo gobierno de Mohammar Al Gadafi, la
composición de estos grupos presumiblemente islámicos ha ido mutando en un
grado asombroso. No paso mucho tiempo hasta que se comenzaron a correr rumores
de que los “rebeldes libios” eran más bien, mercenarios y no libios, incluso en
muchos casos ni siquiera eran árabes. Incluso tras un enfrentamiento entre
facciones armadas leales al gobierno derrocado lograron capturar a nada menos
que a un agente israelí quien, tras haberse infiltrado durante la invasión de
la OTAN, se insertó dentro de uno los grupos armados “Yihadistas” que
terminaría siendo la representación del “Estado Islámico” en Libia.
Tampoco paso mucho para que se descubriera la mano
de los franceses, británicos y claro, la israelí operando dentro de estos
programas de engaño; fue tan solo hace unos días que el ex ministro de defensa israelí
Moshe Yaalon reconoció que estaban ayudando a “Al Qaeda” en Siria ¿Eso es una
novedad? En realidad nada nuevo ya que en Iraq se hizo un uso masivo y brutal
de estas tácticas que en esos momentos denominaron como de
“contrainsurgencia”.
En Siria han hecho hasta lo imposible para tratar de
destruir a la república árabe e incluso, esos intentos han cobrado la vida de
ciudadanos de otros países para ejecutar sus crímenes. Sobre esto último Moscú
lo sabe muy bien y aún sigue pendiente aquella jornada en la que los aviones
israelíes usaron un avión ruso con jóvenes soldados para cubrirse de las
defensas aéreas sirias. Si alguien ha creído que Vladimir Putin dejo pasar ese
incidente o que incluso se habría dejado presionar por Tel Aviv no conocen bien
el carácter de la política exterior rusa.
El último incidente que se ha conocido en Siria,
volvió a involucrar el uso de armas químicas, una táctica que ha venido siendo
usada por los “rebeldes moderados” para crear la apariencia de que ha sido el
ejército árabe sirio el que las implementa contra la población civil. El pasado
19 de mayo, hubo un ataque con gas en Idlib y los especialistas rusas pudieron
determinar que los autores habían sido miembros de la facción “Hayat Tahrir Al
Sham”, sucesores del “Frente Al Nusra” y aliados de “Al Qaeda” lo cuales a su
vez son asistidos por una organización llamada “White Helmets” que no es más
que una máscara del MI-6 británico operando sobre el terreno. No hay que olvidar que esto ha sido también
parte de las tácticas sucias conocidas como operaciones negras o de Falsa
Bandera con el propósito de hacerle creer a la opinión pública global de que
los culpables de esas atrocidades fueron los representantes del gobierno de Al
Assad.
Lo cierto que hace unos días el Departamento de
Estado ha tratado una vez más de, hacerle creer a la opinión pública que este
ataque y la mayoría de ellos, han sido perpetrados por el gobierno de Damasco
basándose en los informes provistos por un mecanismo dependiente de la OPAQ,
que dicho sea de paso, ya habían sido rechazados por el mismo Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas por no basarse en métodos verificables y
confiables que apoyen sus acusaciones, algo por lo cual fueron dejados de lado.
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