EN DEBATE
LA HORA DE LAS RESPUESTAS
Tras el fracaso inexplicable por hallar al submarino ARA San Juan, muchos sospechan de las reales causas de ello y de que el mismo gobierno encubre la situación
Por Charles H. Slim
La tragedia del
submarino argentino ya entra en horas decisivas y ello ha desatado varios
interrogantes. Algunos de ellos los expondremos a continuación. Ante todo hay
que señalar que el 15 de septiembre el Congreso argentino autorizo la entrada
de tropas extranjeras al país, compuestas por unidades militares
estadounidenses que venían a llevar adelante maniobras militares que se
denominaron “Cormorán” que llevaron adelante maniobras combinadas en territorio
patagónico. Igualmente Argentina no aprobó la participación de sus fuerzas en
esta operación por lo cual las mismas se desarrollaron sin su presencia.
Más allá de las posturas en pro y en contra de estos ejercicios lo
cierto fue que desde el mes de septiembre había una notable presencia naval de
las fuerzas estadounidenses, más de lo que acostumbradamente puede verse con la
4º Flota que desde hace décadas se pasea por las aguas territoriales
argentinas. No es una casualidad que la Armada estadounidense se halle operando
en el Atlántico sur. La presencia de la base británica en Port Stanley que
forma parte de la cadena de bases estratégicas de la OTAN en la región, es la
razón sin la cual no habría el movimiento que existe dentro del mar argentino.
Por principio de cuentas, la desaparición del submarino argentino
no puede normalizarse con versiones que aún no han sido comprobadas. Si bien es
cierto de que existen varios factores (tanto internos como externos) que pudieron concurrir a este hecho, hay una conclusión que no puede
ser negada y ella es que se trata de “un mensaje”.
El hecho es parte de años de abandono por parte del estado
argentino de sus deberes soberanos en lo que hace a la custodia de sus derechos
e intereses sobre los espacios acuáticos, mares adyacentes y su zona económica
exclusiva donde gracias al sistemático desmantelamiento de la Armada, flotas de
otros países –entre ellas la británica- pasan y operan sin problemas, al
amparo del completo desconocimiento de Buenos Aires.
Los desastres por esta falta de presupuesto se extienden en una
larga lista negra que solo para citar algunos números, en lo que hace a la
Fuerza Aérea Argentina durante los diez años de gobierno del FPV cien aviones de
la Fuerza Aérea se perdieron por la falta de repuestos, combustible y vetustez.
Como siempre, estos hechos han sido arrojados
al cajón más oscuro de los archivos del estado con la intensión de que
alguna vez, eso sea olvidado.
Ha sido por ello que el país ha caído a un estado de completa
inoperatividad de las FFAA, que ha redundado entre otras cosas, en la
imposibilidad de montar una búsqueda medianamente eficaz. Con este dato duro de
la realidad, queda claro que sin lograr concretar este tipo de actividades, el
cumplimiento de tareas de mayor riesgo y en las cuales hubieran posibilidades
de un enfrentamiento abierto con unidades navales de otra potencia, sería algo
ilusorio.
Con este luctuoso hecho que si bien aún no se conocen las causas puntuales
que han propiciado y desencadenado esta desaparición, revela la sensible
vulnerabilidad a la que se halla la república Argentina cuando no puede
garantizar la seguridad de sus propios servidores públicos. Sin dudas que el
factor de la corrupción político estructural es central en el hecho y que sumado
al continuo plan de desarme de las Fuerzas Armadas, hoy llegamos a la situación
en la que Buenos Aires deberá decidir si manejara sus asuntos de la Defensa
atendiendo a cuestionamientos ideológicos-partidarios o lo asume de una buena
vez como parte de una política de alto nivel con objetivos a la altura de los
actuales desafíos.
Nuevamente la administración de justicia pasa a jugar un rol
central en garantizar a los familiares y a la opinión pública de esta res
publika saber qué ha sido lo que realmente ha ocurrido con el submarino
“ARA San Juan” y sea cual fuere las injerencias propias y/o externas, hacerlas
públicas para dar un nuevo comienzo en la catastrófica situación de indefensión
que padece la república.
La publicación de las anomalías hidroacusticas que explicaron desde
el gobierno, parecieran ser pistas trascendentes para poder explicar que es lo
que pudo ocurrirle al submarino argentino. Para la Armada si bien las anomalías
revelan “una explosión”, se ha encargado de desvirtuar que las mismas hayan
provenido de un posible ataque externo. Según el informe de esta pista
tecnológica que recogió una estación de escucha submarina H10S1 en el
hemisferio sur, reveló dos señales que se produjeron en una secuencia temporal
bastante llamativa. La primera de estas
anomalías se produjo a las 14:55 llego a los 100 decibeles seguida por otra de unos 60 decibeles y una
tercera abarcando hasta las 15:07 del 15 de noviembre que revelarían dos
explosiones que revelarían algo más que incidentes surgidos dentro de la nave.
Según esta tesis, las dos señales detectadas por el centro de
escucha en Viena, Austria, habrían sido nada menos que dos torpedos disparados
por un submarino clase “Astute” con base en Malvinas que tras haber detectado
la presencia del “ARA San Juan” dentro de las aguas de la zona de exclusión, al
no tener respuestas del submarino argentino recibieron la orden de abrir fuego
hundiéndolo sin más.
Según el análisis de esta información y considerando que la misma
se compone de tres elementos como son dos explosiones y una tercera que se
describe como sub explosiones, parecieran indicar la secuencia de un ataque con
dos vectores que hicieron blanco y ya el submarino totalmente fuera de
servicio, colapso completamente, explotando sus diversos compartimientos que no
habían sido afectados por el torpedo principal. Esta hipótesis habría sido
informada por la inteligencia rusa a Buenos Aires mucho antes de que Londres
ofreciera su desinteresada ayuda.
Reconstruir la historia y retrotraernos hasta el momento de la
zarpada desde Ushuaia, es imprescindible para determinar cuáles fueron los
factores contemporáneos y presentes en ese lugar que pudieron desencadenar esta
misteriosa desaparición. Los medios existen y las pistas pueden ser
complementadas con información proveída por agencias de inteligencia que manejan
información satelital y de empresas privadas que monitorean constantemente el
tráfico marítimo (https://www.marinetraffic.com/es/p/ais-historical-data )
Desde lo político esta horrorosa situación se asemeja más a un
mensaje mafioso a Buenos Aires, que al producto de un infortunio por la enorme
cadena de irregularidades que rodeaban a su mantenimiento técnico y
presupuestario (Geopolítica.ru. “El hundimiento del submarino ARA San Juan y la
decapitación del poder militar argentino”. https://www.geopolitica.ru/es/article/el-hundimiento-del-submarino-ara-san-juan-y-la-decapitacion-del-poder-militar-argentino ). Incluso y viendo el estado de degradación existente dentro del
país, pudo haberse tratado de un sabotaje muy bien elaborado.
De ser veraz esta posición y de ratificarse el origen de las
fuentes, el submarino no aparecerá jamás ya que ello significaría incriminar a
los autores del hundimiento.