“EMPARCHANDO EL RELATO”
Cómo algunos medios y periodistas argentinos
participan en la propaganda atlantista contra Rusia plagada de inexactitudes, omisiones y ocultamientos
Por Javier B. Dal
El invierno ha llegado a Ucrania y antes de que
la nieve haga imposible transitar las extensas planicies del este para
abastecer a los bunkers que bordean al Donbass, Volodymyr Zelensky y un sequito
de sus personeros con escolta armada de estadounidenses y británicos partió a
Washington para solicitar más armas y dinero pero también, para hacer una de
las tan conocidas y coloridas propagandas que los medios estadounidenses tanto
gustan de realizar.
Mientras esto sucede,
silenciosa y modestamente equipos de periodistas argentinos de medios adeptos
al relato tendencioso y reduccionista de Washington y por ende de la OTAN,
viajaban a Ucrania para instalarse en un piso de Kiev y desde allí (bajo un
estricto y democrático control) hacer un especial de navidad. Son parte de una
corriente ideológica que viene creciendo en el país. Casualmente son los mismos
que respaldan las agresiones de EEUU sobre Venezuela, que revelan su venenosa
islamofobia cuando hablan del mundo árabe-islámico y en particular de Irán y en
esa línea, ya no disimulan su ferviente sionismo que les obliga a cerrar la
boca ante las continuadas y bien documentadas bestialidades del régimen
sionista sobre la población palestina.
Como era de esperar, el
viaje no podía estar ajeno a comentarios y puntos de vista claramente
ensalzantes a la figura del comediante ucraniano, un judío askenazi al frente
de un régimen integrista filonazi, este último hecho pasado por alto en sus
incisivos relatos.
Es lamentable hasta
donde llegan algunos por estos lares para tratar de encajar y agradar a la
mirada de Washington cuando como medios de un país “neutral” deberían atenerse
a los hechos con un sentido crítico sin colocarse en un bando determinado.
Pero en Argentina esto
es muy común. Hablar a la ligera y la opinión infundada son parte de una
disociada y neurótica idiosincrasia argenta. Hoy como dice el tango de
Discépolo: “Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor Ignorante,
sabio. chorro”. Los anglófilos y los simpatizantes de la política
estadounidense, descarados militantes de la desmalvinización son un componente
importante tanto en el negocio de los medios como de la actual política partidaria
nacional, con especial preponderancia en los partidos de oposición quienes,
como una forma de identificarse con sus admirados próceres anglos, se presentan
como “republicanos liberales”. Igualmente hay que dejar aclarado, que quienes
hoy -y supongamos que así fuese- gobiernan en nombre del peronismo, hace
tiempo que no representan nada de lo que alguna vez fue la ideología de ese
movimiento y solo se han dedicado a la administración de un estado caótico.
Al escuchar solo a uno
de estos “periodistas”, quienes tras haber estado en Kiev al comienzo de la
Operación Especial allá por el mes de marzo, como si hubieran sido testigos de
la totalidad del escenario, dan una visión parcializada, monolítica y
anodinamente simplona de la realidad del conflicto que pretenden sostener con
fuentes ucranianas que llaman amigas. Estos “informadores” que rayan el
calificativo de alcahuetes comienzan su relato con un serio defecto en el
discurso narrativo al hablar de la “invasión rusa” y de la guerra de “Ucrania
contra Rusia” sin advertir que hay como base y origen de esta desgracia un
choque entre los mismos ucranianos que desde hace años fue instigado desde EEUU
y la UE.
Y la estupidez
discursiva de estos periodistas no se detiene ahí. Estos lameculos no reparan
en ser tan obsecuentes con lo bajado desde el norte que exageran al punto de
meter la pata con comentarios tales como “la democracia ucraniana”, “no hay
disidencia interna” y tal vez lo más errado de sus afirmaciones al decir que
“Rusia fracaso en invadir a Ucrania”.
Más allá de su notoria parcialidad,
devenida de su anglofilia y gustosamente atlantista, su chupamedismo demuestra
una gran ignorancia sobre las raíces contemporáneas del conflicto. Al referirse
a la “democracia ucraniana” ese periodista debería estar al tanto que en Kiev
rige la ley marcial y en la cual, las bandas neonazis (Azov, Pradvy Sektor, C14
entre los principales) han estado arrestando y desapareciendo a todos los que
puedan ser sospechados de simpatizar con Rusia. Incluso varios funcionarios del
mismo régimen han sido arrestados por emitir “sospechosos comentarios” en favor
de Rusia. Con esto último queda aclarado porque no hay disidencia. Siguiendo
con esto, la prohibición del idioma, cultura y los libros en ruso no puede ser
más significativo de un régimen filo nazi y ni hablemos de las detenciones de
sacerdotes ortodoxos como parte del plan de “desrusificar”. Si si, una
democracia al mejor estilo angloestadounidense.
Sobre lo que afirman de
que Rusia fracaso en invadir Ucrania, esto refuerza la terrible tara a la que
se ven afectados ya que, nunca fue el objetivo ocupar Kiev sino en ejecutar una
misión con dos objetivos bien determinados: Desnazificar y desmantelar la
amenaza que el régimen integrista basado en la ideología ultraderechista de
Stephan Bandera representa para los ucranianos rusofonos del Donbass y para la
misma Rusia.
Pero ¿Qué saben estos
periodistas de la historia y la etnografía en esta región más allá de la basura
informativa y la intoxicación de los Mass Media occidentales? Por lo que
expresan, nada, aunque eso poco importa dado que a ellos no les interesa la
verdad.
Para estos empleados de
la OTAN, no hay ucranianos rusofonos no existieron ni existen las aberraciones
que desde el golpe de estado de 2014 los ultranacionalistas apoyados por mercenarios
de la CIA y el MI6 han venido implementando contra los pobladores ucranianos
del Donbass. Como desde sus micrófonos puede decir cualquier sandez, todo este
entramado es desconocido por la opinión pública argentina reforzando así la
intoxicación informativa que se ejerce contra Rusia.
Otro de los argumentos
que han estado divulgando es el menosprecio a las capacidades del ejército ruso
señalando supuestas cifras de bajas, deserciones, inconductas en las tropas, la
invencibilidad e infalibilidad de las armas estadounidenses y la presunta
inquebrantable moral de las tropas ucranianas. Tal vez estos alcahuetes no
estén en conocimiento de la involuntaria filtración de la presidenta de la Comisión
Europea Ursula Von Der Leyen que hace más de tres semanas atrás (el 30 de
noviembre) en momentos que trataba de crear otro capítulo en la extensa
propaganda anti rusa, dejo entrever torpemente con las cifras de bajas
militares de Kiev, la literal aniquilación del ejército ucraniano.
La ciudad de Kiev que
vieron en marzo estos corresponsales no es la misma de hoy. Ha cambiado mucho y
el régimen ha endurecido su vigilancia policial a niveles asfixiantes. La
paranoia y el miedo domina a los jerarcas del régimen y para ellos todos son
sospechosos. El internet está absolutamente bajo control de la OTAN y cualquier
mensaje que ose ir contra el relato del régimen será seguido de una inmediata
detención y puesta a disposición de los democráticos interrogadores pagados por
la CIA. Tal vez este viaje les sirva a estos supinos ignorantes para que abran
los ojos y ver lo que realmente esta ocurriendo y que como primera advertencia
de ello vean que no es el payaso Zelensky quien comanda el régimen o se
parapeta en las primeras líneas del este sino, un órgano militarizado a cargo
de otros funcionarios quienes, bajo la estrecha supervisión de asesores y
militares estadounidenses y británicos, son quienes realmente sancionan y
aplican los decretos marciales de la “democracia de Kiev”.