sábado, 25 de noviembre de 2023

CAMINO A

AL QUDS

¿Por qué Netanyahu y su gabinete de extremistas ya han perdido y su continuidad en el poder amenazaría a los israelíes con perderlo todo? La hora de reconocer un estado palestino ha llegado

 

Por Ali Al Najafi

Tal como me informan colegas en occidente, poco o nada es lo que se difunde sobre lo que realmente esta ocurriendo en la Franja de Gaza y en toda la Palestina ocupada. Son muchas cuestiones las que se están pasando por alto no solo por lo pernicioso que ello es para el estado de Israel y en particular para su gobierno de extremistas, sino también por la nueva dinámica que se ha desatado tras la invasión y agresión israelí a Gaza.

Hay muchos indicios que las peores pesadillas para el sionismo y para Netanyahu en particular se hagan realidad. A pesar del apoyo estadounidense, la resistencia árabe-islámica parece decidida a emprender una épica lucha que se simboliza con emprender el camino para liberar Jerusalen (“Al Quds” en árabe) de las garras sionistas.

Por estas horas se ha producido el alto al fuego para intercambio de prisioneros, una alterativa que Netanyahu y su gabinete de extremistas de la ultraderecha no tenían planeado. En su jactanciosa arrogancia que afiebra sus mentes, creían que en unas semanas podían eliminar a los palestinos como hormigas. Pero la situación de sus tropas en el terreno, las dificultades inocultables en tratar de cumplir con su objetivo por destruir a la resistencia palestina más las presiones internas de los familiares de los rehenes obligaron a ceder a esta opción, impuesta por Hamas vía Qatar.

Pero también hay otros factores que influyeron para esta pausa. Cincuenta días de guerra (que excedieron el derecho de defensa) ha conllevado altísimos costos para la población palestina pero también para las FDI (y los nervios de sus familias) y eso lo evidencian los cruentos enfrentamientos y la advertida continuidad en las operaciones por parte de la resistencia palestina.

Según fuentes israelíes, los abastos de municiones y bombas propias utilizadas para demoler la infraestructura urbana de Gaza se habían agotado en la segunda semana del inicio de sus brutales e indiscriminados bombardeos y solo pudieron reponer sus existencias y continuar con los bombardeos gracias a la inmediata y continuada asistencia de los cargamentos de armas y municiones estadounidenses gestionados por las fuertes presiones del lobbie pro-israelí AIPAC.

Las bombas y los misiles más aterradores jamás usados contra una ciudad (salvo por los estadounidenses en Iraq), fueron lanzados sin piedad sobre la población gazatí. Hospitales, escuelas, mezquitas e iglesias cristianas repletas de refugiados fueron blanco de sus bombas y como se vio, ello no ha sido motivo de censura por parte de Naciones Unidas, que en teoría, tiene un comité[1] abocado a esos temas. Sobre este punto no hay que dejar pasar que los israelíes han estado usando desde el inicio de sus acciones, armas prohibidas por las convenciones internacionales tales como son las bombas termobáricas y las químicas como el “fósforo blanco” y el “Uranio empobrecido” presente en sus ojivas de tanques y artillería.

Con ese poder destructivo (incomparable con el disponible por la resistencia palestina), además de castigar colectivamente a todos los palestinos, doblegaría la voluntad de combate de la resistencia.

Según los comandantes de las FDI munidos de la información de inteligencia, con ello destruirían los túneles de “Hamas” y las demás agrupaciones de la resistencia con los cuales se mueven bajo los pies de los ocupantes.

La brutalidad de estos bombardeos no solo ha matado y lisiado a miles de civiles palestinos (hasta el momento unos 14.600 asesinados) en particular a mujeres y niños, sino que ello ha impactado de forma cruenta y traumática sobre la psiquis de los sobrevivientes de la Franja de Gaza, un aspecto que desde gobiernos y medios de occidente nadie se ha planteado por su más que evidente prejuicio y desprecio que les da su posicionamiento pro-israelí.

Se han escuchado toda clase de argumentaciones para justificar estas masacres. Muchos judíos que disfrazan su sionismo detrás de actividades culturales y humanitarias en occidente han alegado que (tal como lo piensan y lo expresan los sionistas más recalcitrantes) los palestinos de Gaza al votar a Hamas se la buscaron o, que muchos de ellos tras haber participado en agrupaciones pacifistas mixtas de palestinos e israelíes, estuvieron en las incursiones del 7 de octubre y eso justificaría la venganza colectiva que hemos visto. De los 70 años previos ni una palabra.  Desde este cínico punto de vista, se lo merecen por ser “no humanos” o (como han estado señalando los sionistas cristianos desde sus atriles de hipocresía) descendientes de los “filisteos”.

Al final de cuentas, la persistencia de la resistencia palestina logro visualizar una realidad que los medios de occidente no muestran y ella es, la del intercambio de rehenes israelíes por mujeres y niños palestinos encarcelados desde hace años sin sentencia.

Pero una vez más, debemos dejar de lado estas intoxicaciones religiosas que sirven y mucho al discurso sionista ya es por medio de él, que tratan de victimizarse y justificar la usurpación de territorios, las demoliciones de casas, los desplazamientos, los arrestos administrativos sin motivos fundados y por supuesto, los asesinatos justificados por una creencia colectiva entre los sionistas de que “matar a un árabe no trae consecuencias”.

Estos argumentos surgidos de un mesianismo falseado (de las escrituras), tratan de justificar lo injustificable y a su vez, abrirle la puerta a Netanyahu para que anexe la franja a nuevos proyectos para la construcción de nuevos asentamientos de colonos importados con un incentivo extra como son las reservas de gas natural en el lecho marino frente a las costas de Gaza que si “todo sale con lo planeado”, tal como surge de un memorándum del ministerio de inteligencia israelí (fechado el 13 de octubre 2023)[2], será un gran negocio en el cual por supuesto los palestinos no están incluidos.

Pero, pese a que Tel Aviv cuenta con un apoyo en recursos financieros y bélicos para concretar esos planes, se ha presentado una situación inesperada.

Esto y a diferencia de anteriores agresiones, la actual operación ha generado una nueva e inesperada reacción por parte de la resistencia árabe-islámica que a diferencia del “pragmatismo” de los gobiernos árabes y la Liga Árabe, no se ha quedado en las palabras y han decidido pasar a la acción directa. Obviamente y pese a la modesta infraestructura militar con la que cuentan, tienen el espíritu que inspira esta decisión política y militar de apoyar a los palestinos a pesar de las circunstancias y las distancias.

De este modo, las organizaciones de la resistencia yemení, la iraquí y la libanesa han entrado en la arena del enfrentamiento teniendo como parte en las hostilidades a los estadounidenses, aliados y sustentadores políticos y materiales de lo que Israel ha llevado y sigue llevando adelante en toda la Palestina ocupada.

 

 



[1] https://www.un.org/es/global-issues/disarmament y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas: https://www.opcw.org/es

[2] Tal como dan a conocer Felicity Arbuthnot y el profesor Michel Chossudovsky en el sitio Globalresearch: https://www.globalresearch.ca/israel-gas-oil-and-trouble-in-the-levant/5362955 

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