miércoles, 22 de enero de 2020



“EL PRECIO DE LA ESTUPIDEZ”
Ha quedado claro que el asesinato de Qassem Soleimani y de sus colegas iraquíes ha sido un hecho contraproducente para la política exterior de EEUU y otro desacierto político del presidente Trump ¿Cuál fue el saldo real de la venganza de Teherán?

Por Chrales H. Slim
Cuando el 2 enero último una operación conjunta de la CIA y el Mossad israelí asesino con dos misiles guiados al general  iraní Qassem Soleimani, al jefe de las milicias populares iraquíes Abu Madhi Al Muhandis y a ocho de sus miembros, Donald Trump y su séquito neoconservador que siguieron el evento de cerca, pensaron que causarían pavor en Teherán y en especial, en el gobierno de Rohani. Lo mismo especularon silenciosamente Netanyahu y su círculo de asesores en Tel Aviv quienes no esperaban reacciones. Fue todo lo contrario y la replica prometida por este cobarde crimen (uno más de los que estas agencias ejecutan alrededor del globo) no se hizo esperar. 

Los estadounidenses conjeturaron muy mal y los iraníes no se quedarían en la retorica. Obviamente y antes de tomar el curso de acción la cancillería iraní dejo claro que habría un desquite, pero el CENTCOM y sus unidades militares en Iraq creyeron que Teherán no se atrevería por lo cual no tomaron ninguna precaución extra a las que ya tomaban acostumbradamente para protegerse de los continuos ataques de cohetes y morteros de agrupaciones de la resistencia iraquí.

Pero quienes más se equivocaron fueron sus funcionarios políticos y militares en Washington dado que se tomaron muy a la ligera las consecuencias de este hecho y la capacidad real que tiene Irán para responder. Quienes también mantenían los dedos cruzados eran los israelíes, quienes como de costumbre, tenían –en forma encubierta obviamente- parte en el asunto. Pese a que no se hizo público, Israel estuvo en estado de alerta y sus Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se mantuvieron a la espera de una posible retaliación de Hesbolla desde el sur del Líbano.

Pero no fue necesario de que el Hesbolla libanes vengara a uno de sus más prominentes héroes de la resistencia islámica. El 8 de enero en altas horas de la madrugada, la venganza se concreto en manera sorpresiva y letal. Una docena de misiles balísticos de corto alcance (300 kms) “Fateh -110” lanzados por la Guardia Revolucionaria  (CGRI) desde puntos estratégicos en el desierto iraní no revelados,  impactaron sobre dos objetivos estadounidenses en Iraq.

Foto aérea de algunos de los daños en Ain Al Assad

Las sirenas de alerta se escucharon sobre las bases estadounidenses destacadas en el aeropuerto de Irbil (bajo control del gobierno autonómico kurdo) y la base aérea “Ain Al Assad” en la provincia de “Al Anbar” y tan solo unos minutos después testigos del lugar sintieron y vieron los potentes impactos de los misiles provenientes del oriente.  Pese a que los informes de inteligencia iraquíes revelaron un gran daño en ambos objetivos, EEUU mantuvo un silencio sordo y desconcertante. Y  es que si en realidad no había sucedido nada ¿A qué se debió éste largo silencio de la Casa Blanca?  Al mismo tiempo la noticia disparo los precios del petróleo en el comercio internacional.

Luego del último impacto, las fuerzas colaboracionistas iraquíes, junto a los estadounidenses se avocaron a tratar de tapar el suceso pesquisando a los pobladores cercanos y empleados civiles de cada una de las bases para que entregasen sus teléfonos celulares y cualquier otro elemento que hubiera podido captar y grabar el momento del ataque. Pese al intento encubrir las consecuencias, no lo lograron.

La respuesta de Trump ante esta noticia fue tan confusa como incoherente: “Todo está bien!”. Pero solo se trato de una información engañosa que los encargados de monitorear la situación tras los ataques le dieron al presidente para no alarmar al público estadounidense.

En un primero momento el Pentágono negó bajas entre sus tropas y solo acuso pocos daños en las instalaciones de las bases aéreas de “Ain Al Assad” y la base que mantiene en “Irbil”. Teherán en base a sus fuentes de inteligencia calculo más de cien bajas en las tropas norteamericanas. Era la pulseada por ver quien convencía más a la opinión pública. EEUU debía mostrar fortaleza y seguridad, incluso inmdemidad pero cuando Donald Trump tardo en salir con su gabinete para informar públicamente lo que sucedió, ya se intuía que algo no había salido “tan bien” como lo había señalado en un comienzo. Incluso más. Las caras de quienes acompañaron su informe revelaban todo lo contrario a lo que Donald Trump estaba diciendo.

La cruda realidad fue que Teherán jamás le avisó a Bagdad de sus objetivos y mucho menos “arreglo” con Washington un golpe simbólico para que los iraníes salvaran el honor. Nada de eso. Tan pronto como ocurrió el asesinato las CGRI barajo las opciones para dar el golpe más duro posible y prepararse para una contra replica de EEUU. Los ataques tomaron por sorpresa al personal estadounidense en ambas posiciones y producto de ello no habían tomado contramedidas para proteger las aeronaves, equipos y a sus propios hombres.

En ningún momento Teherán dio aviso sobre esto. Incluso más, los objetivos elegidos para la venganza fueron considerados en cuanto a su importancia y proximidad. La alerta temprana que mencionó Trump para tratar de desmentir las aseveraciones iraníes sobre unas cien bajas, no pudo detectar estos vectores con el tiempo necesario para que se tomaran medidas.
memo del Pentágono FOIA

Fue un asunto para olvidar y en dicho sentido comenzaron a laborar la Corporación de Medios y sus repetidoras gráficas, televisivas y por internet alrededor del globo. Y no era para menos, ya que las consecuencias reales de lo sucedido dejaban pésimamente parados no solo a Donald Trump, sino también a los autores intelectuales –entre los que se hallan los israelíes- que habían planeado y ejecutado este asesinato en masa. Fue así que de aquella declaración que afirmó “no haberse producido bajas” tras los relevamientos realizados por el propio Departamento de Defensa norteamericano y el Comité de Seguridad Nacional los resultados demostraban todo lo contrario.

Un memo del Pentágono dirigido al congresista y presidente del Comité de Seguridad Nacional Bernie G. Thompson, se informó el resultado obtenido por  un Equipo Especial de Investigación remitido para dicho asunto a la base “Ain Al Assad”. Solo ahí se contabilizaron  285 bajas (146 heridos y 139 mortales). El memo continua detallando los daños materiales señalando “daños extensivos” a 15 helicópteros y Drones “MQ-1 Predator”. En las instalaciones los daños no fueron menores y los daños por los impactos afectaron gravemente el Comando Central, tres hangares, tres barracas y diez tiendas de campaña. Por último se informó de daños relativos en las instalaciones de la torre de control y tráfico aéreo de la base.

Las conclusiones del informe no podían ser más contundentes y dejaban en claro que los iraníes no solo tenían razón sino que incluso se habían quedado cortos en la evaluación de los daños ocasionados. El documento revela también que Donald Trump y todo su Staff (incluyendo a la CIA), una vez más, mintieron a su población y al mundo.

Aunque Washington trato de usar un argumento basado en la ley internacional para sugerir que Irán había violado la soberanía de Iraq al bombardear objetivos en su territorio, lo cierto es que las bases atacadas surgieron por una agresión e invasión que terminó en una ocupación ilegal. 
La alegación estadounidense de que sus tropas son “invitados por Bagdad para su permanencia” es una parodia tragicómica.

Por lo pronto estos argumentos y acusaciones contra Teherán no prosperaron y actualmente la Casa Blanca se ve seriamente cuestionada por el asesinato cometido contra un alto funcionario iraní en territorio iraquí. En último sentido, el Parlamento iraquí voto por la salida inmediata de todas las tropas estadounidense de su país algo que Washington no esta dispuesto a aceptar.

Pese a que el Secretario de la Defensa Mark Spert trato de argumentar un malentendido entre el Jefe del Comando Militar que tiene su cede en la Zona Verde en Bagdad y las autoridades iraquíes, lo cierto es que tanto a nivel de gobierno como en la opinión pública iraquí nadie más quiere a los estadounidenses en su territorio (militares y sus contratistas civiles).

domingo, 19 de enero de 2020



“GEOPOLITICA
ESPECULAR”
La visita de Alberto Fernández a Jerusalem ha despertado comentarios en favor y en contra ¿Se profundizara la injerencia de Tel Aviv en Argentina?

Por Charles H. Slim
Durante años, para no decir casi toda su existencia, la Argentina ha dependido de lo que viene de Europa y más tarde de los EEUU sin atender a otros horizontes. Hacer ahora una revisión de sus políticas de estado sobre esta relación simbiótica y poco productiva para la Argentina no tendría más utilidad que la de comprobar qué tanto ha perjudicado este posicionamiento al común de su población.

Contemporáneamente, los gobiernos de Buenos Aires, especialmente desde Carlos Menem en la década de los noventas, se han alineado sin amilanarse a las posiciones geopolíticas de Washington y de Tel Aviv. En realidad ello no es algo novedoso pero ha sido con el pasado gobierno de Mauricio Macri que Israel ha ampliado su presencia en la política local pasadando a tener una inocultable y directa injerencia en los asuntos internos y externos del país.  

Puede criticarse o estarse a favor de este punto de vista pero sea como sea, se trata de un posicionamiento geopolítico claro.  Pero en el caso de Argentina más que hablar de posicionamiento basado en cercanías ideológicas y de intereses comunes que ambas naciones puedan compartir, se trata de un “matrimonio por conveniencia” basado en una especie de chantaje culposo que uno materializa sobre el otro. Precisamente los atentados en Buenos Aires contra la embajada de Israel en 1992 y la AMIA en 1994 y la muerte del fiscal Nisman en 2015 han servido como excusas para esta continua intromisión.

El gobierno de CAMBIEMOS construido en torno a un núcleo de elementos sionistas agrupados en el PRO, con estrechas vinculaciones con organismos políticos de la comunidad judía local, pudo tirar esos cables de conexión que acercaron mucho más las relaciones políticas con el estado de Israel. A su vez, estos han sido los precursores intelectuales de la geopolítica israelí en la región y también los continuos operadores para buscar a como de lugar –y sin la existencia de pruebas- la culpabilidad de Irán en los atentados.

Incluso han ido más lejos al tratar en más de una ocasión y aprovechando la influencia con la que cuentan en los medios, orquestar nuevos embustes mediáticos como fueron la acusación de terrorismo –por su origen árabe y forma de pensar- a los hermanos Salomon y ni hablemos de aquel extraño –y jamás explicado- ingreso de dos supuestos ciudadanos iraníes con pasaportes de agentes israelíes que dicho sea de paso, no eran de ciudadanos comunes  ¿Acaso alguien sabe que paso con éstos personajes?

Pero como es de costumbre para cubrir todo esto, Tel Aviv y el sionismo local trata de cubrirse usando la “Shoa” (una catástrofe humanitaria histórica) como condicionante para no recibir críticas ni observaciones a las contemporáneas políticas del estado de Israel. La culpa y la conveniencia son quizá los más importantes factores que el sionismo manipula y utiliza para lograr esta posición.

La penetración en las áreas de inteligencia y la defensa son solo uno de los factores que inciden en esto, aunque no hay dejar de lado que han sido los mismos gobiernos argentinos los que han propiciado el descalabro de sus instituciones y organismos para que esto se facilite.
Otro dato para tener en cuenta es la gran demanda de argentinos que –tratando de huir de la decrepita economía- buscan radicarse en Israel ofreciéndose  como candidatos para vivir en los asentamientos israelíes que han sido levantados a costa de la usurpación y ocupación de los territorios palestinos. Es en este marco que actual presidente Alberto Fernández va a Jerusalem recibiendo los elogios de la DAIA.

niños palestinos detenidos por Israel

A la par de esto, en Argentina ha ido creciendo un sector de individuos que consciente de lo que implica alinearse con un estado colonialista como Israel (cercano a Londres), ha comenzado a ser más claro en sus posiciones y aquellas otroras épocas de silencios hipócritas de la Casa Rosada y también del ámbito académico intelectual ante los crímenes que el estado judío llevaba adelante contra la población de Palestina, han cambiado y han pasado a ser motivos de un profundo repudio y estudio para muchos argentinos, sin importar su credo o religión.

La situación en la que se mantiene el estado de Israel y las acciones segregacionistas del gobierno sionista contra la población nativa árabe-palestina, más allá de que por mucho tiempo han sido ocultadas o deformadas al público, son además de verdaderos actos antisemitas, un escándalo humanitario que hoy por hoy y ante las irrefutables evidencias, abochornan a un buen sector del judaísmo global. El plan de colonización israelí es amplio y es independiente del partido que transitoriamente ocupe el poder en Tel Aviv y en ese sentido Netanyahu es solo un político más que lleva adelante los planes mesiánicos de instalar el “Gran Israel”.

Se trata de un plan de estado. Para ello han trascendido al simple uso de la violencia militar, desarrollando complejos planes de control y eliminación basados en altos conocimientos de la medicina, la ciencia y la tecnología puestos al servicio de programas que abogan por reducir la  natalidad de las mujeres palestinas y la supresión de la voluntad del habitante palestino.

La implementación de estos planes han ido desde el ejercicio de la violencia estatal explicita, pasando por el diseño de una guerra demográfica mediante la inserción de colonos armados –los cuales están siendo un problema para Tel Aviv-, la usurpación y el zaqueo del patrimonio cultural, los asesinatos por “precio” que ejecutan los colonos, las arbitrarias detenciones administrativas, las torturas y las experimentaciones sobre los prisioneros hasta la destrucción del sistema administrativo de la ANP que en realidad, desde la muerte de Yasser Arafat poco representa a los palestinos. Un ejemplo de esto último puede verse con el ministerio de educación de Netanyahu pretendiendo “judeizar” la educación de los palestinos destruyendo sus escuelas primarias como forma de absorberlas e insertarlas (con programas de educación racistas y supremacistas) al sistema dirigido por Israel.
Un edificio en el centro de Gaza es destruido por el bombardeo israelí

La lista de crímenes de guerra y lesa humanidad es extensa y nada auspiciosa para que la Argentina que dice defender los derechos humanos, siga sosteniendo relaciones con un estado que los viola en todo tipo de formas.


Incluso hoy por hoy, ya se ha abierto una puerta para que la población palestina pueda hacer conocer ante las instancias judiciales de la Corte Penal Internacional (CPI) las incontables brutalidades y los más deleznables crímenes que la población palestina ha estado soportando de forma colectiva como individual a manos del estado de Israel y de sus colonos.

Esto ha desatado un debate interno en la comunidad entre quienes están enfurecidos por estas nuevas perspectivas y quienes se desligan de aquellas cuestiones. Ante esto el arco intelectual sionista que reverbera a travez de los medios corporativos nacionales trata de constante por deformar la realidad geopolítica del Oriente Medio, sosteniendo el victimismo insufrible que les caracteriza, mezclando cuestiones y  aludiendo al peligro del “expansionismo iraní” como velada excusa para propulsar las acusaciones sobre los atentados.

Mucho menos quieren hablar de la situación que viven los palestinos a manos de las FDI y sus brutales agencias de inteligencia “Shin Bet” y las “Shabak”. Y el descaro no termina allí. Muchos periodistas junto a ciertos economistas se atreven a plantear como modelo de economía y sociedad exitosa a la de Israel sin aclarar, que logro salir de su hiperinflación gracias a las millonarias contribuciones anuales que recibe de EEUU, a la fabricación y venta de armamento que desde siempre ensaya sobre los palestinos y el negocio sucio de las guerras regionales en las que, sin dudas, se haya directamente implicado (Siria y Yemen). Sobre esto último hay que remarcar que mientras Fernández se halle de visita en Jerusalem, las topadoras israelíes estarán demoliendo casas palestinas en Cizjordania y el lado árabe de Jerusalem, se estarán torturando con toda clase de métodos a prisoneros en las cárceles israelíes y las familias palestinas de Gaza sometidas a brutales bombardeos en la última semana estarán enterrando a sus muertos. La obsecuencia puede entenderse de mandatrios filosionistas como Bolsonaro o Piñera pero de ¿Alberto Fernández?

Suenan tan antisonantes como contradictorios, cuando algunos de estos sionistas informativos condenan con vehemencia a Venezuela y hacen del golpe de estado en Bolivia una cuestión “republicana” indiscutible.  
Curiosamente, la participación de Tel Aviv en este último episodio ha sido bastante sospechada dado que, Evo Morales fue un mandatario valiente y critico ante las brutalidades de Israel contra la población Gaza, llevando a tomar como medida la expulsión de toda la representación israelí la cual, tras el golpe, casualmente ha regresado a la Paz.

Los argentinos tienen el poder de optar entre tratar de reconstruir una entidad soberana alejada de intereses foráneos que buscan usar a la Argentina como una reserva para cubrirse de sus negociados y crímenes que cometen en otras latitudes o, aceptar que solo serán un colectivo sin identidad, servil a una estructura que adhiere y es leal a esos oscuros intereses.