jueves, 29 de noviembre de 2018


EN LA MIRA



EL INCIDENTE DE KERCH”

Cómo Moscú gracias a su aceitada infraestructura de defensa resolvió rápidamente y con gran pericia un incidente que pudo haber sido la chispa de un conflicto armado



Por Dany Smith
El sábado 24 de noviembre la Armada rusa recibe informes sobre inusuales movimientos navales de buques ucranianos que se estaban preparando para incursionar por el estrecho de Kerch que une al mar de Azov con el Mar Negro al oeste de la Península de Taman. La inteligencia había venido siguiendo los movimientos de la actividad naval ucraniana en momentos que Kiev había decidido reavivar el conflicto con las regiones autonómicas del este conocida como el Dombass.

Si bien es conocida en los últimos años la tensión existente entre Moscú y Kiev, lo cierto es que la detección de un pequeño convoy de buques de guerra que pretendían pasar furtivamente a aguas soberanas de la Federación rusa no habría sido nada fácil de realizar (más allá de los guardacostas rusos) sin la tarea de seguimiento de la inteligencia satelital y humana.

En Kiev, el presidente pro-estadounidense Piotr Poroshenko venía elaborando junto a su plana mayor, algunos planes para lograr un golpe de efecto en busca de un punto favorable para las próximas elecciones. 
Igualmente, este tipo de movimientos no nacieron de la sola cabeza de Poroshenko y aunque así hubiera sido, no lo podría haber llevado a cabo sin la ineludible permisión de la embajada de EEUU en Kiev. Esto deja a las claras de que la incursión de estos navíos no fue azarosa y desconocida para Kiev. Había mucho en juego y más allá de la desesperación de Poroshenko y sus seguidores por mantenerse en el poder a costa de este tipo de “operaciones sucias”, necesitaban el respaldo de alguien lo suficientemente influyente como para, además de violar aguas territoriales de otra nación, pasar armamento de contrabando custodiado por agentes de su propio gobierno y destinadas a elementos insurgentes activos en el lado ruso.

También se ha sugerido que la incursión fue ordenada para dar un golpe de efecto mediático en medio del desarrollo del G-20 en Buenos Aires, cumbre en la cual se entrevistarán el mismo Vladimir Putin y Donald Trump, quienes se verían obligados a dar cada uno de ellos su punto de vista sobre el evento, siendo ello aprovechado por Kiev para poner en las primeras planas de los medios occidentales a la situación de Crimea. Según sea el comportamiento de Trump, revelara o no la injerencia de Washington en el asunto.
Buques ucranianos bajo persecución 

Entre tanto en el mismo estrecho, las cosas seguían su marcha. Una vez que el alto mando naval estaba informado de estos movimientos,  bajo la responsabilidad de los mandos navales de la región, se alistaron las naves para la inmediata tarea de interceptación haciendo aplicación de los protocolos navales y haciendo valer sus derechos dentro de la normativa internacional sobre el derecho del mar (Cfr. arts. 19 y 21 de la Convención del Mar de la ONU). Algo habían planeado los ucranianos y lo habían puesto en marcha.

Al mismo tiempo, los puestos de guarda costas rusos avistaron las maniobras de los buques ucranianos que omitieron los avisos radiales de volverse por donde habían venido. Por el contrario, aquellos imprimieron velocidad y trataron de llegar al lado ruso intentando eludir el fuego ligero de las tropas rusas que se hallaban en tierra.

Entre tanto y lejos del peligro y entre las sombras de algún piso franco de Sebastopol, los contactos del servicio secreto ucraniano informaban a sus superiores de la situación. Quedaba claro que algo había salido mal y no habría más nada que hacer.

Inmediatamente acudieron al área unidades aéreas de helicópteros navales y otros de ataque como el “MI-MI-28” que de haber abierto fuego habrían hundido en un par de minutos a los intrusos.  Fue suficiente el sobrevuelo sobre las tres naves intrusas para disuadir a los marinos ucranianos de que era mejor apagar sus motores y dejarse abordar.

Seguramente desde la nave comando ucraniana, se llamó en forma urgente a Kiev –para requerir instrucciones- obteniendo tan solo desde su cuartel general, silencio de radio.
marino ucraniano capturado por el FSB ruso

Ante las circunstancias los ucranianos se vieron al descubierto y vanamente intentaron escapar para no pagar mayores consecuencias. Pero se equivocaron y de repente se vieron rodeados por una fracción de la flota de la guardia costera rusa que los cercó y luego de una pequeña persecución en círculos[1] y la embestida de contra uno de los barcos intrusos, obligaron a los ucranianos a deponer su actitud y dejarse abordar.

Una vez más habemos de preguntarnos ¿Se trató de un movimiento solamente planificado por Kiev o alguien más está detrás de todo esto? Para quien ya este sospechando la posible respuesta sepa que no se equivoca. Era obvio que la embajada de los Estados Unidos en Kiev y Varsovia, tuvieron un papel central para coordinar y dirigir una operación encubierta que de no haber sido detectada por la FSB y también el GRU ruso, habría posibilitado el inicio de acciones insurgentes en territorio de Crimea y muy posiblemente creando una dinámica de terror como las vistas en el Medio Oriente.

Aunque muchos en occidente y en especial desde los medios al servicio de la propaganda política rusofoba de Washington y Londres traten de ridiculizar esta hipótesis, lo hallado en las bodegas por las fuerzas especiales rusas que tomaron por asalto a los navíos ucranianos que quisieron escapar a la persecución habla por sí solo. En los navíos capturados se hallaron pistolas “Tokarev”, silenciadores, fusiles, lanzadores RPG-7, ametralladoras semipesadas, explosivos, abundante munición y equipo táctico de variada procedencia; suficiente material como para armar pequeñas células que realizarían atentados terroristas y asesinatos para sembrar el caos en la península.

La táctica ya es conocida y no hace falta decir quienes la implementaron hasta el hartazgo en el Medio Oriente. Pero el pretender ponerla en marcha contra la Rusia actual y en una forma tan descarada, es un error que el mismo Vladimir Putin ya les está advirtiendo tangencialmente con la explicación dada al canal ruso de televisión VTB Capital. Incluso el canciller ruso Serguei Lavrov[2] ha sido más directo y ha acusado a EEUU de estar detrás de las provocaciones montadas por Kiev.

Pero más allá de los trasfondos políticos y geoestratégicos detrás de este incidente, ha quedado muy claro que la Armada rusa se halla afilada y preparada para proteger a como dé lugar sus aguas jurisdiccionales.




[1] GLOBALNEWS.ca. “Video Russian Guard Coast ship colliding whit ukranian boat..”. Published in Nov. 28, 2018. https://globalnews.ca/video/4706525/video-captures-russian-coast-guard-ship-colliding-with-ukrainian-boat-in-the-kerch-strait
[2] SPUTNIK.com. “Lavrov acusa a EEUU de apoyar provocaciones de Kiev tras incidente en el Mar Negro”. Publicado el 28 de noviembre de 2018. https://mundo.sputniknews.com/politica/201811281083757794-rusia-acusa-a-eeuu-en-apoyo-a-ucrania/ 

martes, 27 de noviembre de 2018



DEFENSA Y SEGURIDAD





¿PRIVATIZAR LA DEFENSA?

La interminable situación de indefensión de la Argentina sin considerar la compleja realidad geoestratégica en la que se halla ha llevado a que se esté contemplando una opción nefasta ¿Hay margen para implementar una medida de semejante entidad?



Por Charles H. Slim
Aunque muchos argentinos puedan llegar a escandalizarse, esto le está pasando por la cabeza de alguno de los asesores y CEOs  que el gobierno de Mauricio Macri tiene ocultos tras bastidores. En realidad ello no revela nada nuevo en el ideario que abreva el mismo presidente argentino y su círculo más íntimo ligado a su gobierno. Para el pensamiento nacional y soberano suena espantoso pero para la mentalidad utilitaria y “anacional”[1] del gobierno macrista ello resultaría muy práctico y hasta lucrativo.

Como puede usted deducir, no es nada fácil tener que desmontar una estructura que forma parte del andamiaje mismo de un estado que pretende ser soberano. En este sentido y sin ahondar en teorías políticas sobre la naturaleza del estado nación, se puede entender al mismo como una persona ideal la cual procede, funciona y se manifiesta por actos materiales que son llevados a la práctica por sus diversos estamentos, asignados para los propósitos para los cuales han sido creados.

Las Fuerzas Armadas, como lo fueron en todos los países que han llegado a ser independientes, nacieron con la nación misma ya que no existiría una sin la participación de la otra. Así como si de un organismo vivo se tratara, la defensa es vital para el mantenimiento de la integridad de ese cuerpo llamado nación. Una es parte de la otra y como un órgano vital, debe existir como condición sine qua non para que haya esa comunión de intereses. Y si no, reflexione lo siguiente ¿Cree usted que un ejército mercenario[2] o uno regular de ocupación, obedece ordenes de los ocupados?  ¿Qué intereses cree usted que van a defender?

Pero incluso, el volverse esclavo de una potencia no es tan fácil como muchos pueden llegar a creer; y si no, recuerde la historia contemporánea de las misma Argentina cuando durante el gobierno neoliberal de Carlos Saúl Menem, pese a la ignominiosa obsecuencia con la que se manejó hacia Washington –y obviamente con Londres- , no logró acceder a la tan anhelada categoría del “aliado extra OTAN”. ¿Y, Acaso sabe usted por qué ello no fue? Simplemente porque, pese a su apoyo a la campaña bélica en el Golfo Pérsico en la guerra contra Irak en 1991, Argentina (además que Londres no lo aceparía) no tenía los recursos suficientes para garantizar una operatividad óptima que sirviera a los intereses de la organización atlántica. Aun así no hay que olvidar que el mismo Menem había firmado los claudicantes tratados de Madrid en 1989 y 1990 por los cuales entre otras, entregó el control operativo de las FFAA a Gran Bretaña.

Esto demostró en la clase política de entonces –además de la alta traición- un grado de ignorancia y amateurismo que seguramente destajo de risas a los asesores del Departamento de Estado y del Pentágono.
Equipo y armamento obsoleto

Actualmente acudimos como testigos de la situación calamitosa en dicha materia, justamente en momentos en que el mundo se sacude con continuas crisis diplomáticas, políticas y militares que como lo muestra la realidad, no se hallan lejos de Buenos Aires. El caso del submarino “ARA San Juan” es una demostración de ello. Adunado a esto, vemos como el gobierno que se dice soberano, le entrega a ejércitos y agencias de inteligencia extranjeros, el control y la seguridad de una cumbre como la G-20 a celebrarse en su propio territorio. La carencia de recursos propios para garantizar la seguridad nacional es algo inexcusable y ello lo saben muy bien los expertos en la materia.

Esta carencia material se ve agravada con la falta de inteligencia y planeamiento con visión estratégica y política de largo plazo que denota el abandono de un proyecto nacional con proyección regional e internacional. 
Esto se traslada a los mandos de las tres armas que sin hojas de ruta clara, no tienen objetivos sobre los cuales trabajar. En este sentido es tal el grado de inoperancia y plan de contingencia existente en el país que no es posible articular un mínimo operativo posible.

Para peor, esta situación no se arregla solamente con la compra de material bélico o la simple manufactura de armamento a granel. Hay además, una escazes de desarrollo tecnológico logístico propio para movilizar a las fuerzas sobre el terreno y la ausencia de un proyecto aeroespacial orientado a perfeccionar la defensa, que fue vendido al enemigo por unas cuantas monedas (Proyecto Cóndor I y II).

Si a ello le agregamos el vapuleado sentimiento patriótico y la carencia de un nacionalismo militante (con expectativas políticas), podemos advertir que en la Argentina lo menos que alguien podría hallar son argentinos. Ello es la consecuencia de décadas de autotraicionarse y de una canibalización política interna que, partidocracia mediante,  ha llevado al actual estado de cosas.

El final de la guerra de 1982, fue sin dudas el punto de partida para acelerar esta fractura política que lamentablemente fue aprovechada por la clase política argentina (arribista e hipócrita) para facilitar la desintegración militar y geopolítica que los británicos no pudieron causar en los frentes de batalla de Malvinas.
Mercenario de Al Nusra con un misil TOW

Sin decisión política (o mejor dicho decisiones contrarias), no hay una hoja de ruta que respetar y las FFAA como parte de un estado en estas condiciones no tienen sentido de ser. De ese modo para esta clase política cleptocrata (de ladrones), el litoral marítimo no es de interés proteger (pese a la riqueza ictícola), el espacio aéreo de no importancia controlar y el en el territorio (con riquísimos yacimientos petrolíferos, gasíferos y de agua potable) solo basta con las policías provinciales (esto último, una clara visión Kirchnerista).

En último sentido, no considerar la amenaza geoestratégica que representan las fuerzas británicas (OTAN) que ocupan de facto el archipiélago del Atlántico sur, ha sido una tarea sistemáticamente relegada por los sucesivos gobernantes “democráticos”, claramente subordinados a los tratados “paraguas” firmados en la década de los noventas en donde entre otras cuestiones, se condiciona el Status Quo de las Fuerzas Armadas. 

Pero supuestamente el problema que subyace es la falta de dinero para sostenerlas – una falacia monumental- aunque si se asignara como corresponde el presupuesto ello no sería un problema endémico como del que se trata en la Argentina. Por la avaricia y la corrupción de una clase política que ya se ha generalizado a un amplio espectro de la sociedad, un país con todos los recursos naturales envidiables para las potencias e incluso para vecinos mal habidos, se haya desprotegido por políticas prevendarias y corto placistas de partidos políticos caducos dignos de un museo; sin lugar a dudas la única soberanía aquí existente es la estupidez.

A pesar que hace poco el mismo gobierno dio un giro en el rol de las FFAA para hacer frente a las nuevas amenazas globales, no resolvió el problema material para su funcionamiento.

Y aunque este gobierno trate de tapar el sol con el dedo y maquille la situación, a la vista de expertos, la situación de la defensa es casi terminal. 
Equipos viejos, vehículos blindados fuera de tiempo, armas antiguas y encima en poca cantidad, no puede ser rival para una hipotética operación de invasión que pueda desembocar en una ocupación (tan comunes hoy día usando grupos proxy). Cuando un tanque TAM dispare una salva ya habrá sido destruido o por el misil disparado desde un avión a kilómetros de altura o por un sistema de misiles portátiles que manipula un solo hombre; o cuando una compañía de soldados armados con sus fusiles FAL se trabe en una escaramuza con enemigos dotados con lo último del armamento personal, de diez disparos que logren hacer recibirán de respuesta cien. 
Todo ello, en nombre del recorte presupuestario y la supuesta ausencia de hipótesis de conflicto.

Con este marco y siendo el dinero el aparente problema para estructurar una defensa eficaz e independiente no sería extraño que ya se estén conversando posibles inversiones privadas[3] (incluyendo dineros del narcotráfico), de empresas y corporaciones privadas del rubro dispuestas a estructurar fuerzas armadas (aunque más reducidas) con amplias capacidades de operatividad, modernas y actualizadas pero, dotadas de productos de otras empresas de la industria armamentística anglosajona con lo cual, esto sería tan malo o peor que estar sin ningún fusil. 


[1] Un término que encaja muy bien en el pensamiento argentino. https://es.wikipedia.org/wiki/Anacionalismo
[2] Países como Gran Bretaña, Arabia Saudita, Emiratos Árabes e Israel, reclutan mercenarios de otras nacionalidades para las tareas más peligrosas. Muchos de estos soldados pagos son latinoamericanos. https://www.youtube.com/watch?v=6t1a6AOBFuw
[3] PENSAMIENTO ESTRATEGICO Y POLITICO. “Porosidad marítima”. Publicado el 31 de enero de 2018. http://pensamientoestraegico.blogspot.com/2018/01/defensa-y-seguridad-porosidad-maritima.html