sábado, 19 de noviembre de 2016

EN LA MIRA






“BREXIT: EL REGRESO DEL IMPERIO”

Cómo el regreso del nacionalismo inglés afectara a los intereses argentinos en el Atlántico sur?





Por Dany Smith
Han pasado ya casi seis meses desde que oficialmente, Gran Bretaña decidió abandonar la Unión Europea tras aquel inesperado resultado arrojado por la propuesta denominada “Brexit” impulsada por sectores conservadores de la elite política británica con anclaje en las más bajas capas sociales en donde radican los extremistas neo nazis nutridos de amplios sectores de la población desempleada y lumpen, que ven en la acostumbrada inmigración que llega al reino, como una plaga que amenaza al estilo de vida inglés.

Es por ello que en el sustrato del éxito del “Brexit” ha habido una base clara de xenofobia, que es alimentada por los recalcitrantes sectores de la elite conservadora y que se sostiene junto a otros muy influyentes interesados por seguir manteniendo a ciertas comunidades en el ojo de la tormenta.  

Encabezando el ranking de los más odiados en Gran Bretaña, tenemos en primer puesto a las comunidades musulmanas, quienes y al igual que sus hermanos en los Estados Unidos desde el 2001, deben soportar continuas acciones de persecución, estigmatización, sospechas y crímenes de odio que no respetan sexo, edad ni condición. Para este sector de los británicos, los musulmanes son un problema que hay que erradicar y para ello, ven en el éxito de la salida de la UE, el comienzo de una depuración de su sociedad que se caracteriza por su cosmogonía.

En el voto del Brexit hubo una importante intensión “anti-musulmana” que no puede ser escondida de la realidad y que ha sido tratada en varios artículos de medios que apenas unos diez años antes, hubiera sido imposible de imaginar (v. https://www.foreignaffairs.com/articles/united-kingdom/2016-08-02/islamophobia-and-new-britishness ) Y es que las discusiones sobre el llamado “multiculturalismo” vienen desde hace varios años atrás, teniendo como centro de discusión a los ciudadanos provenientes de países árabes-islámicos que al echar raíces en el país, consolidan familias de las cuales surgen hijos de confesión islámica pero nativos ingleses.

Sobre ello se han extendido las discusiones sobre las diferencias que existen entre los musulmanes con otras confesiones religiosas que conviven en la sociedad bajo un estado multicultural. A diferencia de los judíos, los musulmanes no esconden su fe bajo los ropajes europeos para pasar desapercibidos en la sociedad que interactúan; por el contrario, mantienen sus formas, vestimentas y costumbres como si estuvieran en sus países de origen. Esto último inflama a los sectores conservadores británicos quienes a su vez, encuentran muy buena sintonía con los extremistas de la ultraderecha y los poderosos sectores del sionismo británico que tienen sus resortes de presión especialmente dentro del Foreing Office.

En este contexto, los musulmanes son considerados como una amenaza a los valores fundamentales británicos que se han visto acrecentada, por la ya conocida realidad actual enredada en toda la parafarnalia de  la llamada “guerra contra el terrorismo”, el “ISIS”, los “rebeldes sirios” y la profusa propaganda de los mass media occidentales para mantener vigente esa visión oscurantista y de temor hacia lo islámico. Sobre esto último, cabe bien recordar a los grandes impulsores de esta estigmatización odiosa, que en la persona de sujetos como George W. Bush, Dick Cheney, Donald Rumsfeld y muchos otros más, llegaron a equiparar detestablemente al Islam con el Nazismo, lo que servía para justificar las carnicerías que se llevaron avante en Iraq, Afganistán y la que diariamente venían cometiendo sus socios israelíes contra los árabes-palestinos.

De esta manera, “los musulmanes” se convirtieron  el centro de atención y el argumento principal, para las agencias y departamentos de “Contraterrorismo” británicos que entre otras tareas, se avocaron a la infiltración de escuelas, mezquitas y comunidades en todo Gran Bretaña tratando de probar supuestas intensiones de “islamizar” la educación y de radicalizar a los jóvenes del país.  A diferencia de lo que pasaba en EEUU, los musulmanes británicos no dudan en clamar en las calles contra el gobierno cuando aquel lanzaba sus campañas contra Iraq, Afganistán, Libia y sus continuas acciones en Siria.

Para colmo de inconveniencias, el informe “Chilcot” puso último clavo al ataúd político de Anthony Blair y de su participación en la invasión a Iraq en 2003, operación sin causa y totalmente inventada que produjo el asesinato de nada menos que 1.500.000 ciudadanos iraquíes y miles de casos de torturas ejecutadas por las “Reales fuerzas armadas de su majestad”. Si bien como lo han descripto algunos autores se trata de una “autopsia” de un crimen, esos mismos tratan de moderar el impacto de este mega-crimen contra la humanidad que al no poderse esconder, estas editoriales tratan engañosamente de maquillar esa parte negra de la historia británica para que sea un poco más tolerable a la vista de la historia (v. http://revistafal.com/la-autopsia-de-una-guerra-injusta/

Solo con este ejemplo del barbarismo imperialista británico en pleno siglo XXI, se hace muy difícil aceptar que Londres desde Downing Street 10 y menos aún desde el Foreing Office puedan seguir dándole indicaciones a otros países sobre lo que deben o lo que no deben hacer. Pero también es inaceptable que un mandatario como Macri, se rebaje ante semejantes pretensiones que, además de atentatorias contra los intereses nacionales provienen de un lugar que no puede dar cátedra de nada parecido al respeto a los derechos humanos y menos aún sobre el respeto a las soberanías de otros estados.

Como dice el dicho “la culpa no la tiene el chancho sino quien le da de comer”; éste mismo se aplica a gobernantes como Macri ya que, con semejantes posturas demuestran su poca independencia política e indirectamente una complicidad intolerable ante semejantes crímenes.

En estos mismos momentos, el mundo se halla en ciernes a una posible guerra de alta densidad que podría implicar la ampliación de los teatros de operaciones, el uso abierto de artefactos nucleares ¿Cómo se planta la Argentina ante estos eventos?  Claramente sus asesores no han ilustrado en nada al mandatario argentino y si lo han hecho, ha sido con material favorable a la postura anglosajona ya que es sabido que su gobierno es pro-estadounidense y pro-israelí.  Y esto es muy preocupante, no solo por lo que implica estar alineados a estos intereses, involucrados en grandes masacres que se llevan actualmente en el Medio Oriente sino también, por las posibles consecuencias políticas a futuro por mirar hacia otro lado ante semejantes brutalidades.

Al ver todo esto, no se entiende por qué Buenos Aires es tan lábil con Londres al momento de entablar conversaciones bilaterales. En realidad si se entiende lo que debería remarcarse es que, es el mismo gobierno argentino el que desiste de jugar el juego de la alta política con las mismas cartas que usan los anglosajones. Si Argentina tiene un largo reclamo por la soberanía de una importante extensión territorial que incluyen miles de millas marinas y espacio aéreo usurpado por  una potencia foránea, no se ve la dificultad de que su voz exterior bregue con uñas y dientes por que se activen mecanismos para reencauzar esta situación, salvo claro que tenga cierto temor a que ellos tomen medidas de retaliación contra el país.  

Pese a los exagerados esfuerzos de Buenos Aires por agradar a Londres moderando su posición sobre la soberanía por las islas Malvinas y aguas adyacentes, los británicos le demostraron una vez más que no necesitan de la pleitesía argenta para existir y menos aún pedir permiso para moverse como mejor les plazca en el Atlántico sur. Equivocadamente el gobierno de Macri creyó que siendo displicente con Londres, los británicos tendrían alguna consideración hacia su gobierno; y si no miren lo que ocurrió con las pretensiones de la canciller argentina Susana Macorra por ocupar el sillones del secretariado de Naciones Unidas. Sin esperarlo, los británicos vetaron la candidatura de Malcorra terminado con sus aspiraciones políticas.


Por supuesto que Argentina no tiene la capacidad bélica para hacer frente al Reino Unido, incluso hoy  como nación separada de la UE en teoría no participaría de la Alianza Atlántica OTAN dejando la puerta abierta para que Buenos Aires aproveche a reiniciar conversaciones. Igualmente y  por otra parte el gobierno argentino no ha demostrado ingenio y menos aún que haya dentro de sus cuadros una vena política nacional que se tome enserio el reclamo de la soberanía de esas islas que más allá de los valores territoriales implican importantes intereses económicos, geopolíticos y estratégicos que –como lo ha considerado el Foreing Office- - tienen un valor incalculable y los cuales, al ser tan importantes para Londres, debería pagar a la Argentina el precio que corresponde.

viernes, 18 de noviembre de 2016

NACIONAL




“POZO SIN FONDO”

¿A dónde puede conducir la inesperada y extraña aparición de las cajas con abundantes documentos relacionados con el ataque a la AMIA en 1994?




Por Pepe Beru
Cuál pudo haber sido la reacción de los tres instructores que, en la tarea de ordenar el material del que disponían sobre la causa AMIA descubrieron en escondrijos secretos dentro de lo que hoy se conoce como la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), más de doscientas cajas con varios documentos en papel y fílmicos que habían sido inexplicablemente relegados por el desaparecido fiscal Alberto Nisman. ¿Es posible que no lo hayan visto y quién ordenó esconderlo. Ante este descubrimiento se han formulado nuevos e intrigantes cuestionamientos del por qué aquel funcionario que jugaba a dos puntas, mando a separar esos documentos que se relacionan con el ataque del 14 de julio de 1994.

Han pasado demasiados años de impunidad pero también de una infundada y gratuita campaña antiárabe e islamofoba mediática que fue deliberadamente direccionada desde Tel Aviv y Washington utilizando a los sectores sionistas –judíos y no judíos- en la Argentina quienes no por casualidad, centraron sus dardos sobre la comunidad árabe de ascendencia libanesa. Con este supuesto azaroso descubrimiento, se podría traer mucha luz sobre lo que realmente pudo haber ocurrido más allá de aquellas versiones políticamente interesadas; incluso se albergan sospechas de que el cambio de rumbo tras la elección de Donald Trump en EEUU fue el real impulsor para que  “aparezcan” estos trapos sucios de pasadas administraciones en Washington muy involucradas con las acciones de Tel Aviv en el exterior.

Para poder entender el “por qué” de éste momento para que aparezcan nada menos que más doscientas cajas que nadie puede creerse que pasaron desapercibidas ante  los ojos de los diferentes funcionarios que pasaron por la SIDE y la Policía Federal, no hay que pasar por alto los estadios geopolíticos que abarcaron esos años uno de los cuales, fue conocido como la Doctrina Wolfowitz  diseñada e impulsada desde el corazón de los EEUU para crear enfrentamientos dentro de los países usando al Islam como el principal chivo expiatorio.

Según han precisado algunas fuentes el grupo encargado de buscar material informativo para estudio, análisis y su agregación a las actuaciones de la causa que se denomina GERAD, pudo hallar entre otras cuestiones, filmaciones de las autopsias de varios cuerpos de los muertos rescatados de entre los escombros para la  determinación del tipo de esquirlas, la dirección y la intensidad de la explosión o explosiones.  Según cita la fuente, estas constataciones llevaron a revisar los depósitos de la Policía Federal donde hallaron más material que jamás fue ni siquiera mencionado que existía, esto además de anormal nos lleva a que nos preguntemos: ¿Será posible que estemos ante la prueba más categórica del encubrimiento más escandaloso de la historia judicial argentina o, tal vez se trate de un montaje prearmado  por las agencias de inteligencia extranjeras para constituir pruebas definitivas que terminen apuntando a un autor determinadamente buscado?
Rubén Beraja ex directivo de la DAIA

En algún sentido si vemos lo que se pretendería probar con este voluminoso y sorpresivo manojo de pruebas que aparecen de la nada, estaría nada menos que la comprobación de la presunta existencia de un chofer de origen árabe-libanés que condujo una supuesta Traffic y que, según la tesis presentada por el Shin Bet israelí y un posterior informe del Mossad y la CIA,  se incrusto contra el frente del edificio. Al día de hoy esos organismos extranjeros no han dado pruebas concretas para sostener esa hipótesis “Hollywoodense” del tan voceado ataque islamista. Esta misma hipótesis era la que pretendía instalar el fiscal fallecido sin presentar más que argumentos estrictamente políticos y rayanamente islamofobos que manejan las organizaciones sionistas estadounidenses con adherentes como nada menos que los usureros Sheldon Adelson y Paul Singer  para mencionar tan solo a los más conocidos.

Obviamente éste se hallaba obligado a impulsar ese libreto ya que ha quedado muy bien evidenciado como dicho funcionario federal a sueldo de la nación presto –remunerada e indebidamente- prestaba colaboración indiscreta con agencias de inteligencia extranjeras violentando a ley y a la misma constitución de su país.

Actualmente y tras los intentos de sacralizar la figura del fiscal Nisman como una especie de “mártir” por la justicia, la opinión pública argentina no se ha dejado engañar y en su mayoría ha caído en cuentas de que dicho fiscal estuvo muy lejos de cumplir con las funciones que el gobierno argentino le encargo.  Y esto no quiere decir que su muerte este justificada o cosa por el estilo, nada de eso; pero si puede explicar de dónde pudo haber provenido la orden para ejecutar tan silencioso crimen que de haber sido ejecutado por  algún “moro loco” o algún “comando iraní”, no les quepa la menor duda de que se habría sabido en titulares a color en todos los medios nacionales.

Esta basura que parece haberse salido debajo de la alfombra  no solo puede haber sido expuesta deliberadamente, sino que además podría ser parte de las nuevas políticas que comenzaran a regir en Washington desde el mes de enero, sino también que sería la confirmación de que Menem al acusar a Hesbolla hace unos meses atrás de haber sido el autor del ataque, es una mentira insostenible.

Lamentablemente hay que reconocer que las circunstancias históricas en las que se produjeron los hecho, tenían a una Argentina con un gobierno totalmente entregado a los intereses que se digitaban desde Washington entre los cuales se mezclaban los económicos, comerciales, políticos y militares donde en todos ellos, Buenos Aires no controlaba a ninguno.  

En aquella década de los noventas el gobierno de Carlos Menem no solo no controlaba –aunque lo hubiera querido- lo que Washington pretendía sacar de Argentina, sino que incluso sirvió fielmente a los propósitos geopolíticos que desde la administración de George H. Bush se promovían para la región y el resto del mundo. Es posible que dentro de la cuota de ignorancia demostrada por aquel gobierno  menemista un 50% haya sido por su absoluta estupidez y el otro 50% por sus desmedidas ambiciones meramente económicas que dichos funcionarios argentinos buscaban saciar con su acercamiento a EEUU y eso incluyendo a los temas de la inteligencia en donde se manejan cuantiosos fondos negros que no tienen origen rastreable.
Bush, Peretz y Adelson

Entendiendo eso, se podrá percibir que aquella SIDE y sus organismos dependientes buscaban más bien hacer negocios con grandes actores que hacer sus labores para las cuales se habían creado.  Y esta degradación  de los cuadros de la inteligencia y su corrupción medular no se habría producido si el país hubiera tenido una política de inteligencia activa y una geopolítica propia  que la mantuviera en márgenes razonables de la lealtad. En ese sentido quienes pasaron por la Secretaría de inteligencia en momentos de haberse perpetrado ambos ataques contra Buenos Aires y en los años posteriores, no pudieron no haber sabido que existían o no existían tal cúmulo de pruebas apiladas en dependencias de la misma SIDE y de la Policía Federal; eso no se lo puede creer nadie.

Pero lo peor de todo es que cuando se creó la “super UFI-AMIA” colocando al fiscal Nisman, un miembro de la comunidad judía argentina como una especie de seguro para cerciorarse de que las investigaciones no se desviarían de su curso, tras su muerte y posteriores hallazgos sobre sus reales actividades es muy dudoso creer que este funcionario haya ignorado la existencia de  esta montaña de pruebas.

Por ello se hace insultante que varios de esos impresentables, actualmente se los vea desfilando en programas televisivos de debate que, aunque sean un circo para distraer momentáneamente al público, no deja de ser un insulto a la memoria de las personas muertas en esos hechos. Si tan interesados están de sentarse en una silla a discursar sobre  gastadas “hipótesis” que lastimeramente tratan de embarrar a la confesión islámica, muy bien deberían sentarse en el banquillo de los tribunales federales para responder por sus responsabilidades funcionales ante estos hallazgos y explicar por qué no dieron a conocer en su momento la existencia de todas estas piezas de información.


Tal como señalan otras fuentes y con las cuales coincidimos, Nisman solo se dedicó a no hacer nada o más bien, junto a Stiusso y su equipo  a cerciorarse que otros no investigaran con la profundidad y seriedad necesaria  ya que ello hubiera revelado a los verdaderos autores intelectuales y materiales de aquel ataque (v. http://pajarorojo.com.ar/?p=29744 )

domingo, 13 de noviembre de 2016

EN DEBATE





“LA HORA DEL NACIONALISMO”

Del Brexit británico al posible aislacionismo norteamericano y su impacto en el Cono sur




Por Charles H. Slim
Los últimos acontecimientos de la vida política estadounidense, sin dudas que tocaran a la realidad política de la Argentina, eso es inevitable. Desde la separación de gran Bretaña de la Unión Europea en junio último y los claros cambios de rumbo en los países asiáticos como Filipinas, el mundo ha dejado de ser lo que fue hasta el 2015 marcando el comienzo de una nueva era que aún sería aventurado prever como afectara las relaciones internacionales en el concierto de las naciones.

Al ver lo que ha ocurrido en EEUU con la elección de un Outsider para ocupar la Casa Blanca quien además de criticar las políticas intervencionistas que han desgastado a la infraestructura político-económico y social de la Unión, tiene planteos de retraer al país fronteras adentro dejando en evidencia una especie de “nacionalismo”  que en el caso norteamericano es más bien un volver al aislacionismo.

Por favor no malinterprete a donde se orienta este artículo.  Que Donald Trump haya ganado las elecciones en los EEUU no significa que él represente al “nacionalismo” o un modelo norteamericano digno de copiar; todo lo contrario. Este triunfo más que revelar una rebelión popular contra la continua  estafa del Stablishment norteamericano (entiéndase oligarquía) que se mueve tras la fachada de los demócratas y los llamados sectores de la izquierda, ha sido la más cruda revelación de cómo los medios corporativos estadounidenses que  son financiadas desde Wall Street trataron de manipular a la opinión pública con falsas sensaciones y estadísticas que le daban a Hillary Clinton una ventaja que jamás tuvo.

Tal como lo exponen los medios necon y sionistas, “el mundo libre vivirá sin el liderazgo de EEUU” una frase tan llena de sustancia real como la flatulencia de una anciana.  Ni el pueblo norteamericano es tan ignorante como esos sectores quieren hacer parecer ni el mundo queda desguarnecido como lo han señalado los columnistas de insignes editoriales como Foreing Policy  y Foreing Affairs que no han escatimado recursos para tratar de desacreditar una gestión que aún no ha comenzado. Sin dudas que esto es la demostración de un claro nerviosismo ante las posibles consecuencias de un Trump en acción. No es un miedo a la supuesta violación a los derechos constitucionales que esas editoriales argumentan  o la amenaza de que Trump se dedique a comerse crudos a los inmigrantes latinos  o construya un odioso muro con México; nada de eso, es simplemente el miedo a que se termine el fabuloso negocio del cual usufructúan los sectores financieros que trafican influencias, de la industria militar y de las aventuras intervencionistas que no son más que verdaderos joint venture para rapiñar sobre otras regiones. Tal vez uno de los argumentos más tragicómicos expuestos por estos sectores haya sido el usar a los musulmanes estadounidenses como posibles blancos del régimen de Donald Trump.  No hay que olvidar que estos mismos sectores y estas mismas editoriales fueron las que respaldaron, argumentaron y sostuvieron la campaña arabofoba e islamofoba que campeó masivamente desde el 2001 y que llevó a las intervenciones sobre Afganistán, Iraq y la implementación de una política en la que todos los musulmanes eran sospechosos y por ello, factibles de ser detenidos o simplemente asesinados. Por eso usar a los musulmanes como una supuesta preocupación de estos sectores criminales, es una burla cruel que no se puede dejar pasar por alto.

Como sea el viejo esquema de los politiqueros que simulaban estar de un lado o del otro fingiendo que unos luchaban por la igualdad de oportunidades mientras que los otros mostraban el puño de hierro y la existencia de unos era un complemento necesario de la política estadounidense, se han hundido en el mismo barco con bandera neoliberal en el que se encontraba Hillary Clinton y sin dudas será muy difícil que se pueda volver a reflotar.  Con ellos también se van a pique las ambiciones de desatar una tercera guerra a gran escala con la cual reactivar la economía doméstica obviamente, manejada por Corporaciones Transnacionales de todas las ramas de la industria.

Quienes han apoyado a Trump están por un EEUU con dirección propia y con políticas dirigidas a beneficiar al país y no a proyectos externos planificados por encargo de intereses transnacionales y otros regímenes que lo han usado en los últimos treinta años como un simple escudo  con el cual protegerse a discreción. De este modo las voluminosas –y nada sagradas- sumas de dinero que EEUU remite por año a Israel para sostener su insostenible existencia y mantener una fuerza militar que logre disuadir a sus vecinos árabes, podrían mermar o verse seriamente dificultadas.

Aunque seguramente aquello no ocurra si es posible que Trump modere las pretensiones de los Lobbies sionistas del Congreso que han sido los históricos e insignes instigadores detrás de las últimas intervenciones estadounidenses en el Medio Oriente, desatando sus peligrosas maquinaciones que tan acostumbradamente montan para deshacerse de quienes les obstaculizan en sus planes. Igualmente Trump cuenta con un grueso de la población que ha tomado conciencia de que eso puede llegar a suceder y las cosas serían diferentes. 

Sin dudas han pasado las épocas en que estas manos negras que movían sigilosamente  los hilos detrás del poder para llevar adelante los fraudes y crímenes más grandes de la historia contemporánea  ya están al descubierto y será muy difícil que puedan escapar al juicio iracundo de la masa.

No caben dudas de que apenas se conoció su triunfo, varios comenzaron a limpiar sus escritorios en los despachos de las diversas áreas del gigantesco aparato administrativo norteamericano.  Incluso se ha dicho que en el Pentágono varios generales y asesores habrían vaciado sus escritorios dejando vacante sus puestos. Similar situación se ha dicho de Langley, Virginia donde se ubican los cuarteles generales de la CIA y en donde se hallan archivados todos los asuntos sucios que hacen a las operaciones que Washington ha venido realizando alrededor del globo.

Asimismo y pese a que se ataca a Trump por ser un empresario privado sin experiencia pública, hay que decir que ese argumento es falaz ya que, el poder neoliberal que conforma el Stablishment  le encargaría a Hillary que manejara sus intereses como cualquiera de los CEOS que actualmente intervienen en los gobiernos neoliberales del Cono sur. Igualmente  y para reforzar aquella falacia hay que señalar que ese poder en las sombras mantendrá conexiones importantes con el nuevo gobierno, con la inclusión de varios impresentables de la administración de George W. Bush.  Como verán, Trump no es tan revolucionario como se lo pinta.

Pese a la masiva campaña mediática y de costosas encuestadoras destinada a darle a Hillary Clinton una ventaja que en realidad jamás tuvo y de los trucos sucios que se montaron en muchas maquinas de voto electrónico a lo largo del país que entre alguno de sus artilugios estaba la imposibilidad de votar por el candidato Trump, éste logró llegar a la Casa Blanca y dicen los que lo conocen que él está al tanto de que hay mucha ira en su contra y que buscaran una revancha. Al parecer Trump no es el demente que los medios querían vender o el arrebatado que sus más costosas encuestadoras habían querido plantear previo a que se desarrollaran las elecciones. Era prácticamente antisonante ver como los medios como CNN, la FOX y los diarios THE WASHINGTON POST y THE NEW YORK TIME hacían una editorial sobre las vulgaridades sexistas  de un Trump cuando dejaban de lado, los variados y muy graves delitos cometidos por la señora de la sonrisa perfecta. Cortinas de humo para que el ciudadano común no pudiera –así lo pretendieron infructuosamente-  ver lo mala que es esa ex funcionaria que  además de buscar la presidencia, pretendía escapar de la justicia la cual entre otros cargos, le imputa el intento de eliminar pruebas incriminatorias al determinar el FBI que sus ayudantes de campaña habían tratado de deshacerse de varios teléfonos móviles que contenían correos sospechosos utilizando un martillo. Y esto no es un chisme o un rumor. Se trata de la confesión de uno de sus asesores de nombre Justin Cooper  quien al ser interrogado por el Bureau de investigaciones les dijo que había destruido a martillazos un par de teléfonos viejos por indicaciones de su “jefa”, Hillary Clinton.

De ser así, Clinton y Cía tendrán mucho que explicar ante la justicia, incluso si Obama tratara de relegarla de ella con algún decreto especial.  Trump sabe que si realmente quiere cambiar las cosas en “América” deberá poner el ejemplo de que las cosas como las que los Clinton, Bush, Mc Cain, Albright, Rumsfeld y la larga lista de políticos que ayudaron a hundir al país, pagaran un alto precio como lo pagaría cualquiera de los ciudadanos de a pie de su país y que los beneficios elitistas de pertenecer a una clase política tradicional, no son una carta blanca para llevar adelante actos de impunidad que terminan por imprimir el oprobio sobre la nación toda.

Para concluir podemos decir que la llegada de Trump beneficiara el desarrollo de nuevos nacionalismos en los países que se han visto condicionados o directamente sojuzgados por las acostumbradas políticas agresivas de Washington  que no eran sino, la refracción material de los intereses corporativos que sacaban pingues ganancias con las intervenciones militares, invasiones, creación de inestabilidad política, de terrorismo en fin,  de todo lo que ha engrandecido a los bolsillos de esas pocas familias que manejan el sistema financiero global.