“ERDOGAN AGENDA”
Qué es lo que
pretende el presidente turco Recep Tiyip Erdogan y a quienes esta beneficiando con su agresiva injerencia en
Siria ¿Quién realmente puede limitar estas acciones ilegales?
Por Pepe Beru
Pese a que los medios occidentales no han informado
más lo que está sucediendo en Siria, son muchas las cosas que se han ocultado
desde que La Casa Blanca ordeno una supuesta retirada estratégica de sus tropas
especiales del norte abandonando a los kurdos de las FDS (Fuerzas Democráticas
Sirias). Sobre esto último se trato de una medida a medias ya que los eefctivos
estadounidenses nunca se retiraron del terreno, solo se replegaron a zonas
limítrofes con Iraq dejando si abandonadas y por su cuenta a los grupos kurdos
financiados por el Departamento de Defensa y apoyados encubiertamente por la
CIA. En conclusión, Washington nunca ceso en su injerencia desestabilizadora
contra Damasco por lo cual, sigue siendo una parte importante del problema.
Pero otro que ha ido avanzando en el despliegue de
una agenda regional propia es Turquía,
que aprovechando el silencio mediático occidental que invisibiliza lo que realmente
ocurre en Siria, ha arremetido contra el territorio sirio sin que haya voluntad
desde Naciones Unidas por impulsar medios eficaces para frenar estas
violaciones a la soberanía de Siria. Pero ¿Quiénes respaldan este actuar? No
tenemos que olvidar como se origino esto y para ello debemos remontarnos a
comienzos del 2011 cuando la mano estadounidense estaba bien oculta y quienes
operaban en el terreno eran Arabia Saudita y Qatar, como principales aliados regionales de Francia y
Gran Bretaña, los mismos que habían invadido Libia para convertirla en lo que
es hoy, un estado fallido y fraccionado.
Para tratar de traspolar aquel embuste de la
“Primavera árabe” a Siria necesitaban un
aliado estratégico y ese era Turquía. Como aliado de la OTAN y en particular de Washington, Ankara había
venido participando en todas las aventuras regionales que EEUU había estado
llevando a cabo desde hace 28 años a la fecha. En ese marco, Ankara coopero con
estos actores proporcionando su territorio y la colaboración del MIT
(inteligencia turca) para la instalación de bases y campamentos de
entrenamiento de grupos “yihadistas” para tratar de derrocar al gobierno de Bashar
Al Assad y colocar un estado confesional de signo islamista Takfir-Wahabí, como
parte del plan de la administración estadounidense de Barak Obama para reformar
el Medio Oriente.
Pero la participación de Ankara no era gratuita ni
mucho menos desinteresada. Ante la posibilidad de la disolución del estado
nación árabe sirio (finalidad que perseguía el rediseño norteamericano),
Turquía podía resolver un antiguo problema barriendo a los kurdos a estos
territorios y sacarlos para siempre de sus fronteras. Al mismo tiempo y
valiéndose de las rencillas entre los turcomanos y los árabes del sur
aprovecharía para anexar territorios en los cuales se hallan los yacimientos
gasíferos y petrolíferos más importantes de Siria. Pero, esto se vio truncado
por el decidido apoyo de Rusia que mediante una política firme y resuelta
emprendida por el presidente Vladimir
Putin, Ankara no pudo lograr estos objetivos.
Incluso más. Cuando por el 2014 aparece el “ISIS”,
los turcos se mantuvieron pasivos ante las bestialidades que cometía esta
agrupación pese a que supuestamente, eran aliados de EEUU en su lucha contra el
terror. El comportamiento de Ankara con esta organización despertó muchas dudas
que hacían presumir un engaño detrás de todo esto.
Este embuste quedo develado cuando Vladimir Putin
toma la decisión de tomar intervención en apoyo al gobierno de Damasco y es por
medio de la aviación rusa que se descubre que el “ISIS” –al amparo de la aviación angloestadounidense- robaba impunemente el
petróleo sirio e incluso iraquí, sacándolo por rutas de camiones cisterna que
cruzaban territorio turco. Estaba claro que el gobierno turco era cómplice en
esto. Rusia no advirtió y sin más corto
estas rutas dándole un mensaje alto y claro a Erdogan y en pocas semanas, la
aviación rusa degrado la capacidad operativa del “ISIS”. Luego de esto Ankara con la velada complicidad
de EEUU y de Arabia Saudita en noviembre de 2015 trato de intimidar a Moscú con
el derribo de uno de sus aviones en cielo sirio y fue allí que Vladimir Putin lejos
de amilanarse profundizó su compromiso político y militar por erradicar a los
grupos “yihadistas” y al mismo tiempo buscar la pacificación de Siria.
De este modo, Putin dejando de lado el incidente del
avión y pese al sospechoso asesinato del embajador Ándrei Karlov en diciembre
de 2016, convoco a turcos e iraníes a una Conferencia en Tajikistán donde
buscarían la formula para detener todo esto.
Este jaque mate de Putin dejó inerme a Erdogan y su
gobierno quienes abochornados públicamente por el incidente del avión derribado,
no les quedo otra alternativa que pedir perdón al Kremlin para que la situación
no escalase a niveles impensados. Fue
allí que Erdogan cambio su ruta y estableció una mayor cercanía con Rusia
desatando la furia de Washington y sus consecuencias. Pero no paso mucho para que Erdogan volviera
a las andadas y esta vez, alejado de los planes estadounidenses, pondría en
marcha su propia agenda de expansión territorial y de ese modo reactivo su
escalada sobre Siria.
Con esto Turquía esta violando la “Declaración de
Astana” (capital de Kazajistán) que fue ideada e impulsada por el presidente
ruso Vladimir Putin para terminar siendo negociada y firmada con la República
Islámica de Irán y Turquía por mediados de enero de 2017. A la vista de los
últimos acontecimientos todo esto parece haberse dejado de lado y hoy las
fuerzas turcas han redoblado sus esfuerzos bélicos por adentrarse aún más en
territorio sirio causando más desplazamientos poblaciones con claras
intensiones de limpiarlos de pobladores árabes.
Como parte de estas operaciones, el gobierno de
Erdogan utiliza a sus fuerzas regulares y a grupos irregulares símiles al
“ISIS”. Es más, muchos de los componentes de estos grupos armados formaron
parte de aquella franquicia y también de “Al Qaeda” en Siria antes de que las ofensivas del
ejército sirio y el apoyo ruso los desalojaran de gran parte del territorio. Ni
más ni menos, se trata de un rejunte de asesinos del “ISIS” que tras el colapso
del Estado Islámico en 2017, se desbandaron a los puntos más extremos del
desierto sirio-iraquí. Hoy todos estos parecen haber sido reagrupados al
servicio de Ankara demostrando que se han desembolsado grandes sumas de dinero
para alquilarlos en esta nueva empresa, armarlos y desplegarlos en el terreno.
Los últimos eventos en Idlib demuestra el incremento
del poder de fuego de estas agrupaciones evidenciando la provisión de
equipamiento y armamento de última generación. Volvemos a comprobar como
gobiernos extranjeros –entre ellos el
turco- aprovisionan de pertrechos y equipos que en algunos casos están tecnológicamente
por encima de los utilizados por las Fuerzas armadas sirias.
El interés ilegitimo de Ankara por anexar la
gobernación siria de Idlib, representa una clara agresión a la soberanía de la
república árabe de Siria que se enmarca en el Capitulo VII de la Carta de
Naciones Unidas. Es curioso que los otroras legalistas del Departamento de
Estado norteamericano que solían invocar éste tipo de plexos normativos y los
principios de dicha carta contra Iraq y Libia para argumentar sus
intervenciones, hoy sostienen un completo silencio sobre lo que esta sucediendo.
Y es que como señalan investigadores como el periodista francés Therry Meyssan
EEUU no reconoce gran parte del plexo normativo y es por ello que no respeta la
legalidad internacional.
El cinismo de la diplomacia externa de Washington y
de sus socios (entre ellos Francia, Gran Bretaña y Turquía) solo cede a los
hechos duros de la realidad que se pueden ejemplificar en la decidida postura
de apoyo de Moscú a Damasco para erradicar a estas bandas armadas que, al amparo
de la complicidad de la Corporación de medios occidentales, son
retroalimentadas por los apoyos clandestinos de los mismos estados que claman
luchar contra el terrorismo.
Y a pesar de que Rusia ha desplegado tropas para
garantizar la seguridad de las poblaciones sirias de la gobernación de Iblib, además
de los ataques de estos grupos pro-turcos han debido toparse con la hostilidad
de grupos de civiles que son pagados y mantenidos por los estadounidenses para
crear situaciones provocativas extremas que puedan desembocar en algún hecho de
sangre que deje mal parados a los rusos. Precisa y curiosamente operan en ésta
gobernación los llamados “White Helmets”, una ONG formada y financiada por el
MI-6 británico (inteligencia) orientada a orquestar las operaciones de
propaganda contra el gobierno y Rusia.
En las últimas horas el derribo de un helicóptero
sirio en la ciudad de “Nairab” con un sofisticado misil guiado (MANPADS
entregados por la CIA), conllevo a una respuesta contundente de Damasco sobre
posiciones de los grupos irregulares y sus socios turcos en Idlib. Al mismo
tiempo, Ankara respondió con un mediatizado ataque (al estilo CNN) de 115
posiciones del ejército sirio en el norte lo que ha complejizado la situación
escalando peligrosamente. Tal vez haya llegado el momento para que Moscú vuelva
a marcar los límites y deje en claro a Erdogan que sus política no ayudan a la
estabilización regional.