jueves, 13 de febrero de 2020



“ERDOGAN AGENDA”
Qué es lo que pretende el presidente turco Recep Tiyip Erdogan y a quienes esta  beneficiando con su agresiva injerencia en Siria ¿Quién realmente puede limitar estas acciones ilegales?


Por Pepe Beru
Pese a que los medios occidentales no han informado más lo que está sucediendo en Siria, son muchas las cosas que se han ocultado desde que La Casa Blanca ordeno una supuesta retirada estratégica de sus tropas especiales del norte abandonando a los kurdos de las FDS (Fuerzas Democráticas Sirias). Sobre esto último se trato de una medida a medias ya que los eefctivos estadounidenses nunca se retiraron del terreno, solo se replegaron a zonas limítrofes con Iraq dejando si abandonadas y por su cuenta a los grupos kurdos financiados por el Departamento de Defensa y apoyados encubiertamente por la CIA. En conclusión, Washington nunca ceso en su injerencia desestabilizadora contra Damasco por lo cual, sigue siendo una parte importante del problema.

Pero otro que ha ido avanzando en el despliegue de una agenda regional  propia es Turquía, que aprovechando el silencio mediático occidental que invisibiliza lo que realmente ocurre en Siria, ha arremetido contra el territorio sirio sin que haya voluntad desde Naciones Unidas por impulsar medios eficaces para frenar estas violaciones a la soberanía de Siria. Pero ¿Quiénes respaldan este actuar? No tenemos que olvidar como se origino esto y para ello debemos remontarnos a comienzos del 2011 cuando la mano estadounidense estaba bien oculta y quienes operaban en el terreno eran Arabia Saudita y Qatar, como  principales aliados regionales de Francia y Gran Bretaña, los mismos que habían invadido Libia para convertirla en lo que es hoy, un estado fallido y fraccionado.

Para tratar de traspolar aquel embuste de la “Primavera árabe”  a Siria necesitaban un aliado estratégico y ese era Turquía. Como aliado de la  OTAN y en particular de Washington, Ankara había venido participando en todas las aventuras regionales que EEUU había estado llevando a cabo desde hace 28 años a la fecha. En ese marco, Ankara coopero con estos actores proporcionando su territorio y la colaboración del MIT (inteligencia turca) para la instalación de bases y campamentos de entrenamiento de grupos “yihadistas” para tratar de derrocar al gobierno de Bashar Al Assad y colocar un estado confesional de signo islamista Takfir-Wahabí, como parte del plan de la administración estadounidense de Barak Obama para reformar el Medio Oriente.

Pero la participación de Ankara no era gratuita ni mucho menos desinteresada. Ante la posibilidad de la disolución del estado nación árabe sirio (finalidad que perseguía el rediseño norteamericano), Turquía podía resolver un antiguo problema barriendo a los kurdos a estos territorios y sacarlos para siempre de sus fronteras. Al mismo tiempo y valiéndose de las rencillas entre los turcomanos y los árabes del sur aprovecharía para anexar territorios en los cuales se hallan los yacimientos gasíferos y petrolíferos más importantes de Siria. Pero, esto se vio truncado por el decidido apoyo de Rusia que mediante una política firme y resuelta emprendida  por el presidente Vladimir Putin, Ankara no pudo lograr estos objetivos.

Incluso más. Cuando por el 2014 aparece el “ISIS”, los turcos se mantuvieron pasivos ante las bestialidades que cometía esta agrupación pese a que supuestamente, eran aliados de EEUU en su lucha contra el terror. El comportamiento de Ankara con esta organización despertó muchas dudas que hacían presumir un engaño detrás de todo esto.

Este embuste quedo develado cuando Vladimir Putin toma la decisión de tomar intervención en apoyo al gobierno de Damasco y es por medio de la aviación rusa que se descubre que el “ISIS” –al amparo de la aviación angloestadounidense- robaba impunemente el petróleo sirio e incluso iraquí, sacándolo por rutas de camiones cisterna que cruzaban territorio turco. Estaba claro que el gobierno turco era cómplice en esto.  Rusia no advirtió y sin más corto estas rutas dándole un mensaje alto y claro a Erdogan y en pocas semanas, la aviación rusa degrado la capacidad operativa del “ISIS”.  Luego de esto Ankara con la velada complicidad de EEUU y de Arabia Saudita en noviembre de 2015 trato de intimidar a Moscú con el derribo de uno de sus aviones en cielo sirio y fue allí que Vladimir Putin lejos de amilanarse profundizó su compromiso político y militar por erradicar a los grupos “yihadistas” y al mismo tiempo buscar la pacificación de Siria.


De este modo, Putin dejando de lado el incidente del avión y pese al sospechoso asesinato del embajador Ándrei Karlov en diciembre de 2016, convoco a turcos e iraníes a una Conferencia en Tajikistán donde buscarían la formula para detener todo esto.

Este jaque mate de Putin dejó inerme a Erdogan y su gobierno quienes abochornados públicamente por el incidente del avión derribado, no les quedo otra alternativa que pedir perdón al Kremlin para que la situación  no escalase a niveles impensados. Fue allí que Erdogan cambio su ruta y estableció una mayor cercanía con Rusia desatando la furia de Washington y sus consecuencias.  Pero no paso mucho para que Erdogan volviera a las andadas y esta vez, alejado de los planes estadounidenses, pondría en marcha su propia agenda de expansión territorial y de ese modo reactivo su escalada sobre Siria.

Con esto Turquía esta violando la “Declaración de Astana” (capital de Kazajistán) que fue ideada e impulsada por el presidente ruso Vladimir Putin para terminar siendo negociada y firmada con la República Islámica de Irán y Turquía por mediados de enero de 2017. A la vista de los últimos acontecimientos todo esto parece haberse dejado de lado y hoy las fuerzas turcas han redoblado sus esfuerzos bélicos por adentrarse aún más en territorio sirio causando más desplazamientos poblaciones con claras intensiones de limpiarlos de pobladores árabes.

Como parte de estas operaciones, el gobierno de Erdogan utiliza a sus fuerzas regulares y a grupos irregulares símiles al “ISIS”. Es más, muchos de los componentes de estos grupos armados formaron parte de aquella franquicia y también de “Al Qaeda”  en Siria antes de que las ofensivas del ejército sirio y el apoyo ruso los desalojaran de gran parte del territorio. Ni más ni menos, se trata de un rejunte de asesinos del “ISIS” que tras el colapso del Estado Islámico en 2017, se desbandaron a los puntos más extremos del desierto sirio-iraquí. Hoy todos estos parecen haber sido reagrupados al servicio de Ankara demostrando que se han desembolsado grandes sumas de dinero para alquilarlos en esta nueva empresa, armarlos y desplegarlos en el terreno.

Los últimos eventos en Idlib demuestra el incremento del poder de fuego de estas agrupaciones evidenciando la provisión de equipamiento y armamento de última generación. Volvemos a comprobar como gobiernos extranjeros –entre ellos el turco- aprovisionan de pertrechos y equipos que en algunos casos están tecnológicamente por encima de los utilizados por las Fuerzas armadas sirias.

El interés ilegitimo de Ankara por anexar la gobernación siria de Idlib, representa una clara agresión a la soberanía de la república árabe de Siria que se enmarca en el Capitulo VII de la Carta de Naciones Unidas. Es curioso que los otroras legalistas del Departamento de Estado norteamericano que solían invocar éste tipo de plexos normativos y los principios de dicha carta contra Iraq y Libia para argumentar sus intervenciones, hoy sostienen un completo silencio sobre lo que esta sucediendo. Y es que como señalan investigadores como el periodista francés Therry Meyssan EEUU no reconoce gran parte del plexo normativo y es por ello que no respeta la legalidad internacional.

El cinismo de la diplomacia externa de Washington y de sus socios (entre ellos Francia, Gran Bretaña y Turquía) solo cede a los hechos duros de la realidad que se pueden ejemplificar en la decidida postura de apoyo de Moscú a Damasco para erradicar a estas bandas armadas que, al amparo de la complicidad de la Corporación de medios occidentales, son retroalimentadas por los apoyos clandestinos de los mismos estados que claman luchar contra el terrorismo.

Y a pesar de que Rusia ha desplegado tropas para garantizar la seguridad de las poblaciones sirias de la gobernación de Iblib, además de los ataques de estos grupos pro-turcos han debido toparse con la hostilidad de grupos de civiles que son pagados y mantenidos por los estadounidenses para crear situaciones provocativas extremas que puedan desembocar en algún hecho de sangre que deje mal parados a los rusos. Precisa y curiosamente operan en ésta gobernación los llamados “White Helmets”, una ONG formada y financiada por el MI-6 británico (inteligencia) orientada a orquestar las operaciones de propaganda contra el gobierno y Rusia.

En las últimas horas el derribo de un helicóptero sirio en la ciudad de “Nairab” con un sofisticado misil guiado (MANPADS entregados por la CIA), conllevo a una respuesta contundente de Damasco sobre posiciones de los grupos irregulares y sus socios turcos en Idlib. Al mismo tiempo, Ankara respondió con un mediatizado ataque (al estilo CNN) de 115 posiciones del ejército sirio en el norte lo que ha complejizado la situación escalando peligrosamente. Tal vez haya llegado el momento para que Moscú vuelva a marcar los límites y deje en claro a Erdogan que sus política no ayudan a la estabilización regional.

lunes, 10 de febrero de 2020




“THE PERONISM IS GOOD?”
Esta sería una de las preguntas que algunos de los asesores de la Casa Blanca le hicieron en la intimidad del Salón Oval al presidente Trump tras dar su apoyo público al gobierno de Alberto Fernández


Por Charles H. Slim
La maratónica gira del presidente Alberto Fernández por los países financieramente más influyentes del planeta parece haber tenido una auspiciosa recepción por parte de los principales gobiernos de cada uno de ellos, así se advirtió tras las entrevistas que tuvo con sus homologos en Tel Aviv, Paris y Berlín quienes prometieron dar toda la ayuda posible a una Argentina sumida en interminables deudas y calamidades económicas. Esto y no otra cosa fue el motor de la gira presidencial. La necesidad de ir a donde fuere para conseguir algún aval político y financiero para que al mismo tiempo y de alguna manera, poder llegar con cartas de recomendación a la Casa Blanca. En síntesis, nada nuevo para la historia política argentina.

La empresa plantaba serias dudas de éxito. Ateniéndonos a la base ideologica que supuestamente sustenta al gobierno de Fernández y Fernández, el itinerario llevado por el presidente argentino parecía demostrar una verdadera apostasía a los pilares de la doctrina peronista, si es que realmente existe una. Sin lugar a dudas la primera escala en Jerusalem (adjudicada de hecho como Capital de Israel), desato muchas contrariedades entre los argentinos, en particular en los sectores del peronismo puro que no tiene nada que ver con el llamado “Kirchnerismo” ni mucho menos con los socialdemócratas que en los últimos años han usado la máscara del PJ como último refugio para sobrevivir continuar con el negocio de la política.

Todo en aras de lograr algún mango!, dirían los argentinos. Cualquier cosa por conseguir que alguien vuelva a prestar dinero contante y sonante para evitar que el país termine de hundirse. En este plan, ir a Jerusalem a rendir pleitecias a un gobierno de un estado (con un extenso prontuario de crímenes) que es parte del Capitalismo Global liderado por un delincuente financiero local como lo es Benjamín Netanyahu, pero quien a su vez –y lo más grave- tiene las manos manchadas con la sangre de miles de palestinos, para “el presidente peronista” no represento reparo alguno.

Pese a que se enviaron pedidos escritos llamando al presidente a no concurrir a dicha cita, Alberto Fernández hizo como aquellos “tres monos sabios”  y tapándose la nariz hizo como que no viera, no escuchara ni menos aún comentara nada sobre la abyecta e inhumana situación de ocupación que se ejerce sobre la población palestina. Allí la valoración que Tel Aviv y la ultraderecha sionista tiene de los Derechos Humanos es muy peculiar.

Al mismo tiempo y por estas tierras, los obsecuentes de los medios informativos  y los sionistas locales aplaudieron el empeño del “Alberto”, a quien hoy por hoy ven con otros ojos al demostrar que la camiseta peronista, es –como se dice por estos lugares- un adorno solo para la gilada.

Pero ello se advierte especialmente con los comentarios que realizo el presidente estadounidense Donald Trump en su entrevista con el representante argentino en Washington Jorge Arguello cuando se refirió a su homologo argentino.  Para algunos, la respuesta de Trump obedeció a un momento exultante y de distensión tras haber sido absuelto por el senado del Impeachment que se le había abierto y porque también (y es importante señalarlo), no este muy al tanto de que se trata el Peronismo.


¿Pero qué tiene de sorprendente esto? Bueno, para quienes aún no saben de qué se trata el “peronismo” hay que decir que, como movimiento político, nació como una corriente histórica nacionalista liderada por el Coronel Juan Domingo Peron que en sus comienzos allá por mediados de la década del cuarenta en el siglo pasado se opuso al intervencionismo estadounidense. Su postura fue más pragmática que revolucionaria y fue por ello que Washington nunca advirtió una amenaza real y seria a sus intereses en la región. Incluso baste recordar, que cuando Argentina decidió a último momento en enero de 1944 apoyar a los aliados a finales de la Segunda Guerra, Stalin propuso invadirla para darle un escarmiento y ello no sucedió por la oposición de los EEUU.

Como habrá quedado claro, el gobierno de aquel entonces pese a no ser peronista, ya reflejaba el carácter volátil y veleidoso de los argentinos que más tarde se vería en las decisiones gubernamentales del fundador del Movimiento Peronista. Y así fue, cuando Perón fue presidente, maniobro con mucha astucia las relaciones con Washington. En éste último sentido el antimperialismo que ventilaba su propaganda partidaria era meramente dialéctica y sin cursos de acción ciertos,  dejando en claro para los expertos del Departamento de Estado un fin meramente discursivo para las masas.

Igualmente Washington –más allá del signo político de cada administración- siempre colaboro con Londres para limitar las capacidades del país sudamericano y en especial, cuando el peronismo era gobierno ¿Por qué? Pues si bien es cierto que Juan Domingo Peron utilizó los fondos de las reservas bancarias de su primer gobierno para hacer demagogia populista creando esas masas de enfervorizados peronistas, también fue un precursor de impulsar proyectos de modernización y desarrollo del estado argentino, en particular en la creación de una infraestructura fabril pesada destinada a tratar de crear un país desarrollador de sus propios productos que pudiera competir con los países centrales. Este plan tenía una visión ambiciosa de implementación regional con la firma de un  Tratado entre Argentina, Brasil y Chile conocido como “ABC”. La búsqueda de esta potencialidad (que incluía el área militar) no sería permitida por el Foreign Office británico pero tampoco por los norteamericanos y para ello, Washington jugo el papel de un falso mediador a lo largo de toda su historia de relación con Buenos Aires.

La década de los noventas (1990-1999) pario al Menemismo como variante de un supuesto “Peronismo moderno”, aliado de occidente (entiéndase EEUU, Gran Bretaña y la por entonces CEE) que bajo los argumentos del respeto a los Derechos Humanos, la democracia y la legalidad internacional comprometio al país en una aventura bélica contra la república árabe de Iraq que terminaría revelando objetivos muy distantes de aquel discurso. Pese a ello y  a la zaga de conceciones y obsecuencias graciosas con Washington, el gobierno menemista pese a sus esfuerzos, no logro conquistar el corazón de los estadounidenses quienes terminaron dando ningún beneficio a la Argentina.

Hoy Argentina vuelve a tener un gobierno “peronista”, un termino que a la altura de las actuales circunstancias políticas puede calificarse como anacrónico y sin sentido. Si nos ceñimos a la evolución que ha venido tomando esta “ideología” deberíamos llamarlo “Albertismo”. La composición del gobierno de Fernández y de lo que se llama “Partido Peronista” dista mucho de la doctrina de esta ideología que cabe recordar, tenía una raíz nacionalista y antimperialista.

Alberto Fernández solo esta implementando una formula basada en una mezcla de elementos políticos y económicos que aunque antagonistas e irreconciliables entre si, busca a la vista de la opinión pública matizarlos como posibles de articular. Nada que no se haya visto antes. El mensaje de Donald Trump al suplicante representante argentino Arguello pese a ser interpretado por los obsecuentes locales como una magnifica señal, no es otra cosa que un placebo para salir del momento y conformar a un enfermo terminal. Si bien Macri hipoteco a su país con las colosales deudas que tomo del FMI, Fernández con esta gira lo ha vendido políticamente comprometiéndose con oscuros intereses que están inmersos en una conquista por el control global y que sin lugar a dudas usaran a la Argentina como escenario estratégico para dirimir sus reyertas.