sábado, 19 de octubre de 2019



“DISCORDIA EN LA CASA BLANCA”
Fuertes discusiones y gritos en la Gran casa de la democracia occidental. El duro cruce entre presidenta de la Cámara de representantes Nancy Pelosi y el presidente Donald Trump hizo recordar aquella película de los ochentas “La guerra de los Roses” ¿Cuáles serán las consecuencias de este divorcio político?


Por Charles H. Slim

Que los problemas domésticos en cualquier parte del mundo es una cosa común y hasta cotidiana de los matrimonios, no es algo que asombre, salvo que ellos se den entre ciertas parejas y en ciertos lugares en particular. Y podemos agregar que es mucho más escandaloso cuando ello se produce en forma terminante y agresiva en nada menos que en la misma Casa Blanca. 

Así se pudo ver y percibir en la reunión que mantuvieron el miércoles 16 de octubre pasado los principales representantes de la oposición demócrata encabezados por la presidente de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi y  el senador neoyorkino de la minoría demócrata y entusiasta sionista Chuck Schumer  con el gabinete de Donald Trump.

El encuentro de trabajo para abordar varios temas de la agenda política interna y externa termino en medio de una escandalosa discusión marcada por una atmosfera pesada, insultos, amagos de algún que otro manotazo y acusaciones cruzadas en temas sensibles como es el “combate al terrorismo”, la ofensiva de Turquía sobre el norte sirio y la presencia –nunca autorizada e ilegal- estadounidense en Siria.

Fue en este último tema que Nancy Pelosi estalló contra el mandatario al proferirle acusaciones tal como la de achacarle responsabilidad de lo que actualmente sucede con los kurdos en medio de una ofensiva turca y su falta de tacto con el mandatario turco Recept Tiyip Erdogan a quien le envió una carta que además de nada diplomática es un rosario de irrespetuosidades que los demócratas no acostumbran cometer. Sobre el punto de vista de Erdogan hay que resaltar que tras la oposición de los países occidentales  miembros de la OTAN a su ofensiva contra los kurdos, el premier turco se hizo la pregunta ¿Acaso el YPG ha pasado a  ser miembro de la OTAN? En alusión al armamento y equipamiento que recibe de los EEUU y otros países de la alianza.

La aversión que existe entre Pelosi y Trump supera todas las vallas políticas y claramente ha llegado a ser personal. No hay que olvidar que la funcionaria demócrata ha instado con un notable éxito el proceso político de “Impeachment” para la destitución contra Donald Trump quien ha tomado de muy mal agrado esta iniciativa.

Según algunas fuentes en esa reunión dijeron que Schumer oficio como mediador e incluso como moderador entre ambos. Pero lo cierto es que éste conspicuo sionista fue más un intérprete parcial de todo aquello. Schumer al salir de la Casa Blanca habría dicho que “Trump comenzó a insultar a Pelosi cuando estaba exponiendo su posición” al calificarla como una “política de tercera categoría” para señalarle la responsabilidad de la administración Obama por la actual situación en Siria.
Oficial estadounidense con un jefe del YPG kurdo

A pesar de los esfuerzos de Schumer por victimizar a su colega ante los micrófonos de los medios, lo cierto es que todos en el ámbito de los círculos políticos en Washington saben que Pelosi es una damisela de cuero duro con muchos años en esto como para sentirse intimidada y no surge creíble para quienes la conocen que se haya sentido cohibida y mucho menos amedrentada por la verborragia de Donald Trump ¡Cuidado con Pelosi!

Estaba claro que tanto Pelosi como Schumer trataban de desacreditar la decisión ejecutiva de Trump por retirar las tropas de la república árabe, algo que molesto al Establishment y que las quejas de éstos demócratas materializan públicamente escondiendo con ello, otros objetivos nada claros y que lejos están del interés de la Unión.

Pero las preocupaciones de Pelosi y Schumer no son sinceras. Sus inquietudes no son por la integridad física de los kurdos o por sus comunidades, o por sus derechos políticos a consolidar su autonomía a costa del territorio de la república árabe siria o incluso, por la tan proclamada “seguridad de los ciudadanos estadounidenses”. No nada de eso. Ambos volaban de furia por lo que significa para la geoestrategia de Washington –y de Tel Aviv- perder el control de un enclave estratégico como sería la “Rojava” controlada y tutelada por ellos. Con una situación semejante, EEUU podría seguir manteniendo sus bases de adiestramiento de grupos armados para agredir a Damasco y así, mantener bajo control a los incomodos prisioneros del “ISIS” en un limbo legal que les permitiría mantenerles lejos de las inconvenientes indagaciones de cortes de justicia tanto de EEUU como la EU y mucho menos de Iraq y Siria.

También quedo claro que a Pelosi y Schumer les fastidia el hecho de que tan rápido como se han replegado sus tropas (destruyendo todo lo que no pudieran llevarse), las fuerzas del ejército árabe sirio y los rusos ya han tomado el control de toda la zona llevándose a cabo en estos momentos el patrullaje de localidades como Manjib y otras aldeas que habían estado hace poco  bajo el control de las agrupaciones kurdas de las Fuerzas Democráticas Sirias “FDS” y de los norteamericanos.

También reprocharon que no se hubiera opuesto a la ofensiva de Ankara que según aquellos, pone en peligro a los aliados kurdos tratando de victimizarlos.  

En ese sentido Trump le recordó a la presidenta de la Cámara de Representantes que los “kurdos no son unos santos” refiriéndose a las atrocidades que –al amparo de la presencia estadounidense ordenada por Obama- han estado cometiendo contra las poblaciones árabes a las que (con la excusa del “ISIS”) han desplazado a punta de fusil.  En ese sentido, la frase esgrimida por los demócratas de “contener al ISIS” nos recuerda que fue durante la Administración de Barack Obama y con Hillary Clinton como la Secretaria de Estado cuando –en medio de la farsa de la Primavera Árabe que destruyó Libia- se puso en movimiento este gran embuste seudo-yihadista que tiene como uno de sus objetivos, la instauración del caos regional para la desestabilización de los países árabes islámicos.

Con ello Trump vuelve a poner en el tapete y para desagrado de los sionistas como Schumer, la complicidad de la administración Obama en la creación, implantación y propagación del programa “ISIS” para concretar fines geopolíticos en el Medio Oriente. Aunque los medios corporativos angloestadounidenses en la línea oficial del Establishment político y financiero de Washington tratan de desacreditar esto hablando de “teorías conspirativas” e incluso de “problemas mentales del mandatario”, las pruebas que se han estado recopilando desde que ese embuste penetro en Iraq y Siria son abrumadoras.

La orden ejecutiva de Trump que hizo retirar a las tropas especiales que se acantonaban en “Hasaka” y sus alrededores, rompen con estas expectativas que apuntaban a extender el mismo diseño político territorial del Kurdistán iraquí controlado por una mafia criminal que tras participar en el embuste del “Estado Islámico” puesto a rodar en 2014 logro, tras desbaratar aún más el débil control de Bagdad, arrebatar el control de más territorios a la republica de Iraq y con ellos los principales enclaves petrolíferos de Kirkuk.

En las últimas horas del jueves se informó que Turquía había aceptado un cese al fuego y que Trump habría ordenado la aplicación de sanciones contra Ankara, pero los demócratas con Pelosi y Schumer a la cabeza denunciaron que eso es falso agregando que Erdogan ha recibido el apoyo tácito de la Casa Blanca para arrollar a los kurdos, situación que agregaron, “beneficia a los adversarios de Washington.

En las actuales circunstancias la consternación y la preocupación de los demócratas pasa por no perder la alianza con los kurdos sirios y no perder el control de los campos petrolíferos sirios de Deir Ezzor. No sería de extrañar que a partir de esta retirada se reactiven las actividades del “ISIS” cumpliendo con la opinión del general James Mattis quien en una entrevista vaticinó que la retirada haría resurgir al “ISIS”; muy conveniente ¿No lo cree usted?

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