sábado, 27 de octubre de 2018


EN LA MIRA





“EL RÍO SIN PLATA”

Décadas de inconsecuencias y corrupción política han ayudado a la actual crisis argentina. La deuda con el FMI trepa a niveles impensados y el precio por ello es inimaginable. Para peor, la sanción de la ley de presupuesto 2019 dejo en claro la farsa de la supuesta oposición ¿Tiene salida el país?



Por Javier B. Dal
Buenos Aires amaneció agitado y el aire ya estaba cargado de nerviosismo y mucha incertidumbre. Los titiriteros del caos precalentaban sus planes para lanzar sus agentes a la calle. Se notaba con solo estar allí mirando como poco a poco se iban engrosando en torno al Congreso nacional y las cuadras cercanas los grupos de manifestantes que luego coparían las calles aledañas. La convocatoria era por un tema crucial “el presupuesto 2019” y ningún sector de la vida política argentina quería perder (ni quiere perderlo) su pedacito en la repartija.

Una vez más y alegando la defensa de la democracia, los sectores opuestos al gobierno tomaron las calles de la capital para expresar su contrariedad al proyecto de ley de presupuesto, mientras adentro del recinto sus jefes políticos (especialmente Agustín Rossi y Victoria Donda) arengaban para incrementar la presión para lograr que se levantara la sesión. Nada nuevo en éste país de contrastes absurdos. Afuera los grupos de la izquierda más variada se mezclaban con los grupos de gremialistas que respondían a Moyano, los llamados kirchneristas de la “Campora” y todo tipo de lumpen políticos que a la altura de las circunstancias no saben cómo colgarse de la realidad política de un país entregado. Entre todos ellos rumiaban las reivindicaciones nacionalistas (tardías por cierto), algo raro para estos sectores que ha sido históricamente tan entreguistas como los elitistas que dicen criticar. Sus reclamaciones no va más allá de lo cotidiano y en vez de solo protestar por las alzas en los impuestos, en los combustibles y los alimentos, no han propuesto políticas alternativas propias y viables que les de validez a sus movilizaciones.

Igualmente y más allá de la actuación para la gilada, la supuesta oposición “peronista” (ex Kirchneristas) negocio tras bambalinas el voto para que la ley pudiera ser sancionada ¿Qué tiene eso de nueva política?

La crisis ha puesto en evidencia las contrariedades y las absurdidades más inverosímiles que cualquiera pudiera imaginar; y sino ¿Cómo llamaría usted a la misa con esa feligresía tan peculiar que se realizó en la basílica de Luján? La imagen era imborrable y mucho más para los católicos de buena fe que no usan la iglesia como escudo y modo de tapar sus suciedades. Una verdadera horda de corruptos y delincuentes actualmente investigados por la justicia se autoconvocaron para una eucaristía mediática (atestada de fotógrafos, cámaras de Tv y corresponsales) oficiada por el Arzobispo Agustín Radrizzani con el solo fin de lavarse la cara antes la opinión pública.

Aunque el montaje teatral haya sido muy imponente, dudo mucho que Dios absuelva a personeros corruptos como Moyano y Magario, símbolos de esa política prevendista ligada a los negocios oscuros que surten las arcas paralelas de sus organizaciones.

Es que solo mostrar la bandera argentina como forma de simbolizar un enfervorizado sentimiento nacional no bastaba para el propósito y con o sin la venia del Papa Francisco, no dudaron en recurrir al uso de lo más preciado y profundo en los sentimientos de una mayoría que hace mucho ha dejado de serlo. Con esto último quiero decir, que no son precisamente los católicos tradicionales los que manejan los estratégicos puntos del estado, las finanzas y el comercio del país. Si hacía falta algo más para dañar la poca credibilidad de la iglesia argentina lo consiguieron con esta charada.

Para peor, esto demuestra la ausencia de una renovación política que se halle a la saga para reemplazar a toda esta vieja guardia corrupta y desprestigiada que no ha hecho más que continuar con los negociados y las corruptelas que desde hace décadas se hallan instaladas en los ámbitos donde conducen. Todo lo contrario. Se ha denunciado como últimamente en algunas escuelas públicas del conourbano de la provincia de Buenos Aires algunas maestras de la primaria hacían proselitismo partidario haciéndoles cantar a los pequeños de seis y ocho años la marcha peronista. Esto es tan absurdo y anacrónico como lo sería que maestras rusas les enseñaran a sus pequeños en alguna ciudad de su país a que sus alumnos juren lealtad a Josep Stalin.

Y es que más allá de las bondades que algunos siguen argumentando de aquel perimido “Peronismo histórico”, éste hace mucho que desapareció y prueba de ello son las inconsecuencias de sus propios representantes.  Aunque no es el único factor de la actual decadencia argentina, es sin lugar a dudas uno de los más importantes.

La situación en el país es francamente complicada. A la ausencia de una verdadera e inteligente oposición política y a un espectro mediático transparente e independiente que cuestione las inconsecuencias gubernamentales, no se detienen las aberraciones geopolíticas que sigue consolidando la administración de Mauricio Macri y Cía que ya ha blanqueado sin el menor de los tapujos, su decisión de entregar recursos y espacios físicos a intereses extranjeros. El control y vigilancia de la pesca en los mares australes cedidos por acuerdo a la Armada británica solo fue la formalización de una situación de hecho que ya se realizaba desde el final de la guerra en 1982. Y la instalación de una base de los EEUU en la provincia del Neuquén para “custodiar” los recursos de “Vaca muerta” consolida los objetivos estratégicos…de Washington.

Para rematar todo esto, se está viendo como el Ministerio de Defensa, además de estar impulsando la opereta de una supuesta búsqueda con el buque estadounidense “Ocean Infinity”,  bajo el argumento de que “no hay plata” reduce las actividades de las tres fuerzas armadas, achicando gastos, frenando compras y lo peor de todo, disolviendo lentamente la operatividad de unidades militares estratégicas en el sur argentino.

martes, 23 de octubre de 2018


EN DEBATE




“VISA MORTAL EN ESTAMBUL”

Cómo la consuetudinaria impunidad para matar parece haber llegado a su límite ¿Habrán consecuencias políticas reales sobre Riad?



Por Dany Smith
Al parecer en algunas ocasiones, tratar de realizar un mero trámite administrativo o pedir refugio en una embajada puede significar un gran error. Esto es lo que pudo verse tras lo ocurrido al periodista saudita Jamal Khashoggi el 2 de octubre último quien tras acudir a la embajada de su país (Arabia Saudita) en Estambul, Turquía, para tramitar una solicitud de matrimonio fue atrapado por un grupo de tareas para, una vez reducido, ser bárbaramente torturado y su cuerpo despedazado. Como colaborador del periódico estadounidense “The Washington post”, Khashoggi se había convertido en un molesto elemento contrario a las políticas del heredero al trono Mohamed Ben Salman quien en el mundo de la criptografía de la inteligencia se lo denomina como MBS.

Los entretelones de la suerte de éste periodista rebelde, son muy confusos y han –una vez más- tocado elípticamente a Washington. Más allá de la histriónica condena pública de Trump por semejante crimen y las bravatas mediáticas de algunos sectores que cambian de posición según la ocasión, lo ocurrido pone sobre el tapete la operatividad de oscuros y viejos socios de la inteligencia estadounidense y en particular la larga historia de relaciones de la CIA con agencias de inteligencia de países con serios antecedentes de violaciones a los derechos humanos.

En este último sentido hay sospechas de que la inteligencia estadounidense estuviera a la saga sobre este operativo y por ello, la supuesta sorpresa expresada por la Casa Blanca solo es una actuación teatral.

Como señalan varios medios alternativos, Trump solo actúa para las cámaras y nada más. No expresa la misma consternación con las masacres y mutilaciones que está llevando adelante el gobierno de Benjamín Netanyahu contra la población palestina y mucho menos con el genocidio que se está llevando a cabo –con su colaboración- en Yemen. Incluso se están viendo manifestaciones frente a la Casa Blanca que delatan estas incoherencias.

El periodista saudí era una piedra en el zapato de Salman ya que además de criticar sus políticas domésticas, machacaba con dureza las consecuencias de la campaña bélica que Arabia Saudita y sus aliados viene llevando adelante desde hace casi tres años contra la soberanía yemenita. También era un reconocido crítico de las brutales  acciones de Israel sobre la población palestina sometida desde comienzos de año a inhumanas  y condenables acciones represivas contra hombres, mujeres y niños palestinos enmarcado todo ello a una escalonada y muy bien planificada política de usurpación de sus terrenos incluyendo a sus viviendas.

Lo ocurrido a Khashoggi fue la típica emboscada de un escuadrón de la muerte compuestos por asesinos y carniceros locales contratados por agencias occidentales, como los que la CIA armo en Nicaragua durante los setentas, en América Latina, Iraq y Libia.  Arabia Saudita no ha sido la excepción y se sabe bien que desde hace décadas mantienen con las mukhabarat sauditas, una aceitada maquinaria de represión. Pero a pesar de la preparación con la que cuentan y el adoctrinamiento que reciben, se excedieron a tal punto que no esperaban ser descubiertos y pensaban hacer desaparecer al periodista argumentando alguna excusa posterior.

Esto a su vez ha complicado al gobierno de Tiyip Erdogan quien al verse acorralado por la comisión de semejante crimen dentro de una embajada en suelo turco, no ha podido apartarse de las consecuencias mediáticas, políticas y diplomáticas que conllevara el descubrimiento de éste operativo secreto de un grupo de tareas extranjero, actuando supuestamente sin su conocimiento frente a las narices del MIT (Inteligencia turca) para concretar un atroz crimen y que para peor, contra un ciudadano de un estado aliado de Washington.

La versión de que el grupo de tareas saudí solo pretendía convencer al Khashoggi de acompañarles a Riad suena a cuento de niños. El relato de una fuente anónima de la mukhabarat ha dejado entrever que “el equipo” al interceptar al periodista dentro de la embajada, lo intimó a que lo acompañaran a lo que aquel se opuso a golpes de puño  y al tratar de gritar le pasaron un lazo por la garganta y le taparon la boca asfixiándolo sin querer para que nadie escuchara sus gritos. Mediante esta versión baladí, Riad trata de explicar la mortal reacción de sus agentes. Pero la versión no explica las grabaciones (incluidas en video) que según se ha dicho, delatan la brutal tortura que se propino al periodista, su asesinato y la desaparición del cuerpo.

Con esto las excusas presentadas por el reino saudita, no logran convencer a la opinión pública mundial y para peor, ha puesto en el centro de la escena a las prácticas de sus agencias de seguridad y la operatividad de sus aliados americanos e incluso israelíes, especialistas en este tipo de tareas.

Pero si esta versión le parece una fábula total, el remate cierra con la sugerencia del reino de que el “equipo de agentes” actuó por su cuenta con el claro objetivo de deshacerse de la responsabilidad política y criminal  de tal hecho. Ahora bien ¿Cuál será el tenor del informe que presentara el Departamento de Estado y el jefe de la CIA sobre este evento?

domingo, 21 de octubre de 2018


EN LA MIRA



“LA VARA DE TRUMP”

A dónde llevara la forma que tiene el presidente de los EEUU para medir a las personas y a los países


Por Charles H. Slim
Si uno observa con atención, verá que las cosas no pueden estar peor. Me refiero a la situación geopolítica de los EEUU, atrapado sin remedio en una espiral descendente de administraciones caóticas y corruptas que han manchado la imagen brillante que alguna vez tuvo y que utilizo como mascaron de pro para su conquista imperial. Con George H. Bush se vislumbró el comienzo de la descomposición política norteamericana, sin lugar a dudas. El viejo zorro de la CIA acostumbrado en sus años de juventud a operar y matar en las sombras, no podía traer otro corolario que más muertes y negociados sucios.

Pero los años y las décadas pasaron sin que hubiera mejoras. La economía se fue acostumbrando a la necesidad de guerras para su crecimiento de la economía doméstica y el zaqueo para mantener de la disponibilidad de fuentes de energía barata. En síntesis, la Unión se volvió adicta a mantener un estilo de vida ampuloso y consumista a costa de los altos negocios sucios.

La era de George W. Bush consagro el ingreso de las empresas privadas de servicios como parte de funcional en el desarrollo de planes geopolíticos en el exterior y ello dio paso a fortalecer cada vez más al componente privado en los asuntos públicos del estado.

Donald Trump es la consagración de todo esto y nadie con un poco de honestidad intelectual puede negarlo. Y aunque muchos traten de argumentar que logro la presidencia por el hartazgo de las políticas belicistas neocon que solo beneficiaban al complejo militar industrial (mientras la economía doméstica se desplomaba), su administración demostró ser tan conservadora como la de sus adversarios que buscan seguir con la agenda de expansión del caos fronteras afuera.

Solo hay una diferencia de perspectivas, nada más. Mientras la era de los Bush y Obama propiciaron el despliegue de guerras en regiones altamente estratégicas con miras a acaparar recursos energéticos y controlar rutas comerciales importantísimas como la de la “seda” en el Medio Oriente, la atomización de Libia y el tráfico por el Mar de la China –disputadas a Rusia y China-, Trump se puso como meta la retracción de sus fuerzas a las fronteras y centrarse en políticas policiales anti migratorias, implicando con ello la necesidad de arrebatar las fuentes laborales a los extranjeros que usualmente las ocupaban con el fin de terminar con el problema endémico de la desocupación.

En ese sentido Trump puede ser considerado un despiadado xenófobo por su cuestionada política de inmigración y todos los epítetos que usted pueda decirle pero nunca podría ser comparado con lo que hubiera significado una presidencia en las manos de Hillary Clinton y su Comité demócrata marxista. Con esta última el país hubiera mantenido la política de la guerra permanente y el plan de generar el caos para dividir al mundo en regiones a gusto de Washington, no hubiera cesado. De haber sucedido esto, “ISIS” no habría sido “vencido” en Iraq y continuaría como el programa secreto de inteligencia militar que en realidad es.

En resumen, como dijo Trump en uno de sus mitin en “Swing West”, los “demócratas crean turbas” para un momento después enfatizar que los “republicanos crean empleos” a modo de un disparo por elevación a los continuos pedidos de juicio político contra su persona. Y no hay que caer en el engaño de las apariencias y creer que los demócratas son los buenos de la película o cosas por el estilo; es Trump con sus políticas de inmigración y ese odioso muro que hizo levantar en la frontera con México lo que sirve de argumento para que la misma Hillary Clinton lance sus dardos contra el mandatario y a su vez, el socialdemócrata Berny Sanders les ataque recíprocamente.

Los comentarios de Trump en ese sentido son inefables y ciertamente desopilantes, llevándolo a ver en la inmigración que fundo e hizo prosperar a su país como la fuente de todos los males de la Unión haciendo señalamientos tales como “muchas de esas personas (migrantes), un porcentaje bastante grande, de esas personas, son delincuentes”.

Su manera de medir a las personas por su origen, religión y hasta forma de pensar como “buenos” o “malos” habla de una personalidad mesiánica que nos recuerda al orate de George W. Bush quien alentado por los evangelistas sionistas proclamaba que tenía una misión sagrada contra el Islam.

Por fortuna Trump no ha demostrado ese tipo de delirios pero, sus impetuosidades han calado hondo dentro de su propia administración.

Es que el mandatario norteamericano no puede con su genio y da rienda suelta a su descontrolada lengua que molesta (y mucho) a varios de sus más cercanos colaboradores del gabinete. No sería de extrañar que la posible salida del jefe del Pentágono James “perro loco” Mattis esté vinculada a estos comportamientos erráticos y caprichosos del mandatario. Ha sido la voz de la conciencia en el aspecto militar tratando de moderar las sandeces que aquél ordenaba o qué incluso llevó adelante contra sus consejos (salida del Tratado nuclear con Irán). Su figura es tan respetada que muchos demócratas lo señalan como un hombre equilibrado y sensato. Según varios analistas, Trump cesara a Mattis tras las elecciones en noviembre o incluso el mismo general se retirara voluntariamente.

Otros no son tan nobles y dejan entrever sus desacuerdos con Trump. 
Cuando se pone a realizar comentarios fuera de lugar o incluso a exponer a la política exterior de EEUU (como fueron sus comentarios sobre “Al Qaeda”, “ISIS” y su relación con la inteligencia”), algunos contienen sus ganas de vomitar. Y sino piense usted ¿Qué cree que le pasa por la mente a tipos como John Bolton o del jefe de la CIA Mike Pompeo cuando mete la pata con alguno de sus ácidos comentarios? No olvide usted que el mismo Trump ha comprobado que existe una resistencia subterránea dentro de su propia administración, ahí mismo bajo sus narices que cuenta con el apoyo mediático de los más conservadores diarios de los EEUU.

Hoy por hoy Trump se preocupa de reforzar a sus aliados republicanos de los estados de la Unión para las próximas elecciones de noviembre. 
Aquellos aún mantienen la esperanza de que el presidente mantenga el caudal de convocatoria que tiene en sus mitins, rezan por que no se corte pero esta vez esperan que sirva para que haya participación en las elecciones. Hay mucho descontento en el público norteamericano y los demócratas de Clinton y Sanders trataran de aprovecharlo señalan muchos allí.