sábado, 7 de octubre de 2023

 

ALBERTO Y EL ABISMO

No solo faltan unas semanas para las elecciones presidenciales, también faltan un par de meses para el final del gobierno de Alberto Fernández ¿Cómo queda el país?

 

Por Pepe Beru

Por estos momentos en la Argentina se vive en una verdadera antología de la incertidumbre y de la estupidez. Tras el último debate televisado entre cinco los candidatos presidenciales, más que arrojar algo de esperanza en la solución de los problemas se advierte en el humor de los argentinos un alto grado de preocupación.

Pero dentro de este marco, hay un gobierno que brilla por su ausencia y en especial su presidente quien remitido a meros actos protocolares de representación, no logra dar señales de consciencia sobre a dónde irá el futuro inmediato de la nación.

El presidente no pareciera advertir que se dirige rumbo a caer en un precipicio y con él, toda la maltrecha institucionalidad que le queda al estado. Es entendible que poco le importe eso, salvo que tenga la seguridad de que no habrán pedidos de cuentas ni investigaciones por tamaños escándalos de una corrupción estratificada y adherida en toda la estructura del estado.

Si lo pensamos, veremos que la impunidad esta garantizada ya que la administración de justicia federal está tan podrida como el sistema político.

No hace falta caer en la repetida y aborrecible costumbre argenta, de pegarle en manada al caído en el suelo. Alberto Fernández es sin dudas el candidato del momento para el punching ball pero no hay que olvidar que, estos mismos periodistas y medios que lo ensalzaron,  son los mismos impresentables que hoy lo crucifican. Para estos exponentes de los medios que siguen creyendo que son los “formadores de opinión” y guardianes de la democracia, solo les cabe una mueca socarrona que grafica su ganado descrédito.

No hay dudas que Alberto Fernández hace rato que no gobierna. Aunque también podríamos preguntarnos ¿Lo hizo en algún momento? Pero ese es un juego que él mismo acepto jugar cuando fue convocado por Cristina Fernández para ser la cara visible de una alternativa que como vimos, no alternaba nada y que solo escondería, la cara de esta señora y de todos los secuaces que se la secundan.

Tampoco a nadie le quedan dudas, de que este lastimero papel de títere de una condenada, pueda ser representado sin la expectativa de una muy y merecida gratificación que no tiene nada que ver con luchar por el interés supremo de la nación ni mucho menos, un sacrificio desinteresado por la patria. Esta última palabra ha sido tan bastardeada y usada en vano que sería tiempo que los argentinos que viven en el estado de queja permanente, pasen a ejecutar el reclamo en nombre de ella.

Se dice que Alberto siempre tuvo una admiración para con el ex presidente Raúl Alfonsín y que una de sus grandes ambiciones era emularlo. Como van las cosas sus deseos se han cumplido con creces y solo le faltaría para completarlo salir antes de su gobierno. Sus logros tendientes a hundir la situación socio-económica y social son tan loables y funestos como los del admirado caudillo radical.

Pero Alberto, desde su muy particular punto de vista, cree ser un estadista que ha debido sortear los obstáculos más complejos y peligrosos que ningún otro de sus colegas tuvo que enfrentar. Dentro de esta visión épica, el presidente cuenta el haber hecho frente a la pandemia de Covid y el inicio de la guerra en Ucrania, dos eventos que según su entendimiento, han impactado de forma directa y negativa sobre la situación del país.

En estas consideraciones entran otras consecuencias como son la pérdida de poder adquisitivo, la devaluación de la moneda, la aceleración de la inflación, el aumento del riesgo país y una creciente migración de jóvenes argentinos a otras latitudes. Igualmente y pese a esto, el Alberto se considera el líder y forjador de un modelo de desarrollo y crecimiento con justicia social que son ejemplo para el mundo.

Si nos tomamos en serio estas perspectivas tan cinematográficas que de sí mismo tiene el Alberto, o incluso alguien que viniera de otro planeta lo escuchara podría pensar que estamos ante un estadista que además de ejercer una formidable administración política y económica, desborda de carácter para conducir a su país en medio de las crisis más terribles e impredecibles como fue esa pandemia prefabricada en laboratorios de quienes ya todos sabemos y una guerra en Europa que aún no ha mostrado su escalada más temible.

Igualmente, el general Alberto abrió su propia guerra sin cuartel contra la inflación donde el enemigo se halla agazapado en los anaqueles y las góndolas de los temibles e inescrupulosos mercados que solo piensan en sus propios beneficios…!Malditos comerciantes y empresarios, los derrotaré!! 

Incluso, si seguimos este hilo argumentativo delirante, la aparición de Sergio Massa un abogado con mil caras y con lealtad para sí mismo, como ministro de economía para intentar controlar una bomba hiperinflacionaria a punto de estallar, sería por obra y gracia de su genio y generosidad política que solo aspira a la grandeza del país. El Alberto no tiene tiempo para esas pequeñeces y deja lugar a este joven y ambicioso funcionario para que se haga cargo.

La grandeza y el olfato de Alberto Fernández no tiene parangón y tan formidable es que tanto Rusia como la OTAN se han perdido tener de su lado a este formidable estratega.

Pero ahora ya fuera del sarcasmo, el Alberto por su papel de obsecuente marioneta de CFK y más que intrascendente gobierno, se ha cargado a lo poco que quedaba del peronismo (que en realidad solo es un sello de goma) y lo peor de todo, su administración multiplico por tres la deuda externa.

Por fortuna y de no haber sido por la enclenque situación geopolítica del país, las promesas huecas del Alberto (como la realizada a Putin) podrían haber agregado una mayor complejidad a la actual realidad de los quejosos argentinos.

  

 

 

jueves, 5 de octubre de 2023

 

GEOPOLITICA PARA MALVINAS

A pesar de la falta de interés y la incompetencia de la partidocracia argentina por atender el asunto de las islas Malvinas, el archipiélago del Atlántico sur y su proyección sobre la Antártida, la causa aún esta por resolverse ¿Cómo podría ser una geopolítica para ese fin?

 

Por Charles H. Slim

Si hay una causa en Argentina que se halla por encima de todas las ideologías, los personalismos y los sectarismos políticos de este país, esa es la causa Malvinas. Desde el regreso a la democracia en 1983, la partidocracia argentina con la UCR al frente trato de aplastar este ideario a tal punto que no hay que olvidar, según dijo la primer Ministro Margaret Thatcher “los argentinos tienen la democracia gracias a nosotros”.

En este sentido, no puede haber nada más repugnante que quienes se benefician de la desgracia como es una derrota, y eso fue lo que usufructuaron el entonces presidente radical Raúl Alfonsín y sus partidarios con su odiosa política desmalvinizadora (https://www.elextremosur.com/nota/36374-desmalvinizacion-una-politica-proimperialista/ ).

En realidad, ni Thatcher ni a los advenedizos de la partidocracia  argentina que llegaron al poder en 1983, pudieron matar el sentimiento que representó la gesta. Eso fue motivo de disgusto para estos ya que ello los minimizaba y les restaba protagonismo ante la sociedad. Es más, Raúl Alfonsín y sus compañeros en ese plan de renuncia, no escatimaron en recursos -más allá de la excusa de la dictadura- por humillar a las FFAA, los ex combatientes y en última instancia el valor patriótico que supuso la recuperación del archipiélago.

Hoy muchos de aquellos personajes ya no están y pocos se acuerdan de ellos, salvo sus partidarios (que dicho sea de paso, no son muchos). Sus predecesores han sido tan tibios como aquellos y hoy la palabra “patria” la usan para adornar sus campañas. Pero la causa Malvinas, sigue allí, viva y a la espera de cursos de acción en las administraciones venideras en Buenos Aires.

Todos y cada uno de los gobiernos de los últimos 40 años, han hecho poco o más bien nada, por elaborar una política para Malvinas y mucho menos, establecer una geopolítica coherente para defender los intereses estratégicos de la nación. Cada uno de esos gobiernos, incluido el actual, no tuvieron la inteligencia, el interés y mucho menos el valor político para establecer una reconstrucción estratégica no solo para integrar a Malvinas, Georgias y las Sandwiches sino para todo el país.

Desde 1983 los argentinos están colonizados por un sistema partidocratico corrupto y venal, funcional al gobierno británico y obviamente, a la docena de familias kelpers que aspiran a una autodeterminación política (https://www.falklands.gov.fk/our-people). Y es que a los políticos argentinos no les conviene remover el asunto y mucho menos crear animadversión en Londres; la estabilidad de sus cargos, de sus bolsillos estarían en juego y la trapisonda negocial de la “democracia” –de las cual los medios también participan- se caería como la escenografía de cartón que es.

Dentro de esa escenografía no olvidemos al Menemismo y su alineamiento automático que los británicos vieron rubricados con los escandalosos Tratados de Madrid I y II, los cuales en su momento deberán ser denunciados (https://www.iri.edu.ar/publicaciones_iri/manual/Malvinas/Madrid%20II.pdf )

Actualmente nos hallamos ante un mundo en pleno cambio. Dentro de este se halla el geopolítico muy bien identificado entre dos grandes tendencias: Los que buscan sostener la moribunda hegemonía angloestadounidense y quienes bregan por nuevas relaciones basadas en el multilateralismo que tiene su impulso desde Oriente. Argentina, o más bien sus políticos han estado saltando de un lado a otro como una veleta sin atreverse a crear fórmulas y tomar sus propias decisiones que den una respuesta nacional a su perpetua crisis existencial ¿Qué confianza puede inspirar un comportamiento semejante?

Los sectores conservadores y anglófilos de esta partidocracia solo han rumiado políticas intrascendentes sobre la soberanía en el Atlántico sur y Londres con ellos, tiene garantías de que no serán molestados por ese tema (Teoría del paraguas). Los de la izquierda simplona y los populistas del Peronismo K no fueron muy diferentes a esos. Todos ellos han creído que metiendo la cabeza bajo tierra, tratando de conquistar a los Kelpers con métodos ridículos o haciendo spots sentimentales, la usurpación del atlántico sur se iba a desvanecer. Francamente, es la prueba de la ineptitud y el amateurismo de una dirigencia que hoy está totalmente desacreditada.

La candidez también es otra cualidad muy notoria en los dirigentes de ayer, también en los actuales y especialmente en los “populistas” del gobierno (calificados erróneamente como nacionalistas) que hablan como revolucionarios pero obran como meros sirvientes de la burocracia establecida. Obviamente, también hay una cooperación pasiva y secreta de sectores anglófilos -en la política, los medios y algunos sectores de la intelectualidad- que siempre estuvieron y estarán para darle una mano desde adentro a los planes del Foreign Office (https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/ar_ea_cem_dbr_03_06.pdf ).

Buenos Aires debe planificar una geopolítica de desarrollo para la explotación de los recursos naturales (desde la cordillera hasta el mar), un desarrollo geográfico-urbanistico y creación de servicios que haga atractiva la actividad en la región y para eso, la industria naval es estratégicamente central a desarrollar. Aceptar este objetivo ya sería un paso político revolucionario que obviamente será mal visto por Londres pero que los argentinos deben defender.

Pero para eso, debe haber condiciones. No puede existir una geopolítica nativa cuando (además de la decisión) no hay desarrollo y capacitación, materiales para el desarrollo físico de una infraestructura y cuando los recursos del estado para su construcción han sido desviados para el obsceno gasto político (no público). Tampoco cuando hay una dependencia en la dirigencia local de las sugerencias y decisiones de actores externos, contrarios a los intereses argentinos en el Atlántico sur  como son Washington (Comando Sur. https://www.southcom.mil/ ) y Londres (con la base de la OTAN en Port Stanley. (https://en.wikipedia.org/wiki/Stanley,_Falkland_Islands ). Con la actual crisis terminal que pasa el país, las inversiones para ello se ven muy dificultosa de canalizar, pero eso puede cambiar con una determinación política futura.

También es central que la administración que se halle en control del estado no se olvide que el país va más allá de Buenos Aires.

Cambiar este patrón de conducta política es primordial para dar inicio a una planificación coherente tendiente a ganar terreno y presencia en el sur y consolidar una autoridad abandonada con las consecuencias que ya hemos visto (Agitación pseudo-indigenista, inseguridad, pesca furtiva y situaciones nada claras como la ocurrida al “ARA San Juan”).

Reactivar un desarrollo portuario en las costas patagónicas y especialmente en Magallanes es parte de eso como paso previo al control, uso y usufructo de los mares australes con proyección a Malvinas y a la Antártida. Reactivar la industria naval en serio y bien planificada y con financiamiento controlado, con socios estratégicos externos como China y apoyada por un estado políticamente sólido, que tenga como política inamovible el desarrollo continuo sin tocar una sola moneda para su destino, es otra de las condiciones no negociables para consolidar una geopolítica sobre las islas del sur.

 

 

miércoles, 4 de octubre de 2023

 

ERASING NAGORNO KARABAKH

After Azerbaijan's aggression and the forced exodus of the Armenian population of Artsakh, where is the United Nations and international law?

 

By Sir Charlattam

After Azerbaijan's surprise attack and assault on the Armenian territory of Nagorno-Karabakh, coupled with the political immobility of the government in Yerevan, it seems clear that the fate of the population in the long-disputed Armenian enclave within Azeri territory is already sealed.

There was nothing to be done. The blitzkrieg by Azeri forces combined with costly and deadly war toys courtesy of the Israeli and Turkish arms industries seems like a very bad irony of fate. It is happening again today, albeit without the dramatic circumstances of the early 20th century, with the expulsion and genocide of the Armenians as carried out by the Ottoman Empire, now a republic under the leadership of a much-discussed leader. 

But on this occasion, the much-discussed performance of Armenian president Nikol Pashinian puts a very dark frame to what is happening. We should rather say what Pashinian did not do. His passivity, while angering the majority of Armenians who watch as the Azeris disarm the Armenian militias of Nagorno-Karabakh and begin a very discreet ethnic cleansing, does not surprise the motives for this immobility.

Pashinian has made a deal with the devil and the ink used was the blood of his own fellow citizens. It is more than clear that Pashinjan has sold his soul to Washington and in addition to turning his back on his own people and forgetting how the West (Anglo-American intelligence services) from an MI6 undercover base in Ankara triggered the war in 2020, he has cooperated with the geopolitical objectives that the White House intends to deploy in Transcaucasia through NATO.

As expected, the White House imposes its performance as if it does not know what it is all about and its characters come on stage to give their best performance. We are used to the cynicism of our governments because, as the tenant of 10 Downing Street, now Rishi Sunak, does, hypocrisy is at a cosmic level.

The Armenians themselves have let the CIA stagecraft employee called USAID Samantha Power know to stop lying. A heated and unexpected moment for the official who went to perform with crocodile tears when it was the State Department, the White House itself and all the CIA's masquerading humanitarian organisations that gave the green light to Baku and cooperated on the ground to refine the clean-up.

It is possible that the bureaucrats in Washington and their British lackeys in the Foreign Office still believe that the Armenians and rather all the inhabitants of Transcaucasia are a bunch of rudimentary and easily duped highlanders who will not realise what the Azeri secret service and its Atlanticist partners are executing at this very moment.

Something similar was the thinking of the neo-conservatives and Zionists of the Bush-Cheney administration when they deployed all that mayhem in Iraq, with which they destroyed Libya and which since 2011 they replicated in Syria with the help of unscrupulous governments led by real criminals who would sell their children if they were accepted into the select club of the EU.

In occupied Iraq the shenanigans of the CIA and their colleagues were able to act out all sorts of bloody deceptions (to justify the Sectarian War) although it did not come free. It was in Syria that they themselves tried to recreate this bloody choreography with those fake Arab jihadists (many of them masked Caucasians) addicted to drugs and alcohol, or the humanitarian aid groups under the mask of “Human Rights Watch” and “White Helmets” both great hoaxes employed in the service of the CIA and MI6. Here their masks fell off and that was thanks to Russia's intervention and that, my friends, is something the Anglo-Americans cannot forgive.

In Armenia, Armenians know very well what the US wants and that is why they will not sit back and not speak out.

But there is something more important. As long as Russia does not leave the region and maintains a line of tolerance towards the activities of the Azeris, it may be possible to prevent the basements in the now dissolved Artsakh from being turned into hidden “Dungeons” of the Azeri state secret service where, under the supervision of the CIA and the MI6 boys, the politicians, security and military officials who served this republic and who have been held by the occupiers are tortured.

lunes, 2 de octubre de 2023

REIVINDICANDO

UNA DOCTRINA

¿Por qué la línea defensiva rusa bautizada “Surovikin” es la demostración del éxito de la doctrina soviética sobre las estrategias de la OTAN?

 

Por Javier B. Dal

Una emboscada contra una formación de vehículos acorazados BTR-80 rusos que por mediados de mayo del 2022 avanzaban a las afueras de Jersón causó la pérdida de varios de ellos y la muerte de casi una docena de hombres ¿Qué había sucedido? Grupos de combatientes ucranianos armados con misiles estadounidenses “Javelin” que se habían filtrado por los huecos que los rusos iban dejando en su avance, propicio que atacaran por la retaguardia.

Situaciones como esa se repitieron a todo lo largo de la extensión en el avance ruso demostrando el error en el que los generales habían incurrido. La doctrina de defensa focal y avance rápido creyendo que las Fuerzas armadas ucranianas no iban a ofrecer mucha resistencia fue lo que propicio esto y el Ministerio de Defensa tomo nota de ello. Cuando quedo claro eso, Vladimir Putin removió a los generales a cargo y puso al frente de las operaciones al experimentado General Següei Surovikin quien tuvo un desempeño destacado en Siria, donde pudo darles un fuerte dolor de cabeza a los grupos “yihadistas” y “kurdos” proxy de Washington.

Había quedado claro que el régimen de Kiev controlaba ideológicamente a lo que quedaba del ejército y además, estaban bajo un completo asesoramiento de militares atlantistas. Ante esto, la solución debía ser radical y el tiempo de contemplaciones se había terminado.

Surovikin debía conformar un plan que además de eliminar al régimen nazi de Kiev con ataques de profundidad sobre puntos de la infraestructura crítica, estableciera una línea defensiva a medida que avanzaban a lo largo de toda la frontera con las repúblicas autonómicas que hoy forman parte inescindible de la de Federación como reconocimiento histórico de la llamada Novorossiya.

Además de evitar las infiltraciones como se vieron en la primera etapa de la Operación, se busca ir alejando a las baterías de artillería ucranianas que desde 2014 han estado atacando sin piedad y la menor contemplación a las poblaciones civiles de Donetsk y Lugansk, hechos que además de las muertes y el terror que durante nueve largos años debieron soportar los pobladores del Donbass, nunca han sido retratados por los medios occidentales.

A la construcción de esa línea de obstáculos y fortificaciones con tres niveles de profundidad se sumo el cambio radical de tácticas de combate volviendo a los principios abandonados de la era soviética que tras la caída de la URSS en 1991 fueron dejados de lado por considerarlos algunos como antiguos, ineficaces y fuera de uso.

Estos juicios negativos sobre las tácticas de combate soviéticas fueron puestas en evidencia tras la guerra del Golfo Pérsico de 1991 y también en 2003, usadas por un ejército iraquí que había adoptado una parte de esa doctrina para hacerle frente a la coalición. Precisamente entre 1990 y 1991, para defender Kuwait y el flanco sur límite con Arabia Saudita, montaron una línea defensiva de tres niveles que retardaría el avance de la Coalición pero que en la práctica terminó siendo un fracaso.

Si no funcionó con los iraquíes no fue porque la doctrina soviética fallara sino más bien, porque falto un factor preponderante para su éxito y ese fue, no tener la superioridad aérea garantizada. Con esto y a pesar de la experiencia de los tanquistas y los infantes iraquíes, no tenían defensa contra los continuos ataques aéreos que apoyaban a los escuadrones de caballería y divisiones de blindados de la Coalición (Como sucedió con la Batalla “73 Este”). Cuando los iraquíes no lograron poner a raya a los aviones de la Coalición, la línea defensiva de trincheras y bunkers bajo la arena que habían colocado en todos los bordes de Kuwait no podía sostenerse y lo más razonable hubiera sido que se retiraran antes del ultimátum.

En Ucrania, los papeles se invierten y los resultados de ello están a la vista. El despliegue de esta línea defensiva ha tenido el éxito esperado precisamente por contar los defensores con la superioridad aérea necesaria para su funcionamiento. Obviamente, el buen trabajo de las unidades de artillería, de la coordinación con las divisiones mecanizadas y de los efectivos rusos que la mantienen operativa complementa el buen funcionamiento de esta defensa. En la última semana los medios europeos han estado publicando la supuesta rotura de esta línea a la altura de Zaporiya, algo que además de no corroborado es operativamente imposible.

Al contrario de esto, expertos y ex militares estadounidenses han reconocido que la llamada contraofensiva cuando menos se ha estancado. Los resultados hablan por sí mismos que se grafican en las denominadas picadoras de carne en Artemovsk, Zaporiya y Rabotino donde las bajas ucranianas se cuentan por miles.

Desde que se dio inicio a la contraofensiva en junio 4, todos los ataques ucranianos fueron eficazmente rechazados con el consiguiente resultado negativo para sus unidades. El adoctrinamiento táctico y estratégico que han estado recibiendo de la OTAN ha sido contraproducente e incluso, los mismos militares ucranianos han fustigado por la calidad de los tanques y piezas de artillería entregados por considerarlos “delicados” y que necesitan muchos cuidados para su funcionamiento. Esos problemas quedaron en evidencia no solo con las bajas reportadas sino también por el abandono en pleno combate de varios de esos tanques. Entre los vehículos acorazados perdidos se han podido hallar muchos camiones y camionetas blindadas con planchas y barras de acero industrial que recordaron mucho a los vehículos que ISIS entre 2014 al 2017 uso en Iraq ¿Casualidad? Tal vez no lo sea ya que tanto el ejército sirio como el iraquí lograron capturar depósitos con varios de estos vehículos blindados cuyas planchas de acero habían sido producidas en Ucrania.

Pero más allá de los vehículos y los recursos empleados por los ucranianos, sus tácticas para tratar de romper esas defensas además de ineficaces fueron repetidamente utilizadas causando grandes pérdidas humanas y un derroche de material. La línea defensiva llamada “Surovikin” que fue tempranamente ridiculizada por los militares británicos, es la aplicación de la concepción que el ejército rojo aplico en la “Gran guerra patria” en la llamada batalla de Kursk contra la Alemania nazi y que hoy en pleno siglo XXI recobra su protagonismo contra enemigos que adscriben a esa ideología. 

domingo, 1 de octubre de 2023

 

CRISIS ENGINEERING

Why do many of the problems that arise in countries have an artificial and deliberate origin? When the crisis is a fabulous business

 

By Sidney Hey

The bursting of the mortgage bubble in 2008, born out of a gigantic systemic scam that caused a great recession, not only ruined thousands of American families but also dragged down all the banks, companies and governments living in the shadow of policies dictated by Washington. It was hoped that the arrival of the Democratic administration with Barak Obama as president would solve this problem. He financially bailed out the banks, the same banks that had manufactured this gigantic swindling bubble.

This puts on the table the evidence that the US government not only serves the establishment but is also a central part of the global problems that it then pretends to solve by offering prescriptions that end up benefiting its own interests.

In the current global economic-financial crisis that Washington and the media conglomerate are trying to pin on Russia for its intervention in Ukraine, the US government's political interference is once again being exposed. The rise in energy, food and especially grain prices was not the result of Russian President Vladimir Putin's designs, nor was it the result of the launch of the Special Military Operation.

On the contrary, and something that the collective Western media is silent about, the price inflation that has complicated the areas of production, transport and food supply globally is the responsibility of the US, and not because of a failure of calculation or carelessness in the management of finances. Quite the contrary. Here, too, there is a deliberate attempt to create the conditions for the US to come to the rescue.

In the course of this sinister game, it is the poorest countries (and those impoverished by its interventions) that suffer from the rising cost of fertilisers, access to grain, not to mention the technological tools needed to maintain their infrastructures.

But this scenario was made possible by Washington's instigation of NATO's involvement in Ukraine, emboldening the Kiev regime and provoking Russia's intervention. As can be sensed, there are no coincidences here, much less a Russian intention to voluntarily jump into an armed conflict.

It was all very well calculated and long in advance. Washington has been waiting for such an opportunity since 1991, which is why it worked tirelessly to create one. The RAND Corporation's report on how to seek to weaken Russia was only a precedent for an idea and a plan long before preconceived by the US neo-conservative elite. Biden is only the (sacrificial) pawn to kick-start this and in that plan, the withdrawal from Afghanistan was the first sign that Washington was planning something long term.

Leaving Afghanistan in a state of collapse was a strategy of controlled chaos to leave an unstable region that over time could affect certain neighbours. At the time, we believed that the target was Iran (which is probably true, only secondarily), but today it is clear that the central interest of this stratagem is fixed on instability in the Caucasus and Transcaucasia, and this is being proven by the catastrophe in Nagorno-Karabakh.

Within this plan, Europe, and more precisely the EU, is used as a development platform for the US, using its useful NATO partners (Poland, Romania and the Baltic states), to extend its dominance over Russia's borders. The price for this subalternity of European politicians is inflation, rising prices and high production costs, partly due to the loss of access to cheap gas from Russia. When Germany realised this (despite US support) and continued supplying Russian gas, Washington simply cut off access by blowing up the Baltic pipelines. There the crisis was consolidated so that Europe became dependent on the US.

But the consequences on the economy and production of European countries do not only stem from events such as the sabotage of the Nord Stream I and II pipelines. The trade and financial sanctions imposed unilaterally by the US against Russia, which have not worked out as expected, are the other leg of the economic cataclysm that is shaking not only Germany but all European countries such as France (which is being expelled from Africa) and, worst of all, all citizens.

This is not the first time that the US and its British partners have played these sinister hunger games. They have done it everywhere and on every scale. Recall how Kissinger, taking advantage of the Arab-Israeli war and the 1973 oil crisis, manipulating the parties, re-boosted US hegemony, battered by the defeat in Vietnam, mainly to unseat two emerging commercial powers like Germany and Japan.

Another example of this was seen when they invaded Iraq in March 2003, the southern city of Basra was impregnable to the British and they were in no mood for carnage. To surrender it, they cut off the drinking water supply and their planes deliberately bombed food stores and shops so that the population would put pressure on the defenders.

With this in mind, why should the Germans or even all Europeans be any different from the poor Iraqis? It's nothing personal, it's business.

Today, it is Europe which, because of the obsession of its political leaders, is under this game of planned impoverishment that provides the US with two major objectives: The subjection of European and EU governments to its “defence” policies under the direction of NATO; as captive customers and obliged to buy from them energy, grain and of course, their technologies that bring monumental profits to US agribusinesses and energy corporations.

This engineering of necessity also extends to poorer countries, especially in regions of the global south such as Africa and Latin America, which seem to have recently become conscious of seeking new and more advantageous alternatives to interrelate along the lines of multipolarity. But until this process is consolidated, they will have to put up with this engineering. To ensure this great trap of manipulation and indebtedness, Washington will give facilities to those who cannot pay, and for this purpose, there are its important geopolitical tools such as the World Bank and the IMF.

That is American democracy, as inconsequential as it is implausible. Of course, Europeans already know this, but more importantly, their politicians and governments have already become aware of this manipulation. It remains to be seen whether they have the courage to cut the chains that imprison them.