sábado, 8 de enero de 2022

 

“CIBERHUMANISMO”

Un paso más hacia el Transhumanismo y un avance que puede tener más desventajas que beneficios para la población global

 

Por Dany Smith

Poco a poco, la ciencia ficción ya se instala como una realidad en la vida cotidiana. Hace unos días salió una pequeña publicación en la que se informaba que dos científicos españoles habían sido invitados a los EEUU para exponer ante el Consejo de Seguridad Nacional (CSN) sus avances en un proyecto de implantación de un chip cerebral que se interconectaría con el internet. El neuro científico Rafael Yuste y el ingeniero Darío Gil dieron una conferencia a mediados de noviembre donde aseguraron que esta tecnología, que descartará a los teléfonos móviles estará disponible en diez años. 

Es posible que para los norteamericanos esto no sea una novedad ya que sus aéreas de investigación militar como DARPA hace tiempo que vienen desarrollando ingenios de nanotecnología con fines poco humanitarios, pero blanquearlo por medio de científicos extranjeros ayudará sin dudas a tapar todo eso. Ya en 2013 se hablaba de un programa denominado SUBNETS (Systems-Based Neurotechnology for Emerging Therapies) un chip cerebral para “monitorear la salud de los veteranos”. Incluso antes de esto, el gobierno de los EEUU ya estaba invirtiendo muchos recursos en el desarrollo de estos “Hardware” que obviamente utilizan un “SoftWare”. Así programas de control mental como MK-ULTRA o similares y el bombardeo psicotrónico quedarán en la prehistoria ya que los candidatos estarán voluntariamente disponibles para su manipulación y formateo.

Para una mayoría en la que se hallan los más jóvenes y los incautos que se tragan lo que venden los medios corporativos, esto es un sueño hecho realidad y seguramente no ven el momento de que esto se pueda implementar de forma masiva. Seguramente serían los primeros en hacer cola para que se lo inserten en sus cerebros. Pero estos mismos entusiastas no han advertido un pequeño detalle: Es el gobierno estadounidense y su área de defensa la que ha quedado muy interesada en esto y que sin dudas ya venían experimentando en secreto.

La experiencia de cómo muchos avances científicos y tecnológicos son aprovechados por la industria militar y de la inteligencia es amplia y aunque ellas han terminado siendo útiles para la vida civil, el interregno con fines dañinos ha sido los suficiente para perfeccionar sus usos y solo termina beneficiando a un solo bando.

Por ejemplo, un niño hoy juega con un Drone manipulando el smartphone de su padre sin saber que ese ingenio nació allá por mediados de los años ochenta, de la mano de los ingenieros israelíes quienes perfeccionaron la tecnología del UAV (Vehículo Aéreo No Tripulado) que usaron para espiar y que modificaron con gran pericia para construir en 1973 los primeros Drones armados que fueron progresando en diseño y letalidad con los cuales asesinaban a jefes políticos y militares palestinos.

Luego esos mismos ingenios fueron trabajados por los norteamericanos quienes para 1990 en la crisis y posterior guerra del Golfo Pérsico de 1991 los pusieron en operaciones desde sus portaaviones sin que la opinión pública estuviera al tanto de su existencia sino recién para la primera década de los 2000 con las masacres que se cometían en Iraq, Yemen y Afganistán.

El internet (desarrollada previamente del intranet militar) fue la gran revolución tecnológica y comunicacional del nuevo siglo que estuvo a punto de derrumbar a los grandes popes informativos de occidente y que al mismo tiempo, le abrió el camino a la interactividad del común de las personas (bloggers) y en especial, la masividad de llegada de los medios de oriente a la opinión pública del occidente convirtiéndose ello, en uno de los grandes problemas para las “democracias liberales” acostumbradas a que la verdad gubernamental fuera discurrida unidireccionalmente por sus (en teoría) indiscutidos, serios y honestos medios audiovisuales.

La exposición de los expertos españoles sobre este nuevo ingenio ante este órgano norteamericano no hace más que despertar las sospechas de sus reales intereses en convocar a estos científicos. No hay que olvidar que el CSN es un organismo administrativo público con objetivos estratégicos en política y seguridad exterior con lo cual va quedando muy claro hacia donde podría ir esto ¿Qué implicancias podría tener esta tecnología en la geopolítica?

La historia contemporánea nos deja muestras claras de que la libertad y la democracia de la que se jactan ciertos estados, especialmente los anglosajones y europeos, son interpretadas de una manera maniquea y contradictoria que se reflejan en sus resultados. Millones de muertes, la miseria de otros centenares de miles y la destrucción de varios países son la prueba de ello.

Precisamente, un ingenio como este en manos de gobiernos liderados con personajes como los Bush y Obama decididos a cazar a los musulmanes bajo el argumento de la lucha contra terrorismo o más actualmente el caso del mandatario francés Emanuel Macron quien (sin dudas) por una cuestión eminentemente electoral está decidido a emmerder les non-vaccinés  “hacer mierda a los antivacunas”, lleva a que reflexionemos las desventajas de dejarse implantar un sensor para estar conectado a internet si no se toma en cuenta que dicho espectro, se halla bajo una constante supervisión y hasta en alguna medida bajo control de las agencias de inteligencia.

Con este invento, el teléfono celular ya no será útil y ello facilitara la tarea a las fuerzas gubernamentales y en particular a las agencias de inteligencia quienes podrán saber de forma indubitable dónde están y que piensan los sujetos díscolos de la sociedad. El sospechoso pasará a ser rápidamente culpable ya que su mente estará intervenida. Adiós a la poca intimidad que hoy existe y las alternativas para los libres pensantes serán nulas.

La conectividad seguramente estará asegurada pero también lo que pienses en línea podrá ser monitoreado e interceptado, evaluado y catalogado como aceptable o no por estos estados de gobiernos grises con políticos volubles que dicen una cosa, en su gestión muestran otra y en la realidad ejecutan otras totalmente diferentes. Las salas de ciberguerra que viven interceptando las redes sociales de todo el globo y realizando operaciones de contra inteligencia ya no serán útiles.

Cuestionar al poder y a la autoridad gubernamental sería muy peligroso bajo semejante esquema de interconectividad. Y sino, razone por un minuto esto ¿Qué cree que podría hacer un gobierno rabioso como el de Macron si su población le cuestionara su política de vacunación forzada a cambio de una explicación sobre el origen del Covid?  Porque no se olvide usted, que nadie ha explicado con certeza de donde salió esto. Quién pregunte demasiado y haga sus investigaciones conectado desde su cerebro será un problema fácil de neutralizar.

O cuestionar las narrativas increíbles e inexplicables como las puestas a rodar por el gobierno estadounidense tras los hechos del 11/S; las inconsistencias y las complicidades detrás de personajes como Osama Bin Ladem (activo de la CIA), del origen del terrorismo de “Al Qaeda” y del “Estado Islámico” y las veladas injerencias de las agencias de inteligencia civiles y militares en su promoción y actuación (CIA, MI-6, Mossad). Antes de que puedan difundir sus conclusiones serán eliminados ya no por un operador de un Drone apretando un botón desde una sala a kilómetros de distancia, sino por una IA (Inteligencia Artificial) desde una consola remota. Sin dudas que simplificaría la tarea de las fuerzas represivas del estado y el disidente quien rápidamente pasará a ser catalogado de terrorista podrá ser eliminado en el acto o quizá y si le conviene al poder de turno, solo ser reeducado jaqueando su interface cerebral ¿No lo cree usted?

jueves, 6 de enero de 2022

 

“UNA RETORICA RETORCIDA”

Las pretensiones de Washington y Bruselas de no detener la expansión de la OTAN han encontrado una decidida resistencia de Rusia que trata de ser vencida con argumentaciones anacrónicas y poco sustanciales. El 10 de enero próximo Moscú planteará a Washington un plan para superar esta situación ¿Será aceptado o Washington y Bruselas trataran de imponerse por la fuerza?


Por Charles H. Slim

Los asesores y material bélico de la OTAN se siguen movilizando a Europa del este y pese a ello, solo hay un silencio sordo desde Naciones Unidas que hace como si allí no sucediera nada. Sobre el papel de las Corporaciones de medios anglosajonas no hace falta algún comentario ya que son la caja de resonancia de la visión de Washington. Eso no puede sino traer malos augurios pero no para solo para la región euroasiática sino incluso, para todo el mundo.

En Kiev, el gobierno del presidente Volodymir Zelensky apuesta a jugar rudo o al menos, a mostrar desde lo discursivo una postura inflexible con Rusia creyendo que Washington y la OTAN estarán para respaldarlo en el terreno ¿Pero eso es real?

Desde una perspectiva política y de cara a la opinión pública, Washington y Bruselas están dispuestos a respaldar a Ucrania en su intensión de volcarse al bloque euro atlantista pero ello no se traduciría en una intervención militar directa y mucho menos, utilizar sus capacidades nucleares como carta de intimidación contra Rusia. Zelensky no debería ser tan cándido y más bien debiera revisar un poco la historia para ver quienes son los que terminan poniendo los muertos por las sugerencias angloestadounidenses.

A estas alturas, los argumentos de La Casa Blanca además de poco creíbles encuentran limitaciones intrínsecas para un relato veraz.  

Y estos límites se encuentran reflejados en situaciones muy concretas: Una inexplicable estrategia para-legal de Washington (apoyada por la ONU) con la cual intervino en otras naciones; problemas entre algunos miembros de la Alianza (que podrían disgregarla) y una superioridad técnico militar rusa ineludible (entre los que se cuentan los misiles hipersónicos) que podría terminar definitivamente con el hegemonismo estadounidense.

Es por ello que sus estrategas y expertos en medios buscan huecos y fisuras en los argumentos políticos discursivos rusos para sostener su preocupación por la expansión de la OTAN y la continuidad de EEUU por penetrar en Eurasia a toda costa. En resumen, sus medios y sus “Think Thank” tratan de demoler la política de multipolaridad que Moscú viene impulsando desde aquellas jornadas en que el entonces presidente de Venezuela Hugo César Chávez Frías contagió con su entusiasmo a un curioso Vladimir Putin en 2006 que recién venía a medio camino de reconstruir la potencialidad político-militar.

Esta multipolaridad que choca con los intereses de la unipolaridad norteamericana, es una verdadera concepción de una geopolítica que realmente respeta la pluralidad de voces y deshace el mando único  que Washington (con un puño de hierro revestido de un guante de seda) ha ejercido con total libertad desde 1990 hasta no hace mucho, casualmente, cuando Rusia en 2014 decidió que no permitiría que el terrorismo de manufactura occidental (ISIS), destruyera al estado sirio y luego pudiera mudar a gusto y conveniencia sus operaciones al Cáucaso y al Asia Central (como lo pretenden con ISIS-K) para establecer el caos contra la Federación rusa.

A partir de entonces, se le puso un límite claro a las movilizaciones de occidente y más allá de que sus medios y sus “tanques de pensamiento” acusen una recurrente falta de memoria para recordar los golpes que recibieron en Siria por la intervención rusa, los jefes militares del Pentágono, sus asesores de inteligencia y los políticos más preclaros del Congreso saben que no hay margen para molestar de frente al Oso ruso. Por el contrario, seguirán con sus golpes bajos y zanjadillas mediante (otras tácticas) la implementación de todo tipo de sanciones comerciales.

Es por ello que la táctica que actualmente están desplegando desde Washington, es la de buscar un consenso en la opinión pública entre sus países aliados y entre aquellos países que se mantienen al margen sobre la necesidad de este avance para protegerles ante un supuesto peligro ruso e incluso, tratando de convertir a los neutrales, en fervientes aliados de la OTAN. En esta lista están Finlandia y Suecia, quienes mantienen con Rusia un extensa frontera y claro, una historia de conflictos y desavenencias que hoy por hoy, los medios anglosajones pretenden explotar para contener a Rusia.

Para la OTAN Finlandia es una barrera estratégica que mantiene una relación con cierta tensión con Rusia. Igualmente y pese a la historia conflictiva entre Helsinki y Moscú, la moderación y el acercamiento ha primado como forma de descomprimir sus relaciones. Pero a pesar de que a los anglosajones les vendría muy bien que estas relaciones se tensaran y entraran en una nebulosa de desconfianzas, los mismos finlandeses y en particular su gobierno, están conscientes de estas intensiones y es por ello que se mantienen alejados de sus cantos de sirena y de las ofertas de “colaboración” provenientes del oeste.

Algo similar sucede con Suecia, quien ha tenido históricas rencillas con Rusia, particularmente en lo que hace al dominio del Mar Báltico, tampoco forma parte de la OTAN pero a diferencia de Finlandia, no ha permanecido muy neutral y en cierta medida coopera con algunos movimientos políticos claramente coordinados desde el Departamento de Estado norteamericano y la ineludible cooperación de Bruselas (como fue el caso de Alexei Navalny).

La retórica anglosajona (EEUU y Gran Bretaña) trata de voltear la realidad en el terreno mediante argumentos retorcidos y claramente sacados de contexto. A la cabeza de esta tarea están (como no podía ser de otra manera) los medios corporativos y sus desinformadores prime time que no dudan en seguir sosteniendo bulos como el “Russia-Gate” o cambiar el significado de las palabras acorde y conveniencia de La Casa Blanca. Uno de los argumentos más graciosos que repetidamente surgen de medios como CNN es la supuesta ambición internacionalista de Rusia como tratando de hacer creer, que Vladimir Putin pretende revivir a la URSS. Tan inverosímil y desatendibles son estos argumentos que ni los mismos politólogos de casa, se ocupan por desmentirlos pero aun así, son vertidos para el consumo de la opinión pública.

EEUU y sus vasallos europeos pretenden seguir expandiendo su influencia político-militar mediante la OTAN y al mismo tiempo, pretenden que Rusia lo acepte. Cualquiera puede ver que aceptar semejante pretensión es como dejar que un verdugo te pase una soga por el cuello para luego (y cuando lo crea conveniente) patear el banquillo donde estás parado. Así es como si dudas lo ve el presidente ruso Vladimir Putin quien está determinado a que esto se detenga.

La narrativa anglosajona para justificar su apetito expansivo es claramente artificiosa y solo busca en la opinión pública un fin efectista, que nos retrotrae a las viejas épocas de la guerra fría con historias y trascendidos oscuros de esa rancia propaganda anticomunista que pintaban a los rusos como demonios ateos. En resumen de cuentas, esta se centra en la reedición de la propaganda “macartista” de la décadas de los cincuenta y sesentas (1950/1960) ayornada a las actuales circunstancias en las que ni el Comunismo soviético existe ni las ambiciones de reeditarlo son políticamente viables.

Pero en realidad y ello no hay que perder de vista, es que Rusia y todo Oriente está bajo un asedio anglosajón que pretende anexar más estados para que se conviertan en sus vasallos y como tales, alojen en sus territorios bases militares y silos de misiles nucleares que apunten a Rusia y China y eso es algo que Moscú (y claramente China) ya ha dejado en claro que no tolerara. 

Ante esto, las opciones para Washington y sus socios se reducen a dos posibilidades: O aceptan el mapa que Moscú le propone en el cual los norteamericanos y la OTAN retiran sus fuerzas (incluyendo sus misiles) de estados títeres como Polonia, Hungría y Ucrania a Europa occidental o se arriesgan a quedar involucrados en un posible escenario de potencial conflicto con una escalada progresiva convencional con posibles implicancias nucleares ¿Quién tendrá los nervios para soportar esta tensión?, ¿Será Biden o Putin?

domingo, 2 de enero de 2022

 

“ISRAEL BEHIND”

Si el mundo debe regirse por reglas ¿Por qué no se aplican a un estado agresor, con ambiciones colonialistas y que vive violando los derechos humanos? No puede haber tales reglas sin una aplicación igualitaria

 

Por Dany Smith & Yossi Tevi

El capítulo VII de la Carta Orgánica de Naciones Unidas, en su artículo 39 prescribe: El Consejo de Seguridad determinará la existencia de toda amenaza a la paz, quebrantamiento de la paz o acto de agresión y hará recomendaciones o decidirá que medidas serán tomadas de conformidad con los Artículos 41 y 42 para mantener o restablecer 1a paz y la seguridad internacional. Aquí se define con claridad lo que significa un acto de agresión.

El prefacio es a cuento de los ataques aéreos llevados a cabo entre el 7 de diciembre y la madrugada del 28 de diciembre por Israel contra el puerto sirio de Latakia. Para los sirios es otro episodio artero de un enemigo que siempre se halla agazapado para golpear. Aún se sienten las consecuencias de lo ocurrido en el puerto de Beirut en agosto 2020 y en lo cual, nadie en el Líbano se cree que Tel Aviv se encuentre ajeno a ello.

Pero más allá de los daños causados en las instalaciones portuarias de Latakia y en los almacenes donde se guardaban alimentos, toneles de aceite para motores y otros implementos mecánicos, el acto puede interpretarse de dos formas: Una como un acto de agresión condenable y previsto en la Carta de la ONU y otra como una demostración de impotencia y desesperación en la elite política del ente sionista.

Al parecer los israelíes no se ven impedidos por la cepa de “Omicron” para movilizarse y causar daño.

Desde el ángulo de la agresión que es, no hay lugar para medias interpretaciones ni argumentos que puedan justificar esta nueva acción israelí. Incluso las autoridades sirias habrían detenido a una red de espías que se hallaba en la localidad siria y por medio de la cual se habrían coordinado los ataques. Nada que los sirios desconozcan de su enemigo más enconado. La saña de Israel por tratar de destruir a la república árabe ha ido demasiado lejos y como lo ha demostrado en lo que lleva de historia como ente político, no le importan los medios para conseguir sus fines.

Su naturaleza agresiva y prepotente se corrobora en la ocupación colonial de Palestina que a pesar de la multimillonaria inversión que Tel Aviv realiza en relaciones públicas y propaganda (apoyada especialmente desde EEUU), no pueden tapar la entidad y variedad de las múltiples violaciones a los derechos humanos que se llevan adelante contra la población palestina, contra los estados vecinos árabes laicos y con veladas injerencias (junto a sus colegas de la CIA) en la península arábiga (Yemen) y en la violencia que sacude el Cuerno de África (en especial en Sudán).

Sabemos bien que mientras se impulsan estas bestialidades, ONG s financiadas por organizaciones sionistas con ancla en el continente americano y Europa occidental (pantallas del Mossad), donan dinero, prestan ayuda humanitaria y otras dádivas a los refugiados árabes-islámicos que fueron obligados a huir por las bombas, la persecución y la violencia creada por los estadounidenses e Israel. Que mejor demostración del significado de perfidia y sadismo, que jugar psicológicamente con las víctimas.

A Israel le importa tanto su política de relaciones públicas como su capacidad militar ya que hace de la primera, una táctica más de la segunda. Pero hoy por hoy, con la conducción política de un criminal como el primer ministro Naftaly Bennett quien no tuvo reparos en reconocer públicamente que “matar árabes no trae consecuencias”, cualquier política de relaciones públicas (por más costosa que ella sea) poco servirá para tapar la basura que produce su mandato.

Lamentablemente, los israelíes de buena voluntad caen en la misma bolsa de embusteros que autodenominados “sionistas liberales”, impostan una preocupación falsa por la agresividad de Tel Aviv. Solo se trata del viejo juego del “Good Cop and Bad Cop”, nada más.

Esto es muy importante de señalar ya que, desde no hace mucho se suele escuchar a varios informadores y periodistas pro-israelies, algunos de ellos empleados en los medios estadounidenses una actuada preocupación por los musulmanes “Huigur” en China o por los refugiados afganos (quienes también son musulmanes), pero en la vida jamás se les escuchó una palabra por las calamidades a las que fueron sometidos los iraquíes, los sirios o por las aberraciones de los detenidos sin juicio en antros como Guantánamo. Solo son meras actuaciones y jamás se les pasaría por la cabeza mostrar un ápice de la misma indignación por el sufrimiento de los musulmanes palestinos ¿Qué es eso? Simplemente la prueba de una farsa hipócrita que responde a un interés geopolítico que baja de la Casa Blanca y que al mismo tiempo no molesta a Israel.

Ciertamente que lo que sucede en Palestina es gravísimo y para muchos como es mi caso, intolerable. Pero a pesar del maquillaje que los medios occidentales untan sobre las acciones del estado de Israel y la descarada complicidad de la Asamblea General de Naciones Unidas (AGNU), los pueblos del mundo árabe-islámico y todo el oriente están muy al tanto de cuál es la verdadera visión de lo que la población palestina debe soportar. A contramano de esto, están muchos gobiernos en especial las monarquías árabes del Golfo quienes han normalizado sus relaciones con Israel priorizando los negocios por sobre el inenarrable sufrimiento de la población palestina.

Por el contrario, quienes siguen apoyando a Palestina sufren agresiones y el constante asedio como le sucede a Siria, Yemen y a Irán y como el que sufrieron de forma indescriptible Iraq y Libia.  El último ataque a las instalaciones portuarias sirias son la demostración de esto y ello debería ser condenado directamente y sin titubeos por Naciones Unidas, como lo harían de forma presurosa y sin contemplaciones con cualquier otro estado que actuara de semejante forma. Si no se produce una renovación en este organismo el poco crédito del que goza, promete un mundo más inseguro y caótico. Tal vez sea esto lo que buscan Tel Aviv y Washington.