viernes, 8 de julio de 2022

 

 

“!CUENTALA AL REVES SAM¡”

¿Por qué la geopolítica anglosajona de los últimos treinta años es una gran película de ficción?


Por Charles H. Slim

Haciendo una especie de paráfrasis deformada que los viejos cinéfilos entenderán (de la película Casa Blanca) veremos cómo Occidente (EEUU, Reino Unido y la UE) bajo un entendimiento muy particular han tratado de contar la historia desde el final de la segunda guerra mundial en 1945 y en especial la de los últimos treinta años hasta el presente. 

Esta visión comienza con el relato que a grandes rasgos se presenta como el triunfo de la democracia sobre el totalitarismo del eje nazi fascista. Así lo han contado desde entonces pero nunca se puso en el mismo escalón del sacrificio y valor en ese triunfo a la Unión Soviética y a Rusia en particular. Esto pudo haberse explicado por el inmediato entuerto surgido entre el mundo anglosajón y la URSS que dio inicio a la llamada Guerra Fría pero después de 1990 con la caída del Muro de Berlín ya no había excusas para esa parcialidad.

Pero tan pronto como se desmantelo el “peligro comunista” (supuesto polo del caos) occidente con EEUU a la cabeza comenzó a mostrar su verdadero rostro y actuó en consecuencia. Su monstruosa maquinaria militar y extensa red de espías necesitaban urgente un enemigo para justificar su costosa supervivencia y por supuesto la de su extensión europea, la OTAN.

En la versión occidental la CIA desmorono a la URSS y llevo la democracia, pero eso no fue así. La URSS si se desmorono pero no porque Washington buscara la democracia y todos esos cuentos de hadas. La penetración de los usureros de Wall Street en 1990 quienes supuestamente asesorarían al Kremlin, combinados con los oligarcas rusos (varios de ellos ruso-israelíes) llevaron a la Rusia post soviética a la ruina y el caos y así quisieron mantenerla hasta que sus planes fracasaron y dejaron como testigo de eso un Boris Yeltsín sin poder alguno.

La llegada de Vladimir Putin al Kremlin cambió las reglas de juego espantando a los especuladores yanquis y poniendo en caja a los oligarcas locales. Esto reactivó las operaciones de occidente que en realidad nunca se detuvieron, solo se habían recortado.

Lo que hoy estamos viendo en Ucrania es el resultado de aquella dinámica. Una concatenación de acciones que fueron planificadas a mediados de los ochentas y que traicionando las palabras de funcionarios como el entonces Secretario de Estado James Baker, su colega británico Douglas Hurd y el canciller alemán Helmut Khol e impulsadas desde Washington fueron minando poco a poco la estabilidad geopolítica de regiones de alta importancia estratégica aprovechando la desaparición de la influencia soviética. Así y como hito que inauguró este movimiento la administración de George H. Bush metió la uña en Oriente Medio con su intervención en el diferendo entre Kuwait e Iraq (por el robo de petróleo en Al Rumaillah) que -instigaciones de la CIA mediante- terminó en una invasión que justificó -con la escandalosa gestión de la ONU- una calamitosa guerra que en último sentido le abrió a los EEUU las puertas de Asia.

La versión para la opinión pública fue simplona y efectista como un libreto de películas de Hollywood que aunque eficaz no convenció a muchos y a partir de allí los cuestionamientos fueron en aumento. 

El inicio se dio contra el mundo árabe-islámico y así siguió de forma escalonada hasta entrado el nuevo milenio (con las invasiones sobre Afganistán e Iraq) y gran parte del “lobbie” que instigó e impulso ello fue la influencia de los grupos de presión sionista estadounidense en el Congreso y obviamente, de Israel que se benefició con esas guerras sin comprometer a sus fuerzas.

No hay que olvidar que ello sirvió para anunciar un Nuevo Orden Mundial (NWO) que estaría bajo la regla del unilateralismo estadounidense. A partir de allí una nueva generación de neoconservadores partidarios del pensamiento de Leo Strauss comenzaran a trabajar sobre la base del intervencionismo militar directo para deshacer cualquier posible amenaza a la hegemonía estadounidense.

Desde entonces y con mayor intensidad, la UE se fue volviendo un ente subordinado a la política de Washington. Salvo algunas individualidades, la UE acompañó (y sigue acompañando) cada una de las aventuras intervencionistas que además del caos en los países intervenidos, trajeron inestabilidad y problemas para los mismos europeos. 

La versión angloestadounidense nunca refleja las consecuencias de esto. Así las muertes, los heridos, la miseria y las crisis migratorias creadas por estas acciones quedan relegados de su relato. Anteponiendo sus excusas como “la democracia y la libertad” en 1991, “la limpieza étnica” en 1999, “la lucha contra el terrorismo” en 2001, “las armas de destrucción masiva” en 2003, la “primavera árabe” -que sirvió para zaquear los depósitos de oro en Libia- en 2011 Washington y sus aliados, justifican de algún modo estas arbitrariedades contra la ley internacional.

Detrás de estas pantomimas discursivas fueron entretejiendo una telaraña de bases militares (y otras instalaciones secretas de la CIA) que lejos están de perseguir la seguridad y la estabilidad. El hallazgo de más de 30 laboratorios de guerra biológica en Ucrania es parte de todo esto y que se suman a muchos otros laboratorios instalados en países con administraciones corruptas como Georgia ¿Qué es lo que Washington o la corporación de medios ha dicho al respecto?

Una de las últimas cuestiones que ha sido deformada por los medios occidentales es sin dudas la situación de la pandemia de Covid en la cual trataron desde el inicio culpar a un murciélago o a un pangolín chino de un mercado en Wuhan sin decir jamás que en esas mismas fechas, se habían desarrollado unas olimpiadas de Fuerzas Armadas en la misma localidad china donde casualmente concurrieron efectivos estadounidenses quienes (curiosamente) habían revestido en “Fort Detrick”, Maryland que fue súbitamente cerrado en junio de 2019 por un “brote desconocido” que enfermó a todo su personal. La administración Trump nunca aclaró esto y tampoco las inconsistencias que revelaron algunos de funcionarios destacados en China. Esos pequeños grandes detalles pasaron de largo para el conglomerado de medios obviamente para evitar que el lector estableciera su relación y una conclusión critica.

Detrás de cada uno de esos pomposos rótulos y estrambóticas excusas, matizadas con imágenes y coloridos banners de CNN, que enmascaraban los planes gubernamentales dirigidos por los neocon, se movían suculentos presupuestos para pagar multimillonarios negocios privados que iban desde -además del petróleo y el gas- contratos de provisión de las armas más sofisticadas hasta el pago de contratos a simples proveedores de clavos. Se trato básicamente de un negocio (y ciertamente muy sucio) y decirlo así en la historia es algo nada conveniente.

De más está decir que basarse en la Wikipedia como fuente confiable de lo que realmente ha venido sucediendo a lo largo de estos años, es un error ya que es sabido como se manipulan los contenidos.

Pero a pesar de los relatos mediáticos de la tentacular Corporación de medios (levantada por sus subsidiarias en Argentina) que trataron de plasmar una historia que justificara cada uno de estos momentos, la suciedad fue poco a poco quedando expuesta y hoy aunque se pretenda imponer a base de cancinas repeticiones falsedades tales como “la revolución siria”, “la muerte de Bin Ladem en 2011”, “EEUU fue quien derroto al Estado Islámico” o la que últimamente en el marco de lo que sucede en Ucrania -donde Washington y Londres apoyan a un régimen neonazi- se escucha decir que “la OTAN es una organización meramente defensiva”, la información y las pruebas que demuestran en cada uno de estos casos, todo lo contrario están al alcance de quienes tengan la curiosidad de enterarse y cotejarlas con los relatos oficiales del poder.

Ciertamente que esto se ha vuelto más difícil ya que las agencias de inteligencia angloestadounidenses y aliadas (Five-Eyes) como las israelíes han pasado de vigilar y escudriñar ilegalmente las rutas informativas de fuentes alternativas (incluidos a funcionarios europeos) a directamente intoxicar u obstaculizar el acceso y difusión mediante diferentes formas de censura posibles de implementar por los avances en el campo de la ciberguerra y virus informáticos.

Igualmente y por fortuna, esto también ya no es un secreto por lo cual seguir manteniendo mentiras y falsos relatos se vuelve cada día más difícil de sostener.

domingo, 3 de julio de 2022

 

“TIME FOR BOREXIT?”

Bad news from Ukraine adds to Boris Johnson's abysmal management Has the time come to prepare for Boris's exit?

By Sir Charlattam

You don't have to travel to Ukraine to see that the help Boris Johnson has sent to the NATO comedian in Kiev has been to no avail. The problem with this mess is that the country is in no position to squander resources on black holes. Millions of pounds worth of arms have evaporated and now ordinary Britons are finding out that it was all for nothing, for God's sake!

The economy has entered a critical cycle and all this for blindly following the White House mandates like a lapdog with blind obsequiousness and lack of foresight. Where did the Brexit ambition to recapture the old glories of empire go? Indeed, many point to Brexit as part of the calamity that cannot be ignored by its supporters. We have never stopped playing second fiddle and with Boris monkey cheeks we have reaffirmed that sad role.

Inflation, unemployment and social precariousness are growing, but the Crown's resources are being wasted on the warmongering adventures of an organisation that has no future. What was unleashed in Ukraine was the consequence of the unfulfilled word in 1990 and the constant blunders of the White House that ended with the Maidan coup of 2014 and from there, a policy of cleansing against the Russian-speaking population of Donbass that accumulated thousands of dead civilians.

Because nothing happened and believing that by hanging on to Biden's trousers, embarking for eight years on intrigues and operations to influence Kiev against Russia, Cameron, May and Johnson believed that we would be protected under Washington's wing. Even sympathising with the Brussels bureaucrats with Ursula von der Leyen at their head the British are mired in a slippery bog. Now reality has smacked us in the face. The economy has entered a deep crisis so severe that it has not been seen since 1970 when Conservative Prime Minister Eduard Heath endured one of the harshest mining strikes the island can remember.

People's confidence has plummeted and this is reflected in the recession the UK is entering. And to some extent it is not all Johnson's fault. We had been in economic distress since 2008, which put us alongside the worst in the European Union like Italy. The pandemic was a hammer blow to business and the crazy push for sanctions ordered from Washington against Russia was not a good idea and has come back like a boomerang and knocked down our economy and production with no prospect of lifting the situation. This has led me to think and analyse whether the Johnson administration is not up to more serious stupidity.

We know that the US became the economic power it was until the 1990s thanks to wars -taking out the arms business- and the destruction they created. First it invented an excuse, inflated it in the media, hit you, wiped out a country and then helped it through "humanitarian loans", a round business they have been using since the end of the second great war with the Marshall Plan. That is why many governments today are already aware of this diabolical engineering and simply say to Washington “thanks, but you'd better not help me”.

But Volodymyr Zelensky and his gang don't care about this precedent and we see that with the voracity with which they consume the billions of US dollars that Joe Biden's administration spends to win a war that has already been lost, so what's the deal?

Americans have been prolific in using smokescreens to cover up domestic problems. George H. Bush in 1989, worried about the ambitions of his old partner from his CIA days, Manuel Noriega, invaded Panama and took him out of circulation. Bill Clinton, overwhelmed by the Lewinsky internship scandal that endangered his political career, ordered the bombing of a milk factory in a poor African country, painting it as a coup against terrorism. And we could go on and on with Biden himself.

It's just speculation but, I have thought that maybe and just maybe, monkey cheeks Johnson is trying to play the same cards as "Uncle Sam" and seek to boost his sagging political image and the country's industrial output with a direct war with Russia. It sounds crazy, but we have a lunatic prime minister. My fears are based on the Churcilian delusions of Johnson and Co., the troop mobilisations to the Baltic states, and on the statements of the new General Sir Patrick Sanders in charge of the British Armed Forces which, if I understand correctly, presume a return to the past by haranguing the troops as in 1937 in the time of Stalin; frankly insane.

This also reveals that the propaganda and the battery of dirty tricks that the intelligence agencies, including the “Five Eyes” set in motion in recent months have failed and have realised that the calculations and prognoses about the sustainability and professionalism of the Russian army on the battlefield were either a mistake or left as a task for the BBC's chatterboxes.

I think the UK has too many problems for its prime minister to be playing Churchill walking the streets of Central Europe with representatives of far-right regimes in the guise of democratic liberators who promise nothing but more war.