viernes, 28 de abril de 2017

EN LA MIRA





“FRANCIA SE ALINEA POR LA DERECHA?”

Es verdad que puede ganar la ultraderecha francesa o se trata de una cortina de humo de los medios del establishment?




Por Charles H. Slim
Luego de una acérrima campaña electoral y celebradas las elecciones éste 23 de abril último, el pueblo francés parece haber dado un mensaje alto y claro a los círculos elitistas de la vieja política bipartidista y reciclable de los “Guallistas” y los “Socialistas” que como se ha visto en los últimos ocho años a esta parte, comparten el mismo interés neocolonialista que revivió aquel denominado “Chauvinismo” autóctono puesto a rodar en estos últimos siete años junto a sus colegas británicos y norteamericanos sobre los territorios árabes del norte de África y el Medio Oriente.

A pesar del atentado cometido tres días antes en pleno centro de París y que para muchos despertó las sospechas de ser una acción deliberada y destinada a influir en el electorado francés, los resultados ya se han computado y hay dos contendores para definir en última vuelta.

Quedaron para la segunda vuelta Marine Le Pen, representante de la derecha francesa con el Frente Nacional y el influyente empresario y ex banquero de las empresas Rothschild &Cie Emmanuel Macron, quien además de ser el seguro posible mandatario goza de las simpatías de los principales empresarios y corporaciones galas, algo que ha despertado la inquietud en amplio sector de la población.  Esta polaridad ha empezado a ser explotada por los viejos partidos que han sido relegados de la escena, señalando que esta segunda vuelta puede ser la elección en el menos malo.

Se trata de una argucia maliciosa que está especialmente dirigida a impedir que Marine Le Pen logre ser elegida. Apelando a la palabra ”fascismo” y una supuesta tendencia de que Francia llegue a ser gobernada por la “ultraderecha”, los sectores socialistas y autodenominados progresistas con  Francois Hollande entre los personajes más destacados solo se encargan de como dice el dicho “ven la paja en ojo ajeno sin ver la viga en el suyo”.

Solo basta un poco de memoria para ver qué tipo de socialismo han representado tipos como Hollande y su gabinete.  Mayor control policial y estigmatización sobre las capas más pobres de la ciudadanía francesa, especialmente compuesta por la inmigración turca y árabe tan útil (al momento de encontrar chivos expiatorios) para endilgarle los males sociales y la amenazas que el propio gobierno ha creado. Estos relegados de la Société decénte son la materia prima para la propaganda racista de los sectores conservadores y filosionistas que anidan tanto en los estratos del intelectualismo como dentro de las filas del estado francés.

Tan siniestros como son los maquinadores “necon” y sus aliados políticos en EEUU, los socialistas franceses no han dejado dudas de que muy poco pueden envidiarles a esos “halcones” norteamericanos ya que sus obras reflejan muy pocos escrúpulos al momento de avasallar la soberanía de otros países y pasar por encima de la ley internacional.

Recordemos sino lo que significó para Francia, para las poblaciones del norte de África –especialmente con Libia- y la paz en Medio Oriente, las políticas del aparente centrista Nicolás Sarcozi y ni hablemos de la agresividad con que se manejo la administración socialista de Hollande que muy poco de fraternal tuvo (uno de los principios del PS), con su apegada política de seguimiento a los lineamientos de la geopolítica estadounidense que siguiendo a sus segundones británicos, hicieron todo lo posible por tratar de derrocar al gobierno sirio. 

O que decir de las imposiciones mediáticas –salidas de un eslogan de Hollande- que tras ese extraño (y no revelado aún) ataque a la revisa Charlie Hebdo, hizo meter en la cárcel a quien no compartiera aquel eslogan engañoso “Yo soy Charlie Hebdo” que fue tan bien aprovechado por Benjamín Netanyahu y sus partidarios franceses. 

Con todo esto ¿qué podría significar que Marine Le Pen llegue a ser la mandataria de Francia?  Precisamente, la propaganda de estos sectores asustan a la opinión pública hablando de la posible ascensión de la “ultraderecha” y el “fascismo” pero ¿Eso es cierto? Tal como señalan algunos periodistas, se trata de un nuevo engaño para hacerles creer que Macron será la continuidad de Sarcozi y Hollande tratando de dejar un meta mensaje en la mente de los ciudadanos franceses que más o menos sugiere que más vale “malo conocido que bueno por conocer”.  Macron es un independiente con muy acusados rasgos de ser un liberal globalista como lo son los Clinton y en especial Hillary Clinton y es por ello que seguramente y con el apoyo de los sectores financieros del país, especialmente los sionistas, lograra ser el nuevo presidente francés.

Pero las esperanzas de éstos globalistas disfrazados de socialistas y centristas, se ven peligrar con el acercamiento en los votos de la ciudadanía al proyecto nacional impulsado por Marine Le Pen, que entre otras promesas, acabaría con las detestables aventuras neocoloniales que, pese a los millonarios negocios que se hicieron con ellas, han vuelto mucho más inseguro al país.

Lo que realmente espanta a los socialdemócratas franceses y estos insípidos socialistas es, que la candidata del Frente Nacional cuenta con las simpatías de  Rusia y eso a su vez no solo es algo que molesta a los sectores conservadores y filosionistas galos sino que, retuerce de preocupación a los neocon y al estado profundo norteamericano. Si Le Pen llegara a la presidencia y comenzara a tomar alguna de las medidas que ha prometido en su campaña como es la de cortar los lazos del extremismo islámico ligado a la “Hermandad Musulmana” que se entrelazan con las inescrupulosas políticas sucias que habían venido llevando a cabo tanto Sarcozi como Hollande, muchos negocios muy lucrativos y sucios corren peligro de no concretarse.

Macron además de contar con el respaldo de Angela Merkel, goza del apoyo de los más importantes empresarios de medios franceses quienes a su vez mantienen fabulosos negocios con la UE, algo de lo cual e mismo Macron no ha desmentido. 

Pero está participación de la Unión Europea en la elección de quién deberá gobernar Francia ha estado rodeada de maniobras que cuando menos podrían catalogarse de sucias. Por ejemplo al candidato de “Los Republicanos” Francois Fillon, tras sembrar mediáticamente todo tipo de versiones sobre su vida íntima, se le abrieron investigaciones judiciales y policiales por rumores que enturbiaron su imagen.

Una maniobra similar se orquesto contra Marine Le Pen y su partido, al cual incluso las autoridades francesas le allanaron sus oficinas por supuestas malversaciones de dinero que habrían afectado a la Comisión Europea. Lo cierto es que, pese a todo esto y de las claras operaciones sucias, Le Pen le toca los talones a Macron quien de no haber sido ayudado por estas maniobras, nadie hubiera sabido de él.  Entonces ¿Francia se alineara a la derecha?



martes, 25 de abril de 2017

EN DEBATE

                             


“PRIMAVERA LATINA”

El derrumbe de los gobiernos progresistas en la región y la actual situación de caos en Venezuela ¿Revela un plan bien trazado de Washington?




Por Charles H. Slim
Lo que muchos vaticinaban hace unos años atrás y que fue menospreciado por los llamados “politólogos” nacionales, comienza a mostrar sus primeras señales de lo que Washington y Londres han venido preparando para toda la región. Más allá de la distancia y de los intereses particulares que occidente persiguió para el norte de África y el Medio Oriente con el montaje de la llamada Primavera árabe en 2010, queda claro que se trata de una estrategia reutilizable y aplicable a otras regiones adaptadas a las idiosincrasias latinoamericanas. Nada ocurre por casualidad se suele decir muy seguido y en política ello es una regla de hierro que no se puede ignorar. La primera etapa de estos planes ha sido cumplida y hoy estamos siendo testigos de la segunda fase, que no es ni más ni menos que la limpieza de la primera.

Tras una década y media de surgimiento de gobiernos “progresistas” en América Latina hoy podemos ver como quedan tan solo los restos humeantes de aquellas pantomimas políticas que sin lugar a dudas y salvo honrosas excepciones, fueron escenografías de cartón aprovechadas por bribones de poca monta que llegaron al poder para hacerse de cuanto podían guardar en sus bolsas. En ésta última categoría encaja el gobierno de los Kirchner, que además de corrupto, demostró ser ideológicamente indefinido.

Como bien señalaba, la primera etapa de los planes de Washington se cumplió con la instalación de gobiernos con tendencias izquierdistas ocupando el mapa de casi toda América Latina. Fue un “dejar hacer” bien calculado que lejos estaba de la ineptitud o el desinterés de las pasadas administraciones de Bush y Obama. Para los planificadores y los “Think Tanks” era necesario dejar que las semillas del populismo crecieran sin ningún tipo de interferencias e incluso si era necesario, había que regarlas.

Egipto, 2010

Se trata de una gimnasia política común para Washington que va variando de acuerdo a las circunstancias geopolíticas imperantes en el mundo. Recordemos sino como cuando en medio de la “guerra fría”, EEUU bendijo y apoyo los gobiernos militares los cuales a su vez y cuando las circunstancias geopolíticas, económicas y financieras lo ameritaban, abandonaron por mediados de los ochentas a estos colaboradores y fomentaron la  “democracia” como nueva estrategia para arrinconar los vestigios de un comunismo que desaparecería a comienzos de los noventas.

En Washington sabían que esos gobiernos civiles que se floreaban con la palabra democracia eran absolutamente insípidos y carentes de vocación por implementar crecimientos propios y estratégicos que pudieran amenazar a la Unión. Pero eso no era lo que motivo el dejar hacer y dejar pasar de estos, sino que gracias a las administraciones corruptas y partidocraticas que se erigieron a partir de entonces, darían el combustible para la degradación de las instituciones de cada país, en especial sus fuerzas políticas y militares, volviéndolas más dependientes de las sugerencias e intervenciones voluntarias de tecnócratas y asesores estadounidenses.

Es la vieja y breve fórmula del éxito, “crear el problema, dejar que progrese y ofrecer la solución”. Así es como ha trabajado –y continua trabajando- Washington indistintamente de las administraciones que han pasado por la Casa Blanca. Aunque ello parezca una simpleza, se trata de una compleja trama de planificación que involucra a varias agencias federales, especialistas y “pensadores” que entre otras cosas deben prever como evolucionaran las situaciones a las diversas fórmulas que empleen contra ciertas situaciones y países en particular.

Una de las funciones de estos “caucus” es la creación de “ideologías” que subviertan el orden instituido de los países que desean dominar. Para ello, no se requieren de objetivos altruistas o apoyarse en minorías políticas y/o religiosas presuntamente oprimidas por el gobierno enemigo; solo basta hallar un elemento disociador en dichas sociedades para que, por medio de entes pantalla como son las ONG, las agencias federales de inteligencia se filtren y comiencen sus tareas desde dentro.

En el mundo árabe-islámico, sembrar la discordia sectaria dentro del islam ha sido una de estas estrategias para debilitar a los gobiernos que entorpecen el acceso a regiones de importancia geopolítica y estratégica sin parangón, siendo el Mossad israelí allá por la década de los sesentas uno de los primeros en crear e inyectar el furor del “islamismo militante” dentro de la sociedad palestina, alentando la creación de la “Jihad Islámica” con la intensión de destruir la militancia nacionalista que lideraba Yasser Arafat con la OLP.

En el marco de la guerra fría en la década de los ochentas, “Al Qaeda” el recurrente cuco del terrorismo internacional fue una creación de la CIA para fastidiar los planes de la URSS en Afganistán que usada en Iraq en 2004 al 2006 y evolucionar a lo que hoy es “ISIS”,  pretenden mostrarla como algo salido de la nada.
Venezuela Hoy

En América Latina tras algunos fracasados intentos solapados a comienzos del 2000 por derrocar a los gobiernos de Venezuela y Bolivia, se le dio la espalda a la región y Washington dejó gestar y desarrollar los liderazgos carismáticos y populares como el de Hugo César Chávez en Venezuela, el de Correa en Ecuador y Evo Morales en Bolivia siendo el resto de los gobiernos regionales (entre ellos Argentina), meras consecuencias de estos centros del nuevo populismo latinoamericanista que volvería a ensalzar el ideario antimperialista que a su vez crearía intimas rispideces con La Habana castrista por las ambiciones de extender sus proyecto de la “Gran Cuba Socialista”.

Con la muerte de Chávez en 2013, murió la mística que solo su persona encarnaba y que Maduro jamás pudo igualar. A partir de allí todo comenzó a desmoronarse ya que sus colegas Morales y Correa pese a ser los más cercanos al ideario chavista, no estaban del todo comprometidos con la base ideológica de Chávez. Ni hablemos de los mandatarios socialistas de Brasil enlodados en casos fastuosos de corrupción y menos aún, del desopilante circo de variedades del corrupto gobierno argentino de Cristina Fernández.

Hoy con un gobierno de extrema derecha en Washington que se refleja en sus acciones internacionales, no deberían haber dudas de hasta dónde podría llegar La Casa Blanca para cumplimentar las sugerencias de Henry Kissinger.

En estas horas Venezuela se incendia, el que supo ser el faro de una verdadera revolución realmente opuesta a EEUU, parece que nadará en sangre. Ciertamente el gobierno de Maduro es responsable en parte, pero también hay una muy copiosa ayuda externa para que los insumos médicos, alimentos, medicamentos y materias prima vitales para ciertas industrias no lleguen. La labor de agitadores profesionales llegados de afuera es innegable. Y también hay muy buenas recompensas dinerarias para quienes, desde dentro y jugando de opositores políticos, ayuden a derrocar la revolución Bolivariana, ¿Ha llegado la primavera latina?