sábado, 10 de febrero de 2024

 

MIRADAS ESTRECHAS

¿Por qué las declaraciones del presidente argentino Javier Milei sobre lo que ocurre en Gaza es el reflejo de un discurso plagado de ignorancia, prejuicios y a medida de Tel Aviv?

 

Por Charles H. Slim

La visita que realizo el presidente argentino Javier Milei a Israel sin dudas es una gran noticia para los partidarios pro-israelíes en el país aunque ni ellos mismos sepan a ciencia cierta que es lo que realmente conseguirán con ella. Por otra parte, no hay lugar a dudas que los funcionarios en Tel Aviv incluyendo por supuesto a Benjamín Netanyahu si saben muy bien lo que han conseguido de este entusiasta y sobreexitado mandatario argentino y ello es, su incondicional apoyo a lo que hace Israel en la Palestina ocupada.

Los funcionarios israelíes saben muy bien como manipular a este personaje y fue por eso que lo primero que hicieron fue llevarlo a uno de los Kibutz recuperados por la resistencia palestina en la operación “Inundación Al Aqsa” del 7 de octubre pasado en donde se le recrearon las brutalidades y mostrado las consecuencias…obviando por supuesto las causadas por la misma FDI.

Era de esperar la arrebatada reacción de Milei quien más allá de su proceso de conversión al judaísmo, su peculiar personalidad y su preferencia ideológica, no ha visto (obviamente no se la mostrarían) la situación en la Franja de Gaza y las masacres que las FDI han estado cometiendo contra la población civil palestina que ya supera las 27.000 víctimas -entre las que se hallan 13.642 de bebes y niños- con lo cual y como mandatario de un país soberano que ha hecho de los derechos humanos un asunto de estado, sus conclusiones en cuanto a lo que realmente viene ocurriendo, son cuando menos sesgadas y arrebatadas.

Milei también parece ignorar que hay una importante parte del judaísmo que no apoya las criminalidades del estado secular y mucho menos quieren verse identificados con la ideología del nacionalismo judío denominada “sionismo”. Aquí es donde el mandatario argentino expone una mezcla tóxica entre religión y política que parece nublar su discernimiento y en la que muchos se preguntan ¿Qué libro estará leyendo el señor presidente, la Torá o el Judenstaat?

Milei se asemejó más a un representante de la militancia sionista argentina que de la república que preside y eso no es lo peor. Su notorio extremismo quedo bien explicito con la placida y sonriente recepción de Netanyahu y su gabinete de extremistas quienes por medio de la brutalidad que les es costumbre, tratan de judeizar por la fuerza a Jerusalén y a toda Palestina. Precisamente el día que Milei salía desde Buenos Aires rumbo a Tel Aviv, la fuerza aérea israelí bombardeaba las oficinas y depósitos de alimentos de la UNRWA matando en el proceso a decenas de personas ¿Milei realizó algún cuestionamiento sobre este crimen?

Como mandatario de un país soberano Milei no debería comprometerlo con promesas sin tener en consideración las dos versiones del conflicto y de persistir en su partido, sin las correspondientes investigaciones y deliberaciones legislativas que hagan válidas esas posiciones.  Una de ellas vinculada a la promesa de trasladar la embajada argentina a Jerusalén no solo es un acto ilegal (contrario a la Resolución 478 del Consejo de Seguridad de la ONU) y provocativo (ya que “Al Quds” es una ciudad tomada por la fuerza en 1967 por Israel) sino, que no representa una necesidad administrativa sino de una decisión meramente política para agradar al régimen sionista y supremacista de Netanyahu y Cía.

De esa manera lo único que hace Milei es tomar partido en el conflicto poniendo a la Argentina como socio del estado de Israel en una mancomunidad de crímenes encuadrados en el empleo del terrorismo de estado como estrategia siniestra de expansión y ocupación de territorios ajenos que viene ejecutándose sin pausa desde hace 76 años hasta el presente.

Por lo que se puede intuir de su posición, Milei podría estar tratando de establecer un compromiso de sangre con Israel tal como el que Washington mantiene desde 1948 y en el cual se cuenta el sacrificar a sus propios ciudadanos luchando en guerras por un estado al cual no pertenecen. Este peligro es una realidad hoy en Argentina ya que tanto la ministra de seguridad nacional Patricia Bullrich y el ministro de defensa Luis Petri cada uno dentro de sus competencias, estarían permitiendo el asesoramiento doctrinario y de campo de los cuadros institucionales a “expertos” israelíes.

Volviendo a lo que sucede en la Palestina ocupada, tratar de mezclar a la resistencia palestina con el nazismo es sin dudas un argumento injurioso, deliberadamente tendencioso y fuera de lugar que con mucho gusto Milei reprodujo previo a escuchar a sus huéspedes sionistas.

Como parte de esa mirada y como no podía ser de otra forma, los medios y periodistas notablemente sionistas de la capital se congratularon con este posicionamiento que reitero, es unilateral y desconoce el origen del conflicto y obvia de forma arbitraria el sufrimiento del pueblo árabe palestino. Así como estuvieron estos aplaudidores de siempre hubo otras posiciones condenando la promesa de Milei tal como lo hizo la Organización de Cooperación Islámica (OCI) dejando expresa su total rechazo a lo dicho por el mandatario.

En la Argentina es muy conocida la influencia sionista en especial en los medios de comunicación y que con el paso de los años, en particular desde los atentados de 1992 y 1994, ha ido ganando mayor fuerza como grupo de presión política pro-Israel dirigido desde agentes políticos locales como la DAIA y la OSA que en una combinación ciertamente siniestra, tratan de hacer prevalecer mediante la descalificación y la intimidación un discurso parcializado sobre lo que ocurre en la Palestina ocupada silenciando todos los crímenes del estado.

Pero a pesar de esta mirada, en cierta medida Milei ayuda a poner blanco sobre negro una situación política y humanitaria muy escondida durante décadas en los medios argentinos (especialmente de CABA) y que pese a los intentos de maquillarla con embustes fílmicos como “Fauda” y reportes informativos notablemente parcializados, hoy son de amplio conocimiento público.

miércoles, 7 de febrero de 2024

 

LA ESTAFA

¿Por qué el gobierno de Javier Milei y Cía será una gran desilusión para la mayoría de los argentinos?  Cuando se trabaja por una geopolítica en favor de otros intereses

 

Por Javier B. Dal

 

Por estas horas muchos argentinos que creyeron en el personaje que hoy les gobierna, se dan por estafados por muchas inconsecuencias entre lo que prometió y lo que está tratando de imponer como políticas de estado. Muchos puntos de la fracasada ley ómnibus habían sido vetados y aunque ello no parecía cambiar el espíritu de la misma, no alcanzaba para una refundación verdadera del estado-nación. Ahora todos se están preguntando ¿Qué sucederá?

El cambio que Milei y Cia están tratando de instaurar no solo vaciará de la poca soberanía que ya tiene el país, sino que lo comprometerá con oscuras agendas y peligrosos capitales especulativos los cuales sin dudarlo, se harán dueños del territorio y de sus recursos.

En cuanto a su alineamiento geopolítico (muy vinculado a lo anterior), será cuestión de tiempo para ver las consecuencias de ello. En el caso de Israel, traerá consigo una necesaria y álgida discusión sobre las relaciones con un estado que comprobadamente ha llevado adelante un genocidio contra la población palestina (incluyendo el hallazgo de fosas comunes en Gaza), destruye deliberadamente las oficinas de la UNWRA para extender la hambruna en la población de la franja e incluso algunos de sus funcionarios como Brian Mast avalan el asesinato de niños y bebes palestinos. Semejante alineamiento dista mucho de la moralidad y divinidad con la que el aspirante a judío suele hablar.

Para peor y en ese plan, uno de los puntos previstos en la ley para reformar el estado está la de permitir el ingreso de tropas extranjeras sin la intervención del Congreso ¿Y de quiénes creen que serán esas tropas? Así es. Ya no es un secreto la presencia de asesores militares y de inteligencia israelíes en las fuerzas policiales de la ciudad autónoma y de la nación y mucho menos la influencia de Washington en las remociones y designación de generales en las FFAA ¿Cuántos de esos tipos tienen las manos impregnadas de sangre palestina?, ¿Asesoraran a los efectivos argentinos sobre cómo torturar y matar con eficacia?

Y si eso no alcanza, próximamente para mayo ya está previsto la llegada al puerto de Buenos Aires del portaaviones “USS George Washington”, quizás como prólogo en los planes de meter a la Argentina en alguno de los frentes de guerra abiertos en el Mar Rojo o el Mediterráneo. Quien esta muy interesado en participar de estos planes es el actual e insulso ministro de defensa Luís Petri, muy entusiasta con la idea (que obviamente le soplaron) de que los militares argentinos participen en operaciones bajo el comando estadounidense o israelí.

Esto no hay que entenderlo como un apoyo político a Milei y al sequito anglófilo-sionista que lo sigue sino, una inversión estratégica que hace Washington en un intento por cooptar y reconfigurar un estado descalabrado y que una vez reestructurado (a conveniencia de sus intereses), quien lo controle lo tendrá a su servicio. Esto es algo que los votantes de Milei por ignorancia o conveniencia no quieren ver.       

Pero también hay una crisis moral muy profunda en el seno de la sociedad argentina especialmente entre la gente y sus dirigentes que es más amplia que muchos no quieren aceptar. Los medios son quizá los principales cieguitos de esta realidad solo que ellos están movilizados por fuertes incentivos para aplacar esto dado que, ellos viven del negocio político que descaradamente llaman “democracia” y que no tiene nada que ver con el verdadero respeto a la institucionalidad y el desarrollo del país. Tal como sus homónimos de los emporios mediáticos angloestadounidenses los empresarios locales ante todo quieren proteger al sistema que les da de comer y nada más.

Milei que no es liberal en el sentido clásico, solo busca transpolar una versión extrema de la ultraderecha económica con rasgos mesiánicos de una épica inspirada en la secta jasídica de pederastas a la cual adscribe con base en New York.

En Argentina hace décadas que no existen ideologías. Los partidos que existen solo son sellos de goma que hace tiempo no representan a nadie. Cuando se habla de peronistas, radicales o liberales solo son etiquetas que se despegan y cambian en cada político a conveniencia del momento. Tal vez los únicos que conserven algo de ideología sea la denominada “izquierda” pero, tienen el particular defecto de ser anquilosada y nada creativa. Lo único que existe en la clase política es el oportunismo y el cinismo con los cuales los políticos y los empresarios de medios se acomodan al momento y la realidad imperante.

Mientras los políticos escenifican peleas y discusiones en el Congreso, su abúlica población mira con pasividad asombrosa como les aumentan los impuestos de servicios muchas veces defectuosos e ineficientes, se escapa la brecha cambiaria, los combustibles continúan aumentando y los precios de los alimentos más básicos como son el pan y la fruta tocan techos escandalosos producto de la inflación y de la llamada viveza criolla que con tanta costumbre los empresarios usan para no perder sus márgenes de ganancias.

Fue Milei quien dijo “me corto un brazo antes de aumentar un impuesto” y hoy está haciendo lo contrario, lo vemos con las retenciones a la importación. Pero para tapar estas opacidades allí están los medios para maquillarlas o para distraer a la gente con programas conducidos por dinosaurios y meretrices que han estado con todos y con nadie al mismo tiempo.

Y mientras los ciudadanos se distraen con estas banalidades y se ventajean unos a otros con chicanas, los asuntos del estado van por otro carril sin darse cuenta que sus gobernantes (Milei y la casta política que tanto criticó) están comprometiendo su futuro y el de sus nietos. Las “fuerzas del cielo” de las que habla el presidente no son otra cosa que las del mercado (en especial el financiero) y como bien sabemos, nada tiene de divinidad y la moral que supone querer impartir con su adscripción confesional, cuando menos es muy discutible a la luz de quienes son sus inspiradores ideológico-espirituales.

Tal vez sin advertirlo o tal vez ciego por el mesianismo que lo posee, Milei llevará al país a una dimensión mucho más riesgosa de la que la administración neoliberal menemista comprometió en la década de los noventas. El mundo real de hoy es mucho más rápido, peligroso e inestable que el de hace treinta años atrás y eso lo estamos viendo con lo que sucede en Ucrania y el Medio Oriente con lo cual tomar decisiones viscerales en esto es cuando menos que irresponsable.

Milei va en sentido contrario a la necesidad de fortalecer al país tanto en el amplio sentido político como moral. Volver al vasallaje con EEUU y ahora más estrechamente (de lo que Macri pudo) con el estado de Israel (interesado en las reformas legislativas para defensa e inteligencia) comprometido con los peores crímenes de guerra y lesa humanidad contra toda la población palestina no traerá prosperidad. Hasta apenas unos meses antes de que Milei asumiera su presidencia la Argentina se jactaba de su tradición de lucha por los derechos humanos y ahora ¿Qué sucedió?, ¿Dónde están los luchadores ante semejantes aberraciones?

Por estas horas Milei y su comitiva ya se hallan en Jerusalem mostrando su inexcusable obsecuencia con el régimen de Tel Aviv y una parcialidad con lo que realmente sucede allí y que no empezó el 7 de octubre pasado.

Aquí todos tienen responsabilidad. No solo Milei y su gente han engañado a sus electores. Los políticos que se dicen de la oposición y en particular los del gobierno anterior participan en el engaño y quienes operan para que ese engaño se extienda a cada hogar argentino son los medios (producidos por fondos financieros ligados externamente), los grandes embusteros que siempre han jugado un papel estratégico con todos los gobiernos en el control de la población.

No hay que olvidar que Javier Milei es el producto en parte de estos mismos medios y ya conocemos el nefasto papel que cumplen en occidente.

lunes, 5 de febrero de 2024

 

ESTADOS UNIDOS IMPLOSIONA

Un país dividido no puede ser otra cosa que una desgracia en puerta


Por Dany Smith

Hace ya tiempo que “América” dejo de ser grande parafraseando a Donald Trump, un personaje tan temido y odiado por el establecimiento norteamericano que muy posiblemente regrese a La Casa Blanca. Quien lo puso en el estado que se halla no fue precisamente este empresario rubio. Es el actual inquilino de La Casa Blanca el principal responsable de la crisis sistémica que está produciéndose dentro de la Unión y que por una supuesta “invasión” de migrantes muy posiblemente lleve a un enfrentamiento interno.

Desde la asunción de los demócratas, el manejo de la política interna ha sido en cierto sentido, similar a la del doble rasero con el que se direccionan los asuntos exteriores. Biden y sus partidarios han tratado de mostrarse como los buenos del sistema alivianando la política migratoria sin más interés que el de maquillar una crítica situación económica interna cada vez más inestable.

Pareciera un contrasentido y en cierto sentido una estupidez, pero Biden lo que ha tratado de hacer es ganarse el voto de una gran comunidad de hispanos que ha venido creciendo con la flexibilidad administrativa promovida desde el gobierno federal, pero perjudicando al mismo tiempo al norteamericano medio.

Esto ha llevado al levantamiento de los sectores ultraderechistas estadounidenses (entre los que se hallan supremacistas denominados el “Ejército de Dios”), representativos del llamado “nacionalismo cristiano” (entendido en el sentido puritano anglicano) quienes encabezados por el gobernador de Texas Greg Abbott, podría llevar a un enfrentamiento armado entre la Guardia de Texas y las fuerzas policiales del sur y las tropas federales.

Esto como era de esperar esta siendo capitalizado por Trump quien ya ha prometido que dejara de dilapidar el dinero de los contribuyentes en agendas demagógicas como la migratoria y especialmente, en guerras interminables que han vuelto más débil al país.

Algo que no debemos olvidar que quien dio inicio a estas políticas migratorias fue la administración de Obama, en la cual Biden era el vicepresidente entonces ¿De qué debemos sorprendernos ahora?

Joe Biden no solo es el precursor del descalabro de las políticas provincianas dentro de su país sino también de encender nuevos conflictos que han empujado a los EEUU al borde de un precipicio que podría representarse en una cada vez más posible III gran guerra. Si algo ha demostrado ser bueno, es organizar crímenes masivos a los que solemos conocer como guerras.

Si lo vemos con una perspectiva histórica, Biden no ha sido muy diferente a Bush y mucho menos a Obama dado que cada uno de ellos hicieron grandes aportes para la actual inestabilidad global. Desde estas consideraciones podríamos preguntar ¿Cuánto margen tiene Washington para sermonear al mundo sobre democracia, valores y respeto a los derechos humanos?

En la actual crisis por la descontrolada política migratoria que ha levantado a Texas como un estado que se revela contra las demagógicas políticas federales, podría llevar a una indeseable guerra civil que ya se venía gestando desde hace más de una década alimentada por el creciente escepticismo del público norteamericano para con su dirigencia política más ocupada en el negocio electoral, llenar sus propios bolsillos con el dinero de impuestos y el lobbie para el financiamiento de guerras externas que en los problemas reales de sus ciudadanos.

Para peor, aquella política intervencionista en sitios como Siria e Iraq tras los eventos en la Palestina ocupada del 7 de octubre del 2023 ha llegado a un punto de inflexión dejando entrever a los burócratas en Washington que sus tropas ya no están seguras en sus bases y lo peor, es que el supuesto escarmiento que Biden ordenó hace unos días atrás con los bombardeos a grupos “pro-iraníes” en Siria e Iraq no han atemorizado a las fuerzas del eje de la resistencia islámica que no detendrá sus acciones hasta tanto Israel detenga las masacres que sigue cometiendo sobre la población palestina y se retire de la Franja de Gaza. 

Es posible que Biden este tratando de desviar la atención de su caos interno agravando la situación en el Medio Oriente, pero si es así no le servirá de nada. Si eso es una estrategia electoral para tratar de repuntar en sus intenciones para ser reelegido que alguien le avise que va por el camino equivocado.

Al parecer Biden esta rodeado de incompetentes o quizá más bien de malintencionados o más seguro, de psicópatas que aman la guerra ya que no se puede entender como no le aconsejaron que es una torpeza abrir al mismo tiempo muchos frentes de guerra. Nos parece que la tercera opción es la correcta ya que son los neoconservadores y los sionistas sus principales consejeros.

A pesar de que Trump es otro consagrado sionista, sus formas y planes para redireccionar el dinero que aquellos necesitan para financiar la política exterior para favorecer a Israel es muy difícil de controlar ya que, como se vio en su presidencia, con esa personalidad estridente que lo destaca y su boca incontrolable tiene el particular talento de generar controversias y enfrentamientos a todo nivel incluso, dentro del espectro de los Lobbies sionistas y de sus propios funcionarios.

En cuanto a Biden, tiene un pie afuera de La Casa Blanca y con este desafío de Texas y otros 25 estados que secundan la posición de Abbott el desmoronamiento de la Unión esta a la vuelta de la esquina.