NACIONAL
“LA GEOPOLITICA DE CARRIO”
Cuál es la visión geopolítica de la diputada Carrio y la importancia que para ella representa la India como actor prevalente por sobre China y Rusia
Por
Pepe Beru
Cuantas veces
habremos escuchado las particulares posiciones que la diputada Elisa Carrio ha
expuesto sobre la política internacional que la Argentina debería llevar con
los países y regiones del mundo, buscando fundar sus posiciones geoestratégicas
con argumentos tales como, alianzas con países
“democráticos”, con “semejanzas con el cristianismo” y por su puesto su tan a flor de piel “republicanismo”.
Aunque esos adjetivos son más bien parte del libreto usado en el pasado para
argumentar los beneficios de aliarse con EEUU o la Europa “cristiana”, Carrio
lo vuelve a sacar del cajón para plantear nuevas relaciones con miras al
Oriente y más precisamente el Asia.
Pero
la propuesta de Carrio y según su juicio, las relaciones que Argentina debe
abrir con aquella región tiene que ser solamente con países “democráticos”
cayendo en aquel engañoso anatema –de origen estadounidense- que sin
decirlo, relega al resto de los países que tengan otro sistema de gobierno. En este sentido para Carrio la India es el
país con el cual Argentina debe abrir relaciones amplias de mercado para tener
una entrada vigorosa en Asia dejando de lado a China y a Rusia porque, según su
sagrada visión, son los malvados de la región.
Para
Carrio la India es el país que cumple con esas condiciones. Según ella la India
presenta “semejanzas con el
Cristianismo” del cual tanto explota para sus teorizaciones y que más de una
vez la han ubicado más bien, en la línea sionista religiosa que tanto daño ha
causado y sigue causando en Palestina y en el Medio Oriente.
Pero
centrándonos en ésta propuesta geoestratégica, hay que decir que no es para
nada errada. Incluso Argentina debería de ampliar sus expectativas para
estrechar sus lazos con China y ahondarlos con la Federación rusa pero, sabemos
que la ideología de Carrio no le permite esa apertura dado que se halla
demasiado comprometida con los intereses anglófilos y que la ligan tal vez por
su gran admiración al detestable primer ministro británico Winston Churchill,
que además de haber jugado muy sucio durante la segunda guerra mundial, fue
quien promovió sin pausa y por intermedio de Washington el derrocamiento de
Juan Domingo Perón.
Obviamente,
eso no es de interés para la diputada. El pasado es el pasado y en lo que
concierne a las relaciones estratégicas del país, se hace necesario una
preparación clara y bien planificada que debe perdurar en el tiempo. Pero aquí
no se han notado cambios o desarrollo de una planificación en torno a estos
deseos. En Argentina el gobierno que asciende al poder suele de continuo y tal
como lo marca su historia política, destruir lo que ha hecho el gobierno
anterior llevando al país a situaciones tan caóticas como inentendibles. Sin
dudas que la idiosincrasia de los argentinos es peculiar y mucho más lo es la de sus políticos.
Por
ejemplo en el gobierno anterior y más allá de las críticas que se le pueda
hacer, Cristina Fernández entablo una timorata relación con la Federación rusa
pero al menos la entabló, un precedente que hubiera sido imposible de concebir
en la era Menemista.
Para
Carrio la “Rusia de Putin” es un riesgo y un peligro para la paz, pero se abstiene constantemente
de referirse a los riesgos y a las consecuencias que sus admirados estadounidenses
y británicos han creado con su política agresiva y expansionista, causa indiscutible
de la catástrofe que azota al Medio Oriente y a la república árabe siria,
planes que tienen como uno de sus objetivos fundamentales el controlar la “ruta
de la seda” desde Oriente a Europa.
Más
allá de que Carrio sea un “carro de contradicciones” andante, lo cierto es que
su propuesta focalizada solo sobre un solo país del Asia, tiene además de
obtusa, una visión sospechosamente tendenciosa. ¿Pero por qué creemos que hay
un extraño interés en la propuesta de Carrio? Bueno no olvidemos que la India
es uno de los aliados de Washington y de Londres para crear un colchón de
contención sobre China y también sobre Rusia. Desde hace décadas estos actores
han venido manipulando situaciones locales y étnicas con miras a buscar alentar
al separatismo de los pueblos próximos a China. Al mismo tiempo, Tel Aviv
mantiene un estrecho interés sobre esa zona especialmente preocupado no por los
lazos comerciales y culturales sino más bien, por la preocupante potencialidad
nuclear de su vecino islámico, Pakistán.
Precisamente
si algo une a Tel Aviv con Delhi es la necesidad de prevalecer sobre Pakistán
con quien la India mantiene un histórico conflicto por la región de Cachemira
que hoy por hoy podría terminar en una escalada nuclear.
Para
aquellos actores, la India es un actor preponderante para poder desarrollar sus
intereses geoestratégicos particulares que aunque tengan algunos puntos en
común, son particulares de cada uno de ellos. Ni a Washington ni a Londres y
menos aún a Tel Aviv, les interesa de que la India sea un país superpoblado y
en el cual la pobreza alcanza escandalosamente
a un amplio sector de la población que además se halla subdividido en castas
que revelan muy poca “democracia” de la que refiere Carrio.
Asimismo
y pese a esa pobreza extrema de carácter estructural, la India es una potencia
militar regional que –inversión millonaria mediante- precisamente viene
desde hace quince años escalando en su carrera por la supremacía con
aspiraciones a plantarse ante una China que viene sin pausa en un crecimiento
que preocupa tanto a Nueva Delhi como a Washington.
En
los últimos años ha cerrado varios contratos de compra de aviones de combate
rusos MIG 29K, SU30 y otros equipos bélicos, como una forma de modernizar su
Fuerza Aérea en la que revestían los viejos aviones británicos “Harrier”.
Incluso mantiene con Rusia –denostada por Carrio- una estrecha participación en el desarrollo del misil
anti-buque supersónico “BRHAMOS” que pese a los reparos demostrados por
Washington y Londres, siguen con sus desarrollos.
Asimismo
la India es el país que tiene la mayor población paupérrima del mundo y a su
vez, bolsones de riquezas en pocas manos que son precisamente, los que se relacionan
con los “civilizados” de occidente. Para
la diputada Carrio ese estado de pobreza no debe ser entendido como un
retroceso social o algo negativo sino que se trata, de una de las mejores
semejanzas que representa el cristianismo –Los humildes heredarán la tierra
(Mateo. 5:5)- con el clasismo indio.
Igualmente
es claro que Carrio “mea fuera del tarro”, ya que lo que se busca con una
visión geoestratégica son nuevas rutas, mercados y la obtención de beneficios
en intercambios primeramente económico-comerciales que podrán o no
profundizarse con el área cultural y si quiere ella, religioso. Pero esa
interacción tiene que ser con todos los actores asiáticos, sin los prejuicios y
preconceptos que agita elaborados por sus ideólogos anglosajones quienes hoy
por hoy, con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca promueven muy
activamente reactivar el “miedo a lo ruso”, la “rusofobia” de la guerra fría, pretendiendo regresarnos a
las épocas del “blanco y negro”, “EEUU líder del mundo Libre” y “Rusia la madre
maléfica” que solo fueron slogans engañosos de una propaganda toxica y masiva que
lo único que buscaba era, el dominio unilateral del mundo.