sábado, 4 de marzo de 2017

NACIONAL





“LA GEOPOLITICA DE CARRIO”

Cuál es la visión geopolítica de la diputada Carrio y la importancia que para ella representa la India como actor prevalente por sobre China y Rusia




Por Pepe Beru
Cuantas veces habremos escuchado las particulares posiciones que la diputada Elisa Carrio ha expuesto sobre la política internacional que la Argentina debería llevar con los países y regiones del mundo, buscando fundar sus posiciones geoestratégicas con argumentos tales como, alianzas con países  “democráticos”, con “semejanzas con el cristianismo”  y por su puesto su tan a flor de piel “republicanismo”. Aunque esos adjetivos son más bien parte del libreto usado en el pasado para argumentar los beneficios de aliarse con EEUU o la Europa “cristiana”, Carrio lo vuelve a sacar del cajón para plantear nuevas relaciones con miras al Oriente y más precisamente el Asia.

Pero la propuesta de Carrio y según su juicio, las relaciones que Argentina debe abrir con aquella región tiene que ser solamente con países “democráticos” cayendo en aquel engañoso anatema –de origen estadounidense- que sin decirlo, relega al resto de los países que tengan otro sistema de gobierno.  En este sentido para Carrio la India es el país con el cual Argentina debe abrir relaciones amplias de mercado para tener una entrada vigorosa en Asia dejando de lado a China y a Rusia porque, según su sagrada visión, son los malvados de la región.

Para Carrio la India es el país que cumple con esas condiciones. Según ella la India presenta  “semejanzas con el Cristianismo” del cual tanto explota para sus teorizaciones y que más de una vez la han ubicado más bien, en la línea sionista religiosa que tanto daño ha causado y sigue causando en Palestina y en el Medio Oriente.

Pero centrándonos en ésta propuesta geoestratégica, hay que decir que no es para nada errada. Incluso Argentina debería de ampliar sus expectativas para estrechar sus lazos con China y ahondarlos con la Federación rusa pero, sabemos que la ideología de Carrio no le permite esa apertura dado que se halla demasiado comprometida con los intereses anglófilos y que la ligan tal vez por su gran admiración al detestable primer ministro británico Winston Churchill, que además de haber jugado muy sucio durante la segunda guerra mundial, fue quien promovió sin pausa y por intermedio de Washington el derrocamiento de Juan Domingo Perón.

Obviamente, eso no es de interés para la diputada. El pasado es el pasado y en lo que concierne a las relaciones estratégicas del país, se hace necesario una preparación clara y bien planificada que debe perdurar en el tiempo. Pero aquí no se han notado cambios o desarrollo de una planificación en torno a estos deseos. En Argentina el gobierno que asciende al poder suele de continuo y tal como lo marca su historia política, destruir lo que ha hecho el gobierno anterior llevando al país a situaciones tan caóticas como inentendibles. Sin dudas que la idiosincrasia de los argentinos es peculiar y  mucho más lo es la de  sus políticos. 

Por ejemplo en el gobierno anterior y más allá de las críticas que se le pueda hacer, Cristina Fernández entablo una timorata relación con la Federación rusa pero al menos la entabló, un precedente que hubiera sido imposible de concebir en la era Menemista.

Para Carrio la “Rusia de Putin” es un riesgo y un peligro  para la paz, pero se abstiene constantemente de referirse a los riesgos y a las consecuencias que sus admirados estadounidenses y británicos han creado con su política agresiva y expansionista, causa indiscutible de la catástrofe que azota al Medio Oriente y a la república árabe siria, planes que tienen como uno de sus objetivos fundamentales el controlar la “ruta de la seda” desde Oriente a Europa.

Más allá de que Carrio sea un “carro de contradicciones” andante, lo cierto es que su propuesta focalizada solo sobre un solo país del Asia, tiene además de obtusa, una visión sospechosamente tendenciosa. ¿Pero por qué creemos que hay un extraño interés en la propuesta de Carrio? Bueno no olvidemos que la India es uno de los aliados de Washington y de Londres para crear un colchón de contención sobre China y también sobre Rusia. Desde hace décadas estos actores han venido manipulando situaciones locales y étnicas con miras a buscar alentar al separatismo de los pueblos próximos a China. Al mismo tiempo, Tel Aviv mantiene un estrecho interés sobre esa zona especialmente preocupado no por los lazos comerciales y culturales sino más bien, por la preocupante potencialidad nuclear de su vecino islámico, Pakistán.

Precisamente si algo une a Tel Aviv con Delhi es la necesidad de prevalecer sobre Pakistán con quien la India mantiene un histórico conflicto por la región de Cachemira que hoy por hoy podría terminar en una escalada nuclear.

Para aquellos actores, la India es un actor preponderante para poder desarrollar sus intereses geoestratégicos particulares que aunque tengan algunos puntos en común, son particulares de cada uno de ellos. Ni a Washington ni a Londres y menos aún a Tel Aviv, les interesa de que la India sea un país superpoblado y en el cual  la pobreza alcanza escandalosamente a un amplio sector de la población que además se halla subdividido en castas que revelan muy poca “democracia” de la que refiere Carrio.

Asimismo y pese a esa pobreza extrema de carácter estructural, la India es una potencia militar regional que –inversión millonaria mediante- precisamente viene desde hace quince años escalando en su carrera por la supremacía con aspiraciones a plantarse ante una China que viene sin pausa en un crecimiento que preocupa tanto a Nueva Delhi como a Washington.

En los últimos años ha cerrado varios contratos de compra de aviones de combate rusos MIG 29K, SU30 y otros equipos bélicos, como una forma de modernizar su Fuerza Aérea en la que revestían los viejos aviones británicos “Harrier”. Incluso mantiene con Rusia –denostada por Carrio-   una estrecha  participación en el desarrollo del misil anti-buque supersónico “BRHAMOS” que pese a los reparos demostrados por Washington y Londres, siguen con sus desarrollos.

Asimismo la India es el país que tiene la mayor población paupérrima del mundo y a su vez, bolsones de riquezas en pocas manos que son precisamente, los que se relacionan con los “civilizados” de occidente.  Para la diputada Carrio ese estado de pobreza no debe ser entendido como un retroceso social o algo negativo sino que se trata, de una de las mejores semejanzas que representa el cristianismo –Los humildes heredarán la tierra (Mateo. 5:5)- con el clasismo indio.

Igualmente es claro que Carrio “mea fuera del tarro”, ya que lo que se busca con una visión geoestratégica son nuevas rutas, mercados y la obtención de beneficios en intercambios primeramente económico-comerciales que podrán o no profundizarse con el área cultural y si quiere ella, religioso. Pero esa interacción tiene que ser con todos los actores asiáticos, sin los prejuicios y preconceptos que agita elaborados por sus ideólogos anglosajones quienes hoy por hoy, con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca promueven muy activamente reactivar el “miedo a lo ruso”, la “rusofobia”  de la guerra fría, pretendiendo regresarnos a las épocas del “blanco y negro”, “EEUU líder del mundo Libre” y “Rusia la madre maléfica” que solo fueron slogans engañosos de una propaganda toxica y masiva que lo único que buscaba era, el dominio unilateral del mundo.
 

 

jueves, 2 de marzo de 2017

EN DEBATE




“PUTIN, EL HOMBRE DE LA DÉCADA”

Tras una larga carrera en la política rusa, Vladimir Putin ha cosechado tragos amargos pero también brillantes éxitos que lo proyectan más allá de la Federación rusa y sin dudas que la gestión de estos últimos cuatro años ha dejado bien en claro que ha estado por sobre sus adversarios.




Por Charles H. Slim
Cuando Vladimir Putin se hizo cargo en 1999 de los restos de lo que fue una Rusia potente y orgullosa, nadie daba un centavo por ese joven flacucho y sin expresión en el rostro.  Era solo una sombra detrás del etílico Boris Yeltsin, una decepción política surgida de aquellas jornadas del derrumbe de la URSS y un notable incompetente para hacerse cargo de los severos problemas políticos, económicos y sociales que surgieron tras aquel evento histórico.

Desde 1991 hasta la asunción de Putin el 31 de diciembre de 1999, la Federación Rusa se fue hundiendo poco a poco en una ciénaga de corrupción de la que nadie y menos aún, un solo hombre podría haber logrado rescatar.

Mientras tanto el mundo era testigo de la primera guerra trasmitida en directo –y prolijamente censurada- como si de un show se tratara y en la que EEUU inauguró su brutal carrera por insertarse en el Medio Oriente, Moscú era un caos y las ex repúblicas soviéticas se revolvían en luchas internas que bregaban por la separación definitiva del control ruso.

Fueron años oscuros en los que las “inversiones especulativas financieras de occidente” se hicieron su agosto, en los que las mafias de todo tipo proliferaron a costa de una galopante corrupción gubernamental y el mercado de la droga penetró con fuerza en el mismo corazón de Rusia propiciado, por una tóxica combinación de corrupción policial, mafias del Cáucaso que con conexiones con agentes de inteligencia occidentales, intentaron crear sus propios negocios de narcotráfico y armas en medio de la confusión.
Putin y Yeltsin en 1994

Fueron días muy tristes y peligrosos para Rusia. Los profesionales no tenían trabajo y las maestras llegaron incluso a prostituirse para poder comer. En los cuadros militares cundió también la avaricia y la corrupción y como una peste, la insubordinación y la indisciplina se materializaron en todo tipo de formas que fueron desde los pequeños robos de equipos, prostitución masculina de conscriptos hasta la venta de armamento pesado en el mercado negro que incluía la posibilidad de acceder a los depósitos de uranio en los arsenales de misiles balísticos e incluso de material de sus centrales nucleares de “Kursk” o “Kola”.

La flota del Mar negro en el puerto de Sebastopol se hallaba irremediablemente inmovilizada por carencia de repuestos y financiamiento. Peor suerte era para los submarinos nucleares anclados en “Balaklava”, donde por su abandono comenzaron a contaminar las aguas con sus reactores nucleares. Los MIG-29 eran alquilados para vuelos con turistas occidentales que pagaran unos cuantos dólares por saber que se sentía tripular una nave de combate. Los orgullosos uniformes del ejército soviético eran vendidos por sus propios dueños como “souvenir” a los turistas en pleno Moscú.

Y en medio de este desastre, el fuego de la guerra en Chechenia no se apagaba y el precio que Rusia había pagado en sus intentos por recuperar el control de ese bastión musulmán del Cáucaso, habían sido devastadores. A las grandes bajas y considerables pérdidas materiales había que agregar la caída de la moral en la población que clamaba por el fin de aquella sangría en la cual y en forma encubierta venían trabajando las agencias extranjeras como el MI-6 británico proporcionándoles a los chechenos, armas, equipos e inteligencia para hacer frente a un ejército ruso muy superior.
La primera guerra de Chechenia

Igualmente la estrategia de Putin prevaleció y logró desbandar a los combatientes chechenos expulsándolos de Grozny y a partir de entonces, pasaron a realizar acciones insurgentes y ataques terroristas como fue el ataque al Teatro Duvrobka en Moscú en el 2002.  Aquí también su apoyo a la estrategia para rescatar a los rehenes prevaleció y pese a las durísimas críticas que recibió por el método y los costos del asalto, prevaleció en el gobierno. Al mismo tiempo logró estabilizar la economía y a controlar el mundo del hampa que durante la era Yeltsin se había adueñado de la vida rusa.

Fue selectivo y muy preciso al instruir a sus cuerpos de seguridad en cómo combatir a los “zares de la droga”, los lavadores de dinero  y a los mercaderes del tráfico de mujeres y niños para la prostitución, mercado muy requerido por importantes capitales occidentales.  Desterró con éxito la corrupción estructural y fue enérgico con aquellos que trataron de seguir con sus negocios sucios a costa del estado. Curiosamente cuando comenzó a cortar las rutas de movimiento del tráfico de opio, heroína y cocaína con rumbo a su país y los nexos financieros que se movían detrás, los problemas parecieron recrudecer con mayor fuerza para su gobierno y los intentos por difamarlo por los medio occidentales que hablaban de “brutalidad”  se volvieron cotidianos.

Debió hacer frente a una de las tragedias navales más dolorosas que Rusia recordaba desde la II guerra como fue el extraño hundimiento del submarino  “Kursk” el 12 de agosto del 2000 que además de evidenciar la crisis material por la que atravesaba la flota rusa, soporto con paciencia las increpaciones de los familiares de los marinos que lo acusaron de negligencia y de no haber hecho todo lo posible para rescatarlos.

Luego en septiembre del 2004 vino aquel extraño ataque contra el colegio de Beslán que involucró varias manos oscuras y que nada tenían que ver con los musulmanes chechenos, como lo intentaron aparentar (RED VOLTAIRE.org. http://www.voltairenet.org/article122095.html ) Pero aunque Putin sabía que eso era tal cual, no estaba en posición de jugar en las grandes ligas de la política internacional, no al menos, hasta tanto reconstruyera el aparato de inteligencia y militar capaz de disuadir a este tipo de actividades sucias.

Putin demostró que podía romper las barreras culturales al estrechar lazos con Latinoamérica y en especial con la Venezuela “Bolivariana” llegando a trabar una amistad entrañable con otro líder indiscutido –y muy odiado por Washington y el sionismo- como lo fue Hugo César Chávez quien tuvo la visión de estrechar lazos estratégicos a base de un multipolarismo.
Tropas rusas en Osetia del sur 2008

Hace exactamente diez años atrás en un discurso en Munich, Vladimir Putin fue profético al advertir de los  peligros y las consecuencias de un mundo unipolar como el que Washington y la OTAN trataban de imponer. Igualmente a esas alturas con un EEUU que estaba destrozando Afganistán y a Iraq, Rusia debía aún mantenerse al costado sin poder intervenir con el peso suficiente como para poder contrabalancear estas situaciones ante el foro de Naciones Unidas.

En 2008 Washington y su aliado Tel Aviv se pusieron en campaña para darle apoyo militar al gobierno de Georgia que intentó tomar por asalto a Osetia del Sur lo que termino en una desagradable sorpresa para el gobierno de Saakashvili. Las fuerzas rusas le cortaron el paso y los georgianos debieron retirarse a regañadientes ante el abandono político de EEUU lo que terminó con su caída. Fue sin dudas el primer encuentro directo con los intereses occidentales tratando de remodelar a su gusto el mapa de la región.

Actualmente y pese a los intentos solapados de crear controversia, Moscú ha dejado en claro que el triángulo compuesto por Abjasia, Rusia y Osetia del sur  sigue vigente y más vivo que nunca.


En 2010 con la farsa montada en el Norte de África y que los medios occidentales llamaron Primavera árabe el presidente Medvedev y el primer ministro Vladimir Putin mantuvieron una aparente apatía por los sucesos que se estaban registrando que en algún momento, llegaron a afectar intereses de Rusia en la región. Solo quedo ver como la OTAN despedazó a Libia y cuando eso se quiso recrear contra Siria, ya con Putin en la presidencia, las cosas cambiaron y a partir de ese momento comenzó a mostrar que durante todo ese tiempo en el que se había mantenido al margen de las cuestiones de la geopolítica internacional, había estado preparando a Rusia y sus frutos se vieron claramente en los éxitos geopolíticos de Crimea y Siria.

martes, 28 de febrero de 2017


VETERANOS DE AYER



"LEAVE SADDAM"

New documents state that the plot of the Gulf War in 1991 having been influenced by Israeli officials' interests



By Dany Smith
Iraqi Tanks road in Kuwait 1990
Despite having spent 26 years of the Gulf War, many did not question the real reason why George H. Bush & Company decided not to advance to Baghdad to remove Saddam Hussein. Many were the analyzes and speculations that tried to explain the order of the White House but recently aired new informative pieces and data of who have been the great thugs behind the curtains that to plan the coup against Iraq in controlled form.

When a soldier enlisted to serve his country, he is convinced that he will do so for the sake of the country, or at least that is to say the theory. Undoubtedly the Americans at the head and us Britons be the most contradictory examples of that is not so. In the case of the Gulf War in 1990-1991, we did not go to defend any country or even - in the British case - to defend a colony or possession of the Crown of His Majesty. In my case, when I went to the Falklands (Malvinas) to be just a twenty-year-old chick I realized that this adventure thousands of miles from home was foolish. But in the Gulf we all knew that just going to conquer and take what we could.

When Saddam Hussein seized the Kuwaiti emirate in August 1990, he was well aware in London that what he was doing was the exercise of an old Baghdad vindication that had been snatched precisely by the British Empire in the early 1960s and after negotiating agents of London and representatives of "British Petroleum" with nomadic tribes of the desert and placed to a government decorated like was the reign of the Shiek Abdullah III to Salim Al Sabah to whom in 1961 we supported by "Op. Vantage "so that it could be separated from neighboring Iraq and conform a country of the southern Iraqi province.

That proves that the bottom of the claim is true. But the eighties bring instability between the two neighbors who managed to contain by the hand of Washington and the powerful oil interests - including those of the Bush family - that profit two bands. 

When Iraq and Iran mutually destroyed the oil companies and US and Israeli arms dealers make their August despite some other tanker destroyed in the Gulf.

Or if by then rumors talk about who benefited from the carnage in the Gulf, but the press took care to distract those versions and continue with their anti-Iranian and Islamophobic propaganda that caricatured Ayatollah Khomeini as a dangerous lunatic for the world. Behind it is Tel Aviv and its loyal Zionist contributors who bring without pause to sow hatred among the contenders and in turn keep the Arabs in fear and distrust.

When the war ended in 1988, Tel Aviv breathed a sigh of relief to Iran, hated by the Zionists for its clear inspiration to garner adherents in Lebanon that ruined their stay in 1982 with the emergence and successful development of the Shiite movement "Hesbolla " Which proved not to need direct aid from Tehran to oppose its plans. Saddam's triumph was a sweet sour drink. On the one hand, but on the other, the Zionist ultra-right jackals had wanted to kill Saddam several times and failed horribly the last time.

But in turn, Saddam Hussein knew that Washington has direct proximity to Tel Aviv and that has always kept Baghdad on guard. According to a former IISI agent (Iraqi Intelligence Secret), a contact in Egypt before the end of the war with Iran that Saddam would have told a meeting of B'aath Party security chiefs that "if we did not attack To Iran on behalf of the United States, the Americans would see to it that Iran did it against us. " Saddam's suspicion with the Americans and the British always be present and that be shared by all his government team and supported by all his people. Although the media conceal it, the British in everything that happened last century, having carried out against Iraqis, especially the south, all kinds of outrages for that reason the city of Al Basrah we will never be popular.

Also, Saudi Arabia custodian kingdom of the holy cities of Islam, keep a dirty secret in his Royal House and that was that the Abdullaziz family maintained close mining and oil business with the "Bush" family and these in turn financial partners of the Zionists On Wall Street dating back to pre-World War II times. Undoubtedly there the great reason that allow the American boots to tarnish sacred ground Then ask us What happens here?

Even according to sources of former officials of the National Security Council of G.H. Bush commented that there was "Bibi" Netanyahu and his stalwarts who, as ambassador to the United Nations, were climbing escalators with spying jobs in favor of Russia as Jonathan Pollard had stealing information from the defense to deliver it To Tel Aviv. For that Netanyahu to leave Saddam was vital for the security of Israel against Iran that was kept quiet in that war (http://www.veteranstoday.com/2017/02/14/bibi-trump-assad-saddam-finks-bar / )

To leave Saddam in power and with his forces almost intact, was the very tough option for Tel Aviv even though Iraq succeeded in successfully launching several SCUD missiles at Israel, although the strong Israeli censorship kept the damage under cover.

Undoubtedly this was the excuse for US intervention and permanence in the Middle East, a policy that began to be more aggressive since 1997 with more and destructive attacks on Iraq, taking advantage of the lethal embargo on its population.
Equally and beyond this intrigue, it was learned from a few  that the real reasons for not treading Iraq in 1991 was the toughness of the resistance that could wait for us on the other side. Do not be a tale of politicians or arguments of opinion. The media like CNN will never show our corpses and less our armored cars, helicopters and flaming planes. 

We saw the swollen bodies blackened by chemical weapons. Those of us who were there saw that the Iraqis threw us away with everything they had and many of them knowing that they would die buried in their trenches on the beaches of Kuwait, they threw their RPG-7 and light fire at the infantry and the helicopters that tried to pass their positions.

domingo, 26 de febrero de 2017

NACIONAL





“OBAMA Y MACRI AGAIN”

Como la llamada de Obama a Macri puede significar una treta de los sectores del estado profundo estadounidense que buscan alianzas políticas más allá de sus fronteras para crear plataformas de inestabilidad contra la Administración Trump




Por Charles H. Slim
A comienzos del 2016 tras haber obtenido la presidencia la formula “Cambiemos”  que colocó a Mauricio Macri y Cía a la presidencia, el entonces presidente de los EEUU Barak Obama considero muy conveniente darle una visita de cortesía que no solo se reduciría a los saludos protocolares, fiestas ampulosas y a bailar el tango. 

Como cualquier otro mandatario norteamericano, Obama traía una nutrida agenda de trabajo para el nuevo mandatario argentino con quien no habría problemas de entendimiento no solo por el buen inglés de Mauricio sino también, por la excelente sintonía ideológica que les distingue.

Su visita fue digna de una kermés en la que no faltaron los aduladores, los arribistas y los comedidos pro-norteamericanos que pueblan los cuadros del PRO, que no dejaron un solo momento en mostrar sus sonrisas lisonjeras que con notorio interés, ansiaban volver a poner al país bajo la subordinación de Washington tal cual lo había hecho “el Carlos”.

En aquel momento se pudo ver que había buena sintonía entre ambos y ello facilitó el trato de los temas que nada de agradables tienen para el país. La economía, la “lucha contra el terrorismo” y la posibilidad de que se instale una base  de Marines en la Patagonia –como apoyo a la 4º Flota- y la estrecha colaboración en las áreas de inteligencia –especialmente orientadas contra Irán- dejaron en claro el carácter real de la visita.

Como se podrá ver, nada bueno o productivo tuvo aquella visita para la Argentina. El cliché usado por Obama en ese momento fue la intensión de prestarle a su gobierno la ayuda necesaria para el combate al “narcotráfico” y por supuesto al “terrorismo”, dos temas que la gestión de Obama no podría sostener una auditoría seria ante las incontables pruebas de la participación de sus agencias de inteligencia como la CIA en el tráfico de drogas y armas que a su vez los vinculan muy estrechamente con los programas secretos “Al Qaeda”, “Khorasán” y últimamente el “ISIS”, como herramientas tácticas de una cuidadosa planificación geopolítica de conquista puesta en marcha desde hace unos quince años atrás en Medio Oriente y el centro de Asia.

Sorpresivamente el día 23 de febrero a las 17 hs de España, justamente en momentos que Macri se hallaba de visita en una agenda de inversiones en la Península Ibérica, recibió en la embajada argentina una llamada inesperada de nada menos que del ex presidente Obama quien tras unos breves minutos de intercambio de saludos, le comunicó que visitaría nuevamente la Argentina a mediados del 2018.

Algo para destacar es, el lugar donde se efectuó la llamada. Llamar a Macri fuera de su país aleja considerablemente las posibles infidencias que pueden filtrarse por las porosas líneas telefónicas argentinas. Sin dudas que esto nos habla de algo más que un simple saludo.

Según testigos presenciales, la conversación fue muy agradable para Macri que no dejó de sonreír mientras hablaba con Obama. Para algunos esta llamada tiene otros propósitos que la simple salutación de un ex presidente a un “amigo” en ejercicio del cargo. Más allá de la conversación con temas intrascendentes, el fondo de la cuestión era establecer un contacto mucho más afable que el que le ha propinado la Casa Blanca actual. Como sabemos dentro de Washington hay una cruenta pugna intestina por el poder donde Donald Trump parece decidido a remover a las costras del poder neocon que se han quedado adheridas desde el 2001 a las estructuras del poder estadounidense y de las cuales, tanto Hillary Clinton como Obama y toda su administración fueron parte.

La derrota inesperada de Hillary Clinton representó un cambio de rumbo que puede deshacer la infraestructura de dominación global que se puso en marcha desde el 2001 y que puede llevar al colapso de la maquinaria imperial. Ello a su vez, representa una amenaza a la agenda geopolítica y estratégica que esos sectores tramaron y desenvolvieron en el exterior con las nefastas consecuencias que aún seguimos viendo y que Obama continuo sin pausa.

No caben dudas de que la llamada de Obama, no fue ocasional. Hubo en ella la clara intensión de acercarse a Macri y a su gobierno para reclutarlo a esta lucha interna que sacude a EEUU y que podría llegar a tener consecuencias que los estadounidenses no quisieran volver a repetir. El Stablishment al que pertenecen indistintamente demócratas, republicanos y los sectores de presión del sionismo estadounidense   están yendo más allá de los limites con tal de remover a Trump y ello podrían pagarlo los simples ciudadanos.

Al parecer Trump no es ningún bocón compulsivo ni menos aún el loco que un informe psiquiátrico pretende probar para que lo declaren incapaz y sacarlo de la Casa Blanca. 

Muchas de sus promesas de campaña se van poniendo en marcha y algunas de ellas son demasiado pesadas para que éste sector oscuro del poder estadounidense permita que se cumplan. Una de ellas es la de terminar con la estrechas relaciones con Arabia Saudita a quien acuso de ser el fomentador del terrorismo “yihadista” y por sus estrechas conexiones con los supuestos “terroristas” del 11/S –según los pasaportes presentados como pruebas halladas en los escombros- que además de ser todos de origen saudita, la mayoría inexplicablemente están vivos.

Si Trump cumple con este tipo de objetivos, Washington verá dos décadas de planificaciones tirados a la basura y por supuesto, una catarata de consecuencias entre las que se contarían una avalancha de demandas judiciales de familiares de las víctimas del 11/S contra el gobierno saudita y claro, contra Obama y sus funcionarios de más alto rango quienes mínimamente  les cabe los cargos de encubrimiento y perjurio, agregando obviamente el descredito político absoluto a nivel internacional que  todo esto conllevaría.

Ahora bien, Mauricio Macri no parece estar actualizado o, no se ha enterado de que puede llegar a ser usado y arrastrar al país en una compulsa que puede abarcar varios niveles de lucha, comenzando por la acostumbrada propaganda desinformativa que tan bien paga el Stablishment financiero de tipos como George Soros, Sheldon Adelson y Paul Singer para nombrar a los más destacados, buscando influir en la opinión pública y en congresistas para forzar a la administración de la Casa Blanca a que termine jugando el juego que ellos plantean.