viernes, 26 de febrero de 2016

EN DEBATE


“UN LIBRO INCOMPLETO”

Qué se esconde detrás de éste aparente documento de conciencia sobre la ocupación israelí y sus principales beneficiados




Por Dany Smith

El anuncio de que para el 2017 un grupo de escritores famosos participaran en un libro sobre la ocupación israelí de Palestina, tiene algunos ángulos bastante incoherentes que no hay que dejar pasar. De por sí, hay que partir de una situación de hecho que no comenzó en 1967 e incluso vino gestándose desde mucho antes de 1948, que caracterizo por un trabajo de imposición y de un ejercicio de la fuerza para reclamar un supuesto derecho histórico.

En el marco de un proyecto de la ONG israelí “Rompiendo el Silencio”, se ha impulsado una propuesta que parece muy loable pero, viendo algunos de los elementos que componen la propuesta, se hace claro que existen algunas falacias centrales que son necesarias señalar.

Primera falacia a señalar es la de que, según se ha publicitado, los escritores –entre ellos Mario Vargas Llosa- harán una reseña sobre los años de la ocupación pero, solamente desde 1967, año en el que los israelíes tras la guerra de los seis días, aprovecharon para agrandar sus dominios a costa de mayores extensiones de terreno palestino.  Es claro, que hay una omisión a la fraudulenta y violenta fundación del Estado de Israel, lograda en base a acciones terroristas y presiones políticas que llevaron a que Naciones Unidas en 1948 proporcionara a costa de Palestina, un pedazo de territorio para dichas ambiciones.

Segunda falacia, es la participación del escritor Mario Vargas Llosa, conocido defensor de las políticas de Tel Aviv y sesgado sionista intelectual, que ha venido sosteniendo que los atropellos que comete recurrentemente el estado de Israel, son para defenderse. No es necesario –quizás a la altura de las circunstancias- tener que señalar que son muchos los judíos e incluso ciudadanos israelíes, que están hartos de verse entreverados en una situación tan abominable y vomitiva como es el “Apartheid” racista  que mantiene su “representante político” con respecto a la población árabe-palestina.

Vargas Llosa es una muestra de los llamados “sionistas” que no siendo judío, es un activista político en pro de una ideología que se mueve en el espectro político de la comunidad israelí y judía mundial. No todos los judíos son sionistas ni todos los sionistas son judíos, pero suelen ser estos “goyim” los más encarnizados defensores de las políticas siniestras y sangrientas que ha elaborado, elabora y seguramente –si Naciones Unidas sigue igual- seguirán  implementando contra la humanidad palestina.  Como ejemplos de organizaciones sionistas que agrupan y sostienen a muchos personajes de la política, los medios y académicos está el AIPAC, uno de los principales Lobbies estadounidenses pro-israelies que aportan jugosos cheques a las campañas de candidatos los candidatos que simpatizan con el apoyo irrestricto a Israel.

Pero no solo las armas y la intimidación han servido para contrarestar las reclamaciones del pueblo palestino y de muchísimos individuos solidarios con su causa. La pluma de periodistas, columnistas y de muchos intelectuales como Vargas Llosa, han venido a servir como los escribas de una historia morigerada y muchas otras veces adulterada  (v. Rebelion. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=188686 )

El drama palestino es diario. No se trata de un hecho aislado ni la continua rememoración de una catástrofe ocurrida hace más de medio siglo. Día tras día, tanques y tropas, avanzan sobre terrenos y aldeas para, topadoras mediante, remover a los pobladores locales para reemplazarlos por “colonos” o para establecer alguna posición militar israelí. Y aquel que se oponga puede llegar a ser asesinado en el acto por las “heroicas” Fuerzas de Defensa Israelíes. Se trata de la inaceptable situación de violencia esquematizada, continuada y muy bien planificada por las fuerzas policiales, militares y de inteligencia israelíes que, personajes como Vargas Llosa suelen pintar como “democráticas” y hasta incluso, pretendiendo darle aires de “heroicas”.  Para éste notable novelista y muchos otros, el expanisonismo militarista israelí no forma parte de su particular visión de la situación en Palestina y mucho menos, de su negativa a  “mantener fronteras fijas” (v. http://www.javierortiz.net/jor/apuntes/de-judios-y-de-sionistas ).

Si el proyecto solo trata a la situación de ocupación, desde los parámetros que sus impulsores plantean estamos claramente ante una manipulación de la verdad histórica, retaceando la parte fundamental, el origen de todo lo que ha devenido a lo largo de estas décadas de implantación de un estado con características netamente colonialistas y opresoras.  Y estas conclusiones son claramente verificables en la realidad. El estado de Israel se amplía dramáticamente a costa de los territorios palestinos que va usurpando por medio de la violencia de todos los grados y todas vías (militares, policiales, judiciales e incluso con asesinos enmascarados)   Ha convertido a las comunidades palestinas en verdaderos guetos a cielo abierto que son constantemente monitoreados por sus torres de vigilancia, Drones y por supuesto, sus temibles “Shint Bet” o policía secreta.

Otros aspectos de la realidad, son las aberraciones que han sido denunciadas sobre el uso de pesticidas y químicos que son rociados impunemente sobre las poblaciones palestinas para tratar de destruir la natalidad en la población árabe palestina. Sin eufemismos, se trata de pura  y muy sofisticada Eugenesia, que se enmarca en sus acostumbradas políticas clandestinas de muerte  porque –como ha escrito algún autor similar a Vargas Llosa- son expertos en matar sin que se note; aunque traten de señalar a otros como los malos del mundo.

Para los palestinos que han seguido manteniendo la opción de la resistencia armada, pese a su legitimidad, la misma se ha convertido en una trampa siniestra que además de generar justificaciones políticas y mediáticas al Stablishment de Tel Aviv, proporciona a la fructífera industria armamentística israelí, fabulosos negocios mediante la producción de armas que serán probadas en centros urbanos como Gaza, convertida en un “polígono vivo”  para el testeo de todo tipo de armas prohibidas por las convenciones internacionales.

El último aspecto de la “democracia” del estado de Israel, esta vista en su fundamento y sostén como estado, que se beneficia de la situación creada en las zonas ocupadas no solo haciendo pingues negocios inmobiliarios con las tierras que son robadas a los palestinos sino también, aprovechando su mano de obra que dicho sea de paso, debe pasar de las zonas palestinas a las áreas urbanas israelíes, por verdaderos cercos para ganado custodiados por militares y policías que a gusto, pueden detener a un palestino que no les agrade sus gestos. Si sí, muy democrático.


El por ello, que si se pretende escribir un libro que ayude a entender la realidad creada por la ocupación israelí, debiera tener un alcance total y no parcial; pero además  y en vistas de esta particular obra a emprender, solicitar a los “notables” escritores que se involucran en este líbelo –caso de Mario Vargas Llosa- hagan un breve prologo para explicar desde donde hacen su aporte; si lo hacen desde el punto de vista ideológico, el histórico o de la ficción que sin dudas es desde donde escribirá el afamado defensor de las políticas de Tel Aviv.

miércoles, 24 de febrero de 2016

VETERANOS DE AYER



“EL DÍA QUE MENEM DIJO SI”


La historia secreta de cómo el presidente Carlos Menem dijo “si¨ a la propuesta de Washington a involucrarse en la crisis que luego terminó con la Guerra del Golfo




Por Charles H. Slim y Javier B. Dal

Han pasado largos 25 años desde que la Argentina se involucro en “guerra” que sería el germen de la realidad geopolítica que hoy marca los destinos del Medio Oriente y del mundo entero.  En aquel entonces, el presidente argentino Carlos Saúl Menem y el estadounidense George W. Bush, jamás imaginaron que tan pronto asomaba la nueva década, tendrían tantos y profundos contactos que irían más allá de lo protocolar y de los temas de estado.

Era inimaginable, que un “peronista” le abriera las puertas de par en par a los EEUU al país y mucho menos, que le sirviera como el gobierno menemista le sirvió en sus planes geoestratégicos enmarcados en el proyecto de un “nuevo orden mundial”, oficialmente declarado por el mismo George W. Bush el 11 de septiembre de 1991 ante el Congreso estadounidense. Como olvidar aquellos momentos en que el mundo se sacudía con la caída del muro de Berlín, el derrumbamiento de la URSS y una crisis interna china sofocada a sangre y fuego en “Tian An Min”, fueron los argumentos centrales para lanzar una política de unilaterialismo intervencionista que ha causado estragos de notorio conocimiento.

Sin dudas que Menem fue consciente de que no había otra opción para poder sobrevivir en el poder, que colgarse al poderoso de turno y en ese lugar, los EEUU emergían como el poder único tras una larga mitad de siglo bajo la amenaza de la llamada “Guerra fría”.  Siendo generosos, Menem podría ser calificado como un gran pragmático para no decir que fue un detestable traidor que se paso los idearios del movimiento peronista por las suelas de los zapatos.

Pero más allá de estos escabrosos asuntos de estado y de la política partidaria,  documentos que se encontraban como clasificados en los archivos de la NSA y del servicio secreto de la Casa Blanca, demuestran que el presidente George W. Bush tenía una sincera estimación por su par argentino e incluso podríamos interpretar, una cierta consideración al momento de tratar de entender los esfuerzos que realizaba la Casa Rosada por impresionarle a él y a los círculos del Stablishment en Washington. Quién vivió aquellos años, no puede olvidar a un Menem casi pueblerino que tras la visita de Bush en Diciembre de 1990 llevaba tímidamente pero, con la típica picardía argentina., a un Bush que mascando chicle y mirando para todos los lados,  trataba de impresionar al “Cowboy venido del norte”.

Pero la relación entre Menem y Bush había comenzado tempranamente a comienzos de 1990 con llamados telefónicos entre La Rosada y La  Casa Blanca, en momentos en que desde el gobierno argentino, acorralado por los desaciertos económicos y una situación social que parecía estallar en variadas expresiones,  se buscaba captar la atención de Washington. Según algunos de estos documentos, a Bush y su círculo de republicanos no les agradaba y menos aún confiaban en un gobierno justicialista que históricamente había sido una ideología hostil a los intereses norteamericanos en el país. Es más, según algunos reportes de la CIA operando en Buenos Aires, señalaban que Menem estaba conectado a varios sectores altamente peligrosos –especialmente los nacionalistas- para los proyectos económicos y políticos que se implementarían en la región, por lo cual, se hacía necesario trabajar sobre sus planes y opciones de gobierno. Era indudable que Bush fue puesto al tanto de estos pormenores y como viejo zorro del mundo de la inteligencia –porque fu el jefe de la CIA- decidió encarar el objetivo “Menem” en persona y sacar sus propias conclusiones.

A comienzos de 1990 Washington seguía manteniendo muy buenas relaciones con Iraq e incluso  la CIA seguía operando con el mukhabarat iraquí para obtener informes de inteligencia sobre cómo se re establecía militarmente el Irán de Khomeini. A la par de ello, los roces entre Iraq con sus vecinos del Golfo especialmente con Kuwait, no parecían atemperarse y también  entre medio, la CIA seguía de cerca hasta donde llegaría Saddam para que Kuwait y Ryad cumplieran con sus compromisos. Y según algunas fuentes, fue la misma CIA la que acercó a Bagdad, las pruebas de que los kuwaitíes estaban robando crudo desde una perforación inclinada en los campos petroleros de Rumailah del sur.  Al mismo tiempo, la misma agencia comenzó a sembrar dudas en la familia real de Kuwait sobre las intensiones de Bagdad y las posibles acciones que “el malvado Saddam” podría encarar en su contra.

Según se ha sabido, todas las llamadas que se hacen desde y hacia la Casa Blanca son meticulosamente grabadas y archivadas en los bancos de información de la National Security Agency, algo que el otrora George Bush sabía  muy bien, como parte de un protocolo de seguridad interna que tiene EEUU.

Fue en medio de esta oscura y secreta circunstancialidad que el presidente Menem y su par, George Bush, fueron tejiendo una amistad que llevaría a que  -seguramente ganado por el entusiasmo- Menem comprometiera al país más allá de lo que cualquier otro estadista argentino lo había hecho en beneficio de los intereses de otra potencia extranjera.  Fue sin dudas una  llamada que partió de la Casa Rosada a la Casa Blanca efectuada a finales del mes de agosto de 1990 en tempranas horas de la madrugada, la que definió la lealtad del gobierno menemista con el proyecto que Washington llamaba “Una Argentina democratizada y con una economía líder”.

Eran momentos en los que Washington estaba limpiando los vestigios de los gobiernos que en las décadas de los setentas y ochentas había apoyado con entusiasmo para contrarestar las influencias de la Cuba Castrista aliada a la URSS. Recordemos lo que sucedió con Panamá y el gobierno de Manuel Noriega en 1989, que pese a la cercanía que hubo con la Casa Blanca y con la CIA, George Bush ordenó sin miramientos la invasión y el derrocamiento del gobierno militar liderado por aquel viejo amigo. Sin dudas que ello fue una advertencia para el resto. Fue por ello, que Bush comenzó una agitada agenda de visitas a los países de la región para que, los nuevos gobiernos, se plegaran a las nuevas directivas que perseguían como principales objetivos, instalar “democracias y economías neoliberales” descaradamente  adictas a EEUU.

En Argentina la clase política poco o ningún interés tenía en resistir la oleada y Menem no dudo en montarse en la cresta. Fue de ese modo que en aquella llamada realizada desde la Quinta de Olivos y que fue recibida por el mismo Bush, el mandatario argentino –obviamente con traducción simultánea- le comunicó su intensión de querer participar en la crisis que se había desatado en el Golfo Pérsico a comienzos de mes, por lo cual comenzó diciendo: “Hola, señor presidente! Espero no haberte importunado con esta llamada. 
Se habrá enterado de que la comitiva de defensa estuvo por ahí justo en momentos que estalló la crisis de Kuwait y como usted tuvo que salir inmediatamente del país, tuvieron una charla con Dan Quayle y quería saber qué le ha parecido nuestra propuesta”. Sobre la marcha Bush repuso: “Hola mi amigo! He estado al tanto de dicha visita y debo decirte que ha causado muy buena impresión en mí  y en mis colaboradores; debo decirte que personalmente me ha congratulado porque has sido el único representante de tu región que ha expresado un ferviente y abierto deseo de colaborar con el serio problema que ha surgido en aquella región”. A esto, Menem respondió: “George, es un compromiso que he decidido encarar para acompañar en el proceso para instaurar el desarrollo y la paz mundial y del cual como presidente de la república Argentina, no voy a eludir”. A lo que Bush repuso: “Mira mi amigo, tengo aquí en mi despacho las notas que se tomaron de la entrevista de tu comitiva con el vicepresidente  y ….(pausa)  ahora mismo las hare revisar y yo mismo enviare un despacho al Departamento de la Defensa y al Pentágono para que tomen en consideración las propuestas que figuran en el memo”. A lo que Menem respondió: “George, no dudes ni por un momento que mi gobierno pondrá a disposición de la causa de la paz y la seguridad internacional, los medios que sean posibles para estar lado a lado en este desafío”. Para lo cual entre sonrisas Bush, repuso: “Muy bien colega, tómalo como un hecho. Mañana me reuniré con el Jefe del Estado Mayor y todo su Staff para comunicarle que tenemos un aliado confiable en el sur y que por los canales correspondientes comiencen los contactos con tu Estado mayor para que evalúen tus propuestas y las que hagan tus comandantes, ok?”  A lo que Menem respondió: “Ok George, ahora inmediatamente informare al Estado Mayor Conjunto para que se pongan a trabajar en el tema y estén pendientes de ustedes. Desde ya te mando un abrazo George”,  y Bush le respondió: “Muy bien colega, no te preocupes seguiremos en contacto, adiós”.

Según algunas fuentes contemporáneas, hasta ese momento George W. Bush no tenía mucha idea –más allá de los informes de la CIA- de quién era Carlos Menem ni de cuáles eran sus orientaciones políticas, pero fue ésta llamada la que impresiono muy positivamente al mandatario norteamericano quien en una reunión en el salón Oval con el entonces jefe del USSOUTHCOM y el presidente del Estado Mayor Conjunto el general Collin Powell quién dijo “I like this guy!” mientras entre comentarios y algunas chanzas, analizaban la credibilidad de Menem y su gente. Esta llamada movió a Bush a que realmente pidiera informes sobre lo que se había charlado tras la visita del Ministro de defensa argentino y su comitiva que justo habían estado, en momentos que él y su equipo partía hacia Arabia Saudita.  Incluso ésta fuente agrego que Bush repuso categóricamente: “me gusta este tipo y quiero que tomen enserio su propuesta para conformar la fuerza de tareas”, algo que  Collin Powell asintió con una leve morisqueta en su rostro.


Sin dudas, el paso del tiempo y todo lo que ha pasado tras aquellas decisiones, han convertido a estas situaciones en meras anécdotas políticas que, pueden o no pueden ser creíbles pero algo es cierto; y que George W. Bush hizo mucho por proteger al gobierno de Carlos Menem por el simple hecho de que le caía muy bien.

lunes, 22 de febrero de 2016

NACIONAL


“OBAMA CAE EN BUENOS AIRES”

¿Cuáles serían los motivos centrales de la inedita visita de Obama a la Argentina?




Por Dany Smith

Próximamente, la llegada a Buenos Aires del presidente norteamericano Barack Obama es sin lugar a dudas, un acontecimiento relevante en la vida política de Argentina y de la región del cono sur. Igualmente de importante lo es para el gobierno argentino que, dicho sea de paso, se encuentra en la misma frecuencia ideológica del Stablishment estadounidense. Ahora bien ¿qué significa para Obama y particularmente para los que verdaderamente manejan el poder en Washington, la visita a la Argentina?  Para responder a esta cuestión, deberíamos ver antes el contexto en el que se realiza esta visita.

Sin dudas que el momento político para La Casa Blanca y para los EEUU en particular no es el mejor. Con el incremento de las tensiones con la Federación rusa por los asuntos en Ucrania y Siria, se agregan los roces con China, a quien la Armada estadounidense ha venido maniobrando en el mar de la China y sobre sus aguas meridionales –en torno a las islas Triton- , con claras intensiones de medir las capacidades de respuesta de la Armada asiática, que dicho sea de paso, tiene convenios de colaboración con la Armada de la Federación rusa.  Es en este tipo de incidentes, en los que varios expertos opinan que “hay una deliberada intensión de EEUU por abrir un frente bélico en Asia” siendo sus principales motivos, el mantener en marcha la lucrativa economía bélica que ha sido el motor para la recaudación de dinero, bienes y riquezas varias que además de enriquecer a los magnates de la industria armamentística, proveen al estado norteamericano los incentivos y las justificaciones para mantener “el estado de movilización permanente” que para la industria armamentística y sus empresas satélite representan miles de millones de dólares al año.

A todo ello, el mandatario norteamericano debe agregar el crecimiento de su impopularidad doméstica en el marco de un crecimiento de la tasa de desempleo, el crecimiento astronómico de la deuda pública y los problemas que surgen de cada vez más complejas situaciones entre las empresas de servicios y el consumidor, sus contradicciones en el tema del “ISIS”  y las impopulares medidas para involucrarse aún más en los conflictos que aquella franquicia ha creado dentro de Siria e Iraq, para citar a los más conocidos.

En el aspecto de los derechos humanos, Obama no ha repuntado en la imagen que los EEUU se ganaron tras la puesta en evidencia, que sus agencias de inteligencia y sus fuerzas militares de ocupación, desarrollaban  y siguen desarrollando torturas, abusos y  ejecuciones sumarias contra prisioneros de los países invadidos. A pesar de que en 2009 el mandatario fue galardonado con el “Nobel de la Paz”, los asesinatos selectivos  de la CIA, los bombardeos con DRONES y las acciones intrusivas contra la soberanía de otros países siguen sin pausa.

Fue precisamente en este tema, que Obama baso su campaña electoral para llegar a la Casa Blanca, en medio de la indignación internacional por las aberraciones comprobadas en los campos de concentración en Iraq, Afganistán y el insólito Dungeon para musulmanes de Guantánamo, ubicado a pocos kilómetros de la Cuba “Castrista”. En este sentido allá por junio del 2007 afirmó “Vamos a cerrar Guantánamo. Vamos a restaurar el Habeas Corpus. Vamos a dar ejemplo no solo con palabras, sino con hechos. Esa es nuestra visión para el futuro”. Otra de sus promesas fue dejar de lado la política de agresión y de sometimiento a las naciones más pequeñas y con claras desventajas  cuando por septiembre del 2014 aseveró “Las naciones más grandes no deberían poder intimidar a las más pequeñas”  y una pléyade de promesas más que fueron rotas tan rápido llego a la Casa Blanca. Una contradicción muy acorde a la actual situación de virtual guerra fría con la Federación rusa, es aquella en la cual había prometido reducir el costo y los gastos para la defensa queriendo mostrar que buscaba la paz, incluso reduciendo el poder militar de su país. Pero, no tardo en contradecir estas promesas cuando en Julio del 2008 aseveró “Necesitamos más tropas, más helicópteros, más Drones Predator en la región de la frontera Afgana”. Incluso, sus contradicciones han llevado a desatar las incertidumbres de israelíes y palestinos ante posturas que son imposibles de reconciliar.

Para los anglófilos y partidarios de la american way estos antecedentes son cosas del pasado e incluso la visita de Obama es tan o más importante que la del Papa, dejando a la vista que todas las incongruencias y los desatinos del mandatario no cuentan al momento de meritar su importancia política.

Desde el punto de vista de la agenda de la política estadual, Obama seguramente trae más pretensiones que ofrecimientos, algo que, asombrosamente, no causa inquietudes en la Rosada. Y pese a que la visita es particularmente importante para el gobierno de Mauricio Macri, aunque cueste creerlo,  la misma representa una gestión vital para los intereses de EEUU. Entre los temas en la agenda de Obama estaría el nuevo rol de la Argentina en el contexto del enfrentamiento con Rusia, China e Irán que sigue su progresivo agravamiento y con una cuenta regresiva en marcha.  Con la base china en Neuquén y los inconvenientes que ello supone para las operaciones de inteligencia electrónica a cargo del Pentágono, es seguro que Obama traiga un plan especifico para contrarestar este asunto.  En este sentido, una de las propuestas que traería consigo el mandatario es la de un “estrechamiento en el área militar” que bajo el rótulo de la “cooperación”, haga  posible la instalación de una base aérea permanente en el sur, algo de lo cual han venido corriendo rumores extraoficiales.

Pero a nivel mediático, no se ha mencionado ni se mencionaran estos tópicos. Desde las versiones oficiales, se trata de una “agenda bilateral” en la cual Obama y Macri trataran varios temas de capital importancia para ambos países, especialmente enfocados sobre los económico y financiero; pero en la realidad, es imposible que haya una agenda similar ya que entre Argentina y los EEUU no existe una  situación de paridad y menos aún de similitudes que pueda generar una conversación entre “iguales”. Por lo que, los puntos de la agenda de Washington vienen para ser entregados y puestos en macha sin ningún tipo de condiciones por el gobierno argentino.

El punto gravitante para exponer como “muy positivo” por parte del gobierno de Argentina ante la opinión pública es el económico  y en especial en lo que se refiere al regreso de las inversiones privadas que “traerían capitales que reactivarían el desarrollo y el empleo”; ¿acaso no se trata de un deja vu? Y es que este argumento fue el mismo que por allá en la década de los noventas, el menemismo y en especial el ministro Domingo Felipe Cavallo puso sobre la mesa para sustentar aquellas relaciones carnales que culminaron siendo una verdadera violación. 

Pero más allá de la repetida cantinela de las “inversiones privadas” y negociados que llenaran los bolsillos de los altos ladrones de la City y de los grupos concentrados –repitiendo el zaqueo de la década menemista- Obama trae consigo puntos en la agenda que son bastantes oscuros. Uno de ellos es el tema de las políticas de inteligencia y seguridad a las que Argentina deberá comenzar a implementar, como parte de los intereses de la “seguridad nacional” que  Washington despliega en su “lucha contra el terrorismo” y que dicho sea de paso, ha servido para controlar los asuntos internos y a los individuos sospechosos de cada país. Los puntos que Obama trae consigo han sido elaborados por el director de la CIA John Brennan quien, además de ser responsable de las últimas acciones de su agencia en Siria, Iraq, Afganistán y Pakistán, había revelado sus conclusiones para acabar con los gobiernos progresistas de la región.

Sin dudas, ésta área del estado comenzara a trabajar con mayor  dedicación y prolijidad bajo el estricto seguimiento de la “agencia”, que no permitirá irresponsabilidades y menos aún la inclusión de aficionados políticos que solo han venido aprovechando éste órgano (AFI) para sus propios intereses.  En el juego que la CIA tiene montado desde hace ya quince años, no hay lugar para desprolijidades que puedan significar la filtración informativa que tanto ha venido molestando a las políticas de Washington.

En conclusión, la visita de Obama no es más que la preparación del terreno para su futuro reemplazante en la Casa Blanca, que muy seguramente –y como se ha estado viendo en la evolución política interna- será la inefable Hillary Clinton que pueden creerlo o no, a pesar de estar bajo investigación ante el “House Bengazi Committe” por sus nebulosos contactos con los asuntos sucios de la CIA en Libia, se avizora como la próxima presidente con lo cual se pronostican el agravamiento de las situaciones conflictivas y el endurecimiento de las políticas de intrusión, espionaje y control a cargo de las agencias federales alrededor del globo y claro, sobre Argentina.