jueves, 1 de abril de 2021

“EL TREN DE LOS INCONSECUENTES”

A 39 años de la recuperación de las Islas Malvinas y archipiélago del Atlántico sur la Argentina se ve inmersa en el caos político interno y a la incertidumbre geopolítica como estado nación ¿Habrá salvación para la Patria integral?

 

Por Charles H. Slim

Hace treinta y nueve años la Argentina llevaba adelante uno los itos políticos e históricos que cambiarían para siempre su posición en la región y el mundo. La recuperación de las islas Malvinas, Georgias y Sandwiches del Sur en aquel 2 de abril de 1982 dio paso al enfrentamiento bélico con el Reino Unido que -más allá del resultado militar- sentó un precedente geopolítico y jurídico que no puede obviarse. Más allá de que la recuperación de las islas del Atlántico sur y con ello el control sobre los espacios marítimos circundantes fue temporal y terminó en una derrota en junio de 1982, el sentimiento de pertenencia y las ansias de volver nunca se perdieron.

Pese a este sentimiento colectivo que mora en el subconciente del pueblo argentino, su dirigencia política -especialmente la capitalina- totalmente alejada de la realidad del ciudadano común, ha demostrado no saber (o quizás no querer) receptarlo y mucho menos tener la vocación, la inteligencia ni el valor para desarrollar una agenda estratégica a largo plazo que atienda y analice los desafíos que representa la empresa, ya no para recuperar el archipielago, sino para limitar los movimientos del usurpador que desde hace décadas se beneficia de sus recursos y que va en franca expansión sobre el resto del territorio continental. Esto último no es algo que debiera asombrar ya que no hay recursos militares para limitar esas intensiones. Si bien los posibles planes del gobierno argentino por modernizar las FFAA con equipamiento ruso y chino sería una señal en este sentido, es tan solo un pequeño paso en un largo camino que llevará décadas de una política sostenida.

Pero la historia política del país evidencia interrupciones cíclicas en el desarrollo de sus políticas estratégicas (cuando supo tenerlas) no solo por golpes civico-militares sino por meros cambios partidocraticos en los ocupantes de la Casa Rosada.

El problema que se presenta en la actualidad esta signado por la situación interior del país caracterizada por una total anomia social, el desgobierno, la corrupción estructural y el caos ideológico. En este sentido el nuevo milenio halla a la Argentina en un total abandono de sus intereses estratégicos y entrega completa a las actividades británicas en todo el atlántico sur, quienes a su vez amplían peligrosamente sus actividades con la pronta remisión (no solo de submarinos) de parte de su arsenal nuclear estratégico a una instalación secreta en Malvinas. Con esto en vista la amenaza para la Argentina y la región se profundiza de forma critica y peligrosa poniendo a la región en el mapa (como mero observador) de una hipotética tercera guerra mundial.

Mientras en Buenos Aires los sectores admiradores y hasta obsecuentes de las políticas anglosajonas y siguiendo a la nueva tendencia en la Casa Blanca dan inicio a un falso y flemático debate sobre “democracia o autocracia” (puesto a rodar por el senil presidente Joe Biden), el país se va por un caño ya que tal como lo revelan las encuestas y relevamientos sobre la situación económico-social, los sueldos -para quienes tienen la fortuna de tenerlo- no llegan a cubrir las necesidades básicas de una canasta de alimentos digna para una familia tipo que a su vez se ve asfixiada por la impiadosa subida de los impuestos, el aumento escalonado del precio en los combustibles y el desempleo endemico. Ciertamente que no hay en la Argentina un “Churcill”, “Thatcher” o “Reagans” (proceseres para estos sectores) que puedan implantar ese liberalismo salvaje que tantos acompañaron con el Menemismo de los noventas y al cual hoy (disfrazados de “republicanos”), critican al gobierno como si no hubieran estado.

Para complicar el cuadro, la aparición del COVID 19 acentuó la actual situación de precariedad y dejo a la vista la desarticulación del estado que (sumido por décadas en la circunstancialidad, eñ asistencialismo y la demagogia política) no había podido prevenir lo que estaba por ocurrir y mucho menos, tenía los recursos materiales y humanos para afrontarlas. En el medio, los mismos medios y periodistas jugando a los espantadores oficiales ventilando cifras de infectados y muertos conforme convenga a quienes digitan los orquestadores de esta “pandemia”. Tal vez lo peor de todo ello sea que ninguno de sus organismos de inteligencia o de sus prestigiosos académicos tenía la más mínima idea de lo que realmente había ocurrido y es que, en realidad, desde hace años que no existe algo así por estos lugares. Pensar en la Argentina siempre ha sido un mal negocio y en las últimas épocas se vuelto muy riesgoso.

De este modo mientras quienes acusan al gobierno de Alberto Fernández de inoperante y falto de visión, no reconocen que la oposición (a la cual solapadamente miman) no ha demostrado ser mejor dado que en su mayoría son los mismos que formaron parte del anterior gobierno de Mauricio Macri quienes entre otras cuestiones capitales, malgastó los fondos requeridos al FMI, entregó las reservas de oro del Banco Nación a Londres, facilito los negocios de empresas privadas amigas del entorno presidencial y desguarneció aún más las aguas del Atlántico sur y el sistema integral de la defensa ¿Qué clase de patriotismo podría encontrarse en este tipo de gente?

Mientras unos tratan de jugar a la revolución con medianías, voluntarismo y practicas anacrónicas, los otros (auto rotulados como “republicanos”) entregan los intereses de la nación al enemigo estratégico bajo la literaria denominación de “apertura al mundo” que obviamente -ese mundo- se limita a EEUU, Gran Bretaña y la UE y que algunos de ellos se animan a catalogarlo como “el mundo civilizado” no reparando que esa adorada civilidad que se cubre con la consabida palabra “democracia” en todo lo que va del nuevo milenio ha sido autora y generadora de brutales intervencionismos políticos y militares que -al amparo de engaños y mentiras-  han causado destrucción, miseria y millares de muertes alrededor del mundo ¿Acaso estos pueden ser considerados mejores que el actual gobierno?

Son estos mismos que se empalagan hablando de Paris y del europeísmo teniendo siempre como centro una supuesta superioridad anglosajona, denostando a su propia tierra, sus bondades y el sacrificio de sangre que sus hijos ofrendaron para luchar en aquel invierno de 1982 contra los agresores de aquellos lares que (vale la pena recordar) han hecho “grandes” sus economías a costa de la agresión colonialista e imperialista secundado a EEUU. Ciertamente que no hay explicación filosófica y moral -por más sofisticada que ella fuese- que valga para argumentar tanta bajeza intelectual.

En este mismo sentido, varios de estos exponentes que forman parte de los comedidos medios alineados a las políticas de Washington y a Gran Bretaña, avaladores de todas las “políticas civilizadoras” de La Casa Blanca, no han ahorrado entusiasmo al comentar la bravuconada del presidente Biden que en público calificó a su homologo ruso como “asesino” sin decir nada de los 8000 millones de dólares del presupuesto anual que La Casa Blanca destina para ordenar y ejecutar asesinatos selectivos contra quienes ellos consideran como indeseables; muy democrático ciertamente. Tampoco parecen recordar que Biden como senador del Partido Demócrata en una entrevista de 1982 ante la cadena CBS, apoyó de manera explicita a Gran Bretaña olvidándose que EEUU tenía un compromiso hemisférico con el TIAR que violo de forma flagrante y vergonzosa con su asistencia a la Fuerza de Tareas de la Royal Navy. El sesgo de estos personajes es tan obvio que no hace falta análisis alguno.

Precisamente en lo referente a la política exterior, Argentina por intermedio del gobierno actual pareciera estar sosteniendo y consolidando una posición ideológica dirigida a despegarse de la influencia que los gobiernos anteriores y en particular el del presidente Macri había involucrado de forma íntima con países como EEUU e Israel quienes a su vez trataron en ese entonces, aprovechando el acceso que les permitieron funcionarios clave como Patricia Bullrich, Arribas, Magdalani y Oscar Aguad sumado a la magra situación institucional, de cooptar el área de seguridad, inteligencia y Fuerzas Armadas para que sean una extensión más de sus políticas en la región. Obviamente que entre esas políticas no se cuenta el interés por apoyar a la Argentina en sus reclamos sobre el Atlántico sur.

Quienes apoyan estas injerencias son aquellos que con mucho ahínco y esmero no paran de señalar públicamente como un mal camino para la nación, establecer relaciones con Rusia, China, Irán y por supuesto Venezuela aprovechando cualquier argucia para desatar y fundar sus acostumbradas y ponzoñosas editoriales. En este último sentido, queda claro que quienes bregan por amigarse incondicionalmente con Gran Bretaña, EEUU y sus aliados no refieren a sus pueblos sino a los intereses (políticos-económicos y estratégicos) de los gobiernos anglosajones que son parte en la ocupación del Atlántico sur.

Por el contrario y desde una pragmática novedosa, los acercamientos a Rusia, China e Irán no solo representan un giro audaz en las relaciones del estado argentino sino que demuestra (o al menos así pareciera) una vocación de establecerse como un actor geopolítico con un peso gravitante a modo de ir ganando con el tiempo la suficiente fuerza e influencia como para poder lidiar con la situación de facto que mantiene Gran Bretaña en el sur argentino.

 

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viernes, 26 de marzo de 2021

By Dany Smith


“A TECHNOLOGICALLY DYNAMIC THEATER”

Why have Washington and its regional allies failed to overthrow the Syrian government? The importance of developing optimal defenses against sophisticated attacks

By Dany Smith

Remains of a TomaHawk downed intact

The so-called “civil war in Syria” has been going on for ten uninterrupted years of aggression and plots originating in the West. Much blood of innocent civilians has flowed from the first moments of that lie disguised as popular demonstrations behind which hid cells of murderers and agitators (many of them transferred from Libya) recruited by the Saudi, Qatari and Turkish intelligence services that at the at the same time they responded (and still do) to directives from the CIA and British MI-6.

Trying to create the same conditions of insecurity and mistrust that they had installed in Iraq and Libya, these dark actors tried to make their actions swift and effective with an expectation of no more than a few months of survival of the Bashar Al Assad government. If it fell into that term, the puppets who had taken power (and who would respond to Washington), would have started a campaign of damage control and media cover-up to cover up all the dirty operations carried out by their pseudo-Islamist henchmen of gangs like “Jabbat Al Nusrah ”,“Al Qaeda” and “Daesh”. With that result, the Western media headlines would have boasted of the “arrival of democracy” and the like.

But the plans did not materialize as expected and worse, Russia's intervention on the ground ended up destroying their expectations of an instant victory. Even more; Erdogan's attempt to scare Putin into retracting his intervention (with the downing of the SU-24) was not only unsuccessful but also counterproductive. This in turn neutralized the operations of the mercenary gangs and this was capitalized on by the Syrian Arab Army to further push these elements that were sneaking through the porous borders of Turkey, Iraq, Jordan and the Israeli-controlled “Golan Heights”.

At the same time, but on another level, these same Western conspirators, certainly powerless due to the resounding failures that their proxies (among them Kurdish) suffered due to the actions of a reorganized Syrian army with the lethal support of the Russian aerospace force, began to engineer dirty new tactics in order to try to discourage the Russians. First they tried to blame Al Assad for chemical attacks and show him to the world as a war criminal; this did not work and Russia sustained its support. Before long, attacks on Russian officials in Damascus tried to intimidate Putin, but to no avail. It was thus that we saw how mysterious Drones armed with hardware items launched attacks by throwing grenades on the Jmeimin base and even on the port of Tartus. Added to this, the cunning Israeli attacks that claimed, among other lives, the lives of several Russian soldiers and officers in an attack on September 23, 2018, filled the patience of the Russian government. Although Tel Aviv immediately rushed to the Kremlin to apologize, Vladimir Putin -clearly fed up with these tricks- was pragmatic and clear enough for Netanyahu to measure his forays.

Mysterious Drone

From here we witnessed a superlative upgrade of Syrian air defenses that were out of date with old material dating from the Soviet era. The technical readjustments of Russian engineers and their coordination with their advanced electronic warfare systems made the Syrian skies a bad place for intruders and opportunists who support terrorist gangs. From that moment on, strange things began to happen and difficulties in western devices (such as GPS cut-off among other failures) began to be reported with more continuity. Even in the air attack of last February 26 against the Iraqi popular militias Al-Hashd Al-Sha'abi in Syrian territory, electronic difficulties would have occurred in the missiles launched as if they had been illuminated by some kind of invisible ray that destabilized them. Does the Arab resistance have reverse technology acquired from the TomaHawk captured after the unsuccessful US attacks?

In this sense, a specialized publication in “The National Interest” ensures that Russia managed to get hold of exponents of these missiles that did not explode and after developing all the electronic countermeasures to cancel them, they shared them with their partners and regional allies. If this is true, the Western failure is twofold, since to the strictly military is added an impotence and political inefficiency to deploy its imperialist geopolitics.

In this way, armed gangs trained by “Western elements” (in places like “Al Tanf” and “Al Sham”) without air cover were easy and lethal targets of Russian planes and helicopters, which ended impunity with the one they counted on.

Donald Trump attempted a trick by saying that he was withdrawing his special forces troops who were illegally prowling northeast Syria while naval and air force planes launched targeted attacks against positions of Syrian government forces and against their Iranian, Iraqi and Lebanese allies. Likewise, they were not as effective as they would have liked and the risks of an escalation with the Russians led to more precautions. It was thus that Donald Trump opted for the remote attacks with cruise missiles “TomaHawk”" that -according to his expectations and his advisers- would terrorize the Syrians and give a clear message to the Russians.

In April 2017, using highly questionable and unproven excuses, he ordered the attack with 59 missiles against the Syrian complex of “Al Shayrat”; the result was a total failure. What had happened to most of those vectors that did not hit the mark? The silence of the Pentagon was the answer.

In April 2018 Trump orders another attack against Syria in which it will be supported by the French and the British. They had previously warned the Russians to avoid an incident, but this did not mean that they turned off their electronic defense systems. The objectives sought are not achieved here either, being clear another tactical and political failure for Washington.

After these attacks, certain intelligence reports were learned that referred to the capture by the Syrians of several of these TomaHawk that remained intact on the ground to be delivered to the Russians who immediately sent them to Moscow where they were carefully studied and deciphered their weaknesses. It is clear that the Syrian skies were very well protected by some radioelectronic shield system that simply disables the electronics of any device not authorized to darken the air.

Although the Pentagon and intelligence deny that this has been possible, reality has shown and continues to prove to be the answer to those facts and today it can be seen as the US missiles and even the "Delilah" (CCD\IIR with GPS\INS) of their Israeli allies, are successfully diverted and overridden by a mysterious invisible force that their experts have not been able to decipher. Is it the new capabilities of the REB System "Krasujah-4" or is it an improved system unknown to the Americans?

In addition to this, there are reported failures in the electronic systems of airplanes and helicopters that endanger the lives of their pilots when they try to enter the Syrian skies. In conclusion, it can be assured that Russia is a (long) step in electronic warfare technology ahead of the Americans and their partners, something to be commended by President Joe Biden and his advisers before ordering another adventure against Syrian sovereignty.

  

lunes, 22 de marzo de 2021

 

“INTERPRETACIONES DE UNA VISITA ESTRATEGICA”

¿Por qué el Papa Francisco visitó Iraq y en especial al líder chiita el Ayatolá Ali Al Sistani?

 

Por Charles H. Slim

Nadie se hubiera imaginado hace tan solo diez años atrás, que el sumo pontifice podría llegar a visitar una nación árabe islámica como Iraq, mucho menos si atendemos al contexto en el que este país se hallaba y aún se halla. El viaje que llevó al Papa Francisco a un país devastado por una ocupación brutal y sumido en una constante espiral de inestabilidad y violencia, demostró un interés estratégico que va más allá del coraje que dicha empresa requería.

A pesar de que desde los medios occidentales se trató de sembrar el temor por la suerte que podría correr la integridad física del Papa, ya se podía advertir las segundas intensiones de estas alegaciones. El mantener la desconfianza y la separación entre el Islam y los cristianos siguen siendo los pilares comunicacionales estratégicos que han sido continuamente fomentados por los sectores neoconservadores anglosajones y los sionistas estadounidenses que buscan beneficiar en último sentido a la geopolítica y los intereses del estado de Israel.

Uno de los argumentos más ventilados por los medios argentinos (especialmente capitalinos) referían a una visita a los fines de atender a una supuesta persecución de los “cristianos” de aquel país, algo que es falso. Adunado a esto, habría que señalar que los pocos católicos que tenía Iraq la mayoría debio huir debido a la violencia generada tras la invasión angloestadounidense de 2003 quedando tan solo los llamados “cristianos coptos” y jazidíes quienes no forman parte de la teología romana. Igualmente y pese a estas inconsencuencias fácticas algunos de estos (des) informadores, trataron de encajar la visita papal a la región autonómica del Kurdistán como una señal en ese sentido, sin advertir -tal vez por ignorancia o por simple malicia- que allí hay una mayoría musulmana sunita que se halla gobernada por una mafia familiar conocida como el “Clan Barzani” que además de cooperar con la invasión de 2003, tiene estrechos y extensos lazos con Tel Aviv, formó parte -junto a la CIA, el Ejército Nakshaiabandi, el MIT turco y otros colaboradores en las sombras-  del embuste del “Estado Islámico” que causó entre otras desgracias las bestiales masacres contra los Jazidíes en Sinjar. 

Estos sectores tampoco dijeron que fueron los milicianos de los grupos chiitas sirios e iraquíes (entre ellos Hesbollah libanes y las Brigadas Hesbollah de Iraq) quienes han protegido a los cristianos de los ataques y el peligro de masacres ejecutadas por las bandas “Wahabi” y mercenarios proxies seudo-islamistas como “ISIS” y “Al Qaeda” entrenados en bases norteamericanas en el desierto de Jordania. Obviamente ello no cuaja con su propaganda.

En aquel sentido, una acción violenta acometida por alguno de los ingenios como ISIS de develada manufactura de la inteligencia occidental (con la colaboración Wahabi saudita), lo hacía muy riesgoso para la ya poco creíble y complicada geopolítica de Washington en la región y para su inestable gobierno títere de Bagdad. Además, en este contexto, el Papa es más útil vivo que muerto en un aparatoso atentado con un falsificado sello “islamista”. Señal de esto fue sin dudas el pacifico y nada perturbada travesía que tuvo el pontifice desde su llegada, su recorrido (incluyendo en helicóptero) y hasta su partida del país.

Recordemos que días antes, las milicias chiitas que bregan por expulsar a los estadounidenses detuvieron sus ataques (que se han venido incrementando) mientras el Papa visitaba el país en señal que no iban a poner en peligro su persona.

Como señalaron muchos, un Papa muy peculiar realizaba una visita nada común. El pontífice de la rama Jesuita, argentino de nacionalidad y con una clara convicción anticapitalista por su cercanía ideológica con el Peronismo histórico, parece a todas luces una extravagancia que nadie (ni cristianos y musulmanes) habría podido profetizar. Y sin dudas lo parece ya que él proviene de un país en donde la crisis es perpetua y la corrupción ya se puede decir que es una cuestión de estado. Además, el Papa sabe muy bien que el Islam es una de las religiones que más va creciendo en el mundo pese, al intento de implantar ese secularismo globalista que Biden y Cia representan y que supuestamente pretenden imponer un gobierno global basado en la razón, el cientificismo y el transhumanismo.

¿Pero por qué visitar la ciudad de Nayab y al líder chiita iraquí el Gran Ayatolá Ali Al Sistani? ¿Por qué no visitar Teherán y entrevistarse con el líder supremo el Ayatolá Jamenei quien es el referente más importante del chiismo actual? Aquí comienzan las suspicacias que para muchos de nosotros representaban un velo oscuro pero que más tarde entendí que no era tal.

Esta visita, lejos de los prejuicios islamófobos que arrecian en su país y que son difundidos desde sectores y personajes que responden a ese ideario sionista, el Papa sabe que los musulmanes y en particular la rama chiita (seguidores del Iman Alí) además de ser una fuerza con un creciente peso e influencia en las relaciones regionales e internacionales, tiene nexos teologicos que ciertamente los sionistas, los neosionistas y las sectas evangelicas que veneran a Israel (y que avanzan en Argentina), aborrecen.

En este sentido, ir a Nayab una ciudad que sufrió el asedio estadounidense tras la invasión y donde se halla la cabeza del chiismo local, representaba un símbolo poderoso de respeto y reconocimiento de hermandad en la fe y la lucha por la justicia. Sin dudas esto fue una demostración del carácter audaz y comprometido del Papa Francisco. En un sentido más teológico la visita de Francisco respondería a un sincero anhelo por conocer las tierras mesopotámicas de la antigua Caldea donde nació la humanidad y en particular la ciudadela de “Ur” lugar donde nació “Abraham”, padre y profeta de las tres religiones monoteístas (judaísmo, cristianismo e Islamismo) como forma de enviar una señal y un mensaje de llamado a la unidad entre estas creencias.

También sabe que el Islam es una religión que rige todos los aspectos de los creyentes y la política es uno de los más importantes de ellos.  En el actual Iraq esto es una realidad palpable que ha complicado los planes de Washington y por su puesto al corrupto gobierno local. Desde que EEUU y Gran Bretaña invadieron el país en 2003 (violando los preceptos de la Carta de Naciones Unidas y el derecho internacional) las “fatwas” (pronunciamiento sabio) de los lideres religiosos sunitas y chiitas reemplazaron las ordenes ejecutivas y las previsiones legislativas de un gobierno laico nacional. Pese a que los estadounidenses se apresuraron a implantar un gobierno meramente decorativo entregándole la tarea a una secta chiita como “Dawa” que colaboró con la CIA (y que un amplio sector del chiismo local rechaza), -pese al terror implementado- nunca pudieron reestablecer el control social y la obediencia de la población.

Según ha trascendido sobre este viaje, la entrevista que tuvo Francisco con Al Sistani y que duró casi una hora reloj, dejó un sustancial intercambio de posiciones respecto a la actual situación de la injusticia, la violencia y la inequidad económica que viven los pueblos del mundo y que ciertamente Iraq sigue soportando. En este sentido Al Sistani asintió en esto y le recordó que deben cesar las “injusticias, asedios económicos y desplazamientos que sufren muchos pueblos de la región, especialmente el pueblo palestino en los territorios ocupados”, un tema espinoso para el Vaticano pese a que reconoce al Estado Palestino tiene relaciones con Tel Aviv, demostrando el líder chiita que es conteste y coherente con una posición política que choca con el judaísmo “oficial” alineado al ideario sionista y a las políticas inhumanas que hasta hoy día se imponen contra la población palestina.

Sin dudas, Francisco logró conocer la cuna del monoteísmo que une a judíos, cristianos y musulmanes enviando un mensaje de unidad y compromiso por la búsqueda de justicia para evitar el progreso del extremismo pero a su vez, ha recibido un mensaje alto y claro del chiismo iraquí sobre quiénes son los responsables de esa injusticia, de la explotación del extremismo y las desigualdades dando una posición clara, inamovible y no negociable (como tiro de elevación sobre las petromonarquias) de que no puede haber fraternidad, entendimiento y mucho menos acuerdo cuando persista la injusticia y la opresión.

 

 

 

 

 

sábado, 20 de marzo de 2021

 

“SOUTH ATLANTIC  II”

¿Por que el Primer Ministro británico Boris Johnson busca reforzar el área de la defensa con una ambiciosa inversión y promesas de despliegues militares globales? ¿Cómo se halla la Argentina ante esta situación?

 

Por Charles. H. Slim

La Patagonia es uno de los territorios vírgenes más vastos de Sudamérica y por ello muy ambicionados por intereses externos, pero para los gobiernos pasatistas argentinos, siempre ha estado relegado al fondo del cajón y ello ha venido creando situaciones que ya no pueden ser ocultadas. Parte de aquellas son la actual situación de ausencia y descontrol en las aguas y las islas del Atlántico sur que le cuestan por año al estado argentino miles de millones de dólares por el zaqueo y espoliación de sus recursos ictícolas a manos de flotas pesqueras que superan diez a uno en número de los navíos de la Armada Argentina.

Desde 1982 hasta esta parte la situación de ésta importante región del país insular ha sido pendular y ello se ha debido a las cambiantes y hasta contradictorias decisiones que cada gobierno político vino tomando sobre esta situación. Al finalizar la guerra por las islas Malvinas lejos de reorganizarse y aprender de las lecciones políticas y militares de dicho evento, la clase gobernante y en particular, el gobierno radical del presidente Raúl Ricardo Alfonsín trabajó a brazo partido para sepultar los reclamos soberanistas sobre las islas y lo peor de todo, ayudo (mediante un proceso claramente exagerado y tendencioso) a debilitar el brazo armado de la nación haciéndole a Gran Bretaña un favor impagable para sus aspiraciones geopoliticas en la región.

Margaret Thatcher no podría haber estado más agradecida por esta situación. Sin dudas que en privado y cuando se reunía con sus asesores de defensa y con sus comandantes “Margie” reconocería que quien más ayudó a Gran Bretaña para retener las islas Malvinas no fue el régimen chileno de Pinochet sino el gobierno radical de Alfonsín.

Hoy pareciera que el gobierno de Alberto Fernández -un emulo de Alfonsín- (impulsado por una ambición populista meramente electoral) pretendería profundizar los reclamos soberanos a base de un supuesto plan estratégico que tendría como fin, recuperar por las vías de la ley internacional y haciendo valer sus derechos históricos, con alguna planificación paralela que involucra la necesaria reconstrucción de Fuerzas Armadas con capacidad de sostener una posición política semejante y en último caso, afrontar la amenaza que plantearía la extensión de los despliegues británicos en la región.

La situación de las islas ocupadas manu militari, es una cuestión de hecho y las palabras no la van a cambiar. Incluso las bases legales existentes no bastan para negociar en paridad. Esto último representa para el Foreing Office mero “paper working”. Aquí hacen falta políticas audaces y pro activas tendientes a balancear una clara desventaja geopolítica para la Argentina. En este contexto su canciller Felipe Solá ha salido al cruce de las últimas declaraciones del Primer Ministro Boris Johnson quien frente a la Cámara de los Comunes expresó el 16 de marzo pasado la necesidad de una Revisión Integrada de Seguridad, Defensa (incluyendo el traslado de material bélico nuclear), Desarrollo y Política Exterior que afectará sin dudas a la situación de las Islas Malvinas y todo el Atlántico sur. Esto llevo a que la cancillería argentina se levantara clamando que Londres sigue tratando los temas de sus territorios de ultramar con una mentalidad colonialista, como si alguien creyera que el proceso BREXIT iba a calmar o cambiar la característica política que les llevó a ser un imperio.

Por el contrario, las aspiraciones de Gran Bretaña en este contexto (y sin importar la actual situación con el COVID) serán mucho más ambiciosas y agresivas que tendrá entre otros objetivos, retener a como de lugar sus posesiones de ultramar. Es en este sentido que los analistas y comentaristas argentinos que perfilan sus posiciones pro británicas hablando de que Londres no tiene intensiones amenazantes simplemente no quieren ver la realidad.

De esta manera, los buques y submarinos de la Royal Navy (y la de sus aliados estadounidenses) no han detenido sus operaciones en todo el Atlántico sur que además de evidenciar el ejercicio imperturbable de su política colonial, condiciona de forma amenazante el tránsito de los navíos y aviones de bandera argentina.

Durante todo este tiempo Londres ha desinterpretado y hasta ha ignorado de forma olímpica los reclamos argentinos y prueba de ello son sus continuos esfuerzos por fortificar las islas (con un sistema de misiles “Sky Saber” proveído por Israel a travez de un empresario argentino). En cierta medida ello es entendible (pero no justificable) y esto se explica por la simple razón de que Argentina no representa una amenaza real para sus intereses ni tiene un peso especifico propio para plantarse en una negociación. En el Foreign Office saben que los chillidos de los argentinos no son más que una molestia para los oídos y nada más. El gobierno argentino no está en posición de impulsar negociación, introducir algún tipo de condiciones ni mucho menos tiene el poder para apoyarlas. Ni siquiera tienen un consenso dentro de su propio gobierno para establecer relaciones serias con la Federación rusa para permitir un emplazamiento que pudieran comprometer estratégicamente a la guarnición de “Mount Pleasant”. En resumen, los británicos no ven en la política de la actual gestión argentina motivo de preocupación alguna.

Eso desde lo político. En lo que viene siendo el ejercicio del poder militar como brazo extensivo de ejecución de las políticas de estado, en principio Argentina hace tres décadas que ha venido en franca decadencia en sus Fuerzas Armadas y hoy se puede asegurar que carece de un sistema defensivo real que pueda oponerse a una operación relámpago de la “Real Armada” y sus aliados de la OTAN. Esto se puede deducir de la pobre infraestructura de su ejército terrestre, de la carencia de navíos en la Armada y el desguace de su Fuerza Aérea que por falta de material y aviones no ha podido ser empleada para el necesario transporte logístico que demanda el acarreo de las vacunas contra el COVID 19 desde Rusia o China. Con este estado de cosas, no hay posibilidad de que Buenos Aires tenga un peso creíble en una mesa de negociaciones con Gran Bretaña.

Sinteticamente, los argentinos no controlan sus propias aguas y prueba de ello fue lo sucedido en 2017 al submarino “ARA San Juan”, asunto que aún está sin resolución.

No es posible llevar adelante una política estratégica sin una doctrina, un planeamiento estratégico y un objetivo previamente trazado. El problema central que existe se resume en una pregunta ¿Cuál es la geopolítica que pretende Argentina? Hasta el momento no hay respuesta conocida. El voluntarismo ha demostrado ser una medida poco inteligente para gobernar y mucho más para manejar asuntos complejos ya que ello trae consecuencias indeseables. Tal vez haya funcionado en procesos revolucionarios de comienzos y mitad del siglo XX, pero hoy ello ya no es posible de recrear. Esto lo menciono por un aparente intento de algunos elementos del gobierno de Fernández por construir poder usando aquel principio anacrónico creyendo de forma errónea que viven en la Rusia pre-revolucionaria de 1917, o en la China de Mao o incluso en la revolución castrista. Al parecer varios de los mismos funcionarios que habían estado en el gobierno de CFK, han caido en cuentas que no pueden jugar a la revolución sin arriesgarse con decisiones adultas y con riesgos verdaderos.

La capacidad de reacción de la clase política argentina ha demostrado ser más lenta que lo que cualquiera podría imaginar. Al parecer debieron pasar tres décadas para que entendieran que los problemas no se van con solo mirar a otro lado. Creer que deshacerse de las Fuerzas Armadas y de su estructura de inteligencia iba a resolver el problema de los derechos humanos y que con ello hacían una contribución al pacifismo es la demostración una supina estupidez que obviamente, los británicos celebraron con mucho entusiasmo.  Incluso muchos de los actuales funcionarios de gobierno, fueron parte en aquella ilusión menemista de la “inserción al primer mundo” o la de creer que el alineamiento automático con Washington llevaría al país al progreso económico y a formar parte de las grandes ligas mediante una “alianza extra-OTAN”. Aún más, como lo hemos venido viendo, gran parte de los actuales componentes han sido partícipes en el desmembramiento del área de la defensa y con ello, culpables del actual debilitamiento militar-estratégico que impacta no solo en el desguarnecimiento de los intereses en el Atlántico sur sino en el poder de negociación con el cual un estado debe contar en el juego de una verdadera real politik.

Al respecto, las especulaciones de que Boris Johnson y su gabinete  hallan realizado estos anuncios preocupados por los últimos anuncios del Ministerio de Defensa argentino Agustin Rossi sobre posibles adquisiciones de la industria rusa y china, es algo que carece de asidero dado que en “WhiteHall” y el Foreign Office están seguros de que solo son bravuconadas y nada más. Solo habrá que esperar para ver si Londres cumple con los anunciones de Johnson y refuerza con armas nucleares su arsenal en Malvinas. Si ello sucede, Buenos Aires ya no tendrá chances de recuperación alguna.