martes, 27 de noviembre de 2018



DEFENSA Y SEGURIDAD





¿PRIVATIZAR LA DEFENSA?

La interminable situación de indefensión de la Argentina sin considerar la compleja realidad geoestratégica en la que se halla ha llevado a que se esté contemplando una opción nefasta ¿Hay margen para implementar una medida de semejante entidad?



Por Charles H. Slim
Aunque muchos argentinos puedan llegar a escandalizarse, esto le está pasando por la cabeza de alguno de los asesores y CEOs  que el gobierno de Mauricio Macri tiene ocultos tras bastidores. En realidad ello no revela nada nuevo en el ideario que abreva el mismo presidente argentino y su círculo más íntimo ligado a su gobierno. Para el pensamiento nacional y soberano suena espantoso pero para la mentalidad utilitaria y “anacional”[1] del gobierno macrista ello resultaría muy práctico y hasta lucrativo.

Como puede usted deducir, no es nada fácil tener que desmontar una estructura que forma parte del andamiaje mismo de un estado que pretende ser soberano. En este sentido y sin ahondar en teorías políticas sobre la naturaleza del estado nación, se puede entender al mismo como una persona ideal la cual procede, funciona y se manifiesta por actos materiales que son llevados a la práctica por sus diversos estamentos, asignados para los propósitos para los cuales han sido creados.

Las Fuerzas Armadas, como lo fueron en todos los países que han llegado a ser independientes, nacieron con la nación misma ya que no existiría una sin la participación de la otra. Así como si de un organismo vivo se tratara, la defensa es vital para el mantenimiento de la integridad de ese cuerpo llamado nación. Una es parte de la otra y como un órgano vital, debe existir como condición sine qua non para que haya esa comunión de intereses. Y si no, reflexione lo siguiente ¿Cree usted que un ejército mercenario[2] o uno regular de ocupación, obedece ordenes de los ocupados?  ¿Qué intereses cree usted que van a defender?

Pero incluso, el volverse esclavo de una potencia no es tan fácil como muchos pueden llegar a creer; y si no, recuerde la historia contemporánea de las misma Argentina cuando durante el gobierno neoliberal de Carlos Saúl Menem, pese a la ignominiosa obsecuencia con la que se manejó hacia Washington –y obviamente con Londres- , no logró acceder a la tan anhelada categoría del “aliado extra OTAN”. ¿Y, Acaso sabe usted por qué ello no fue? Simplemente porque, pese a su apoyo a la campaña bélica en el Golfo Pérsico en la guerra contra Irak en 1991, Argentina (además que Londres no lo aceparía) no tenía los recursos suficientes para garantizar una operatividad óptima que sirviera a los intereses de la organización atlántica. Aun así no hay que olvidar que el mismo Menem había firmado los claudicantes tratados de Madrid en 1989 y 1990 por los cuales entre otras, entregó el control operativo de las FFAA a Gran Bretaña.

Esto demostró en la clase política de entonces –además de la alta traición- un grado de ignorancia y amateurismo que seguramente destajo de risas a los asesores del Departamento de Estado y del Pentágono.
Equipo y armamento obsoleto

Actualmente acudimos como testigos de la situación calamitosa en dicha materia, justamente en momentos en que el mundo se sacude con continuas crisis diplomáticas, políticas y militares que como lo muestra la realidad, no se hallan lejos de Buenos Aires. El caso del submarino “ARA San Juan” es una demostración de ello. Adunado a esto, vemos como el gobierno que se dice soberano, le entrega a ejércitos y agencias de inteligencia extranjeros, el control y la seguridad de una cumbre como la G-20 a celebrarse en su propio territorio. La carencia de recursos propios para garantizar la seguridad nacional es algo inexcusable y ello lo saben muy bien los expertos en la materia.

Esta carencia material se ve agravada con la falta de inteligencia y planeamiento con visión estratégica y política de largo plazo que denota el abandono de un proyecto nacional con proyección regional e internacional. 
Esto se traslada a los mandos de las tres armas que sin hojas de ruta clara, no tienen objetivos sobre los cuales trabajar. En este sentido es tal el grado de inoperancia y plan de contingencia existente en el país que no es posible articular un mínimo operativo posible.

Para peor, esta situación no se arregla solamente con la compra de material bélico o la simple manufactura de armamento a granel. Hay además, una escazes de desarrollo tecnológico logístico propio para movilizar a las fuerzas sobre el terreno y la ausencia de un proyecto aeroespacial orientado a perfeccionar la defensa, que fue vendido al enemigo por unas cuantas monedas (Proyecto Cóndor I y II).

Si a ello le agregamos el vapuleado sentimiento patriótico y la carencia de un nacionalismo militante (con expectativas políticas), podemos advertir que en la Argentina lo menos que alguien podría hallar son argentinos. Ello es la consecuencia de décadas de autotraicionarse y de una canibalización política interna que, partidocracia mediante,  ha llevado al actual estado de cosas.

El final de la guerra de 1982, fue sin dudas el punto de partida para acelerar esta fractura política que lamentablemente fue aprovechada por la clase política argentina (arribista e hipócrita) para facilitar la desintegración militar y geopolítica que los británicos no pudieron causar en los frentes de batalla de Malvinas.
Mercenario de Al Nusra con un misil TOW

Sin decisión política (o mejor dicho decisiones contrarias), no hay una hoja de ruta que respetar y las FFAA como parte de un estado en estas condiciones no tienen sentido de ser. De ese modo para esta clase política cleptocrata (de ladrones), el litoral marítimo no es de interés proteger (pese a la riqueza ictícola), el espacio aéreo de no importancia controlar y el en el territorio (con riquísimos yacimientos petrolíferos, gasíferos y de agua potable) solo basta con las policías provinciales (esto último, una clara visión Kirchnerista).

En último sentido, no considerar la amenaza geoestratégica que representan las fuerzas británicas (OTAN) que ocupan de facto el archipiélago del Atlántico sur, ha sido una tarea sistemáticamente relegada por los sucesivos gobernantes “democráticos”, claramente subordinados a los tratados “paraguas” firmados en la década de los noventas en donde entre otras cuestiones, se condiciona el Status Quo de las Fuerzas Armadas. 

Pero supuestamente el problema que subyace es la falta de dinero para sostenerlas – una falacia monumental- aunque si se asignara como corresponde el presupuesto ello no sería un problema endémico como del que se trata en la Argentina. Por la avaricia y la corrupción de una clase política que ya se ha generalizado a un amplio espectro de la sociedad, un país con todos los recursos naturales envidiables para las potencias e incluso para vecinos mal habidos, se haya desprotegido por políticas prevendarias y corto placistas de partidos políticos caducos dignos de un museo; sin lugar a dudas la única soberanía aquí existente es la estupidez.

A pesar que hace poco el mismo gobierno dio un giro en el rol de las FFAA para hacer frente a las nuevas amenazas globales, no resolvió el problema material para su funcionamiento.

Y aunque este gobierno trate de tapar el sol con el dedo y maquille la situación, a la vista de expertos, la situación de la defensa es casi terminal. 
Equipos viejos, vehículos blindados fuera de tiempo, armas antiguas y encima en poca cantidad, no puede ser rival para una hipotética operación de invasión que pueda desembocar en una ocupación (tan comunes hoy día usando grupos proxy). Cuando un tanque TAM dispare una salva ya habrá sido destruido o por el misil disparado desde un avión a kilómetros de altura o por un sistema de misiles portátiles que manipula un solo hombre; o cuando una compañía de soldados armados con sus fusiles FAL se trabe en una escaramuza con enemigos dotados con lo último del armamento personal, de diez disparos que logren hacer recibirán de respuesta cien. 
Todo ello, en nombre del recorte presupuestario y la supuesta ausencia de hipótesis de conflicto.

Con este marco y siendo el dinero el aparente problema para estructurar una defensa eficaz e independiente no sería extraño que ya se estén conversando posibles inversiones privadas[3] (incluyendo dineros del narcotráfico), de empresas y corporaciones privadas del rubro dispuestas a estructurar fuerzas armadas (aunque más reducidas) con amplias capacidades de operatividad, modernas y actualizadas pero, dotadas de productos de otras empresas de la industria armamentística anglosajona con lo cual, esto sería tan malo o peor que estar sin ningún fusil. 


[1] Un término que encaja muy bien en el pensamiento argentino. https://es.wikipedia.org/wiki/Anacionalismo
[2] Países como Gran Bretaña, Arabia Saudita, Emiratos Árabes e Israel, reclutan mercenarios de otras nacionalidades para las tareas más peligrosas. Muchos de estos soldados pagos son latinoamericanos. https://www.youtube.com/watch?v=6t1a6AOBFuw
[3] PENSAMIENTO ESTRATEGICO Y POLITICO. “Porosidad marítima”. Publicado el 31 de enero de 2018. http://pensamientoestraegico.blogspot.com/2018/01/defensa-y-seguridad-porosidad-maritima.html 

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