MILLA 201: SOBERANAMENTE ENTREGADOS
¿Por qué las pretensiones del presidente Milei por meter al país en la
OTAN no representará ninguna ventaja estratégica para la Argentina? Solo se
trata de un cambio de grilletes y la soberanía seguirá siendo una ilusión.
Por
Charles H. Slim
La Argentina claramente ha entrado en una nueva
dimensión geopolítica que con el tiempo veremos cuáles serán sus resultados,
pero ante todo aclaremos, el gobierno actual solo es un reflejo y el resultado
de décadas de desidia de su clase representativa y la abulia de una buena parte
de su población meramente apática y quejosa.
Quienes han votado por los Milei ya están sintiendo en carne propia (especialmente
en la economía) los efectos de sus políticas neoliberales que son solo una
parte de los cambios que sus patrocinadores han inspirado y esperan ver
concretadas para insuflar las ansiadas inversiones (que solo les beneficiarán a
ellos). Pero esto recién comienza.
Esta claro que los pro-estadoundenses y los sionistas (militantes
pro-Israel) conforman el núcleo duro del actual gobierno y como tales,
atlantistas de convicción y por ende abiertamente islamófobos y rusófobos de
corazón. Fue por ello que lo primero que hizo Milei al entrar en la Casa Rosada
fue rechazar el ingreso a los BRICS+.
En sintonía con esto, a Milei y su cercanos poco les importa el
genocidio que Israel lleva a cabo en la Franja de Gaza (entre las que se
cuentan más de 16.000 mujeres palestinas asesinadas) y mucho menos ese pequeño
detalle que hay en Ucrania como es el régimen filonazi de Kiev (que arresta y
asesina periodistas como Gonzalo Lira) dirigido por un judío askenazi como Volodymyr
Zelensky. En la trastornada mente del mandatario argentino, Zelensky es un
héroe y eso, es música para los oídos de los neoconservadores en Washington. Igualmente, hablar de eso es imposible sin
caer en las contradicciones que esas relaciones develan y es por ello que la
principal táctica para evitarla es simplemente, ignorarlas aún a sabiendas de
que la mayor parte de la opinión pública sabe la verdad.
Igualmente, y aplicando las enseñanzas de Goebbels (adoptada por la
Hasbará israelí), la narrativa de Milei con tintes mesiánicos, continua. Con
algunas diferencias, se respiran aires similares a la pasada “era menemista” lo
que suena muy promisorio para esta casta de pro-angloestadounidense (especialmente
los financistas y empresarios) que poco les importa quién sea el ocupante de La
Casa Blanca siempre y cuando les arroje unas migajas. Este gobierno a
diferencia de Menem y Cía ha ido mucho más lejos en su postración para agradar,
e incluso con su posicionamiento geopolítico, colocando al país en una
peligrosa y delgada línea entre la neutralidad consciente y la parcialidad
rabiosa.
Hoy y por este posicionamiento, Argentina toma partido por la OTAN en
la guerra de Eurasia y se pone al lado del estado de Israel en la calamitosa
limpieza étnica que sigue practicando sobre la Franja de Gaza.
Al mismo tiempo vemos como hoy tras desembarcar, los “US marines” (que se unen a los ya desplegados en Neuquén por 2017) controlan las estratégicas vías fluviales del norte, preparan la instalación de un puerto militar en Ushuaia y como guinda de esto, se ha permitido que una lancha rápida estadounidense “patrulle” los mares argentinos bajo el cómico pretexto de ayudar a combatir la pesca furtiva cuando es obvio que el objetivo principal es monitorear la presencia china.
Esta claro que todo esto, pone al país dentro del juego geopolítico
como una ficha más de la OTAN.
Bajo este marco, los Milei y sus partidarios creen que lograran la
ayuda financiera que el país necesita para reactivar un estado quebrado y a su
vez revitalizar una economía doméstica recesiva y controlar un dólar atrasado
que por efecto del severo ajuste, está comprimiendo (por los descomunales
aumentos en alimentos, combustibles, impuestos y servicios) de forma brutal a
las bases de la sociedad argentina. De no obtener prontas señales de esa reactivación,
las cosas se pondrán muy difíciles.
Ahora más que nunca se comienza a visualizar una grieta geopolítica muy
clara entre los anglófilos-sionistas del gobierno y una dispersa, pero muy
presente simpatía por un posicionamiento con el sur global junto a los BRICS.
Justamente fue la posibilidad que la anterior gestión de gobierno desaprovecho
sin una clara visión estratégica y mucho menos, la necesaria decisión política para
vencer la corrosiva (y notoriamente discriminatoria) oposición a construir
puentes sólidos con Rusia, China y el mundo islámico.
Pero si hay algo que definitivamente va contra la lógica de los
intereses estratégicos de la nación, es la intensión de los Milei de ingresar al
país a la OTAN sin considerar (entre otras cuestiones) que Gran Bretaña es un
enemigo histórico (y por ende con intereses contrapuestos) que además de haber
estado desarrollando inteligencia sobre el país, aún mantiene la ocupación de
facto sobre las islas y aguas del Atlántico sur.
Sobre esto último, dejemos de lado los sentimentalismos que la guerra
de 1982 sigue despertando entre los argentinos. Aquí los principales puntos de
interés que deben tenerse en cuenta para el estado pasan por cuestiones
geoestratégicas que conforme a cómo y con quiénes se desarrollen, influirán en
los destinos del país. Teniendo en consideración la latente disputa del
Atlántico sur y el notable atraso del estado -que coincide con el final de
la guerra de 1982- en el abordaje y atención de sus intereses estratégicos,
pretender ingresar a la Argentina a una organización
político-militar-inteligencia en la cual el enemigo tiene una influencia
destacable, es un error que pagarán las generaciones venideras.
Así mismo si fuera aceptado en la OTAN ¿Cuáles son los recursos
militares que la Argentina puede ofrecer en la alianza? La situación material
de su defensa no es la mejor ni mejorará con los rezagos que les ha financiado
Washington. Entonces, ¿Será acaso, la ubicación del territorio lo único que
interesa?
Es por eso, que los simplones argumentos que por estos días se difunden
desde ciertos periodistas al servicio de medios pro-atlantistas hablando de los
beneficios de esta intervención estadounidense en los mares argentinos además
de ridículos son simplemente insultantes para la inteligencia de los ciudadanos
y al mismo tiempo, una advertencia de a dónde los Milei están llevando a su
país.
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