jueves, 25 de noviembre de 2021

 

¿QUIERE WASHINGTON INSTIGAR UNA GUERRA CONTRA RUSIA?

Algunos argumentos que explican una respuesta positiva a esta cuestión

 

Por Charles H. Slim

Esta es una pregunta que muchos se están haciendo tras la retórica de La Casa Blanca (amplificada por el Conglomerado de medios) que sumado a los movimientos de sus fuerzas en Ucrania, Polonia y el Mar Negro parecen estar tendiendo a crear un Casus belli que detone en una conflagración que podría llegar a ser de carácter nuclear. Ante esto recordemos una vez más la supuesta “nueva agenda” de la administración demócrata que supuestamente venía a mejorar los desaguisados de Donald Trump y Cia pero con lo que se esta viendo en los escenarios donde EEUU se halla involucrado, Biden pareciera estar empeñado en superar a lo peor de Donald Trump y sus predecesores republicanos.

La crisis que está sacudiendo al mundo por el parón del asilamiento obligatorio por el SARS-COV2 no es ajeno a los EEUU y las consecuencias de esto se están sintiendo de forma cada vez más preocupante. La inflación trepa más allá de lo que algún estadounidense hubiera soñado, hay escases de combustible, no hay empleados disponibles para atender áreas de servicios estratégicos (como la logística) para una reactivación económica a mediano plazo y la brecha de desigualdades entre los más pobres y las pocas familias multimillonarias de la banca estadounidense se hace más inocultable. Al mismo tiempo, los esfuerzos cada vez más compulsivos por vacunar a toda la población bajo la velada amenaza de que serán muertos civiles (sin no tienen Vaccine Passaport), mantiene un estado de tensión social que está aflorando en cada vez más casos de atención psicológica y psiquiátrica. En las calles de muchas ciudades reina la agitación y con ello una omnipresente ocupación policial. Con esto a la vista poco se puede hablar de democracia. Y si eso no era bastante, cada vez más quedan en evidencia las proclamas racistas y xenófobas de senadores republicanos contra representantes demócratas de origen latino y árabe que lejos han estado de ser repudiados por sus respectivos claustros ¿Cómo podemos tapar todo esto? Se preguntan los burócratas en Washington. Pues al parecer una guerra podría ser la respuesta.

Pero EEUU no puede embarcarse por sí mismo en una contienda. La OTAN fue, es y será el escudo para concretar estos planes. Ante esto hay que preguntarse ¿Son conscientes los gobiernos de la UE de esto? Incluso más ¿Es consciente el gobierno ucraniano de Volodymyr Zelensky de esto? Al parecer no. Por el contrario, el gobierno en Kiev se ha empeñado en no cumplir con los acuerdos de Minsk manteniendo sus acciones beligerantes y la persecución contra los pobladores rusoparlantes. Incluso se ha sabido que funcionarios clave de Kiev han estado solicitando de forma expresa a Washington que intervengan argumentando que la inteligencia rusa busca crear la inestabilidad política interna y de fracasar propiciar una intervención directa.

Si bien las fuentes aseguran que el jefe de inteligencia ucraniano Kydilos Budanov ha sido quien informó a Washington de este esquema, no se puede ignorar la coparticipación de la CIA en el armado de esta historia.

Tan simple como siniestramente mortal es el riesgo en que se embarcarían en una aventura como la que Washington estaría tramando contra Rusia.  Hay muchas cosas en juego además de la paz, la vida y la estabilidad de los habitantes de la región. La paz y la estabilidad ambiental de todo el plantea que tanto le preocupa a Joe Biden y a sus socios atlantistas serían afectadas de forma irremisible por un conflicto nuclear por más limitado que se pretenda argumentar.

Para ir matizando estas intenciones los medios corporativos y sus Think Tanks tratan de esbozar una imagen de una Rusia en preparativos para invadir a su vecina Ucrania pero, quien utilice una sola de sus neuronas y apele al razonamiento lógico se dará cuenta que ello solo es una falacia que no tiene sustento. Para ello apelan al viejo truco propagandístico de la demonización personal del oponente (como lo hizo Biden contra Putin) e incluso, la demonización de toda una comunidad como lo hizo EEUU contra los árabes y los musulmanes desde 2001.

Pese la caída del Muro de Berlín en 1989, la desintegración de la URSS en 1991 y las profusas conversaciones entre Bill Clinton y Boris Yeltsin (entre 1993 a 1995) Washington nunca puso fin a su ambición de extenderse sobre Eurasia y para ello la OTAN es su herramienta estratégica.

Parece casi una tomadura de pelo señalar a un país soberano como Rusia, que mueva sus tropas dentro de su propio territorio máxime cuando en territorios vecinos y en el mar adyacente, desde hace meses vienen acumulándose tropas y armamento que en parte provienen desde más de 11.000 kilómetros y que realizan actividades de provocación en los límites de sus fronteras. Ante este panorama ¿Quién realmente es el potencial agresor?

Los objetivos para una aventura semejante se centrarían en paliar la crisis económica signada por una estanflación que amenaza acabar con el actual sistema capitalista y cortar la dependencia europea del gas ruso. En el primer caso, la guerra siempre ha sido un excelente negocio del cual EEUU se ha valido para construir su potencialidad. En cuanto a lo segundo, destruir la tubería del gasoducto “Nord Stream 2” que pasa por debajo del Mar Báltico -además de un golpe estratégico-causaría un gran daño a la economía rusa a costa claro, de privar la calefacción a los alemanes en particular y a los europeos en general pero para Washington solo sería un mero daño secundario.

Para tratar de convencer a la opinión pública sobre esta supuesta amenaza rusa, Washington (y por intermedio del Conglomerado de medios) echa mano de informes de asociaciones, organismos no gubernamentales (Carnegie Endowment for International Peace y otros) y personajes de dudosa imparcialidad con lo cual, la administración demócrata Biden-Harris vuelve a demostrar que al igual que sus correligionarios Obama, Hillary Clinton, Chuck Schumer y sus colegas republicanos bajo el rotulo de la realpolitik pueden jugar sucio sin merituar las consecuencias.

Las actividades de la OTAN en el Mar Negro además de peligrosas, implican vuelos provocadores de varias clases de aviones entre ellos los bombarderos estratégicos B1-B que se han acercado a pocos kilómetros del espacio aéreo de la Federación rusa, el movimiento de buques y submarinos con capacidad de lanzar misiles armados con cabeza nuclear táctica que deja en evidencia una amenaza real y muy ensayada por los estrategas del Pentágono. La presencia de oficiales de la Fuerza Naval de Ataque y Apoyo de la OTAN (STRIKFORNATO) confirman esto.

Ciertamente, la amenaza de una agresión está presente pero no precisamente de la mano rusa. Obviamente que Rusia posee sus propias capacidades de defensa y retaliación nuclear (y probablemente más superiores con los misiles hipersónicos) pero las mismas están dentro de sus fronteras y no como las de la OTAN moviéndose de forma amenazante en torno a sus fronteras.

Washington necesita una excusa con la cual justificar ante el Congreso la autorización para iniciar las hostilidades. El escenario se presenta muy sugestivo para fabricarla. La farsa montada en el Golfo de Tonkin en agosto 1964 podría ser reeditada mediante un falso ataque, tal como fracasadamente se trato de recrear contra Irán entre mayo y junio del 2019. Pero en este último escenario los más interesados en desatar un conflicto que involucrara a los EEUU estaban en Tel Aviv.

Estas tácticas sucias han dejado de ser un secreto en la práctica de los maquiabélicos planificadores de un estado con torcidas ambiciones geopolíticas. Hoy el término “Bandera Falsa” no es una elucubración de mentes conspiranóicas como sugirió la administración Bush tratando de menospreciar a quienes no creyeron la versión oficial del 11/S y que los medios adeptos a la línea oficial de su gobierno han bregado con insistencia por ridiculizar. Es un asunto muy serio y delicado que en el presente escenario involucraría el abierto uso de armas nucleares sin importar si tienen o no alcance limitado.

Si algo así se llevara a cabo sería lanzado con la cooperación (pasiva o activa) del gobierno de Ucrania. No es una exageración y tras lo ocurrido el 11/S el mundo esta al corriente de lo que son capaces de hacer estos sectores belicistas (indistintamente de su filiación demócratas o republicanos) para conseguir un objetivo. Tal vez en el pasado haya sido relativamente fácil agredir a pequeños países pero con Rusia, esos planes no son realistas.

 

lunes, 22 de noviembre de 2021

 

 

“REPUBLICA OCLOCRATICA ARGENTINA”

¿Acaso la Argentina va hacia un gobierno de muchedumbres?

 

Por Javier B. Dal

Los resultados de la última elección legislativa dejaron en claro que no hay nada claro en Argentina. Si había una grieta que los oficialistas y la oposición negaban de cara a los medios, ahora esa misma grieta se ha extendido hacia el interior de cada uno de estos sectores llevando a crear una gran Babel en la que nadie escucha a nadie y donde todos hablan diferentes lenguas.

Lo peor de todo es que el desvarío proviene de quienes detentan el poder. Un presidente que dice que su fuerza ha ganado cuando los resultados arrojaron haber sido derrotados por ocho puntos no puede ser otra cosa que un desvarío. Incluso, el organizar una fiesta por el “Día de la militancia” a costa del dinero público para insistir en ese afiebrado delirio, supondría un rasgo psicopático. Pero en realidad no lo es. Alberto Fernández y su gente solo están haciendo uso de un recurso psicológico para autoconvencerse y a su vez convencer a sus interlocutores de algo que no fue, sucedió en realidad. Lo peor de todo esto es que (más allá de lo que ellos presuman), en el fondo es un signo de absoluta debilidad e incertidumbre.

Se trata de una tragedia en medio de un mundo muy complejo e imprevisible para el que Argentina no esta preparada. Hay una total dispersión en los representantes políticos y claramente demuestran una total lejanía sobre esta realidad. La clase política en su conjunto (sin distinciones de derechas, centristas e izquierdas) es percibida como cleptócrata, nepotista y clientelar que nada tiene que ver con la tan vociferada democracia. Igualmente, desde 1983 la Argentina practica una particular forma de democracia en la que solo se proclama la existencia de derechos, pero sin obligaciones (salvo las impositivas). Así es como poco a poco y de la mano de un tergiversado victimismo “setentista” y abusando de una sesgada mirada en el alcance de los derechos humanos (con la cual se ha lucrado de forma escandalosa) se fueron deformando los conceptos como autoridad y orden, fundamentales para la construir y mantener la cohesión social de un estado, a tal punto que se las asociaron a “represión y militarismo”.

Los artífices de este reduccionismo hoy los encontramos en el gobierno viéndose entrampados por esa dialéctica simplona y dañina. El gobierno de Alberto Fernández además de fraccionado y condicionado por los núcleos extremistas que responden a su vicepresidenta (CAMPORA) es completamente insulso para intentar reorganizar un estado que sigue siendo la panacea de sectores parasitarios quienes sin ningún objeto y utilidad pública, consumen recursos del presupuesto sacándoselo a otros sectores que realmente lo requieren.

Más allá de las estridencias discursivas del presidente, su gobierno no gobierna. Prueba de ello son los tire y afloje con su propio partido, el descontento que existe contra su gestión tanto a nivel general como en las filas de un peronismo multiverso y diluido que ciertamente nada tiene de esa ideología. El federalismo al que Fernández nombra (tan falso como el patriotismo su gobierno) en todo momento solo está en su imaginación y solo lo practica cuando demanda las coparticipaciones de provincias a las que no presta auxilio cuando se lo demandan (como sucede con la provincia de Río Negro por el tema de los “Mapuches”).

La inflación y la desvalorización del peso está hundiendo a la población en la pobreza y la carestía, mientras el presidente habla de “estar ganándole a la inflación” y que de un “crecimiento en la economía” que nadie esta viendo.

La oposición también sufre de un agrietamiento en sus formaciones. Los radicales que habían caído en una severa depresión desde aquel calamitoso 1989 se han empoderado y comienzan a cuestionar a los anglófilos y sionistas del PRO referenciados por personajes como el ex mandatario Mauricio Macri y Patricia Bullrich. Al mismo tiempo, resurgen fuerzas liberales encarnadas en los liderazgos de Javier Milei y José Luis Espert, a su vez distanciados entre sí por cuestiones de forma.

Las calles están en manos de las organizaciones sociales y los sindicatos que descaradamente ya no esconden la militancia de su tropa por un plan social o una suma determinada de dinero. Lo mismo sucede en el sur, donde las rutas y parques nacionales son bloqueados por encapuchados que condicionan la libertad de circular y movimiento a cambio del pago de un impuesto.

Las muchedumbres son las que deciden cuándo y quién pasara por un puente o una avenida y ello se debe, a décadas de irresponsable agitación punteril de los partidos como el “Kirchnerismo” y algunos sectores de la izquierda que no tienen otro objetivo que perpetuar a sus dirigentes en sus puestos burocráticos a sueldo de la nación. Para estos sectores la ignorancia y el resentimiento son el combustible para movilizarles.  Cualquiera puede generar una protesta y movilizar una masa de personas para cortar la circulación en las calles de la capital o de una ruta nacional sin que el gobierno “federal” haga nada. En este marco queda claro que rige una verdadera oclocracia que solo beneficia a los intereses del gobierno y de sus organizaciones sociales compuestas por personajes que utilizando la desesperación de los más desposeídos subsisten al amparo del dinero de las arcas estatales.

Incluso ya hemos visto como una manifestación en medio de la avenida 9 de julio puede terminar en una refriega y el asalto de oficinas públicas como sucedió con el Ministerio de Trabajo donde las fuerzas de seguridad no pudieron hacer nada. Las autoridades no tienen autoridad por el simple hecho de que dependen de un gobierno político que tampoco la tiene. La justicia no puede funcionar con este marco de cosas y eso es algo que no puede suceder en una república que se denomine democrática.

La violencia en los robos callejeros se está haciendo más creciente y ante la desidia y la hipocresía de estos gobernantes, la impotencia de los ciudadanos comunes se vuelve ira y con ella, nace el impulso para llevar adelante acciones tan extremas y extravagantes como sería separarse de un determinado municipio. Cada desgracia es elegida a conveniencia de uno u otro bando para hacer de ella, capital de sus intereses electoralistas. Con este panorama no esta errado declarar la instauración de una oclocracia en Argentina.

sábado, 20 de noviembre de 2021

 

“THE EXPECTABLE PLAN”

What is the response to the terrorist violence in Kabul that threatens to spiral out of control? Who can be behind this? The premise is still to make war by way of deception

 

By Yossi Tevi

Suicide attacks in the middle of Kabul began to take place even when US troops were stationed at the airport in moments before the flight of September 15, what was happening? These episodes that the western media began to foist on “ISIS-Khorasán” were not taking place by mere chance, far from it. Taking advantage of the existing and hidden chaos among the Taliban outposts, cells of this franchise were able to pass all the controls that were being established towards the capital. The execution of a contingency plan for a change in strategy that Washington had already implemented before had begun.

Many of us have been suspicious of the real motives for the departure of the Americans and their NATO allies. We had anticipated at that time that this was more due to a ploy that had already been used in Iraq and that resulted in the emergence (by spontaneous flourishing) of a presumably Islamic entity that became known as “Islamic State” or more known as “ISIS”.

When Barak Obama announced the departure of his troops in October 2011, many in Washington squirmed in their chairs as it seemed an inconsistency and a capitulation, a concession to the Iraqi armed insurgency that had already been wreaking havoc on the morale of its troops in a war that had been lost in the minds and hearts of his own fellow citizens. It was in those moments when a deceptive image of Obama was projected, one that tried to show moderation, the search for peace and the return to international legality after the coven of interventions and wars unleashed by the neocon and Zionist administration of George W. Bush and Cia.

Since Obama became president in 2009 and at the same time he spoke to Muslims from Egypt, the Pentagon and the CIA, in close collaboration with the mukhabarat of the Gulf monarchies, were already quietly working in North Africa.

A year later, the agitators were already deployed on the ground and after instigating the inhabitants of Tunisia, Egypt and Libya through social networks, the CIA established more fluid contacts with former members of the Iraqi Baath party, many of them in the ranks of the “Nakshaiabandi Army” which was maintained in operations in north central Iraq. They did the same with the remnants of the “Islamic State of Iraq” (Daesh) that swarmed without resources in the desert of the “Sham” that is located between Iraq and Syria. The objective was to recruit men and form armed groups to increase the instability that was being directed against Damascus. This is how the appearance of “ISIS” was organized in 2014.

The withdrawal of last September 15 had a strange smell. Many distrusted this supposed risky venture by Biden in favor of peace and détente in the region. Perhaps fifteen years ago it would have deceived its own and global public opinion, but today that is very difficult. A Democratic administration is not a guarantee for respect for international legality, as was made clear by the Obama scam, and it was for this reason that the tensions between the Pentagon and the White House over this situation was only a performance for the public.

It should not be forgotten that Obama was the one who commissioned Secretary of State Hillary Clinton to lead the overthrow of Gaddafy in Libya and manage the same fate for Bashar Al Assad in Syria. At the same time, it continued and increased authorizations for the CIA to continue its torture in a more discreet manner and its “targeted assassination” operations with Drones that killed hundreds of innocent civilians in both Afghanistan and Yemen.

Amid the wave of collaborators who tried to flee in NATO planes leaving Kabul airport, suicide bombers loaded with explosive belts sneaked in, killing civilians and some US soldiers. It was the perfect stage show simply because it was planned that way. In addition to this, it was reported the negligent abandonment of military bases with their arsenals full of weapons, explosives and ammunition that conveniently ended up in the hands of the Taliban and “ISIS-K”.

Since the last American soldier left Afghanistan, the “ISIS-K” attacks have multiplied, recreating what happened in Iraq after the occupation and its continuity after the appearance of this pseudo-Islamic entelechy. From the media in the West there is talk of struggles between Taliban factions but in reality it would be the activity of terrorist cells that respond to the hoax “ISIS-K” that we do not forget, was installed and fed (with the transfer of combatants from Syria and Turkey) by intelligence agencies such as the CIA, Mossad and British MI6.

The terrorist activity of these cells increases suspiciously as Azerbaijan attacked Armenian posts in the vicinity of Nagorno Karabakh, NATO tries to provoke the Russian defenses in the Black Sea while Kiev makes a show of power against Lugansk by launching an attack with Drones delivered by Turkey; undoubtedly this circumstance calls for reflection.

Russia has a lot to lose from the instability in Afghanistan, as it may affect the Islamic republics in the south. The operation of a franchise such as “ISIS-K” supported by the Anglo-Saxon intelligence agencies will undoubtedly seek to expand its activities over this region to complicate Moscow as they did in the 1990s with the Chechens and as they are currently doing with the Chechens. Uighur armed groups operating in the border region of the Xinjiang region of northwest China.

Whether Washington likes it or not, the Taliban rules Afghanistan and both its bureaucrats and the media that are adept at their political line should not lose sight of the fact that it was they themselves who caused all this chaotic situation. If the Taliban does not manage to establish effective control over the actions of these elements (supported by the CIA), we will continue to see bloody attacks against places of public gathering in particular, against Shiite Muslims and with the intention of extending it further, as a tactic dirty to try to recreate the chaos that settled in Iraq after the Anglo-American occupation.

 

 

miércoles, 17 de noviembre de 2021

 

“HACIA LA TECNOCRACIA”

El paradigma engañoso de para una esclavitud voluntaria

 

Por Charles H. Slim

Pese a que en occidente siguen vociferando que sus gobiernos se basan en sistemas políticos democráticos, tras el experimento del aislamiento obligatorio por el Sars-Cov2 eso está en discusión.

Aún antes de 2019 la tan invocada práctica democrática estaba bastante cuestionada atendiendo a las experiencias que se han visto en las últimas décadas y sus consecuencias que aún perduran en la actualidad.

Los derechos de las personas de a pie se han reducido de forma innegable y la relativización discrecional del valor humano, ha quedo conteste con las atrocidades que se han llevado adelante por estados occidentales que durante dos siglos se han autoproclamado “civilizados” y respetuosos de la ley internacional.

Uno de los vehículos utilizados para estos propósitos fue sin dudas la tecnología, no solo la de uso militar sino también aquella que en apariencias brindaba servicios para agilizar la vida cotidiana. La más conocida y tan dañina como una bomba son las transferencias bancarias electrónicas y todo el sistema que lo maneja. Echando mano a excusas que nadie estaría en desacuerdo, se han creado tips para establecer congelamientos como sanciones financieras, posibles de operar a distancia gracias a estos sistemas. Así vimos cómo se bloquearon cuentas de países o simplemente se saquearon sus arcas con solo apretar una tecla de un ordenador en New York.

El salto del “Bitcoin” al escenario de las finanzas internacionales se muestra como una ventaja más dentro de este espectro pero también puede ser (y sin dudas lo será) otro eslabón en la cadena de esta nueva esclavitud digital.

Actualmente las tecnologías digitales parecen estar modelando la nueva realidad y ello, aunque se vea muy cómodo o ventajoso, es algo realmente muy peligroso para la libertad de las personas. Y el peligro ya no proviene solamente de un estado fascista o de un gobierno con esta tendencia. Desde finales del siglo XX hasta el presente la “democracia del norte” y sus aliados han hecho de esto una realidad muy presente (“Five Eyes”[1]). Actualmente las corporaciones privadas que pueden o no tener negocios con el estado, sirven por fabulosos contratos a estos propósitos poco claros y que se mantienen en la penumbra.

Si bien el término “tecnocracia” refiere al gobierno de los especialistas en una determinada área, nosotros hacemos referencia a más bien a los medios y las consecuencias que este sistema acarrea a las libertades individuales de alcance global. Sería el gobierno de la virtualidad y la despersonalización administrado desde el ciberespacio sin que los administrados sean conscientes de la invasividad a la que son sometidos. Y sino usted puede preguntarse ¿Por qué debe tolerar que alguien desde alguna Sala a miles de kilómetros en alguna instalación de “Ciberguerra”[2], este monitoreando sus mensajes, sus perfiles en las redes, sus llamadas del móvil y su actividad en el internet? Desde hace tiempo su intimidad ha dejado de existir y la excusa para ello la conocimos más abiertamente desde el 11 de septiembre de 2001 y de lo cual también sabemos, fue una siniestra y cruenta farsa, pero farsa al fin. Claramente la seguridad informática es muy cuestionable y ello quedo ratificado con las revelaciones sobre Facebook de “garganta profunda”[3].

Para ello se montaron los andamiajes legales convenientes y por medio de piezas como la “Patriotic Act” se blanqueo y amplió la existencia de una infraestructura de espionaje (como la red Echelon) justificando el recorte de los derechos, la estigmatización de una parte de la población (los musulmanes) y el avance del estado por sobre las libertades de las personas a niveles escalofriantes (detenciones sin orden judicial y torturas). Pero había que probar esta estrategia de forma detallada y efectiva en escenarios reales ese control masivo y simultaneo sobre una población determinada.

Pioneros en esta materia insidiosa son los israelíes quienes ya venían ensayando estas tácticas de control social, guerra psicológica y espionaje electrónico en urbes contra los palestinos de los territorios ocupados. El desarrollo de sofisticados ingenios ha llegado a tal punto que los israelíes confiados en su indetectabilidad, se han atrevido a espiar a la misma Casa Blanca y a oficinas del gobierno estadounidense en la era Trump[4].

Su colaboración con EEUU para formar estructuras similares fue y sigue siendo capital, en especial desde 2001 teniendo como escenarios de ensayo a los países invadidos.

Fue a partir de allí que se ensayaría de forma meticulosa y persistente en ciudades como Bagdad y Kabul nuevas estrategias de control y vigilancia masiva basadas en el espionaje continuo en todo tiempo y sobre todos los ciudadanos.  Así y bajo argumentos bastante increíbles, estos programas provistos por empresas privadas fueron subvencionados por los mismos gobiernos que intervinieron (Como los Sistemas de Identificación biométricos). Ello inmediatamente se trasladaría las ciudades de occidente que (según las excusas de los gobiernos) debían ser protegidas del terrorismo. Las cámaras, sensores biométricos y micrófonos callejeros combinado con el hackeo de los móviles con sofisticados Software de industrias especializadas en invadir la intimidad ajena (G4S, NSO Group, CST Global, Dyn Corp, Defense System LTD)[5], se han convertido en los artilugios de la “democracia” occidental que avenida en esta “tecnocracia” son el nuevo y real enemigo de la libertad.

Pero aunque las cámaras en las calles y las antenas en postes lumínicos que quién sabe para qué y a quienes diablos sirven, son solo una ínfima parte del “Gran hermano” que observa desde lo alto.

Esto ya es historia y actualmente el control de las conductas de los ciudadanos es cada vez más personalizada e invasiva gracias a los cambios que han proporcionado el acceso a nuevas tecnologías de alcance masivo y mediante ellas, el aprovechamiento de la inadvertida recopilación de datos sobre los hábitos y las actividades propiciada por el uso de televisores inteligentes, móviles y tablets.

Como vimos empresas de redes sociales como Facebook cooperan con las agencias de inteligencia (NSA, CIA y MI-6)[6] para proveer esta información e incluso, ponerla a disposición de interesados privados. Toda esa tecnología invasiva hace un tiempo ha pasado a otra etapa y está siendo utilizada para medir los patrones de conducta individuales, hábitos de consumo, preferencias de toda índole, inducir en los gustos y en los puntos de vista de ciertos temas y todo aquello que le interese a los señores del sistema.

Con ello, la seguridad y la confidencialidad de los datos en línea no puede garantizarse, incluso para los mismos estados que despliegan estas estrategias (Caso de los Hackers Moses Staff que han violentado la seguridad de archivos de información militar y de inteligencia clasificada del estado de Israel)[7].

El aislamiento obligatorio por la dispersión del Sars-Cov2 fue sin dudas una oportunidad de oro para incrementar estas actividades y también para generar nuevas plataformas tecnológicas para establecer mediante la cada vez más omnipresente inteligencia artificial (IA), rutinas de trabajo obligadamente digitalizadas que pretenden acostumbrar a los trabajadores a mantenerse encerrados y conectados 24 horas al día y desconectados de la realidad física. No es una exageración y ello lo podemos comprobar con la planificada implementación de nuevos “universos virtuales” como el “Metaverso”[8], que pretende reemplazar las relaciones humanas en contactos digitales en línea mediante avatares que no son otra cosa que identidades virtuales.

Todo esto sin dudas será funcional para potenciar el desarrollo del transhumanismo que lejos de las ventajas que auguran sus partidarios despersonalizara y deshumanizara a las personas. En este universo sin dudas el ser humano será hackeable.

Que no queden dudas de que esta nueva vía de interrelacionarse será manipulada y utilizada por los gobiernos y corporaciones privadas para -además del espionaje a la intimidad- controlar e incluso establecer pensamientos que lleven a desarrollar conductas que servirán a este sistema de cosas. 

 



[1] Se trata de una alianza estratégica para la inteligencia compuesta por los servicios de inteligencia de Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Estados Unidos y el Reino Unido.

[2] Se trata de un concepto moderno en el cual el conflicto pasa a tener una nueva dimensión que tiene al ciberespacio como el campo de batalla.

[3] Así llamada la ex miembro de la red social Facebook Frances Haugen quien reveló los manejos poco claros que se hace de este espacio que recordemos, se vinculó con la recopilación y manipulación de información electoral por parte de la Corporación británica Cambridge Analytica. Pero también tuvo papeles sospechosamente pasivos durante la “Primavera árabe” en 2010 a 2011, en las convocatorias a la violencia en Siria desde 2011 y las que prosiguieron en Iraq con la aparición del ISIS en 2014.

[4] El escándalo se dio por septiembre de 2019 cuando el FBI logró desbaratar en los alrededores de la Casa Blanca y de edificios clave del gobierno la instalación de dispositivos “StingRay” de origen israelí.

[5] Son algunas de las empresas privadas de origen británico, israelíes y estadounidenses que podrían verse como competidoras pero por detrás cooperantes en ciertas circunstancias.

[6] La National Security Agency y la Central Intelligence Agency son organismos de EEUU y el MI6 que es el acrónimo del Servicio de Inteligencia Secreto Exterior del Reino Unido.

[7] Se trata de un grupo de hackers que se opone a la política sionista de usurpaciones de territorios y supresión de la identidad palestina https://therecord.media/new-moses-staff-group-targets-israeli-organizations-in-destructive-attacks/

[8] Se trata de un término nuevo que significaría una composición por varios espacios virtuales, tridimensionales y compartidos y persistentes recreado en el ciberespacio.