lunes, 13 de agosto de 2018


EN DEBATE




“MAGNICIDIO FALLIDO”

Quiénes han estado detrás del fracasado ataque contra el gobierno legitimo de Venezuela y cuales pueden ser sus consecuencias




Por Pepe Beru
El fallido intento por asesinar a Maduro y a todo su estado mayo que se hallaba en el palco el 4 de agosto último, ha revelado que  nada de lo que ha venido aconteciendo en la región es casual y todo se mueve al compás de una agenda muy clara que pretende desbancar los últimos polos de independencia política que quedan en el continente y que fastidian a Washington.

El gobierno bolivariano de Venezuela es sin dudas el paradigma de ello. Más allá de las contradicciones de Maduro y su muy cuestionada gestión, la revolución impulsada por Hugo César Chávez que se plasmo en la Constitución de 1999 fue el inicio de una nueva geopolítica muy audaz y adelantada para su momento, demasiado para las clases políticas corruptas y anquilosadas de la región, incluyendo a la Cuba Castrista.

Para quienes leen entrelineas no quedan dudas de que este fallido ataque tiene la firma de los que han estado engañando al mundo con su denominada “guerra contra el terrorismo” y que los medios secundan  tratando de justificar cada día con menos éxito. Tras el fracaso por causar una masacre contra el liderazgo político y militar de Venezuela, esos mismos medios han salido inmediatamente a tratar de sembrar las dudas sobre la autenticidad del hecho alegando a oraciones tales como “sospechoso atentado” o incluso aseverando que la intentona fue “fraguada por el régimen”.

Tal vez esto hubiera funcionado en los setentas o incluso hasta mediados de los noventas, cuando la opinión pública no tenía más alternativa que informarse por la televisión y las radios sin tener a la mano la disponibilidad de las herramientas tan sofisticadas y masivas como son las redes sociales y los medios alternativos en el internet.  Si esto se hubiera producido en la década de los ochentas, los medios oficiales que a su vez son subalternos de los conglomerados anglosajones que digitan las líneas informativas a nivel global, hubieran empequeñecido este episodio hasta el grado de transformarlo en una caricatura.

Tratar de asesinar a un primer mandatario es algo muy grave sea del país que sea. Pero las reacciones de las empresas de noticias occidentales han dejado en evidencia que marchan al compás de la agenda que marca Washington y que es desandada puntillosamente por sus colaboradores regionales como lo son actualmente los gobiernos de Colombia, Argentina y Brasil para nombrar solo a los principales.  Evaluando esto ¿Puede usted imaginarse si un intento semejante se hubiese llevado a cabo contra un mandatario de los países antes nombrados? Sin lugar a dudas el espectro informativo de toda la región y el mundo serían bombardeados con titulares escandalosos y poniendo al “terrorismo” como el protagonista central intentando manipular a la opinión pública con sus lacrimógenas  campañas de victimización. En este sentido podemos ver como este sector ha tratado de banalizar el intento de magnicidio con suspicaces análisis o directamente, ignorando el tema.

Las investigaciones del hecho dio lugar a que se llevaran adelante varias pesquisas y detenciones sobre personalidades de la oposición vinculados estrechamente a su vez con personajes radicados fuera de Venezuela y con especiales contactos con Washington y Bogotá. Uno de los más nombrados y acusados por el propio presidente Nicolás Maduro es el ex presidente de Colombia Juan Manuel Santos, artífice de la ampliación de bases militares estadounidenses en la región y de la firma de los acuerdos de cooperación con la OTAN. Aunque los medios alineados con el relato estadounidense dejan de lado estos pormenores y se centran en señalar supuestas contradicciones en los relatos de los asistentes en el momento del ataque, lo cierto es que son elementos muy significativos al momento de considerar quienes pudieron impulsar y ejecutar esta fallida operación.

Como era de esperar, el inmediato operar de las fuerzas de seguridad venezolanas deteniendo a varios sospechados del complot desato una ola de críticas en los sectores pro-estadounidenses en el exterior (espacialmente en Miami y Buenos Aires) denominando este proceder como el accionar ciego y brutalmente represivo. Pero solo es una táctica semántica y artificiosa que intenta por un lado desviar los hechos que rodearon al ataque y a su vez desacreditar al (aunque mal les pese) gobierno legítimo de Caracas ¿Y qué hechos son los que se quiere tapar? Comencemos por los artefactos utilizados para el ataque.

Según han señalado las autoridades venezolanas los Drones usados eran modelo DJI-MATRICE 600 utilizados para tomar fotografías y diseñados con fines industriales. Obviamente ello no es obstáculo de que los mismos hayan podido ser adaptados a la circunstancias para poder operar con mayor sigilo y burlar la seguridad del evento. No es una novedad ver como son usados para fines militares, Drones que tienen propósitos de exploración y reconocimiento civil. En 2014 pudimos notar con asombro como esta tecnología era usufructuada por grupos mercenarios en el Medio Oriente. Uno de los precursores en estas ingeniosas adaptaciones es sin dudas el “ISIS” en Iraq donde hizo estragos entre las fuerzas gubernamentales iraquíes lanzando granadas desde Drones espía de diseño y fabricación estadounidense (Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=cz2jrmnm7ds ).

Entonces muchos se preguntaron ¿Cómo unos simples pistoleros reclutados en las tribus nómadas de Al Anbar y del este de siria sabían manipular estos sofisticados aparatos? Y mucho más difícil de explicar ¿Quiénes les otorgaron el acceso a estos costosos Drones que solo se fabricaban en occidente  y quiénes los reformaron para que operaran como vectores de ataque? Y en lo que hace al tipo de explosivo que se utilizó para atentar contra Maduro, arroja más indicios sobre el origen de los autores. El explosivo plástico  C-4 es de uso militar, de origen estadounidense y de acceso restringido, entonces ¿Quiénes pudieron haberlo adquirido sin despertar sospechas de la inteligencia estadounidense? Estas respuestas son tan comprometedoras que los medios y los periodistas anglosajones –y por supuesto los subalternos sudamericanos- ni siquiera tocan el tema cuando osan argumentar sobre la situación en aquella región.

Incluso Rusia ha sido blanco de ataques con esta modalidad, cuando a comienzos de año una flotilla de Drones bizarros ensamblados con elementos asequibles en una ferretería pero equipados con modem de control remoto de última generación, lanzaron pequeñas bombas (pero dañinas) sobre la base aérea de Jeinmim, Siria.    Es por ello que cuando los medios y los periodistas tratan de ridiculizar el hecho con el término “supuesto” intentando desacreditar la viabilidad de los Drones como armas para perpetrar un magnicidio, ponen aún más al centro de la escena el involucramiento de manos expertas en la concreción de este tipo de acciones que solo buscan establecer el caos aprovechando las circunstancias imperantes.

Solo para que no queden dudas de quienes operan con estas modalidades y con este tipo de intensiones, solo véase lo que ocurrió ese mismo 4 de agosto pero en Siria cuando un científico sirio de nombre Aziz Asber fue asesinado junto a su guardaespaldas por el uso de un Drone dirigido por la inteligencia israelí. 
El automóvil en el que se trasladaban voló por los aires por el accionar de un sofisticado ingenio armado con explosivos.


Este tipo de asuntos tan sucios van más allá de tipos como Bush, Obamas o de un quisquilloso como Trump que ocupan transitoriamente la Casa Blanca, ya que no son ellos quienes ordenan estas intrigas y solo recién cuando ellas se han concretado tal vez, solo tal vez, conozcan algunos por menores que no pongan en riesgo a la llamada “seguridad nacional”.

sábado, 11 de agosto de 2018

EN DEBATE



“INCOHERENCIA INFINITA”

A diez meses de la desaparición del submarino “ARA San Juan” siguen saliendo a la luz más claros oscuros de un hecho políticamente inexplicable




Por Javier B. Dal
Entrando en el decimo mes de que fue declarado desaparecido el submarina argentino “ARA San Juan” y tras más que una sospechosa dilación en adjudicar una empresa privada para su búsqueda recién apenas una semana atrás el gobierno de Cambiemos anunció que se había elegido a (nada menos) la empresa “Ocean Infinity” de origen norteamericano para las operaciones de búsqueda. Una vez más el gabinete de Mauricio Macri acusa su ya más que revelada subordinación política a Washington y Londres.

Para que se entienda como debe tomarse el caso del incidente del submarino argentino y que no se mal interprete este cuestionamiento, hay que dejar de llamar al suceso en cuestión como una “tragedia” ya que las mismas suceden por cuestiones azarosas y devenidas de un imprevisto. En el hecho del sumergible argentino nada de ello se da y con muchos indicios que señalan un ataque deliberado en un área caliente como lo es el atlántico sur, seguir argumentando la tesis de un trágico accidente es cuando menos una tomadura de pelo.

Entre medio de esta caustica cuestión para el gobierno se hallan los familiares de los tripulantes quienes han debido sortear con paciencia y mucho tesón los desplantes del presidente y sus argumentos baladíes. Sumado a esto, la inoperancia de un ministro de defensa que poca idea tiene de cuál es la función de las Fuerzas Armadas, ponen en duda la real intensión de resolver la cuestión. Sin dudas de que desde este punto de vista, se trata de una tragedia colectiva que pasa a ser una tragedia personal para cada familia, pero no deja de ser desde el ángulo estatal y con una mirada geopolítica critica, una agresión externa contra la soberanía de la república Argentina. Es por ello y por las complicaciones que causa a un gobierno subalterno a los intereses anglosajones, que hizo cuanto pudo para tapar lo inconfesable, se hace imprescindible encubrir la verdad a toda costa.

En lo que refiere a las investigaciones judiciales que lleva adelante la jueza federal de Caleta Olivia Marta Yañez, se puede decir que no han ido a ninguna parte y solo ha revelado una fuerte pugna interna entre los jefes de la Armada que tratan de cubrirse unos a otros pero sin mostrar un solo indicio en lo referente a las grabaciones y mensajes navales que informaron en un primer momento el ataque de un submarino hostil contra el “ARA San Juan”. 
Siguiendo con ello, los oficiales han tratado de desviar esta hipótesis achacando la desaparición a posibles fallas estructurales por falta de mantenimiento (algo que es real), especialmente acentuadas en la gestión K bajo el ministerio de defensa de Nilda Garre y Agustín Rossi. En este sentido, para el gobierno de Cambiemos es mucho más fácil endilgarle la responsabilidad al gobierno anterior que a Londres que por ese entonces, tenía a su flota muy activa en el Atlántico sur.

Es claro que el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, ni el mismo poder ejecutivo por vía de un comunicado directo con “Downing Street 10” han movido un dedo por consultar por los canales oficiales cuáles serían las implicancias de su fuerza naval (Task Force) operando con unidades de la Armada de Chile  en las aguas jurisdiccionales en torno a Malvinas, en momentos que se instalaba el sistema de misiles de origen israelí (Sky Sabre). Lo mismo para el gobierno de Santiago de Chile, que tenía en operaciones a unidades navales y antisubmarinas (Fuerza naval C-295) en libre tránsito por el Cabo de Hornos, Canal de Beagle y Magallanes ¿Qué diligencias ha impulsado el gobierno de Mauricio Macri para estos menesteres? La respuesta es, ninguna.

Y mientras los medios y periodistas –grandes colaboradores de esta tapadera- hacen incapie en este asunto como “una tragedia” y utilizan a los familiares como relleno de noticias cuando es necesario, lejos están por  publicar las investigaciones que se llevan adelante por otra causa judicial que tras haberse iniciado en Córdoba por el veterano de Malvinas Jorge Oliver fue remitida por una cuestión de jurisdicción a la justicia federal de Comodoro Rivadavia en la cual se trata el asunto como una desaparición forzada de los 44 tripulantes del “ARA San Juan” y hundimiento del “ARA San Juan”. 
El hecho ha sido presentado con una serie de indicios y pruebas a producir por el juzgado interviniente que podrían reconstruir en forma fidedigna, qué fue lo que realmente ocurrió aquel 15 de noviembre de 2017.

En la misma se ofrecen varios elementos de prueba como coordenadas y hasta datos oceanográficos sobre la situación y lugar donde se hallaría el submarino al momento de su ataque, datos que había estado siendo obviados por la Armada y por supuesto, por los rescatistas estadounidenses y británicos. Tras haber recaído en el mismo juzgado de la jueza Yañez, Oliver pudo constatar que la causa no había sido movida y sus constantes pedidos de activación caen en oídos sordos, algo de lo cual no sorprende.

Oliver también había señalado que según sus informaciones provistas por la agregaduría naval de Armada rusa, se estaba buscando lejos del posible epicentro donde se hallaría el submarino. En ese sentido el gobierno argentino retuvo durante días en las dársenas de “Puerto Nuevo” al buque de exploración ruso “Yantar” para que desistiera de buscar en donde ellos sugerían que había que hacerlo. Ello desato tensiones entre las autoridades del buque de exploración y las autoridades argentinas. Como la situación era tan evidente y entorpecía las labores de búsqueda la misión rusa se retiró por efecto de las presiones de Buenos Aires.

Pero los entorpecimientos de Buenos Aires estaban fomentados desde el gobierno de Londres, altamente preocupados por las labores  del equipo de búsqueda ruso. A pesar de la experiencia y el equipamiento que presentaban los expertos del “Yantar”, los británicos pusieron todo tipo de reparos para que pudieran operar. Sus medios de prensa desde la derecha a la izquierda pusieron en duda las intensiones de Moscú. De ese modo alegaron desde posibles daños al ecosistema de los mares australes, al desarrollo de actividad de espionaje electrónico  y hasta incluso la posible causación de daños en los cables submarinos de fibra óptica, fueron algunos de los argumentos plantados  por el Foreign Office a través de los medios.

Esta influencia denoto y dejo en claro, que Gran Bretaña no quería (y no quiere al menos por un tiempo) ayudar a encontrar el sumergible dado que, de hacerlo, quedarían directamente implicados. De ese modo han sido la mano detrás del telón influyendo en cada decisión administrativa del gobierno argentino para que no se salga del carril. En ese fin, han estado pendientes de retrasar cualquier búsqueda que se organizase y por supuesto, sugerir la empresa extranjera que asegure el Status Quo conveniente.


De ese modo y tras dilaciones interminables en procesos de adjudicación a empresas privadas para buscar un buque de guerra (algo inédito en el mundo), han estado por seleccionar a una empresa estadounidense llamada “Ocean Infinity”, promocionada como  la que busco al desaparecido avión “MH370” de “Malasyian Airlines” pero que jamás halló. Entonces ¿Qué ventajas superlativas presenta ésta empresa con respecto al equipo de búsqueda ruso “Yantar”?  En realidad ninguna e incluso la marina rusa ha sido mucho más eficaz y competente para las tareas de rescate y búsqueda a grandes profundidades que los equipos de la OTAN. Es por ello que hay en todo esto, un tufo a puro marketing y lo peor de todo, impuesto por los enemigos históricos de la Argentina. Solo resta que los argentinos se pregunten ¿Hasta cuándo seguirán sumidos en la incoherencia?

martes, 7 de agosto de 2018

EN LA MIRA



“ORMUZ, IRÁN Y DAESH 2.0”

Causas y tácticas que utiliza occidente para agredir a la República Islámica de Irán



Por Charles H. Slim
El otro día cuando leía algunos de mis portales de noticias medianamente fiables pude ver como algunas situaciones que han pasado inadvertidas en la mayoría de los medios europeos y especialmente estadounidense, retumban en el vacio pese a la importancia y la gravedad que ellos representan para la seguridad y la paz. Me refiero más precisamente a lo que se viene impulsando en el Golfo Pérsico contra el eje de la resistencia árabe-islámica actualmente liderada por la república Islámica de Irán.

Si bien la mayoría de los medios parecieran haber perdido su interés por las desgracias en Siria, las que siguen sucediendo en Iraq, las que sufren los palestinos a manos de Israel y ni hablemos de las calamidades que sufre Yemen a manos de Arabia Saudí y Cia, solo se están ventilando noticias aisladas y con muy pocas precisiones de lo que realmente está sucediendo ¿Por qué este sistemático silencio? Pues está muy claro. Washington y sus aliados van perdiendo la guerra militar y psicológica por tratar de convencer al mundo árabe-islámico y al mundo en general de que “ellos son los adalides de la libertad” que luchan contra el terrorismo.

Precisamente fue con aquel argumento que EEUU hace ya siete años reforzó su ingreso en la región fabricando situaciones de caos para elaborar artilugios políticos y diplomáticos con los cuales justificar su intrusión en Siria. Todo eso pese a la destrucción y la muerte que causo con sus operaciones negras no basto para que se impusieran esos planes. No olvidemos que las bandas armadas como “Al Qaeda” remodeladas bajo la denominación “Jabbat Al Nusra”, el “Ejército Libre Sirio” compuesta por oficiales sirios corruptos  y el “ISIS” fueron el producto de la ingeniería de la inteligencia anglosajona con participación de las monarquías árabes del golfo y de Tel Aviv, que pese a ello no lograron destruir a la república árabe siria.

Por el contrario, estas maniobras sucias han ayudado a reconsiderar el problema del terrorismo y su verdadero origen. A pesar de la muy buena cobertura y de la incalculable financiación de estos grupos –en especial ISIS- todo el asunto quedo al descubierto en especial, gracias a la multiplicidad de fuentes independientes que fueron poniendo en evidencia las pistas que iban hallándose sobre el terreno[1]. Cuando el “ISIS” hizo su aparición en 2014 era un secreto a voces la naturaleza y origen de ese grupo, en especial entre los iraquíes quienes ya habían experimentado en carne propia los enjuagues de la guerra sucia instalada por la ocupación.

Pese a ello el “ISIS” no cumplió con su parte y obligo a EEUU a tener que llamar a Teherán para que entrara en escena y evitar que Iraq colapsara y volviera a las manos del partido “Baas”. Esto concito un rotundo fracaso estratégico de Washington por derrocar a Al Assad y dispendio de recursos incalculable.

Este fracaso a su vez ha conllevado el éxito de Irán, que logró posicionarse en la región más allá de lo imaginado apenas unos quince años atrás, antes de que Saddam Hussein fuera derrocado por la invasión angloestadounidense. Ha sido una consecuencia ineludible ya que en el mundo árabe, no hay potencia regional que haya podido llenar el hueco dejado por aquel Iraq que llego a ser el faro del mundo árabe en las postrimerías del siglo pasado.  Ello ha sido motivo de una pertinaz carrera para desestabilizar al país persa incluyendo entre las tácticas empleadas, el incumplimiento de los acuerdos firmados por Obama[2].

Con las reveladas interrelaciones entre Tel Aviv y los gobiernos del Golfo (especialmente con Arabia Saudita) y peor aún, con el Egipto de la dictadura de Al Sisi, los pueblos árabes que siguen manteniendo el ideal de una independencia económico, político y cultural de occidente y en especial, aquellos que militan en la causa de las causas árabes por excelencia como es la “liberación de Palestina”, han encontrado en Teherán el mejor sustentador de las políticas para mantener la línea de la resistencia contra la innegable intervención anglo-israelí en la región, siendo “Hesbolla” su alfil más exitoso en este peligroso juego.

Como contrapartida, Tel Aviv ha hecho lo bestialmente imposible por tratar de ayudar a que Siria colapse y a su vez desmoralizar a la población palestina que confía en Damasco como el último reducto árabe que los apoya. Igualmente y pese a las brutales matanzas a las que a diario Israel somete a los pobladores de Gaza, no ha logrado sus objetivos.  En este sentido La Casa Blanca está tratando por todos los medios de darle una mano a Tel Aviv, intentando últimamente por intermedio de sus influencias en Naciones Unidas, retirar el estatus de refugiados a los millones de palestinos exiliados a punta de fusil, tal como lo revelan algunos correos electrónicos del yerno sionista de Trump[3]. La finalidad de esto no puede ser obviamente en beneficio de los palestinos, algo de lo cual Teherán viene denunciando con vehemencia ante el mismo foro.

A su vez los intentos por fastidiar la economía de Irán no cesan. Tratar de reducir el acceso del crudo iraní a otros mercados para que no pueda competir y obstruir el ingreso de ganancias es una de las estrategias que Washington ha venido implementando con sus condicionamientos (amenazas) a los gobiernos del mundo, incluyendo a Rusia y a China[4] quienes vale la pena dejar en claro, -cada uno por su parte- ya han explicitado que no están dispuestos a dejarse arrastrar por esas presiones.

En ese plan a la Casa Blanca no le importa un comino si para ello debe pasar por encima de los intereses de sus socios europeos quienes al parecer ya se han cansado de las extravagancias del presidente norteamericano tras la decisión tomada por el bloque de la UE[5] por no aceptar la imposición de las sanciones contra Teherán.

Por su parte Irán no se ha dejado intimidar y ha demostrado que si EEUU sigue con esos planes puede cerrar el acceso al estrecho de Ormuz, algo que sería calamitoso para el flujo de crudo embarcado que sale del golfo pudiendo impactar muy seriamente en la economía mundial. En la semana que paso se pudo ver una agitada actividad naval iraní que era vigilada de cerca por la flota estadounidense y británica reavivando las tensiones a una escala preocupante.

Desde lo mediático, la campaña anti iraní que desde hace mucho se irradia por la corporación de medios occidental, como no podía ser de otro modo tiene su fiel adherencia en los medios argentinos, claramente tendenciosos y casuísticamente subalternos a las políticas pro-israelíes. Tratar de enlodar a Irán con la cancina y falsa acusación de haber estado detrás de los atentados en Buenos Aires, es una de las ramificaciones de la política de estado de Tel Aviv y Washington para tratar de aislar a la república Islámica.

Pero a pesar de todos estos obstáculos,  la influencia de Irán se hace sentir en la región y los palestinos también saben que después de Siria, es con el único estado con quien pueden contar.  Esto es una afrenta más a las políticas expansionistas israelíes que debe lidiar con sus ambiciones de “judeizar” los territorios árabes usurpados y a su vez tratar de hacer colapsar a Siria. Eso sale mucho dinero y las presiones para que las contribuciones que salen de los principales centros sionistas en occidente son cada vez más exigentes y la única forma de abrir el grifo de recursos en forma indefinida es una amenaza como el “Daesh” y que casualmente ha resurgido con mucha fuerza en el este de Siria y en el mismo Iraq ¿Estamos en presencia de un segundo capítulo de aquel embuste?  




[1] RON PAUL INSTITUTE.org. “The Mystery of ISIS Toyota army solved”. By Tony Cartalucci, October, 9, 2015, http://www.ronpaulinstitute.org/archives/featured-articles/2015/october/09/the-mystery-of-isis-toyota-army-solved/MUNDOHISPANICO.com. “¿Por qué ISIS prefiere vehículos Toyota?” https://mundohispanico.com/auto/por-que-isis-prefiere-vehiculos-toyota
[2] EL PAÍS.com. “Estados Unidos e Irán alcanzan un histórico pacto nuclear”. Por Marc Bassets. Publicado el 14 de julio de 2015. https://elpais.com/internacional/2015/07/12/actualidad/1436703308_390523.html
[3]FOREIGN POLICY. “Trump y sus aliados tartan de poner fin a estatus de refugiados de millones de palestinos”. Por Colum Linch y Robbie Gramer. Publicado el 3 de agosto de 2018. https://foreignpolicy.com/2018/08/03/trump-palestinians-israel-refugees-unrwaand-allies-seek-end-to-refugee-status-for-millions-of-palestinians-united-nations-relief-and-works-agency-unrwa-israel-palestine-peace-plan-jared-kushner-greenb/   
[4] SPUTNIK. “Llega el turno del petróleo: China se niega a comprar hidrocarburos de EEUU”. Economía. Publicado el 6 de agosto de 2018. https://mundo.sputniknews.com/economia/201808061080966572-china-se-niega-a-comprar-petroleo-a-eeuu/  
[5] RT.com. “La UE bloquea las sanciones de EEUU contra Irán en su territorio”. Publicado el 6 de agosto de 2018. https://actualidad.rt.com/actualidad/284055-ue-bloquear-efecto-sanciones-eeuu-iran

jueves, 2 de agosto de 2018

VETERANOS DE AYER



“LA FASE QUE NO FUE”

La historia poco conocida de los planes del gobierno menemista por ampliar la participación del país en la guerra del Golfo de 1991



Por Charles H. Slim

Sin lugar a dudas se puede decir que poco se ha dicho y mucho menos la opinión pública se ha enterado, sobre muchas cosas que se tejieron en el comienzo de la crisis del Golfo Pérsico allá por mediados de 1990.  Uno de los más ignorantes en todo ello ha sido sin lugar a dudas, los ciudadanos argentinos quienes suelen adolecer como de costumbre de una notable amnesia cuando se trata de hechos comprometedores y difíciles de abordar. Este episodio de la historia contemporánea en la que Argentina fue parte, no escapa a ese carácter timorato que acostumbra.

Según la historia oficial, cuando Iraq entro en Kuwait el 2 de agosto de 1990, comenzó una etapa de crisis internacional que pese a que se puso como disparador a la figura del entonces líder iraquí Saddam Hussein, fue especialmente propulsada desde Washington con intensiones que –a la distancia y por los hechos que ya se conocen- se hallaban encubiertas detrás de argumentos falaces sobre la defensa de la democracia, la libertad y los derechos humanos.  Haciendo uso de su notoria influencia sobre Naciones Unidas, la entonces administración republicana de George H. Bush  desplego (mediante una campaña mediática feroz) y al amparo del foro internacional, una de las guerras más terribles de final del siglo XX.

En aquellas circunstancias el entonces gobierno argentino presidido por el justicialista Carlo S. Menem asintió a la propuesta que, por una escandalosa influencia de Washington, Naciones Unidas proclamo y resolvió trabar sanciones económicas y comerciales contra la república árabe de Iraq. Los argumentos de Menem para semejante obsecuencia política fue el “respeto a la legalidad internacional”, en el marco de un “nuevo orden” que ya se asomaba dirigido desde el norte. Para ello aplicaron al pie de la letra el entendimiento del capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas y se esforzaron para que el entonces gobierno iraquí pareciera una amenaza de alcance global al cual había que frenar.

En esos momentos la CNN y las cadenas europeas solo hacían alarde de una sorpresiva situación que en realidad, no lo era ni para Washington ni Londres. Tanto George H. Bush como la entonces primer Ministra británica Margaret Thatcher sabían que había asuntos pendientes entre Kuwait City y Bagdad y ellos estaban haciendo todo lo posible para sacar partido de ese entuerto. La CIA y el MI-6 estaban muy presentes en las discordias fronterizas por el robo de crudo en los campos petrolíferos iraquíes de Rumailah y se encargaron de que ambas partes se acusaran mutuamente.

Todo estaba digitado y obviamente ello no estaría a la vista de los incautos y muchos menos disponible para la difusión mediática. Semanas antes de que esto se desatara, las tropas estadounidenses movilizaban tropas en Europa y los británicos daban inusuales señales de preparativos con acopio de pertrechos y vehículos en Rutland y Gutersloh, Alemania.

Por el contrario en Buenos Aires meses antes de que todo esto estallara no se sabía nada y el gobierno se hallaba más preocupado por concretar las privatizaciones de las empresas del estado que otra cosa. Aseverar que Argentina tenía una política de estado con respecto al Medio Oriente y en particular hacía los asuntos que disputaban Iraq y Kuwait es de una falacia inconmensurable. Incluso se puede asegurar que como estado, carecía de un posicionamiento político y estratégico hacia esa región.

¿Recuerdan la posición de Argentina? Brevemente, en ese momento el gobierno supuestamente nacionalista de Menem dio una patada a toda la historia del partido que decía representar y simplemente adopto la posición intervencionista de Washington, que obviamente justificó ante la opinión pública como un apoyo a la democracia y a la ley internacional. Es aquí donde comienza toda la farsa argumentativa del gobierno argentino para introducir a su país en un conflicto que aún perdura hasta nuestros días.

Conocemos bien como se desarrollo todo. Menem asintió inmediatamente a colaborar sin tener la más mínima información imparcial y propia de lo que realmente estaba ocurriendo allá. Visto a la distancia y atendiendo a la gravedad de la situación el comportamiento de ese gobierno fue claramente amateur y nada serio ya que, puso a la Argentina en una posición de la que históricamente había renegado (Como miembro del bloque de los países no alineados). Para sostener su posición, Menem y su canciller Domingo Cavallo aseguraron que su participación se daba en el marco de un “mandato” de Naciones Unidas y que por ende, ello era obligatorio. De esa manera ordenó el envió de dos buques de la Armada (Grupo Alfil 1) que zarparon el 25 de septiembre de 1990 de la base Naval “Puerto Belgrano” en momentos que habían muchas reticencias no solo políticas sino también militares sobre las implicancias de esa misión.

Desde el punto de vista legislativo internacional, jamás existió un mandato de Naciones Unidas y por ende no había obligación de remitir elementos para cooperar con los esfuerzos liderados por EEUU que desembocarían en una guerra terrible. Incluso al día de hoy, está muy discutida la participación orgánica y el maleable comportamiento del foro internacional en aquellas circunstancias. Fue una lamentable muestra de lo que devendría en el futuro, el uso de máscara para refrendar actos urdidos por Washington y sus aliados.

Pero el gobierno de ese entonces estaba decidido a colgarse del furgón de cola de la historia de un presunto triunfador y con ello obtener las mieles del éxito y la complacencia de la por ese entonces “única superpotencia” emergente de aquella era bipolar que se había caído junto al Muro de Berlín en 1989. Menem contaba con que en el peor de los casos EEUU aplastaría a los iraquíes; después de todo –debió haber pensado- Iraq no tiene como enfrentar a la única superpotencia emergente.  Como bien decimos, aquel gobierno estaba decidido hacer lo que fuese por caer en gracia a los anglosajones y no se quedaría con la remisión de una misión naval; no claro que no.

Según archivos e informes de la época revelan que Menem y su cúpula del Estado Mayor Conjunto, estaban preparando ampliar la colaboración militar para intervenir contra Iraq ya que, esperaban obtener muy buenos réditos (políticos y económicos) con esas señales. En algunos documentos de la época se revelan los planes (fechados por finales de agosto y comienzos de septiembre de 1990) para el envío de una fuerza terrestre compuesta por unos cien hombres de infantería del ejército argentino en una compañía mecanizada. 

Aquella misión había estado pensada asignársela a quien revestía como Comandante del Tercer Cuerpo de Ejército Jorge Maffey, quien contaba con una amplia experiencia en misiones de paz (Cascos Azules). Aquel cuadro de hombres debería estar compuesto por oficiales y suboficiales, que hablaran inglés fluido y por supuesto, que no tuvieran en sus curriculas personales antecedentes de ideas nacionalistas.  Eso obviamente en momentos que presuponían que solo habría unas escaramuzas y nada más, demostrando el grado de ignorancia y el alcance de los verdaderos planes que tenían predeterminados en la Casa Blanca desde mucho antes que todo esto comenzara.

De haberse concretado esto, las tropas que estarían pertrechadas para el combate (ya que no eran cuerpos de paz), además de estar posicionadas dentro del teatro de operaciones y bajo el comando del USCENTCOM, se habrían visto obligadas a participar de las operaciones ofensivas y a devolver el fuego (Conforme lo dispuesto por la Ley 23.904/91).

A esto solo se lo puede llamar inconsciencia por no decir otro calificativo más grosero ya que sin lugar a dudas el gobierno argentino terminó tragándose la carnada y todo el redil como un simple aficionado. De haberse concretado el envió de estos hombres seguramente muchos de ellos no habrían regresado y los que si lo hubieran hecho, estarían actualmente con complicaciones en su salud y luchando para que su gobierno les reconozca el derecho de veteranía.

Quedo claro que aquella crisis había estado planificada y controlada desde cerca por Washington. No solo lo han revelado documentos desclasificados y testimonios oficiales de la administración estadounidense sino también muchos de los documentos que se archivaban en los edificios del gobierno de Saddam Hussein los cuales fueron curiosamente saqueados por la invasión de 2003.

miércoles, 1 de agosto de 2018

EN DEBATE



“LENGUAJE ESTRATEGICO”

Qué puede interpretarse del viaje de Macri a Sudáfrica?



Por Javier B. Dal
El lenguaje es la forma en que nos comunicamos. Decirlo parecer una obviedad, pero es que en el mundo de la política y máxime de la internacional, sus formas pueden decir mucho dependiendo de cómo se lo exprese. Sabemos que puede hablado, con señas, con la forma de vestir o de comportarnos en ciertos momentos se trasmiten mensajes que pueden llegar a ser confusos. El viaje realizado por Macri a la cumbre BRICS es una señal que expresa un lenguaje para sus interlocutores de este bloque pero también, para la administración aislacionista de Washington de la cual parece querer tomar distancia.

En lo que va del año se puede decir que ha ocurrido mucho en lo que hace a los asuntos geopolíticos. Los continuos cambios en las relaciones internacionales y las constantes fluctuaciones de poder que se registran entre los grandes actores han llevado a una mayor interrelación política, acercando como nunca a los supuestos bandos antagónicos. En este contexto vemos a la Argentina como el paradigma de una reconfiguración de su estructura como país que para algunos es la consecuencia de una profunda modernización de cara a relacionarse más abiertamente con los polos de poder, mientras que para otros es el prefacio de la definitiva desintegración de su soberanía.

La Argentina venía en bajada desde mucho antes de que Macri se hiciera con el gobierno en 2015, incluso desde antes de los doce años del falso progresismo nacional del gobierno del FPV. No se puede tapar el sol con el dedo y pretender explicar la actual situación sin tener una visión completa del panorama para responder a la pregunta ¿Por qué el país sudamericano llego a tan bajo?

Visto desde la superficie todo esto ocurre por una cuestión de choque de intereses en una Argentina fuertemente corporativa que se acostumbro durante décadas a sacarle algo al estado. Recordemos sino lo que significo para la corporación de abogados los juicios de millones de pesos contra Ferrocarriles Argentinos (empresa del estado) allá por la década de los ochentas, las precauciones legislativas para que reformas al código civil no invirtieran la carga de la prueba en los casos de mala praxis médica; los maestros y sus chantajes para aumentar sus salarios; el gremio piquetero como fuerza de choque alquilable para protestas sociales  y así podríamos seguir horas.    

El descalabro interior del país radica en su progresiva anomia política social y económica, puesta a rodar por la misma clase política que se enquista y aún subsiste en las viejas y anquilosadas estructuras partidarias que defintivamente carecen de ideologías y no representan a nadie. Esta situación se traslada y refleja en sus relaciones con otros estados. Tras décadas de una desintegración progresiva de la vida política doméstica, Argentina no pudo articular mejores esfuerzos para llevar adelante políticas regionales de bloque como ser el caso del MERCOSUR, que hoy por hoy es una entelequia que ha quedado más bien en los deseos de buena voluntad que en algún grado de operatividad real.

En las épocas de Menem pedir mayores retos o ideas imaginativas para insertar al país en el concierto mundial más allá de lo permitido por Washington y Londres, habría sido motivo de risas y nada más. La prostibularia relación carnal establecida con Washington además de humillante resulto ser nada lucrativa para el país. Por aquel entonces la sola idea de establecer puentes diplomáticos para trabajar una cooperación comercial, político y cultural con Asia habría encontrado reparos surgidos de argumentos rancios devenidos de una idiosincrasia europeísta y sajona que infectaba (y aun se mantiene) a los círculos de funcionarios de carrera de aquel entonces.  Mucho menos se le ocurriera a alguien plantear un acercamiento a China y a Rusia si no quería ser vilipendiado y tildado de “comunista”.

Ni hablemos de establecer relaciones fluidas y de intercambio con el mundo árabe islámico, al cual siempre se lo mantuvo como un actor sospechoso y hasta peligroso gracias a las influencias que embajadas y sectores políticos de comunidades locales que han ayudado a establecer con la cooperación de los medios, una imagen negativa. Como se puede ver la estupidez y la obsecuencia han regido por mucho tiempo en las cabezas de quienes deberían haber conducido al país a objetivos beneficiosos.

La corrupción llevó a la ineficacia y todo ello termino agrietando las bases y puntos estratégicos del estado para que allí se enquistaran mafias fuera de la ley que solo responden al dinero sin importar la bandera de donde provenga.  Lejos de hacer algo, la partidocracia miro para otro lado. El fruto de ello puede verse trágicamente en las más catastróficas situaciones que sufrió el país producto de esta improvisación y obsecuencia manifiesta. Desde el golpe de 1976 instigado por Washington y bendecido por la clase política argentina, pasando por el alineamiento automático de Menem con EEUU en 1990 (Guerra del Golfo), los irresueltos atentados en Buenos Aires, el atentado de Río Tercero en 1995, la corrupción inmanente que se multiplico durante doce años K en todos los estamentos del estado, no son buenos precedentes que indiquen una buena salud republicana.

Llegado el nuevo milenio, los cambios fueron más bien cosméticos y los gobiernos que se sucedieron en solo tres años, poco o nada demostraron su voluntad por establecer cambios profundos en la visión del mundo, en las políticas de estado dentro del revulsionado contexto regional e internacional que estaba dando comienzo. El gobierno de Néstor Kirchner no paso del panfleto y la arenga populista que se desteñía inmediatamente cuando seguía oficialmente, cada punto y señalamiento de Washington y Londres. Cuando su esposa Cristina Fernández llego al poder el circo continuó solo que mayor color y más estridencia, pero nada más. Pese a que pretendía a jugar de “revolucionaria” no hizo ningún cambio de ese carácter cuando pudo bien haber gestionado acercamientos inteligentes con Rusia y China llevando a que Argentina –entre algunos de tantas áreas- ingresara al BRICS. Igual que su anterior jefe político Carlos Menem y su marido, se mantuvo caminando derecho y sin salirse de la línea que se trazaba desde Washington.

Con todo esto, pedirle a Macri no reincidir en semejantes errores es pedirle peras al olmo, mucho más cuando a éste gobierno le fascina interrelacionarse con EEUU en algunas de sus políticas, aunque las mismas hundan al país en una ciénaga sin fondo[1]. Igualmente hay que rescatar ciertos aspectos de su política que últimamente  parecen haberse reconducido y alejándose del modelo neoliberal obsecuente de Menem y Cia de los noventas, pareciera demostrar un pragmatismo más inteligente al momento de evaluar los continuos cambios en las relaciones internacionales. El viaje a Sudáfrica del presidente argentino para reunirse con los miembros del BRICS, en especial con Vladimir Putin, Xi Jinping y Narenda Modi pareciera dar muestra de ello ¿Cómo será interpretada esta señal por los miembros del grupo?





[1] SPUTNIK. “La mexicanización de la lucha contra la delincuencia: a Argentina le espera un baño de sangre”. América Latina. Publicado el 29 de julio de 2018. https://mundo.sputniknews.com/americalatina/201807291080769635-lucha-contra-delincuencia-mexicanizacion-argentina-ffaa/