INTERNACIONAL
“CRIMINAL SE
BUSCA”
El largo prontuario de uno de los funcionarios más siniestros e imaginativos de la operatividad de la inteligencia norteamericana
No es la primera vez ni será la
última que criminales de todo tipo, se encumbren en y dentro de los aparatos
gubernamentales de varios países alrededor del mundo. La lista es larga, pero
los escalafones de este tipo de delincuentes son variados, especialmente en los
involucrados en la política exterior de EEUU. Pero el caso que no trae hoy a
cometario, es uno con un largo prontuario de gravísimos crímenes que han venido
siendo amparados por el silencio de los grandes medios.
Se trata de John Negroponte, uno
de los personajes negros de la política estadounidense, que se desempeño como
embajador en Honduras entre 1981 a 1985 en pleno proceso de establecimiento en Latinoamérica de gobiernos adictos a Washington. A pesar de
ser un funcionario diplomático, demostró tener más ambiciones que un simple
burócrata y se destaco por sus maquinaciones para-estatales destinadas a
suprimir a los opositores a la política estadounidense en el exterior.
Sus antecedentes además de extensos,
son brutales y teñidos de la sangre de miles de víctimas (v. JohnNegropontehttp://ww4report.com/node/379) que a pesar del transcurso del tiempo, no
han detenido la búsqueda de justicia.
Sin dudas, Negroponte fue la mano
negra de la inteligencia estadounidense que trato de eliminar a los problemas
con los métodos más inhumanos y sucios que más tarde se ventilaron al
conocimiento público.
En ese carácter y con la
demostración de un notable convencimiento en el papel que desempeño en aquel
país, superviso las tareas de emplazamiento de la base de operaciones del “El
Aguacate”, punto al cual la CIA llegaba con sus aviones para traer todo lo
necesario para el entrenamiento a grupos de mercenarios al servicio de
Washington que se conocieron como los “contras”, quienes debían aparentar ser
una fuerza creada por patriotas hondureños que se oponían al avance marxista y
castrista.
Las guerrillas “Contras” estaban
asesoradas y equipadas por agentes y miliares estadounidenses, quienes dirigían
el adiestramiento dentro de la base “El Aguacate” en donde además, se recluyó,
torturó y asesino a unos cientos de hondureños acusados de ser marxistas. Algunas investigaciones que se
han llevado en dicha área, han descubierto fosas comunes con unos 185 cadáveres
de personas que habían estado desaparecidas por décadas.
En aquella oportunidad el
programa “Contras”, estuvo interconectado con las operaciones de la CIA que se desarrollaban
al mismo tiempo en otras latitudes. Fue así que uno de los ribetes de esas conexiones,
estuvo el conocido escándalo “Irán-Contras” en las que se vieron implicados el
dinero sucio obtenido de la venta de drogas y el tráfico de armas por parte
de la agencia a Teherán en medio de la
guerra con el aliado de Washington Iraq.
Las actividades de la CIA en
aquel entonces y especialmente en Centroamérica, tuvieron como corolario, la
participación de agencias “amigas” en las operaciones “contrainsurgentes”, una
de ellas fue el “Batallón 601” del Ejército Argentino que, producto de estas
cooperaciones se vio involucrado en algunas de las más siniestras faenas de la
agencia americana.
Como parte de las operaciones que
elaboró y dirigió Negroponte en Centroamérica, una de las tácticas más
conocidas fue la implementación de los llamados “escuadrones de la muerte”
compuestos de asesinos locales, que entrenados y pagados por la CIA, fueron responsables
de secuestros, torturas, asesinatos y desapariciones en Honduras, Nicaragua y
El Salvador.
Pese a este historial negro de
este funcionario consular, el entonces presidente George W. Bush lo nombra como
embajador ante Naciones Unidas para los “Derechos
Humanos en EEUU y América Latina”, lo que representó una verdadera tomadura de
pelo para el significado de lo que son los derechos humanos. Desde el foro internacional, se encargo junto a la delegación que representaba a EEUU,
de presionar a los otros representantes para que apoyaran la moción contra
Iraq. A pesar de los esfuerzos de la delegación de Negroponte, EEUU no contó
con el apoyo de Naciones Unidas para justificar la intervención.
Los talentos de Negroponte fueron
nuevamente requeridos tras la invasión de los EEUU a Iraq en 2003, quien con
sus amplios conocimientos sobre las “tareas de contrainsurgencia” y con muchos
contactos con el oscuro mundo de las operaciones negras que implementa
Washington, fue colocado en abril del
2004 como embajador en Bagdad, desde donde comenzó la ardua tarea de coordinar un
nuevo programa de “contrainsurgencia” contra la resistencia iraquí y contra
quienes fuesen sospechosos de simpatizar con su causa.
Las marcas de la presencia
estadounidense comenzaron a variar en su sello, especialmente para cuando
comenzaron a aparecer grupos de hombres enmascarados que imitando los
movimientos de la resistencia, comenzaron a realizar secuestros, torturas y
asesinatos contra sectores determinados de la población, en especial chiitas,
lo que claramente fue el comienzo de la búsqueda de crear un conflicto interno
en la comunidad islámica del país.
La bandera original de Al Qaeda en Iraq vista desde 2004 |
En febrero del 2005 John
Negroponte es nombrado como Director general de inteligencia pasando a estar a
cargo no solo de la CIA, de la NSA, la DIA, el FBI y otra docena de agencias
que no aparecen en las publicaciones oficiales, sino que además se le encomendó
el diseño de una solución de “contrainsurgencia” para la insoportable situación
de las tropas en Iraq. Los resultados
de la implementación de sus “escuadrones de la muerte” –creación ingeniosa y
siniestra de su propio genio- se sintieron más sobre la población civil que
sobre los grupos de la resistencia iraquí. Estaba claro que el objetivo
principal de estos grupos disfrazados de iraquíes, era el sembrar el terror, la
incertidumbre y la discordia entre los chiitas y sunitas para evitar que
coordinaran mancomunadamente sus acciones contra las tropas de ocupación.
Aunque en principio lograron sembrar las desconfianzas entre grupos rivales
como el “Ejército Mahdi” dirigido por el clérigo Muqtader Al Sadr y el “Ejército
islámico de Iraq” dirigido por el Partido nacionalista Baath para citar algunos
casos más conocidos.
Casi inmediatamente y
paralelamente a estas operaciones, para
el 2005 apareció de la nada “Al
Qaeda-Iraq” liderada por un jordano llamado Abu Muzab Al Zarkawi, con oscuros
antecedentes vinculados con la CIA y que tras haberse convertido en “dispensable”
–y en medio de una situación política muy difícil para Bush- fue
eliminado con una sospechosa precisión en junio del 2006.
El engaño no duró mucho y los iraquíes
se dieron cuenta de que esos asesinos que plantaban alternativamente bombas en
mezquitas chiitas en ciudad “Sadr” y en mezquitas sunitas en el norte de
Bagdad, eran de autoría foránea con la notoria colaboración de grupos de iraquíes
que, reclutados para formar parte del gobierno títere, colaboraban con los
invasores en sus esfuerzos por tratar de degradar la resistencia.
A pesar de la larga lista de crímenes
por los que Negroponte fue responsable como parte de una compleja maquinaria represiva
de la inteligencia estadounidense, continua libre y goza de la protección en
EEUU pero, queda claro que con los avances que se vienen advirtiendo en el
campo del cumplimiento efectivo de las leyes que punen los crímenes de lesa
humanidad, especímenes como John Negroponte corren el riesgo de ser arrestados
en cualquier Aeropuerto en el mundo.
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