jueves, 25 de abril de 2024

 

EXITO ESTRATEGICO

¿Por qué la respuesta contra Israel del 13 de abril representa para Teherán un doble éxito estratégico?

 

Por Charles H. Slim

Como ya bien sabemos, el 13 de abril pasado Teherán decidió devolverle gentilezas a Israel tras el ataque criminal a su sede diplomática en Damasco donde además de sus altos funcionarios, fueron asesinados unos ochos infortunados ciudadanos sirios de a pie que pasaban por el lugar. Aquello significó un “alto” a la impunidad con la cual Israel se acostumbró a asesinar sin consecuencias. La modalidad elegida por las CGRI fue un ataque con drones y misiles balísticos a los cuales se sumaron otros vectores lanzados por la resistencia islámica desde Iraq y Yemen.

Quien se mantuvo al margen de esta acción fue Hezbollah que a pesar de las especulaciones que siempre están haciendo desde occidente (particularmente desde Buenos Aires), solo se avoco a mantener sus acciones limitadas en la frontera (especialmente contra puestos de espionaje electrónico y avanzadas de las FDI) y entre las cuales por estos últimos días se cuentan el derribo de costosos y sofisticados drones “Hermes” 450 y 900.

Para la opinión pública en occidente, el ataque iraní fue como un baldazo de agua fría para Israel y claro, también para su protector en occidente.

Pero como bien sabemos, el ataque fue avisado desde Teherán con 36 horas de antelación a Washington para que fuera testigo de la potencia controlada con la cual iba a ejercer su venganza. Eso permitió que los aviones norteamericanos, británicos y franceses desplegados en la región y también los navíos de guerra que operan desde el Mar Rojo y el Mediterráneo estuvieran alertas y pudieran salir a tratar de interceptar a la oleada de vectores que provenían desde el este.

Irán pudo haber tomado otro curso de acción mucho más dañino y artero pero con este ataque avisado, le dice a Washington y a sus socios que el único responsable es Israel y sería su infraestructura gubernamental la que pagaría por lo de Damasco.

Obviamente que desde Washington se avisó a Tel Aviv en previsión de lo que venía en camino sin saber (al parecer) la capacidad real de lo que les iba a golpear y mucho menos la precisión. Netanyahu y su gabinete advertidos de la situación fueron inmediatamente trasladados a los refugios de la sede gubernamental desde donde verían como se desarrollarían los eventos.

En medio de la noche y pasadas las 23 horas del 13 de abril, las sirenas comenzaron a sonar en todas las ciudades israelíes y especialmente en Tel Aviv y aunque la fuerza aérea y las FDI ya estaban preparados con los sistemas “Cúpula de Hierro” en el cual ponen toda su confianza, el pánico entre la población israelí se entremezclaba con los gritos de los árabes-palestinos de las zonas ocupadas que festejaban la llegada de los misiles.

Tras el ataque vimos como los medios israelíes y en particular los occidentales quisieron mostrar una sensación de invulnerabilidad, mostrando solo una parte del escenario y hablando de una eficacia del 99 % en la interceptación de los misiles. Pero la realidad no fue ni por asomo así y eso se pudo notar en las caras largas de Netanyahu y sus generales quienes tras el final del ataque no harían más comentarios que los necesarios.

A pesar de los preparativos israelíes ante el aviso que le dio Washington, las medidas para contraestar la totalidad del ataque y pese a la invalorable ayuda angloestadounidense, no fueron suficientes.

Ciertamente que la aviación atlantista y el sistema “Cúpula de Hierro” lograron interceptar una buena parte de los vectores que ingresaron a los cielos de Palestina pero, hubo un número de ellos que no pudieron ser alcanzados por el simple hecho de que era imposible hacerlo ¿Cuántos fueron y cuáles eran las características de esos misiles que no pudieron ser interceptados?

Según fuentes confiables los misiles que no pudieron ser interceptados fueron 14 y todos ellos eran hipersónicos de la clase “Fattah”, fue por ello que ni los aviones, ni los misiles crucero de los buques ni mucho menos el sistema israelí, pudieron cazarlos. Y fueron esos misiles los que cayeron en los sitios más inesperados para Tel Aviv como fueron la base aérea Nevatim donde salió el avión “F-35” que atacó la embajada en Damasco, el aeropuerto Ramón, una base secreta del Mossad en el Monte Hermón (de los Altos del Golán) donde habrían muerto varios de sus agentes y lo más doloroso para el orgullo de Netanyahu y su elite, un bloque de oficinas en Tel Aviv donde se ubicaba otra sede de su inteligencia.

Para Teherán fue un éxito por doble partida ya que además de responder controladamente a la agresión israelí, le ha marcado los límites a Tel Aviv dejándole entrever que a pesar de la ayuda estadounidense y de sus socios europeos, tienen los recursos tecnológicos suficientes como para causarle un gran daño a la infraestructura israelí y que a diferencia de lo que ellos siguen haciendo contra la población civil palestina o de la vecina Siria, pueden golpear puntos precisos de los estamentos militar e inteligencia que no esperaban ver afectados.

Este éxito quedó ratificado tras la limitada y poco perjudicial respuesta israelí del 19 de abril pasado (frustrada por el derribo de un F-35 sobre Jordania que llevaba una ojiva nuclear para crear un PEM en la estratosfera iraní)[1], lo que informa que más allá de la incondicionalidad del Establecimiento estadounidense, Biden también esta bajo presión y se vio obligado a poner límites a las expectativas de un Netanyahu rabioso que es muy posible haya creído ser la reencarnación del Rey Saúl.

 

 

 

 



[1] Una EXCLUSIVA publicada por Pepe Escobar en su cuenta de Telegram: https://t.me/rocknrollgeopolitics/11024 

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