VETERANOS DE AYER
“AQUEL EXTRAÑO GOLPE MORTAL EN DAHARAN”
La versión de lo que realmente puedo ocurrir encubierta por la censura militar de entonces
Por. Charles H.
Slim
No importa
que hayan pasado 25 años de la llamada guerra del Golfo Pérsico; en una mirada
retrospectiva, siguen habiendo varios hechos que en su momento carecieron de
una explicación creíble. Uno de ellos fue el ocurrido el 25 de febrero de 1991
con la caída de un supuesto misil “SS-Scud” en medio del Cuartel General estadounidense
en “Darahan”, Arabia Saudita. Las
investigaciones oficiales encargadas por el Pentágono alegaron que se trato en
un fallo en el software del sistema antimisiles “Patriot” que no pudo
interceptarlo, pero nunca quisieron develar cómo un misil que presumiblemente
no tenía guía, pudo haber impactado con tanta precisión en el centro desde
donde se dirigían parte de las operaciones estratégicas.
Una de las características
salientes de este conflicto radico en la preponderancia y hasta la exagerada
confiablidad que se puso en la electrónica, como factor determinante para
golpear al enemigo. Quien puede olvidarse cuando por la CNN se podían ver los
misiles “Hell-fire” llegado a un blanco en Bagdad o sobre un tanque en Kuwait.
Los generales sentados en sus refrigeradas salas de sus comandos en Arabia
Saudita entre risas y café, celebraban los exitosos golpes contra la maquinaria
de Saddam pero, pronto comenzaron a ver que había ciertos imponderables que no
se habían previsto. Uno de estos era que, los ojos electrónicos de las cabezas
de los misiles no sabían distinguir entre un verdadero tanque T-55 o una
maqueta de goma que poblaron varios frentes falsos entre Kuwait e Iraq.
Igualmente y con la seguridad de
que esos bochornosos episodios no serían ventilados por la cadena de Peter
Arnet –titular de la CNN- , especialmente comprado por el Departamento
de Estado para difundir un producto refinado para el consumo de la opinión
pública estadounidense que además de mostrarles superioridad, no evidenciaba bajas inocentes. También era un
mensaje para los que buscaran desafiar a
los EEUU en su meteórico ascenso como única potencia hegemónica mundial, diciéndoles algo así como que sus armas eran infalibles
y no habría rival para ellos.
Tal como habíamos visto en una
publicación anterior (v. VETERANOS DE
AYER : LA PELIGROSA TAREA DE LOS HELICOPTEROS EN EL TOK 1991) la guerra psicológica desarrollada por el pentágono a través de la CNN,
pudo tapar varias realidades que no convenían a los intereses políticos y
geoestratégicos de Washington. De haberse sabido que un misil supuestamente
“inteligente” de varios millones de dólares era burlado por una maqueta o un viejo
camión disfrazado como un sistema “Roland”, hubiera costado cuando menos, el
puesto del jefe de contrainteligencia del CENTCOM y el despido de todos sus
subordinados.
Y aunque estos
hechos fueron reportados y evaluados por los analistas militares y de
inteligencia, lejos estuvieron de arreglarlo y siguieron recomendando a la
“pata electrónica”, como la mejor herramienta de reconocimiento de blancos y el
futuro en las guerras que vendrían en adelante.
Este
enamoramiento con la guerra electrónica alcanzó a la inteligencia, que con
dispositivos novedosos, sensores y visores infra rojos y los ojos vigilantes de
los aviones AWACS y satélites del NORAD,
se dejaron de lado a los viejos métodos del espionaje humano. Los
jóvenes oficiales de inteligencia militar a cargo del MARCENT, claramente
ebrios de soberbia no respetaban la historia de sus predecesores y en algunas oportunidades solían comentar,
“que a esos generales que siguen pensando en patrullas de reconocimiento habría
que mandarlos a un museo”.
Era cierto que
este factor, fue preponderante para que los estadounidenses y la Coalición
aliada que les acompaño en la aventura, sacaran algo de ventaja sobre los
iraquíes, aunque estos también tenían sus propios métodos y “dispositivos” bajo
la manga. De esta manera los
aviones estadounidenses y estaciones de
poder montadas en Arabia saudita,
Jordania, Turquía y tal vez en Omán,
triangularon una red electrónica de interferencia y corte de las comunicaciones
de todo Kuwait e Iraq como parte de las operaciones de “Engaño” y en aprestos
de tantear las reacciones del enemigo.
De esta manera,
el comando aliado había confiado sus fuentes de información a y solo a lo que
los aviones espía, de reconocimiento –Drones lanzados desde portaaviones- y
en especial a las imágenes que recopilaba la red de satélites que enviaba
constantemente –y cuando el clima ayudaba- imágenes del terreno para que
fueran procesadas por los analistas en los Comandos de operaciones y a su vez
fueran comunicadas a las diversas unidades que esperaban ordenes para moverse.
Realmente, las imágenes eran muy claras e incluso sugerentes pero, muchas de
ellas terminaron reflejando lo que Saddam había querido que vieran. Uno de esos casos –y que, como muchos más,
fueron sepultados bajo la absoluta censura- fue el ataque aéreo con ocho toneladas de bombas,
a una supuesta columna de tanques T-72 y vehículos blindados a 40 millas al
norte de la localidad saudita de “Al Ruqi” del lado kuwaití. El informe fechado
el 28 de enero que señaló una avanzada de 20 tanques de origen ruso T-72 que
seguramente eran de la “Guardia Republicana”
y diez vehículos acorazados de transporte, provenía de las fotografías
obtenidas por un reconocimiento de un Drone que, fue ratificado por la
información de los sistemas NORAD. La
columna parecía estar estacionada y no se detectó nada sospechoso. Cuando se
estudiaron fotografías inmediatamente posteriores al ataque, las
evidencias eran contundentes: “pedazos
de goma de maquetas ardiendo y humeantes se derretían en las arenas de aquel
lugar”. Algunas fuentes indiscretas habían revelado las reacciones de algunos de
los jefes de USMC, como fue el caso del Brigadier “Brute” Kurlak encargado de
reforzar el norte del teatro calificaba de imbéciles a los que ordenaban esos
ataques sin verificar los blancos.
Pero sus
contrapartes sin las ventajas tecnológicas como las vistas, pero con la ventaja
de moverse en terreno familiar, siguieron con los viejos métodos de la
inteligencia de campo e incluso, operaron en las narices de las tropas de la
coalición en medio del centro de operaciones que se había montado en Riyahd.
Uno de las operaciones que se endilgó al error
electrónico del software de los Patriot, fue el ataque con un supuesto misil
Scud sobre el Comando general de EEUU en la base de Darahan que causó –no las
28 muertes oficialmente informadas- dos centenares de bajas. Otro caso fue el ataque con otro presumible “Scud”
sobre el puerto de Al Jubail, donde con precisión milimétrica voló un moderno sistema
de misiles costeros emplazados en las inmediaciones, pero que nunca se informó
sobre ese detalle.
Pero el suceso
acaecido en Darahan, fue particularmente preciso como dañino, que encendió las
alarmas –silenciosas por supuesto- de la red de inteligencia y
contrainteligencia en todo el teatro de operaciones y que se estrecho incluso,
sobre las unidades navales en operaciones. El hecho ha tratado de ser borrado de los
records y de los documentos históricos, tratando de dejarlo olvidado como un
hecho fortuito y azaroso de los iraquíes. Pero en realidad, algunas fuentes
habían indicado que dicho ataque había sido guiado y que en realidad lo que
cayó no fue un simple misil “SS-Scud”, sino uno de los misiles “Al Bakr” con
cabeza de 250 kgm y guía inteligente que habían desarrollado los iraquíes.
Recordemos que
éste misil había sido el producto de los trabajos entre ingenieros egipcios e
iraquíes a partir del proyecto “Cóndor” argentino que tras ser abandonado por
los técnicos argentos, continuo desarrollándose en Egipto y tras sus
terminaciones se entregaron a Saddam Hussein unos cuantos prototipos llamados “Al
Badr” que a su vez, fueron reformados para darles más alcance y precisión. Esto
último habría sido logrado, aprovechando el desarrollo de una guía inercial que
tenía el vector argentino, adaptándolo a una versión iraquí.
En esos avances
habían colaborado estrechamente los ingeniosos técnicos norcoreanos que habrían
proporcionado un diseño híbrido que facilitaba la adaptación de componentes
altamente precisos con mecanismos rudimentarios para los alerones
direccionales. Además de ello, Pyon Yang había proporcionado el polígono de
pruebas ideal para uno de los objetivos que se estaban buscando con el
desarrollo de un misil naval de la largo alcance, un proyecto ambicioso y que
preocupó mucho a los israelíes.
Según informes de
inteligencia ( en 1987) durante la guerra con Irán, los iraquíes habían probado
la efectividad de este modelo perfeccionado del primitivo “Cóndor” sobre
puertos e instalaciones iraníes con regular éxito. No obstante, era muy
probable que los técnicos iraquíes y europeos que colaboraron en el complejo
misilistico “SAAD 16”, pudieran haber logrado una guía de señal análoga
codificada. Un dato que no debe dejarse
pasar es que varias compañías europeas e incluso norteamericanas posibilitaron esos desarrollos. Así la “Aircraft Research
Association”, “Tencom Ltd”, “MBB” entre una media docena de empresas más,
pusieron los equipos y la tecnología para l desarrollo de vectores en aquel
complejo.
Precisamente en este programa, según algunas fuentes que ratifican
documentos últimamente hallados, los ingenieros iraquíes habían desarrollado un sensor que a modo de
radio faro, guiaría al misil sin el mínimo error. Pero para que funcionara había que colocar
este dispositivo en el blanco a donde debía llegar el misil.
Para algunos
expertos, las células de la inteligencia iraquí operando en Arabia saudita
pudieron acceder al edificio mismo del Comando de operaciones de la base de
Daharan en donde habrían depositado discretamente, dicho sensor que para la
época habría tenido el tamaño de un maletín. Incluso la señal emisora de dicho
circuito pudo haber causado interferencias en los programas de los sistemas de
misiles Patriot que alegaron los militares.
Según muchos
militares destacados en esa ciudad, el caos era total. EL movimiento de
vehículos y personal no solo de estadounidense sino de árabes
sauditas, era constante y muy difícil de controlar. A pesar de que había varios
retenes de guardia militar y una seguridad
estrecha en los perímetros y dentro del complejo de la base, la ida y
venida de oficiales militares de todas las fuerzas occidentales que
participaban en las operaciones y de militares sauditas, qataríes, jordanos e
incluso pakistaníes, era imposible de controlar.
Tras el ataque
las fuerzas militares norteamericanas cercaron el área y no se permitieron ojos
indiscretos que supervisaran las tareas de rescate entre los escombros del
edificio. Por la forma en que demolió las instalaciones, muchos estuvieron de
acuerdo de que aquel misil no solo estuvo precisamente guiado sino que incluso,
no habría sido un simple “Scud”. Los restos hallados en los escombros y en las
inmediaciones del edificio mostraron que la carcasa del fuselaje de aquel misil
era similar al de los misiles soviéticos pero su antigüedad, revelaba que era
relativamente nuevo algo que indicaba dos cosas: Era de fabricación propia de
Iraq dado que hacían unos tres años que no se adquirían de la URSS los Scud, por lo cual, no había sido entregado por los
rusos.
Había sido un golpe
táctico devastador, tanto que fue imposible encubrirlo a la prensa dado que había
habido miles de testigos que vieron y oyeron como, tras desatarse e
ensordecedor sonido de las sirenas de ataque aéreo, una portentosa explosión sacudió a la localidad y que fue seguida por otras
más producto de material explosivo de instalaciones anexas. Ante la
imposibilidad de silenciar el hecho, los mandos entregaron la exclusiva a la
CNN que se encargaría de minimizar las consecuencias informandoentre otras
cosas, la ridícula cifra de 28 bajas. Según
testimonios que se habían mantenido anónimos, pudieron ver llegar el misil
desde la zona portuaria de “Al Khobar” a unos cuantos kilómetros al este y
luego escuchar un tremendo estruendo seguido de un hongo de fuego
impresionante. Esto además de causar
sorpresa en los militares y los encargados de inteligencia, mostró que los
misiles de Saddam no solo podían llegar lejos sino que podían elegir con
precisión sus blancos.
Para los
analistas de información y de las capacidades que realmente tenía Iraq en ese
momento, lo ocurrido en “Al Jubair” y en “Darahan” podía ser el preludio de un
ataque masivo sobre su joya naval en el Golfo, la base de “Bahrain” situada muy
cerca del último ataque, lo que hizo erizar los pelos de la nuca a los
principales responsables de la operación de la Tormenta del Desierto.
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