miércoles, 24 de abril de 2024

 

HIPERINSEGURIDAD ESTATAL

¿Qué tan atrasado está estado argentino? El atraso estatal ¿Es equiparable a un pueblo atrasado?


Por Charles H. Slim

Se supone que el estado es una concepción contractualista de la relación política entre los habitantes de un determinado territorio y su gobierno en la cual, además de la autoridad, debe garantizar servicios básicos para su subsistencia. Pero más allá de cualquier concepción política, en Argentina el estado hace tiempo que ha dejado de cumplir con algunos de aquellos servicios convirtiéndose con el tiempo en una mera bolsa de empleos para amigos, familiares y otras relaciones.

Hay un punto en específico en el cual, el estado argentino ha abandonado toda actividad y esa es la seguridad en toda la regla. No solo las fronteras físicas de este país (terrestres, aéreas y marítimas) son totalmente porosas, sino también las cibernéticas. En una idea general se puede decir que la puerta esta abierta para que sin permiso, entre cualquiera.

Por estos días ha sido noticia que los archivos digitales de varias dependencias gubernamentales han sido hackeados evidenciando además del robo de datos, una situación de indefensión cibernética inadmisible.

En plena época de lo que algunos llaman “tecnopolaridad” donde la IA toma un papel protagónico en varios niveles de la vida cotidiana de los estados, la Argentina aún esta en pañales y a causa de ello vemos su vulnerabilidad en el ciberespacio. Estamos ante otra consecuencia de la inoperancia y la costumbrista corrupción de funcionarios y políticas disfuncionales que se han extendido desde hace 40 años.

La última de estas acciones se registró en el llamado RENAPER donde alguien filtro a la red los datos privados de unos 6 millones de personas vinculadas al sistema. Esto ya venía sucediendo desde hace tiempo, específicamente desde que, por efecto de la pandemia en 2020 las dependencias del estado tanto federal como provinciales pusieron a rodar los trámites online, el inicio de los expedientes digitales y las actuaciones interactivas a distancia por sistemas como ZOOM y MicroSoft Team entre otros.

Se suponía que las plataformas informáticas para estas tareas debían ser seguras o contar con medidas para asegurarlas. Pero en Argentina las suposiciones son una regla de hierro y hace tiempo que la dejadez es parte de la política de estado. Bajo esa mentalidad relajada cada gobierno debe haberse cuestionado ¿Para qué vamos a gastar dinero en esto sino nos va afectar?

Como suele suceder desde hace décadas, nadie en el gobierno y mucho menos desde la conducción política tomaron previsiones para planificar y modernizar la infraestructura cibernética nacional o, como tanto se han llenado la boca los políticos (especialmente los Kirchneristas), haber apoyado con recursos al CONICET para centrarse en esta clase de temas. Los argentinos deberían preguntarles a sus gobernantes ¿Existe una industria tecnológica tendiente a desarrollar productos y soluciones para la infraestructura critica nacional? La posible respuesta es de seguro, un largo silencio que tiene varias décadas de estancamiento en el área.

A ello se debe sumar, que no se han abocado a dar las herramientas de campo a especialistas -muchos fugados al exterior- para atender esta clase de actividades demostrando el severo atraso en la infraestructura cibernética que encima, depende de la tecnología externa.

Esta claro que una parte importante de esta anquilosidad de la infraestructura informática proviene del desfinanciamiento por la tan conocida y extendida corrupción en los manejos de los recursos económicos y que hoy vemos como se pone en crisis con las auditorias impulsadas desde el gobierno.

Con esto a la inseguridad callejera y la tan conocida inseguridad jurídica que espanta a las inversiones y los emprendimientos de largo plazo se agrega una inseguridad informática que a estas alturas resulta inadmisible ya que el mundo en las dos últimas décadas ha estado entrando en una fase acelerada de tecnificación en el cual la Argentina ha quedado claramente rezagada y para peor, aún gran parte de su población atrapada en una mentalidad colonizada ejemplificada en vender sus datos biométricos (los cuales debieran ser invalorables) con la lectura de sus iris a cualquier corporación sin saber quién o quiénes realmente están detrás.

Por supuesto que esto (y como señale más arriba) tiene una vinculación económica referida a la administración de los recursos para la inversión y el desarrollo destinado a modernizar al estado evidenciando la responsabilidad política de los gobernantes aunque, los ciudadanos de a pie no pueden como se acá “sacarle el culo a la jeringa”.

Ciertamente esta situación es muy grave y solucionarla no será rápida ni barata.

Este atraso en la infraestructura informática del estado también se extiende obviamente a las áreas estratégicas como son la seguridad y la defensa que si bien utilizan sistemas y software extranjeros (complementarios en algunos casos con las armas) que le dan un marco de operatividad aceptable, siguen siendo atrasados y ajenos al control de sus usuarios argentinos marcando una dependencia contraria a cualquier desarrollo y peligrosa a largo plazo a los intereses del estado nacional.

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