lunes, 13 de agosto de 2018


EN DEBATE




“MAGNICIDIO FALLIDO”

Quiénes han estado detrás del fracasado ataque contra el gobierno legitimo de Venezuela y cuales pueden ser sus consecuencias




Por Pepe Beru
El fallido intento por asesinar a Maduro y a todo su estado mayo que se hallaba en el palco el 4 de agosto último, ha revelado que  nada de lo que ha venido aconteciendo en la región es casual y todo se mueve al compás de una agenda muy clara que pretende desbancar los últimos polos de independencia política que quedan en el continente y que fastidian a Washington.

El gobierno bolivariano de Venezuela es sin dudas el paradigma de ello. Más allá de las contradicciones de Maduro y su muy cuestionada gestión, la revolución impulsada por Hugo César Chávez que se plasmo en la Constitución de 1999 fue el inicio de una nueva geopolítica muy audaz y adelantada para su momento, demasiado para las clases políticas corruptas y anquilosadas de la región, incluyendo a la Cuba Castrista.

Para quienes leen entrelineas no quedan dudas de que este fallido ataque tiene la firma de los que han estado engañando al mundo con su denominada “guerra contra el terrorismo” y que los medios secundan  tratando de justificar cada día con menos éxito. Tras el fracaso por causar una masacre contra el liderazgo político y militar de Venezuela, esos mismos medios han salido inmediatamente a tratar de sembrar las dudas sobre la autenticidad del hecho alegando a oraciones tales como “sospechoso atentado” o incluso aseverando que la intentona fue “fraguada por el régimen”.

Tal vez esto hubiera funcionado en los setentas o incluso hasta mediados de los noventas, cuando la opinión pública no tenía más alternativa que informarse por la televisión y las radios sin tener a la mano la disponibilidad de las herramientas tan sofisticadas y masivas como son las redes sociales y los medios alternativos en el internet.  Si esto se hubiera producido en la década de los ochentas, los medios oficiales que a su vez son subalternos de los conglomerados anglosajones que digitan las líneas informativas a nivel global, hubieran empequeñecido este episodio hasta el grado de transformarlo en una caricatura.

Tratar de asesinar a un primer mandatario es algo muy grave sea del país que sea. Pero las reacciones de las empresas de noticias occidentales han dejado en evidencia que marchan al compás de la agenda que marca Washington y que es desandada puntillosamente por sus colaboradores regionales como lo son actualmente los gobiernos de Colombia, Argentina y Brasil para nombrar solo a los principales.  Evaluando esto ¿Puede usted imaginarse si un intento semejante se hubiese llevado a cabo contra un mandatario de los países antes nombrados? Sin lugar a dudas el espectro informativo de toda la región y el mundo serían bombardeados con titulares escandalosos y poniendo al “terrorismo” como el protagonista central intentando manipular a la opinión pública con sus lacrimógenas  campañas de victimización. En este sentido podemos ver como este sector ha tratado de banalizar el intento de magnicidio con suspicaces análisis o directamente, ignorando el tema.

Las investigaciones del hecho dio lugar a que se llevaran adelante varias pesquisas y detenciones sobre personalidades de la oposición vinculados estrechamente a su vez con personajes radicados fuera de Venezuela y con especiales contactos con Washington y Bogotá. Uno de los más nombrados y acusados por el propio presidente Nicolás Maduro es el ex presidente de Colombia Juan Manuel Santos, artífice de la ampliación de bases militares estadounidenses en la región y de la firma de los acuerdos de cooperación con la OTAN. Aunque los medios alineados con el relato estadounidense dejan de lado estos pormenores y se centran en señalar supuestas contradicciones en los relatos de los asistentes en el momento del ataque, lo cierto es que son elementos muy significativos al momento de considerar quienes pudieron impulsar y ejecutar esta fallida operación.

Como era de esperar, el inmediato operar de las fuerzas de seguridad venezolanas deteniendo a varios sospechados del complot desato una ola de críticas en los sectores pro-estadounidenses en el exterior (espacialmente en Miami y Buenos Aires) denominando este proceder como el accionar ciego y brutalmente represivo. Pero solo es una táctica semántica y artificiosa que intenta por un lado desviar los hechos que rodearon al ataque y a su vez desacreditar al (aunque mal les pese) gobierno legítimo de Caracas ¿Y qué hechos son los que se quiere tapar? Comencemos por los artefactos utilizados para el ataque.

Según han señalado las autoridades venezolanas los Drones usados eran modelo DJI-MATRICE 600 utilizados para tomar fotografías y diseñados con fines industriales. Obviamente ello no es obstáculo de que los mismos hayan podido ser adaptados a la circunstancias para poder operar con mayor sigilo y burlar la seguridad del evento. No es una novedad ver como son usados para fines militares, Drones que tienen propósitos de exploración y reconocimiento civil. En 2014 pudimos notar con asombro como esta tecnología era usufructuada por grupos mercenarios en el Medio Oriente. Uno de los precursores en estas ingeniosas adaptaciones es sin dudas el “ISIS” en Iraq donde hizo estragos entre las fuerzas gubernamentales iraquíes lanzando granadas desde Drones espía de diseño y fabricación estadounidense (Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=cz2jrmnm7ds ).

Entonces muchos se preguntaron ¿Cómo unos simples pistoleros reclutados en las tribus nómadas de Al Anbar y del este de siria sabían manipular estos sofisticados aparatos? Y mucho más difícil de explicar ¿Quiénes les otorgaron el acceso a estos costosos Drones que solo se fabricaban en occidente  y quiénes los reformaron para que operaran como vectores de ataque? Y en lo que hace al tipo de explosivo que se utilizó para atentar contra Maduro, arroja más indicios sobre el origen de los autores. El explosivo plástico  C-4 es de uso militar, de origen estadounidense y de acceso restringido, entonces ¿Quiénes pudieron haberlo adquirido sin despertar sospechas de la inteligencia estadounidense? Estas respuestas son tan comprometedoras que los medios y los periodistas anglosajones –y por supuesto los subalternos sudamericanos- ni siquiera tocan el tema cuando osan argumentar sobre la situación en aquella región.

Incluso Rusia ha sido blanco de ataques con esta modalidad, cuando a comienzos de año una flotilla de Drones bizarros ensamblados con elementos asequibles en una ferretería pero equipados con modem de control remoto de última generación, lanzaron pequeñas bombas (pero dañinas) sobre la base aérea de Jeinmim, Siria.    Es por ello que cuando los medios y los periodistas tratan de ridiculizar el hecho con el término “supuesto” intentando desacreditar la viabilidad de los Drones como armas para perpetrar un magnicidio, ponen aún más al centro de la escena el involucramiento de manos expertas en la concreción de este tipo de acciones que solo buscan establecer el caos aprovechando las circunstancias imperantes.

Solo para que no queden dudas de quienes operan con estas modalidades y con este tipo de intensiones, solo véase lo que ocurrió ese mismo 4 de agosto pero en Siria cuando un científico sirio de nombre Aziz Asber fue asesinado junto a su guardaespaldas por el uso de un Drone dirigido por la inteligencia israelí. 
El automóvil en el que se trasladaban voló por los aires por el accionar de un sofisticado ingenio armado con explosivos.


Este tipo de asuntos tan sucios van más allá de tipos como Bush, Obamas o de un quisquilloso como Trump que ocupan transitoriamente la Casa Blanca, ya que no son ellos quienes ordenan estas intrigas y solo recién cuando ellas se han concretado tal vez, solo tal vez, conozcan algunos por menores que no pongan en riesgo a la llamada “seguridad nacional”.

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