sábado, 24 de octubre de 2015

EN LA MIRA


EL SUCIO SECRETO DE LA INTELIGENCIA ANGLOSAJONA”

Como se pueden explicar muchos de los fenómenos como el terrorismo, el narcotráfico y la trata de personas, atendiendo al origen de su financiamiento

SFA a CIA creation

Cuantas veces habremos escuchado y visto en las entretenidas películas de Hollywood, sobre la eficacia y muy elegante inteligencia británica. Hombres de bombín y paraguas, podían infiltrarse en cualquier lugar del mundo donde los servicios de su Real majestad lo requirieran.  Pues, tal como se veía eso era una mera ilusión de lo que realmente se escondía y aún hoy día esconden, las operaciones con las que se financian las redes del MI-6 y sus colegas estadounidenses. 

El columnista de VeteransToday.com Preston James, ha publicado un interesante artículo en el que, además de promover el libro “Dope. Inc”, nos da una somera idea de lo que ha venido ocultando el Pentágono y sus colegas británicos en uno de los negocios sucios que sacuden al mundo contemporáneo  (v. http://www.veteranstoday.com/2015/10/17/the-pentagons-biggest-dirty-secret /) El libro aborda como se desarrollaron las redes del narcotráfico y los suculentos negocios que se logran con ello, mediante la operatoria del lavado de activos mediante la creación de bancos  privados, que son los que manejan detrás de escena, un negocio tan ilegal como lucrativo.

El control de las redes del narcotráfico, comenzó con el Imperio británico en Asia, cuando por las rutas de Turquía, los ingleses descubrieron que había un elemento altamente adictivo y que volvía a sus consumidores  dependientes cotidianos. Se trataba del opio.  Los británicos al ver estos efectos, además de las ventajas económicas que representaba el tráfico y control de las rutas por donde se trasladaba el opio, razonaron que con su poder adictivo, serviría como un arma subversiva con la cual envilecer y derruir a una sociedad desde adentro.

Fue así que, con la bendición de la Reina, los británicos comenzaron sus operaciones de traficar opio a través de la frontera China en búsqueda de experimentar los resultados que se habían calculado. Las evidencias del poder de esta arma de subversión fue tan apabullante, que la violencia a causa del opio llevó a que el gobierno chino advirtiera el involucramiento en la maniobra de la Corona británica. Con esto, se desató la guerra del opio que fue ganada por el Imperio Británico.  Con ello, los ingleses promovieron los opiáceos y controlaron a los carteles que los manejaban, concitando la corrupción de las autoridades gubernamentales mediante el soborno o incluso la participación en el negocio.

Durante la mitad del siglo XX en adelante, aquel papel de regenteo de las llamadas ·”líneas de sangre” y todos los negocios que provienen del narcotráfico más alto han pasado al Pentágono junto a la cadena de bancos manejados por las familias como los Rothschild  que manejan el sistema financiero internacional.

Con las últimas y fastuosas aventuras en el Norte de África lanzadas en 2010 y que se extendieron hasta Siria, se pueden comprobar los contubernios entre las agencias de inteligencia anglosajonas y las aliadas regionales –árabes del golfo e Israel-  para armar y alimentar grupos armados que –como Al Qaeda, ISIL, Jabbat Al Nusrah-, con la inexcusable complacencia de EEUU y la UE,  destruyeron países y los convirtieron  en sus bases de operaciones  para dirigir las actividades en otras latitudes.

Cualquier ser pensante se daría cuenta, que la creación de estos grupos que usando formas e imitando consignas robadas a la tradición de los “Mujahidines” y  la resistencia iraquí especialmente, conllevó una considerable suma de dinero y que para que continúen en acción se deben desembolsar otras millonadas no solo para las pagas personales sino también, para el gasto de armamento y municiones, éstas últimas tan o más importantes que las armas mismas.

Como están las cosas hoy,  los países han perdido la poca soberanía que tenían sobre sus bancas “nacionales” y es seguro que sea más el dinero sucio que manejan, que el salido de actividades financieras licitas.   



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