domingo, 28 de noviembre de 2021

 

“METODOS DEMOCRATICOS”

¿Puede haber democracia cuando se persigue e incluso se suprime físicamente a quienes informan la oscura verdad de los gobiernos? No hay democracia sin libertad de pensamiento

Por Charles H. Slim

Es cierto que actualmente no hace falta realizar golpes de estado, intervenciones militares o magnicidios para presionar a quienes no se amoldan a las políticas de occidente (comprendiendo solo a EEUU, Gran Bretaña y la UE) como los que hemos visto hasta comienzos de siglo. La violación de los derechos humanos no se restringe a pequeños países como Myanmar, Vietnam, Tanzania o alguna paupérrima república centro africana. Quienes se han presentado en los últimos setenta años como el faro de la libertad y la democracia han demostrado que poco tienen de estas cualidades.

Los métodos para violentar los derechos sin dudas se han sofisticado y la actual digitalización de la mayor parte de los aspectos de la vida preanuncian nuevas y más efectivas formas de coerción y persuasión psicológica para convencer o eliminar a los rebeldes.

Un ejemplo de esto lo estamos viendo en Europa con el azuzado temor que los medios (con el renovado protagonismo de los infectólogos y subalternos de la OMS) están tratando de instalar sobre una nueva variante del Sars-CoV2 (sin que aún se hayan explicado las crasas contradicciones que se denuncian[1]) que trata de forzar a la vacunación total adunándole la amenaza de que quien no lo haga no tendrá un “pasaporte de salud” sin el cual prácticamente será un muerto civil. Sin dudas, otro triunfo de la democracia.

Los casos en los que los derechos humanos han sido pisoteados por esta elástica interpretación de la democracia son incontables pero la mayor parte de ellos, se han mantenido escondidos bajo la alfombra gracias a la opacidad de Naciones Unidas y de los medios corporativos que viven supuestamente defendiendo la libertad de información. El ejercicio de este derecho se ha vuelto muy peligroso en occidente (y en países aliados) porque, aunque no sean visibles a la luz del día aparatosos procesos de detención, feroces acciones de represión, apremios ilegales o discretas abducciones callejeras por policías sin chapa (como lo hace el Shin Bet en Palestina), los gobiernos de occidente van más allá y ejecutan (de forma encubierta y silenciosa) verdaderas acciones terroristas amparándose en que lo hacen sobre territorios ajenos.

Libia, Siria, Afganistán, Iraq y Yemen han sido y siguen siendo el campo de ensayo de estas tácticas de silenciamiento.

Desde las revelaciones en 2004 sobre la sistemática práctica estadounidense de torturas, abusos y ejecuciones sumarias en la cárcel de Abu Graib en Iraq que puso al descubierto toda una infraestructura del terror que (además de extenderse por todo el país ocupado) iban más allá de Iraq y que se comprobaron con los “vuelos de la CIA”  que transportaban personas secuestradas a cárceles secretas alrededor del mundo hasta los abusos y asesinatos contra los ciudadanos afroamericanos en EEUU dejo en claro que Washington y sus socios estaban muy lejos de respetar la legalidad internacional y quienes osen ponerlos en evidencia corren una terrible suerte.

Algunos casos emblemáticos como el de Julian Assange, el de Eduard Snowden y Chelsea Manning, cada uno y en diferentes grados y circunstancias, son el ejemplo de esto. Cada uno de ellos han sido condenados de por vida por sacar a la vista pública los trapos sucios de los gobiernos de occidente.  Pero también hay otros casos que han ayudado a conocer asuntos tan graves como los que aquellos revelaron y que tienen como protagonistas a comprometidos periodistas e investigadores en países aliados de EEUU que siguen los mismos pasos.

El caso del escritor, intelectual y politólogo francés Therry Meyssan[2] es uno de los más emblemáticos. Conocido por su investigación tras los atentados del 11/S y que plasmo en su libro L’Effroyable imposture “La Gran Impostura”[3], Meyssan comenzó a llamar la atención de los gobiernos de EEUU y Francia y para peor, de sus respectivos servicios de inteligencia.

Las conclusiones a las que llega en su obra y que se basan en fuentes informativas de alto nivel, dejaron expuesto una versión muy diferente a la presentada por la administración de George W. Bush en Washington. Meyssan expone y prueba la ejecución de un auto ataque que se dio en el marco de una particular situación interna en los EEUU mediante una táctica sucia y engañosa que a partir de allí comenzamos a conocer bajo el término de “Bandera Falsa”.

Pese a que muchos periodistas ignoraron su obra, o callaron por temor a quedar comprometidos con lo que ella exponía o simplemente la ridiculizaron, los encubiertos intentos por eliminarlo dejaron por sentado la certera y molesta veracidad de la publicación de Meyssan. A tal punto llamo la atención su libro que el mismo presidente francés Jacques Chirac lo leyó y encomendó a los servicios de inteligencia que corroboraran los hechos que se mencionaban y a partir de allí Meyssan paso a estar en el radar del estado francés.

Al mismo tiempo en Washington el desagrado por la publicación hizo que el circulo de los neoconservadores y sus socios sionistas (implicados en el asunto del 11/S) pidieran la cabeza del intelectual francés. Fue así que le encomendaron al Mossad israelí la tarea de eliminarlo.

Chirac tomo en serio el contenido de su libro y sabiendo los peligros que conllevaba para su autor, lo protegió durante su mandato. Incluso el mismo Meyssan comenta que Chirac llamó al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu para advertirle que cualquier acto, en cualquier parte de Europa contra la integridad personal del intelectual sería interpretado como una agresión contra Francia. Chirac era un estadista de fuste y sabía muy bien con quien trataba y por ello sabia como negociar con organizaciones expertas en eliminar personas.

Pero tras su salida y con la llegada en 2007 de Nicolás Sarkosi al poder, la cabeza de Meyssan tuvo precio.  Los principales motivos por los cuales Sarkosi le retiró la protección del estado francés y lo persiguió era su conocida simpatía ideológica con Israel y su cercanía política a Washington.

A partir de entonces Meyssan debió irse de Francia ya que su integridad personal estaba en peligro. Igualmente Sarkosi quien estaba muy comprometido con la política exterior de Washington acepto el pedido estadounidense para que la DGSE (inteligencia exterior francesa) se encargue de Meyssan. Tal como operan las mafias, así fue como los gobiernos que se veían complicados por estas revelaciones pretendieron arreglar las cosas. Un mandatario francés que ordenó asesinar a uno de sus ciudadanos por encargo de otra potencia sin dudas era un escándalo que se mantuvo oculto durante años. Las implicancias del estado francés en estos menesteres durante la presidencia de Sarkosi no asombran.

Fue precisamente en 2010 cuando junto a Gran Bretaña (y con la dirección y coordinación de la Secretaría de Estado de los EEUU) que se lanzaron (con la cooperación material de las monarquías árabes del Golfo) contra el norte de África con la intensión de derrocar y reemplazar los gobiernos nacionalistas árabes por subsidiarias de la “Hermandad musulmana” disfrazándolo (con la colaboración de muchos medios e intelectuales) con el relato de una supuesta revolución popular titulada por el intelectual francés Bernard Henri Levy[4] como una “Primavera Árabe”.

Casualmente desde aquel año, todos los intentos de secuestro y asesinato contra Meyssan estuvieron involucrados grupos de yihadistas que bajo la dirección de militares franceses llevaban adelante una guerra clandestina contra Libia, Siria y posiblemente con intenciones de penetrar al Líbano. Esta persecución se mantuvo con la asunción de Francois Hollande quien como Sarkosi, mantenía magníficas relaciones políticas y de afinidad ideológica con Tel Aviv y Washington interesados en deshacerse del intelectual francés.

Fue por eso que Therry Meyssan debió huir de Francia donde ya no se le garantizaba su seguridad.

Precisamente, en momentos que Meyssan estaba viviendo en Siria, el gobierno le asignó protección personal. Y ella no fue en vano. Tal como lo relata el periodista francés en momentos que los “rebeldes sirios” que el gobierno de Hollande apoyaba, trataron de tomar por asalto a Damasco, tuvieron como objetivo atacar su residencia con la clara intención de asesinarlo. Como ya había pasado en Iraq, su muerte pasaría inadvertida y mucho más sus responsables. Pero los sirios aprendieron de todo aquello y pusieron manos a la obra. El ejército árabe sirio emplazó a cinco hombres y un mortero en el techo de la propiedad y tras tres días de asedio, lograron rechazar el ataque.

Fueron tres días de terror que dejaron como saldo de aquel episodio varias bajas de estos supuestos rebeldes sirios quienes en realidad eran mercenarios sin preparación militar (carne de cañón) de origen pakistaní y somalí armados con fusiles (incluidos el FAMAS F1 y los SA80) y pertrechos occidentales. Sobre la comprobación de armamento y equipos franceses en manos de estos grupos de mercenarios ni Sarkosi ni Francois Hollande dieron las explicaciones del caso, aunque sobra decir el por qué.

Hasta en esto Meyssan ha logrado poner en evidencia los embustes del gobierno francés que alineado a las políticas del bloque anglosajón occidental viene implementando a nivel global y que tuvieron su inicio sobre el mundo árabe-islámico, violan desde hace años las soberanías políticas de los países y los derechos humanos de todos sus habitantes. Si se valora la defensa de estos derechos de alcance universal con los riesgos de enfrentar al poder de los estados, conocer el trabajo de Therry Meyssan es algo imprescindible.

  

 



[1] Globalresearch.ca. El engaño del Covid: la aplanadora de la tiranía. "No es solo una cuestión de vacunación o no vacunación”, publicado el 2 de noviembre 2021, por Peter Koenig, https://www.globalresearch.ca/steamroller-tyranny/5760398 ; El incidente en Fort Detrick por junio de 2019 fue tapado por el gobierno federal y la Corporación de medios pero pese a ello no pudieron encubrir el cierre indefinido de sus instalaciones: https://www.fredericknewspost.com/news/health/fort-detrick-lab-shut-down-after-failed-safety-inspection-all-research-halted-indefinitely/article_767f3459-59c2-510f-9067-bb215db4396d.html

[2] Therry Meyssan es un activista e intelectual francés fundador del sitio de temas de geopolítica https://www.voltairenet.org/?lang=es

[3] El libro que se publicó en 2002  ha sido materia de estudio en algunos claustros de periodismo en Argentina pero que no han trascendido al conocimiento masivo ni mucho menos de ser comentado por los periodistas del establishment: https://perio.unlp.edu.ar/catedras/lecturayescritura/wp-content/uploads/sites/16/2020/03/15.-Meyssan.pdf

[4] Henri Levy es un escritor francés que milita el sionismo y en tal sentido aborrece la posibilidad del progreso del mundo árabe islámico siendo su apoyo a la Primavera árabe la mejor muestra de ello. Su apoyo intelectual tenía un trasfondo político basado en legitimar la intervención de occidente (OTAN) causando miles de muertos, la destrucción de Libia y una calamidad humanitaria que provoca el desplazamiento continuo de refugiados a la UE.

jueves, 25 de noviembre de 2021

 

¿QUIERE WASHINGTON INSTIGAR UNA GUERRA CONTRA RUSIA?

Algunos argumentos que explican una respuesta positiva a esta cuestión

 

Por Charles H. Slim

Esta es una pregunta que muchos se están haciendo tras la retórica de La Casa Blanca (amplificada por el Conglomerado de medios) que sumado a los movimientos de sus fuerzas en Ucrania, Polonia y el Mar Negro parecen estar tendiendo a crear un Casus belli que detone en una conflagración que podría llegar a ser de carácter nuclear. Ante esto recordemos una vez más la supuesta “nueva agenda” de la administración demócrata que supuestamente venía a mejorar los desaguisados de Donald Trump y Cia pero con lo que se esta viendo en los escenarios donde EEUU se halla involucrado, Biden pareciera estar empeñado en superar a lo peor de Donald Trump y sus predecesores republicanos.

La crisis que está sacudiendo al mundo por el parón del asilamiento obligatorio por el SARS-COV2 no es ajeno a los EEUU y las consecuencias de esto se están sintiendo de forma cada vez más preocupante. La inflación trepa más allá de lo que algún estadounidense hubiera soñado, hay escases de combustible, no hay empleados disponibles para atender áreas de servicios estratégicos (como la logística) para una reactivación económica a mediano plazo y la brecha de desigualdades entre los más pobres y las pocas familias multimillonarias de la banca estadounidense se hace más inocultable. Al mismo tiempo, los esfuerzos cada vez más compulsivos por vacunar a toda la población bajo la velada amenaza de que serán muertos civiles (sin no tienen Vaccine Passaport), mantiene un estado de tensión social que está aflorando en cada vez más casos de atención psicológica y psiquiátrica. En las calles de muchas ciudades reina la agitación y con ello una omnipresente ocupación policial. Con esto a la vista poco se puede hablar de democracia. Y si eso no era bastante, cada vez más quedan en evidencia las proclamas racistas y xenófobas de senadores republicanos contra representantes demócratas de origen latino y árabe que lejos han estado de ser repudiados por sus respectivos claustros ¿Cómo podemos tapar todo esto? Se preguntan los burócratas en Washington. Pues al parecer una guerra podría ser la respuesta.

Pero EEUU no puede embarcarse por sí mismo en una contienda. La OTAN fue, es y será el escudo para concretar estos planes. Ante esto hay que preguntarse ¿Son conscientes los gobiernos de la UE de esto? Incluso más ¿Es consciente el gobierno ucraniano de Volodymyr Zelensky de esto? Al parecer no. Por el contrario, el gobierno en Kiev se ha empeñado en no cumplir con los acuerdos de Minsk manteniendo sus acciones beligerantes y la persecución contra los pobladores rusoparlantes. Incluso se ha sabido que funcionarios clave de Kiev han estado solicitando de forma expresa a Washington que intervengan argumentando que la inteligencia rusa busca crear la inestabilidad política interna y de fracasar propiciar una intervención directa.

Si bien las fuentes aseguran que el jefe de inteligencia ucraniano Kydilos Budanov ha sido quien informó a Washington de este esquema, no se puede ignorar la coparticipación de la CIA en el armado de esta historia.

Tan simple como siniestramente mortal es el riesgo en que se embarcarían en una aventura como la que Washington estaría tramando contra Rusia.  Hay muchas cosas en juego además de la paz, la vida y la estabilidad de los habitantes de la región. La paz y la estabilidad ambiental de todo el plantea que tanto le preocupa a Joe Biden y a sus socios atlantistas serían afectadas de forma irremisible por un conflicto nuclear por más limitado que se pretenda argumentar.

Para ir matizando estas intenciones los medios corporativos y sus Think Tanks tratan de esbozar una imagen de una Rusia en preparativos para invadir a su vecina Ucrania pero, quien utilice una sola de sus neuronas y apele al razonamiento lógico se dará cuenta que ello solo es una falacia que no tiene sustento. Para ello apelan al viejo truco propagandístico de la demonización personal del oponente (como lo hizo Biden contra Putin) e incluso, la demonización de toda una comunidad como lo hizo EEUU contra los árabes y los musulmanes desde 2001.

Pese la caída del Muro de Berlín en 1989, la desintegración de la URSS en 1991 y las profusas conversaciones entre Bill Clinton y Boris Yeltsin (entre 1993 a 1995) Washington nunca puso fin a su ambición de extenderse sobre Eurasia y para ello la OTAN es su herramienta estratégica.

Parece casi una tomadura de pelo señalar a un país soberano como Rusia, que mueva sus tropas dentro de su propio territorio máxime cuando en territorios vecinos y en el mar adyacente, desde hace meses vienen acumulándose tropas y armamento que en parte provienen desde más de 11.000 kilómetros y que realizan actividades de provocación en los límites de sus fronteras. Ante este panorama ¿Quién realmente es el potencial agresor?

Los objetivos para una aventura semejante se centrarían en paliar la crisis económica signada por una estanflación que amenaza acabar con el actual sistema capitalista y cortar la dependencia europea del gas ruso. En el primer caso, la guerra siempre ha sido un excelente negocio del cual EEUU se ha valido para construir su potencialidad. En cuanto a lo segundo, destruir la tubería del gasoducto “Nord Stream 2” que pasa por debajo del Mar Báltico -además de un golpe estratégico-causaría un gran daño a la economía rusa a costa claro, de privar la calefacción a los alemanes en particular y a los europeos en general pero para Washington solo sería un mero daño secundario.

Para tratar de convencer a la opinión pública sobre esta supuesta amenaza rusa, Washington (y por intermedio del Conglomerado de medios) echa mano de informes de asociaciones, organismos no gubernamentales (Carnegie Endowment for International Peace y otros) y personajes de dudosa imparcialidad con lo cual, la administración demócrata Biden-Harris vuelve a demostrar que al igual que sus correligionarios Obama, Hillary Clinton, Chuck Schumer y sus colegas republicanos bajo el rotulo de la realpolitik pueden jugar sucio sin merituar las consecuencias.

Las actividades de la OTAN en el Mar Negro además de peligrosas, implican vuelos provocadores de varias clases de aviones entre ellos los bombarderos estratégicos B1-B que se han acercado a pocos kilómetros del espacio aéreo de la Federación rusa, el movimiento de buques y submarinos con capacidad de lanzar misiles armados con cabeza nuclear táctica que deja en evidencia una amenaza real y muy ensayada por los estrategas del Pentágono. La presencia de oficiales de la Fuerza Naval de Ataque y Apoyo de la OTAN (STRIKFORNATO) confirman esto.

Ciertamente, la amenaza de una agresión está presente pero no precisamente de la mano rusa. Obviamente que Rusia posee sus propias capacidades de defensa y retaliación nuclear (y probablemente más superiores con los misiles hipersónicos) pero las mismas están dentro de sus fronteras y no como las de la OTAN moviéndose de forma amenazante en torno a sus fronteras.

Washington necesita una excusa con la cual justificar ante el Congreso la autorización para iniciar las hostilidades. El escenario se presenta muy sugestivo para fabricarla. La farsa montada en el Golfo de Tonkin en agosto 1964 podría ser reeditada mediante un falso ataque, tal como fracasadamente se trato de recrear contra Irán entre mayo y junio del 2019. Pero en este último escenario los más interesados en desatar un conflicto que involucrara a los EEUU estaban en Tel Aviv.

Estas tácticas sucias han dejado de ser un secreto en la práctica de los maquiabélicos planificadores de un estado con torcidas ambiciones geopolíticas. Hoy el término “Bandera Falsa” no es una elucubración de mentes conspiranóicas como sugirió la administración Bush tratando de menospreciar a quienes no creyeron la versión oficial del 11/S y que los medios adeptos a la línea oficial de su gobierno han bregado con insistencia por ridiculizar. Es un asunto muy serio y delicado que en el presente escenario involucraría el abierto uso de armas nucleares sin importar si tienen o no alcance limitado.

Si algo así se llevara a cabo sería lanzado con la cooperación (pasiva o activa) del gobierno de Ucrania. No es una exageración y tras lo ocurrido el 11/S el mundo esta al corriente de lo que son capaces de hacer estos sectores belicistas (indistintamente de su filiación demócratas o republicanos) para conseguir un objetivo. Tal vez en el pasado haya sido relativamente fácil agredir a pequeños países pero con Rusia, esos planes no son realistas.

 

lunes, 22 de noviembre de 2021

 

 

“REPUBLICA OCLOCRATICA ARGENTINA”

¿Acaso la Argentina va hacia un gobierno de muchedumbres?

 

Por Javier B. Dal

Los resultados de la última elección legislativa dejaron en claro que no hay nada claro en Argentina. Si había una grieta que los oficialistas y la oposición negaban de cara a los medios, ahora esa misma grieta se ha extendido hacia el interior de cada uno de estos sectores llevando a crear una gran Babel en la que nadie escucha a nadie y donde todos hablan diferentes lenguas.

Lo peor de todo es que el desvarío proviene de quienes detentan el poder. Un presidente que dice que su fuerza ha ganado cuando los resultados arrojaron haber sido derrotados por ocho puntos no puede ser otra cosa que un desvarío. Incluso, el organizar una fiesta por el “Día de la militancia” a costa del dinero público para insistir en ese afiebrado delirio, supondría un rasgo psicopático. Pero en realidad no lo es. Alberto Fernández y su gente solo están haciendo uso de un recurso psicológico para autoconvencerse y a su vez convencer a sus interlocutores de algo que no fue, sucedió en realidad. Lo peor de todo esto es que (más allá de lo que ellos presuman), en el fondo es un signo de absoluta debilidad e incertidumbre.

Se trata de una tragedia en medio de un mundo muy complejo e imprevisible para el que Argentina no esta preparada. Hay una total dispersión en los representantes políticos y claramente demuestran una total lejanía sobre esta realidad. La clase política en su conjunto (sin distinciones de derechas, centristas e izquierdas) es percibida como cleptócrata, nepotista y clientelar que nada tiene que ver con la tan vociferada democracia. Igualmente, desde 1983 la Argentina practica una particular forma de democracia en la que solo se proclama la existencia de derechos, pero sin obligaciones (salvo las impositivas). Así es como poco a poco y de la mano de un tergiversado victimismo “setentista” y abusando de una sesgada mirada en el alcance de los derechos humanos (con la cual se ha lucrado de forma escandalosa) se fueron deformando los conceptos como autoridad y orden, fundamentales para la construir y mantener la cohesión social de un estado, a tal punto que se las asociaron a “represión y militarismo”.

Los artífices de este reduccionismo hoy los encontramos en el gobierno viéndose entrampados por esa dialéctica simplona y dañina. El gobierno de Alberto Fernández además de fraccionado y condicionado por los núcleos extremistas que responden a su vicepresidenta (CAMPORA) es completamente insulso para intentar reorganizar un estado que sigue siendo la panacea de sectores parasitarios quienes sin ningún objeto y utilidad pública, consumen recursos del presupuesto sacándoselo a otros sectores que realmente lo requieren.

Más allá de las estridencias discursivas del presidente, su gobierno no gobierna. Prueba de ello son los tire y afloje con su propio partido, el descontento que existe contra su gestión tanto a nivel general como en las filas de un peronismo multiverso y diluido que ciertamente nada tiene de esa ideología. El federalismo al que Fernández nombra (tan falso como el patriotismo su gobierno) en todo momento solo está en su imaginación y solo lo practica cuando demanda las coparticipaciones de provincias a las que no presta auxilio cuando se lo demandan (como sucede con la provincia de Río Negro por el tema de los “Mapuches”).

La inflación y la desvalorización del peso está hundiendo a la población en la pobreza y la carestía, mientras el presidente habla de “estar ganándole a la inflación” y que de un “crecimiento en la economía” que nadie esta viendo.

La oposición también sufre de un agrietamiento en sus formaciones. Los radicales que habían caído en una severa depresión desde aquel calamitoso 1989 se han empoderado y comienzan a cuestionar a los anglófilos y sionistas del PRO referenciados por personajes como el ex mandatario Mauricio Macri y Patricia Bullrich. Al mismo tiempo, resurgen fuerzas liberales encarnadas en los liderazgos de Javier Milei y José Luis Espert, a su vez distanciados entre sí por cuestiones de forma.

Las calles están en manos de las organizaciones sociales y los sindicatos que descaradamente ya no esconden la militancia de su tropa por un plan social o una suma determinada de dinero. Lo mismo sucede en el sur, donde las rutas y parques nacionales son bloqueados por encapuchados que condicionan la libertad de circular y movimiento a cambio del pago de un impuesto.

Las muchedumbres son las que deciden cuándo y quién pasara por un puente o una avenida y ello se debe, a décadas de irresponsable agitación punteril de los partidos como el “Kirchnerismo” y algunos sectores de la izquierda que no tienen otro objetivo que perpetuar a sus dirigentes en sus puestos burocráticos a sueldo de la nación. Para estos sectores la ignorancia y el resentimiento son el combustible para movilizarles.  Cualquiera puede generar una protesta y movilizar una masa de personas para cortar la circulación en las calles de la capital o de una ruta nacional sin que el gobierno “federal” haga nada. En este marco queda claro que rige una verdadera oclocracia que solo beneficia a los intereses del gobierno y de sus organizaciones sociales compuestas por personajes que utilizando la desesperación de los más desposeídos subsisten al amparo del dinero de las arcas estatales.

Incluso ya hemos visto como una manifestación en medio de la avenida 9 de julio puede terminar en una refriega y el asalto de oficinas públicas como sucedió con el Ministerio de Trabajo donde las fuerzas de seguridad no pudieron hacer nada. Las autoridades no tienen autoridad por el simple hecho de que dependen de un gobierno político que tampoco la tiene. La justicia no puede funcionar con este marco de cosas y eso es algo que no puede suceder en una república que se denomine democrática.

La violencia en los robos callejeros se está haciendo más creciente y ante la desidia y la hipocresía de estos gobernantes, la impotencia de los ciudadanos comunes se vuelve ira y con ella, nace el impulso para llevar adelante acciones tan extremas y extravagantes como sería separarse de un determinado municipio. Cada desgracia es elegida a conveniencia de uno u otro bando para hacer de ella, capital de sus intereses electoralistas. Con este panorama no esta errado declarar la instauración de una oclocracia en Argentina.

sábado, 20 de noviembre de 2021

 

“THE EXPECTABLE PLAN”

What is the response to the terrorist violence in Kabul that threatens to spiral out of control? Who can be behind this? The premise is still to make war by way of deception

 

By Yossi Tevi

Suicide attacks in the middle of Kabul began to take place even when US troops were stationed at the airport in moments before the flight of September 15, what was happening? These episodes that the western media began to foist on “ISIS-Khorasán” were not taking place by mere chance, far from it. Taking advantage of the existing and hidden chaos among the Taliban outposts, cells of this franchise were able to pass all the controls that were being established towards the capital. The execution of a contingency plan for a change in strategy that Washington had already implemented before had begun.

Many of us have been suspicious of the real motives for the departure of the Americans and their NATO allies. We had anticipated at that time that this was more due to a ploy that had already been used in Iraq and that resulted in the emergence (by spontaneous flourishing) of a presumably Islamic entity that became known as “Islamic State” or more known as “ISIS”.

When Barak Obama announced the departure of his troops in October 2011, many in Washington squirmed in their chairs as it seemed an inconsistency and a capitulation, a concession to the Iraqi armed insurgency that had already been wreaking havoc on the morale of its troops in a war that had been lost in the minds and hearts of his own fellow citizens. It was in those moments when a deceptive image of Obama was projected, one that tried to show moderation, the search for peace and the return to international legality after the coven of interventions and wars unleashed by the neocon and Zionist administration of George W. Bush and Cia.

Since Obama became president in 2009 and at the same time he spoke to Muslims from Egypt, the Pentagon and the CIA, in close collaboration with the mukhabarat of the Gulf monarchies, were already quietly working in North Africa.

A year later, the agitators were already deployed on the ground and after instigating the inhabitants of Tunisia, Egypt and Libya through social networks, the CIA established more fluid contacts with former members of the Iraqi Baath party, many of them in the ranks of the “Nakshaiabandi Army” which was maintained in operations in north central Iraq. They did the same with the remnants of the “Islamic State of Iraq” (Daesh) that swarmed without resources in the desert of the “Sham” that is located between Iraq and Syria. The objective was to recruit men and form armed groups to increase the instability that was being directed against Damascus. This is how the appearance of “ISIS” was organized in 2014.

The withdrawal of last September 15 had a strange smell. Many distrusted this supposed risky venture by Biden in favor of peace and détente in the region. Perhaps fifteen years ago it would have deceived its own and global public opinion, but today that is very difficult. A Democratic administration is not a guarantee for respect for international legality, as was made clear by the Obama scam, and it was for this reason that the tensions between the Pentagon and the White House over this situation was only a performance for the public.

It should not be forgotten that Obama was the one who commissioned Secretary of State Hillary Clinton to lead the overthrow of Gaddafy in Libya and manage the same fate for Bashar Al Assad in Syria. At the same time, it continued and increased authorizations for the CIA to continue its torture in a more discreet manner and its “targeted assassination” operations with Drones that killed hundreds of innocent civilians in both Afghanistan and Yemen.

Amid the wave of collaborators who tried to flee in NATO planes leaving Kabul airport, suicide bombers loaded with explosive belts sneaked in, killing civilians and some US soldiers. It was the perfect stage show simply because it was planned that way. In addition to this, it was reported the negligent abandonment of military bases with their arsenals full of weapons, explosives and ammunition that conveniently ended up in the hands of the Taliban and “ISIS-K”.

Since the last American soldier left Afghanistan, the “ISIS-K” attacks have multiplied, recreating what happened in Iraq after the occupation and its continuity after the appearance of this pseudo-Islamic entelechy. From the media in the West there is talk of struggles between Taliban factions but in reality it would be the activity of terrorist cells that respond to the hoax “ISIS-K” that we do not forget, was installed and fed (with the transfer of combatants from Syria and Turkey) by intelligence agencies such as the CIA, Mossad and British MI6.

The terrorist activity of these cells increases suspiciously as Azerbaijan attacked Armenian posts in the vicinity of Nagorno Karabakh, NATO tries to provoke the Russian defenses in the Black Sea while Kiev makes a show of power against Lugansk by launching an attack with Drones delivered by Turkey; undoubtedly this circumstance calls for reflection.

Russia has a lot to lose from the instability in Afghanistan, as it may affect the Islamic republics in the south. The operation of a franchise such as “ISIS-K” supported by the Anglo-Saxon intelligence agencies will undoubtedly seek to expand its activities over this region to complicate Moscow as they did in the 1990s with the Chechens and as they are currently doing with the Chechens. Uighur armed groups operating in the border region of the Xinjiang region of northwest China.

Whether Washington likes it or not, the Taliban rules Afghanistan and both its bureaucrats and the media that are adept at their political line should not lose sight of the fact that it was they themselves who caused all this chaotic situation. If the Taliban does not manage to establish effective control over the actions of these elements (supported by the CIA), we will continue to see bloody attacks against places of public gathering in particular, against Shiite Muslims and with the intention of extending it further, as a tactic dirty to try to recreate the chaos that settled in Iraq after the Anglo-American occupation.