¿HACIA DONDE VA LA ARGENTINA?
¿Qué significó la visita del presidente Alberto Fernández a Washington?,
¿Tuvo algún significado?
Por
Javier B. Dal
A pocos días de cumplirse una fecha tan cara para
el pueblo argentino, el presidente Alberto Fernández llegaba a Washington para
reunirse con su homólogo Josep Joe Biden en lo que supuestamente podía ser un
salvavidas para Buenos Aires. Las expectativas de los funcionarios del gobierno
argentino eran demasiado exageradas con lo que realmente sería. Una entrevista
de 20 minutos a solas dejo en claro la real importancia que significaba para La
Casa Blanca esta visita.
La llegada
al aeropuerto de Washington-Dulles y su recibimiento no fue precisamente la de
un estadista. Esa postal de una manga totalmente vacía y el descenso solitario
del presidente argentino junto a su esposa sin que nadie los esperase sin dudas
era una ilustración de la importancia que su visita revestía para la
administración de Biden. En realidad, Biden y su gente tienen la cabeza ocupada
con problemas más urgentes y graves, tanto que podrían llevarse puesta su
administración.
A pesar de
la irrelevancia política del gobierno argentino y en particular de su diletante
mandatario, la Argentina como enclave geográfico insular y por los recursos que
en su territorio alberga, la Argentina desde siempre ha sido un bocado
ambicionado por las grandes potencias y también para las poderosas
transnacionales a quienes tenemos que sumar las cuales actualmente son tan o
más influyentes que el mismo gobierno de EEUU.
En aquel
interés, a Washington le importa y mucho que los ricos yacimientos de litio que
se está explotando en el norte argentino no caiga en manos de los chinos,
aunque eso -y en teoría- sería algo que no le tendría que incumbir a la
“democracia” del norte. Pero en base a la realidad de lo establecido y que los
medios no dirán, EEUU hace tiempo que está incursionando en la región, no solo
con sus bases militares, en especial la que se está construyendo en Vaca Muerta
en la provincia del Neuquén y despliegues navales del Comando sur en todo el
litoral marítimo argentino sino también, con su atenta observación tanto humana
como electrónica sobre el curso de los acontecimientos políticos en toda la
región.
En las
actuales circunstancias también se le agrega una importancia estratégica en lo
referente a los despliegues que la Armada de los EEUU y sus aliados de la OTAN (incluyendo
a Gran Bretaña) están llevando adelante en el hemisferio sur, en el marco de la
actual guerra en Ucrania, tratando de forzar a la Argentina a plegarse al juego
de Washington en un intento por cerrar los espacios marítimos a Rusia y limitar
en lo posible el tránsito a los chinos algo que se enmarcaría en las crecientes
tensiones en Asia-Pacifico.
En esta
visión estratégica EEUU y la OTAN necesitan de todos los apoyos posibles en el
hemisferio.
Para
personeros como el Secretario de Estado Anthony Blinken, recibir a un
mandatario tan insípido como Fernández era una molestia necesaria. Se sabía que
la visita de Fernández tenía un solo propósito: mendigar un salvo conducto ante
el FMI. No hay que ser un adivino ni leer la mente a los funcionarios
estadounidenses para darse cuenta que debían poner buenas caras a un tipo que
había ofrecido a Vladimir Putin la puerta de entrada al continente, que su
gobierno viene llevando adelante tratativas de obtener aviones cazas JF-17 chinos
de una tecnología aceptable y que, tras su visita a China, su condescendencia
con Xi Jinping y el Partido Popular llego a grados de obsecuencia tan absurda y
desactualizada, que el mismo Xi al entender la traducción de las alabanzas del
embajador argentino Sabino Vaca Narvaja a la demencial gestión de Mao Tse Tung,
esbozo una mueca sonriente que podría haber significado una carcajada interna
diciéndose para sí “vaya ignorancia”.
Pese a
todas estas torpezas (fruto del desconocimiento de la situación externa) que no
asombran a los funcionarios estadounidenses, saben que solo por las buenas
obtendrán ventajas de Buenos Aires, mucho más si se aprovecha el actual marco
geopolítico y la muy compleja situación económico-financiera del país que para
muchos expertos se halla prácticamente rifado. Y es que con los argentinos más
que la fuerza, va el dicho que reza “con miel se cazan más moscas”.
El actual
gobierno de tinte populista seudo peronista izquierdista obviamente no es del
agrado del circulo político de los neoconservadores que digitan la agenda de
Biden aunque por otra parte están conscientes de que no reviste amenaza alguna a
sus políticas como otros populismos en la región. Y es que la situación de
Argentina es tan crítica y delicada que con solo darle un pequeño empujón, todo
su gobierno y gran parte de sus instituciones se vendrían abajo como un castillo
de naipes y eso es algo que a los acreedores en Wall Street no les interesaría que
ocurra al menos por el momento.
Por otra
parte, era más que esperable que el Foreign Office enviara una inmediata
advertencia a sus colegas del Departamento de Estado para que presionaran por
la posible adquisición de los cazas chinos ya que con esa potencialidad aérea
en manos argentinas, verían amenazada sus instalaciones navales y de
inteligencia electrónica en Malvinas. También los británicos no pueden pasar
por alto la existencia de la base china en la Patagonia desde la cual se
ejecutan actividades electrónicas. Sumado a eso, en el Foreign Office aún
perdura la ira contra Pekín por el explicito apoyo chino a los reclamos
argentinos sobre Malvinas. Es probable que Washington le haya bajado el tono a las
expectativas sobre los temores de sus primos británicos recordándoles que ellos
tienen asegurada la lealtad ¿No lo hicieron en 1982?
Pero los
funcionarios en Londres no se quedarán con los brazos cruzados y es más que
seguro que tiraran algunos hilos en la región, algunos de los cuales se extienden
a Chile, un conspicuo colaborador de las actividades británicas en todo el cono
sur. Esta bien claro que eso a Washington no le preocupara siempre y cuando no
interfiera con sus propios planes.
Al final de cuentas, la tan promocionada visita de Fernández a Washington no arrojó los resultados esperados. Las expectativas del presidente argentino para recibir apoyo en su derrotero económico financiero no fueron cubiertas. Incluso se podría especular que Biden le brindaría algún auxilio siempre y cuando Buenos Aires respalde de forma incondicional su injerencia en Ucrania y las políticas agresivas contra Rusia. Lo único y más destacado de su visita por La Casa Blanca fue su congratulación con el presidente Fernández por su preocupación por el calentamiento global, una verdadera estafa a la opinión pública que solo sirve para financiar cumbres inútiles pero muy provechosas para sus organizadores y la alegría de sus concurrentes.
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