domingo, 28 de noviembre de 2021

 

“METODOS DEMOCRATICOS”

¿Puede haber democracia cuando se persigue e incluso se suprime físicamente a quienes informan la oscura verdad de los gobiernos? No hay democracia sin libertad de pensamiento

Por Charles H. Slim

Es cierto que actualmente no hace falta realizar golpes de estado, intervenciones militares o magnicidios para presionar a quienes no se amoldan a las políticas de occidente (comprendiendo solo a EEUU, Gran Bretaña y la UE) como los que hemos visto hasta comienzos de siglo. La violación de los derechos humanos no se restringe a pequeños países como Myanmar, Vietnam, Tanzania o alguna paupérrima república centro africana. Quienes se han presentado en los últimos setenta años como el faro de la libertad y la democracia han demostrado que poco tienen de estas cualidades.

Los métodos para violentar los derechos sin dudas se han sofisticado y la actual digitalización de la mayor parte de los aspectos de la vida preanuncian nuevas y más efectivas formas de coerción y persuasión psicológica para convencer o eliminar a los rebeldes.

Un ejemplo de esto lo estamos viendo en Europa con el azuzado temor que los medios (con el renovado protagonismo de los infectólogos y subalternos de la OMS) están tratando de instalar sobre una nueva variante del Sars-CoV2 (sin que aún se hayan explicado las crasas contradicciones que se denuncian[1]) que trata de forzar a la vacunación total adunándole la amenaza de que quien no lo haga no tendrá un “pasaporte de salud” sin el cual prácticamente será un muerto civil. Sin dudas, otro triunfo de la democracia.

Los casos en los que los derechos humanos han sido pisoteados por esta elástica interpretación de la democracia son incontables pero la mayor parte de ellos, se han mantenido escondidos bajo la alfombra gracias a la opacidad de Naciones Unidas y de los medios corporativos que viven supuestamente defendiendo la libertad de información. El ejercicio de este derecho se ha vuelto muy peligroso en occidente (y en países aliados) porque, aunque no sean visibles a la luz del día aparatosos procesos de detención, feroces acciones de represión, apremios ilegales o discretas abducciones callejeras por policías sin chapa (como lo hace el Shin Bet en Palestina), los gobiernos de occidente van más allá y ejecutan (de forma encubierta y silenciosa) verdaderas acciones terroristas amparándose en que lo hacen sobre territorios ajenos.

Libia, Siria, Afganistán, Iraq y Yemen han sido y siguen siendo el campo de ensayo de estas tácticas de silenciamiento.

Desde las revelaciones en 2004 sobre la sistemática práctica estadounidense de torturas, abusos y ejecuciones sumarias en la cárcel de Abu Graib en Iraq que puso al descubierto toda una infraestructura del terror que (además de extenderse por todo el país ocupado) iban más allá de Iraq y que se comprobaron con los “vuelos de la CIA”  que transportaban personas secuestradas a cárceles secretas alrededor del mundo hasta los abusos y asesinatos contra los ciudadanos afroamericanos en EEUU dejo en claro que Washington y sus socios estaban muy lejos de respetar la legalidad internacional y quienes osen ponerlos en evidencia corren una terrible suerte.

Algunos casos emblemáticos como el de Julian Assange, el de Eduard Snowden y Chelsea Manning, cada uno y en diferentes grados y circunstancias, son el ejemplo de esto. Cada uno de ellos han sido condenados de por vida por sacar a la vista pública los trapos sucios de los gobiernos de occidente.  Pero también hay otros casos que han ayudado a conocer asuntos tan graves como los que aquellos revelaron y que tienen como protagonistas a comprometidos periodistas e investigadores en países aliados de EEUU que siguen los mismos pasos.

El caso del escritor, intelectual y politólogo francés Therry Meyssan[2] es uno de los más emblemáticos. Conocido por su investigación tras los atentados del 11/S y que plasmo en su libro L’Effroyable imposture “La Gran Impostura”[3], Meyssan comenzó a llamar la atención de los gobiernos de EEUU y Francia y para peor, de sus respectivos servicios de inteligencia.

Las conclusiones a las que llega en su obra y que se basan en fuentes informativas de alto nivel, dejaron expuesto una versión muy diferente a la presentada por la administración de George W. Bush en Washington. Meyssan expone y prueba la ejecución de un auto ataque que se dio en el marco de una particular situación interna en los EEUU mediante una táctica sucia y engañosa que a partir de allí comenzamos a conocer bajo el término de “Bandera Falsa”.

Pese a que muchos periodistas ignoraron su obra, o callaron por temor a quedar comprometidos con lo que ella exponía o simplemente la ridiculizaron, los encubiertos intentos por eliminarlo dejaron por sentado la certera y molesta veracidad de la publicación de Meyssan. A tal punto llamo la atención su libro que el mismo presidente francés Jacques Chirac lo leyó y encomendó a los servicios de inteligencia que corroboraran los hechos que se mencionaban y a partir de allí Meyssan paso a estar en el radar del estado francés.

Al mismo tiempo en Washington el desagrado por la publicación hizo que el circulo de los neoconservadores y sus socios sionistas (implicados en el asunto del 11/S) pidieran la cabeza del intelectual francés. Fue así que le encomendaron al Mossad israelí la tarea de eliminarlo.

Chirac tomo en serio el contenido de su libro y sabiendo los peligros que conllevaba para su autor, lo protegió durante su mandato. Incluso el mismo Meyssan comenta que Chirac llamó al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu para advertirle que cualquier acto, en cualquier parte de Europa contra la integridad personal del intelectual sería interpretado como una agresión contra Francia. Chirac era un estadista de fuste y sabía muy bien con quien trataba y por ello sabia como negociar con organizaciones expertas en eliminar personas.

Pero tras su salida y con la llegada en 2007 de Nicolás Sarkosi al poder, la cabeza de Meyssan tuvo precio.  Los principales motivos por los cuales Sarkosi le retiró la protección del estado francés y lo persiguió era su conocida simpatía ideológica con Israel y su cercanía política a Washington.

A partir de entonces Meyssan debió irse de Francia ya que su integridad personal estaba en peligro. Igualmente Sarkosi quien estaba muy comprometido con la política exterior de Washington acepto el pedido estadounidense para que la DGSE (inteligencia exterior francesa) se encargue de Meyssan. Tal como operan las mafias, así fue como los gobiernos que se veían complicados por estas revelaciones pretendieron arreglar las cosas. Un mandatario francés que ordenó asesinar a uno de sus ciudadanos por encargo de otra potencia sin dudas era un escándalo que se mantuvo oculto durante años. Las implicancias del estado francés en estos menesteres durante la presidencia de Sarkosi no asombran.

Fue precisamente en 2010 cuando junto a Gran Bretaña (y con la dirección y coordinación de la Secretaría de Estado de los EEUU) que se lanzaron (con la cooperación material de las monarquías árabes del Golfo) contra el norte de África con la intensión de derrocar y reemplazar los gobiernos nacionalistas árabes por subsidiarias de la “Hermandad musulmana” disfrazándolo (con la colaboración de muchos medios e intelectuales) con el relato de una supuesta revolución popular titulada por el intelectual francés Bernard Henri Levy[4] como una “Primavera Árabe”.

Casualmente desde aquel año, todos los intentos de secuestro y asesinato contra Meyssan estuvieron involucrados grupos de yihadistas que bajo la dirección de militares franceses llevaban adelante una guerra clandestina contra Libia, Siria y posiblemente con intenciones de penetrar al Líbano. Esta persecución se mantuvo con la asunción de Francois Hollande quien como Sarkosi, mantenía magníficas relaciones políticas y de afinidad ideológica con Tel Aviv y Washington interesados en deshacerse del intelectual francés.

Fue por eso que Therry Meyssan debió huir de Francia donde ya no se le garantizaba su seguridad.

Precisamente, en momentos que Meyssan estaba viviendo en Siria, el gobierno le asignó protección personal. Y ella no fue en vano. Tal como lo relata el periodista francés en momentos que los “rebeldes sirios” que el gobierno de Hollande apoyaba, trataron de tomar por asalto a Damasco, tuvieron como objetivo atacar su residencia con la clara intención de asesinarlo. Como ya había pasado en Iraq, su muerte pasaría inadvertida y mucho más sus responsables. Pero los sirios aprendieron de todo aquello y pusieron manos a la obra. El ejército árabe sirio emplazó a cinco hombres y un mortero en el techo de la propiedad y tras tres días de asedio, lograron rechazar el ataque.

Fueron tres días de terror que dejaron como saldo de aquel episodio varias bajas de estos supuestos rebeldes sirios quienes en realidad eran mercenarios sin preparación militar (carne de cañón) de origen pakistaní y somalí armados con fusiles (incluidos el FAMAS F1 y los SA80) y pertrechos occidentales. Sobre la comprobación de armamento y equipos franceses en manos de estos grupos de mercenarios ni Sarkosi ni Francois Hollande dieron las explicaciones del caso, aunque sobra decir el por qué.

Hasta en esto Meyssan ha logrado poner en evidencia los embustes del gobierno francés que alineado a las políticas del bloque anglosajón occidental viene implementando a nivel global y que tuvieron su inicio sobre el mundo árabe-islámico, violan desde hace años las soberanías políticas de los países y los derechos humanos de todos sus habitantes. Si se valora la defensa de estos derechos de alcance universal con los riesgos de enfrentar al poder de los estados, conocer el trabajo de Therry Meyssan es algo imprescindible.

  

 



[1] Globalresearch.ca. El engaño del Covid: la aplanadora de la tiranía. "No es solo una cuestión de vacunación o no vacunación”, publicado el 2 de noviembre 2021, por Peter Koenig, https://www.globalresearch.ca/steamroller-tyranny/5760398 ; El incidente en Fort Detrick por junio de 2019 fue tapado por el gobierno federal y la Corporación de medios pero pese a ello no pudieron encubrir el cierre indefinido de sus instalaciones: https://www.fredericknewspost.com/news/health/fort-detrick-lab-shut-down-after-failed-safety-inspection-all-research-halted-indefinitely/article_767f3459-59c2-510f-9067-bb215db4396d.html

[2] Therry Meyssan es un activista e intelectual francés fundador del sitio de temas de geopolítica https://www.voltairenet.org/?lang=es

[3] El libro que se publicó en 2002  ha sido materia de estudio en algunos claustros de periodismo en Argentina pero que no han trascendido al conocimiento masivo ni mucho menos de ser comentado por los periodistas del establishment: https://perio.unlp.edu.ar/catedras/lecturayescritura/wp-content/uploads/sites/16/2020/03/15.-Meyssan.pdf

[4] Henri Levy es un escritor francés que milita el sionismo y en tal sentido aborrece la posibilidad del progreso del mundo árabe islámico siendo su apoyo a la Primavera árabe la mejor muestra de ello. Su apoyo intelectual tenía un trasfondo político basado en legitimar la intervención de occidente (OTAN) causando miles de muertos, la destrucción de Libia y una calamidad humanitaria que provoca el desplazamiento continuo de refugiados a la UE.

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