APLASTANDO EL ESPIRITU DE AMERICA
La brutal represión contra las manifestaciones en las Universidades estadounidenses
plantea interrogantes que tienen un alcance global. A pesar de la ferocidad
policial y la injustificable parquedad judicial, el activismo no se ha detenido
pero los mismos estadounidenses se preguntan ¿Quiénes controlan el gobierno de
EEUU?
Por Charles H. Slim y Yossi Tevi
No era de extrañar que las manifestaciones masivas en las universidades
de EEUU pasaran inadvertidas para gran parte de los medios del hemisferio y en
particular para los medios argentinos ¿Motivos? Molestan a los intereses
sionistas muy bien arraigados en Washington y que sus colegas argentinos buscan
insertar dentro del actual gobierno en Buenos Aires.
Pensar y
mucho más, con sentido crítico se ha vuelto una afrenta y una amenaza a los
intereses de estos sectores aun cuando se presentan como adalides de la
libertad. Es seguro que si hubiera estado gobernando el llamado peronismo, el
radicalismo o incluso, la denominada “izquierda” el silencio hubiera sido el
mismo ya que, todos ellos (en diferentes grados) son súbditos de estos poderes
fariseos. No es una novedad la corrupción por estos lares y menos aún la
ausencia de una identidad política definida.
Al parecer
en Buenos Aires no se han dado cuenta que EEUU ya no es el faro de las
libertades y que sus narrativas están muy discutidas en todo el mundo.
Así es como
se han manejado las cosas en los últimos cien años, pero en estos últimos
treinta años y de forma paulatina hemos visto que eso viene cambiando con el
hartazgo de guerras interminables que encubren negocios -de armamentos-
de los neoconservadores y sus socios sionistas. Las masivas manifestaciones pro
palestinas que se han dado en las universidades estadounidenses y que ya se han
extendido a Europa y Latinoamérica, han sido reprimidas de manera brutal
demostrando quiénes son los que mandan en Washington.
Sabemos que
tanto demócratas como republicanos han sido dos mangos del mismo ariete
sionista que con el paso de las décadas ha tomado el control de la política
exterior de la Unión. Joe Biden no es la excepción a esto y menos aún el
“outsider” Trump, pero cada uno en su momento, anteponen sus intereses
personales cuando buscan llegar al poder. Lo vemos muy claramente hoy, como
ambos se han unido para desplumar al contribuyente estadounidense con la
partida presupuestaria billonaria para financiar las armas de Ucrania, Israel y
Taiwán (https://www.thewaywardrabbler.com/p/the-trump-biden-world-war-iii-bill ).
Con esto en
vista, los ciudadanos estadounidenses pueden dar por seguro que tanto uno como
otro seguirán poniendo sus intereses por encima de sus derechos civiles. Para
lograr esto se han apoyado en ese tan conocido doble rasero.
El truco
del doble rasero en la política estadounidense no es otra cosa que la materialización
de un proceder cínico y mendaz con el cual los políticos suelen escudarse tras
el dicho “lo que hace la mano derecha no lo sabe la izquierda”, nada nuevo para
quienes conocen un poco la historia. Esto es lo que Biden, Blinken y su
gabinete han aplicado para posicionarse en el genocidio que Israel viene
ejecutando sobre la población palestina de Gaza y que hoy se replica en la
ciudad de Rafah (https://spanish.almanar.com.lb/975053 ).
Como cínicamente decía Hitler “queremos paz”, la administración
demócrata de Biden clama ante los medios diciendo que busca un alto al fuego y
por detrás mientras gana tiempo en el foro de Naciones Unidas, corren toneladas
de armas y explosivos para Tel Aviv.
Los
negocios siempre están primero y los electorales en Washington por encima de
todo. Ese es hoy y desde hace varias décadas el espíritu de la democracia en
EEUU y obviamente para los ciudadanos es revulsivamente obsceno. Pero lo que
para el pueblo es malo, no lo es para la elite que es quien maneja todo detrás
de la escena en Washington con lo cual, si alguno de estos títeres (llámense
presidente o periodistas) no hace lo que ellos quieren que hagan pues, tendrán
problemas.
La
administración Biden es socio de un régimen que además de estar matando civiles
con bombas de fabricación estadounidense y usando el hambre como arma, tiene
campos de concentración como el de “Sde Teiman” en el Negev donde se torturan a
hombres y mujeres de formas indescriptibles ¿Qué dicen los medios sobre esto?
Como es imposible ocultarlo, hay algunas menciones pero sus editoriales son
maquilladas para que los hechos a los ojos de la opinión pública no sean tan
aberrantes como lo son en realidad (https://edition.cnn.com/2024/05/10/middleeast/israel-sde-teiman-detention-whistleblowers-intl-cmd/index.html ). La libertad de prensa que garantiza la primera enmienda también es
algo que ya no existe como tal.
Tanto es
así, que no hay que sorprenderse cuando la opinión pública global -aunque se
asombren en Washington- considera al “derecho internacional basado en
reglas” como un invento de EEUU para y único beneficio de su política exterior
y de su pequeña bestia, Israel, aunque hay algunos que ya empiezan a sospechar
que sería a la inversa.
Las
manifestaciones que comenzaron a propagarse por los claustros de todas las
universidades estadounidenses y que han sido violentamente reprimidas por la policía
-incluidos grupos sionistas- confirman esto ¿Dónde está el respeto a ese
supuesto derecho internacional del cual Washington se dice líder?, ¿Es Joe
Biden quien realmente maneja la política exterior de su país? Biden y todo el
Establecimiento se ven atrapados por esa lealtad a un estado que comete crímenes
de guerra y lesa humanidad con total premeditación sin reparar que estos
estudiantes y profesores que son parte de su propio pueblo, rechaza esa inmoral
incondicionalidad.
Pese a las
tergiversaciones de los medios para desacreditarlas apelando al gastado término
“antisemita” instalado por los grupos de presión por-israelíes y por el mismo
Netanyahu, estas manifestaciones nunca han tenido el acusado “antisemitismo”.
Al contrario, son una clara manifestación pacífica de apoyo de una juventud estadounidense
consciente al pueblo palestino, innegablemente semita masacrado sin
contemplación por un estado implantado hace 75 años y dirigido principalmente por
judíos askenazi de origen europeo que hoy tiene fabulosos negocios (traducidos
en 300 mil millones de dólares en impuestos) con la cleptocracia política en
Washington. Entonces debiéramos preguntarnos ¿De qué lado realmente esta ese
antisemitismo?
Cuando esas
manifestaciones comenzaron a trascender las fronteras y fue difícil
invisibilizarlas no cabe dudas que los afiliados a influyentes grupos de presión
como AIPAC dentro del Congreso (que sus colegas de la DAIA buscan emular en
Argentina) pronto levantaron el teléfono y con pánico exclamaron: “Washington
tenemos un problema”!
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