domingo, 24 de abril de 2022

 

“UNA CUESTION DE LENGUAJE”

El conocimiento es poder y en ello el lenguaje juega un papel trascendental. Saber quién trata de manipular una realidad depende de discernir si lo que se dice de una determinada situación se condice con la realidad

 

Por Charles H. Slim

Estamos en una época de cambios radicales en todos los ámbitos de la vida del hombre. Uno de ellos sin dudas es el de la velocidad en la comunicación de las ideas, los conceptos y de la misma realidad de los hechos que ha desatado una serie de consecuencias pisco-sociológicas como son el aumento de las falsas denuncias sobre la base de hechos planificados (Banderas falsas), la censura y últimamente la llamada cultura de la “cancelación” y todo lo que ella conlleva.

El fenómeno de la instantaneidad en la divulgación de la información, propiciada por las redes sociales y la sofisticación de los teléfonos actuales, ha permitido que hechos trascendentes que en otras épocas habría que haber esperado que lo contaran los grandilocuentes y “respetados” medios gráficos, radiales y televisivos de occidente hoy se conozcan en tiempo real tan solo con un “click”.

Hoy la historia no la cuentan solo los triunfadores ni quienes detentan el poder económico y el monopolio de los medios audiovisuales desde el final de la segunda mitad del siglo pasado.

Precisamente desde 1945 hasta finales del siglo pasado la construcción de un mito como lo es la “democracia liberal” y sus bondades han caído al suelo tras comprobarse en que consta esa formulación que durante décadas fue pintada como “única y mejor” al lado de otros sistemas de gobierno por el gigantesco aparato de propaganda como la única y ¿La causa de ello? El dinero y la economía, nada más (como lo vemos en Ucrania hoy).

Desde aquel entonces, la persuasión para generar emprendimientos expansionistas y justificar gastos para solventarlos ha pasado en cómo se utiliza y manipula el lenguaje. Lo mismo para informar sucesos y hechos que no debían ser conocidos directamente por los ciudadanos de cualquier parte del mundo o que eran políticamente incorrectos. La censura explicita y luego velada con eufemismos fue la solución más utilizada hasta finales del siglo XX. Hasta 2001 pocos se atrevían a denunciar conspiraciones y manipulaciones gubernamentales. Mucho menos las atrocidades y los excesos de EEUU durante la “Tormenta del Desierto” en 1991 pero ello se volvió algo común tras ventilarse en 2004 las bestialidades en los asaltos a Faluya, Najaf y las sistemáticas torturas y violaciones que se practicaban en Abu-Graib y una veintena de campos similares en todo Iraq.

El campo de concentración de Guantánamo en Cuba, donde se recluían a musulmanes “sospechados” de estar contra EEUU, es otro ejemplo de cómo se altera el lenguaje para describir mañosamente algunas cuestiones. Aún suele ser denominado “campo de detención” para diluir las arbitrariedades y las violaciones a los derechos humanos que allí se cometían.

El uso y abuso de la palabra “terrorismo” y su incoherente frase “guerra contra el terrorismo” (fabricada por los neoconservadores y sus socios sionistas), quiso ser la excusa para respaldar estas inhumanidades sin advertir que sus propias acciones estaban generándolo. De ese modo y ante lo evidente los abogados de la CIA sugirieron a La Casa Blanca que se usara el término “métodos de interrogación mejorada” para no hablar más de torturas, aunque ello no significara que se dejaran de practicar.

Lo mismo para explicar por qué y quiénes rechazaban a EEUU y Gran Bretaña en los países que habían invadido.

Aquí precisamente Washington y los medios que discurrían su posición no hablaban de “resistencia” sino de “insurgencia”, un detalle semántico que cambiaba la perspectiva del por qué EEUU y Gran Bretaña estaban allí. La resistencia implica el derecho a rechazar una fuerza extraña, mientras que la insurgencia es el levantamiento contra una autoridad, que en los casos aludidos fueron arbitrariamente colocadas por EEUU y la OTAN. Un dato adicional a esto, son los 25.000 efectivos norteamericanos que habrían muerto por efecto de la resistencia iraquí tan solo en la operación de invasión a Iraq (entre el 20 de marzo al 30 de abril de 2003) y que se incrementaría de forma geométrica con cada año de ocupación.

Lo mismo para ejecutar el espionaje masivo y global que usando la excusa del “terrorismo islamista” la NSA (y sus socios del Five Eyes) se dedicó a pinchar las comunicaciones de todo el mundo -incluidos los mandatarios aliados- violentando con ello uno de los preceptos sagrados de la libertad individual como es la intimidad.     

Para describir una situación bélica, de acuerdo a quien sea el emisor dependerá el vocabulario empleado. Lo que sucede hoy en Ucrania y en Mariupol en particular, es el ejemplo más cabal de lo que aquí hemos visto. Washington pese a imponer una censura absurda sobre los medios informativos rusos, no ha logrado controlar el relato. Tal vez haya logrado alinear algunos gobiernos en su política, pero no ha logrado establecer la “verdad suprema” sobre lo que sucede y mucho menos hacer creer el pueril argumento que “Putin tiene una obsesión por destruir a Ucrania y matar civiles”.

Una de las manipulaciones más destacadas se refiere a los supuestos “voluntarios” que acuden a Ucrania a luchar junto a las FAU. Primero que todo, no se trata de voluntarios sino reclutas de la CIA quienes forman parte de grupos que tienen un poder de fuego superior a lo que queda de las FAU. Incluso más. Ningún “voluntario” que llegue a Kiev será admitido sin la supervisión de asesores estadounidenses quienes incluso están a cargo de la SBU (inteligencia) muy entretenidos últimamente en detener a quienes critiquen a Zelensky y el manejo de la situación o expresen algo en favor de Rusia. Es un Deja Vu de lo que sucedió desde 2014. Entonces cabe preguntarse ¿Quiénes realmente están a cargo de las fuerzas ucranianas, los ucranianos? O tal vez nos debiéramos cuestionar ¿Quién realmente gobierna en Kiev?

La “heroica resistencia” de la que hablan los medios occidentales en realidad es parte del accionar de un conglomerado de grupos secretos que tienen el monopolio de la fuerza militar, controlados en última instancia por el Pentágono.

La inconfesable situación que se esconde debajo del complejo de Azovstal es por estas horas objeto de una fuerte operación de manipulación sobre quiénes y por qué se hallan allí. Para los mass media occidentales (anglosajones) allí “resisten miles de civiles inocentes a los violentos bombardeos rusos”. Pero en realidad, quienes se han atrincherado debajo del complejo son los restos de los grupos “banderistas” y de la 36º de Infantería de marina ucraniana acompañados por varios asesores (británicos, estadounidenses y francés) de la OTAN. Su celo tiene un propósito dirigido a impedir que los laboratorios grado 4 capaces de producir el agente biológico “Sars-Cov 2” sean desmantelados o de no quedar otro remedio, destruirlos.

Ha sido por ello que Washington y Londres lanzaron al unísono la conveniente acusación de que Rusia pretendía usar armas químicas. Con ello si la destrucción produjera alguna fuga letal, los anglosajones estarían cubiertos y las culpas recaerían sobre Rusia y todo por una simple pero maléfica forma de acomodar las palabras.

 

 

 

jueves, 21 de abril de 2022

 

“EL FRACASO DE LA COSMOGONIA OCCIDENTAL”

¿Cuáles son las pérdidas de EEUU por su injerencia en la situación de Ucrania? Cuando vivir de la imagen no alcanza

Por Charles H. Slim

En la actualidad y en el futuro entrante, hablar de Occidente y de Oriente no tiene el mínimo sentido sino es para orientarse en un mapa. Pero desde el punto de vista de la geopolítica, acudir a estos términos y en especial como lo pretende seguir haciendo el “occidente anglosajón” (EEUU y Gran Bretaña) es claramente un anacronismo tan senil como el actual mandatario en Washington.

Más allá del relato de los medios occidentales, las cosas han salido muy mal no solo al régimen de Volodymyr Zelensky sino también, para sus patrocinadores en esta aventura. Para empezar, quienes en primera instancia acusan este fracaso son norteamericanos y británicos quienes desde antes del golpe del Maidán en 2014 ya venían trabajando dentro de Ucrania para establecer la infraestructura necesaria para la malograda instalación de la OTAN. A pesar de los continuos llamados de Moscú para detener esta empresa, desde Washington y Bruselas se desoyeron los reclamos por el simple hecho de que no creían posible una reacción como la que hoy está llevando adelante Rusia.

Sus fracasos se pueden medir en toda la línea ya que van desde el intento de convencer masivamente el mundo sobre una versión maniquea y simplona de “ucranianos buenos y rusos malos”, pasando por sus fracasos militares corroborados por sus propios actores hasta la puesta en evidencia de lo contraproducente que ha sido, aplicar sanciones masivas que han terminado volviendo como un bumerang sobre las economías de EEUU y la UE.

Todas estas incidencias evidencian el fracaso de una cosmovisión que tuvo su inicio y pináculo en Septiembre de 1991 cuando el entonces presidente de los EEUU George H. Bush declaro ante el Congreso el inicio del “Nuevo Orden Mundial” y desde ese mismo entonces ha venido decreciendo en intensidad y gradualidad. Hoy parece que le ha tocado a Joe Biden cerrar este círculo de declive propiciado y acelerado por sus propias medidas que son causa y motivo de una inflación en alza, una desocupación sin solución de continuidad y el desabastecimiento de todo tipo de materias primas para reactivar una industria que ya estaba parada.

En este aspecto, EEUU pierde posiciones frente a la potencialidad comercial de China quien a diferencia de la cosmovisión hegemónica de Washington, persigue el desarrollo de un capitalismo “win win” (ganar-ganar) donde para que alguien prospere no debe arruinarse otro. Con ello advertimos el fracaso de una filosofía anglosajona mezquina que sustancia un capitalismo en decadencia.

En lo político y militar Biden comparte su fracaso con su par británico Boris Johnson quien éste último a pesar de pretender dar un golpe de efecto publicitario con su visita a Kiev, no ha podido eludir el fastidio y la humillación que ha representado la disolución de la “Legión internacional” de mercenarios extranjeros, quienes junto a los batallones neonazis “Azov” coordinados por la CIA y el MI6, fueron aplastados en Mariupol en donde las tropas rusas capturaron entre otros a dos mercenarios británicos quienes al día de hoy ruegan para su liberación.

Sobre la situación allí, el último reducto de las FAU y asesores de la OTAN ocultos bajo los niveles de la acería de Azovstal saben que no hay modo de salir con vida ya que, si no se rinden morirán a manos de los rusos. Si se rinden dejarían intactas las instalaciones y laboratorios de armas químicas y biológicas montadas por EEUU representando ello una muerte segura a manos de los “demócratas occidentales” quienes no quieren testigos de este embarazoso asunto.

Para peor sus vasallos de la segunda línea de la OTAN (de Europa del Este) han sido descubiertos proporcionando -entre otros- aviones SU-24; SU-27 e incluso aviones MIG-29 de la era soviética para Ucrania. Rumania parece ser el refugio de bases con estos aviones con insignias ucranianas desde donde salen para atacar a las tropas rusas. Los nervios de los gobernantes rumanos en Bucarest comienzan a tensarse ante la posible y dura respuesta de Rusia con ataques puntuales con sus misiles “Onix” y “Iskander” que podrían deshabilitar en un par de horas sus aeródromos fronterizos. Sin dudas que ello es causa de discusiones con los opositores quienes increpan a su primer ministro Nicolae Ciuca (un atlantista incodicional) reclamándole ¿Habrá recompensa por este sacrificio?

Lo cierto es que, las maniobras de Washington y la OTAN revelan que Putin no estaba equivocado al predecir las intenciones de estos actores y sino ¿Por qué Biden han ordenado conceder un gasto de 800 mil millones de dólares en armamento a Ucrania y autorizar a otros países a entregar armamento pesado?, ¿Por la libertad y la democracia?  Hay demasiado que perder en lo estratégico para los anglosajones y aunque los medios digan otra cosa, Rusia le ha arrebatado esa oportunidad y ha demostrado con claridad cuáles fueron sus objetivos.

La demostración de que Rusia nunca tuvo interés de tomar Kiev quedo clara con el repliegue estratégico hacia el Donbass donde las milicias independentistas de Donetsk y Lugansk van ganando además del apoyo de las poblaciones[1], terreno en puntos estratégicos como Kharkov y Nikolaev.

Al contrario de lo esperado por “occidente” Vladimir Putin no ha sucumbido a las presiones generadas por las (ilegales) sanciones comerciales y financieras masivas demostrando que además del temple, aún conserva capital político y un plan económico alternativo en funcionamiento que -para la desgracia de Washington- puede convertirse en una alternativa global.

Por el contrario Joseph Biden y su administración se hallan bajo la creciente presión (interna y de sus socios europeos) causada por sus propias medicinas financieras. El único consuelo que le queda a Biden y al Stablishment que lo secunda, es mantener en el tiempo el conflicto y de esa forma intentar desgastar a Rusia y al gobierno de Putin. Hoy esto es una ilusión que tal vez EEUU pudo explotar en el pasado aprovechándose de países pequeños y aislados (Iraq y Libia), pero a la luz de una cada vez más informada y crítica opinión pública que lee entre líneas lo que su Corporación mediática divulga y las renuencias de muchos gobiernos a colaborar en estos delirantes planes, hace que esa cosmovisión hegemónica se caiga como un telón polvoriento que precisamente se viene abajo por el peso de la mugre que soporta.

martes, 19 de abril de 2022

 

“JUDEIZASION

DE JERUSALEM”

Pascuas, agresiones y provocaciones de un estado que no respeta los derechos humanos ni reconoce la ley internacional

Por Pepe Beru

Contrariamente a lo que la prensa y muchos en occidente piensan, Donald Trump ha sido muy beneficioso para algunos, en particular con Israel contribuyendo a que logre impulsar sin el menor reparo y escrúpulo su expansión territorial sobre Palestina a través de toda clase de métodos incluidos por supuesto los brutales sin medir las consecuencias que ello trae a la paz. El ilegitimo reconocimiento que hizo Donald Trump de Jerusalem[1] como capital del estado de Israel ha sido uno de esos hechos que sin dudas es una bisagra en la extensa historia de arbitrariedades de esta entidad y el puntapie para lanzar una sistemática campaña de “judeización” forzosa de toda la ciudad[2].

Para lograrlo cuentan con la histórica complicidad del Conglomerado de medios de occidente (acaparado por cuatro Holdings)[3] que a diferencia de los medios orientales (salvo deleznables excepciones), desvían deliberadamente lo que allí sucede centrándose en situaciones como las que actualmente ocurren en Ucrania.  

El asalto perpetrado el sábado 16 de abril último por parte de fuerzas policiales y de colonos extremistas judíos sobre la Mezquita de “Al Aqsa”[4] es una postal que no es nueva para los musulmanes palestinos pero que comienza a ser una vivencia real para los cristianos quienes también están siendo forzados a cerrar sus iglesias en favor de los intereses inmobiliarios judíos[5].

Justamente en estas fechas coincidieron las celebraciones religiosas de las tres grandes religiones monoteístas que tienen a Jerusalem como su ciudad emblema y en la cual, Dios a través de sus profetas les reveló la verdad para sus pueblos, vuelve a ser el escenario de represión y provocación que solo trae más odio y muerte. Hasta la instauración del estado de Israel en 1948 la paz entre las comunidades era la regla, pero eso cambió a partir de entonces.

Entre el 15 y el 17 de abril una fuerza de aproximadamente 500 militares israelíes, usando gases y armas de fuego ingresaron por los patios de la Mezquita y asaltaron el templo en momentos que los fieles musulmanes rezaban. Estas acciones provocativas que no son una novedad y que fueron inauguradas por Ariel Sharon en Septiembre del 2000[6] (aplaudidas por los sionistas y sus lobistas en EEUU) y que se han ido repitiendo de forma alternada -y claramente planificada- con el paso de los años, es sin dudas una parte de la política colonialista sionista que busca excusas para utilizar la fuerza y desalojar de forma definitiva a los musulmanes de este lugar sagrado.

Testigos presenciales que vieron el accionar de los sionistas pudieron ver como tras abalanzarse y abriéndose paso a fuerza de balas de goma y golpes de bastón arrestaron brutalmente a tres jóvenes palestinos y golpeaban salvajemente a mujeres árabes frente a sus hijos. Los ancianos palestinos también fueron blanco de estos enmascarados quienes no dudaron en golpearles y sacarlos a empellones del lugar. No satisfechos con esto, tumbaron las puertas del templo y cometieron todo tipo de desmanes (como lo han hecho en el pasado) profanando de forma intensional las instalaciones. El saldo de esta nueva provocación sionista alcanzó a unos 152 palestinos heridos y un niño muerto. Se esperara que tanto la Liga árabe como Naciones Unidas hagan cuando menos una declaración de condena.

Una madre palestina llorando tras haber visto con impotencia como las fuerzas israelíes se llevaban a su hijo. Una postal que los palestinos ven desde 1948

Este año coincidieron la Pascua cristiana, el “Pesaj” judío y el Ramadán islámico con lo cual estos luctuosos eventos no pudieron ser pasados inadvertidos por los medios occidentales, acostumbrados a ocultar estas violaciones de los derechos humanos del estado israelí. En esta oportunidad la situación en Ucrania ha sido la excusa para los medios y sus periodistas para tapar la situación en Jerusalem. Lamentablemente esto no asombra. Son los mismos que hacen una gran tragedia discursiva sobre lo que hoy sucede en Ucrania pero que no mencionan lo que sucede en Palestina. Son aquellos que confunden el “querer a los judíos” con tolerar las vilezas que cometen los sionistas y sus simpatizantes (como los agresores que quemaron ejemplares del Corán en Suecia)[7] quienes utilizan aquella condición para escudarse en el tan blandido antisemitismo.  

Pero siempre es importante recordar, que la población árabe-palestina es semita y que lo que hacen las fuerzas y los extremistas israelíes (en su mayoría de origen europeo, sajones y latinos) son claros crímenes con ese tinte antisemita.

Bajo estas circunstancias no puede haber una celebración feliz ni para cristianos, judíos de bien ni mucho menos para los musulmanes, quienes deben tolerar estas brutalidades contra los hermanos palestinos y sus santos lugares, profanados con total impunidad y a la vista de las instancias judiciales internacionales que se conmueven para cuestiones que casualmente interesen a Washington ¿No es algo raro? Sin lugar a dudas que los políticos y los empresarios de occidente (y de Argentina en particular) palmean a los sionistas con agrado y hacen la vista a otra parte ante estas aberraciones ya que además de hipócritas son sin saberlo (por la crasa ignorancia de la que algunos pecan), los vuelven islamófobos y verdaderamente antisemitas.


Fotografías que retratan cómo quedo el interior de la Mezquita Al Aqsa tras la incursión de las fuerzas israelíes. “Pese a los daños que causaron los israelíes lo arreglaremos todo y pronto reabriremos la mezquita” dijo uno de los encargados que dirigió los trabajos.  

El sionismo es el “nacionalismo judío”, ni más ni menos, que ha desbarrancado por senderos tan oscuros que no se diferencia en nada a otros ultranacionalismos pasados y actuales. Sus acciones hablan de su naturaleza nada democrática. Por el contrario, hay muy buenas migas entre los sectores ultranacionalistas y sino porque no le preguntan a Benjamín Netanyahu o cualquiera de sus predecesores la tan excelente relación con dictadores africanos y latinoamericanos, con el turco Tiyip Erdogan, nacionalistas de la Europa del este como Orban o los que tumbaron al gobierno de Poroshenko de Ucrania en febrero de 2014.

Como lo hemos dicho anteriormente, los políticos que conducen Israel son tan pragmáticos y oportunistas como los políticos de cualquier otro estado salvo por una diferencia, y es ella es la conflictiva situación a la que se ven sometidos. Si para justificar su presencia sigue siendo un tema de discusión aún dentro de su comunidad, justificar las torturas, los bombardeos, el robo y las usurpaciones territoriales para extender sus dominios es una tarea titánica.     

Deliberadamente mezclan lo religioso con lo político y de esa manera han tratado de censurar las incontables acciones criminales que dicho estado y sus agentes vienen cometiendo sin parar contra la población palestina. Los sionistas europeos que fundaron este estado creyeron que podrían aplastar a los nativos árabes con los viejos trucos de sus aliados y benefactores coloniales (británicos y franceses) pero han pasado más de setenta años en ese intento y no lo han logrado. Y a pesar de que han contado desde aquellos inicios con el monopolio de los medios (periódicos, Tv y el Cine -Hollywood-) con los cuales ocultar y deformar la realidad, hace tiempo que lo han perdido.

Israel es como un perro rabioso que además está ciego. Y aunque su dueño (EEUU) cree que tiene la correa para controlarlo hace tiempo que se dio cuenta que no puede hacerlo ya que lo ha mordido a él mismo en varias ocasiones, aunque no quiera reconocerlo.   

Con estas violaciones a los derechos humanos por un estado policial como Israel, que usa la manipulación en cada paso que da por el miedo que albergan en sus propios dirigentes al ser descubiertos en sus intenciones, a nadie le caben dudas y eso implica a los judíos de bien que no albergan esa idea venenosa del supremacísmo que discurre el sionismo y que enseñan en sus colegios estatales, que Dios no ha llamado a nadie a estar por encima de otro y que todos en esta tierra (para mal que les pese a los racistas) somos parte de la misma familia.  

  




[1] REUTERS.com. Trump recognizes Jerusalem as Israel's capital, reversing longtime U.S. policy, dec. 6, 2017, https://www.reuters.com/article/us-usa-trump-israel-idUSKBN1E01PS

[3]  Los más destacados son: Walt Disney, Time Warner Inc, Viacom/CBS controlados por la familia de banqueros judíos Rosthchild, y 21st Century Fox (con su subsidiaria News Corporation liderada hasta 2012 por Rupert Murdoch, despúes de que dejara la empresa por las escuchas a grandes personalidades través de su medio ¨News of the World¨). 21st Century Fox está dirigida por lobbies sionistas y el sector bancario (JP Morgan, Elliot Associates L.P., Invesco Ltd, Waddell & Reed Financial Inc. y Deutsche Bank AG).

[4] HISPANTV.com, “Crecen temores de otra invasión israelí”: Los palestinos en alerta”, 17 de abril de 2022, https://www.hispantv.com/noticias/palestina/541275/ivasion-israel-alquds-gaza 

[5] Elpaís.com. Israel abre la vía de la okupación en el barrio cristiano de Jerusalén, JUAN CARLOS SANZ

Jerusalén - 15 ABR 2022. https://elpais.com/internacional/2022-04-15/israel-abre-la-via-de-la-okupacion-en-el-barrio-cristiano-de-jerusalen.html

[6] nytimes.com, Sharon Touches a Nerve, and Jerusalem Explodes, By Joel Greenberg

Sept. 29, 2000, https://www.nytimes.com/2000/09/29/world/sharon-touches-a-nerve-and-jerusalem-explodes.html

domingo, 17 de abril de 2022

 

“EL DESFILADERO DE LOS EGOS”

¿Qué tan lejos llegara EEUU y la OTAN en sus planes por demostrar que extenderán la guerra contra Rusia hasta la última gota de sangre de los europeos?


Por Charles H. Slim

La noticia sobre el presunto ataque naval contra el buque insignia “Mockva” de la Armada rusa en aguas de Ucrania sin dudas fue un sacudón para el Kremlin, pero también para las expectativas de un alto al fuego y reanudación de las conversaciones.

Supuestamente un misil “Neptune” de fabricación ucraniana disparado desde un punto no precisado de la costa ucraniana habría sido el causante del incidente. Pero para algunos especialistas la posibilidad de que ello hubiera sido el motivo de las explosiones registradas en el buque no concuerda con el ataque de un vector antibuque. Por lo pronto un bombardeo devastador con misiles “Kalbir” contra la planta “Vizar” donde se ensamblan estos misiles, ubicada en los suburbios de Kiev ha sido sin dudas una devolución del “ojo por ojo”.

Como haya sido que ocurrió esto, todo apunta a occidente ya que ¿Quiénes son los que apoyan y sostienen al régimen ucraniano? Ya no hay forma de tapar la participación de la OTAN en el terreno y eso va más allá del armamento y de milicias proxy con mercenarios pagos insertadas en todo lo que va del conflicto.

Tras la captura de más de 1000 marinos ucranianos y otros elementos extranjeros en el puerto de Mariupol, el anuncio del Subjefe de la Comisión Rusia Unida Andrei Klimov afirmando la captura de varios elementos de la OTAN viene a confirmar la amplia participación de occidente en las acciones hostiles contra las tropas rusas. Pero tras los incidentes en ciudades rusas fronterizas estarían dando la pauta de incursiones de saboteadores dirigidos por miembros de la organización atlántica ¿Qué consecuencias traerá esta osadía? Deberemos esperar al desarrollo de los acontecimientos.

Sobre estas incursiones el vocero del ministerio de Defensa de la Federación Rusa advirtió que de continuar con estas acciones las fuerzas armadas rusas destruirán su Cuartel General de Operaciones de Sabotaje en Kiev, recordando que la capital no era uno de los objetivos de la operación.

Desde el inicio de la Operación Especial la OTAN ha estado involucrada de una u otra forma en las hostilidades, la principal hasta el momento era la de enviar desde Polonia y Rumania de forma camuflada como ayuda humanitaria, armamento y equipos a las fuerzas ucranianas lo que de por sí representa una participación en las hostilidades.

La situación se está yendo por sendas resbalosas que podrían desatar la peor de las pesadillas: Una confrontación nuclear. EEUU y Gran Bretaña están replicando sus implicancias tal como lo hicieron en Afganistán en la década de los ochentas prestando ayuda militar y financiera a las guerrillas afganas que organizadas por la CIA en Madrazas y Universidades pakistaníes terminarían formando al “Talibán”.

De aquel involucramiento no debemos olvidar que Washington puso en el terreno a su arma secreta “Al Qaeda” (una creación de la CIA) bajo la dirección del activo saudita Osama Bin Laden quien más tarde en 2001 sería usado como chivo expiatorio tras los ataques del 11/S.

En las actuales circunstancias de Ucrania es muy posible que un engendro similar salte a la palestra en breve. Para ello, el papel de los medios occidentales ha sido y sigue siendo de vital importancia para demonizar a Rusia, tal como hicieron con el Islam y el mundo árabe-islámico. Por lo pronto no es un secreto el accionar de grupos irregulares de mercenarios extranjeros convocados por el entorno de Zelensky y coordinados por Washington y la OTAN están participando en el terreno. Incluso uno de estos grupos estaría compuesto por miembros del ISIS quienes tras haber asolado Iraq en 2014 más tarde y de manera sorpresiva (tras la caída de Mosul en 2017) “fueron trasladados” a Afganistán.

No hay que olvidar en que consistió la táctica de usar grupos extremistas como “Al Qaeda” y el “ISIS”. Si Washington y sus aliados están tratando de recrear engaños similares sin dudas buscaran fracturar a la sociedad y la identidad eslava presente en Eurasia apelando a generar focos de subversión gradual contra las autoridades de la Federación hasta llegar a la violencia extremista con el uso del terrorismo. Con las sanciones económicas, congelamientos y las confiscaciones de bienes rusos en bancos extranjeros apunta precisamente a crear las condiciones ideales para violentar a la sociedad contra su gobierno.

Obviamente que para potenciar el descontento social, células de agitadores y terroristas han estado preparando ataques en suelo ruso tal como lo han documentado varios operativos y redadas de la FSB que han logrado desarticular este tipo de grupos. Sin dudas que el Kremlin ya está al tanto de quienes son los que están detrás de todo esto y ello no aporta en nada a lograr pacificar la situación.

Los anglosajones, quienes son los más interesados (y tal vez los únicos) en desacreditar al presidente Vladimir Putin y con ello desestabilizar a Rusia no están para nada preocupados por las consecuencias de una extensión de la guerra ya que, al parecer los europeos son su escudo si esto empeorara. No es de extrañar que empiecen a aparecer agrupaciones “pro-rusas” que golpeen en Europa e incluso en EEUU. Claramente está en manos de los ciudadanos europeos (no sus gobiernos) tomar consciencia de la posición de rehenes en la que EEUU y la OTAN los están colocando. A diferencia de la “guerra fría”, hoy aquel juego consensuado entre ambas superpotencias ya no existe con peligro de descontrolarse.

Si eso ocurriera ¿Cuáles serían los escenarios posibles? Sin lugar a dudas serían los peores y claramente a los anglosajones lejos de preocuparles, no les importa.