jueves, 21 de abril de 2022

 

“EL FRACASO DE LA COSMOGONIA OCCIDENTAL”

¿Cuáles son las pérdidas de EEUU por su injerencia en la situación de Ucrania? Cuando vivir de la imagen no alcanza

Por Charles H. Slim

En la actualidad y en el futuro entrante, hablar de Occidente y de Oriente no tiene el mínimo sentido sino es para orientarse en un mapa. Pero desde el punto de vista de la geopolítica, acudir a estos términos y en especial como lo pretende seguir haciendo el “occidente anglosajón” (EEUU y Gran Bretaña) es claramente un anacronismo tan senil como el actual mandatario en Washington.

Más allá del relato de los medios occidentales, las cosas han salido muy mal no solo al régimen de Volodymyr Zelensky sino también, para sus patrocinadores en esta aventura. Para empezar, quienes en primera instancia acusan este fracaso son norteamericanos y británicos quienes desde antes del golpe del Maidán en 2014 ya venían trabajando dentro de Ucrania para establecer la infraestructura necesaria para la malograda instalación de la OTAN. A pesar de los continuos llamados de Moscú para detener esta empresa, desde Washington y Bruselas se desoyeron los reclamos por el simple hecho de que no creían posible una reacción como la que hoy está llevando adelante Rusia.

Sus fracasos se pueden medir en toda la línea ya que van desde el intento de convencer masivamente el mundo sobre una versión maniquea y simplona de “ucranianos buenos y rusos malos”, pasando por sus fracasos militares corroborados por sus propios actores hasta la puesta en evidencia de lo contraproducente que ha sido, aplicar sanciones masivas que han terminado volviendo como un bumerang sobre las economías de EEUU y la UE.

Todas estas incidencias evidencian el fracaso de una cosmovisión que tuvo su inicio y pináculo en Septiembre de 1991 cuando el entonces presidente de los EEUU George H. Bush declaro ante el Congreso el inicio del “Nuevo Orden Mundial” y desde ese mismo entonces ha venido decreciendo en intensidad y gradualidad. Hoy parece que le ha tocado a Joe Biden cerrar este círculo de declive propiciado y acelerado por sus propias medidas que son causa y motivo de una inflación en alza, una desocupación sin solución de continuidad y el desabastecimiento de todo tipo de materias primas para reactivar una industria que ya estaba parada.

En este aspecto, EEUU pierde posiciones frente a la potencialidad comercial de China quien a diferencia de la cosmovisión hegemónica de Washington, persigue el desarrollo de un capitalismo “win win” (ganar-ganar) donde para que alguien prospere no debe arruinarse otro. Con ello advertimos el fracaso de una filosofía anglosajona mezquina que sustancia un capitalismo en decadencia.

En lo político y militar Biden comparte su fracaso con su par británico Boris Johnson quien éste último a pesar de pretender dar un golpe de efecto publicitario con su visita a Kiev, no ha podido eludir el fastidio y la humillación que ha representado la disolución de la “Legión internacional” de mercenarios extranjeros, quienes junto a los batallones neonazis “Azov” coordinados por la CIA y el MI6, fueron aplastados en Mariupol en donde las tropas rusas capturaron entre otros a dos mercenarios británicos quienes al día de hoy ruegan para su liberación.

Sobre la situación allí, el último reducto de las FAU y asesores de la OTAN ocultos bajo los niveles de la acería de Azovstal saben que no hay modo de salir con vida ya que, si no se rinden morirán a manos de los rusos. Si se rinden dejarían intactas las instalaciones y laboratorios de armas químicas y biológicas montadas por EEUU representando ello una muerte segura a manos de los “demócratas occidentales” quienes no quieren testigos de este embarazoso asunto.

Para peor sus vasallos de la segunda línea de la OTAN (de Europa del Este) han sido descubiertos proporcionando -entre otros- aviones SU-24; SU-27 e incluso aviones MIG-29 de la era soviética para Ucrania. Rumania parece ser el refugio de bases con estos aviones con insignias ucranianas desde donde salen para atacar a las tropas rusas. Los nervios de los gobernantes rumanos en Bucarest comienzan a tensarse ante la posible y dura respuesta de Rusia con ataques puntuales con sus misiles “Onix” y “Iskander” que podrían deshabilitar en un par de horas sus aeródromos fronterizos. Sin dudas que ello es causa de discusiones con los opositores quienes increpan a su primer ministro Nicolae Ciuca (un atlantista incodicional) reclamándole ¿Habrá recompensa por este sacrificio?

Lo cierto es que, las maniobras de Washington y la OTAN revelan que Putin no estaba equivocado al predecir las intenciones de estos actores y sino ¿Por qué Biden han ordenado conceder un gasto de 800 mil millones de dólares en armamento a Ucrania y autorizar a otros países a entregar armamento pesado?, ¿Por la libertad y la democracia?  Hay demasiado que perder en lo estratégico para los anglosajones y aunque los medios digan otra cosa, Rusia le ha arrebatado esa oportunidad y ha demostrado con claridad cuáles fueron sus objetivos.

La demostración de que Rusia nunca tuvo interés de tomar Kiev quedo clara con el repliegue estratégico hacia el Donbass donde las milicias independentistas de Donetsk y Lugansk van ganando además del apoyo de las poblaciones[1], terreno en puntos estratégicos como Kharkov y Nikolaev.

Al contrario de lo esperado por “occidente” Vladimir Putin no ha sucumbido a las presiones generadas por las (ilegales) sanciones comerciales y financieras masivas demostrando que además del temple, aún conserva capital político y un plan económico alternativo en funcionamiento que -para la desgracia de Washington- puede convertirse en una alternativa global.

Por el contrario Joseph Biden y su administración se hallan bajo la creciente presión (interna y de sus socios europeos) causada por sus propias medicinas financieras. El único consuelo que le queda a Biden y al Stablishment que lo secunda, es mantener en el tiempo el conflicto y de esa forma intentar desgastar a Rusia y al gobierno de Putin. Hoy esto es una ilusión que tal vez EEUU pudo explotar en el pasado aprovechándose de países pequeños y aislados (Iraq y Libia), pero a la luz de una cada vez más informada y crítica opinión pública que lee entre líneas lo que su Corporación mediática divulga y las renuencias de muchos gobiernos a colaborar en estos delirantes planes, hace que esa cosmovisión hegemónica se caiga como un telón polvoriento que precisamente se viene abajo por el peso de la mugre que soporta.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario