miércoles, 13 de julio de 2022

 

“ARGENTINA SE VENDE ¿QUIÉN PODRIA COMPRARLA?”

Una vez más la Argentina se halla al borde del abismo solo que en esta oportunidad las circunstancias globales empeoran su situación y como sucede cíclicamente, no hay dinero ni asistencia que pueda llegar de afuera  ¿Sobrevivirá el actual gobierno a esta tempestad?

 

Por Charles H. Slim

La crisis económico financiera de alcance global también afecta a la Argentina y aunque parezca una redundancia, su caso tiene matices propios que la agravan. Antes de la pandemia y la guerra en Eurasia la Argentina ya venía soportando una crisis económica y política de índole estructural. Para peor, su situación se agrava por el coma político de su clase dirigencial sospechada de izquierda a derecha de corrupción e ineptitud.

El mundo esta cambiando de forma vertiginosa pero la Argentina permanece bajo los mismos parámetros del quietismo político de una clase política acomodaticia y demagógica alimentado por la abulia y esquizofrenia de su pueblo. Pero eso no es una virtud claramente, es una pésima señal de que las cosas pueden ir de mal en peor si su clase política no atiende a las señales externas.

Los levantamientos en Sri Lanka podrán verse lejos en la distancia pero para nada en lo conceptual referido al hartazgo de los pueblos que se han cansado de soportar gobiernos y a sus funcionarios viviendo en una dimensión paralela lejos de las vicisitudes del común de los mortales. Ese hartazgo se huele en el aire y la paciencia de los simples ciudadanos de a pie parece haberse agotado. La salida de Boris Johnson por la puerta de servicio de Downing Street solo ha sido el fusible que protegió a un sistema político corrupto y criminal como el británico ¿Cuánto podrá durar este sistema? Los límites ente la tolerancia y el respeto a la ley se han difuminado y los medios de cómo expresar el descontento y llevar adelante esas iniciativas alcanzan sitiales nada deseados. El asesinato del ex mandatario japones Shinzo Abe a plena luz del día y ante miles de testigos -más allá de los verdaderos intereses que se ocultan detrás- pone el acento sobre esto y viene a mostrar a los políticos que no están seguros en ninguna parte.

El mismo mensaje esta dirigido a Joe Biden y la pléyade de neoconservadores (instigadores de la guerra perpetua) que lo secundan en la estupidez sobre Ucrania quienes por intermedio de la corporación de medios siguen hablando de democracia, libertades y humanidad cuando en sus propias calles hay policías que violan los derechos civiles y al mismo tiempo rondan psicópatas armados que cometerán masacres sin sentido alguno ¿Democracia?

Argentina no se escapa a esta dinámica. A la inseguridad política se le suma la jurídica que es una constante que perpetua las desigualdades sociales que ya no se toleran. El presidente argentino Alberto Fernández ya no soporta la presión del imperio de la realidad y para ello, su propia vice Cristina Fernández (procesada en varias causas judiciales) parece decidida a sacrificarlo para salvar su propia cabeza si todo se desmorona. El desmanejo uqe se vine viendo de la economía que lleva al país a una posible hiperinflación augura este final.

Sin el menor peso político y sin la más mínima entidad del gobierno, el estado argentino simplemente se halla a la deriva en el mar picado de la geopolítica internacional. Con un gobierno ineficiente y desorganizado que administra un estado canibalizado dirigido por un presidente sin poder, el país ha desperdiciado la oportunidad de capitalizar la falta de fertilizantes, materias primas y de energía que escasean en Europa tras las locas y contraproducentes sanciones emitidas por los EEUU (y seguidas por la UE) contra Rusia.

Una vez más, la oportunidad histórica toco a la puerta de Buenos Aires pero los burócratas de turno la han vuelto a desperdiciar. Y las razones de ello se deben a varias décadas de dejadez, corrupción y clientelismo que ha podrido a las ramas del estado entre ellas, su sistema productivo y logístico comercial. La falta de planes estratégicos para el desarrollo, explotación y exportación de sus propios recursos (ganaderos, agrarios, petrolíferos y gasíferos) es una parte importante de esta situación. Recién hoy los funcionarios ministeriales -en el marco de escases internacional- caen en cuentas de la urgente necesidad y conveniencia de contar con una flota mercante tecnológicamente acondicionada para poder competir en las actuales circunstancias y de la indefensión de sus mares del sur (por la destrucción de las FFAA), depredados impunemente por flotas extranjeras que pagan tributo a los isleños británicos en Malvinas.

El problema con esta repentina preocupación es que es solo una actuación demagógica pero nada más. Además, llega tarde y siendo muy optimistas, el país podría resolver estas falencias estructurales cuando menos en veinte años y ello, si (además de desligarse del lazo británico) se mantiene la constancia y una política de estado coherente.

Su administración política gobernante es tan inconsecuente y patética como su oposición. Los denominados partidarios del campo “nacional y popular” no son diferentes a los anglófilos y los sionistas de la oposición estos últimos buscando emular a sus tétricos correligionarios del norte (AIPAC; IAF; CUFI). En teoría los primeros se alinean con Rusia, China y el mundo islámico aunque solo de forma retórica, mientras que los segundos, con estrechas vinculaciones -ideológicas, culturales y económicas- con EEUU, Gran Bretaña e Israel les facilita los planes a esos estados para desplegar en el país y la región sus intereses.

Ambos han vendido al país, aunque a diferentes intereses, ambos se han servido de las cajas y de las instituciones del estado para fines que no beneficiaron al país. Los primeros, aunque se los pretenda asociar a Rusia y a los sectores de la resistencia global, no califican ni en sueños para esa relación ya que solo son meros estafadores y charlatanes que han depredado el estado bajo el argumento pobrista de una igualdad social que nivela hacia abajo y los segundos, que se presentan como “demócratas” y “civilizados”, los “liberales”, llenan sus bolsillos gracias a los servicios que prestan a los usureros y especuladores de la banca en Wall Street y La City londinense.

En resumen de cuentas, por un lado tenemos una troupe de aventureros populistas (de izquierda y derecha) y a chacales atlantistas por el otro disputándose los despojos del estado de un país con mucho potencial.

Son claramente extremos de una realidad política que no es ajena a la Argentina, pero que aquí se manifiesta de forma clara y grosera. Una pequeña metrópoli como Buenos Aires en manos de estas tendencias anglófilas manejando un enorme territorio de 23 provincias con diversidades, potencialidades y riquezas es algo que no llevó ni llevará a ninguna parte y si la frágil unidad política quiere mantenerse, habría que comenzar a descentralizar ese poder omnímodo que tiene una urbe parcialmente cosmopolita -con algunas embajadas influyentes- que tiene sus ojos y sus intereses puestos  afuera.

 

domingo, 10 de julio de 2022

 “REABRIENDO OTRO FRENTE”

¿Por qué las últimas agresiones de Israel contra Siria no son al azar ni una casualidad? Tel Aviv pretende sacar ventajas con un nuevo frente bélico en la región favoreciendo a la OTAN ¿Dónde estará el Consejo de Seguridad?

 

Por Ali Al Najafi

Las acciones bélicas en Ucrania habían acaparado hasta hace un mes la atención de la opinión pública y ello no es casual. Los medios de occidente se habían encargado de saturar el aire con informes hasta que las cosas para la OTAN comenzaron a salir mal y trasmitir tantas mentiras era un suicidio a la poca credibilidad con la que cuentan. Este escenario en la entrada a Europa ha servido para distraer la atención en beneficio de otros actores con los mismos intereses que los de la OTAN, y fue por eso que pusieron a rodar sus propios planes con la connivencia y cooperación de Washington y Bruselas.

La escandalosa salida del bufón despeinado de Downing Street 10 ha sido sin dudas una muy buena cortina de humo para seguir distrayendo a la opinión pública de estos planes pero, no por mucho tiempo.

Washington y Bruselas necesitan una distracción estruendosa y la necesitan pronto y para eso tienen a un socio experto.

Repitiendo una vieja costumbre y henchido de impunidad, Israel atacó el sábado pasado instalaciones en la provincia siria de Tartus lo que representa una nueva agresión contemplada en la Carta de Naciones Unidas en el Capítulo VII. Pero no es la única y lamentablemente creemos no será la última. Tel Aviv solo actúa por la carta blanca que tiene desde Washington para escapar a cualquier consecuencia legal por acciones criminales cometidas tanto dentro (con el encubrimiento del asesinato de la periodista palestina Shairin Abu Akle) como fuera de sus inexistentes fronteras.

“El asesinato de la periodista estadounidense de origen palestino Shairin Abu Akle fue una demostración de la impunidad con la que cuenta Israel y que se ha visto potenciada con el encubrimiento que se ha impulsado desde Washington”

Más allá de la impunidad del estado judío hay que cuestionarse ¿Cuáles son los propósitos reales que siguen estos ataques que amenazan a las tropas rusas?

El ataque del sábado 2 de julio que causo civiles heridos y la destrucción de algunas instalaciones al sur de Tartus, volvió a reeditar esta acostumbrada conducta desaprensiva y claramente terrorista. La agresión fue llevada a cabo con misiles lanzados desde el espacio aéreo libanés, una táctica que (violando su espacio aéreo) viene siendo usada por los aviones israelíes para escapar a los sistemas antiaéreos sirios y rusos.

Estas jugarretas sucias de Israel y sus operaciones oscuras (que de costumbre son silenciadas en los medios) no solo ponen en vilo a los ciudadanos sirios sino también a los libaneses quienes aún están esperando explicaciones tangibles y creíbles de la nada accidental explosión en el puerto de Beirut ocurrida en agosto del 2020.

La violación de la ley internacional no es algo nuevo para Israel. El rosario de violaciones a las soberanías de otros países es largo. Desde que comenzó la agresión contra Siria en 2011, los israelíes no perdieron oportunidades para buscar dañar al gobierno de Bashar Al Assad hasta que el presidente Vladimir Putin tomo la determinación de involucrarse en la región para apoyar a Damasco en su lucha contra el terrorismo adiestrado por la CIA y sus colegas en la región como el MIT turco (principal socio en la aparición y preparación del ISIS).

Este ataque fue rápidamente condenado por Moscú. Fue así que la vocera María Zakharova enfatizó que la agresión israelí en curso en tierras sirias es “totalmente inaceptable”. Desde 2015 la intervención de las Fuerzas aeroespaciales rusas ayudo a erradicar el accionar de las bandas de terroristas reclutados y financiados por las petro monarquías del Golfo Pérsico, en especial Arabia Saudita coludida en esta empresa con EEUU e Israel.

“Dos civiles resultaron heridos y se produjeron algunas pérdidas materiales como consecuencia de la agresión israelí del pasado sábado en las inmediaciones de la localidad de Hamidiya, al sur de Tartous”, según informan Manar Salameh y Ruaa al-Jazaeri en la Agencia de noticias siria SANA.

“El ataque de Israel con misiles a la provincia de Tartus no es una casualidad. Allí se encuentra la base naval rusa y punto estratégico para la seguridad aeronaval de Siria con lo cual queda muy claro que sus propósitos van más allá de dañar a los sirios”

La presencia de tropas rusas en Siria trajo seguridad y el comienzo del fin para los planes desestabilizadores de los “yihadistas” de la OTAN (que en parte operaron en Libia para derrocar a Gadaffy). Al mismo tiempo este involucramiento, desde los grupos de presión sionista en Washington fue tempranamente visto como un serio obstáculo para los planes expansivos de Israel. Desde hace décadas cuando Tel Aviv se apropió de los Altos del Golán ha perdurado un estado de guerra con el país árabe y desde entonces los incidentes entre ambos no han cesado. La saña de Israel pasa por la histórica postura de Damasco con la causa palestina y su estratégico apoyo al eje de la Resistencia árabe islámica y en particular al Partido de Dios Hesbollah que a su vez mantiene una estrecha relación político, religiosa y militar con Irán.

Desde 2011 cuando comenzó la agresión angloestadounidense disfrazada por los medios occidentales (y socios árabes como Al Jazzera y Al Arabiya) como una revolución, de forma paulatina y encubierta, Israel aceleró sus programas de construcción de asentamientos para colonos judíos en el Golán que se han visto desarrollar en los últimos años. A la par de esto, los servicios de inteligencia israelíes trataron de aprovechar la situación de inseguridad creada por los terroristas para infiltrarse en Damasco y llevar a cabo varios ataques contra sitios públicos y altos funcionarios militares sirios. Fue así como el Mossad mediante los sofisticados recursos tecnológicos con los que cuenta (y obviamente de sus colegas de la CIA) montaron trampas explosivas en los costados de calles de la capital por donde pasarían a una determinada hora ciertos altos funcionarios.

Al paso de sus vehículos, el Mossad detonaba los dispositivos a control remoto demostrando que contaban con la ubicación en tiempo real que solo pudieron conocer con el acceso a los GPS de los teléfonos celulares de sus objetivos. Esto último puso en evidencia la complicidad de las empresas de telefonía móvil que pasaron datos de las líneas a los israelíes, algo que no es nuevo en las operaciones del Mossad.

Pero los últimos ataques que Israel ha estado llevando a cabo tienen un motivo adicional y es el de tratar de abrir un nuevo frente que comprometa a Rusia en Oriente Medio para beneficiar estratégicamente a la OTAN y así debilitar las acciones rusas en Ucrania. Causalmente, las acciones israelíes se coordinan con los ataques aéreos norteamericanos como el realizado en el norte sirio el lunes pasado donde asesinaron a dos ciudadanos de “Al Zir” en la provincia de “Deir ezzor”. Justamente es en este lugar donde los invasores estadounidenses suelen robar el petróleo y el trigo de los campos en “Hasaka” usando camiones que son protegidos por sus mercenarios kurdos para cruzarlos por la frontera iraquí en dónde la gobernanza títere de Bagdad no tiene control.

Sin dudas que en Kremlin ya han considerado estas intenciones y es por ello que, más allá de las medidas de seguridad que puedan implementar para proteger a sus efectivos en Siria, la administración de Vladimir Putin le advierte a sus colegas en Tel Aviv con la ley internacional en la mano para que Israel detenga estas acciones.

viernes, 8 de julio de 2022

 

 

“!CUENTALA AL REVES SAM¡”

¿Por qué la geopolítica anglosajona de los últimos treinta años es una gran película de ficción?


Por Charles H. Slim

Haciendo una especie de paráfrasis deformada que los viejos cinéfilos entenderán (de la película Casa Blanca) veremos cómo Occidente (EEUU, Reino Unido y la UE) bajo un entendimiento muy particular han tratado de contar la historia desde el final de la segunda guerra mundial en 1945 y en especial la de los últimos treinta años hasta el presente. 

Esta visión comienza con el relato que a grandes rasgos se presenta como el triunfo de la democracia sobre el totalitarismo del eje nazi fascista. Así lo han contado desde entonces pero nunca se puso en el mismo escalón del sacrificio y valor en ese triunfo a la Unión Soviética y a Rusia en particular. Esto pudo haberse explicado por el inmediato entuerto surgido entre el mundo anglosajón y la URSS que dio inicio a la llamada Guerra Fría pero después de 1990 con la caída del Muro de Berlín ya no había excusas para esa parcialidad.

Pero tan pronto como se desmantelo el “peligro comunista” (supuesto polo del caos) occidente con EEUU a la cabeza comenzó a mostrar su verdadero rostro y actuó en consecuencia. Su monstruosa maquinaria militar y extensa red de espías necesitaban urgente un enemigo para justificar su costosa supervivencia y por supuesto la de su extensión europea, la OTAN.

En la versión occidental la CIA desmorono a la URSS y llevo la democracia, pero eso no fue así. La URSS si se desmorono pero no porque Washington buscara la democracia y todos esos cuentos de hadas. La penetración de los usureros de Wall Street en 1990 quienes supuestamente asesorarían al Kremlin, combinados con los oligarcas rusos (varios de ellos ruso-israelíes) llevaron a la Rusia post soviética a la ruina y el caos y así quisieron mantenerla hasta que sus planes fracasaron y dejaron como testigo de eso un Boris Yeltsín sin poder alguno.

La llegada de Vladimir Putin al Kremlin cambió las reglas de juego espantando a los especuladores yanquis y poniendo en caja a los oligarcas locales. Esto reactivó las operaciones de occidente que en realidad nunca se detuvieron, solo se habían recortado.

Lo que hoy estamos viendo en Ucrania es el resultado de aquella dinámica. Una concatenación de acciones que fueron planificadas a mediados de los ochentas y que traicionando las palabras de funcionarios como el entonces Secretario de Estado James Baker, su colega británico Douglas Hurd y el canciller alemán Helmut Khol e impulsadas desde Washington fueron minando poco a poco la estabilidad geopolítica de regiones de alta importancia estratégica aprovechando la desaparición de la influencia soviética. Así y como hito que inauguró este movimiento la administración de George H. Bush metió la uña en Oriente Medio con su intervención en el diferendo entre Kuwait e Iraq (por el robo de petróleo en Al Rumaillah) que -instigaciones de la CIA mediante- terminó en una invasión que justificó -con la escandalosa gestión de la ONU- una calamitosa guerra que en último sentido le abrió a los EEUU las puertas de Asia.

La versión para la opinión pública fue simplona y efectista como un libreto de películas de Hollywood que aunque eficaz no convenció a muchos y a partir de allí los cuestionamientos fueron en aumento. 

El inicio se dio contra el mundo árabe-islámico y así siguió de forma escalonada hasta entrado el nuevo milenio (con las invasiones sobre Afganistán e Iraq) y gran parte del “lobbie” que instigó e impulso ello fue la influencia de los grupos de presión sionista estadounidense en el Congreso y obviamente, de Israel que se benefició con esas guerras sin comprometer a sus fuerzas.

No hay que olvidar que ello sirvió para anunciar un Nuevo Orden Mundial (NWO) que estaría bajo la regla del unilateralismo estadounidense. A partir de allí una nueva generación de neoconservadores partidarios del pensamiento de Leo Strauss comenzaran a trabajar sobre la base del intervencionismo militar directo para deshacer cualquier posible amenaza a la hegemonía estadounidense.

Desde entonces y con mayor intensidad, la UE se fue volviendo un ente subordinado a la política de Washington. Salvo algunas individualidades, la UE acompañó (y sigue acompañando) cada una de las aventuras intervencionistas que además del caos en los países intervenidos, trajeron inestabilidad y problemas para los mismos europeos. 

La versión angloestadounidense nunca refleja las consecuencias de esto. Así las muertes, los heridos, la miseria y las crisis migratorias creadas por estas acciones quedan relegados de su relato. Anteponiendo sus excusas como “la democracia y la libertad” en 1991, “la limpieza étnica” en 1999, “la lucha contra el terrorismo” en 2001, “las armas de destrucción masiva” en 2003, la “primavera árabe” -que sirvió para zaquear los depósitos de oro en Libia- en 2011 Washington y sus aliados, justifican de algún modo estas arbitrariedades contra la ley internacional.

Detrás de estas pantomimas discursivas fueron entretejiendo una telaraña de bases militares (y otras instalaciones secretas de la CIA) que lejos están de perseguir la seguridad y la estabilidad. El hallazgo de más de 30 laboratorios de guerra biológica en Ucrania es parte de todo esto y que se suman a muchos otros laboratorios instalados en países con administraciones corruptas como Georgia ¿Qué es lo que Washington o la corporación de medios ha dicho al respecto?

Una de las últimas cuestiones que ha sido deformada por los medios occidentales es sin dudas la situación de la pandemia de Covid en la cual trataron desde el inicio culpar a un murciélago o a un pangolín chino de un mercado en Wuhan sin decir jamás que en esas mismas fechas, se habían desarrollado unas olimpiadas de Fuerzas Armadas en la misma localidad china donde casualmente concurrieron efectivos estadounidenses quienes (curiosamente) habían revestido en “Fort Detrick”, Maryland que fue súbitamente cerrado en junio de 2019 por un “brote desconocido” que enfermó a todo su personal. La administración Trump nunca aclaró esto y tampoco las inconsistencias que revelaron algunos de funcionarios destacados en China. Esos pequeños grandes detalles pasaron de largo para el conglomerado de medios obviamente para evitar que el lector estableciera su relación y una conclusión critica.

Detrás de cada uno de esos pomposos rótulos y estrambóticas excusas, matizadas con imágenes y coloridos banners de CNN, que enmascaraban los planes gubernamentales dirigidos por los neocon, se movían suculentos presupuestos para pagar multimillonarios negocios privados que iban desde -además del petróleo y el gas- contratos de provisión de las armas más sofisticadas hasta el pago de contratos a simples proveedores de clavos. Se trato básicamente de un negocio (y ciertamente muy sucio) y decirlo así en la historia es algo nada conveniente.

De más está decir que basarse en la Wikipedia como fuente confiable de lo que realmente ha venido sucediendo a lo largo de estos años, es un error ya que es sabido como se manipulan los contenidos.

Pero a pesar de los relatos mediáticos de la tentacular Corporación de medios (levantada por sus subsidiarias en Argentina) que trataron de plasmar una historia que justificara cada uno de estos momentos, la suciedad fue poco a poco quedando expuesta y hoy aunque se pretenda imponer a base de cancinas repeticiones falsedades tales como “la revolución siria”, “la muerte de Bin Ladem en 2011”, “EEUU fue quien derroto al Estado Islámico” o la que últimamente en el marco de lo que sucede en Ucrania -donde Washington y Londres apoyan a un régimen neonazi- se escucha decir que “la OTAN es una organización meramente defensiva”, la información y las pruebas que demuestran en cada uno de estos casos, todo lo contrario están al alcance de quienes tengan la curiosidad de enterarse y cotejarlas con los relatos oficiales del poder.

Ciertamente que esto se ha vuelto más difícil ya que las agencias de inteligencia angloestadounidenses y aliadas (Five-Eyes) como las israelíes han pasado de vigilar y escudriñar ilegalmente las rutas informativas de fuentes alternativas (incluidos a funcionarios europeos) a directamente intoxicar u obstaculizar el acceso y difusión mediante diferentes formas de censura posibles de implementar por los avances en el campo de la ciberguerra y virus informáticos.

Igualmente y por fortuna, esto también ya no es un secreto por lo cual seguir manteniendo mentiras y falsos relatos se vuelve cada día más difícil de sostener.

domingo, 3 de julio de 2022

 

“TIME FOR BOREXIT?”

Bad news from Ukraine adds to Boris Johnson's abysmal management Has the time come to prepare for Boris's exit?

By Sir Charlattam

You don't have to travel to Ukraine to see that the help Boris Johnson has sent to the NATO comedian in Kiev has been to no avail. The problem with this mess is that the country is in no position to squander resources on black holes. Millions of pounds worth of arms have evaporated and now ordinary Britons are finding out that it was all for nothing, for God's sake!

The economy has entered a critical cycle and all this for blindly following the White House mandates like a lapdog with blind obsequiousness and lack of foresight. Where did the Brexit ambition to recapture the old glories of empire go? Indeed, many point to Brexit as part of the calamity that cannot be ignored by its supporters. We have never stopped playing second fiddle and with Boris monkey cheeks we have reaffirmed that sad role.

Inflation, unemployment and social precariousness are growing, but the Crown's resources are being wasted on the warmongering adventures of an organisation that has no future. What was unleashed in Ukraine was the consequence of the unfulfilled word in 1990 and the constant blunders of the White House that ended with the Maidan coup of 2014 and from there, a policy of cleansing against the Russian-speaking population of Donbass that accumulated thousands of dead civilians.

Because nothing happened and believing that by hanging on to Biden's trousers, embarking for eight years on intrigues and operations to influence Kiev against Russia, Cameron, May and Johnson believed that we would be protected under Washington's wing. Even sympathising with the Brussels bureaucrats with Ursula von der Leyen at their head the British are mired in a slippery bog. Now reality has smacked us in the face. The economy has entered a deep crisis so severe that it has not been seen since 1970 when Conservative Prime Minister Eduard Heath endured one of the harshest mining strikes the island can remember.

People's confidence has plummeted and this is reflected in the recession the UK is entering. And to some extent it is not all Johnson's fault. We had been in economic distress since 2008, which put us alongside the worst in the European Union like Italy. The pandemic was a hammer blow to business and the crazy push for sanctions ordered from Washington against Russia was not a good idea and has come back like a boomerang and knocked down our economy and production with no prospect of lifting the situation. This has led me to think and analyse whether the Johnson administration is not up to more serious stupidity.

We know that the US became the economic power it was until the 1990s thanks to wars -taking out the arms business- and the destruction they created. First it invented an excuse, inflated it in the media, hit you, wiped out a country and then helped it through "humanitarian loans", a round business they have been using since the end of the second great war with the Marshall Plan. That is why many governments today are already aware of this diabolical engineering and simply say to Washington “thanks, but you'd better not help me”.

But Volodymyr Zelensky and his gang don't care about this precedent and we see that with the voracity with which they consume the billions of US dollars that Joe Biden's administration spends to win a war that has already been lost, so what's the deal?

Americans have been prolific in using smokescreens to cover up domestic problems. George H. Bush in 1989, worried about the ambitions of his old partner from his CIA days, Manuel Noriega, invaded Panama and took him out of circulation. Bill Clinton, overwhelmed by the Lewinsky internship scandal that endangered his political career, ordered the bombing of a milk factory in a poor African country, painting it as a coup against terrorism. And we could go on and on with Biden himself.

It's just speculation but, I have thought that maybe and just maybe, monkey cheeks Johnson is trying to play the same cards as "Uncle Sam" and seek to boost his sagging political image and the country's industrial output with a direct war with Russia. It sounds crazy, but we have a lunatic prime minister. My fears are based on the Churcilian delusions of Johnson and Co., the troop mobilisations to the Baltic states, and on the statements of the new General Sir Patrick Sanders in charge of the British Armed Forces which, if I understand correctly, presume a return to the past by haranguing the troops as in 1937 in the time of Stalin; frankly insane.

This also reveals that the propaganda and the battery of dirty tricks that the intelligence agencies, including the “Five Eyes” set in motion in recent months have failed and have realised that the calculations and prognoses about the sustainability and professionalism of the Russian army on the battlefield were either a mistake or left as a task for the BBC's chatterboxes.

I think the UK has too many problems for its prime minister to be playing Churchill walking the streets of Central Europe with representatives of far-right regimes in the guise of democratic liberators who promise nothing but more war.