jueves, 26 de diciembre de 2019




“TRUMP NO MORE?”
¿Ha llegado el momento de una salida oprobiosa de Trump o de pactar un arreglo que no permita que la sangre llegue al río?

Por Charles H. Slim
Al parecer pocos en Washington son quienes toleran un día más del gobierno de Donald Trump. 

Sus excentricidades, su desparpajo ante los medios, su neopotismo que se ve con la participación de su familia dentro de áreas sensibles de la administración, le han dado más argumentos a la oposición demócrata que ya venía insistiendo con  los ya previamente planteados sobre las supuestas conexiones con el Kremlin y su despreciable misoginia.

Y aunque aquel “Russia-Gate” haya sido una novela de espías y misterio tejida por la resentida senadora Hillary Clinton y su equipo de asesores, lo cierto es que Trump ha hecho mucho para que su impopularidad, tanto dentro como fuera de los EEUU haya crecido ha niveles impensados. Si bien varias de sus políticas son del agrado y simpatía del Establishment (como el bloqueo a Venezuela), otras parecieran apuntar a crear corrosivas controversias en estos círculos poniendo en tela de juicio los frentes bélicos que aún persisten y sabotenado con ello la industria de la muerte de la cual desde casi dos décadas han venido sacando multimillonarias ganancias.

Su política inmigratoria de Apartheid  calificando y tratando a los inmigrantes como “animales”, “criminales” y “mala gente” que se materializaron en las inhumanas condiciones de persecución y detención, ayudo a ensuciar aún más la percudida imagen de EEUU. Para colmo, su arrebatada personalidad ha confundido la amistad que lo une con Benjamín Nentayahu con las políticas de un estado de Israel cada día más inviable. 

Ello ha causado controversias y rechazos dentro del espectro de la influyente comunidad judía estadounidense que se siente políticamente  representada por AIPAC (acusada de haber pagado a funcionarios para apoyar a Israel) y sus políticos cabilderos, que por las inconsecuencias de Trump los ha separado entre sionistas de derecha y de izquierda. Mientras que para algunos Trump es “la figura del Cristo” (para los neosionistas), para otros sionistas es “el Rey de Israel” demostrando con ello, el grado de mesianismo y locura que afecta a la política norteamericana.
Igualmente ello no significaría un fracaso en las elecciones presidenciales 2020, y ello por el hecho de que él es el menos peor entre los demás candidatos.

En lo referente a sus políticas exteriores, Trump ha sido tan sorpresivo como contradictorio. Pese a reforzar los lazos de EEUU con Israel concediéndole un reconocimiento ilegal sobre Jerusalen, al mismo tiempo, tras ordenar la retirada parcial de las fuerzas especiales de Siria –retirando su apoyo a los kurdos sionistas-, ha cortado las expectativas de los necon y sus aliados sionistas en el Congreso por extender sus incumbencias sobre  Iraq, de cara a proseguir con los planes por lanzar una campaña belica a mediano plazo sobre Irán.  
Misil tactico Chino de última generación

Al  mismo tiempo, la repentina salida del tratado de misiles estratégicos de alcance medio “START”, retrogrado la relación con Rusia a épocas pretéritas desatando el miedo a una nueva carrera armamentística. Sumado a ello, su empecinamiento por desatar una guerra comercial con China que pone en riesgo al mundo de una profunda recesión, se le agrega el crecimiento y modernización que Beijin viene teniendo en el área estratégica militar.

Asimismo, ha roto varias lanzas con sus aliados europeos y en especial con la OTAN a la que sigue considerando como un “gasto innecesario” que EEUU no debe solventar.

Pero a pesar de estas cuestiones, el actual desarrollo del Impeachment contra su investidura, no ha estado excento de contra marchas, contrariedades y peleas entre sus opositores.  Pareciera que la aversión que estos tienen por Trump los lleva a competir para ver quien puede desbancarlo antes que el otro. Las discusiones que se ven entre la presidente de la Cámara de representantes Nancy Pelosi y el líder de la minoría demócrata Chuck Schumer han puesto en tela de juicio la capacidad de la oposición por presentar un caso sólido y coordinado contra el presidente.

Pero los desacuerdos y las contradicciones sobre la personalidad y las controversias del presidente afectan también a los republicanos causando discusiones y controversias que asemeja a los debates  políticos dentro de la Cámara y los recintos de los bloques que refleja una verdadera “torre de Babel”.

En este sentido el presidente de la mayoría republicana el senador por Kentuky Mitch McConnel ha dejado entrever sus objeciones en cuanto al llamado a testificar de los asesores de Trump tan insistentemente pedido por los demócratas en especial, por la presidente de la Cámara de Representantes a quien Trump le dedico no hace mucho una dura reprimenda verbal en medio de una charla en el Salón Oval de la Casa Blanca.

Para McConnell hay en muchos de los senadores democratas que buscan entablar un juicio político duro y profundo, un calculado interés político claro en especial en varios de ellos como Bernie Sanders y Elisabeth Warren quienes-cada uno por su lado-  aspiran a la candidatura presidencial 2020. 
Tan claro fue en su señalamiento McConnel que llamo a sus pares en el senado y en particular a estos dos a “terminar la farsa”.

Igualmente y desde otra perspectiva, puede advertirse que las trabas existentes y los rodeos en poner a rodar un proceso irrestricto, existen miedos de los demócratas a que muchos de sus asuntos sucios, particularmente aquellos que involucran a los Clinton y Obama, queden aún más al descubierto perjudicando con ello no solo al partido, sino al mismo sistema que ya viene acusando u
n severo cuestionamiento desde la opinión pública estadounidense.
Nancy Pelosi antes de anunciar el Impeachment

¿Pero como se ve esta realidad desde Argentina? Pues directamente ni se advierte. Y es que por estos lados los problemas que tiene el país, supera cualquier interés por saber como le va a lo que alguna vez fue la potencia política más influyente de la región. Lo que si es cierto es que sea Trump o sea quien fuere el ocupante de la Casa Blanca, la elite política y financiera argenta estará incondicional con lo que Washington “guste mandar”.

Con respecto a la Argentina, Trump no ha hecho nada trascendente salvo, el ayudar a Mauricio Macri y su gobierno a que el FMI le otorgara aquel escandaloso e impagable préstamo que ha hipotecado a la nación para los próximos cien años. Lo que Macri y su gente vieron como un auspicioso apoyo, no fue sino más que un eslabon más de la cadena que sujeta a la Argentina a la dependencia externa. Incluso a Trump nunca le intereso Argentina en sí, caso contrario con Brasil –y más allá de sus simpatías por Bolsonaro- con el cual vio –como sus predecesores- un interés estratégico para la inversión en diversas áreas de la producción.

Tanto Macri como Bolsonaro –y más allá de las obsecuencias de cada uno de ellos- advirtieron cada uno por su lado y en diverso grado, que Donald Trump era y sigue siendo bastante reticente a insertar sus economías nacionales –o incluso la del bloque MERCOSUR- como socios participes de la ya de por sí cerrada y proteccionista economía estadounidense. La imposición de aranceles a varios productos y la discriminación de otros provenientes desde ambos países han reafirmado esa política.

Esto se ve enmarcado en una guerra comercial abierta con China que ya lleva varias batallas y que amenaza con causar más pérdidas económicas a los socios europeos y por supuesto, a todos aquellos países que se hallan de alguna manera sujetos a la economía y las finanzas que digita Washington. Esto ha propiciado que tanto la UE como muchos países latinoamericanos estén mirando a Rusia y China para establecer acuerdos en varias áreas especialmente, para la provisión de gas.

Pero sin lugar a dudas, lo que permitió a la oposición demócrata y dio lugar al juicio político fue la arrogancia de un empresario acostumbrado a sus caprichos y mañas en el mundo de los negocios, quien creyéndose invencible tras salir airoso de las investigaciones del fiscal Mueller por el asunto “Russian-Gate”, metio la pata con el “asunto ucraniano” al realizar gestiones impertinentes e ilegales con el gobierno de Kiev no solo por pedir que investiguen a un rival político como Biden sino porque esto, al ser descubierto y puesto a la vista de la opinión pública compromete la tan invocada “Seguridad Nacional” y atenta contra la Constitución.

Es por ello que Donald Trump es un dolor de cabeza, un inconveniente para el sistema político bipartidista norteamericano que debe ser erradicado tan pronto como sea posible si la elite en Washington quiere proteger sus negocios e intereses.

martes, 24 de diciembre de 2019



“TERRORISMO S.A.”
Quiénes son los verdaderos propulsores y cuáles son las finalidades que persiguen al desarrollar este supuesto fenómeno internacional


Por Charles H. Slim

Muchos temas adquieren comprensión al verlos a la distancia del tiempo y uno de ellos es el llamado fenómeno del terrorismo, que durante décadas se lo vinculo de manera maliciosa y direccionada al mundo árabe y tan pronto como pudieron al Islam. Como bien lo señalan algunos investigadores, este no es un fenómeno ni mucho menos una ideología imbricada a una religión en particular (como ciertos sectores han tratado de argumentar a lo largo de estos años), se trata de una táctica de guerra que busca solo eso, el terror.

En las últimas décadas, esta táctica ha pasado a ser una de las armas más desarrolladas no por organizaciones irregulares o extremistas, grupos guerrilleros o bandas criminales ligadas al narcotráfico como se vió en la década de los sesentas y setentas en Europa, Medio Oriente y América Latina; sino por el contrario, por las agencias de inteligencia gubernamentales occidentales, en especial la CIA, el MI-6 y sus maestros en esto, el Mossad israelí. Sobre esto último, uno de los embustes últimamente detectados en Palestina es, el uso por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y de la “Shin Bet” de comandos disfrazados como combatientes de “Hamas” que tras infiltrarse por las bardas alambradas de Gaza y a fin de justificar brutales operaciones de bombardeos y confiscación de territorios árabes, lanzan ataques con cohetes y morteros sobre los asentamientos israelíes del sur de Israel.

En el mismo plan, los intentos de Tel Aviv por establecer la supuesta presencia y alianza del “ISIS” con “Hamas” en Palestina busco ahondar las operaciones de represión contra la población palestina.

En las operaciones exteriores, sus colegas civiles del Mossad no son menos cruentas y aprensivos en la ejecución de sus acciones. Una larga lista de crímenes –especialmente contra científicos árabes y musulmanes- investigados por algunos periodistas israelíes[1], así lo remarca.

Desarrollada incluso con el reclutamiento y la cooperación de varios elementos de organizaciones irregulares, las agencias de inteligencia comenzaron a usar con discreción esta táctica con finalidades políticas para ir poco pero progresivamente, a usarla para incumbencias negociales para satisfacer objetivos puramente corporativos y empresariales. Que los medios occidentales y en particular los obsecuentes títeres latinoamericanos (en especial los argentinos), no se atrevan a hablar del tema y mucho menos profundizarlo, no significa que ello no suceda o sea real.

El engaño es el telón de fondo para desplegar esta táctica. La escenificación de una agresión o una amenaza mediante “operaciones negras” o las llamadas “banderas falsas”, es crucial para fabricar legislación y políticas de estado que justifiquen el estado de excepción, la instalación del miedo colectivo que a la postre, justificara desatar operaciones hostiles y hasta guerras abiertas contra otros países. El secretismo de estado y argumentos como la llamada “seguridad nacional” que Washington ha desplegado para sus políticas externas, ha sido un elemento fundamental para mover estas maquinaciones. Ahora bien,  usted podría preguntarse ¿Por qué nadie dijo nada o se desarrollaron investigaciones de la justicia que pesquisaran esto? Simplemente, porque el mismo estado era (y sigue siendo) parte de esto y de haberlo ventilado algún investigador en los setentas, en los años ochentas e incluso en los noventas hubiera significado la cárcel o su discreta eliminación física.

El 11 de septiembre de 2001 sin dudas fue la apoteosis de éste tipo de engaños destinado –entre otras cuestiones- a desarrollar una política con alcance global que aparentara combatir un supuesto “fenómeno” que en realidad había sido alimentado por décadas por sus propias agencias federales a la saga de políticas de estado y más precisamente por funcionarios insignes y sectores oscurantistas desde dentro del Departamento de Estado norteamericano. Quien puede olvidarse de los siniestros hermanos Dulles, del Secretario de Estado Henry Kissinger y de su colega el diabólico asesor de Seguridad Nacional Bgniew Brzeznki o de tipos como John Negroponte y Elliot Abrams que como funcionarios estadounidenses sembraron la muerte y el terror con sus escuadrones de la muerte en Centroamérica y luego en Iraq.

Una bomba israelí borra un edificio con sus moradores en Gaza, 2019

Precisamente la ocupación de Iraq desde 2003 significo la oportunidad y el escenario ideal para ensayar nuevas tácticas de terror sobre una población y en el despliegue de las cuales (aprovechando el caos existente) fueron detectados en el ejercicio de este tipo de hechos tanto los militares angloestadounidenses, grupos de tareas privados (contratistas) como a grupos especiales dirigidos por la CIA y el Mossad. A partir de aquí, se irá desarrollando un embuste más elaborado que desplazara al programa de insurgencia  “Al Qaeda” (liderado por el agente Osama B.L.) y que hoy conocemos como el “Estado Islámico”.

Hay en el despliegue de estas tácticas, un notorio desprecio por el otro, por el prójimo. El extraño, el desconocido (países, pueblos y culturas) al ser ajeno a su realidad, su sufrimiento y dolor no cuentan. Es la misma mentalidad discriminatoria decimonónica que blandía la falsa dicotomía entre barbarie y la civilización que se arrogaban los colonialistas británicos y europeos en general para masacrar a los pueblos asiáticos y africanos. Es el mismo concepto que por aquellas épocas, adoptaron algunos intelectuales del Río de la Plata. Esto sin dudas demuestra una dinámica mental de ideologías racistas, Chauvinistas y xenófobas que justifican sus crímenes y atrocidades más abominables con justificaciones supremacistas de la más variada índole. Sus maquiavélicos cerebros elaboran justificaciones con las cuales trataran de escapar a la justicia y los juicios de la historia y para ello, deben controlar el relato político que exponen los corporativos Mass Media y sus periodistas a sueldo.

La “Primavera Árabe”, un rótulo creado por intelectuales sionistas como el sociólogo y multimillonario francés Bernard Henry Levy, es un ejemplo de aquello. Fue levantado y usado por los editorialistas de los medios occidentales más influyentes para basamentar y argumentar la brutal intervención de Francia y la OTAN sobre Libia y derrocar al legitimo gobierno de Gadafi en 2010[2]. En esas jornadas y camuflados detrás de supuestas protestas callejeras, se detectaron e incluso detuvieron a francotiradores de origen extranjero que disparaban deliberada y alternadamente sobre ciudadanos y policías libios. Por supuesto que estos hechos nunca saliron a la luz en los subalternos medios de la región. La misma táctica se vio inmediatamente en Siria unos meses después, cuando el 17 de marzo de 2011 se produjeron violentas manifestaciones en la localidad de “Daraa” donde cuatro manifestantes y siete policías murieron –según las líneas editoriales occidentales e israelíes- por “enfrentamientos”[3]. En realidad lo que sucedió fue que, parapetados en los tejados y ventanas de algunas casas, se agazapaban francotiradores quienes muy bien coordinados y junto a grupos de agitadores profesionales que se entremezclaban con los manifestantes, azusaron la violencia contra el gobierno sirio.

Agentes Shin bet disfrazados como palestinos secuestran a un activista

Otro ejemplo de como operan y hasta donde pueden llegar estas tácticas, fueron los reiterados intentos de acusar al gobierno sirio de haber usado armas químicas sobre la población civil en “Al Gouta” y “Duma” allá por 2013, un embuste que tras investigaciones independientes[4], fue desmantelado gracias a la intervención política y diplomática rusa. Lo peor de todo es que estos “grupos de tareas” dirigidos por agencias de inteligencia (MIT, MI-6 y Mutkahabart qatarí), secuestraron a niños y mujeres para envenenarlos y mediante un montaje fílmico bien escenificado, lo subieron a las redes sociales para hacerlos parecer que habían sido envenenados por ojivas militares de las fuerzas gubernamentales.

Los medios occidentales nunca denunciaron esto y por el contrario, colaboraron con el ocultamiento gubernamental de estos hechos. La ventaja que explotaron las diferencias culturales como el desconocimiento del lenguaje árabe y la falta de conocimiento –o más bien la ignorancia- de la sociedad occidental sobre la realidad política y la cultura del mundo árabe, facilitaba esto ante el desconocimiento de una realidad que llegaba caricaturizada desde los medios anglosajones.

Cuando por finales del 2013[5] comenzaron a verse sorpresivas movilizaciones callejeras en Kiev, Ucrania, era el signo de que algo más grande estaba por ocurrir. Y fue así. Para comienzos de 2014 las manifestaciones en la Plaza de Maidan fueron presentadas por la Corporación de medios occidental –con EEUU y la UE a la cabeza- como una legitima reacción popular ante las políticas de hambre de un gobierno pro-ruso del presidente Vicktor Yanucovich. La mano de la CIA y elementos locales –neonazis- era inocultable[6]. También aquí participaron equipos con francotiradores –reclutados y coordinados por la misma agencia- que dispararon alternadamente sobre manifestantes y policías. El plan de hacer creer que el gobierno pro-ruso de Yanucovich había reprimido brutalmente a los manifestantes, funciono. Pero algo salió mal y pronto se conoció –gracias a la inteligencia rusa- que la embajada estadounidense en Kiev y el Departamento de Estado estaban, junto a la representación de la Unión Europea personalizada por Geoffry Pyatt, involucrados en la coordinación de los acontecimientos. El escándalo fue tan grande que la embajadora Victoria Nuland[7] fue llamada a dar explicaciones ante el Congreso aunque ello, cabe remarcarlo, solo fue una mera formalidad para calmar a la opinión pública.

En síntesis. Queda claro que el Terrorismo como tal, no es lo que Washington, la UE, la OTAN ni la ONU han tratado de argumentar por años y es tiempo de que los organismos internacionales de justicia como la Corte Penal Internacional comiencen a estudiar con detenimiento y profundidad los casos en los que el ejercicio del terror puede llegar a encubrir otros negocios y personajes muy diferentes al relato que la Corporación de medios pretende endilgar.




[1] HISPAN.TV. “Periodista israelí revela asesinato de miles de personas por Mossad”. Publicado el 20 de enero de 2018. https://www.hispantv.com/noticias/oriente-medio/366127/israel-mossad-asesina-tortura-libro-ronen-bergman
[2] RED VOLTAIRE.org. “Ideologo sionista francés abucheado en Tunez”. Publicado en 2 de noviembre de 2014. www.voltairenet.org/article185786.html
[3] GLOBALRESEARCH.org. “The US-NATO-Israel Sponsored Al Qaeda Insurgency in Syria. Who Was Behind the 2011 “Protest Movement”?, By. Prof. Michel Chossudovsky, https://www.globalresearch.ca/syria-who-is-behind-the-protest-movement-fabricating-a-pretext-for-a-us-nato-humanitarian-intervention/24591  
[4] RT. Falsos videos de ataque químico. https://www.youtube.com/watch?v=3zlcMeBFiSY
[5] THE GUARDIAN.UK. “Manifestantes ucranianos inundan Kiev después de que el presidente se retirara del acuerdo con la UE”. 24 de Noviembre de 2013. https://www.theguardian.com/world/2013/nov/24/ukraine-protesters-yanukovych-aborts-eu-deal-russia
[6] SHADOWPROOF.com. “LA INTERVENCIÓN DE LA CIA EN UCRANIA HA TENIDO LUGAR DURANTE DÉCADAS”, https://shadowproof.com/2014/08/09/cia-intervention-in-ukraine-has-been-taking-place-for-decades/

sábado, 21 de diciembre de 2019



“ESTRATEGIA DEL SILENCIADOR”
Cómo EEUU trato de ocultar la verdad informativa de lo que ocurría en Iraq


Por Dany Smith
Cuando aquel 20 de marzo de 2003 George W. Bush declaró públicamente que había ordenado emprender la “operación Libertad Iraqui”, nunca pudo probar a la expectante opinión pública que lo oía, uno solo de los argumentos que esgrimía para llevarla adelante. En síntesis, nunca pudo justificar si aquellos motivos que Collin Powell rumió en el mes de febrero ante Naciones Unidas y las maliciosas afirmaciones de Dick Cheney eran o no reales. Incluso dentro de EEUU, esto ha quedado plasmado como uno de los fiascos más grandes de su historia política. A 16 años de aquella funesta declaración y de las consecuencias que causó, aún no se ha logrado comprobar un solo argumento lanzado contra Iraq y ello deja expuesto a la luz de la historia uno de los crímenes más cruentos contra la humanidad que aún se halla pendiente de procesarse ante las instancias internacionales.

Pero las cuestiones políticas pocas veces están vinculadas con la justicia y en lo ocurrido contra Iraq esta regla es absoluta. El presidente de los EEUU había mentido en forma descarada y ello sería el prologo a modo de autorización, de una cadena de injusticias y crímenes ejecutados por sus fuerzas  militares y civiles (contratistas privados, la CIA y demás agencias federales) contra la población iraquí que sin pausa, se extenderían por ocho años durante una brutal e ilegitima ocupación.  

Si bien Bush discurso las mentiras que justificaron aquel crimen, él no estaba solo y tuvo el apoyo de todo Establishment estadounidense y en especial de los neoconservadores alineados a los sectores del Lobie sionista (judío-americano) que con mucha influencia operan dentro del Congreso y los Medios de comunicación. Incluso se puede asegurar, que apenas estaba enterado de todo lo que sucedería y de lo que realmente se había planeado para esta invasión. El papel de Bush solo fue una actuación para la Corporación de medios, el amplificador comunicacional de lo que aquellos sectores que manejan los asuntos en Washington querían que los estadounidenses de a pie supieran y nada más. Cualquier otra versión que contradijera este relato debía ser suprimida a cualquier costo.

EEUU no solo debía imponerse militarmente, también debía dar buenas noticias y progresos creíbles sobre esta intervención. Las bajas propias como las que causaban sobre la población civil no debían salir al conocimiento público fuera como fuese. La experiencia de la guerra de 1991 fue tomada en cuenta y fue por ello que había que fabricar una realidad escenificada para el consumo. Bush y sus asesores sabían que el público no toleraría otro Vietnam. Para ello, debía monopolizar espectro informativo (algo que podía manipular comodamente en occidente) pero que se le complicaba dentro de Iraq y la región. Prueba de esto último se vio con la aparición de agencias alternativas de información de la resistencia iraquí que con medios como “Mafkarat Al Islam”,” Islamomemo”, “Al Hanein” y “Al Basrah” –hoy todas desactivadas- que mediante pasquines de papel como desde sitios de internet, reportaban sus acciones tanto desde Iraq como desde otros países.

Pero antes de que las tropas de infantería y las brigadas blindadas anglosajonas tomaran contacto con lo iraquíes, los medios locales y árabes de la región como la cadena qatarí “Al Jazeera” trasmitían en vivo desde varios puntos del frente, demostrando que las tropas de Saddam estaban preparadas y moralmente fuertes para recibir a los invasores.

Un Humvee estadounidense destruido por un explosivo improvisado

Al mismo tiempo en Bagdad, el mismo Saddam Hussein sabía que la aviación y los misiles crucero “Tomahawk” estadounidenses, silenciarían las estaciones de radio y destruirían las terminales eléctricas para inutlizar todas las comunicaciones del país. Para ese entonces los estrategas militares iraquíes, los “Fedayin” y los jefes de los “Comité de los Muyahidines” ya tenían delineado un plan contingente de batalla, dentro del cual se incluía cómo mantener las comunicaciones y la propaganda, para enfrentar al inevitable invasor. Igualmente algunos canales oficiales de la televisión iraquí pudieron seguir trasmitiendo en medio de los primeros enfrentamientos en el conourbano de Bagdad despertando la histeria de los generales del Pentágono que veían como la televisión iraquí mostraba sus tanques “M1-Abrams” destruidos por las defensas, ardiendo en las carreteras de ingreso a la capital. Igualmente, con el paso de las semanas y causando miles de bajas civiles, los aviones silenciaron todas las estaciones.

Para el 9 de abril las tropas angloestadounidenses –gracias a la cooperación de algunos oficiales iraquíes comprados por la CIA-  se hacían con el control parcial de Bagdad, algo que fue presentado por los medios (FOX, CNN, BBC y otros) como un triunfo y el final de las operaciones aunque, las batallas continuaban en los alrededores ¿Qué era lo que realmente estaba pasando? Para el mes de mayo y en medio de un escenificado triunfalismo Bush anunciaría el final de las operaciones de combate, otra de las grandes mentiras históricas que su administración y el mismo EEUU nunca supieron explicar. Y es que pese a que el ejército regular iraquí y la Guardia Republicana se habían evaporado del terreno, los combates continuaban bajo una nueva dinámica que la Casa Blanca y sus militares no podría ignorar y mucho menos reconocer.

Para ello, la CIA, la NSA y sus colegas británicos e israelíes pusieron en marcha todo tipo de tácticas sucias y operaciones distractivas para reducir el impacto de las bajas y las pérdidas materiales que los invasores tuvieron y seguirían teniendo desde las primeras horas de atravesar el territorio iraquí. 
Había que silenciar a como fuera y de cualquier modo cualquier fuente informativa que revelara estos hechos. Pese a ello, muchos eventos no pudieron ser ocultados y al salir a la luz, cuestionaron no solo la veracidad de lo que informaban los voceros del Pentágono sino, la legitimidad y la legalidad de lo que se estaba haciendo.

Una vez que los estadounidenses consolidaron su ocupación con la instalación de una Administración Provisional encabezada por el burócrata Paul Bremer, debieron comenzar a lidiar con la resistencia política  y militar que los diversos grupos  iraquíes presentaban con masivas manifestaciones callejeras y emboscadas que se organizaban en todo el territorio. A la primera los invasores simplemente las aplastaron a fuego limpio no dejando otra alternativa a los ciudadanos iraquíes que optar por la lucha armada. 
Sumado a ello, los iraquíes implementaron una muy dinámica e inteligente red de información y comunicaciones que mediante sitios de internet como Al Basrah  y Al Rafidan dejo a la vista del mundo las atrocidades que –como las torturas, abusos y violaciones en Abu-Graib, Campo Bucca entre muchos otros sitios negros- se estaban cometiendo contra la población y a su vez que los invasores eran más vulnerables de lo que querían reconocer  y estaban sufriendo durísimas pérdidas humanas y materiales.

De este modo tanto la inteligencia militar, la CIA y sus colaboradores  locales (iraquíes sobornados o presionados por amenazas) pusieron a rodar la estrategia del silenciador estructurada mediante  variadas tácticas de ocultamiento y desinformación que fueron desde  el secuestro, desaparición y el asesinato –muy discretamente ejecutados- de periodistas y divulgadores iraquíes, pasando por la creación de falsos informes de impostados sitios de la resistencia orquestando la creación de supuestos grupos de la resistencia que (como Al Qaeda-Iraq) ejecutaban brutales atentados contra diversos sectores de la comunidad iraquí.

En fin, desde el inicio de la agresión en 2003 hasta la retirada del grueso de las tropas en 2011, los estadounidenses se basaron en mentiras y para tratar de perpetuarlas implementaron una estrategia siniestra y coherente que en su tenebrosa funcionalidad se asemejo al silenciador de la pistola de un asesino.

jueves, 19 de diciembre de 2019



“ALBERTISMO”
Han comenzado a verse los primeros efectos del gobierno neokirchnerista ¿Comienza una nueva era o el principio del fin?

Por Charles H. Slim

Tal como ya lo hemos dicho antes, en Argentina nada es lo que parece y mucho menos, tiene una sustancia durable. Y es que hasta unas horas antes del 10 de Diciembre los cuadros del “Macrismo” y de su frente “CAMBIEMOS” seguían manteniendo su lealtad política al modelo propuesto en 2015. Pero como bien lo dije, solo era una apariencia y no hizo falta mucho tiempo para que la obsecuencia y el oportunismo que nutre al ADN argento, produjeran la mutación mental en sus ciudadanos y también, en los círculos políticos, empresariales, mediáticos e intelectuales.

Así de simple. Quien ayer había denostado al “Kirchnerismo” hoy parece haberse convertido en uno de sus profetas y quien apoyó las medidas del gobierno de Macri, hoy  golpea su pecho como aquel que afiebrado por las culpas trata de clamar clemencia al Dios vengativo de Israel. Otra vez las mismas palabras “yo no sabía y no estuve de acuerdo” retumban por los micrófonos de radios y programas de televisión. Es por eso que quienes miran de cerca esta película se preguntan ¿Pero qué diablos sucede aquí? Y la respuesta es simple y clara: Nada que no haya pasado antes.

Estos movimientos han sido tan desvergonzandos y masivos que no puede saberse quien ha sido el primero en saltar del barco. Pero si hay un sector que se ha destacado por su automática “conversión” al nuevo estado de cosas ese el de los medios (particularmente sus empresarios) y en especial, la de algunos de sus más obsecuentes “periodistas” y presentadores de insulsos programas de la televisión abierta. Una vez más, con sus editoriales arregladas al momento político, demuestran que pueden –una vez más- tomarle el pelo a la gente tratando de sobrevivir.

Todas las excusas son buenas para cubrirse pero el problema es que estas no alcanzan para quienes jugaron de aplaudidores del Macrismo ante sus políticas que, presuntamente iban a terminar con el populismo corrupto liderado por  CFK y sus huestes setentistas. Los hechos hablan por si mismos y queda claro que aquella estrategia macrista de jugar con el temor del regreso de Cristina, resulto ser un cuchillo de doble filo que por no saber manejarlo, termino cortando la continuidad de sus planes. En sintésis en Argentina vale el dicho que reza “Muerto el Rey, Viva el nuevo Rey”.  Y hablando de las medidas del nuevo rey, ya se está viendo como pretende hacerse con la “suma del poder público” para afrontar la crisis. Esto demuestra que ha nacido una nueva falange del peronismo denominada “Albertismo” que sin lugar a dudas, no es del agrado de CFK y sus más cercanos lugartenientes de la “Campora”.
"Luz, cámara...Actuar!

Se ha dado inicio a una nueva era o más bien, la re edición de una vieja película con nuevos actores y un libreto con un vocabulario adaptado a la época es decir, una comedia parvula nada original. Lo mismo para su política exterior. Nada parece demostrar que hayan cambios revolucionarios o estridencias tan temidas por los anglofilos que gozaban con la postración del país a Washington y Londres. Puras sombras chinescas.

Por estas horas se rumorea la pretensión de Alberto Fernández por descalabrar la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) acusada de ser la “Cloaca de los servicios”, de la cual vale la pena aclarar, se sirvieron todos los gobiernos (militares y civiles) que han pasado –incluyendo por supuesto a CFK y Alberto Fernández-. Y si eso no bastara, el nuevo presidente tiene en mente de poner al frente de esta “reestructuración” en inteligencia a nada menos que Anibal Fernández.

Durante décadas la ex SIDE fue un organismo sin control y dedicado a servir los intereses partidarios de cada gobierno que ocupo el poder en la Casa Rosada alejándose de los objetivos primigenios y naturales para la cual fue creada: Producir inteligencia estratégica. De este modo, su personas y recursos han servido para espiar la intimidad de políticos, periodistas y empresarios que pudieran complicar  los negociados de los manda más de oportunidad. Se han desperdiciado años en esto y ello ha traido sus consecuencias. La gestación de mafias y grupos de tareas para trabajos por su cuenta, es una de ellas y no es creible que la doctrina K, vaya a cambiar eso.

Para muchos suena cómico y hasta molesto ver a quien fuera el encargado de esa área en la era K, hablar de este tema como si no hubiera tenido nada que ver. Por si las dudas y no se acuerda el Sr. Oscar Parrilli ¿Recuerda la muerte del fiscal Nisman? Aunque no caben dudas de que fue asesinado –y no que se suicido como tratan de argumentar varios- hay dos líneas fuertes que los “expertos mediáticos” no han querido tocar y son casualmente la posible ejecución por parte de una operación de un equipo de ataque del Mossad israelí o la llevada adelante por una facción de la AFI ligada a CFK.

Tal como lo dejo entrever Parrilli, esto es una continuación de lo planeado por la presidente CFK en 2014 y que Macri detuvo por decreto pero que Alberto Fernández ha derogado con premura reactivando aquellos planes. 
Algunas fuentes señalan que el despliegue de las nuevas estructuras de la AFI pasaría a estar “asesoradas” por la “G2” cubana y la “FSB” rusa, estableciendo con esto una nueva y ajena agenda estratégica para el país. 
Esto sería bastante dudoso de creer dado que, para hacer semejante movimiento dentro de una agencia controlada desde hace décadas por otras agencias extranjeras como la CIA, el Mossad y el MI-6, podría devenir en un conflicto subterraneo con consecuencias inesperadas.

Para algunos esto es una idea de “CFK”, para otros una maniobra conjunta tolerada por Alberto Fernández pero con algunos reparos. Y es que no hay que olvidar que el país no está en posición de jugar en un juego sin las herramientas necesarias para llevarlo adelante. Levantar una agencia con militancia fanática de camporistas no sería una muy buena idea ya que ello desataría una lucha intestina entre grupos antagónicos camuflada de inseguridad urbana. Si llegase a concretar estos planes, Washington solo puede tirar de un hilo y tumbar la estabilidad del gobierno argentino y de la región entera. Fernández sabe que hay cuestiones que no se tocan y en ese sentido, tratar de mover estructuras en las que se sustenta el poder real de un estado trae consecuencias imposibles de prever.