jueves, 25 de febrero de 2021

 

“UN PAÍS INHABITADO”

Ante las continuas inconsecuencias del gobierno de Fernández y Fernández y de la abulia de su sociedad habría que preguntarse ¿Son los argentinos ciudadanos conscientes de que lo son o son simples ovejas en un corral?

Por Javier B. Dal

Ha quedado más que claro, que el fin de las ideologías pregonado por el politólogo estadounidense Francis Fukuyama allá por 1992 fue una errada predicción producto de un entusiasmo infantil  enmarcada en la caída del Muro de Berlín y el derrumbe de la Unión Soviética como supuesto final de la historia. También podríamos decir lo mismo de aquellos sectores liberales que han tratado de destruir los estados nación bajo los argumentos internacionalistas que como hemos venido viendo, esconden intereses poco claros y nada beneficiosos para el interés general que no pueden fructificar con la existencia de aquellos.

A la palestra de esto, están aquellos países que tras haber recibido la injerencia occidental (entiéndase EEUU, Canadá y Europa) han terminado en la calamidad y el caos que les ha convertido en lo que se denomina “estados fallidos”, uno de los mejores argumentos del Pentágono y el Departamento de Estado para justificar sus billonarios presupuestos destinados a sostener programas de “ayuda” como USAID –mascaras de la CIA en el exterior- y renovar el equipamiento militar que será empleado en campañas militares para intervernirlos y tratar de “democratizarlos”.  Precisamente esto último ha sido el principal factor de creación de dichas calamitosas realidades y ello no ha sido casual.

Argentina está en medio de esta situación o tal vez podríamos asegurar que no se halla en ninguna parte. Hace tiempo que ha perdido el horizonte de sus objetivos estratégicos y ello por el simple hecho de la esmerada incompetencia de sus dirigentes políticos quienes desde hace treinta años hasta esta parte, no han sabido adaptarse a las nuevas realidades. Según se sabe el estado es una nación políticamente organizada pero en el caso argentino, la fórmula se vio alterada por los abusos de la partidocracia y la corrupción llevando a que muchos se pregunten  ¿A dónde puede ir una nación que no tiene un timón?

Destacada por su pendularidad política, la Argentina no ofrece las garantías de una estabilidad previsible y duradera que aliente a las inversiones extranjeras pero tampoco, a la creación de asociaciones o el establecimiento de alianzas estratégicas transhemisfericas que puedan apuntalar las bases de una nueva realidad geopolítica. En este último sentido es que vemos como pese a ciertas alegorías o presunciones de acercamientos a Rusia y China, no lo son con la potencialidad y compromiso que pudiera interesar a estos gigantes orientales.

En el sentido de la aparente orientación geopolítica hacia oriente, algunas señales parecieran demostrar que el gobierno ha decidido tomar el compromiso de establecer lazos serios con la industria militar rusa que podría proveer de aviones caza de una tecnología intermedia y posiblemente unidades navales que urgen para proteger los recursos marítimos que vienen siendo depredados desde 1982.

Su situación interna actual no puede ser más confusa. Un gobierno internamente dividido en el discurso y en los hechos, se ha visto en los últimos días muy complicado por la impostura de su ministro de salud Gines González García quien había montado dentro de las dependencias hospitalarias bajo la competencia de su ministerio y con los recursos del estado, un salón de vacunación para familiares, amigos personales y personajes influyentes de la vida política, el sindicalismo, el periodismo y la farándula quienes en realidad no eran sujetos prioritarios para la vacunación; en conclusión la puesta en evidencia –una vez más- de lo que hace años existe en el país, una casta de privilegiados. Y si ello no era suficiente, cuando todos estos bribones se habían beneficiado de estos recursos a costa de quienes realmente los necesitaban, vendían cada una de las vacunas sobrantes por la nada popular suma de 50.000 pesos.

Sin dudas que en la sociedad argentina hay una crisis política pero tal vez las más notable se la de carácter ético ya que como siempre lo hemos dicho, sus gobernantes no han venido de marte o la luna, salen de su propia sociedad dejando en evidencia la gran hipocresía que infecta a su ciudadanía.

En lo que respecta al manejo de la macro y micro economía, el gobierno de Alberto Fernandez está tan perdido como un “turco en la neblina” y muestra de ello se está viendo con el incremento de los precios de los alimentos básicos, el combustible y los impuestos de todos los servicios que se ve adornado por una ficción financiera como es contener artificialmente el precio del dólar estadounidense para que no estalle la economía real. Según algunos estudios han revelado que el ingreso per capita ha retrocedido al que se obtenía en 1974. El dato no podría ser más preocupante. Sostener el año fiscal será un verdadero desafío si su partido el FRENTE DE TODOS no quiere perder las elecciones de medio término. Hay muchos motivos para que trate de encontrar una solución que pueda salvar una mediana estabilidad en su gobierno. Claramente no le quedara otra alternativa que regresar al FMI para de alguna manera (y contrariando su base ideológica) rogar a éste organismo por una morigeración en sus obligaciones.

Al día de hoy al presidente argentino no le alcanzan los brazos para colgarse de todas las circunstancias que debe afrontar. Caracterizado como un demagogo con la cara de mármol, en un momento puede sacarse una fotografía abrazando muy sonriente a un sujeto como Benjamin Netanyahu para luego sonriente y muy suelto de cuerpo, abrazar a Andrés Manuel Lopez Obrador (AMLO), hablar de los derechos humanos y de las injusticias globales. Más allá de sus actuaciones en público y del intento por demostrar algo de autoridad en su gestión lo cierto es que, se sabe muy bien que es el “hombre de paja” del Kirchnerismo y un sujeto de muchos dobleces y es por ello que es muy difícil de creerle ¿Alguien podría tragarse que no sabía del vacunatorio personal que tenía su ministro de salud en dependencias oficiales  bajo su gobierno? O incluso ¿Es creíble su actuación en la conferencia de prensa dada en el marco de su visita a México?

Pero debemos ser justos y no centrar todas las responsabilidades sobre Fernández y su gobierno. Quienes lo han venido criticando desde los medios y la oposición son tan culpables como los denominados populistas K. Hoy tratan de denominarse como el reservorio del republicanismo que nunca respetaron. Ellos mismos en muchos casos, fueron parte de la fiesta “neoliberal de los noventas” y muchos otros danzaron sin críticas en rededor del  “Califa” Menem. Fueron aplaudidores seriales de ese deleznable alineamiento con Washington y como se viene viendo conspicuos autores de comentarios rusofobos e islamofobos que les delata esa simpatía  y voluntaria subordinación a esa venenosa ideología que tiene su cuna en el mundo anglosajón y que confirman su adhesión cada año en las elegantes fiestas de la embajada británica en Buenos Aires.  

Lo cierto es que a la ya consabida corrupción, ineficacia y demagogia se agrega la comprobada falta de transparencia moral por lo cual habrá que ver si el pueblo argentino toma la iniciativa para tomar las riendas de un destino que parece atado al caballo de una noria que no lleva a ninguna parte.

 

domingo, 21 de febrero de 2021

 

“ENTENDIENDO LA POLITICA PALESTINA”

Entretelones y contradicciones de la política dentro del movimiento de resistencia palestina

 

Por Charles H. Slim

Cuantas veces habrá escuchado hablar de Palestina, la causa palestina, el conflicto palestino-israelí etcetcetc. Todo lo que los medios occidentales (entiéndase EEUU y la UE) y sus repetidoras en América Latina han sido los puntos de vista de analistas y expertos pro-israelies. Pero nunca se han detenido a profundizar lo que realmente sucede en el interior de la vida política de éste pueblo árabe semita centrándose en reduccionismos odiosos y claramente tendenciosos que pretendieron y aún pretenden explicar el comportamiento de un pueblo que resiste una ocupación ¿Por qué de ello? Simplemente, por la estrecha relación y complicidad entre el estado de Israel con las potencias occidentales.

Los palestinos no son los terroristas que Israel suele argumentar en sus discursos políticos y enseñanzas a sus hijos y que los medios angloestadounidenses durante décadas han propagado con insolente impunidad. Cuando se han lanzado esos epítetos estigmatizantes no se expusieron los hechos que se contraponían a la reacción que había causado un determinado hecho ¿Qué sucedió antes de ver las consecuencias de una violencia que no acaba? El intento por deshumanizar a los palestinos ha sido una de las tácticas más utilizadas del invasor y lamentablemente más refrendadas por los comunicadores de las grandes empresas de información occidentales.

Hay una situación de facto que violenta al pueblo palestino y como tal, tiene el reconocido derecho a la resistencia y a la supervivencia por todos los medios a su alcance. En este sentido la tarea de resistir no se limita al mero aspecto militar (como convendría a los israelíes). Es más, el uso de la fuerza solo es una extensión de la resistencia política que se organizó desde 1948 y que fue evolucionando con el tiempo hasta que en la década de los sesentas en rededor de la figura de un sujeto llamado  Mohamed Yasir Abdel Rahman Abdel Rauf Arafat al Qudwa al Huseini más conocido como “Yasser Arafat” quien pasó a ser la cabeza visible de la lucha por la liberación de Palestina.

Fue así que el 28 de mayo de 1964 en Jerusalen (mientras en EEUU se luchaba por los derechos civiles y la igualdad racial) se llevo a cabo la reunión del Consejo Nacional Palestino por medio del cual se crea la Organización para La Liberación de Palestina (OLP) que encabezara los esfuerzos políticos, diplomáticos y militares por reestablecer el control palestino sobre los territorios ocupados por Israel. Pero la gestión de Arafat no fue nada fácil. La lucha para liberación se extendió más allá de las fronteras de Palestina y entre otras incidencias tuvo a Europa como uno de los escenarios de una guerra secreta con el Mossad desatada por Tel Aviv para evitar que la causa palestina ganara adeptos, obtuviera contactos y apoyo político en suelo europeo.

Entre tanto en casa  además de tener que enfrentar los peligros del enemigo ocupante Arafat debió lidiar con enemigos y escinsiones políticas internas que fueron aprovechadas por Tel Aviv para debilitar la reivindicación nacionalista pero a su vez, trajo tropiezos que fueron históricamente contraproducentes para los sionistas. Con el ansia por debilitar el liderazgo de Arafat y por ende a la militancia nacionalista, Israel generó, apoyo y financió a la militancia islamista que más tarde se convertiría en el más enconado enemigo y cruento contra su presencia como sin dudas son los militantes islamistas de la “Jihad Islámica” liderado por entonces por el jeque Ahmed Yassin y actualmente el mismo “Hamas”. 

La desaparición física de Arafat en 2004 ayudo a la fractura política en el movimiento de resistencia que ya venía fraguando con la pugna interna con “Hamas” y otros sectores más enconados en su posición política contra Tel Aviv. Más allá de lo sospechoso de su muerte –un posible envenenamiento- que sin dudas beneficiaba a Israel, la corrupción interna en algunos sectores de la OLP fue un factor disgregador en la unidad política de la organización, algo que “Hamas” garantizaba de no tolerar.

Pero “Hamas” tampoco pudo obtener la unidad en la lucha por la liberación y sumado a ello, su actividad se ha visto limitada a la Franja de Gaza, sitiada desde hace años por un cerco militar israelí. Entonces ¿Por qué "Hamas" ha estado obstaculizando la creación de nuevos grupos de la resistencia independientes a su comando? E incluso  ¿Por qué se opone al surgimiento de emprendimientos chiitas cuando sabe que cuenta con el apoyo espiritual de la resistencia chiita libanesa de “Hesbolá”? En apariencias la respuesta parece rumbeada a un supuesto celo político e incluso confesional ya que, “Hamas” es un movimiento de resistencia islámico de rama sunita y por ello no toleraría una rama chiita que lo acompañe. Desde un punto de vista estratégico, un error que no puede justificarse y una contradicción insalvable con su estatuto fundacional.

Pero los reparos de “Hamas” para que se formen otras milicias y/o corrientes políticas podrían pasar por el temor a perder el control político sobre el movimiento de resistencia y por el permanente riesgo de la infiltración sionista que busca en todo momento desacreditar la causa ante la opinión pública occidental. Sobre esto último no hay que olvidar como el "Mossad" israelí trató de sembrar dentro de Gaza a una subsidiaria palestina del “ISIS” (un embuste de la inteligencia anglosajona) que con una particular doctrina buscaba fracturar en la base religiosa al movimiento de resistencia y discutir su liderazgo en el movimiento. Igualmente estos no serían los únicos argumentos para entender estas negativas.

Para entender el grado de engaño del “ISIS” solo baste ver como desde su aparición en 2014, no solo se dedico a masacrar a musulmanes y cristianos iraquíes y sirios sino, que nunca apunto sus armas o lanzo un solo ataque contra Israel ¿No les parece extraño? Para los mismos palestinos e incluso para muchos israelíes de la izquierda política ello sonaba a un embuste –además de  costoso- muy bien orquestado.

“Hamas” pudo nacer y mantenerse económicamente gracias a las donaciones de las petromonarquías como Arabia Saudita y Qatar (y detrás de estos Turquía) lo de por sí condiciona políticamente al movimiento para que pueda sostener su lucha acatando los posicionamientos y las conveniencias políticas de estos patrocinadores. Esto conlleva a que los palestinos se vean entrampados en una casa de espejos ya que mientras estas ayudas económicas son vitales para sostener la precaria posición de autodeterminación palestina en la Franja de Gaza, al mismo tiempo Tel Aviv y su inteligencia mantiene estrechas relaciones con los aparatos de seguridad e inteligencia saudíes y estos a su vez con la CIA, entonces ¿No será algo así como bailar con el diablo?

Estas incongruencias llevaron a que muchos ex miembros de facciones de la resistencia como “Jihad Islámica” optaran por nuevos enfoques y buscaran el apoyo en Teherán es decir, del chiismo algo que realmente molesta a los saudíes y mantiene inquietos a los israelíes. Entonces cabría preguntarse ¿Por qué Tel Aviv no se molesto de igual modo con los saudíes y los emiratíes y si por el apoyo que proporciona Irán a la causa palestina?  La respuesta pareciera hallarse en una sola oración y ella sería que la intervención iraní “destruiría la ilusión que han mantenido hasta el momento”.

La aparición en 2014 del grupo chiita palestino “Harakah Al Sabirin” con un supuesto apoyo de Irán fue la materialización de ese temor y fue de así que a la cúpula de “Hamas” no le quedo otra alternativa que moverse al compas de los intereses de sus patrocinadores quienes a su vez, juegan bajo cuerdas con el sionismo y procedio a detener a todos sus miembros y confiscar su armamento. Esta iniciativa chiita molestó a Tel Aviv y a Washington y por ello, había que desactivarla. He allí el fundamento para prohibir a este grupo y no otro.

La sola idea de que grupos como “Hesbola” libanes se desarrollen dentro de Palestina causa pavor entre los políticos de la Knesset, los estrategas sionistas y pánico entre los generales de las FDI quienes ya vienen seriamente golpeados por la derrota del 2006 y los esporádicos incidentes fronterizos con el Líbano. También es una seria preocupación en los círculos sionistas internacionales, especialmente los que operan en el Congreso norteamericano quienes son el principal canal de direccionamiento de recursos, influencias y apoyo financiero para que Israel prevalezca en el terreno.

Igualmente y más allá de que Tel Aviv no ha querido públicamente profundizar mucho en esto, las simpatías de los palestinos por  la resistencia chiita no es algo que puedan controlar. Aún los mismos militantes de “Hamas” no pueden frenar este crecimiento ya que, existen en Gaza oficinas de grupos de la resistencia chiita iraquí “Hesbolá Al Nujaba”, una facción que surgió del “Kataeb Hesbolá de Iraq” que combatió a la ocupación angloestadounidense,  dando cuenta de la expansión de la ideología y crecimiento del formato revolucionario chiita ¿Y quiénes más temen además de Israel  que esto progrese? Obviamente, Arabia Saudita.

Y es que ha quedado claro como la mutkhabarat saudita durante décadas ha sido un aliado oculto de Tel Aviv y Washington contra los gobiernos árabes laicos y revolucionarios (como los de Iraq y Libia) e incluso, es uno de los más destructivos impulsores de las catástrofes humanitarias que ocurren en Siria y Yemen. Es más, tratando de apoyar los esfuerzos de que el movimiento palestino no se desvíe hacia Teherán, a la vista de estas injerencias bien pudieron haber sido parte en el embuste fabricado por la inteligencia israelí que trataba de hacer creer a los israelíes y a los mismos palestinos pero en especial a la opinión pública global, que el “Daesh” operaba en la Franja de Gaza y que incluso, habrían tejido una alianza con “Hamas”.

Es por ello que la aparición de un movimiento de resistencia con espíritu chiita (verdaderamente enemigo del sionismo) no solo podría acabar con el Status Quo que ayuda a Israel y mantiene los negocios que se esconden detrás de la resistencia y el sufrimiento de la población palestina, sino que aceleraría los eventos geopolíticos precipitando los temores más oscuros para los sionistas, como es ser derrotados y expulsados de los territorios ocupados.

 

 

lunes, 15 de febrero de 2021

 

“EL DELFIN DE OCCIDENTE”

¿Cómo Washington y sus aliados de la UE buscaran desestabilizar a Rusia?

 

Por Charles H. Slim

El año comenzó con agitación e intrigas para el continente euroasiático revelando una agenda movida con objetivos concretos y dirigidos a estrechar las presiones contra China (iniciadas por Trump) y una evidente intensión de cambiar el Status Quo en Rusia que buscara desbancar al odiado Vladimir Putin. A nadie le es ajeno que desde el recambio en la Casa Blanca en enero pasado, Rusia ha pasado a ser una de las prioridades centrales para la política externa de la administración Biden-Harris, planes que comparte y acompaña Londres y para lo cual aprovecharan cualquier situación doméstica que concite criticas a la gestión de Putin.

Pese a que los medios occidentales supieron sugerir una relación bajo cuerdas entre Donald Trump y el Kremlin o más bien, una admiración de aquel a la personalidad de su homólogo Vladimir Putin lo cierto es que las sanciones económicas contra ciudadanos y empresas rusas siguieron imponiéndose sin ningún escrúpulo. Si Trump hubiera sido beneficiado por el Kremlin -como los medios han difundido de forma frenética- para ganar las elecciones de 2016 esto no sería muy coherente de entende ¿No lo cree usted?

El problema es que Rusia no es un país pequeño cualquiera al cual Washington puede estrangular con la imposición de bloqueos económicos y comerciales que lo obligue a arrodillarse simulando un consenso acordado. Aquí la “magia de la democracia” no funciona por el simple hecho de que ya conocen el truco. Aún con la vergonzante cooperación de funcionarios de la UE como el Alto Comisionado Josep Borrell (salido de las filas del PSOE español), EEUU no podría desestabilizar a la Federación rusa.  A diferencia de un pequeño estado, Rusia no solo puede resistir estos embates sino que puede replicarlos creándose una espiral sin término que al fin y al cabo, golpearan a EEUU. Sumado a ello, la UE (especialmente el Parlamento Europeo) que ha sido un acostumbrado obsecuente y prolongador de las políticas norteamericanas en Eurasia, últimamente se ve entrampado entre acatar a Washington o tratar de hacer la suya para no dañar sus ya delicadas relaciones con su mayor proveedor de gas (GAZPROM rusa).

Los líderes europeos lo saben bien y en especial uno de sus más pragmáticos lideres como Angela Merkel quien entiende que entrar en controversias sucias con Moscú puede significar el cierre del grifo y con ello, que los europeos se congelen en el invierno algo que de por si representaría –ante todo- una catástrofe política para su partido la Unión Demócrata Cristiana (CDU).

Como contraparte a esto, Moscú ha venido teniendo una política de acercamiento y cooperación con los principales miembros de la Unión Europea, principalmente con sus potencias económicas como Alemania y Francia quienes han demostrado su pragmática reciprocidad buscando la obtención de beneficios mutuos, algo que a Washington le disgusta en grado sumo y por supuesto, no permitirá que fructifique.

Para los Think Tanks americanos, la Federación rusa es un problema pero lo es mucho más aún, si sigue bajo la conducción de Vladimir Putin para lo cual no han dudado en hacer pronósticos –que más bien son expresiones de deseos- de cómo sería el mundo sin su liderazgo.

Así mismo, los anuncios del Departamento de Estado de Biden dejan claro que la política de estado de Washington no ha variado en grado alguno dejando demostrado que los cambios en la administración de la Casa Blanca, no condicionaran los objetivos estratégicos de su política exterior. El injerencismo y los planes de extender la hegemonía estadounidense pospuestos –en parte- durante la administración de Trump, se verán revitalizados con esta administración y prueba de ello es la reforma del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) que reestableció en su composición a la representación de la CIA y los militares lo que evidencia, el regreso de las tácticas y operaciones sucias para respaldar la diplomacia de Washington.

En conclusión, las tácticas de guerra comercial que Donald Trump continuó de su predecesor,  no han funcionado como lo esperaban. Ello no significa que este tipo de acciones mermen o se detengan menos aún si consideramos cual es el posicionamiento de Joe Biden. Por el contrario, permitirá el regreso de los juegos sucios de la CIA como punta de lanza de sus despliegues en el exterior. En síntesis, su administración complementara esto continuando con la tarea que Barak Obama había implementado con el velado e ilegitimo fomento (puesto en evidencia con la llamada telefónica entre Victoria Nuland y Geoffry Pyatt) de las revueltas callejeras –encabezadas por bandas ultraderechistas apoyados por mercenarios extranjeros dirigidos por agencias de inteligencia- en Ucrania que llevó en febrero de 2014 al derrocamiento del gobierno pro-ruso de  Viktor Yarnucovich y el fallido intento de la OTAN por penetrar en Crimea.

Pese a lo logrado, el gobierno ucraniano que lo sustituyó no logró imponer su voluntad  causado por su desconocimiento y desobediencia en un  importante sector de la población ruso parlante, especialmente la del este en la denominada región del “Donbass” que dio lugar a una cruenta lucha que de no haber intervenido Rusia podría haber terminado en una masacre de los opositores al régimen pro-atlantista. Aquí el juego sucio de infiltrar equipos especiales y mercenarios enmascarados (como lo han hecho en Oriente Medio) tampoco pudo con la astucia y maniobrabilidad política de Putin que dejó en un impas lo planes de Washington por tener una puerta directa a Rusia. Es por ello que el mandatario ruso es un obstáculo para remover.

Ahora bien ¿Cómo llevaran adelante sus planes? La punta de flecha para esto es tener un lema, un eslogan rimbombante que de fundamento político para injerir dentro de la política de un país. Así como se uso a los derechos humanos en las décadas pasadas para justificar el intervencionismo bélico y las ocupaciones, hoy Washington apuesta a obtener algo de credibilidad respaldando de la boca para afuera a ciertos valores éticos. En el caso de Rusia la “anticorrupción” es la palabra clave y para ello se necesita una cara visible que le de a la lucha, una referencia personificada que ayude a juntar adhesiones dentro de la población.  Como se podrá ver, nada ha cambiado bajo el sol. Washington sin importar sus propias inconsecuencias y quien ocupe transitoriamente la Casa Blanca, no pedirá permiso para inmiscuirse en los asuntos ajenos para sacar ventajas estratégicas que crea convenientes. Fabricar un relato con personajes pintorescos y una mística que enmarque la situación, es uno de los trabajos que el Departamento de Estado encarga desde hace setenta años hasta hoy  a sus agencias de inteligencia como la CIA para penetrar en una nación y desorganizarla.  

¿Acaso se olvida usted lo que se fabricó en Bielorusia por mediados del 2020? Mientras se llevaban a cabo las supuestas manifestaciones espontaneas y democráticas lideradas por mujeres como Svetlana Tikhanouskaya y Veronika Tsepkalo que pedían una renovación en la política y la salida del presidente Lukashenko del poder, del otro lado las fronteras se movilizaban con preocupante premura tropas y equipamiento de la OTAN, mientras células de agitadores a sueldo  fogoneaban a los jóvenes en la capital  ¿Casualidad o subversión planificada? Ciertamente, la respuesta estaba a la vista.  

La misma formula se ha lanzado ahora contra Putin. Alguien de Rusia debía tomar la posta y clamar a los cuatro vientos una imagen negra del mandatario ruso. El elegido se llama Alexey Navalny, un abogado de nacionalidad rusa y activista opositor al gobierno de Vladimir Putin a quien lo acusa públicamente  de ser corrupto, situación que había venido denunciando desde su Blog y su cuenta de Facebook. Sobre como lleva adelante estas actividades, algunas fuentes extraoficiales habían señalado que Navalny contaba con el apoyo tecnológico estratégico de alguna agencia de inteligencia a fin de evadir los contrafuegos de seguridad cibernética existentes, que le permitiera colgar sus artículos acusatorios en la internet dentro de la Federación.  Esto se vino a confirmar en octubre  2020 tras las declaraciones del portavoz del Kremlin Dimitri Pezkov acusando de forma directa de que Navalny trabajaba para la CIA dejando en claro que, era la agencia la que se valía de él para conseguir sus propósitos ¿Algo inesperado para Rusia?

Navalny salto a la fama pública el año pasado tras ser presuntamente envenenado por los servicios secretos rusos (FSB) en un viaje que realizo a Siberia. La base para acusar a Moscú por este acto fue el tipo de veneno utilizado, el “Novichok” el mismo que había sido usado en marzo de 2018 contra el doble agente Skripal y su hija en un parque de Salisbury,  Reino Unido y el cual se determino que ese mismo veneno no era exclusivamente producido por Rusia, sino que también se elaboraba y almacenaba en los laboratorios militares de “Porton Down” en –causalmente- Salisbury.

Pese a que Londres y en particular el gobierno de Teresa May inflo mediáticamente el hecho tratando de crear un incidente internacional que buscara la condena pública contra Rusia por el presunto uso de “armas químicas” de su exclusiva fabricación, puestas a la luz estas incoherencias –que trataron de refutar con informes de sus expertos- hicieron que sus planes se vieran prontamente aguados y por ende, fracasado el intento de promover la condena esperada y el incremento de tropas de la OTAN en Europa del este.

Con el caso Navalny pasó algo parecido. Pese a que lo habrían envenenado con el mismo agente “Novichok”, sus perpetradores fallaron en su cometido ya que, como es sabido tras ser hospitalizado, siguió con vida y con suficiente fuerza para continuar desde Alemania con sus actividades políticas. Su arresto el 17 de enero pasado se dio en el marco del intento de organizar y encabezar las movilizaciones en Moscú, hecho que no tardo en ser magnificado por los medios anglosajones que siguen los lineamientos políticos de Washington. Tal como lo señaló el mismo Putin en una entrevista de haber sido real la autoría de los servicios secretos en el hecho “no habríamos fallado” sentenció.

miércoles, 10 de febrero de 2021

 


“AVANCES DE LA JUSTICIA INTERNACIONAL”

La decisión de la Corte Penal Internacional de entender en la investigación de crímenes de guerra y lesa humanidad cometidos en Palestina abre la puerta a una justicia extensamente postergada para los palestinos. Ahora bien ¿Podrá vencer el poder y la influencia con la que el sionismo cuenta a nivel global?

 

Por Dany Smith

La cuestión Palestina había venido siendo un tabú para los medios informativos occidentales, un tema urticante para los gobiernos y sin dudas uno de los huecos negros en la legislación internacional ya que, durante décadas se había evitado molestar a Israel con las demandas de respeto a los derechos humanos de los pobladores árabes palestinos. Estas preocupaciones estaban principalmente en los funcionarios políticos de las principales potencias occidentales y de Naciones Unidas quienes (de diferentes modos y épocas) dieron un espaldarazo importante para que se instaurara y mantuviera por la fuerza una “Patria Judía”  en territorios de Palestina. 

Los hechos históricos son irrefutables y pese a la influencia que los sionistas supieron explotar en favor obtener el silencio de los gobiernos occidentales (y por supuesto de los medios) sobre sus brutalidades y arbitrariedades (como parte de sus castigos colectivos) contra la población palestina, hoy eso ya no es posible de mantener. Antes una aldea palestina podía ser asaltada por las bandas sionistas y sus habitantes asesinados y enterrados en fosas comunes sin que The Washington post  o el New York Times sacara una sola línea sobre ello. Incluso masacres contemporáneas tan abominables como las ejecutadas en Jenin allá por 1999, o las llevadas a cabo sobre la Franja de Gaza en 2009 y 2014, el corte y envenenamiento del agua potable que alimenta la red de la Franja, el hostigamiento naval a los pescadores palestinos o el asalto a los buques de ayuda humanitaria internacional pasaron poco menos que desapercibidas por estos medios occidentales. 

Hoy, el asesinato de un joven palestino, el secuestro de mujeres, niños y las violentas usurpaciones de terrenos en Cizjordania a manos de sus “colonos importados” saltan a la luz de forma instantánea gracias a la velocidad de las redes sociales.

Para citar solo un caso reciente, ocurrido el 5 de febrero último, el asesinato del joven palestino Khaled Noufel[1] en la aldea Ras Karkar en Ramallah a manos de colonos israelíes, sumó un crimen más en la larga lista de hechos criminales impunes cometidos por sujetos relacionados y apoyados con el ente sionista.

Asimismo ante la realidad de esto, Tel Aviv, sus colaboradores y simpatizantes internacionales han tratado de argumentar que las acusaciones presentadas se tratan de exageraciones y que en el caso de las usurpaciones y la construcción de asentamientos judíos no forma parte de una guerra demográfica contra la población palestina. A la luz de los hechos estas alegaciones son tan inauditas como tratar de tapar el sol con el dedo. En lo referente a estos argumentos  cabría preguntarse ¿Cómo puede interpretarse el allanamiento de fuerzas militares en hogares e incluso aldeas palestinas para desalojar a sus habitantes y terminar demoliendo con sus topadoras sus viviendas? ¿Puede interpretarse eso como falsedades o exageraciones? Sin dudas, que los comunicadores de la causa sionista  -cebados por décadas de impunidad- aún tratan de menospreciar la inteligencia de la opinión pública global acudiendo a la retórica del antisemitismo que dicho sea de paso, ellos mismos incurren al justificar el asesinato de árabes palestinos.

Pese a que las principales plataformas de redes colaboran –por simpatías y/o negocios- con el intento de censurar la circulación de estas inconveniencias, ello no ha dado el resultado esperado. Incluso la costosa e invasiva red de espionaje electrónica israelí que  Tel Aviv eufemísticamente denomina como “Unidades de Ciberguerra” -destinada según su propaganda-  a “combatir el terrorismo” se centra más en interceptar, espiar y borrar la circulación de estas informaciones que otra cosa. Igualmente estos esfuerzos no han logrado mermar su circulación y el impacto de las atrocidades que ha cometido y sigue cometiendo el estado de Israel.

La sanción en 1998 del Estatuto de Roma[2] que constituyó la Corte Penal Internacional con sede en La Haya, vino a traer nuevos aires a una compleja realidad internacional enmarcada en una circunstancialidad geopolítica peculiar signada por el unilateralismo estadounidense, con actores trasnacionales como la OTAN notoriamente influyentes e intocables por otras instancias judiciales.  Sucesos como fueron la guerra del Golfo entre enero y febrero de 1991, los Balcanes en la exYugoslavia a comienzos de mayo de 1991, el genocidio en Rhuanda de 1994, la guerra de Chechenia en 1994, los indiscriminados bombardeos de Israel sobre el Líbano en 1996 y otras masacres colectivas que parecían escapar a cualquier instancia judicial, hicieron necesario que se repensara una legislación y un organismo que atendiera estos gravisimos casos de crímenes de guerra y lesa humanidad (Cfr. arts. 5, 6, 7 y cctes).  La Argentina lo ratificó en 2001 y de esa manera, sus previsiones  se harán obligatorias y aplicables dentro de sus fronteras.

A pesar de algunos traspiés (caso de la intervención de la OTAN en Libia 2011)[3], la evolución de la CPI ha sido positiva y su decidido posicionamiento en hacer cumplir su competencia penal en  igualdad de condiciones y sin excepciones odiosas, está demostrando que no se encuentra limitada por la presión y la influencia de algunos de los actores internacionales altamente comprometidos con casos graves  de violación de los derechos humanos.

El caso más destacado en los últimos quince años es el de EEUU, fomentador de guerras y de inestabilidad política en Oriente Medio y Asia que ha conllevado a crisis humanitarias que aún no pueden ser resueltas. El espectro y amplitud de consecuencias que estas acciones han causado hizo que no pudieran ser ocultadas bajo el tapete de la historia. De esta forma el tema de las invasiones, las ocupaciones, el desarrollo de nefastas operaciones de “contrainsurgencia” a cargo de los militares y la CIA, las torturas y ejecuciones de prisioneros, violaciones, desplazamiento de poblaciones y refugiados, nunca tuvo una atención judicial imparcial y obviamente ello quedo relegado a muy pocas líneas en los medios occidentales.

Durante los últimos dos años, la Corte Penal Internacional había venido lidiando con el Departamento de Estado norteamericano para que facilitara las investigaciones por  de crímenes de guerra cometidos por las tropas estadounidenses y personal civil de la CIA en Afganistán, situación que podría extenderse a los ejecutados en Iraq durante los ocho años de ocupación (2003-2011). Obviamente, Washington negó cualquier cooperación alegando principalmente tecnicismos legales como es no adherir al Estatuto de Roma y por ello no reconocer su competencia aunque ello no debiera ser un obstáculo por el carácter universal de su jurisdicción.  

La Casa Blanca y el Departamento de Estado también se posicionaron sobre las investigaciones de crímenes cometidos por Israel en Palestina dejando en claro que ello “traería consecuencias contra el personal de la CPI y sus familias”. En esos momentos Mike Pompeo considero esta posición como una afrenta intolerable a su mejor aliado en el Oriente Medio y amenazo a la Corte y a sus funcionarios de que sufrirían las consecuencias –especialmente las económicas- si continuaban con sus prosecusiones.

Aunque las formas claramente extorsivas y amenazantes que desplegó el entonces Secretario de Estado norteamericano no dejó lugar a dudas de que la Corte iba en el buen camino, no fueron una sorpresa. Anteriormente por septiembre de 2018 el ex Asesor  del presidente Donald Trump, John Bolton –un ardoroso sionista al servicio del Lobbie pro-Israel en el Congreso-, había sido claro y muy contundente al emplazar a la Corte para que se abstuviera de investigar a individuos estadounidenses, israelíes o de otro país aliado.

Pese a las amenazas la fiscal en jefe Fatou Bom Bensouda se mantuvo firme y continuó con su trabajo que está enfocado a investigar crímenes que el estatuto prescribe sin importar quienes sean sus ejecutores. A comienzos del mes de febrero se ha hecho oficial que la CPI ha reconocido a Palestina como un estado miembro y por ello se halla legitimado a demandar y a su vez la corte es competente para llevar adelante, investigaciones sobre los crímenes de guerra contra la población palestina ordenados y cometidos por individuos al servicio o pertenecientes al estado de Israel. La Cámara preliminar I de la Corte resolvió que es competente para ponerse a indagar sobre la “presunta” comisión de crímenes de guerra y lesa humanidad cometidos en los territorios ocupados  incluyendo Jerusalen este.

Sin lugar a dudas, malas noticias para Tel Aviv y una seria preocupación para los incontables involucrados en este tipo de crímenes. En este sentido las reacciones no se hicieron esperar y el mismo primer ministro Benjamín Netanyahu salió al cruce acusando a la Corte Penal Internacional como “antisemita” y de impartir “justicia perversa” lo que a la vista de los hechos y todos sus antecedentes a la fecha es una demostración de puro cinismo y verdadera perversión. Pese a lo positivo del anuncio de “la Corte”, su implementación podría dar lugar a ciertas complejidades y una de ellas es, la multiplicidad de nacionalidades que compone la población israelí ya que se sabe, que los judíos de muchos países (especialmente de occidente) dispuestos a formar parte del estado judío, una vez cumplidos los dieciocho años de edad concurren a servir en las filas de las FDI y de allí poder optar por continuar la vida militar o radicarse para llevar adelante otro tipo de negocios.

De este modo ¿Cómo podría citarse o requerirse a un sospechado de cometer o participar en estos crímenes si tiene doble pasaporte? Sin dudas se pondrá a prueba a los gobiernos de cada país que albergue a un connacional requerido por alguno de estos trascendentes crímenes. El caso es más común de lo que usted puede llegar a creer y ello –con la ayuda de gobiernos adeptos a Israel- podría complicar la tarea de poner a rodar los mecanismos de la Corte


[1] Con apenas 34 años de edad y con una familia, Khaled Noufel deja huérfano a un pequeño niño de cuatro años de edad que no olvidará jamás este crimen: https://www.youtube.com/watch?v=6Kbeu0WS5jA

[2] Estatuto de Roma accesible en el siguiente vinculo: https://www.un.org/spanish/law/icc/statute/spanish/rome_statute(s).pdf

[3] Que involucro en un escándalo al entonces procurador argentino Luis Moreno Ocampo que dejo en evidencia la corruptibilidad y la influenciabilidad de algunos de sus funcionarios por algunos estados.