domingo, 21 de febrero de 2021

 

“ENTENDIENDO LA POLITICA PALESTINA”

Entretelones y contradicciones de la política dentro del movimiento de resistencia palestina

 

Por Charles H. Slim

Cuantas veces habrá escuchado hablar de Palestina, la causa palestina, el conflicto palestino-israelí etcetcetc. Todo lo que los medios occidentales (entiéndase EEUU y la UE) y sus repetidoras en América Latina han sido los puntos de vista de analistas y expertos pro-israelies. Pero nunca se han detenido a profundizar lo que realmente sucede en el interior de la vida política de éste pueblo árabe semita centrándose en reduccionismos odiosos y claramente tendenciosos que pretendieron y aún pretenden explicar el comportamiento de un pueblo que resiste una ocupación ¿Por qué de ello? Simplemente, por la estrecha relación y complicidad entre el estado de Israel con las potencias occidentales.

Los palestinos no son los terroristas que Israel suele argumentar en sus discursos políticos y enseñanzas a sus hijos y que los medios angloestadounidenses durante décadas han propagado con insolente impunidad. Cuando se han lanzado esos epítetos estigmatizantes no se expusieron los hechos que se contraponían a la reacción que había causado un determinado hecho ¿Qué sucedió antes de ver las consecuencias de una violencia que no acaba? El intento por deshumanizar a los palestinos ha sido una de las tácticas más utilizadas del invasor y lamentablemente más refrendadas por los comunicadores de las grandes empresas de información occidentales.

Hay una situación de facto que violenta al pueblo palestino y como tal, tiene el reconocido derecho a la resistencia y a la supervivencia por todos los medios a su alcance. En este sentido la tarea de resistir no se limita al mero aspecto militar (como convendría a los israelíes). Es más, el uso de la fuerza solo es una extensión de la resistencia política que se organizó desde 1948 y que fue evolucionando con el tiempo hasta que en la década de los sesentas en rededor de la figura de un sujeto llamado  Mohamed Yasir Abdel Rahman Abdel Rauf Arafat al Qudwa al Huseini más conocido como “Yasser Arafat” quien pasó a ser la cabeza visible de la lucha por la liberación de Palestina.

Fue así que el 28 de mayo de 1964 en Jerusalen (mientras en EEUU se luchaba por los derechos civiles y la igualdad racial) se llevo a cabo la reunión del Consejo Nacional Palestino por medio del cual se crea la Organización para La Liberación de Palestina (OLP) que encabezara los esfuerzos políticos, diplomáticos y militares por reestablecer el control palestino sobre los territorios ocupados por Israel. Pero la gestión de Arafat no fue nada fácil. La lucha para liberación se extendió más allá de las fronteras de Palestina y entre otras incidencias tuvo a Europa como uno de los escenarios de una guerra secreta con el Mossad desatada por Tel Aviv para evitar que la causa palestina ganara adeptos, obtuviera contactos y apoyo político en suelo europeo.

Entre tanto en casa  además de tener que enfrentar los peligros del enemigo ocupante Arafat debió lidiar con enemigos y escinsiones políticas internas que fueron aprovechadas por Tel Aviv para debilitar la reivindicación nacionalista pero a su vez, trajo tropiezos que fueron históricamente contraproducentes para los sionistas. Con el ansia por debilitar el liderazgo de Arafat y por ende a la militancia nacionalista, Israel generó, apoyo y financió a la militancia islamista que más tarde se convertiría en el más enconado enemigo y cruento contra su presencia como sin dudas son los militantes islamistas de la “Jihad Islámica” liderado por entonces por el jeque Ahmed Yassin y actualmente el mismo “Hamas”. 

La desaparición física de Arafat en 2004 ayudo a la fractura política en el movimiento de resistencia que ya venía fraguando con la pugna interna con “Hamas” y otros sectores más enconados en su posición política contra Tel Aviv. Más allá de lo sospechoso de su muerte –un posible envenenamiento- que sin dudas beneficiaba a Israel, la corrupción interna en algunos sectores de la OLP fue un factor disgregador en la unidad política de la organización, algo que “Hamas” garantizaba de no tolerar.

Pero “Hamas” tampoco pudo obtener la unidad en la lucha por la liberación y sumado a ello, su actividad se ha visto limitada a la Franja de Gaza, sitiada desde hace años por un cerco militar israelí. Entonces ¿Por qué "Hamas" ha estado obstaculizando la creación de nuevos grupos de la resistencia independientes a su comando? E incluso  ¿Por qué se opone al surgimiento de emprendimientos chiitas cuando sabe que cuenta con el apoyo espiritual de la resistencia chiita libanesa de “Hesbolá”? En apariencias la respuesta parece rumbeada a un supuesto celo político e incluso confesional ya que, “Hamas” es un movimiento de resistencia islámico de rama sunita y por ello no toleraría una rama chiita que lo acompañe. Desde un punto de vista estratégico, un error que no puede justificarse y una contradicción insalvable con su estatuto fundacional.

Pero los reparos de “Hamas” para que se formen otras milicias y/o corrientes políticas podrían pasar por el temor a perder el control político sobre el movimiento de resistencia y por el permanente riesgo de la infiltración sionista que busca en todo momento desacreditar la causa ante la opinión pública occidental. Sobre esto último no hay que olvidar como el "Mossad" israelí trató de sembrar dentro de Gaza a una subsidiaria palestina del “ISIS” (un embuste de la inteligencia anglosajona) que con una particular doctrina buscaba fracturar en la base religiosa al movimiento de resistencia y discutir su liderazgo en el movimiento. Igualmente estos no serían los únicos argumentos para entender estas negativas.

Para entender el grado de engaño del “ISIS” solo baste ver como desde su aparición en 2014, no solo se dedico a masacrar a musulmanes y cristianos iraquíes y sirios sino, que nunca apunto sus armas o lanzo un solo ataque contra Israel ¿No les parece extraño? Para los mismos palestinos e incluso para muchos israelíes de la izquierda política ello sonaba a un embuste –además de  costoso- muy bien orquestado.

“Hamas” pudo nacer y mantenerse económicamente gracias a las donaciones de las petromonarquías como Arabia Saudita y Qatar (y detrás de estos Turquía) lo de por sí condiciona políticamente al movimiento para que pueda sostener su lucha acatando los posicionamientos y las conveniencias políticas de estos patrocinadores. Esto conlleva a que los palestinos se vean entrampados en una casa de espejos ya que mientras estas ayudas económicas son vitales para sostener la precaria posición de autodeterminación palestina en la Franja de Gaza, al mismo tiempo Tel Aviv y su inteligencia mantiene estrechas relaciones con los aparatos de seguridad e inteligencia saudíes y estos a su vez con la CIA, entonces ¿No será algo así como bailar con el diablo?

Estas incongruencias llevaron a que muchos ex miembros de facciones de la resistencia como “Jihad Islámica” optaran por nuevos enfoques y buscaran el apoyo en Teherán es decir, del chiismo algo que realmente molesta a los saudíes y mantiene inquietos a los israelíes. Entonces cabría preguntarse ¿Por qué Tel Aviv no se molesto de igual modo con los saudíes y los emiratíes y si por el apoyo que proporciona Irán a la causa palestina?  La respuesta pareciera hallarse en una sola oración y ella sería que la intervención iraní “destruiría la ilusión que han mantenido hasta el momento”.

La aparición en 2014 del grupo chiita palestino “Harakah Al Sabirin” con un supuesto apoyo de Irán fue la materialización de ese temor y fue de así que a la cúpula de “Hamas” no le quedo otra alternativa que moverse al compas de los intereses de sus patrocinadores quienes a su vez, juegan bajo cuerdas con el sionismo y procedio a detener a todos sus miembros y confiscar su armamento. Esta iniciativa chiita molestó a Tel Aviv y a Washington y por ello, había que desactivarla. He allí el fundamento para prohibir a este grupo y no otro.

La sola idea de que grupos como “Hesbola” libanes se desarrollen dentro de Palestina causa pavor entre los políticos de la Knesset, los estrategas sionistas y pánico entre los generales de las FDI quienes ya vienen seriamente golpeados por la derrota del 2006 y los esporádicos incidentes fronterizos con el Líbano. También es una seria preocupación en los círculos sionistas internacionales, especialmente los que operan en el Congreso norteamericano quienes son el principal canal de direccionamiento de recursos, influencias y apoyo financiero para que Israel prevalezca en el terreno.

Igualmente y más allá de que Tel Aviv no ha querido públicamente profundizar mucho en esto, las simpatías de los palestinos por  la resistencia chiita no es algo que puedan controlar. Aún los mismos militantes de “Hamas” no pueden frenar este crecimiento ya que, existen en Gaza oficinas de grupos de la resistencia chiita iraquí “Hesbolá Al Nujaba”, una facción que surgió del “Kataeb Hesbolá de Iraq” que combatió a la ocupación angloestadounidense,  dando cuenta de la expansión de la ideología y crecimiento del formato revolucionario chiita ¿Y quiénes más temen además de Israel  que esto progrese? Obviamente, Arabia Saudita.

Y es que ha quedado claro como la mutkhabarat saudita durante décadas ha sido un aliado oculto de Tel Aviv y Washington contra los gobiernos árabes laicos y revolucionarios (como los de Iraq y Libia) e incluso, es uno de los más destructivos impulsores de las catástrofes humanitarias que ocurren en Siria y Yemen. Es más, tratando de apoyar los esfuerzos de que el movimiento palestino no se desvíe hacia Teherán, a la vista de estas injerencias bien pudieron haber sido parte en el embuste fabricado por la inteligencia israelí que trataba de hacer creer a los israelíes y a los mismos palestinos pero en especial a la opinión pública global, que el “Daesh” operaba en la Franja de Gaza y que incluso, habrían tejido una alianza con “Hamas”.

Es por ello que la aparición de un movimiento de resistencia con espíritu chiita (verdaderamente enemigo del sionismo) no solo podría acabar con el Status Quo que ayuda a Israel y mantiene los negocios que se esconden detrás de la resistencia y el sufrimiento de la población palestina, sino que aceleraría los eventos geopolíticos precipitando los temores más oscuros para los sionistas, como es ser derrotados y expulsados de los territorios ocupados.

 

 

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